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EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO Y

EL DERECHO INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

Joaquín Cáceres Brun

SUMARIO

1. INTRODUCCIÓN. 2. ELEMENTOS COMUNES. 2.1. Fundamento. 2.2. Naturaleza jurídica.


2.3. Principios. 3. ELEMENTOS DIFERENCIADORES. 3.1. Un poco de historia. 3.2. ¿Quiénes
son sus destinatarios? 3.3. ¿Cuándo son aplicables? 3.4. ¿A quiénes protegen? 3.5. ¿Qué
derechos se protegen? 3.6. ¿Cómo se protegen? 4. LA APLICACIÓN DEL DIH Y EL DIDHH. EL
PAPEL DEL COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA. 4.1. El DIH. 4.1.1. Conflictos
armados internacionales. 4.1.2. Conflictos armados internos. 4.2. El DIDDHH. 4.3. ¿Unas
‘Normas básicas de humanidad’? 5. CONCLUSIONES. 6. BIBLIOGRAFÍA.

1. INTRODUCCIÓN

Como sus respectivos nombres indican, las materias que estudiaremos a continuación tienen por
objeto la protección de la persona humana. Naturalmente, este propósito común hace que el
Derecho internacional humanitario (DIH) y el Derecho internacional de los derechos humanos
(DDHH) compartan importantes semejanzas y que incluso sean complementarios en su
aplicación. Sin embargo, dicha comunidad de propósitos y complementariedad en la aplicación
no impide que estos sistemas normativos se vean separados por significativas diferencias, como
comprobaremos al estudiarlos desde el punto de vista teórico y práctico. Veamos ahora qué son
el DIH y los DDHH y en qué instrumentos están contenidas sus normas principales.

El DIH tiene por objeto la protección de las víctimas de los conflictos armados (las guerras) y la
regulación de los métodos y medios de combate. El DIH en vigor está recogido en una amplísima
y creciente normativa convencional pero sus principales disposiciones están contenidas en:

(1) los cuatro Convenios de Ginebra (CG) de 12 de agosto 1949 sobre: heridos y enfermos
(I CG), heridos, enfermos y náufragos (II CG), trato de los prisioneros de guerra (III CG) y
protección de las personas civiles (IV CG), y

(2) sus dos Protocolos adicionales (PA) de 8 de junio de 1977 relativos a la protección de
las víctimas de los conflictos armados internacionales (PA I) y de los conflictos armados sin
carácter internacional (PA II).

La mayoría de estas normas escritas (desarrolladas en unos 600 artículos) gozan de aceptación
casi universal y al mismo tiempo forman parte del Derecho consuetudinario (normas no escritas
pero también obligatorias) por lo que sus disposiciones son exigibles a todos los Estados con
independencia de que hayan ratificado o se hayan adherido a los acuerdos internacionales
mencionados.

Por su parte, los DDHH tienen por objeto garantizar el goce y ejercicio de los derechos y
libertades fundamentales de la persona humana. La normativa internacional en vigor es
igualmente extensa pero, fundamentalmente, está recogida en:

(a) la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDDHH) (1948);


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(b) el Convenio europeo para la protección de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales (CE) (1950);

(c) el Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (PIDESC) y el


Pacto internacional de derechos civiles y políticos (PIDCP) (ambos de 1966);

(d) la Convención americana sobre derechos humanos (CA) (1969); y

(e) la Carta africana de derechos humanos y de los pueblos (1981).

Las normas de DIH y de DDHH forman parte, además, del Derecho interno de los Estados, es
decir, la Constitución, la norma fundamental del Estado, y las leyes, decretos, reglamentos, etc.
que los recogen y desarrollan.

