Professional Documents
Culture Documents
X~W
1
El presente ensayo fue escrito en 1992. He añadido en lugares señalados oraciones o palabras que permitan relacionarlo con la co-
yuntura actual toda vez que —según creo— las ideas fundamentales que sostenía en 1992 siguen siendo vigentes.
2
Cfr. Para las bases generales de esta articulación mi ensayo "Democracia y Política Radical. Karl Korsch" (conferencia impartida en
la UAM-Iztapalapa, mayo 1985) publicado en Ensayos sobre democracia y socialismo cuaderno Lecturas del Seminario de Teoría Política,
UAM-Iztapalapa, junio 1985.
3
Para mayor abundamiento acerca de la determinación de la forma de la revolución comunista en la actualidad, por ejemplo acerca de
la meditación oriental o de otras formas alternativas de vida Cfr., mi ensayo: "Karl Marx y la técnica desde la perspectiva de la vida en
revista Críticas de la Economía Política No. 22/23, Ediciones El Caballito, México, 1984.
2
http://jorgeveraza.blogspot.com
4
Este entrecomillado y otros que aparecen más abajo retoman frases de la convocatoria al congreso para discutir las alternativas y
“Las luchas emancipatorias del fin de siglo”. [citarlo]
5
Cfr., mi "Crítica a Elmar Alvater y Carlos Maya, a las teorías sobre el imperialismo y del Capitalismo Monopolista de Estado (des-
de la Crítica de la Economía Política de Marx)" en revista Economía Política No. 6/7, junio 1988. Escuela Superior de Economía, IPN.
6
Cfr., mi Para la Crítica de las Teorías del Imperialismo, Ed. Itaca, México, 1987.
3
http://jorgeveraza.blogspot.com
La crítica positiva a las teorías del imperialismo comienza por analizar el desarro-
llo histórico del capital con base en el desarrollo de la Subsunción Formal y Subsun-
ción Real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital (SRPTi/k), y observando
que la SRPti/k se perfecciona extendiéndose mundialmente y, simultáneamente, re-
dondeando según su racionalidad la reproducción social cuyo extremo es el consu-
mo, logra conceptualizar al capitalismo contemporáneo —en continuidad con el del
siglo XIX— etc. como continuidad del desarrollo de la SR del Pti/k hasta lograr la figu-
ra de Subsunción Real del consumo bajo el capital 7 (SR C/k), correlato estructural
interno de la constitución del mercado mundial capitalista. Mediante el concepto de
Subsunción Real del consumo bajo el capital la "crisis del marxismo" es superada en
la recuperación de la coherencia de la peculiar forma discursiva
que es la Crítica de la Economía Política y en su desarrollo hasta conformarse
Crítica Global de la Sociedad, cual era el proyecto original de Marx. Completamente
vigente hoy y más que nunca por ser el único discurso que no se quiebra en las pa-
radojas del desarrollo capitalista contemporáneo, por ejemplo ante la caída de la
máscara pseudosocialista de la faz de los países del Este y de la ex URSS. Suceso
el cual lo primero que revela es el ser auténticamente mundial de la realidad del ca-
pitalismo. El cual supo someter a la conciencia de clase revolucionaria primero sugi-
riendo que casi la mitad del orbe no era capitalista sino socialista y por ello, por
ejemplo, sin derecho a huelga, etc. Y hoy pregonando que como el socialismo real-
mente existente en tanto artificio del capitalismo cayó, cayó no sólo el marxismo —
en especial el discurso de Marx— sino todo el proyecto socialista/comunista. "Fin de
las Ideologías", dice la fórmula neoliberal ante estos sucesos. Pues para hablar de sí
frente a socialistas y comunistas la ideología burguesa recupera el uso maniqueo de
los cristianos contra los gentiles y sus —según los cristianos— "falsas religiones".
Además, en la fórmula "crisis del marxismo" todavía se incluye el término —y enton-
7
Cfr., mi Subvirtiendo a Bataille, Ed. Itaca, México, 1986 y mi "Karl Marx y la técnica desde la perspectiva de la vida" en revista
Críticas de la Economía Política No. 22/23, edición extraordinaria. Edición Latinoamericana. Ediciones El Caballito, México, 1984. Cfr.
así mismo en mi “Génesis y estructura del concepto de subordinación real del consumo bajo el capital” en el presente libro.
