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Los hombres que ejercen este tipo de violencia pueden tener una buena
imagen pública, y ser incluso seductores y atractivos en los espacios y
relaciones sociales. Es en el ámbito privado y doméstico donde los hombres
se sienten legitimados para ejercer la violencia.
Los malos tratos se ocultan tanto por los hombres que los ejercen como por
las mujeres que los sufren.
Los malos tratos no son actos aislados, sino sucesión de hechos que se
prolongan en el tiempo, cuyo objetivo es el de conseguir el control y dominio
sobre la mujer, lo que va debilitando gradualmente sus defensas físicas y
psicológicas, generando miedo y sentimiento de indefensión e impotencia.
Las mujeres maltratadas sienten vergüenza de sufrir violencia, de no ser
capaces de pararla ni de protegerse a sí mismas y a sus hijas e hijos. Se
sienten culpables de haber elegido como pareja a un hombre violento o
incluso por no haber podido cambiarle. Estos sentimientos impiden a las
mujeres contar lo que les pasa, y les lleva a minimizar o negar la violencia.
Quizá estas causas están en el trasfondo del problema, pero hay factores de
riesgo y situaciones de especial vulnerabilidad que explicarían por qué en
contextos similares, en ocasiones se producen las situaciones de violencia y
en otras no.
Factores que favorecen la supervivencia de la violencia doméstica.
àCulturales:
àEconómicos:
àLegales:
Inferioridad jurídica de la mujer, ya sea según la ley escrita o según el
derecho consuetudinario y su aplicación práctica
àPolíticos:
Representación insuficiente de la mujer en las esferas del poder, la política,
los medios de comunicación y en las profesiones médica y jurídica
Se trata del abuso psicológico, sexual o físico habitual. Sucede entre
personas relacionadas afectivamente, como son marido y mujer o adultos
contra los menores que viven en un mismo hogar.
Hay mujeres que se avergüenzan por lo que les sucede y que hasta se
creen merecedoras de los abusos. Por eso prefieren mantenerlos en secreto
y así esa situación puede prolongarse durante años. Los que maltratan a
sus víctimas lo hacen de acuerdo a un patrón de abuso psicológico. Igual
que en el caso del alcohólico, el que golpea a una mujer o la maltrata
psicológica o sexualmente, lo primero que hará es negarlo. Negación es
decir: "No, es que yo le pego con razón". No hay ninguna razón para
golpear a una mujer, ni a nadie. Pero lo niegan. Dicen: "Yo no la he
golpeado, yo no le hecho nada, sólo tocarla".
Las amenazas a través de los hijos, las amenazas de que le van a quitar al
hijo, todos estos son abusos psicológicos que preceden al abuso físico. Yo se
lo pronostiqué a una persona por lo menos 8 meses antes. Le dije: "Su
esposo la va a golpear". "No, él es incapaz", me respondió ella. Y así
sucedió, aunque él es Ministro de la Eucaristía. No es por ser Ministro por lo
que ha hecho esto, sino por no ser un buen Ministro. Todos estos abusos
impiden que la mujer deje el hogar, ese hogar violento. Es que esa paliza
psicológica a que están sometidas muchas mujeres, es más horrorosa que el
abuso físico. Pregúntele a cualquier mujer a la cual han maltratado
físicamente qué es lo que le duele más; si las palabras hirientes, los
desprecios o los golpes. Los golpes se pasan, los abusos psicológicos, los
insultos, los desprecios se clavan en el corazón.
d) Abuso económico: Control abusivo de finanzas, recompensas o castigos
monetarios, impedirle trabajar aunque sea necesario para el sostén de la
familia, etc.
a) ¿Has llorado hasta dormirte por haber sido golpeada o insultada por tu
esposo?
Primero hay una raíz cultural histórica. Durante mucho tiempo nuestra
sociedad ha sido muy machista, el hombre ha creído que tiene el derecho
primario a controlar, a disciplinar con severidad, incluso a abusar de la vida
de la mujer y de los hijos. Eso ha sucedido bajo la apariencia del rol
económico del hombre, proveedor de la alimentación. No crea que en
EE.UU.. no se golpea a la mujer. El padre americano, en tiempos de la
colonia, tenía derecho hasta de matar al hijo cuando no le obedecía. Los
españoles éramos brutos pero no tanto.
