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Margarita Aguinaga[1]
1.1.- Venezuela inició el planteamiento de Socialismo del Siglo XXI, ha sido asumido por
Evo Morales y por Rafael Correa.
La propuesta para construir el socialismo del siglo XXI, convocada por Chávez, surge, en
el momento en que la crisis del capitalismo ha tocado fondo a nivel mundial, se habla de
cinco crisis: la alimentaria, la económica financiera, la ecológica, la cultural, y la crisis
política, entonces se puede suponer que una convocatoria de este tipo podría ser una
alternativa y un llamamiento de izquierda para el mundo entero. Una respuesta de gran
dimensión no ha ocurrido, las respuestas globales a la crisis más bien se han concentrado
en ciertos movimientos sociales, de forma especial el movimiento indígena más crítico al
modelo de extracción de recursos natuarles, el Foro Social Mundial y en ciertos gobierno
progresistas de A.L. No hay una respuesta de resistencia global a la crisis, eso implica un
debilitamiento del las luchas del campo popular
1.3- No ha surgido solo de Chávez el planteamiento de Socialismo del Siglo XXI, esa es un
primer elemento a modificar, aunque él ha colocado ese nombre de forma pública, llegamos
a este planteamiento por varias vías:
Es importante citar a Mariategui, para investigar estos hechos, aquel marxista peruano,
escribió desde la autocrítica de la izquierda, cuestionando la imposibilidad que existía de
poder articular en un programa de revolucionario la mirada de los indios, de los originarios
y por eso la debilidad de la mirada por el poder en los países de América Lantina, no solo la
debilidad de la lucha revolucionaria en los países andinos. Quienes han leído a
Mariategui, saben que él hizo una inclusión de la realidad indígena en el análisis de las
estructuras económicas, indicando porque indígenas y campesinos constituían una base
económica importante para una emancipación para países en lo que existía población
indígena. Maríategui explica la historia de la colonización española, la nueva formación
socio económica, e indica la matriz indígena eminentemente vinculada a la reproducción
del capital, miles de indígenas fueron convertidos en trabajadores y sus muertes hacen parte
de la base de las sociedades colonizadas de América Latina, a la vez que estos luego
transformados en aparceros, jornaleros, huasipungueros, nombres de trabajadores de
hacienda, etc. también permitieron el paso de una sociedad colonial a la sociedad
capitalista, las modificaciones estructurales en A.L se hacen, transformando el modo de
producción, con la vida de miles de millones de indígenas que bajo miles de formas y
rostros hacen parte de la reproducción no solo de la estructura de clases sino de las
sociedades latinoamericanas hasta hoy en día. Mariategui logra reconocer esta mirada y
este rostro de los indios, de los originarios, en la matriz y en la historia de la formación
económico social de los pueblos de A.L, a partir de ellos, también explica la importancia
estratégica de los indígenas en cualquier proyecto de emancipación socialista y los fracasos
políticos en el caso de no hacer esta relectura del procesos de emancipación y estas alianzas
polìticas. Sin embargo Mariategui, no logró desarrollar todo el contenido y la implicación
de la relación entre las contradicciones étnicas y de clase, como categoría revolucionaria,
no solo de explicación cultural, eso lo han hecho los propios indígenas, los originarios, etc.
Por más de quinientos años, las luchas de los movimientos indígenas, -cabe indicar que en
los más de quinientos años de resistencia, han existidos varios movimientos indígenas, con
rostros distintos y luchas propias de cada época histórica-, el movimiento indio de la
América Latina, en los hechos han roto del paradigma de la lucha de clases como única
contradicción de la historia. Si bien aún hay mucho por lograr vincular entre la lucha de
clase y la lucha étnica, en la práctica los movimientos indígenas, se han visto obligados a
crear los puentes necesarios para encontrar el vinculo entre la lucha étnica, la lucha de
clases, la lucha ecológica, la lucha de género, etc. El movimiento indígena es mucho más
milenario que el mismo movimiento obrero. Este sujeto casi ignorado por la historia
universal y colocado como de segunda importancia por la propia historia de los
movimientos de izquierda, un movimiento que siempre ha sido llamado a mestizarse para
poder participar en la política, este sujeto colocado como marginal, invisibilizado, ha
decidido hacer visible sus luchas y poner en cuestión no solo la sociedad de clases sino la
naturalización del racismo, la exclusión a su propia existencia cultural y exigir que el
mundo respete sus vidas. Hace una convocatoria a entender que la lucha de clases no es
solo una cuestión de obreros y campesinos sindicalizados, sino también de indígenas,
originarios organizados de una forma particular.