4
http://jorgeveraza.blogspot.com
ces se alude a la existencia del marxismo— mientras que enterrando a éste hasta en
la fórmula por excluirla de ella la jerga de la ideología neoliberal dice "Fin de las Ido-
logías". Por cierto, fue E.Bernstein —el demócrata liberal encapuchado de social
demócrata— quien primero designó al aspecto revolucionario del discurso de Marx
como ideología/utopía y reputó a su propio discurso (el de Bernstein) como ese sí
científico. L. Althusser 8 aprendió de Bernstein este tipo de operación quirúrgica y de
Althusser los neoliberales, herederos también de Manheim 9 , Popper 10 y Daniel
Bell 11 , artífice éste de la fórmula “fin de las ideologías”. En efecto, fin de la ideología
burguesa, pues: la germinación de la revolución comunista nacional y mundial es
más actual que nunca en la época de la Subsunción Real del consumo bajo el capi-
tal y del mercado mundial capitalista desenmascarado. 12 Epoca autonombrada pos-
moderna 13 . Hamletiana o edípica, pues se autonombra "posmoderna" jugando a ser
o no ser frente a su padre, la Modernidad. Del mismo modo que encubre en el con-
sumismo al productivismo, su padre. Y a ambos en el neoliberal incremento de pro-
ductividad, pieza maestra de la ideología del progreso. Recuérdese que el Destino
es el padre en su figura general, según Freud. No es casual que en la actualidad
hasta el marxismo reniegue de su padre. La moda es un drama edípico.
En efecto, en la Subsunción Real del consumo bajo el capital los valores de uso
son parasitados. La moda se vuelve no sólo premisa objetiva y sistemática de la
acumulación de capital sino, además, es con su euforia y depresión constantes y
alternadas la categoría general de la Psicología Social del capitalismo.
La subsunción real del consumo bajo el capital tiene como agentes a todos los va-
lores de uso, tanto los del consumo humano como a la tecnología y el consumo pro-
ductivo en general. Pues es la figura más desarrollada de la Subsunción Real del
proceso de trabajo inmediato bajo el capital, es decir, de los modelos tecnológicos y
de métodos de trabajo y administración necesarios para incrementar la explotación
de plusvalor relativo en tanto producen necesariamente un cuerpo material o de va-
lor de uso del capital. 14 Cuerpo material sistemáticamente arreglado en su estructura
8
La revolución teórica de Marx (1966) y Para leer El Capital (1968).
9
Karl Manheim, Ideología, FCE, México,
10
Karl Popper, Miseria del historicismo, Alianza, Madrid.
11
Daniel Bell, Las contradicciones culturales del capitalismo, Alianza, Madrid.
12
Cfr. Jorge Veraza U. Leer el manifiesto. Leer nuestro tiempo, Itaca, México, 1998.
13
Cfr. Veraza Urtuzuategui, Jorge; “Lyotardd en el mueso de Bataille” en el libro La Posmodernidad, VVAA; Colección Ensayos,
UAM, 1991.
14
Cfr. mi artículo "Coyuntura actual y subsunción real del consumo bajo el capital", en revista Momento Económico, publicación del
Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM, mayo-junio, 1992.
5
http://jorgeveraza.blogspot.com
15
Ibid.
16
Cfr. mi ensayo: "La crítica de la tecnología y la polémica contemporánea sobre la actualidad de Marx", conferencia impartida el 15
de julio, 1983. Foro sobre la Vida y Obra de Karl Marx, ENEP, Aragón.
6
http://jorgeveraza.blogspot.com
ción con las realidades o significados que refigura teóricamente, su verdad, en fin.