Otra causa es la cultura actual. La gente se tira de los pelos. ¿Por qué pasa
esto? El modelo presente de nuestra sociedad está reforzando el uso de la
fuerza para resolver los problemas. Por eso el abusador usa la fuerza física,
para mantener el poder y el control sobre la mujer, porque ha aprendido
que la violencia es efectiva para obtener ese fin de control y como ellos no
han sufrido las consecuencias, las mujeres se han callado. La violencia
doméstica ocurre en todos los niveles de la sociedad, no solamente en las
familias pobres. En las familias ricas sucede lo mismo. Lo que pasa es que
una mujer a quien le dieron una paliza, si tiene dinero, se va
tranquilamente a una clínica privada y aquí no ha pasado nada. Las que son
pobres tienen que ir al hospital y allí los médicos dicen: "A esta mujer la
han golpeado" y la policía se encarga de eso. Entre blancos, negros,
amarillos, católicos, judíos, protestantes y evangélicos; entre todos, existe
la violencia doméstica. Pero no por ser protestantes o católicos, sino, por no
ser como deben ser.
Cuando uno toma alcohol o usa cualquier droga, estos centros quedan como
un barco sin timón. Y ¿Qué le pasa a un barco sin timón? Pues se estrella
contra las rocas. Sobre todo la agresividad, el instinto sexual, quedan sin
control. Entonces viene el golpear a la mujer y a los hijos bajo el efecto del
alcohol y el abusar de la mujer sexualmente. El 50 % de los casos (que se
conocen) de abuso sexual entre los hijos, es entre personas alcohólicas o
adictas, porque surge el animal que hay dentro de nosotros mismos. Los
recuerdos, los valores, los consejos, cuando uno usa o abusa del alcohol o
drogas, no funcionan y viene la violencia doméstica. A pesar de la llamada
"liberación femenina" (que en realidad muchas veces ha llevado a la mujer
a mayor esclavitud), todavía hay hombres que consideran a esposa e hijos
como objetos de su propiedad. Por eso se creen con el derecho a descargar
sobre ellos su frustración o malhumor maltratándolos a su antojo.
Como los hijos imitan a padres, se da con frecuencia que quienes en la niñez
fueron testigos de abusos físicos entre sus padres, repiten la misma
conducta cuando llegan al estado adulto. Aprendieron que los problemas y
conflictos se afrontan con la fuerza bruta. Ese aprendizaje negativo se
arraiga tanto que muchas veces pasa de generación en generación. Si a
esto se añade la "glorificación" de la violencia en los medios de
comunicación, podemos entender el por qué muchos seres humanos
recurren a la violencia, a veces con una frialdad que asusta más que el
mismo acto violento. La experiencia enseña que muchos de los abusadores
familiares parecen "mosquitas muertas"; pasan por personas educadas y
suaves, pero en el fondo son individuos celosos con una pobre imagen de sí
mismos y que viven en un mundo irreal. Si a esas personas les da por
tomarse unos tragos de más, cosa frecuente, la explosión violenta será
mucho mayor.
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Recuerdo que alguna vez dijeron durante una terapia: "Es que yo me siento
culpable de lo que está pasando". A los 4 días de que por poco la mata, ella
se sentía culpable. Era una mujer de Dios, que había luchado y se creía
culpable, como si se mereciera el maltrato. ¿Por qué se lo cree? Porque él
se lo ha dicho tantas veces que cuando la golpea cree merecerlo. Muchas
mujeres quisieran que se acabara la violencia pues quieren recibir amor. "Si
mi esposo cambiara", dicen. Todo ser humano puede cambiar con la ayuda
de Dios. Pero, si él no reconoce que tiene esos problemas, jamás en la vida
va a cambiar. El típico abusador, el que maltrata, cree no tener problemas,
igual que el alcohólico.
¿Cómo va a cambiar?
Otro motivo por el cual algunas mujeres no se separan de este problema de
codependencia completa, es que las anima la familia y lamentablemente la
Iglesia, a permanecer con el abusador. Sobre todo la familia les aconseja
que mantengan esa relación por "el bien de tus hijos". "¿Cómo vas a dejar a
tus hijos sin padre?", les dicen. ¿Qué es mejor, tener un padre que golpea a
su madre y que luego golpeará a sus hijos, o no tener padre? Se les hace
mucho más daño a los hijos cuando ven que su padre golpea a su madre.
Para los niños pequeños la madre es la base de toda su vida, la base de su
afectividad, la base de su seguridad. Si una madre es golpeada, sus hijos se
derrumban afectivamente. Es mucho mejor separase. Yo no estoy a favor
del divorcio, pero la separación es, a veces, menos dañina.
