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“Poetas Guerreros (antología jóvenes poetas mexicanos)” (varios


autores)

©2010 Sus respectivos autores


©2010 Groenlandia

Prólogo por María de los Ángeles Manzano


Epílogo por Ana Patricia Moya Rodríguez

Todos los derechos reservados.


Editado digitalmente por Groenlandia con permiso de sus autores.

Los textos – prólogo, epílogo, poemas e imágenes fotográficas –


corresponden a sus respectivos autores: Ulber Sánchez Ascencio,
Citlali Guerrero, Carlos Fernando Ortíz, Jorge Manzanilla, Antonio
Salinas Bautista, Ángel Muñoz Rodríguez, Juankar Cardesín, Felipe
Solano, María de los Ángeles Manzano y Ana Patricia Moya.

Directora: Ana Patricia Moya Rodríguez


Maquetación: Ana Patricia Moya Rodríguez
Corrección: Anabel Ocaña
Diseño: Felipe Solano (portada, contraportada, fotografías de
interior) \ Juankar Cardesín (ilustraciones de interior) \ Ángel Muñoz
Rodríguez (fotografías de interior) \ Ana Patricia Moya

Depósito legal: CO 1162-2010

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Andalucía (España) \ Guerrero (México) (2010)
Asistir al convite de las antologías de jóvenes escritores es
siempre una labor reconfortante, pero es aún más sorprendente
toparse con una antología que reúne las provincias de dos
continentes (Guerrero, México, Andalucía, España). Esta extraña e
interesante mixtura es posible, en gran medida, gracias a la
comunicación cibernética que los jóvenes utilizan osadamente
para romper las fronteras geográficas y acercar las distancias. Ser
testigo de la producción de los jóvenes poetas guerrerenses es
doblemente reconfortante. Los poetas guerrerenses que conforman
esta antología, son representativos de las nuevas propuestas
literarias que están emergiendo durante los últimos diez años
en nuestro estado. Cinco poetas nacidos en las décadas de los 70s
y 80s, provenientes de las diferentes regiones de la entidad:
Acapulco, que representa la puerta entre las dos costas, Mochitlan
de la región del centro; Copala, Costa Chica y Tepetixtla de la
Costa Grande. A pesar de su juventud todos ellos han sido
galardonados con premios estatales o nacionales, la mayoría de
ellos han disfrutado de las becas y han sido considerados en
diferentes antologías de poesía. Podemos afirmar que aún cuando
continúan en la búsqueda de una voz propia, ya se dejan escuchar
algunos poemas con sonidos propios; es cierto que la búsqueda es
continua, que se encuentran transitando la vía que les llevara a
una madurez en la escritura a mediano plazo, y esta vía no es
otra que la disciplina. Todos ellos tienen como común
denominador la pretensión de continuar preparándose para el
oficio de la escritura, unos han terminado una licenciatura, otros
han tomado cursos y talleres literarios. Jorge Cuesta escribió en
su famoso y polémica antología de la poesía mexicana moderna en
1928 “una antología es una obra esencialmente colectiva; la
tolerancia es su más natural virtud, para que cada poeta -cada

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poema- figure con libertad en ella, debe figurar personalmente y
no a expensas de otro, ni de ningún juicio…” Esta cita del insigne
polemista mexicano me da pie para comentar la posibilidad de no
extender en demasía mis comentarios sobre el trabajo de estos 5
poetas jóvenes guerrerenses, sino más bien darles la libertad para
que logren presentarse con su propio trabajo creativo y sus
búsquedas personales. El poema debe apreciarse como presencia,
más allá de alabanzas o aparatos publicitarios o pomposos. Las
búsquedas son personales, las obras deben responder a nuestros
más íntimos deseos. En 1903 Rainer Marie Rilke apuntaba en su
cartas a un joven poeta la necesidad de que para escribir un
poema debe uno volverse hacia dentro, sumergirse en su propio
mundo y decirlo con callada y humilde sinceridad. Siguiendo el
consejo de este poeta de la pureza estética y de hondo lirismo,
abriremos la ventana y aguzaremos el oído para escuchar las cinco
voces que aquí presentamos. Indudablemente esta reunión de
poetas: dibuja el calidoscopio que la nueva generación de
escritores ha venido matizando en el espectro de la literatura de
Guerrero, y que a la vez conforman nuestro rostro poético. La
temática es variada, desde su nombrar del mundo circundante, la
introspección, la angustia, la tristeza, desesperanza y la
esquizofrenia. Cada uno de ellos en su propia búsqueda, la
mayoría buscando la resonancia de sus palabras, escuchándose
unos a otros. Ulber Sánchez aborda la angustia en la siguiente
estrofa: “Esta noche — como enjambre de soledad, / tocas el
violín sin ninguna preocupación. / Recuerdas la rabia incesante /
de los muertos, / la angustia de abril, / esta tierra que se agrieta
más allá de todo presentimiento”. Citlali Guerrero se inspira en
los conflictos existenciales de una actriz norteamericana: “Eres
bipolar Cristiana Richi? / Cómo los campos de concentración /
Atiende este mensaje que te llega a las 10 / No vayas a confundir