De modo que el DIH y los DDHH integran el conjunto de normas internacionales que tienen por
objeto la protección integral de la persona humana, dentro del que cabe incluir, además, al
Derecho internacional de los refugiados. Así:

PROTECCIÓN INTEGRAL DE LA PERSONA HUMANA

Protección de las víctimas de los conflictos armados


• DIH
Reglamentación de los métodos y medios de combate

• DDHH Garantizar el ejercicio de derechos y libertades fundamentales

• DERECHO INTERNACIONAL DE LOS REFUGIADOS

2. ELEMENTOS COMUNES

Al formar parte del mismo tronco normativo, el DIH y los DDHH tienen importantes elementos
comunes relativos a su razón de ser, al carácter y al núcleo fundamental de las normas que los
componen:

FUNDAMENTO Protección jurídica de la persona humana

NATURALEZA JURÍDICA Condición humana >>> titularidad de derechos

Normas imperativas de Derecho internacional

NÚCLEO FUNDAMENTAL
Inviolabilidad
Principios comunes No discriminación
Seguridad
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2.1. Fundamento

El objetivo más importante del DIH y de los DDHH es la protección de los derechos de la
persona humana, con independencia de la justificación teórica (desde el Derecho natural o el
Derecho positivo) a la que se pueda recurrir como punto de partida.

2.2. Naturaleza jurídica

En ambos sistemas normativos, todas las personas son titulares de unos derechos por su
condición de seres humanos. Sin embargo, estos derechos no tienen un carácter absoluto
debido a que deben ser ejercidos respecto de otras personas que, a su vez, son titulares de los
mismos derechos. Esta interrelación entre cotitulares de los mismos derechos hace que los
derechos de una persona sean los deberes (de hacer y de no hacer) de las demás (artículos 1
DUDDHH y 32 CA).

2.3. Núcleo de principios comunes

Los principios de (1) inviolabilidad, (2) no discriminación y (3) seguridad constituyen el núcleo
fundamental de derechos del DIH y de los DDHH.

El principio de la inviolabilidad de la persona comprende (a) el derecho a la vida (aunque en el


DIH este derecho está sujeto a una interpretación distinta de la que hacen los DDHH en el
contexto de las muertes que se produzcan como consecuencia de “actos lícitos de guerra”), (b)
el derecho a la integridad física y moral y (c) el derecho a los atributos inseparables de la
personalidad.

Por otra parte, el principio de no discriminación constituye uno de los pilares sobre los que se
erigen ambas normativas, pero cabe advertir que el DIH (entre otros, el artículo 3 común) se
basa en la crucial distinción entre combatientes y personas civiles y, además, admite la
discriminación positiva o favorable a ciertas categorías de personas especialmente vulnerables
como los heridos y enfermos, mujeres, niños, apátridas y refugiados, etc., e incluso heridos y
enfermos que, en razón de su mayor gravedad, deben ser atendidos en primer lugar.

Finalmente, el principio de seguridad de la persona humana que impregna todo el sistema


normativo de DDHH y que en el DIH ha sido desarrollado, como advierte PÉREZ GONZÁLEZ,
mediante un régimen de medidas de salvaguardia en forma de:

(a) prohibiciones (declarar a una persona protegida como responsable de un acto que no ha
cometido, adoptar represalias, castigos colectivos, la toma de rehenes y las deportaciones)
(artículo 33/IV CG, entre otros) y

(b) derechos y garantías mínimos (en materia de detención y diligencias judiciales penales)
(artículo 82/III CG, entre otros).

Estos principios comunes reciben la consideración de normas de jus cogens o normas


imperativas de Derecho internacional general, aquellas normas aceptadas por la comunidad
internacional en su conjunto, contra las que no cabe acuerdo en contrario y que sólo pueden ser
modificadas por una norma posterior del mismo carácter (artículo 53 de la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados de 1969). Se trata, por tanto, de un selecto grupo de normas,
las más importantes del Derecho internacional, que se encuentran en la cúspide de la pirámide
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normativa internacional y que, debido a su trascendencia y a la universalidad de los valores


humanitarios que representan, no son susceptibles de renuncia (artículos 7/I-III y 8/IV CG).

3. ELEMENTOS DIFERENCIADORES

Entre el DIH y los DDHH existen importantes diferencias relativas a sus orígenes históricos, los
sujetos a quienes van dirigidas sus normas, las circunstancias en que resultan aplicables, las
personas y los derechos protegidos y los procedimientos de protección.

