Professional Documents
Culture Documents
FOLKLÓRICOS
REDACCIÓN
Daniel Antoniotti
Raúl Lavalle
nº 4 – 2010
1
ÍNDICE
Presentación p. 3
2
PRESENTACIÓN
3
LA NAVIDAD EN LA TRADICIÓN ARGENTINA1
OLGA FERNÁNDEZ LATOUR DE BOTAS
Nada hay de malo en esto y a todos nos encanta saber que, para Navidad,
debemos pensar más que nunca en los otros -conocidos o desconocidos- para
sorprenderlos con aquello que los haga felices y, por qué no, esperar con ilusión
que nos toquen también algunos buenos pensamientos materializados en ¡regalos!
1
El presente trabajo fue publicado anteriormente, en forma más breve, en la revista Todo es historia
y en un escrito editado por la Hermandad del Santo Pesebre. Lo presentamos aquí entonces, gracias
a la amabilidad de su autora, en toda su extensión. [Nota de la Redacción]
4
bueno recordar que en la Argentina podemos hallar con esencia viva otras -
celebraciones más ligadas al cristianismo y especialmente a la tradición del
catolicismo hispánico que llegó a nuestras tierras sudamericanas.
Un número variable de figuras humanas -la Virgen y San José, los pastores,
los tres reyes o magos de Oriente montados en camellos y portadores de oro,
incienso y mirra-, animales -como el buey y el asno o mula tan próximos que
calientan al recién nacido o los rebaños lejanos-, y entidades sobrenaturales -los
ángeles, la estrella de Belén-, adoran al Niño Dios representado como un bebé en
pañales y, generalmente, en actitud de bendecir.
5
En algunos casos se trata de celebraciones etiológicamente oscuras, como
ocurre con la fiesta de San Esteban Chico que se realiza en Sumamao, provincia de
Santiago del Estero, entre los días 20 y 26 de diciembre de cada año con
prolongación de los rezos y sobre todo de los bailes y diversiones, hasta la Epifanía
del Señor y Fiesta de los Reyes Magos, que se celebran el 6 de enero. Una pequeña
imagen del protomártir cristiano da lugar allí a esta celebración de alto contenido
dramático, asociada a la concepción sacra del árbol, con un ritual cruento de auto-
flagelaciones penitenciales y sangrías y otro caritativo (la ceremonia de las ichas o
reparto de golosinas a granel), en la que intervienen representantes de instituciones
populares propias del culto americano criollo como los alféreces, los promesantes,
los celebrantes y los “indios”. Quien más profundamente ha estudiado esta “fiesta
ritual americana”, Bernardo Canal Feijóo, ha llegado a una conclusión
sorprendente: se trata de una Navidad que ha olvidado al Niño. Como vemos, no
sólo en la sociedad de masas puede ocurrir un fenómeno de esta especie.
6
Por fin, no podemos olvidar la fiesta de San Baltasar, documentada en
Corrientes y en Misiones -y conocida también en el Paraguay-, que es la
celebración con que los cambá (literalmente ‘negros’), reverencian al Rey Mago de
esa raza en coincidencia con la fiesta cristiana de la Epifanía y de adoración de los
Reyes de Oriente a Jesús en Belén, que la Iglesia conmemora, como se ha dicho,
el día 6 de enero. Celebración a medias aprobada por la Iglesia, moviliza sin
embargo a todos los estamentos sociales y a las instituciones civiles y hasta
policiales del lugar donde se realiza. Plena de colorido, ya que el rojo es de rigor en
ella, la fiesta del “santito” Baltasar tiene sus propios cantos y bailes, entre ellos la
“charanda” , el “candombe” y el “pericón de San Baltasar” documentados
cuidadosamente por Alicia Quereilhac de Kussrow en su notable obra: La fiesta de
San Baltasar. Presencia de la cultura africana en el Plata (1980).