La incoherencia de los discursos de oposición se formaliza en la ruptura que institu-
cionalizaron con Marx al proyectarla en la ruptura de la continuidad económica del
capital. En efecto, la presunta fase imperialista se especifica por otra relación de
producción dominante que la fase previa, pero esta "renovación" original —forzada
ideológicamente por las teorías del imperialismo— es el mecanismo a través del cual
la realidad de lo económico del siglo XX es pensado, en sustancia, similarmente a lo
económico en el siglo XIX; sólo es pensado de modo diferente en cuanto a la forma;
por ejemplo, monopolio en lugar de competencia. El discurso oficial de la oposición
se mantiene preso en el economicismo y el politicismo en tanto piensa lo económico
hoy como si fuera el del siglo XIX. Discurso utilitarista, cree que todo lo cultural, lo
cotidiano etc., es secundario y si crece deberá servir a lo propiamente político e im-
portante que el partido juega en el mercado de electores. No ve que la continuidad
del desarrollo económico capitalista con base en el perfeccionamiento de la Subsun-
ción Real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital hizo mutar cualitativamen-
te la realidad de lo económico. Produjo la economización creciente 17 de todo el ser
social —a nivel sexual, doméstico, público, político, cultural, ecologista— conforme
era más potente la Subsunción Real del proceso de trabajo inmediato por el capital
hasta llegar al extremo, el consumo. Esta economización creciente por Subsunción
Real del consumo bajo el capital obliga a enriquecer y complejizar la lucha emanci-
patoria integrando en ella orgánicamente la lucha cultural y la crítica de la vida coti-
diana, ecologismo y pacifismo incluidos.
17
Cfr., Veraza Urtuzuástegui Jorge, "Crisis y desarrollo de la hegemonía capitalista. La tarea histórica actual del capitalismo" en re-
vista Economía Política, Escuela Superior de Economía, Vol. XVIII, No. 4, diciembre, 1986.
7
http://jorgeveraza.blogspot.com
18
Cfr., abordo el problema en "Ocultismo económico o el modo en que está escrito (y presentado) el artículo de Mike Davis sobre Esta-
dos Unidos. ("El viaje Mágico y misterioso de la reaganomía") (inédito)
19
Cfr., mi El siglo de la hegemonía mundial de Estados Unidos. Guía para comprender la historia del siglo XX, muy útil para el XXI,
Itaca, México, 2003.
20
Ibid.
8
http://jorgeveraza.blogspot.com
El clamor por los "nuevos sujetos" en oposición a la así llamada misión histórica
universal del proletariado es por demás incoherente en ocasión de la proletarización
absoluta de la sociedad en proceso de economización creciente por subsunción real
del consumo bajo el capital. 22 Así por ejemplo, la incipiente, proletarización y salida
de la mujer del hogar, suscitó al feminismo contemporáneo, el cual se toma a sí
mismo inicialmente como exterior, paralelo y aún opuesto y de alcance menos limi-
tado que la lucha del proletariado. Pero en vista de estandarizar/expropiar mejor el
consumo de las masas el perfeccionamiento de la subordinación real del consumo
bajo el capital generalizó la conversión de la fuerza doméstica femenina en fuerza de
trabajo funcional sea para la fábrica o la oficina. La convergencia femenina y proleta-
ria sólo puede beneficiar a todos si son asumidas las especificidades de cada sector
como particularidades de una lucha unitaria proletaria en la que —como más abajo
explicaremos— la gestión sexual/procreativa —mucho más que la domesticidad— es
central para la reproducción de la fuerza de trabajo. Por donde la forma tradicional
de lucha proletaria debe necesariamente mutar porque el cuerpo proletario es otro:
recién fue polarizado sexualmente por orden del capital. Así que a la manera de co-
mo las mujeres —esas proletarias— recientemente se atreven a conocer su propio
cuerpo, éste es sólo un ejemplo para indicar la vigencia de la lucha proletaria comu-
nista en la medida en que se atreva a autoexplorarse y actúe en consecuencia de
modo más rico y complejo que encasillado en el corsé del sindicato economicista y
el partido politicista sea parlamentarista o sea ilegal.
21
Cfr. Lukacs, George, Historia y conciencia de clase, "Rosa Luxemburgo como marxista" y "Marxismo ortodoxo", Ed. Grijalbo.
9
http://jorgeveraza.blogspot.com
22
Cfr. en el presente libro mi ensayo “Proletarización de la humanidad y subordinación real del consumo bajo el capital”.
23
Al respecto Cfr., mi Subvirtiendo a Bataille, Advertencia, Ed. Itaca, México, 1986, así como mi Los límites de la crítica de la vida
cotidiana de Henry Lefebvre.
24
25
26
27
28
29
30
Ni el de Subsunción Formal del consumo bajo el capital aunque es sobre todo de su contenido de lo que versan sus discursos. Cfr.
en el presente libro mi “Génesis y estructura del concepto de subordinación real del consumo bajo el capital”.
