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ESCUELA MILITAR DE INGENIERIA

Mcal. Antonio José de Sucre


U.A. La Paz – BOLIVIA
6º Semestre, 3er Año
Ingeniería Ambiental

EL MONO
DESNUDO:
ALIMENTACIÓN
Asignatura: Antropología Social
Docente: Lic. DAEN David de Rojas Silva
Alumna: Natalia Cárdenas Soliz A8382-8

31 de Marzo de 2010

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Desmond Morris, zoólogo y etólogo inglés en su
libro The Naked Ape (El Mono Desnudo), 1967,
proporciona una realista y objetiva mirada a la
especie humana. El comportamiento humano
evolucionó para poder enfrentar los desafíos de la
vida prehistórica como cazadores-recolectores.
ALIMENTACIÓN
Su comportamiento de alimentación parece
ser una de sus actividades más variables,
oportunistas y culturalmente influenciables;
pero también aquí actúa una serie de
principios biológicos básicos. Los hábitos
ancestrales de la recogida de frutos se
transformaron en costumbres de caza
cooperativa muchos cambios
fundamentales en su rutina de alimentación.
Los alimentos se llevaron a un
hogar base fijo para su consumo.
Hubo que preparar mejor la
comida. Con el tiempo, los
ágapes se hicieron más copiosos
y espaciados.
El papel de la carne en la dieta aumentó
considerablemente. Se puso en práctica el
almacenamiento y la distribución de comida. Los
machos quedaron encargados de proporcionar la
comida a la unidad familiar.
Las perfeccionadas técnicas de recolección de la
agricultura moderna arrebataron a la mayoría de los
varones adultos su papel de cazadores. Lo
compensan saliendo a «trabajar». El trabajo ha
sustituido a la caza, pero ha conservado muchas de
sus características fundamentales. Requiere un viaje
regular desde el hogar base hasta los campos de
«caza». Es una ocupación predominantemente
masculina y ofrece oportunidades para la
interacción
entre varones y la actividad
de grupo.
El trabajo ha reemplazado sustancialmente a la caza,
pero no ha eliminado del todo las más primitivas
formas de expresión de este impulso básico. Aunque
no exista un pretexto de tipo económico para correr
detrás de la presa, esta actividad persiste en nuestros
días bajo formas diferentes.
La caza de fieras, de
venados, de zorros, liebres,
patos, la pesca con caña y
los juegos de caza de los
niños, entre otros, son otras
tantas manifestaciones del
antiguo impulso cazador.
Prescindiendo de la caza y prestando atención al siguiente
acto del esquema general de alimentación, se llega a la
matanza. Puede encontrar un cierto grado de expresión en las
actividades del trabajo, de la caza deportiva y del juego. El
impulso de matar la presa aparece, considerablemente
modificado en nuestro actual estilo de vida. Sigue
reapareciendo,
en las actividades juguetonas
(o no tan juguetonas) de los chicos;
en cambio, en el mundo adulto está
sometido a una fuerte represión
cultural.
Después de la caza y de la matanza, llegamos a la
comida propiamente dicha. Como primates típicos,
deberíamos estar masticando continuamente
pequeños bocados. Nuestra evolución carnívora
modificó todo el sistema. El carnívoro típico se
harta a base de copiosos ágapes, espaciados en el
tiempo; nosotros caemos de lleno en este sistema.
Tan fuerte es esta tendencia, que puede
acarrearnos dificultades. La cuestión es que la
sustancia alimenticia posee dos elementos que la
hacen atractiva para nosotros: su valor nutritivo
y su paladar. En los productos naturales, estos
dos factores se dan la mano; en cambio, pueden
hallarse separados en los alimentos producidos
artificialmente, lo que puede ser peligroso.
La dieta de un carnívoro típico es más
nutritiva, pero también mucho más
monótona.
• Una de ellas es que con ello se consigue la
«temperatura de la presa». Aunque hemos
dejado de consumir carne recién muerta, la
devoramos aproximadamente a la misma
temperatura que las otras especies
carnívoras. Estas comen caliente porque la
carne no se ha enfriado aún; nosotros lo
hacemos porque la calentamos de nuevo.
Otra interpretación es que tenemos los
dientes tan débiles que nos vemos obligados
a «ablandar» la carne mediante su cocción.
Pero esto no explica por qué preferimos
comerla cuando está aún caliente, ni por qué
calentamos alimentos que no requieren el
menos «ablandamiento». La tercera
explicación es que, al aumentar la
temperatura de la comida, mejoramos su
sabor. Y si añadimos una complicada serie
de sabrosos elementos secundarios a los
principales objetos comestibles, el resultado
será mejor aún.
• Volviendo ahora a la variedad de artículos
alimenticios consumidos por un grupo actual de
monos desnudos, descubrimos que su gama es muy
extensa. Los primates tienden a tener una dieta
mucho más variada que los carnívoros. En cuestión
de comida, estos últimos se han convertido en
especialistas, mientras que los primeros siguen
siendo oportunistas.
«El Quijote», Miguel de Cervantes
(1545-1616), también pensaba que

"La alimentación de un hombre


superior debe ser de frutos y raíces
comestibles"
Dieta Pobre = Cuerpo Débil
• Se nota cada día más la debilidad de nuestro organismo, y
eso es debido a las ventajas constantes de las comodidades
modernas; departamentos demasiado calientes, camas muy
mullidas, vestidos múltiples, etc...
• Nuestros pies están escasamente en contacto con el suelo
bienhechor; poco tiempo se está consagrado al aire libre, a
la marcha, al ejercicio, al descanso verdadero en relajación
completa.
• Nuestro cuerpo es menos resistente a causa del progreso,
que le anima a la pereza sometiéndolo, al mismo tiempo, a
un esfuerzo nervioso constante. La recuperación de esa
energía no puede hacerse, a causa de la pobreza de los
productos que se le ofrecen como compensación. Ya las
malas costumbres son adquiridas y se necesita una gran
maestría para tomar de nuevo el control. – Dr. S. R. Ferrière

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