DIFERENCIAS

Derecho internacional>>>derecho interno (DIH)


Un poco de historia
Derecho interno>>>Derecho internacional (DDHH)

Estados, organizaciones internacionales, individuos (DIH)


Destinatarios normas
Estados e individuos (DDHH)

Conflictos armados (DIH)


¿Cuándo se aplican?
En toda situación (DDHH)

A ciertas categorías de personas (DIH)


¿A quiénes protegen?
A toda persona (DDHH)

Derechos esenciales en un conflicto armado (DIH)


¿Qué derechos se protegen?
Todos los derechos (DDHH)

Estados, tribunales penales internacionales, etc. (DIH)


¿Cómo se protegen?
Estados y organizaciones internacionales (DDHH)

3.1. Un poco de historia

Las normas más antiguas sobre la protección del ser humano en el Derecho internacional se
encuentran en el DIH. En efecto, desde las primeras referencias contenidas en textos de las
grandes religiones y civilizaciones de la antigüedad, dichas normas se desarrollaron a partir de la
práctica y de la costumbre de los Estados beligerantes que las recogieron luego en acuerdos
bilaterales y reglamentos militares. Sin embargo, durante mucho tiempo la aplicación de estas
normas ha tenido alcance limitado al territorio de los Estados beligerantes y a la duración de los
conflictos y, además, su contenido estaba sujeto a factores como la moral, el lugar, la época, la
civilización, etc.
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Por ello el esfuerzo codificador iniciado por el Convenio de Ginebra (1864), el primer instrumento
universal, permanente, escrito y multilateral destinado a proteger sin distinción a los militares
heridos y enfermos y estableciendo el respeto e identificación (mediante el emblema de la cruz
roja sobre fondo blanco) del personal, material y equipamiento sanitarios, es considerado como
el que sienta las bases del DIH moderno. La transición del DIH clásico al DIH contemporáneo ha
supuesto, además, el paso de unas relaciones que hasta entonces habían sido de carácter
exclusivamente interestatal (entre los Estados beligerantes) a otras enderezadas a conceder
derechos e imponer obligaciones al individuo también, con el fin de asegurar mejor la protección
de los derechos de la persona humana ante el Estado y los grupos armados.

Los DDHH, en cambio, tienen su origen en el ordenamiento interno de los Estados en un


proceso histórico que se inicia con la concesión de algunos privilegios a ciertos estamentos
sociales por el poder (por ejemplo, la Carta Magna de 1215) que luego da lugar al
reconocimiento de derechos ciudadanos (la Declaración de Filadelfia de 1774, la Declaración de
Virginia (Bill of Rights) de 1776 y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de
1789), jalonado por hitos como la prohibición de las prácticas odiosas (por ejemplo, la
esclavitud), la protección diplomática y el derecho de asilo, los derechos de las minorías
(abanderados por la Sociedad de Naciones) y que concluye con la adopción de instrumentos
internacionales universales y regionales de DDHH, algunos de cuyos documentos más
importantes ya hemos mencionado.

3.2. ¿Quiénes son sus destinatarios?

El DIH reconoce derechos e impone obligaciones a:

(1) en el ámbito internacional,

(a) Estados y grupos armados, que deben cumplir y hacer cumplir las normas
convencionales y consuetudinarias de DIH;

(b) organizaciones internacionales (por ejemplo, la Convención sobre la Seguridad del


Personal de las Naciones Unidas y el Personal Asociado, de 1994), que deben cumplir las
normas consuetudinarias de DIH –tal es el caso, entre otros, de las operaciones de paz de las
fuerzas de las Naciones Unidas- y hacer cumplir el DIH -a través, por ejemplo, de la acción de
los mecanismos previstos en el ámbito universal y regional- e

(c) individuos, quienes deben cumplir (las violaciones graves del DIH son consideradas
como crímenes de guerra) y hacer cumplir el DIH; y

(2) en el ámbito nacional, a los individuos, quienes deben cumplir las normas que resultan
de la incorporación de normas de DIH al ordenamiento interno. El derecho interno español, por
ejemplo, establece normas tanto en el Código Penal (destinadas a particulares y funcionarios o
agentes del Estado) como en el Código Penal Militar (destinadas al personal militar), cuya
violación puede ser calificada, según su gravedad, como delitos o faltas.