10
http://jorgeveraza.blogspot.com
31
Su versión amplia incluye al todo social económica, social, política y culturalmente entendido, sin olvidar la dimensión histórico
transformadora de todas estas esferas. El día con día del todo social visto en referencia de la reproducción inmediata del sujeto individual
y sus relaciones con otros. Cfr., mi Los límites de la crítica de la vida cotidiana de Henry Lefebvre
32
Incluso la Subsunción Formal del proceso de trabajo inmediato bajo el capital presente en la Subsunción Real del Proceso de traba-
jo inmediato bajo el capital.
33
Cfr. Wilhelm Reich, Psicología de Masas del Fascismo, Ed. Bruguera.
34
Cfr. La Crítica de la Vida Cotidiana de Karel Kosik como preocupación o "cura" etc.
11
http://jorgeveraza.blogspot.com
35
Cfr., mi "Trabajo, Amor y consumo" como apéndice al artículo de Ma. Concepción Tonda "El amor en Karl Marx como relación
social-natural elemental" en revista Críticas de la Economía Política No. 18/19, enero-junio 1981. Ediciones El Caballito. México. Así
como mi Para la historia emocional del siglo XX. Itaca; México, 2003.
36
Cfr. F. Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, Prólogo. Así como mi Para la historia emocional del si-
glo XX, Itaca, México, 2003.
37
Cfr. Wilhelm Reich, La revolución sexual, Ed. Roca, Así como mi ensayo “sometimiento del consumo sexual”.
38
El boom de las sex shops en México (2003-2004) ilustra grotescamente esta afirmación.
12
http://jorgeveraza.blogspot.com
Vale la pena que resumamos los factores de dominio del capital sobre la vida co-
tidiana para en lo que sigue matizar su crítica.
El primero es la expropiación tecnológica o monopolización de los medios de pro-
ducción por parte del capital, pues expropia a la comunidad doméstica capitalista, 39
en especial a la familia, de su capacidad de autosuficiencia reproductiva. La hace
depender de la producción capitalista de masas.
En segundo lugar, está el sometimiento ideológico/organizativo con base en la
irrupción de la moral sexual represiva y de la religión además de refuncionalizadas
ambas por la promoción del fetichismo de la Nación y el progreso (del capital) como
pilares estructurantes de la cultura.
Ambos factores —el tecnológico y el ideológico organizativo— son de aplicación
general para el capitalismo. Pero específico de la época presente es la Subsunción
Real del consumo bajo el capital desglosada en dos vertientes: comunicativa y fisio-
lógica que como pinzas remodelan por presión a los dos factores antedichos.
Por donde, en tercer lugar, tenemos el dominio de los medios de comunicación de
masas sobre las relaciones e ideología cotidiana. Su objeto de sometimiento directo
es la psique social, la reciprocidad entre los individuos. La cual se degrada a varian-
tes diversas de reciprocidad negativa unilateral y jerárquica, etc. 40
El cuarto factor es la Subsunción Real del consumo de los valores de uso para el
consumo reproductivo 41 humano, cuyo objeto directo de sometimiento no es la rela-
ción social sino el cuerpo y la psique individual de las masas. Y por su mediación
también las relaciones sociales, la reciprocidad.
Con la Subsunción Real del consumo bajo el capital, la del sometimiento tecnoló-
gico de la vida cotidiana —meramente negativo— que la vuelve dependiente del ca-
pital y le niega autosuficiencia se vuelve activo y concreto. Pues la técnica del capital
39
En Para la historia emocional del siglo XX. Ed. Cit. Abundo en el concepto de “comunidad doméstica capitalista”
40
Cfr. en el presente libro “Subordinación real de los medios de comunicación por el capital: de la televisión a la internet. (Ludovico
Silva, Boorstin, Pla y otros).
41
Cfr. Jorge Veraza U; “Sometimiento del consumo sexual” en Capitalismo contemporáneo. Memoria de mesas redondas de la
UAM-I.
13
http://jorgeveraza.blogspot.com
42
Cfr. En el presente libro mi ensayo sobre “la innovación Ford”.