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la entrada del parque / Ahí no estaremos / Ahí no estarán las
gaviotas esperando tus correos / Avisa a quién ya sabes Cristiana
Richi / La puerta es más pequeña que ayer / Sólo que el corazón
duele jodidamente”. Jorge Manzanilla, es el más joven del
quinteto, apunta con sarcasmo su búsqueda en el oficio de
poeta: “Que me sepulten recostado en la palabra. / Que hagan de
mí un sustantivo, / un cuerpo caminando, / un cuerpo solo, / una
caída transparente. / Y que todo sea semejante / al filo de la
felicidad / de aquel formidable incendio”. Antonio Salinas
convoca el amor a través de la presencia femenina: “Una mujer
camina / todas las noches / por esta misma estancia / no sé de
qué sueño venga / ni de qué hogar/si desnuda afila el corazón /
alguna vez intenté llamarla / desde su propia ausencia”. Y
finalmente Carlos Ortiz intenta su travesía poética a través de la
presencia de los trenes: “Nos quedamos solos / en espera del
último durmiente, / la velocidad juguetona del humo / escapando
de la locomotora. / No llegó el tren, / como nunca su canto”. Se
ha dicho que las nuevas generaciones aspiran representar la
ruptura de la tradición, de lo anterior, para establecer una nueva
manera de nombrar el mundo, con la intención de renovar, de
derrumbar para construir un nuevo y distinto andamiaje,
seguramente ese es el reto de los jóvenes. Sin embargo aún existe
un vacío en los estudios críticos sobre la poesía mexicana actual
y más aún de la poesía guerrerense: esa es una deuda que tenemos
los interesados en el tema y que representa un difícil pero
necesario ejercicio de reflexión en el futuro inmediato.

Finalmente dejemos la palabra a los jóvenes, dejemos que cada


uno de ellos se defienda solo.

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María de los Ángeles Manzano Añorve
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Mientras estamos aquí
algo sucede.
Tal vez abril

(Jorge Esquinca)

Tienes el rostro agónico como un Jesús.

Tu desmemoria juega en su nostalgia.

— El olvido que se consume más allá de los ojos.

Se escurre el silencio en la noche.

Abril es el recuerdo de los llantos,

los pájaros calcinados en la memoria.

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2

Esta noche — como enjambre de soledad,

tocas el violín sin ninguna preocupación.

Recuerdas la rabia incesante

de los muertos,

la angustia de abril,

esta tierra que se agrieta más allá de todo

presentimiento.

Esta noche,

muy cerca de las pupilas,

— ahí en los resquicios —

miento la ternura de tu epitafio.

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3

Hay perros en el llanto de la muerte,

piedras que dejan correr la falsedad de los orgasmos.

Hay bares,

putas que sienten a dios entre sus piernas,

paganos ritos donde murmuran la caídos.

(La muerte es el ir y venir de los días)

Por eso abril huele a humedad,

a lluvia ligera como la sangre.


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4

Ay este mes abre sus brazos perpetuos,

la caricia del dolor que dejan los muertos.

Deambula entre evocaciones sin sentido.

Recorre las cenizas en la estación nostálgica del bar Coral.

Mientras las lágrimas de su infancia,

es el tierno mensaje de pájaros

en desconsuelo.

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5

Tiene que ser abril lo que resiente la memoria.

