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un niño puede ser hospitalizado por una enfermedad grave o un accidente que
requiera intervención quirúrgica urgente o tratamiento inmediato, por cirugía
programada o por una enfermedad crónica.
Las enfermedades que requieren hospitalización y los procedimientos y los
procedimientos utilizados con fines diagnósticos y terapéuticos, en muchas
ocasiones, traumatizan al niño, por que representan algo extraño y desconocido,
que le produce ansiedad.
EFECTOS DE LA HOSPITALIZACION SOBRE EL NIÑO
La hospitalización puede afectar el desarrollo emocional del niño y producirle
estrés, que se manifestaran en el momento de ingreso al hospital por gritos,
llantos y negativa a quedarse, y posteriormente en trastornos en la alimentación,
alteraciones del sueño, problemas de conducta o regresión en el control de los
esfínteres.
PROCESO DE ADAPTACIÓN DEL NIÑO A LA HOSPITALIZACIÓN
Cuando el niño ingresa al hospital traslada a este su medio de vida; por este
motivo, el equipo multidisciplinar que atiende al niño debe asumir tareas que van
mas allá de la función curativa.
Dentro del proceso de adaptación del niño se pueden distinguir 4 fases:
Fase de Protesta: El niño llora intensamente, llama a su madre, y no se calma con
nada.
Fase de Desesperación: Muestra gran tristeza y menor actividad motora.
Fase de Negación: El niño se despreocupa e incluso ignora a su madre. Esta
reacción se produce como un mecanismo de defensa contra la ansiedad que le
crea la separación. Si no llega a adaptarse a la hospitalización, puede
experimentar regresión en su conducta, con enuresis nocturna.
Fase de adaptación: Debe de trabar conjuntamente el personal de salud con los
padres del niño.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA ADAPTACIÓN DEL NIÑO A LA
HOSPITALIZACIÓN
Los factores que intervienen en este proceso son los siguientes:
Edad del niño: La edad más vulnerable para que se produzca un hermetismo
emocional como consecuencia es entre los 7 meses y los 4 años debido a los
efectos emocionales de la enfermedad, su tratamiento y la separación de los
familiares.
Tipo de enfermedad: Cuanto más grave y dolorosa sea la enfermedad, mayores
son los problemas que conlleva.
Perdida de apoyos efectivos: La separación de la familia provoca una situación de
pérdida, que favorece la presencia de síntomas depresivos.
Experiencia previa: Si las experiencias previas no han sido traumáticas, es
beneficiosa.
Carácter del niño: Los niños más inestables emocionalmente o los más inseguros
vivirán de forma más traumática esta experiencia.
Ambiente de hospitalización y actitud del personal asistencial: La ausencia de
información o el ambiente totalmente rutinario son factores negativos al igual que
la actitud funcionarial del personal que cuida al niño.
REACCION DEL NIÑO ANTE LA HOSPITALIZACIÓN SEGÚN LA EDAD
Recién Nacido: Inmediatamente después del nacimiento existe una etapa sensitiva
en que la separación prolongada entre madre e hijo influyen negativamente en
ambos; para el su madre es quien alivia su tención, satisface su hambre y elimina
las molestias.
Lactante: A el lactante no le basta con tener cubiertas las necesidades de higiene,
alimentación y sueño; necesita contacto físico para cubrir sus necesidades
afectivas. Cuando esta hospitalizado su desarrollo cognitivo puede verse afectado
ya que los rituales a los que esta acostumbrado pueden verse afectados, y el niño
nota falta de continuidad en sus cuidados. Si a estos se añade experiencias
desagradables experimenta desconfianza en su nuevo ambiente. Debemos
procurar que el niño encuentre en el hospital un entorno lo más parecido al suyo y
para ello hay que reunir información en la forma utilizada por la familia para
atender sus necesidades y reproducirlas en lo posible.
Niño de 1 a 3 años: La hospitalización supone una limitación a su recién lograda
autonomía. No es capaz de establecer una adecuada comunicación verbal. En
esta etapa la separación de la madre le genera gran ansiedad.