14
http://jorgeveraza.blogspot.com
15
http://jorgeveraza.blogspot.com
Las fuerzas productivas procreativas (es decir, los sujetos y sus relaciones repro-
ductivas sociales, políticas y culturales) y las fuerzas productivas técnicas (de paz y
bélicas) son los pilares de todo modo de producción. El ecologismo hace la crítica
teórica y práctica de la tecnología destructiva de paz; el pacifismo la crítica de la tec-
nología destructiva de guerra; mientras que la crítica del sometimiento de las fuerzas
productivas procreativas por el capital ocurre en la crítica de la vida cotidiana. No
podía ser de otro modo sino que el ecologismo, el pacifismo y la crítica de la vida
cotidiana fueran las tres grandes luchas emancipatorias del mundo de fin de siglo. 43
Cohesionar estos tres frentes es esencial para la constitución revolucionaria del su-
jeto social. La interconexión de estas luchas debe ser operada desde el interior de
cada una de ellas y, por ello, en referencia a la conformación del sujeto revoluciona-
rio. Por ello es la crítica de la vida cotidiana el frente prioritario, en sus vertientes
sexual, consumtiva y procreativa, desde el cual puede ocurrir la unificación. Pues en
la crítica de la vida cotidiana es donde las fuerzas productivas procreativas —es de-
cir, el sujeto social— son autogestionadas directamente. Es la base de la reproduc-
ción directa de los individuos.
Con la Subsunción real del consumo bajo el capital lo económico ha mutado sus-
tancialmente hasta incluir todas las esferas de afirmación del ser humano, de suerte
que la reproducción económica de la fuerza de trabajo ha complejizado sus condi-
cionamientos directos. Un nuevo sindicalismo integral —sin confundir éste concepto
con las manipulaciones de los regulacionistas (Aglietta)— se hace urgente como ba-
se necesaria —ni siquiera suficiente— de la constitución del sujeto social en tanto
partido revolucionario trascendente.
43
Cfr. F. Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el estado y mi artículo "El Materialismo Histórico en El origen de
la familia, la propiedad privada y el estado de Engels", en revista Itaca No. 2, Invierno, 1984; así como sobre el concepto de fuerzas
productivas procreativas, el prólogo.
16
http://jorgeveraza.blogspot.com
44
El movimiento globalifóbico (1999-2003...) Seattle, Genova, Nueva York, Cancún, etcétera describió y prosigue un derrotero co-
mo el que aquí en 1992 se preve.
17
http://jorgeveraza.blogspot.com
16. "Un día sin industrias contaminantes" o del ecologismo a las comunas
pasando por el nuevo sindicalismo proletario.
45
Fue ilustrativa al respecto la confluencia entre ciudadanía y sindicato en la lucha contra la OMC en Seattle (2000)
18
http://jorgeveraza.blogspot.com
des alternativo al que el capital dicta. El obrero productivo se descubre activo, tam-
bién, como gestor del consumo. Subsumido realmente en el proceso de trabajo in-
mediato descubre su sometimiento real también en el consumo y descubre la nece-
sidad de una doble subversión al descubrir el doble nudo que lo aprisiona. Por su
parte, la gestión de la calidad de la vida es el objeto de la comunidad doméstica cu-
yo secreto más allá de la gestión del consumo es la gestión del placer sexual y de la
procreación. El ciudadano que se descubre obrero productivo y gestor activo de su
sistema de necesidades, reencuentra ahora su dimensión humana básica, su comu-
nitarismo y a la forma comuna como la adecuada para gestionar autónomamente las
condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo desde la sexualidad al pacifis-
mo, desde la ecología a la producción fabril, etc. 46
Desde la forma comuna integradora del resto de luchas y como núcleo extrafabril
del nuevo sindicalismo, el proletariado puede desarrollar una perspectiva comunista
global y trascendente. Descubre su dimensión humana en plenitud inclusiva de civi-
lidad, producción, consumo, sexualidad y procreatividad como determinaciones bá-
sicas de la politicidad concreta 47 .
Evidentemente la reformulación clasista revolucionaria de la lucha ecologista de-
mocrática y de todas las luchas civiles actuales, involucra la democratización y enri-
quecimiento de las nuevas formas sindicales y de autogestión de las condiciones
materiales de la vida cotidiana.