-Actualmente es una larga lucha por el poder lo que está en juego desde la lucha indígena,
en relación a los retrocesos de los gobiernos de Ecuador y Bolivia y a la re-ofensiva
neoliberal en A-L.:
a.-Cuando entramos en los años 90, la izquierda venía de un fracaso rotundo con la caída
del “socialismo real” y el debilitamiento masivo del movimiento obrero y sus expresiones
nacionales, por decir en Ecuador en 1982 El Frente Unitario de Trabajadores, sufrió una
grave derrota de la clase dominante, nos habíamos quedado sin un referente de lucha
nacional, toda la década de los ochenta parecían un correr de fracaso tras fracaso para la
izquierda ecuatoriana, muy a tono con lo que pasaba con el movimiento de lucha mundial,
sin embargo, nos habíamos equivocado en esa percepción, desde muy adentro de las
comunidades indígenas, desde los páramos, desde la selva amazónica, desde las tierras
secas y los ponchos, de forma silenciosa los años ochenta, en Ecuador y también en el caso
boliviano, anunciaban que otra vez estábamos retornando al despertar de “los indios”, así se
llaman ello y ellas, en esta década se había fortalecido y se había consumado avances
políticos y la constitución de un vigoroso movimiento indígena que agrupaba a los
indígenas desde su condición de indígenas, por ello es que a inicios de 1990, la presencia de
los movimientos indígenas, sobre todo de Ecuador y Bolivia, adquieren una capacidad de
lucha política tan importante, con un fuerte énfasis en la lucha por el reconocimiento de los
indígenas como sujetos sociales y políticos, el cuestionamiento a más de 500 años de
colonización, la exposición movilizada de sus propuestas propias y el enfrentamiento
constante al modelo neoliberal, al dominio blanco mestizo y a la recuperación de su
imaginario colectivo, de sus raíces históricas.
Hubo un antecedente ineludibles, de 1950 a 1980, en Bolivia la revolución Boliviana y en
Ecuador la reforma agraria, de manera específica permite constatar la formación de dos
procesos nacionales vitales: 1.- en Bolivia, la presencia campesino sindicalizada que
deviene en la formación de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos
de Bolivia- CSTUTCB[2]y en Ecuador la lucha de los indígenas por la tierra con la
formación de la FEI-Federación Ecuatorianas de indígenas que fue impulsada entre varios,
por dos dirigentas indígenas, mujeres muy luchadoras llamadas Dolores Cacuango y Mama
Tránsito Amaguaña, respaldadas por el partido comunista y el partido socialista
ecuatoriano.
Los indígenas estuvieron siempre obligado a dejar de ser indios para participar en política o
en cualquier actividad pública, estas dos organizaciones en su interior empiezan a
cuestionar y deciden llamarse indígenas, a reconocerse como tales y a participar desde sus
propias identidades les guste o no a los demás. En Ecuador deciden llamarse indios y
campesinos en Bolivia. En Perú es donde menos prospera la lucha en estos años.
En Bolivia por el Katarismo[3], movimiento que toma esta denominación por Tupa Katari y
en Ecuador el retorno a “Atahualpa, Rumiñahui, Daquilema, Manuela León[4]” y Tupac
Amaru.