Por su parte, los DDHH conceden derechos (a los individuos) e imponen obligaciones (a los
individuos y a los Estados ) en los ámbitos nacional –a través del derecho interno de los
Estados- e internacional –mediante acuerdos internacionales-.
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3.3. ¿Cuándo son aplicables?

Mientras que el DIH resulta aplicable solamente a los conflictos armados, internos o
internacionales, los DDHH resultan aplicables en toda situación de paz, violencia interna o
conflicto armado.

3.4. ¿A quiénes protegen?

En tanto que los DDHH aspiran a proteger a toda persona sin distinción, el DIH ampara
solamente a ciertas categorías de personas, las denominadas ‘personas protegidas’, las víctimas
de los conflictos armados (heridos, enfermos, náufragos, población civil, prisioneros de guerra,
etc.). Sin embargo, las víctimas de los conflictos armados que no son ‘personas protegidas’
también son objeto de cierto nivel de protección por el DIH (en toda circunstancia deberán ser
tratadas con humanidad y se beneficiarán de una protección sin distinción alguna, artículo 75 PA
I).

3.5. ¿Qué derechos se protegen?

Desde la perspectiva del derecho a la libertad individual y al bienestar social, los DDHH aspiran a
la protección amplia e integral de los derechos de la persona, buscando su plena realización en
el ejercicio de sus derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.

Entre los más importantes, cabe destacar aquellos conforme a los cuales los seres humanos (1)
nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros, (2) tienen los mismos derechos y
libertades, sin distinción alguna, (3) tienen derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de sus
personas, (4) no podrán ser sometidos a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de
esclavos están prohibidas en todas sus formas, (5) no podrán ser sometidos a torturas ni a
penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes (artículos 1-5, DUDDHH).

El DIH, basado en los principios de (a) la normalidad de la vida de las personas protegidas, (b) la
neutralidad (la asistencia humanitaria no constituye injerencia en el conflicto) y (c) la protección
nacional e internacional de las personas en poder del Estado, se propone la protección de los
derechos esenciales de la persona humana, es decir, sólo algunos de los derechos protegidos
por los DDHH (por ejemplo, el derecho a la vida de los combatientes que han quedado fuera de
combate, el derecho a la salud de los habitantes de los territorios ocupados, el derecho a un
medio ambiente saludable).

En efecto, siguiendo a SASSÒLI y BOUVIER, los derechos objeto de protección por el DIH son
aquellos que están en especial peligro en caso de conflicto armado (en este sentido, la integridad
física de la víctimas de la guerra tiene mayor importancia que su libertad de expresión) y en la
medida en que su ejercicio no sea incompatible con la propia naturaleza de los conflictos
armados (por ejemplo, el derecho a la paz). Así, como advierten estos autores, la protección del
DIH no sólo supone una adecuación de los DDHH a las necesidades de los conflictos armados
(por ejemplo, las precauciones que se deben adoptar en las operaciones militares equivalen al
derecho a la vida y a la integridad física de las personas civiles) sino que, además, va más allá al
reglamentar ciertas situaciones propias de los conflictos armados a las que, naturalmente, no se
refieren los DDHH (por ejemplo, las normas sobre el estatuto de combatiente se refieren a la
cuestión sobre quién tiene derecho a hacer uso de la fuerza).
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3.6. ¿Cómo se protegen?

En la aplicación interna e internacional de los mecanismos de prevención, control y represión de


las infracciones y violaciones del DIH intervienen, en el ámbito interno y/o internacional y, con
distinto grado de participación, el Estado, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja, los
tribunales penales internacionales y las organizaciones internacionales (principalmente, las
Naciones Unidas a través de sus distintos órganos, pero también las organizaciones
internacionales de carácter regional, mediante mecanismos convencionales o
extraconvencionales), además de las organizaciones no gubernamentales, la opinión pública y
los medios de comunicación, sobre todo en las fases de prevención y control. Tradicionalmente,
el DIH ha hecho hincapié en los mecanismos de prevención y control, si bien en la última década
ha cobrado protagonismo el mecanismo sancionador de violaciones graves cometidas por
individuos, sobre todo en el ámbito internacional, a través de los tribunales penales
internacionales y la adopción del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