Según la tradición histórica. Los más antiguos pesebres con figuras de barro
que se conocen son los del siglo IV, descubiertos en excavaciones arqueológicas de
las catacumbas de San Sebastián (País Vasco, España). Por influencia de San
Francisco de Asís (creador del primer pesebre viviente), la idea de los nacimientos
con figuras de barro se consolidó como tradición en la península itálica y luego en
toda Europa, de donde pasó a América. No importó aquí a los misioneros que se
incluyeran como ofrendas y ornamentos del “nacimiento” elementos ajenos al
paisaje de Belén, puesto que la presencia de todo tipo de animalitos en el pesebre,
7
lo mismo que la de los demás elementos de la naturaleza, simboliza la adoración
universal de todo lo creado al Hijo de Dios hecho hombre. Para ampliar el número
de estos tributarios con su presencia, es común que los niños, activos colaboradores
en estas tareas, soliciten a sus mamás espejitos para colocarlos en el piso del
pesebre, rodeados de arena o tierra, a fin de imitar lagos y ríos en los cuales se
ubican figuritas de pasta semejando patos autóctonos y exóticos cisnes. Pero en
materia de aves, la que no falta es la representación del gallo o “gallo tornasol” -de
tan profundo simbolismo cristiano-, mencionado hasta en el nombre de la Misa de
Nochebuena o Misa de Gallo y en coplas de villancicos como:
Estos elementos locales y actualizados son los que dan notas de a veces
sorprendente originalidad a los pesebres regionales sin miedo al anacronismo que,
sin duda, es norma en la iconografía del milagro navideño. Ya lo ha dicho, con
referencia a España, José María Pemán cuando recordaba: “Todavía esos
inconscientes teólogos, que son los niños, han llegado más allá en la supresión del
tiempo junto al misterio redentor, y han colocado en sus mundos de barro y corcho,
a la vera del portal, ferrocarriles, transatlánticos y autobuses”. Y concluía: “Por
todos los caminos y por todos los medios, el mundo ha sido irreverente con la
arqueología del nacimiento, como para reverenciar su sustancia etérea sin fecha ni
lugar. Todos han concebido, pintado o cantado Su Navidad” (Revista Mundo
Hispánico, Madrid, 1949).
8
Cantares folklóricos navideños
Los romances son en todos los casos de origen español, ya que este tipo de
composición monorrima con número indeterminado de versos octosílabos, de rima
asonantada en los pares y los impares libres (según la fórmula consabida 8
abcbdbeb... o bien 8 + 8 aaaaa... como propuso don Ramón Menéndez Pidal), no
dio piezas criollas originales por preferirse en nuestro país, absolutamente, la
forma en cuartetas (8 abcb) cuando no la décima espinela (8 abba,accddc) para
cantares narrativos. Algunos toman la métrica del romancillo hexasílabo (6
abcbdbeb...) que, como veremos, se asocia estrechamente con el cancionero de
nanas y coplas de cuna que cantan las madres y abuelas a sus niños. En otros casos
se pierde decididamente la forma monorrima y se pasa a la cuarteta o directamente
a una irregularidad que, gracias al sostén rítmico y melódico de la música, no
afecta la eficacia del canto.
La Virgen va caminando,
caminito de Belén,
como el camino es tan largo
al Niño le ha dado sed.
–Calla Niño de mi vida,
calla Niño de mi bien
que allí, adonde vamos ,
hay un lindo naranjel.
El dueño de las naranjas
es un ciego que no ve.
–Ciego, dame una naranja
para al Niño entretener.
–Pase, mi señora y corte
las que sean menester.
Como la Virgen es corta
no tomaba más que tres.
Una le dio a su Niñito,
otra le dio a San José,
y otra quedó en sus manos
para la Virgen oler.
Mientras la Virgen cortaba
más volvía a florecer.
Con la bendición, el ciego,
abre los ojos y ve.
–¿Quién será esta Señora
10
que me hace tanto bien?