Estos dos procesos, aún sin coordinación regional, logran la reactivación de la lucha
anticolonial, el cuestionamiento a la dominación española y la dominación de los EU, la
lucha por la tierra que significaba una recuperación del territorio perdido, no solo la tierra
para trabajar y para producir y, el reencuentro geopolítico, espacial, cultural y étnico que da
paso a la conformación de organizaciones indígenas que luego deciden constituir los
movimientos indígenas más importantes de Ecuador y Bolivia: La CONAIE-la
Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador-1980, y, La CIDOB-La
Confederación de Indígenas de Bolivia, etc.
Esto aparecen estas organizaciones diciendo que son nacionalidades, pueblos indígenas,
etnias[5], etc.
Hay que recordar que estas luchas ocurren bajo el modelo económico de sustitución de
importaciones, el Desarrollismo, centrado en el control del Estado de la economía, la
industrialización, etc. Los indígenas saben luchar no solo contra un modelo privatizador.
A finales de los ochenta parecía que estos procesos estaban derrotados, la reforma agraria
en Ecuador no se concretó y las promesas sociales de la revolución de 1952 en Bolivia para
los campesinos prácticamente no se habían cumplido.
1980-1990: Sin embargo, está década para los movimientos indígenas de Ecuador y
Bolivia, significó, una década de acumulación política. En Ecuador, se habían agrupados
en sus propias organizaciones y agrupados en comunidades indígenas en las tierras que les
había asignado la reforma agraria, las peores tierras, en las laderas de las montañas y etc.,
y partir de las organizaciones como la CONAIE. En Bolivia los agrupaba
el cuestionamiento a las demandas no cumplidas por la Revolución de 1952, desde La
CIDOB[6] y la CSUTCB había logrado agruparse.
1990, Representó para el movimiento indígena y para las luchas en Ecuador un contante
forcejeo por el poder bajo nuevas consignas, la consigna no era la tierra sino el estado
Plurinacional, la lucha contra las privatizaciones, los derechos colectivos (derechos
indígenas), la lucha por una nueva democracia, la lucha por el control y la justicia indígena
dentro de sus propios territorios, y en la amazonia la lucha por los recursos naturales en
contra de las petroleras y las trasnacionales.
Por eso decimos que la base de los gobiernos de Rafael Correa y de Evo morales, están
sostenidos en gran medida en las luchas indígenas, y una derrota de estos gobiernos podría
significar un duro golpe a estos movimientos y a una propuesta de poder.
Y porque sin ellos el socialismo del siglo XXI, en nuestros países es casi imposible o con
ellos es posible.
Desde el 2000,
Los cambios presidenciales de Evo y de Correa, han significado un afloramiento de
contradicciones, de las alianzas con estos gobiernos y de las contradicciones dentro de los
movimientos indígenas.
Estos gobierno son diferentes, En el caso de Bolivia, por decir, todas las Federaciones
indígenas entraron en Alianza con el gobierno e hicieron parte de él; en Ecuador no, la
Fenocin-Federación Ecuatoriana de Organizaciones Campesinas y Negras entraron a
formar parte de Alianza País, la CONAIE-Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador, no, se ha mantenido autónoma desde el inicio del gobierno de Correa.
Las contradicciones:
a. Entre las Propuesta de neo-extractivismo de estos gobiernos, como anunciado pasó hacia
elSocialismo del siglo XXI. Ecuador quiere incrementar la explotación del petróleo y en
Bolivia el incremento de exportaciones de gas a Brasil y Argentina. Hay acuerdos entre
Venezuela y Ecuador para iniciar el levantamiento de un la refinería del Pacífico.
Esto es lo que está en el centro de la disputa entre gobiernos de Bolivia y Ecuador y los
movimientos indígenas que cuestionan el neoextractivismo, los que siguen dentro del
gobierno y los que están fuera.