En cambio, el sistema de eficacia de los DDHH se realiza:

(a) en el ámbito nacional, mediante el Derecho interno de los Estados (la determinación de
la responsabilidad del Estado y de los individuos) y

(b) en el ámbito internacional, a través de los mecanismos convencionales y


extraconvencionales de las organizaciones internacionales (para determinar la responsabilidad
del Estado y de los individuos). Sin embargo, la aplicación de los DDHH ha tenido lugar casi
siempre a posteriori (a través de procedimientos que en su gran mayoría carecen de carácter
judicial) debido a que, como recuerda ESCOBAR HERNÁNDEZ, su objetivo no es tanto
condenar al Estado infractor sino asegurar el ejercicio de los derechos protegidos. Ello no ha
sido obstáculo, sin embargo, para que las Naciones Unidas y otras organizaciones
internacionales hayan incorporado mecanismos de prevención y control mediante monitores y
relatores especiales destacados por los comités y comisiones encargados de velar –mediante
evaluaciones in situ- por el cumplimiento de los distintos acuerdos.

La mayoría de los conflictos armados están precedidos o se caracterizan por graves violaciones
de los DDHH. Este hecho ha llevado a las Naciones Unidas a apoyar decididamente los
esfuerzos de la comunidad internacional por establecer instancias penales internacionales al
constatar la interacción entre los DDHH y el mantenimiento de la paz y la seguridad
internacionales. En la práctica, esto ha supuesto que el DIH adoptara mecanismos de aplicación
propios de los DDHH y viceversa, lo que ha llevado a que los últimos años hayan sido testigos
de un creciente acercamiento entre los mecanismos de prevención, control y represión de ambos
sistemas normativos (al punto de que, de manera progresiva, los sistemas de eficacia de los
mismos están dejando de ser uno de los elementos que los distinguen).
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4. LA APLICACIÓN DEL DIH Y DE LOS DDHH.


EL PAPEL DEL COMITÉ INTERNACIONAL DE LA CRUZ ROJA

• CONFLICTOS ARMADOS INTERNACIONALES

Normativa aplicable:
Legislación nacional
Núcleo inderogable DDHH
CG 1949, PA I 1977

CICR:
‘Derecho de iniciativa’ y derecho de acceso
(no condicionados al consentimiento del Estado)

• CONFLICTOS ARMADOS INTERNOS

Normativa aplicable:
Legislación nacional
Núcleo inderogable DDHH,
Art. 3 común CG 1949, PA II 1977

CICR:
‘Derecho de iniciativa’
(sujeto al consentimiento del Estado)

• TENSIONES INTERNAS O DISTURBIOS INTERIORES

Normativa aplicable:
Legislación nacional
Núcleo inderogable DDHH

CICR:
‘Derecho de iniciativa’
(condicionado al consentimiento del Estado)

• SITUACIÓN DE PAZ

Normativa aplicable:
Legislación nacional
DDHH

CICR:
‘Derecho de iniciativa’ a ofrecer sus servicios en ciertas circunstancias
(sujeto al consentimiento del Estado)
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• ¿NORMAS BÁSICAS DE HUMANIDAD?

Núcleo inderogable DDHH + normas ad hoc = artículo 3 común CG 1949

4.1. El DIH

4.1.1. Los conflictos armados internacionales

Son conflictos armados internacionales los que:

(a) tienen lugar en el territorio de dos o más Estados o implican la ocupación total o parcial
del territorio de un Estado (artículo 2 común CG) o

(b) se caracterizan por la lucha de pueblos contra la dominación colonial, la ocupación


extranjera o regímenes racistas en el ejercicio de su derecho a la libre determinación (artículo 1.4
PA I).

En estos supuestos resultan aplicables, además del ordenamiento interno de los Estados y los
derechos humanos no sujetos a derogación, los Convenios de Ginebra de 1949 y el Protocolo
adicional I de 1977.