Sin duda será María,
que pasa para Belén.
nos encontramos en el mismo clima del que surgieron, por ejemplo, obras
pictóricas como “El Niño de la espina” del español Francisco Zurbarán (1598-
1664).
11
En la ciudad de Jujuy, por cuidado especial de los vecinos de uno de sus
barrios, especialmente la familia Tolaba, se ejecuta -hasta que yo he sabido y
documentado personalmente siguiendo el camino de nuestro máximo coreólogo el
maestro Carlos Vega- la “danza de las cintas”. Otrora famosa en fiestas cívicas y
religiosas, esta danza colectiva, realizada en nuestro territorio para Navidad
exclusivamente por niños (dato importante destacado por el ilustre estudioso Fray
Salvador Santote O.P.) se considera emparentada con el culto prehistórico del árbol
europeo, pero se han hallado también testimonios gráficos de la existencia de
especies similares en América precolombina (Olga Fernández Latour, “Las danzas
del pesebre” , 1963). A quien la observa se presenta como una suerte de juego
infantil de memoria, atención y destreza: doce o más niños colocados en ronda en
torno de un mástil -de cuya cima penden otras tantas cintas de colores-, toman cada
uno una cinta y comienzan a cantar villancicos mientras realizan evoluciones de tal
manera que llegan a formar sobre el mástil un trenzado perfecto para luego
destejerlo al son de nuevos cantos y mediante movimientos coordinados de sentido
inverso.
Según nuestros propios recuerdos de infancia, los regalos para los chicos,
tanto en Buenos Aires como en el interior del país, se hacían en la noche del 5 al 6
de enero, cuando colocábamos en lugares adecuados los bien lustrados zapatitos y
también pasto y baldes con agua para los camellos de los Reyes Magos que,
puntuales e invisibles, hacían realidad el milagro repetido. Pero no estamos
hablando solamente de hechos pasados ya que la investigación de la Navidad en el
extremo noroeste de la Argentina tiene, en la actualidad, una notable importancia
en los trabajos de campo de la Mag. María Azucena Colatarci, que desde hace años
12
continúa realizado registros de esta entrañable costumbre y estudiándolos con
rigor científico.
Hay algo más que tal vez sea bueno destacar en esta aproximación a las
Navidades criollas de la Argentina. En relación con la infancia se patentiza aquí
aquel conocido dicho de que “todo el año es Navidad”, porque, en las coplas de
cuna, nanas o arrullos que las madres y abuelas cantamos para hacer dormir o
tranquilizar a los pequeños, reaparecen las personas, las situaciones, las palabras y
la música de los villancicos. Y cuando decimos:
13
CANCIONES NAVIDEÑAS ASTURIANAS
DIEGO RIBEIRA
Cuando revisé por primera vez las obras recopiladas por Eduardo Martínez
Torner en su Cancionero musical de la lírica popular asturiana (Madrid, 1920),
me sorprendió la escasez de manifestaciones en dialecto bable, pues lo que
sobresale es la abundancia de textos (danzas, giraldillas, villancicos…) recogidos y
dictados en castellano, no asturiano. Luego descubrí que la preocupación por esa
escasa participación del bable en la poesía cancioneril asturiana ya estaba vigente
hacia 1887, el año en que José Caveda y Fermín Canella Secades publicaron en
Oviedo las Poesías selectas en dialecto asturiano. Al referirse a los cantares, estos
autores recuerdan los inéditos Apuntes sobre el dialecto asturiano de Benito
Canella Meana, quien lamentó el “hecho de cómo los cantares de Asturias son
siempre castellanos”.
14
llevado a muchos escritores asturianos a soltar más la pluma y ensayar obras en
bable. La prueba de esto está también en el hecho de que un artista asturiano
contemporáneo y reconocido en su tierra, como lo es Vicente Díaz (1948), haya
decidido publicar en 2006 un disco llamado Villancicos d’Asturies, acaso con la
esperanza de que algún día, en las calles de los pueblos asturianos que esperan la
llegada de la Navidad, dejen de sonar sólo villancicos en castellano.