Es un momento en que los gobiernos han logrado afianzar divisiones en los movimientos
indígenas, sin embargo, también es un momento de expresión de autonomías de
organizaciones indígenas frente a estas propuestas de los gobiernos de la región.
g. Pero es innegable que en AL estamos en una disputa de sentido de para donde va la vida
humana y del planeta. Están en juego estas posibilidades en medio de una crisis económica
brutal y a la vez de una desmovilización y una carencia de resistencias mundiales que
asusta, porque la sola lucha de A.L. para ir hacia una sociedad socialista, pos extractivista,
pos-productivista, post petrolera, no alcanza.
i. Hay una disputa no solo por los recursos, los movimientos indígenas, ecologistas,
feministas, están tensionándose por la concepción de la vida, la lucha por la vida
HUMANA Y DEL PLANETA ES el centro de la disputa del momento actual, esto ha
trascendido de una lucha antineoliberal, ha colocado el debate del capitalismo como
problema de la humanidad, pero no se logra tener la fuerza suficiente para transformarlos,
ni desde los gobiernos de izquierda ni desde los movimientos indígenas y sociales, por un
lado, la lucha por el Sumak Kawsay (kiwua-Ecuador) y del Sumak Tamaña (Aymara) en
Bolivia, son propuestas de Buen Vivir, están en disputa, por un lado gobiernos y por otro
lado organizaciones que cuestionan, no son solo dialectos o maneras indígenas de llamar a
la nueva sociedad, es la disputa entre neoextractivismo y anticapitalismo, eso es lo que está
en juego entre los movimientos sociales y los gobiernos de “izquierda y progresistas”.
j. Por estas disputas estos gobiernos también han criminalizado a varios de los dirigentes
indígenas y varias protestas impulsadas por el movimiento indígena, Peruano(Bagua),
Ecuatoriano y Chileno(mapuches).
m. Hay dos temas que es preciso tratar con mayor profundidad, aunque en esta ocasión no
es posible, las tendencias políticas del movimiento indígena, y la estratificación de clases
que existe en su interior.
o. Hay pequeñas victorias y grandes problemas, entonces necesitamos crear otras maneras
de entender la solidaridad, no podemos pensar solo en ella cuando hay muertos,
hambrientos y destrozados por la miseria, necesitamos pensar en la solidaridad incluso
desde el mejoramiento de las condiciones de vida que también, de una u otra forma
experimentamos ahora en A.L, pero también hay sectores de la población que saben que
tener ahora un poco más de pan no garantiza la vida.
1.1.- Venezuela inició el planteamiento de Socialismo del Siglo XXI, ha sido asumido por
Evo Morales y por Rafael Correa.
La propuesta para construir el socialismo del siglo XXI, convocada por Chávez, surge, en
el momento en que la crisis del capitalismo ha tocado fondo a nivel mundial, se habla de
cinco crisis: la alimentaria, la económica financiera, la ecológica, la cultural, y la crisis
política, entonces se puede suponer que una convocatoria de este tipo podría ser una
alternativa y un llamamiento de izquierda para el mundo entero. Una respuesta de gran
dimensión no ha ocurrido, las respuestas globales a la crisis más bien se han concentrado
en ciertos movimientos sociales, de forma especial el movimiento indígena más crítico al
modelo de extracción de recursos natuarles, el Foro Social Mundial y en ciertos gobierno
progresistas de A.L. No hay una respuesta de resistencia global a la crisis, eso implica un
debilitamiento del las luchas del campo popular
1.3- No ha surgido solo de Chávez el planteamiento de Socialismo del Siglo XXI, esa es un
primer elemento a modificar, aunque él ha colocado ese nombre de forma pública, llegamos
a este planteamiento por varias vías:
Es importante citar a Mariategui, para investigar estos hechos, aquel marxista peruano,
escribió desde la autocrítica de la izquierda, cuestionando la imposibilidad que existía de
poder articular en un programa de revolucionario la mirada de los indios, de los originarios
y por eso la debilidad de la mirada por el poder en los países de América Lantina, no solo la
debilidad de la lucha revolucionaria en los países andinos. Quienes han leído a
Mariategui, saben que él hizo una inclusión de la realidad indígena en el análisis de las
estructuras económicas, indicando porque indígenas y campesinos constituían una base
económica importante para una emancipación para países en lo que existía población
indígena. Maríategui explica la historia de la colonización española, la nueva formación
socio económica, e indica la matriz indígena eminentemente vinculada a la reproducción