Al amparo del ‘derecho de iniciativa’ y del derecho de acceso, contemplados en el DIH, el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) puede, entre otras acciones, visitar campos de prisioneros y
proporcionar asistencia humanitaria a las víctimas del conflicto, sin que dichas actuaciones
requieran el consentimiento del Estado. Conforme a los Estatutos del Movimiento Internacional
de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Movimiento), el derecho de iniciativa es aquel por el
que el CICR “puede tomar las iniciativas humanitarias que correspondan a su cometido de
institución y de intermediario específicamente neutrales e independientes y estudiar las
cuestiones cuyo examen incumba a tal institución” (artículo 5.3).

4.1.2. Los conflictos armados internos

Cabe distinguir, según su intensidad, dos tipos de conflictos armados internos: los de alta
intensidad y los de baja intensidad.

Los conflictos de alta intensidad son aquellos que carecen de carácter internacional, se
desarrollan en el territorio de un Estado entre sus fuerzas armadas y fuerzas armadas disidentes
que, bajo la dirección de un mando responsable, ejerzan un control parcial de dicho territorio que
les permita realizar operaciones militares sostenidas y concertadas (artículo 1.1 PA II). En estos
casos resultan aplicables al Estado y a las fuerzas disidentes el ordenamiento interno del Estado
y los derechos humanos inderogables, el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra (que ha
sido considerado como una ‘convención en miniatura’ al recoger un catálogo inderogable de
derechos mínimos a ser aplicado en todo tipo de conflicto armado, cualquiera sea su naturaleza
o intensidad) y el Protocolo adicional II.

En los conflictos de baja intensidad, es decir, aquellos sin carácter internacional y que tengan
lugar en el territorio de un Estado (artículo 3 común CG), resultan aplicables al Estado y a los
grupos disidentes el ordenamiento interno del Estado, los derechos humanos no sujetos a
derogación y el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra.
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En ambos casos, el DIH y los Estatutos del Movimiento contemplan el ‘derecho de iniciativa’ del
CICR, pero el Estado puede negarse a autorizar el ejercicio del mismo.

Solamente los Estatutos del Movimiento prevén el ‘derecho de iniciativa’ del CICR pero su
ejercicio está sujeto al consentimiento del Estado.

Finalmente, cabe señalar que el DIH también resulta aplicable a los conflictos armados "nuevos",
es decir, los desestructurados (caracterizados por el debilitamiento o desaparición de las
estructuras estatales y de la cadena de mando en los grupos armados que pretenden hacerse
con el poder) y a los conflictos de identidad o étnicos (caracterizados por los desplazamientos o
exterminio de la población con el fin de lograr la ‘limpieza étnica’) en los que todos los grupos
armados están obligados a respetar, como mínimo, el artículo 3 común de los Convenios de
Ginebra y, en su caso, la normativa relativa a los conflictos armados internacionales.

4.2. El DIDDHH

El ordenamiento interno del Estado y las normas de DDHH resultan aplicables en toda
circunstancia, incluso en “... situaciones de tensiones internas o disturbios interiores, tales como
los motines, los actos esporádicos de violencia y otros actos análogos” (artículo 1.2 PA II),
incluidos los actos de terrorismo, en las que la aplicación del DIH está expresamente excluida.

El Estado puede hacer frente a estas situaciones de violencia interna:

(a) manteniendo intacto el catálogo de derechos previsto en los instrumentos


internacionales de DDHH o,

(b) en situaciones de emergencia, cuando la vida de la nación esté amenazada,


suspendiendo el ejercicio de la mayoría de ellos en la medida en que ello sea compatible con sus
demás obligaciones internacionales (artículos 4.1 PDCP, 15.1 CE y 27.1 CA), entre ellas, la
obligaciones previstas en el DIH.

Sin embargo, la suspensión no puede afectar al denominado núcleo de derechos y principios


inderogables (artículos 4.1 PDCP, 15.2 CE y 27.2 CA) que esencialmente, a pesar de las
diferencias entre los distintos instrumentos de DDHH, se reducen a los siguientes:

(a) el derecho a la vida, el derecho a no ser sometido a tortura ni a penas ni tratos crueles,
inhumanos o degradantes y el derecho a no sufrir esclavitud o servidumbre, y

(b) los principios de legalidad y de irretroactividad de la ley penal.