Cabe como ejemplo indicar que la campaña de "Un día sin auto" podría muy bien
transformarse en "Un día sin industria contaminante", es decir un día de huelga ge-
neral y paralelamente —por favor no un día de moralismo que culpabiliza inespecífi-
ca, "democratistamente" a todos de lo que el capital propicia, sino— "Un día de con-
ciencia de clase y de humanidad y naturalización" contra la cosificación operada por
el capital y así contra su ideología de desmaterialización. Desmaterialización que,
como antideseo, el capital inscribe en todos para en la homogenización indiferentista
utilizar como extorsión los democratismos e igualitarismo para mejor manipular las
diferencias cualitativas del consumo de objetos y de sujetos.
46
La emergencia de los alimentos transgénicos (y el avasallamiento del mercado por los mismos desde mediados de los noventa) ha
puesto al rojo vivo la necesidad de vincular la lucha ecologista y la del consumo saludable. Precisamente al involucrar de lleno al sector
superior deprimido por las transacción del agrobussines (Monsanto, Novartis, Cargillet). Otra vez, Seattle comprobó prácticamente estos
vínculos masiva e internacionalmente.
47
Las investigaciones de Riane Eisler sobre las sociedades gilanicas (o de vinculación libertaria no jerárquica entre hombres y muje-
res) por oposición a las androcráticas ilustra la cohesión comunitaria libertaria de la gestión de la vida social (en sus diversos aspecto, así
como la promoción de un ideal unificador de las luchas. Cfr. El cáliz y la espada. Nuestra historia. Nuestro futuro 1987
19
http://jorgeveraza.blogspot.com
48
Cfr. Jorge Veraza Urtuzuástegui; Para la historia emocional del siglo XX Parte II.
20
http://jorgeveraza.blogspot.com
49
Ibid.
21
http://jorgeveraza.blogspot.com
50
Cfr. Para la historia emocional del siglo XX, Ed cit. Parte II.
51
Ibid. Parte III.
22
http://jorgeveraza.blogspot.com
52
Ibid. Parte II.
53
Cfr. Karl Marx, Formen en los Grundrisse o Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política, Ed. Siglo XXI.
54
Herbert Marcuse, Eros y civilización.Joaquín Mortiz, México, 1968.
23
http://jorgeveraza.blogspot.com
fin, es el ámbito natural —por así decirlo— del desarrollo ecologista y pacifista anti-
militarista y antinuclear; es el núcleo a partir del cual el nuevo sindicalismo podría
estructurarse y desarrollarse.
El carácter totalitario y múltiple de la opresión contemporánea parece cerrar todo
camino; y como involucra expropiar completamente al sujeto social de todas las ins-
tancias realmente afirmativas sea a través de la represión o a través de la manipula-
ción, toda lucha iniciada parece no conducir sino a desgaste y desilusión, porque
hasta los órganos representativos de la clase obrera están alienados y trabados. Así
que la desesperanza crece por todos lados como enemigo adicional bien acorazado.
A la dureza de la contestación del capital se auna la debilidad de las organizaciones
proletarias y la desilusión interior de sus intelectuales y dirigentes. La clase necesita
más que nunca y no sabe ni qué, ni dónde conseguir lo que necesita. Sumida en una
desesperación sin salida se endurece y deprime sin siquiera percibir desilusión, por-
que hasta el recuerdo de alguna ilusión es reprimido para no sufrir. Según ha sido la
breve y triste historia desde mediados de los setenta. 55 A esto es a lo que el intelec-
tual posmoderno al servicio de la ideología dominante llama el "fin de las ideologí-
as". 56 No obstante en este universo donde nada parece poder hacerse, la formidable
embestida del capital desde fuera y aún desde el interior del individuo —donde se
coagula inefable el dolor— hace creer que ya nada se puede hacer, claro que po-
demos hacer algo. La asociación comunitaria de las masas es algo que éstas tienen
a la mano y para la que no requieren representantes sino que cada individuo es su
propio gestor y gestiona simultáneamente el ámbito inmediato en el que ocurre la
reproducción de la fuerza de trabajo. Todo ello ya se tiene de modo espontáneo, no
digamos si se lo fomenta y coordina con entusiasmo y método. En la expresión del
dolor cara a cara se inicia con su reconocimiento su alivio y transformación.