del capital, miles de indígenas fueron convertidos en trabajadores y sus muertes hacen parte
de la base de las sociedades colonizadas de América Latina, a la vez que estos luego
transformados en aparceros, jornaleros, huasipungueros, nombres de trabajadores de
hacienda, etc. también permitieron el paso de una sociedad colonial a la sociedad
capitalista, las modificaciones estructurales en A.L se hacen, transformando el modo de
producción, con la vida de miles de millones de indígenas que bajo miles de formas y
rostros hacen parte de la reproducción no solo de la estructura de clases sino de las
sociedades latinoamericanas hasta hoy en día. Mariategui logra reconocer esta mirada y
este rostro de los indios, de los originarios, en la matriz y en la historia de la formación
económico social de los pueblos de A.L, a partir de ellos, también explica la importancia
estratégica de los indígenas en cualquier proyecto de emancipación socialista y los fracasos
políticos en el caso de no hacer esta relectura del procesos de emancipación y estas alianzas
polìticas. Sin embargo Mariategui, no logró desarrollar todo el contenido y la implicación
de la relación entre las contradicciones étnicas y de clase, como categoría revolucionaria,
no solo de explicación cultural, eso lo han hecho los propios indígenas, los originarios, etc.
Por más de quinientos años, las luchas de los movimientos indígenas, -cabe indicar que en
los más de quinientos años de resistencia, han existidos varios movimientos indígenas, con
rostros distintos y luchas propias de cada época histórica-, el movimiento indio de la
América Latina, en los hechos han roto del paradigma de la lucha de clases como única
contradicción de la historia. Si bien aún hay mucho por lograr vincular entre la lucha de
clase y la lucha étnica, en la práctica los movimientos indígenas, se han visto obligados a
crear los puentes necesarios para encontrar el vinculo entre la lucha étnica, la lucha de
clases, la lucha ecológica, la lucha de género, etc. El movimiento indígena es mucho más
milenario que el mismo movimiento obrero. Este sujeto casi ignorado por la historia
universal y colocado como de segunda importancia por la propia historia de los
movimientos de izquierda, un movimiento que siempre ha sido llamado a mestizarse para
poder participar en la política, este sujeto colocado como marginal, invisibilizado, ha
decidido hacer visible sus luchas y poner en cuestión no solo la sociedad de clases sino la
naturalización del racismo, la exclusión a su propia existencia cultural y exigir que el
mundo respete sus vidas. Hace una convocatoria a entender que la lucha de clases no es
solo una cuestión de obreros y campesinos sindicalizados, sino también de indígenas,
originarios organizados de una forma particular.
-Actualmente es una larga lucha por el poder lo que está en juego desde la lucha indígena,
en relación a los retrocesos de los gobiernos de Ecuador y Bolivia y a la re-ofensiva
neoliberal en A-L.:
a.-Cuando entramos en los años 90, la izquierda venía de un fracaso rotundo con la caída
del “socialismo real” y el debilitamiento masivo del movimiento obrero y sus expresiones
nacionales, por decir en Ecuador en 1982 El Frente Unitario de Trabajadores, sufrió una
grave derrota de la clase dominante, nos habíamos quedado sin un referente de lucha
nacional, toda la década de los ochenta parecían un correr de fracaso tras fracaso para la
izquierda ecuatoriana, muy a tono con lo que pasaba con el movimiento de lucha mundial,
sin embargo, nos habíamos equivocado en esa percepción, desde muy adentro de las
comunidades indígenas, desde los páramos, desde la selva amazónica, desde las tierras
secas y los ponchos, de forma silenciosa los años ochenta, en Ecuador y también en el caso
boliviano, anunciaban que otra vez estábamos retornando al despertar de “los indios”, así se
llaman ello y ellas, en esta década se había fortalecido y se había consumado avances
políticos y la constitución de un vigoroso movimiento indígena que agrupaba a los
indígenas desde su condición de indígenas, por ello es que a inicios de 1990, la presencia de
los movimientos indígenas, sobre todo de Ecuador y Bolivia, adquieren una capacidad de
lucha política tan importante, con un fuerte énfasis en la lucha por el reconocimiento de los
indígenas como sujetos sociales y políticos, el cuestionamiento a más de 500 años de
colonización, la exposición movilizada de sus propuestas propias y el enfrentamiento
constante al modelo neoliberal, al dominio blanco mestizo y a la recuperación de su
imaginario colectivo, de sus raíces históricas.