Entre los autores asturianos del siglo XX que han escrito en bable y han
incluido en sus obras canciones navideñas, me detendré aquí en la poetisa María
Elvira Castañón González (1922-1989), cuya única obra Llucerín del cielu fue
editada póstuma en 1989. La biografía publicada por la Biblioteca de autores
asturianos (http://www.araz.net/escritores/) nos dice que en los alrededores de
Aller, su pueblo natal, “nun había álbum de fiestes o revista comarcal que nun
llevare dalguna poesía d’esta popular autora”. A continuación transcribo una de
sus canciones navideñas en dialecto bable, a la que añado mi propia y -espero-
disculpada traducción:
QUÉ GÜEPU YE, QUÉ PRECIOSU QUÉ GUAPO ES, QUÉ PRECIOSO
Qué güepu ye, qué preciosu, Qué guapo es, qué precioso
qué devinu ye’l Dios nenu... qué divino es el niño Dios…
y naz nunes fríes payes y nace en unas frías hierbas
d’un portalucu mui vieyu. de un muy viejo portal.
Son dos soles los güeyinos Son dos soles los ojitos
y dos roses los papiellos, y dos rosas los carrillos,
son d’oru los sos ricinos son de oro sus ricitos
y sos llabios tan bermeyos y sus labios tan bermejos
qu’envidia dan a les flores que envidia dan a las flores
por nun ser nidies como ellos. por no ser nadie como ellos.
Qué güepu ye, qué preciosu Qué guapo es, qué precioso
el Dios que se fexo nenu... el Dios que se hizo niño…
al velu temblar de frío al verlo temblar de frío
danme ganes de coyelu, me dan ganas de cogerlo,
acoricalu en regazu acurrucarlo en el regazo
y da–y nos papinos besos y en las mejillas darle besos
y cunta–y esos cuentinos y contarle esos cuentitos
que gustin tanto a los nenos que gustan tanto a los niños
mientres ciarra los güeyinos mientras cierra los ojitos
y va quedando durmiendo. y va quedando durmiendo.
15
Apuntes sobre el dialecto asturiano
1
En Manuel Seco y Gregorio Salvador (coord.), La lengua española, hoy, Madrid, Fundación Juan
March, 1995, 87-95.
2
En Manuel Álvar (director), Manual de dialectología hispánica. El español de España, Barcelona,
Ariel, 1996, 119-133.
16
plural de los nombres femeninos el bable se aparta de la variedad castellana, pues
los singulares acabados en -a hacen el plural en -es: rosa/roses. Los plurales de los
nombres masculinos terminados en -u y en -o forman el plural en -os:
llabiu/llabios. Interesa también mencionar la presencia de diminutivos en -ín, cuya
forma plural se realiza con el morfema -os: güeyín/güeyinos, cuentín/cuentinos. Ya
para terminar, y en relación con el sistema verbal, quisiera tan sólo señalar las
peculiares segunda y tercera personas singulares del presente del verbo ser: yes
(eres), ye (es): “Qué güepu ye”, “tú que yes Dios de los cielos”.
¡PROBE NEÑU !
Por último, no quisiera pasar por alto una noticia sobre la palabra xana
(pronunciado [šána]), que aparece en el verso sexto del villancico: Y llistu como
una xana (Y listo como una xana). Sobre esta palabra, Rafael Lapesa dice: “La
mitología clásica alzó templos consagrados a Diana, Marte o Hércules, y pobló de
ninfas los bosques hispanos. Aún hoy subsiste en Asturias la superstición de las
xanas, hermosas moradoras de las fuentes, que tejen hilos de oro y favorecen los
amores; xana es evolución fonética y semántica de Diana, la diosa virgen de los
bosques y la caza”2.
DIEGO RIBEIRA
1
Manual de gramática histórica española, 10ª ed., Madrid, Espasa-Calpe, 1958, 184-185.