Digo, sólo la infancia

transcurre como la esperanza de los que odian.

Pero más allá,

cerca de la lluvia,

el rumor de la muerte

se escucha como retornos sombríos.

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Ulber Sánchez Ascensio
¿Eres bipolar Cristiana Richi?

Cómo los campos de concentración

Atiende este mensaje que te llega a las 10

No vayas a confundir la entrada del parque

Ahí no estaremos

Ahí no estarán las gaviotas esperando tus correos

Avisa a quién ya sabes Cristiana Richi

La puerta es más pequeña que ayer

Sólo que el corazón duele jodidamente.

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He creado un sitio para ti

Alejado

Un poco despacio de las calles que confunden todo

Eres preciosa como el mar

Bebes demasiado corta la nostalgia

Te miras al espejo y sonríes como una bomba recién explotada

Esta mañana caminas por las calles de Madrid

Miras de lejos un café y los senos de esa hermosa mujer

languidecen en el último sorbo -

El avión está despegando, los cielos son muy azules

el agua es muy mar y tus naranjas están algo podridas Cristiana Richi.

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Cuéntame algo de tu mirada al sol

Este cristal es realmente hermoso y grande

Tu navaja sigue intacta y no has abierto el coche

Recuesta tu ojo en las pequeñas cosas

Mira afuera pequeña, no han llegado las abejas, no hay árboles para ti

Tu corazón es pequeño y caro

Cuando bajes tu vestido de veinte kilos dirá despacio

despacio que los cristales vienen en camino

Sólo que un Miguel Ángel los detuvo

Sólo tira el agua de los muertos decapitados

Sólo mira el piso y las calles y por favor no olvides cerrar la puerta.

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Tu cuerpo reposa y no es madrugada

Escuchas con atención la derrota de un partido de fútbol

Si alguien te lo explica es un pequeño espejo

que se sumerge en las tinas de aguas negras

Mira tu pequeño moñito caqui

Que piel tan delicada tienes, burbujas, burbujas!

Aquí en el asiento entran dos

No llores por favor, tu seno pequeño

punta de cristal mojado, ignora este instante

Él no está aquí, sólo es el quinto piso.

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Citlali Guerrero
Cruje entonces el tren
Se hace un insecto mínimo
A tientas
avanzando

(Efraín Bartolomé)

Nos quedamos solos


en espera del último durmiente,
la velocidad juguetona del humo
escapando de la locomotora.

No llegó el tren,
como nunca su canto.

Nos hemos quedado aquí


como niños aguardando la noche.

El sueño no se cumplió.
Es por el silencio que lo sé.

Nos hemos quedado solos


siempre con lenta quietud
de pájaros que emigran al sur.

Queda aún el recuerdo,

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las vías derruidas partiendo
la geografía del planeta,
hasta el pueblecillo triste de las Dos vías.

Quedan las máquinas quejumbrosas


llenas de herrumbre y hollín,
a mitad del día cascarones carcomidos
que derrotados mueren.

Llega a la memoria una canción infantil


que al ritmo del chu-chu
llena la tarde de nostalgia,
de recuerdos,
de trenes de latón,
que junto con mi hermano
debamos cuerda a mitad del patio.

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Qué extraña la noche
trae memoria
nocturna locomotora
asume la condición descarrilada de hombre
que en la tranquilidad observa
como el viento viste la sombra
leve el cuerpo ardiendo
valdrá la pena – pregunta - valdrá la noche

se apaga la luz,
el último hilo de luz
se hace boca ahorcada la palabra
el garfio que es olvido
metal relamido
asume la caída

el hombre ladra desvalido


el lento irse del tren
y la muerte se cuelga
en la tiniebla de sus ropas mortecinas.

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¿A qué hora llega el tren?
Pregunta el niño
tomado de la mano de su madre.

No hay respuesta.
Sólo el sol que cae cortante
sobre el rostro del pequeño
que sujeta la mano de su madre
mientras pregunta sobre la llegada
del ferrocarril.

Por momentos el infante suelta la mano,


ve a lo lejos una vieja locomotora que atrasa su llegada.

Escucho, dice a su madre, el canto mecánico del tren,


suena como una estampida de búfalos,
una manada de lobos hambrientos.
Es el tren, grita.