La gestión capitalista de la reproducción de la fuerza de trabajo está en crisis por-
que la tendencia a la desvalorización de la fuerza de trabajo, agudizada con la inter-
nacionalización del mercado de fuerza de trabajo, se contradice con los altos costos
de la acelerada degradación de la calidad de la vida. La virtual abolición del salario
familiar, la incorporación masiva de las mujeres y los jóvenes al mercado laboral, el
creciente desempleo y, en general, la inestabilidad laboral determinan las bases de
la familia nuclear. La forma comuna como alternativa barata y eficaz para la repro-
55
Para la historia emocional del siglo XX, Ed cit. Parte III.
24
http://jorgeveraza.blogspot.com
ducción de la fuerza de trabajo mediante la gestión comunitaria del consumo del va-
lor de uso responde a una necesidad de la acumulación de capital. 57 En esta coyun-
tura se hace posible y necesario hacer no sólo que las comunas surjan sino también
fundar su autonomización mediante el desarrollo de la capacidad de las mismas pa-
ra gestionar comunitariamente la producción de valores de uso a beneficio de sus
integrantes. 58 La argumentación del surgimiento de la posibilidad y la necesidad
económicas de la forma comuna en la coyuntura actual de la acumulación capitalista
y del desarrollo autónomo de las comunas constituye otra vertiente de nuestra temá-
tica 59 a la que aquí sólo podemos aludir.
La vía directa que conecta la cuestión ecológica y la del placer sexual es la del
problema del SIDA, producto de la forma de vida antiecologista y por ende depreso-
ra del sistema inmunológico instaurada por el capital. El SIDA es un problema ecoló-
gico de contaminación doble: del sistema inmunológico y del ambiente procreativo
sexual y de las formas todas de reciprocidad y confianza en el otro. El capital lo po-
luciona todo.
Si nos fijamos más particularmente en la lucha por la gestión de la sexualidad en
la vida cotidiana no sólo observamos al feminismo y al movimiento gay sino que con
el SIDA se pone a la orden del día —al revés del sentido global dictado por las pre-
sentes campañas contra el SIDA— la lucha por el desarrollo de la heterosexualidad.
Sobre la base de la cual se comprende el problema de la juventud y también del mo-
vimiento estudiantil como problemas sexuales y culturales simultáneamente. 60 Pues
56
Cfr. Jorge Veraza U. Praxis y dialéctica de la naturaleza en la posmodernidad, Itaca; México, 1996. parte I y IV.
57
Cfr. David Moreno, "Salarios, acumulación de capital y destrucción de la comunidad doméstica tradicional" (inédito).
58
La exigencia de autonomía de las comunidades indígenas chiapanecas enarbolada por éste desde mediados de los noventa es con-
cordante con lo que aquí digo. Cfr. Jorge Veraza U.
59
Cfr., mis artículos: "¿Hacia un mercado del valor de uso? en revista Itaca No. 5, Estío, 1985; "Crítica a Elmar Alvater y Carlos
Maya, a las Teorías sobre el Imperialismo y del Capitalismo Monopolista de Estado (desde la Crítica de la Economía Política de Marx)"
en revista Economía Política No. 6/7, junio, 1988, Vol. XIX, ESE, IPN.; "Crisis y desarrollo de la hegemonía capitalista. Tarea histórica
actual del capitalismo" en revista Economía Política No. 4, diciembre 1986, Vol. XVIII, ESE, IPN.
60
Cfr. Jorge Veraza U; “Proletarización de la humanidad y subordinación real del consumo bajo el capital” en el presente libro.
25
http://jorgeveraza.blogspot.com
el capital claro que instaura represión sexual y decadencia cultural cada vez que
"moderniza" la enseñanza a favor del incremento de productividad, etc. (caso de la
propuesta Sarukan/saliniana (1990) de elevación de cuotas y reforma de planes de
estudio). Relanzadada a inicios de 2003 en las “qujas” del saliente rector de la
UNAM Juan Ramón De la Fuente. Ni más ni menos el tópico educación infantil es un
tópico de gestión de la sexualidad que debe interesar de lleno al sujeto revoluciona-
rio en proceso de constituirse. 61 Terrenos que junto con el del parto sin dolor, la me-
ditación oriental, o la dietética naturista, etc., que han sido abandonados en brazos
del consumismo comercialista y más vulgar del capital deben ser ocupados por el
sujeto social. Esta ocupación es condición de su devenir en sujeto revolucionario
trascendente.