Los indígenas estuvieron siempre obligado a dejar de ser indios para participar en política o
en cualquier actividad pública, estas dos organizaciones en su interior empiezan a
cuestionar y deciden llamarse indígenas, a reconocerse como tales y a participar desde sus
propias identidades les guste o no a los demás. En Ecuador deciden llamarse indios y
campesinos en Bolivia. En Perú es donde menos prospera la lucha en estos años.
En Bolivia por el Katarismo[3], movimiento que toma esta denominación por Tupa Katari y
en Ecuador el retorno a “Atahualpa, Rumiñahui, Daquilema, Manuela León[4]” y Tupac
Amaru.
Estos dos procesos, aún sin coordinación regional, logran la reactivación de la lucha
anticolonial, el cuestionamiento a la dominación española y la dominación de los EU, la
lucha por la tierra que significaba una recuperación del territorio perdido, no solo la tierra
para trabajar y para producir y, el reencuentro geopolítico, espacial, cultural y étnico que da
paso a la conformación de organizaciones indígenas que luego deciden constituir los
movimientos indígenas más importantes de Ecuador y Bolivia: La CONAIE-la
Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador-1980, y, La CIDOB-La
Confederación de Indígenas de Bolivia, etc.
Esto aparecen estas organizaciones diciendo que son nacionalidades, pueblos indígenas,
etnias[5], etc.
Hay que recordar que estas luchas ocurren bajo el modelo económico de sustitución de
importaciones, el Desarrollismo, centrado en el control del Estado de la economía, la
industrialización, etc. Los indígenas saben luchar no solo contra un modelo privatizador.
A finales de los ochenta parecía que estos procesos estaban derrotados, la reforma agraria
en Ecuador no se concretó y las promesas sociales de la revolución de 1952 en Bolivia para
los campesinos prácticamente no se habían cumplido.
1980-1990: Sin embargo, está década para los movimientos indígenas de Ecuador y
Bolivia, significó, una década de acumulación política. En Ecuador, se habían agrupados
en sus propias organizaciones y agrupados en comunidades indígenas en las tierras que les
había asignado la reforma agraria, las peores tierras, en las laderas de las montañas y etc.,
y partir de las organizaciones como la CONAIE. En Bolivia los agrupaba
el cuestionamiento a las demandas no cumplidas por la Revolución de 1952, desde La
CIDOB[6] y la CSUTCB había logrado agruparse.
1990, Representó para el movimiento indígena y para las luchas en Ecuador un contante
forcejeo por el poder bajo nuevas consignas, la consigna no era la tierra sino el estado
Plurinacional, la lucha contra las privatizaciones, los derechos colectivos (derechos
indígenas), la lucha por una nueva democracia, la lucha por el control y la justicia indígena
dentro de sus propios territorios, y en la amazonia la lucha por los recursos naturales en
contra de las petroleras y las trasnacionales.
Por eso decimos que la base de los gobiernos de Rafael Correa y de Evo morales, están
sostenidos en gran medida en las luchas indígenas, y una derrota de estos gobiernos podría
significar un duro golpe a estos movimientos y a una propuesta de poder.
Y porque sin ellos el socialismo del siglo XXI, en nuestros países es casi imposible o con
ellos es posible.
Desde el 2000,
Los cambios presidenciales de Evo y de Correa, han significado un afloramiento de
contradicciones, de las alianzas con estos gobiernos y de las contradicciones dentro de los
movimientos indígenas.