2
Historia de la lengua española, Madrid, Gredos, 1981, 58.
18
UNA FAMILIA DE VILLANCICOS
RAÚL LAVALLE
Francisco Solano,
Santito tatay:
1
Cf.: http://www.camdipsalta.gov.ar/senda/sitial2.htm.
2
Era el nº 12 de Cuadernos franciscanos. Convento de San Francisco (Salta), 1957.
19
¡El Dios de los Cielos
ya nació, velay!
Esta es ya la Noche
de la Navidad.
¡Santito Solano
hacéme rezar!
Canten, franciscanos,
salmos al Señor:
¡es ya Nochebuena,
Nació el Niño Dios!
Pobrecito el Niño,
pobre como tú,
frailito Bolaños
que plantas la Cruz!
Niño Misionero
de mi Paraguay,
¡para ti plegarias
En Cruz de Urunday!
Canten, franciscanos,
salmos al Señor,
en la Noche Criolla
que nos da su amor.
Según anota Romero Sosa (p. 32), fue “recogido por el sacerdote
salteño Fray Antonio Villagra, O. F. M., en 1910, en Rosario de la
Frontera (Prov. de Salta).” Pero el lector fácilmente puede ver que ese
punto de partida salteño fue absorbido después en otro lado, pues añade
el compilador en otra nota (p. 32): “Versión correntina recogida por el
historiador y médico prestigioso de aquella provincia, don Justo Díaz de
Vivar. La comentó dicho estudioso en su visita oficial efectuada al
histórico Convento Franciscano de la Ciudad de Santa Fe, en junio de
1938, en su carácter de Delegado de la Junta de Estudios Históricos de
Corrientes a las Jornadas de Estudios Históricos sobre la personalidad
del Brigadier General don Estanislao López.”
20
historia paraguaya como el prototipo del evangelizador franciscano.”1
Otra alusión importante es la del siguiente relato: “Nuestra ciudad, y este
es un motivo de orgullo (dice un genealogista correntino), es la única
fundada en la Argentina por un Adelantado, don Juan Torres de Vera y
Aragón, habiendo sido puesta su iglesia matriz bajo la advocación de
Nuestra Señora del Rosario, el 3 de abril del citado año 1588.
Luego, el día 9, el fuerte fundacional es atacado por los indios guaraníes,
que intentan quemar la cruz que se encontraba fuera de la fortificación.
Se produce entonces el milagro: el leño no se quema y un rayo mata al
cacique Canindeyú. Ante ello, los indios se retiran y aceptan el dominio
español y la fe que estos traen. Desde entonces Corrientes venera al
santo madero de urunday, que es conocido como la Cruz de los Milagros
y se conserva hasta hoy en el templo homónimo en nuestra ciudad” (Dr.
Francisco José Scaramellini Guerrero, 5 de agosto de 2006,
comunicación al Foro Isabel de Hispanoamérica).2
Hornerito de mi tierra,
laborioso y bullanguero,
un nidito primoroso
haz de hacer para mi Dueño.
Un nidito primoroso,
para que duerma allí dentro
y ya no sienta más frío
1
Cf.: http://www.franciscanos.org/enciclopedia/lbolanos.html.
2
Cf.: http://argentinagrandeza.blogspot.com/2009/05/intervenciones-sobrenaturales-
patentes.html.
3
Buenos Aires, Ediciones del Ateneo Popular de la Boca, 2001.
21
quien es Rey del Universo.
1
Portal Planeta Sedna (cf.: http://www.portalplanetasedna.com.ar/hornero.htm);
lamentablemente no he podido verificar la cita de Coluccio. También ha narrado
bellamente la leyenda León Benarós: “Me llaman ogaraity. Hornero soy, indio fui”, en
Leyendas argentinas, 4ª ed. Buenos Aires, Atlántida, 1995, pp. 57-64. También la
tengo –disculpe el lector mi vanidad de amante de los libros– en L’oiseau de Jaébé.