Niño de 3 a 6 años: muchos niños en esta etapa interpretan la separación materna
como un castigo lo que pueda acabar condicionando síntomas de angustia,
depresión, actitudes de rechazo y regresión. Cuando los niveles de estrés son
muy altos se presentan reacciones psicológicas como: ansiedad (con pesadillas
frecuentes, miedo a la oscuridad y a ambientes desconocidos), depresión,
irritabilidad y agresividad.
Reaccionan ante cualquier experiencia dolorosa, real o percibida con emociones
intensas y resistencia física.
Niños de 6 a 12 años: están mas capacitados, luchan por su independencia, les
preocupa mucho su aspecto físico; en consecuencia comprenden mejor la
enfermedad, las circunstancias referida a ella, y están más preparados para
afrontar la separación de su entorno. Reaccionan con miedo a lo desconocido y
temen el dolor y los daños corporales. Siempre se les debe decir la verdad para
asegurarnos su confianza. En general son cooperadores y necesitan participar en
sus cuidados para mantener una cierta sensación de control, respetar siempre su
intimidad.
EFECTOS DE LA HOSPITALIZACIÓN SOBRE LOS PADRES
La familia constituye el principal soporte psicológico del niño hospitalizado. La
familia tiene que experimentar un proceso de adaptación al cambio que se a
producido en su seno: hay un niño enfermo y esa situación provoca un desajuste
entre los diferentes miembros. Las reacciones de los padres dependen de
numerosos factores entre ellos: gravedad de la enfermedad del hijo, duración de la
estancia (corta, mediana o larga), experiencia previa con la enfermedad o la
hospitalización y capacidad de afrontarlas, procedimientos médicos de diagnostico
y tratamiento, sistemas de apoyo disponibles (médicos psiquiátricos, psicólogos),
patrones de comunicación entre los miembros de la familia, creencias culturales y
religiosas.
La mayoría de las familias pasan por 3 fases.
En la primera fase la familia experimenta una sensación de perplejidad, o
incredulidad.
A esta le sigue un periodo de rabia y resentimiento que suele acabar con un
enfrentamiento, buscando culpables.
En la tercer fase la familia se resignara y aceptara la nueva situación.
El estado anímico de los padres influye en el niño, si tienen padres preparados,
cooperadores, y tranquilos.se debe permanecer alerta entre pistas y señales por
los cuales los padres comunican sus preocupaciones y ansiedades. Dar apoyo
significa también aceptar los valores tanto culturales como morales y las creencias
religiosas de la familia.
La enfermedad en el niño condiciona du desarrollo emocional y puede provocarle
estrés. La familia representa para el niño el principal soporte anímico en el que
apoyarse.
Proporcionar un trato adecuado a los padres y animarlos a que participen en los
cuidados de su hijo contribuye a lograr que la hospitalización y tenga una mínima
repercusión en el desarrollo del niño y el funcionamiento de la familia.
EFECTOS DE LA HOSPITALIZACIÓN SOBRE LOS HERMANOS
Los hermanos también reaccionan muchas veces con sentimientos de
preocupación, soledad, temor, culpa y celos. A menudo son desplazados de sus
casas para hacer cuidados por otros familiares, lo que hace que se sientan
abandonados por sus padres, que dirigen toda su atención al hermano enfermo.
ACTUACIONES PARA MEJORAR LA ADAPTACION DEL NIÑO Y LA FAMILIA A
LA HOSPITALIZACIÓN
Es necesario proporcionar a los niños recursos que les faciliten una adecuada
percepción de la intervención quirúrgica y de su propósito, así como darles apoyo
para que puedan expresar en condiciones de seguridad y de acuerdo con su nivel
de desarrollo, las emociones derivadas de la misma. Cuando un niño comprende
la verdadera finalidad de un procedimiento, es capaz de tolerar mejor las molestias
y el dolor.
Se han probado diversas técnicas para preparar antes de una hospitalización para
cirugía: dar información sobre lo que va a pasar, hacer tours narrativos a través
del hospital y representar por medio de audiovisuales o muñecos lo que va a
ocurrir. Para reducir el estrés en los niños se han utilizado también con éxito
procedimientos de relajación y distracción con imágenes.