Es cierto que hoy las mujeres maltratadas buscan más ayuda que en el
pasado; se va dejando a un lado esa absurda actitud pasiva respecto a los
esposos abusivos. Pero algunos estudios señalan que todavía entre dos y
cuatro millones de mujeres son agredidas severamente por el mal llamado
sexo fuerte. Cuando se pregunta a algunas mujeres por qué aguantaron
maltrato durante años, la respuesta más común es ésta: "Por mis hijos; no
quería que se criaran sin un padre". Parece una respuesta válida, pero si la
analizamos profundamente descubrimos su inconsistencia. Sucede que en
una situación de violencia los hijos también salen perdiendo. El crecimiento
en una atmósfera de miedo, tensión y terror influirá negativamente en su
desarrollo emocional y más tarde se manifestará en el abandono escolar, en
el uso de drogas, en desórdenes psicológicos y en violencia y delincuencia.
¿Es justo mantener a los hijos en ese ambiente infernal? Aunque sea triste
que unos hijos se queden sin padre, peor es que crezcan viendo cómo su
padre maltrata a su madre.
Hay víctimas que también dan esta otra respuesta: "Es mi deber seguir
casada...ésa es la voluntad de Dios." Ignoran que el matrimonio es una
alianza de amor, instituida por Dios Amor. Aunque la Iglesia no admite el
divorcio de matrimonios válidamente celebrados, sí admite la separación
cuando hay signos inequívocos de desamor, como es el maltrato
sistemático. En muchos casos influye el factor económico. Soportan cuanta
vejación venga con tal de no perder la seguridad económica para sí y sus
hijos. Se trata generalmente de mujeres con poca preparación académica,
conscientes de que sin el marido no podrían vivir cómodamente. Lo peor es
que la mujer repetidamente abusada se destruye psicológicamente. Su yo,
su identidad individual, se erosiona. Eso la incapacita para tomar las
decisiones correctas. Cae en la ambivalencia efectiva ("¡Qué bueno es él
cuando no me golpea!"); su autoestima queda por los suelos hasta creer
ella misma que merece tales insultos y golpes. Cuando una persona cae a
ese nivel, su capacidad de decisión queda prácticamente anulada, porque el
principio vital está herido de muerte. Si a una persona así aplastada se le
amenaza con un "Si me denuncias, te mato", se sentirá paralizada. Quizás
en un último intento de supervivencia reaccione, pero usando las mismas
armas que a ella la han destruido. No dejen que las aguas se conviertan en
torrentes destructores. Ayuden a las víctimas de la violencia y anímenlas a
romper esa dependencia nociva.
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¿Cuál es la dinámica de la violencia doméstica?
En toda violencia doméstica existe como un ciclo, un círculo, que pasa por
tres fases importantes. Todo ello produce el síndrome o los síntomas del
abandono. Como ya he dicho, es algo aprendido.
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"Cobra":
VIOLENCIA/RAICES:
Estas tres enfermedades van a dar frutos o síntomas de gran dolor a nivel
personal, familiar y social; y como los cimientos sostienen o provocan el
derrumbe de una casa, empecemos por la raíz.
El vacío-afectivo
El ser humano al nacer y aún antes de nacer, viene con dos clases de
hambre o dos grandes necesidades: la necesidad de alimento y la necesidad
de amor. Y lo mismo si no se le da de comer a un niño que si no se le da
cariño, ese tierno ser humano muere, literalmente muere o lleva
semimuerto su corazón hasta la tumba. Por eso al recién nacido, no basta
sólo darle la leche o decirle: ¡Eres lo más grande de mi vida!, con esa voz
tierna que sólo las madres tienen. Hace falta arrullarle, abrazarle y
acariciarle. El contacto físico es importante para el recién nacido pero
también es de suma importancia para el niño, para el adolescente, para el
adulto y para el anciano. Me gustó muchísimo una comparación que leí en
un libro, en inglés, cuyo título traducido es: "El amor es una elección". El
ejemplo o la imagen que pone este libro es, que el ser humano al nacer trae
en lo profundo de su ser un tanque de amor en forma de corazón; y lo
mismo que un auto, añado yo, necesita constantemente que se le llene de
gasolina para poder moverse. Así que necesita de otros dos tanques de
amor: el de su padre y el de su madre vayan llenando su tanquecito;
pequeño al principio, pero que va creciendo en tamaño.
¿Se imagina usted que pasará si el tanque de amor de la madre o del padre
o, aún peor, los dos están vacíos? ¿Que pasará cuando uno de ellos no
existe porque se fue, porque se separaron, se divorciaron, o por la muerte?
¿Que pasa cuando un padre está físicamente presente pero el trabajo
abarca todo su tiempo, o es un alcohólico o un perfeccionista? Imagínese la
tragedia cuando la mamá es la alcohólica o es una neurótica de la limpieza.