Este núcleo de derechos humanos no sujetos a derogación coincide con el núcleo de derechos
inderogables del artículo 3 común de los Convenios de Ginebra aplicable a todo conflicto
armado. Este dato es fundamental debido a que, como hemos visto, el Estado y los grupos
disidentes pueden discrepar en la calificación de una situación como simples tensiones internas
o disturbios interiores (en los que solamente serían aplicables las normas de DDHH) o como un
conflicto armado interno (en el que también cabría la aplicación del DIH). Este núcleo común de
derechos inderogables garantiza que la violación de las normas contenidas en el mismo sea
ilegal en cualquier situación, con independencia de su calificación.
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Sin embargo, desde la doctrina y la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se
ha apuntado que la aplicación del núcleo inderogable de DDHH a los disturbios internos y
tensiones interiores suscita algunas dificultades. Desde el punto de vista de los DDHH, porque
(a) los tres instrumentos a los que hemos hecho referencia (CA, CE y PDCP) no son
coincidentes en el contenido del núcleo de derechos inderogables, (b) aún existe un numeroso e
importante grupo de Estados que no han ratificado el PDCP, (c) se trata de normas que en razón
de su generalidad y objetivos no han sido concebidas para hacer frente a situaciones que
pueden tener lugar en situaciones de violencia interna (la protección y asistencia de heridos, la
prohibición de las deportaciones, las limitaciones al uso de la fuerza por las fuerzas de
seguridad, las garantías judiciales, etc.) y (d) no está claro si los grupos armados disidentes
pueden ser considerados como destinatarios de dichas normas y, por tanto, están obligados a
respetarlas. Desde el punto de vista del DIH, por (a) la dificultad de determinar las circunstancias
en las que la normativa convencional relativa a los conflictos armados internos resulta aplicable y
(b) el carácter mínimo de la protección ofrecido por artículo 3 común y el Protocolo adicional II
(en relación con la protección ofrecida por el DIH para los conflictos armados internacionales).

El vacío señalado se hace aún más patente cuando, como ocurre en muchos casos, por razones
de carácter jurídico y político, el Estado no reconoce la existencia de un conflicto armado interno
(haciendo así inaplicable la protección prevista en el Protocolo adicional II para los conflictos
armados internos de intensidad alta o en el artículo 3 común para los conflictos armados internos
de intensidad baja) al tiempo que adopta las legítimas medidas de derogación de los DDHH para
hacer frente a situaciones de violencia interna que padece.

En efecto, la derogación de los DDHH como consecuencia de una situación de violencia interna
de estas características podría ser indicativa de la existencia de un conflicto armado interno (de
alta o baja intensidad). En este caso, resultaría aplicable el DIH que vendría así a llenar el vacío
producido por las normas de DDHH objeto de derogación mediante la aplicación de otras propias
de los conflictos armados cuyo núcleo inderogable –si bien coincidente con el de DDHH-
concede una mayor y mejor protección –debido a su adaptación- que el núcleo inderogable de
normas de DDHH.

Finalmente, ¿qué papel desempeña el CICR en situaciones en las que sólo resulta aplicable la
normativa de DDHH? Conforme a los Estatutos del Movimiento, el CICR goza del ‘derecho de
iniciativa’ en situaciones de violencia interna por lo que puede visitar a personas detenidas y
proporcionar provisiones a la población. En tiempos de paz, los Estatutos del Movimiento prevén
que el CICR pueda ofrecer sus servicios en determinadas circunstancias al amparo del ‘derecho
de iniciativa’. En ambos casos, sin embargo, el ejercicio de dicho derecho está sujeto al
consentimiento del Estado.

4.3. ¿Unas ‘Normas básicas de humanidad’?