Ahora bien, una vez que la heterosexualidad se exalta como problema político
concreto a gestionar, ha emergido el centro estructurante de las relaciones sexuales
y por tanto de la gestión comunitaria. Hoy emerge, además, haciendo crisis la unila-
teralización y manipulación, operadas por el capital contra este corazón palpitante
pues ya al emerger sugiere su dimensión trascendente ecológica. El capital no pue-
de sino manipularla —en la ideología del “sexo seguro”, por ejemplo— y seríamos
ciegos si tomáramos de la dimensión trascendente de la política de gestión hetero-
sexual sólo lo que el capital de ella figura para nosotros.
La juventud, los sindicatos, los partidos, etc.,y todo aquel que quiera contestar a la
represión sexual —y política en general— con libertad, sólo organizándose en gru-
pos afinitarios de número de integrantes adecuado (10 o 20) podrá gestionar su
sexualidad de modo racional, placentero y protegido. Comprenderse unos a otros y
consecuentemente procurar por sus necesidades y voluntad de modo coincidente
con nosotros mejor que depender de la cosa condón es la salida real contra el SI-
DA. 62
Por lo demás siendo la auténtica lucha contra el SIDA a la vez ecologista y de
gestión grupal y abierta de la Sexualidad, entrega como resultado constante la me-
diación concreta para la gestión de la sexualidad y para la gestión de un consumo
alimentario no depresor del sistema inmunológico sino pro sistema inmunológico,
núcleo dual de la vida cotidiana. Y si las necesidades históricas no son o no pueder
ser asumidas con conciencia, simplemente se pasa a satisfacerlas poco a poco sin
61
Cfr. Wilhelm Reich, El asesinato de cristo, Bruguera, Barecelona, 1980, páginas finales.
26
http://jorgeveraza.blogspot.com
Si hasta hoy la contestación del sujeto social ante la embestida del capital, en par-
ticular contra la Subsunción Real del consumo bajo el capital, ha sido a la defensiva,
de tipo espontáneo, promovido por la fuerza de las cosas que urgen con necesidad
y, entonces, de tipo puntiforme 63 y carente de perspectivas muy pasibles, entonces,
de ser formalizadas burocrática o comercialmente, cabe a partir de mañana y más
bien es obligado ya iniciar una contestación conciente; por propia voluntad y antes
de que nos llegue el agua 64 a la nariz, previsora y principista que confronte la forma-
lización burocrática o mercantil de la experiencia desde sus premisas convivenciales
concretas. Y es que en el mundo actual —el mundo donde el capital se ha realizado
completamente en la estructura de los valores de uso individuales— amanece el fin
de las ilusiones del capital, y consecuentemente amanece el fin de las ideologías
pseudosocialistas. Pero, inversamente, del lado del sujeto social en tanto fuerza pro-
ductiva sexual procreativa amanece la realización de las utopías concretas plenas
no sólo de esperanza (Bloch) sino de vitalidad y espíritu comunista.
El papel de la nueva forma de partido que surja de las formas de experiencia an-
tes mencionadas —e incluso el de los partidos actuales— en la coyuntura presente
cuya vigencia es más larga de lo que se cree, será meramente coordinadora y apun-
talante del de las comunas y el Nuevo Sindicalismo. Es decir no podrá mostrar una
función trascendente de modo prioritario cual es la suya. Pues el carácter de la lucha
emancipatoria está determinado por la estructura de la coyuntura global mundial de
62
Cfr. Para la historia emocional del siblo XX. Ed. Cit. Parte II.
63
Cfr. Federico Nietzsche, De la utilidad
64
De hecho el agotamiento del agua amenaza al planeta como el producto concentrado de los objetos nocivos del industrialismo capi-
talista sobre la biosfera. Cfr. Jorge Veraza U; El siglo de la hegemonía mundial de EU. Guía para comprender la historia del siglo XX,
muy útil para el XXI. Itaca; México, 2004. Parte IV.
27
http://jorgeveraza.blogspot.com
65
Cfr. Op.cit. Marx, Karl; Formen, página final.
66
La lucha del EZLN desde 1994 a la fecha ilustra esta formación hecha en 1992.
67
Cfr. Jorge Veraza U; Leer el manifiesto. Leer nuestro tiempo. Itaca; México, 1998.
28
http://jorgeveraza.blogspot.com
X~W
29