Debemos tener muy en claro que se hace daño a una persona adulta y
mucho más a un niño, no sólo perjudicándole en forma directa sino no
dándole aquello que es básico para su vida, como lo es el afecto. En todas
estas situaciones hay una casi total ausencia de afecto, que es lo mismo
que sembrar la soledad, en palabras de Carlos Guantemoc Sánchez.
Los malos tratos tienen múltiples efectos en las personas que los sufren:
No se lave ni cambie de ropa hasta que no haya sido atendido/a por los
servicios médicos.
En la consulta médica, además de la exploración física, le harán un
informe médico-forense, le curarán las heridas y lesiones, le darán
tratamiento para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, para
prevenir el embarazo, y, si lo necesita, solicitarán consulta al psicólogo o
psiquiatra.
No se lave ni cambie de ropa hasta que no haya sido atendido/a por los
servicios médicos.
Evite las discusiones con el agresor el lugares sin salida a la calle, donde
existan objetos peligrosos (cocina).
Acuerde con algún vecino o familiar una señal de alarma.
Por otra parte, quienes desean ayudar a las víctimas deben asumir que:
Interiorice que las víctimas no son masoquistas, sino que quedan atrapadas
en el ciclo de la violencia y comúnmente se identifican con el agresor como
defensa.
Hágale saber que está bien que lo cuente, que su situación tiene remedio y
que la toma de conciencia es el primer paso para salir de la violencia.
Alerte a la víctima sobre los riesgos que corre, ella no puede cambiar el
comportamiento de su agresor y las disculpas o promesas no detendrán la
violencia.
Ofrezca su compañía, déle el tiempo que necesite para tomar sus propias
decisiones, acepte su ritmo.
Violencia familiar
La violencia intra familiar se identifica como un problema social de alto impacto en la comunidad siendo el riesgo individual, familiar y
social.
Jurídicamente se entiende por violencia familiar, toda acción u omisión ejercida por un integrante del grupo familiar contra otro que
produce un daño no accidental en el aspecto físico, psíquico, sexual o patrimonial.
Por violencia física, se entiende toda acción u omisión que arriesga o daña la integridad corporal de una persona.
Por violencia psicológica, toda acción u omisión destinada a degradar o controlar las acciones, comportamientos, decisiones y creencias
de otras personas por medio de la intimidación, manipulación, amenaza directa o indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra
conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica, emocional, la autodeterminación o el desarrollo personal.
Por violencia sexual, se entiende toda acción que obliga a una persona a mantener contacto sexualizado, físico o verbal, o a participar
en otras interacciones sexuales con la persona que despliega la acción o con un tercero, mediante el uso de la fuerza física, chantaje,
soborno, manipulación, o cualquier otra conducta que anule o limite la voluntad personal.
Es violencia patrimonial, toda acción u omisión que implique un perjuicio, pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención
o distracción de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos, o recursos económicos,
destinados a satisfacer necesidades que conlleven a un riesgo de daño inminente en la salud física o psíquica o la vida de algún
miembro del grupo familiar.
Tal la breve reseña descripta la violencia no solo se produce o manifiesta por golpes físicos, esperando así que la víctima luzca un ojo
color violáceo o una extremidad del cuerpo quebrada sino que existe y se manifiesta también a través de una violencia psicológica la
cual se encuentra estudiada, confirmada y protegida por la ley.
Hay alguien que protege a aquellos que se sienten desprotegidos, sin salida y que solos no pueden. Hay una ley que ampara a
las víctimas de violencia familiar es Ley 24.417.
Sobre este tema, para mi existe mucha desinformación.
También se que es muy difícil para la víctima denunciar, ya que la creencia social generalmente nos lleva a pensar que este tipo de
situaciones se suscitan “solo” en determinados sectores de esta sociedad.
Tal lo entrecomillé a SOLO es una errónea creencia, ya que las estadísticas así lo corroboran. Pues, en este campo, es necesario no
guiarse por consejeros todo terreno, sino por gente idónea en el tema para juntos lograr una solución a tan basto problema. A lo largo
de nuestra profesión y transitado este camino tan sinuoso y de peligrosas pendientes hemos encontrado gente que trabaja bien.
Liberar el miedo y la vergüenza, en este proceso resulta indispensable. De allí que es posible, con el debido asesoramiento obtener
soluciones rápidas eficaces y debidamente instrumentadas como lo es exclusión del violento del hogar, el otorgamiento de la guarda de
un hijo, alimentos para el violentado, prohibición de acercamiento a la víctima y a sus hijos en el caso que sea necesario.
Conclusión
Si aún con esos recursos, no fuere suficiente para repeler la agresión, lo ideal es tener un buen asesoramiento legal que acompañe este
camino adecuadamente.
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