La madre vuelve a sujetar la mano del pequeño,


y agitada aprieta fuerte,
lastima al niño,
que no sabe que en esa vieja ciudad
las vías del tren no llegaron a acostarse,
y que a lo lejos lo que oye,
es el ruido del silencio.

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Cuídate de los viajes,
cuídate de los viajes y de los trenes,
y del tambaleo de los barcos en los mares sin ley,
porque en los viajes va la muerte hablándote al oído,
porque en los trenes va la muerte sentada
y en los barcos va la muerte de pie

Javier Bello

No te fíes del canto del tren,

no acudas a su llamada,

no te dejes seducir por sus vagones,

ni el olor a carbón que entristece.

Deja que se marche así como nunca vino,

como una imagen apenas borrosa

de algo que prometieron los hombres de acero.

No trates de entender por qué,

deja que la duda sea una columna

de humo que se disipa a lo lejos,

como si una vieja chimenea

se alejara a otro amanecer,

a otra tierra donde los hombres

no llegan jamás a conocer el nombre del fuego.

No dejes que la tempestad del viajero toque tu calma.

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Aquí los rieles se volvieron un recuerdo

de viejas minas que esperaron el progreso.

Una promesa de acordeón a media noche,

de mineros que bebiendo mezcal

que tiraban dados apostando

el poco sueño guardado entre los ojos.

No dejes que te duela la soledad de las estaciones,

ni el silbato que no suena para anticipar la llegada o la partida,

que el hombre arriba de la máquina gritando ¡váaamonoos! no te convenza.

Quédate aquí, donde el tren fue una larga espera.

No te fíes del canto del tren,

que es una sirena miserable,

una puta que ha de terminar sus días

en un cementerio para máquinas viejas.

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Multiplicando pasas en los vientos,
en la fuga del tren y los tranvías.

Rafael Alberti

Quizá la mañana sea un buen momento para la eternidad


y comience así el mundo.

No hay que sentirnos desamparados


allá entre el polvo existen objetos que añoran su distancia.

Unos muchachos tirados en la hierba miran pasar los trenes


mientras disparan dardos de muerte en su sangre.

No han llegado aún las noticias de los muertos,


que se retuercen entre el metal y el fuego,
se entregan a la fuga del viento.

Mañana en los diarios la fotografía


del gran animal recostado a lado de las durmientes,
un zapato solitario,
una falda de flores
flotando entre las ramas de los arbustos.
Y si se pudiera oír,
se escucharía con claridad
el llanto de una niña
sujetando la mano de su madre.

Quizá mañana la eternidad sea un buen momento


para finalizar el día.

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Carlos Fernando Ortíz Zuñiga
A rra nca ya e l te nue ve lo de p a lab ras
co n que a cos tum bras e nc ubr ir los die n tes
y q ue t u gri t o sa lga hum ea nte
com o la sangre re cién ver t ida de la o fre nda.

( U w e F ri s ch , C antos impo pu lares )

Que me sepulten recostado en la palabra.


Que hagan de mí un sustantivo,
un cuerpo caminando,
un cuerpo solo,
una caída transparente.
Y que todo sea semejante
al filo de la felicidad
de aquel formidable incendio.

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II

Te olvidas que la muerte afiebra tu cuerpo con el mío

así se canta al enigma que invade y absorbe

que pervierte y oculta.

Tibiamente somos parte de la sentencia del tiempo.

III

Tengo el mapa de tu respiración,

el sueño que simula tu caer.

Todos pretendemos algo.

Olvidas que a tu espalda he reinventado el hambre.


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IV

Déjate de ese burdel aromático,

de ese otro rostro que fulge imaginariamente,

ya no puedo sintonizar la voz que yace en el pantano.

Todo sea por la maldita albahaca

el zumo cítrico de la sangre.

A cuentagotas.

Entre el nardo y canela

que se filtren y escurran

las edades grises.

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Detengo el spot para introducirme a los pasillos lánguidos,
transparentemente seductores del marketing
carne molida, frutas y verduras plásticas.
La sangre corre con el billete de cincuenta pesos.
¡Compre las ofertas de la pupila frívola!

En el área de pan dulce se ha caído un llanto de azúcar


tenga cuidado, puede resbalar con las cuartillas de la papelería.