Se ha sugerido que el vacío normativo aludido podría ser paliado mediante la aplicación de
normas consuetudinarias de DIH, cuyo valor ha sido reconocido en la denominada ‘cláusula
Martens’, conforme a la cual, “(...) en los casos no previstos por el derecho vigente, la persona
humana queda bajo la salvaguardia de los principios de humanidad y de las exigencias de la
conciencia pública (...)” (preámbulo PA II y formulaciones similares en artículos 63/I, 62/II, 142/III,
158/IV CG y 1.2 PA I).

Sin embargo, la dificultad consiste, como recuerdan SASSÒLI y BOUVIER, en precisar el


contenido de la cláusula Martens en relación, sobre todo, con su posible aplicación a uno de los
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principales problemas del DIH actual: la prohibición del recurso a ciertos medios (algunas armas)
y métodos de combate (ataques indiscriminados) en los conflictos armados internacionales que
no se extiende a los conflictos armados internos y que se traduce en un menor nivel de
protección para las víctimas de éstos. Estas diferencias de protección se extienden también a
ciertos métodos de combate (desplazamientos forzados, el hambre) prohibidos solamente en los
conflictos internos de alta intensidad.

Así, ante las posibles lagunas de protección, se ha propugnado la adopción de unas normas
mínimas aplicables a todo tipo de conflicto, con independencia de su intensidad o calificación, y
no sujetas a derogación. Las denominadas ‘normas básicas de humanidad’ estarían destinadas
a llenar este vacío, como ha señalado PÉREZ GONZÁLEZ, mediante la aplicación del núcleo
inderogable de normas de DDHH que sería complementado por unas normas ad hoc (relativas a
aquellas cuestiones no previstas por los DDHH) con el fin de alcanzar, al menos, el nivel de
protección previsto en el artículo 3 común a los Convenios de Ginebra. Actualmente dicha
cuestión es objeto de estudio en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

5. CONCLUSIONES

El DIDDHH y el DIH son dos ramas del Derecho internacional que, junto el Derecho internacional
de los refugiados, cabe englobar en el marco del Derecho humanitario, entendido como aquel
que pretende la protección integral de la persona humana en toda circunstancia.

El fundamento filosófico-jurídico, la naturaleza jurídica y el núcleo fundamental de principios son


los aspectos comunes a ambas normativas.

Sin embargo, se distinguen en sus orígenes históricos, los destinatarios de sus normas, el
ámbito de aplicación, las personas protegidas, el alcance de los derechos protegidos y los
sistemas de eficacia.

La complementariedad en la aplicación de los DDHH y el DIH no es completa ya que en algunas


situaciones, como en caso de disturbios internos o tensiones interiores, en los que el DIH no es
aplicable y el núcleo inderogable de DDHH no resulta del todo adecuado, se pueden producir
lagunas de protección. Por ello se ha sugerido la posibilidad de adoptar unas ‘Normas básicas de
humanidad’, aplicables en toda situación y no sujetas a derogación, una cuestión que está
siendo considerada por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

La aplicación del DIH guarda una relación directamente proporcional a la intensidad del conflicto:
a mayor intensidad del conflicto, mayor aplicación. La aplicación de los DDHH, en cambio,
guarda una relación inversamente proporcional a la intensidad del conflicto: a mayor intensidad
del conflicto, menor aplicación, hasta alcanzar el núcleo inderogable de derechos.

Al amparo del derecho de iniciativa, el CICR puede, entre otros derechos, visitar a los prisioneros
de guerra y proveer asistencia humanitaria a las víctimas de los conflictos armados
internacionales. El Estado está obligado a aceptar estas acciones del CICR. El ejercicio de este
derecho, sin embargo, está condicionado al consentimiento del Estado en tiempos de paz,
disturbios y tensiones interiores y en conflictos armados internos.
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6. BIBLIOGRAFÍA

British Red Cross, Ideals In Action, Training Guidance and Facilitation Manual and Background
Knowledge Handbook, mayo 2000.

Comité Internacional de la Cruz Roja, Derecho internacional humanitario. Respuestas a sus


preguntas, Ginebra, 1999.

Derechos humanos. Preguntas y respuestas, Naciones Unidas, Nueva York, 1987.

Doswald-Beck, Louise y Vité, Sylvain, "Derecho internacional humanitario y Derecho de los


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