Son ediciones ilustradas infantiles de cuentos tradicionales de varias partes del mundo,
hechas por la editorial francesa Clé International; la presente (Paris, 1978) es llamada
“Conte Brésilien” en portada y “Conte Argentin” en el listado de títulos de la
colección. Quizás habría sido mejor poner “Conte Guarani”, pero conformémonos:
nuestro hornerito tiene prensa en la dulce Francia.
2
‘El trabajo ímprobo venció todas las cosas’ (Geórgicas 1, 145-146).
22
tradicional español de segadores.1 Es que desde siempre el canto alivió
la dureza del trabajo. Así también nuestro querido pajarito, cuyos trinos
aquí se hacen, además de acompañamiento en la faena, un juguete para
el Niño Dios.
Qualis pater, talis filius. En realidad ese dicho latino habría que
ponerlo en plural: quales parentes, tales filii. En efecto los hijos de este
matrimonio de villancicos tuvieron una progenie acorde. María Graciela
Romero Sosa cultiva con esmero la poesía religiosa. He aquí un copla
que compuso como saludo para la Natividad de 2009:
Si buscas posada,
dulce Niño Dios,
te ofrezco reparo
en mi corazón.
23
Pesebre pero creo que siente la compañía y el consuelo del Niño. Y ese
gozo no es común, porque el gozo interior vale más que otros carentes
de sustancia. En el establo –paradoja– se da la siembra: la reja del arado
abre el corazón, que se fecunda de la simiente eterna.
RAÚL LAVALLE
24
LA MULA1
1
Este soneto no tiene origen popular, sino que es de un poeta que –pienso– ha sido hoy
injustamente olvidado. Lo tomo de: Poesía de Eduardo González Lanuza (presentación
y selección por José Bianco). Buenos Aires, Eudeba, 1965, p. 59. Sé que no es fácil
definir “lo popular”, pero creo encontrarlo en la mula; ella y el buey desde hace mucho
se encuentran en las tradiciones navideñas (cf.: Casiano Floristán. Las Navidades;
Símbolos y tradiciones. Madrid, PPC, 2001, p. 51).
25
EL CICLO DE NAVIDAD Y EL NIÑO JESÚS DE
PRAGA EN LA PUNA JUJEÑA
26
enmarcar entre los primeros días del mes de diciembre, una vez
finalizadas las celebraciones a la Purísima1 hasta entrada la primera
quincena del mes de enero según se vayan “levantando”2 los pesebres
erigidos para la ocasión, es ese entonces el tiempo o ciclo de Navidad. El
sentido de ambos ciclos se sustenta en dos etapas de la vida pública del
Hijo de Dios hecho hombre de acuerdo con los relatos evangélicos,
considerando los dos extremos de la vida como son el nacimiento y la
muerte.
Los nacimientos
1
Purísima: una de las denominaciones de la Virgen María en su advocación de la
Inmaculada Concepción que se celebra el 8 de diciembre.
2
Expresión que se utiliza para la actividad de desarmar el pesebre.
3
Denominación vigente que se da a estas representaciones.
4
Historia del pesebre.
27
adecuado al efecto. Los nacimientos de este tipo se pueden subdividir de
la siguiente manera:
a.1) Estáticos: Es decir los nacimientos que están compuestos por
una cantidad de figuras realizadas en diferentes materiales que
representan a los diversos personajes del conjunto.
a.2) Vivientes: Son aquellos nacimientos en los que los personajes
están representados por personas y animales reales, es decir, con
vida. También pueden combinar seres vivos con inanimados.
b) Pesebres Privados: Son los pesebres que se erigen en ámbitos
particulares, en especial casas y oratorios, que también se pueden
subdividir en:
b.1) Íntimos: Aquellos que las familias arman en sus casas para
recuerdo y devoción del grupo doméstico.
b.2) De puertas abiertas: Se trata de nacimientos –en general de
importante elaboración– que se hacen en casas particulares, algunas de
las cuales tienen oratorios, que se mantienen abiertos para ser visitados
tanto por los vecinos como por los grupos de niños que realizan las
denominadas adoraciones al Niño.