Señora detenga el carrito


El niño se columpia con la voz del ipod.

Señora compre el jabón anti rostros demacrados.

Cambie sus uñas violentadas por unas de acrílico.


No se detenga entre las especias.
No abra los productos dentro del agua.

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Jorge Carlos Manzanilla
¿Cuántas máscaras llevamos, y
máscaras bajo las máscaras, sobre
el rostro de nuestra alma?

Fernando Pessoa
(Versión de Blas Matamoro)

Para Adriana

Una mujer camina

todas las noches

por esta misma estancia

no sé de qué sueño venga

ni de qué hogar

si desnuda afila el corazón

alguna vez intenté llamarla

desde su propia ausencia.

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b

Yo soy aquel que en

otra lid del corazón

buscó tu rostro

porque notó la luna demarcada

sobre tus ojos límpidos y descalzos

como los pasos del silencio

aquel que dejó

testimonio de tu enojo.

28
c

Hablo contigo

como si no hablara con nadie

no sé porqué te escucho

cada vez que no estás

es la estúpida manía

de saberte innegable

de saber que sos el fantasma

que atraviesa el maldito frío

tan rayano a la muerte.

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d

Una mujer levanta

a un hombre tirado en la calle

y lo ayuda a caminar un tramo corto

cuando él vuelve

la confianza en sí mismo

desafía otra vez los senderos

y malogra en el afán

no lleva el atajo de la mujer que lo

sostiene.

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e

Si la espera es larga

no tendrá más metros

que mi casa

finalmente el tiempo

llegará más pronto

de lo acordado

¿cómo medir entonces

los días de un hombre

que no supo a dónde ir?

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Antonio Salinas Bautista
Córdoba (Andalucía) \ Chipalcingo (Guerrero)
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2010
Otra nueva antología poética de Groenlandia que, en esta ocasión,
se centra en los versos de jóvenes poetas de Guerrero (México). El
motivo de la propuesta inicial es intercambiar voces, esto es, en el
estado mexicano mostrar las propuestas de los poetas andaluces, y
en nuestro país, editar un libro digital que reúna a los artistas
guerrerenses. Gracias al apoyo cultural extranjero los textos
poéticos de los líricos elegidos de Andalucía serán publicados en
una plaquette, mientras se organizan diversos recitales por la
geografía de México para acercar al público a las poéticas
andaluzas. Este proyecto, denominado “Conexión Guerrero –
Andaluza”, tiene, precisamente como objetivo, el compartir
poemas entre jóvenes poetas de distinta nacionalidad cuyas
inquietudes, en esencia, son idénticas. Tal y como se expresa el
prólogo anterior, los poetas guerrerenses, a pesar de su edad, van
conformando una voz propia; la juventud del poeta puede
considerarse, o bien como lastre, o bien como un indicio
prometedor. Ser joven implica no haber vivido demasiado como para
constituir una poética definitiva. Desde mi punto de vista, es cierto
que hay que vivir para escribir poesía, es probable que la juventud
no tenga tantas experiencias como las generaciones pasadas (de
hecho, es un argumento típico que suelen utilizar los consagrados
para “desprestigiar” a lo que ellos nombran despectivamente como
poetas menores, inexpertos o carentes de talento) y es una realidad
que tengan un conocimiento de la vida ciertamente limitado; pero,
por otro lado, pienso que componer versos desde joven es una
buena señal, un excelente comienzo para ir, poco a poco,
conformar la identidad poética personal. Todos tenemos unos
inicios, y los poetas, como seres humanos, no maduran de golpe. Y
es que nada en esta vida es definitivo, tengas quince, o treinta, o
cincuenta y cinco años: todos los días aprendemos algo, y ese