Estos gobierno son diferentes, En el caso de Bolivia, por decir, todas las Federaciones
indígenas entraron en Alianza con el gobierno e hicieron parte de él; en Ecuador no, la
Fenocin-Federación Ecuatoriana de Organizaciones Campesinas y Negras entraron a
formar parte de Alianza País, la CONAIE-Confederación de Nacionalidades Indígenas del
Ecuador, no, se ha mantenido autónoma desde el inicio del gobierno de Correa.
Las contradicciones:
a. Entre las Propuesta de neo-extractivismo de estos gobiernos, como anunciado pasó hacia
elSocialismo del siglo XXI. Ecuador quiere incrementar la explotación del petróleo y en
Bolivia el incremento de exportaciones de gas a Brasil y Argentina. Hay acuerdos entre
Venezuela y Ecuador para iniciar el levantamiento de un la refinería del Pacífico.
Esto es lo que está en el centro de la disputa entre gobiernos de Bolivia y Ecuador y los
movimientos indígenas que cuestionan el neoextractivismo, los que siguen dentro del
gobierno y los que están fuera.
Es un momento en que los gobiernos han logrado afianzar divisiones en los movimientos
indígenas, sin embargo, también es un momento de expresión de autonomías de
organizaciones indígenas frente a estas propuestas de los gobiernos de la región.
i. Hay una disputa no solo por los recursos, los movimientos indígenas, ecologistas,
feministas, están tensionándose por la concepción de la vida, la lucha por la vida
HUMANA Y DEL PLANETA ES el centro de la disputa del momento actual, esto ha
trascendido de una lucha antineoliberal, ha colocado el debate del capitalismo como
problema de la humanidad, pero no se logra tener la fuerza suficiente para transformarlos,
ni desde los gobiernos de izquierda ni desde los movimientos indígenas y sociales, por un
lado, la lucha por el Sumak Kawsay (kiwua-Ecuador) y del Sumak Tamaña (Aymara) en
Bolivia, son propuestas de Buen Vivir, están en disputa, por un lado gobiernos y por otro
lado organizaciones que cuestionan, no son solo dialectos o maneras indígenas de llamar a
la nueva sociedad, es la disputa entre neoextractivismo y anticapitalismo, eso es lo que está
en juego entre los movimientos sociales y los gobiernos de “izquierda y progresistas”.
j. Por estas disputas estos gobiernos también han criminalizado a varios de los dirigentes
indígenas y varias protestas impulsadas por el movimiento indígena, Peruano(Bagua),
Ecuatoriano y Chileno(mapuches).
m. Hay dos temas que es preciso tratar con mayor profundidad, aunque en esta ocasión no
es posible, las tendencias políticas del movimiento indígena, y la estratificación de clases
que existe en su interior.
o. Hay pequeñas victorias y grandes problemas, entonces necesitamos crear otras maneras
de entender la solidaridad, no podemos pensar solo en ella cuando hay muertos,
hambrientos y destrozados por la miseria, necesitamos pensar en la solidaridad incluso
desde el mejoramiento de las condiciones de vida que también, de una u otra forma
experimentamos ahora en A.L, pero también hay sectores de la población que saben que
tener ahora un poco más de pan no garantiza la vida.
[1] Feminista ecuatoriana, Miembro del Colectivo feminista, parte de la Asamblea de Mujeres Populares y
Diversas del ecuador, 2010.
[2] Albó Xavier, Poder Indígena en Bolivia, Ecuador y Perú, Seminario Andino Democracia,
Interculturalidad, Plurinacionalidad y Desafíos para la Integración Andina, 9 y 10 de Diciembre 2008.
[3] Ibidem, Movimiento que se reconoce indígena en 1960. Katari había hecho la revolución anticolonial más
fuerte de Bolivia, entonces llmadas Charcas.(Albó Xavier(a),pag 27)
[4] Líderes indígenas de la lucha ecuatoriana.
[5] ibidem
[6] Cidob-Confederación de Indígenas de Bolivia.