Pesebres o Nacimientos
a.1.) Estáticos
a) Públicos
a.2) Vivientes
b.1) Íntimos
b) Privados
b.2) De puertas abiertas
28
las Iglesia Católica tales como los concursos de pesebres1 y de
adoraciones en cada localidad.
El Niño Dios
1
También hay concursos de adoraciones.
2
Sin embargo se cuenta con alguna documentación más reciente con registros de
“adoraciones” en Pesebres íntimos realizadas por los miembros de la misma familia y
sus amistades. El material de referencia está en estudio.
3
Colatarci, M. A.: 1994, 2000 y 2008.
29
que se comentará mas adelante.
Las Adoraciones
30
distinción de sexo– realizan diversas evoluciones en torno a un palo,
ubicado en forma vertical, de cuyo extremo superior penden cintas, el
extremo libre de estas es tomado por los que adoran con una de sus
manos y, al son del acompañamiento instrumental, trenzan y destrenzan
las cintas alrededor del mástil que recuerda a los antiguos Palos Mayo
europeos y, entre cada trenzado y destrenzado hacen un alto y entonan
los villancicos.
31
diferenciación de cada grupo de pertenencia.
32
Praga en particular que se encuentra en La Quiaca, considerado muy
milagrosa por sus devotos, es una miniatura de color negro,
aparentemente de piedra, tiene cubierto el cuerpo con una capa a su
medida, y porta sobre su cabeza una corona también adecuada a su talla.
La pequeña imagen está ubicada en el interior de una caja de madera,
con frente de vidrio, que está cerrada con llave por cuestiones de
seguridad, la llave se encuentra en posesión de la familia que es dueña
del Niño, así que ellos son los únicos que tienen acceso a su
manipulación.
1
Colatarci, María Azucena: 1994, 2000, 2008.
33
La tarea a realizar, además, es desempolvar imágenes, acondicionarlas,
conseguir panes de césped así como la mas variada parafernalia que el
grupo considere adecuada para el Nacimiento.
1
Por este motivo tiene un reconocimiento de la intendencia de la Ciudad de La Quiaca.
34
Algunas consideraciones finales
35
Sin embargo el Niño Jesús de Praga es visitado todo el año por
sus devotos que le llevan flores, velas y lo acompañan en su oratorio con
oraciones y presencia, este Niño también cuenta con otro momento de
fuerte importancia ritual que se produce el Jueves Santo cuando le
cambian y adornan el denominado “calvario”, se advierte entonces cómo
la devoción a este Niño Jesús de Praga en La Quiaca imbrica los dos
ciclos que unen el nacimiento y la muerte de Dios Hijo hecho hombre.
Sin embargo, y para finalizar, las consideraciones presentadas con
respecto a esta devoción en particular no desdibujan ni desnaturalizan las
actividades propias del ciclo de Navidad sino que, en realidad,
entendemos que las refuerzan.
36
Las coronas del Niño Jesús de
Praga (La Quiaca)
37
Detalle del Niño en el interior de su urna (La Quiaca)
38
Adoración (serpenteos) en interior de Nacimiento (La Quiaca)
39
Bibliografía
40
Buenos Aires, 1963.
Jijena Sánchez, Rafael: (Director): La Navidad y los Pesebres en la
Tradición Argentina. Hermandad del Santo Pesebre. Buenos Aires,
1963.
Moretti Canedo, Melisa: La Navidad y los Pesebres jujeños. En: La
Navidad y los Pesebres en la Tradición Argentina. Dirigido por Rafael
Jijena Sánchez. Hermandad del Santo Pesebre. Buenos Aires, 1963.
www.corazones.org. Esta página es obra de Las Siervas de los
Corazones Traspasados de Jesús y María. Copyright © 1999 SCTJM
41