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proceso de aprendizaje existencial es algo que arrastramos hasta el
último día que respiramos. La etiqueta de joven no debería ser algo
que provocase rechazo, sino más bien curiosidad: de hecho, hay
obras y poesía interesantes entre las filas de jóvenes líricos que
luchan por hacerse un hueco en el complejo mundo literario. Ser
poeta joven no debería ser un estigma, sino un estímulo para
animar a la juventud a escribir poesía porque, a pesar de los
tiempos que corren, siempre quedarán mujeres y hombres (de
mentalidad, no hablamos de niños y niñas que se preocupan más por
convertirse en incultos seres con predisposición a transformarse en
futbolistas de primera división o polémicas modelos televisivas) que
se atrevan a plasmar sus emociones o preocupaciones en el papel o
la pantalla del ordenador. Esta osadía marca el principio: el poeta
es un aprendiz de gladiador que va a contracorriente: su campo de
batalla es la realidad y sus armas son sus poemas. Las palabras
pueden ser más hirientes que el filo de una espada o una bala.
Están lo suficientemente comprometidos con ellos mismos, con lo
que les rodea, traen lo que tanta falta le hace al mundo:
sensibilidad. Y el poeta joven, a pesar de la controversia suscitada
con los grupos conservadores de “poesía auténtica” (la oficial, en
manos de un poder viejo que, tarde o temprano, caducará: es ley
de vida y la historia es un ciclo de cambios alternantes entre
opuestos) ya es un valiente que se posiciona en una trinchera y
grita: sí, no tengo más de treinta y cinco, pero voy a luchar. Y por
eso bautizamos esta antología como “Poetas Guerreros”, con ese
doble sentido: por la pertenencia al estado mexicano, por la
inherente cualidad de luchadores. Y, realmente, sus poetas han
sabido defenderse a la perfección.

Espero que hayáis disfrutado de la lectura de este libro tan


especial.

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Ana Patricia Moya Rodríguez
Ulber Sánchez Ascencio (6 de Junio de 1978, Tepetixtla, Coyuca,
Guerrero). Ha publicado en: Revista Guerrero Joven (2003), Revista de la
Secretaria de la Juventud (Chilpancingo, Guerrero), Revista literaria
Puente entre islas (2003), en el Semanario de Política y Cultura La
Trinchera (2003). Ha obtenido diversos premios por sus textos (Primer
Lugar en el V Certamen Estatal de Poesía y Cuento “María Luisa Ocampo”
en la categoría de Poesía, Primer Lugar en el Concurso Estatal de Poesía y
Cuento “Liliana Huicochea”, género Poesía). Ha participado en lecturas
colectivas poéticas y en distintos encuentros (Sexteto de Cámara, en
Acapulco, 2005; Encuentro de jóvenes poetas vanguardistas de Guerrero,
2007, etc). Ha publicado la plaquette Los que miran hacia abajo no
duermen (Tarántula Dormida, 2009). Sus poemas aparecen en la antología
de Poesía Cuarenta Barcos de Guerra (2009). Actualmente es becario del
Foeca Guerrero en escritores con trayectoria 2010.

Citlali Guerrero (Copala, Guerrero, 1971). Licenciada en la especialidad


de Sociología de Comunicación y la Educación. Cursó el Diplomado en
Creación Literaria en la Sociedad General de Escritores de México
(Sogem). Obtuvo el Premio Estatal de Poesía “María Luisa Ocampo”,
convocado por Conaculta y el Instituto Guerrerense de la Cultura, así
como el Premio Estatal de Literatura “Ignacio Manuel Altamirano”, en la
categoría de poesía. Tiene publicados los libros: Llorando el naufragio,
(editado por la Universidad Autónoma del Estado de México y la Editorial
Tinta de Alcatraz), Los pantanos son algo verde como el deseo (editado
por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, en la colección “José
Carlos Becerra”), Todas las horas alumbran (editado por la CONACULTA,
el IGC y la Editorial Praxis). Ha sido becaria en dos ocasiones del
Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico, en la categoría
“publicación de obra”, y creadores con trayectoria. Actualmente es
coordinadora de proyectos especiales de la Secretaría de Desarrollo Social
del ayuntamiento de Acapulco, es coordinadora general del Encuentro de
Escritores del Pacífico.

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Carlos Fernando Ortiz Zuñiga (Ciudad de México, 1976). Radica en
Chilpancingo (Guerrero), desde muy pequeño. Egresado de la Escuela de
Ciencias de la Comunicación, ha publicado en suplementos y revistas de
circulación local y estatal. Está incluido en la antología Ríos interiores
poesía guerrerense contemporánea (con prólogo, selección y notas de José
Gómez Sandoval, 1999) y en la Antología de creación joven. Obtuvo el
primer lugar en poesía en el Segundo Concurso Estatal de Poesía y Cuento
del Instituto Guerrerense de la Cultura (1999). La UAG publicó su
poemario Sueños Prosaicos y Poebrio (editorial La Tarántula Dormida),
ambos en el año 2000.

