sin bozal ni amarras sin cadenas ni grilletes silbando mis silencios en un viento enfurecido que brama sus furias como huracán lastimado
Voy a donde deba ir
a donde me lleven las piernas a donde se dirijan mis pasos a donde se enternezcan mis ansias a dónde se sequen mis lágrimas a donde florezcan mis risas
Voy a donde debo estar
más allá del dolor más allá del rencor más allá de la tristeza más allá de la venganza en donde el odio y el recelo han sido exiliados para siempre
Voy a las calles habitadas
por serenas melodías y silencios invencibles allí donde la paz es más que un cuento trillado es más que una fabula incinerada es más que un forúnculo que se deshace entre cabellos y caballos y la permanencia y la pertenencia son dos caras de la misma moneda...
Voy a donde debo estar
más allá de mi consciencia más allá de mi intelecto más allá del inconsciente colectivo más allá de la memoria genética más allá de la cuántica relativista en los reinos infinitos y eternos del Super Yo