Jorge Manzanilla (Yucatán, 29 de Enero de 1986). Radica en Mochitlán,


Guerrero desde el año 2003. Actualmente es estudiante de Literatura en
la Unidad Académica de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de
Guerrero y Director del Pasquín Literario Grietas. Es miembro de la
catarsis literaria El drenaje, impartida por Adán Echeverría. Colaboró en
Navegaciones Zur, México Gótico, en el periódico La trinchera, revista
virtual de Argentina Isla Negra, revista virtual Remolinos (Lima, Perú),
Revista Cinosargo (Chile) y en la revista Groenlandia (España). Publicó en
el 2010 la plaquette Sonido de Barro.

Antonio Salinas Bautista (Acapulco, Guerrero, 1977). Ha publicado en


las revistas Tierra Adentro, Punto de partida, Giroscopio, La Cuiria,
Blanco Móvil y Círculo de poesía. Está incluido en las antologías Vértigo
de los aires (encuentro iberoamericano 2009), 40 barcos de guerra (2009),
Cuentos y Poemas triunfadores del certamen María Luisa Ocampo (2008) y
El color de la blancura (2000). Coautor del libro de cuentos Acapulco en
su tinta (2004). Autor del libro de poesía Azul como su nombre (2006).
Premio Estatal de Poesía “María Luisa Ocampo” (2008). Mención especial
en el primer concurso de cuento Acapulco en su tinta (2004). Ha sido
becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Guerrero FOECA.
Actualmente es becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes
FONCA (2010-2011). Sitio web: http://tripulante22.blogspot.com/.

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Juan Carlos Cardesín (Guipuzcoa, España, 1967). Pintor. Estudió Arte y
Decoración en San Sebastián; es graduado en Artes Aplicadas (Escuela de
Artes y Oficios de Zaragoza) y ha realizado talleres de pintura y acuarela.
Ha participado en diversas exposiciones (individuales y colectivas) y ha
obtenido diversas menciones por sus obras pictóricas.

Ángel Muñoz Rodríguez (Leganés, Madrid, 1977). Licenciado en Historia


del Arte. Fotógrafo, poeta, narrador novel. Ha participado, con sus
poemas, relatos y fotografías, en diversos recitales y exposiciones, y ha
colaborado en distintas publicaciones literarias. Tiene su espacio en las
Afinidades Narrativas. Ha publicado el poemario Ya no leo tebeos de
Wonderwoman (Groenlandia, 2010). En breve, publicará nuevas obras
(Como Ulises en una cacharrería, próximamente editado por Bohodón) y
aparecerá en distintas antologías poéticas. Coordina y antologador la
propuesta poética Poetrastos: por favor, tratad con cariño.

Felipe Solano (Madrid, 1976). Licenciado en Ciencias Biológicas. Estudió


fotografía, ganó algún premio y participó en algunas exposiciones
colectivas; el boom de la fotografía digital, su corrección de pixels y su
alta definición empezaron a aburrirle. Al estudiar diseño se reencontró
con la fotografía y los complejos programas de retoque fotográfico que
consiguen devolver a las imágenes toda su imperfección.

María de los Ángeles Manzano. Profesora e investigadora de la


Licenciatura Hispanoamericana en la Unidad Académica de Filosofía y
Letras de la Universidad Autónoma de Guerrero. Estudió Doctorado de
Literatura en Cuernavaca (Morelos, México). Fundadora y directora de la
revista Amate, Cultura y Sociedad, de la revista Hojas de Amate, arte y
cultura y la publicación Costa Suriana. Miembro de la Red Nacional e
Internacional de Mujeres Periodistas con visión de género y miembro de
CIMAC. Fue directora general del Instituto Guerrerense de la Cultura, así
como productora y conductora del programa radiofónico Cuarto Creciente.

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Colabora en revistas y periódicos regionales, con artículos sobre
literatura, género y cultura.

Ana Patricia Moya (Córdoba, 1982). Pluriempleada. Licenciada en


Humanidades y Master en Textos, Documentación e Intervención Cultural
(especialidad en Edición). Actualmente, dirige Groenlandia, revista
literaria y cultural. Ha publicado Bocaditos de Realidad (primera edición,
del 2008, la segunda, para el 2010). Sus textos han aparecido en diversas
publicaciones literarias (fanzines o revistas), digitales e impresas, de
España e Hispanoamérica: La Siega, Dulce Arsénico, La Bolsa de Pipas,
Palabras Diversas, Ariadna, Letras, Café con Letras, Saigón, Papelusar,
Shiboleth, Creatura, En Sentido Figurado, Narrativas, Cruce de Caminos,
Spjismos, Yareah Magacine, Margen Cero \ Mar de Poesías, Delirio, Poe+,
LaFanzine, Mitad Doble, Al Otro lado del espejo, Vinalia Trippers,
Fanzine ForCoppola, Revista Ohio (España), Cinosargo (Chile), Revista
Remolinos, Deliriums Tremens, El Cuervo (Perú), Isla Negra, Lamas
Medula, Lexia (Argentina), Deshonoris Causa (Nicaragua), Palabras
Malditas, Grietas (México), Letras anónimas, Lakuma Pusaki (Chile),
Letralia \ Tierra de Letras (Venezuela), etc, así como en diversos blogs
(23 Pandoras, Hank Over \ Resaca, de Vicente Muñoz Álvarez y Patxi
Irurzun, Perdóname pero te amo y Todo lo demás son palabras, de David
González, Asperezas, Desde las lindes del sur, Tierras de Alquimia, Dad al
aire mi voz, Cosas que nunca te diré, El Bote de Colón, La Aldea Global,
Poetas para el siglo XXI, etc). En breve publicará su primer libro de
relatos, Cuentos de la Carne. Sus poemas han sido traducidos al inglés,
catalán, italiano, alemán, portugués y francés. Tiene su espacio en Las
Afinidades Narrativas y Electivas. Aparece en distintas antologías
literarias, tanto impresas como digitales.

Anabel Ocaña Martín (Córdoba, 1982). Licenciada en Humanidades.


Master en Prevención de Riesgos Laborales. Experta en gestión del
patrimonio histórico. Ha sido gestora cultural y agente de desarrollo
turístico.

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NOTA DE EDICIÓN

Los textos de esta antología literaria (todos los poemas así


como el prólogo y el epílogo) corresponden a sus
respectivos autores: Ulber Sánchez Ascensio, Citlati
Guerrero, Carlos Fernando Ortíz Zuñiga, Jorge Manzanilla,
Antonio Salinas Bautista, María de los Ángeles Manzano y
Ana Patricia Moya Rodríguez.

Las imágenes (fotográficas e ilustraciones) empleadas para


el diseño de este libro antológico pertenecen a Ángel
Muñoz Rodríguez (páginas 14, 22 y 26), Juan Carlos
Cardesín (páginas 11, 17, 24 y 28) y Felipe Solano (portada,
contraportada, páginas 9, 12 y 29).

Todas las publicaciones de Groenlandia están protegidas y


respetan los derechos de sus respectivos artistas (poetas,
narradores, fotógrafos e ilustradores).

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ÍNDICE

Pr ól o g o , p o r M a ría d e los Á ng e les Manzano 3

Ulber Sá nchez Ascensio

P ostales par a un mes ter r ible 7

Citlati Guerrero

Aparece el Uno (i nicio de la terapi a) 12


Este de b er ía ser el D os (a ún no lle go) 13
P or f in h emos lle gado (es el D os) 14
Creo que volvemos al inicio (es el Uno Bi) 15

C a r l o s Fe r n a n d o O r t í z Z u ñ i g a

Tr enes p ar a ar mar la sole dad 16


El hombr e que mi raba pas ar los tre nes 18
¿A qué h or a el tr en? 19
N o te f íe s del can to 20
M ir ando pasar los tr enes 22

Jorge Manzanilla

A cuenta gotas 23
M iér coles de plaz a 26

An t o n io S a l ina s Ba utista

Rostr o d e lado 27

E p ílogo, p or A na P a t ric ia Moy a 33

Sob re lo s a ut ores 35

Not a d e ed ic ión 39
40
41

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