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“La ley por medio de Moisés fué dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo".
[Introducción)
Una de las cosas descubiertas que más nos renueva y todos los días miramos con
alegría es el espejo. La persona puede ver su imágen y saber qué apariencia tiene.
El espejo muestra al hombre en forma intacta. Y no puede hacer más. No se puede
cambiar lo que en eĺ se refleja. Claro u oscuro. Y no hay poder que pueda cambiar
su esencia. En esta área es como la ley. La misma nos muestra nuestra imágen de
pecado, de injusticia, de maldad, de estado en abandono, y sólo le queda
enjuiciarnos y no puede hacer nada para cambiar esa realidad. Así como no
podemos borrar una imágen sucia con agua u operarnos, nuestra condición de
pecado sólo puede limpiarnos la sangre de Jesús y el poder del Espíritu Santo.
[Desarrollo)
1. El ojo de la ley y el ojo de la gracia.
En el cuadro de Lembran podemos ver la pintura de lo precioso del hijo pródigo.
Ahi vemos a un hijo con ropas miserables, con cara de rufian,
́ un hijo prodigo sólo
estaba de rodillas de quien se veía las espaldas. El padre lo mira con mucha
compasión y abre de par en par sus brazos, consolandolo. Al lado está otro hijo
con las mismas ropas del padre, con barbas largas. Es el hijo mayor. Pero ese hijo
sólo tiene las manos puestas en la cintura, en muy diferente posición a la de su
padre. Su expresión es de frialdad e indiferencia. El pintor nombró a este hijo como
el segundo hijo prodigo.
́ El teologo
́ Simon
́ Kistymaic lo llamó como el hijo lleno de
amor propio porque miraba a su hermano con los ojos de la ley. No podia dar la
bienvenida a quien se llevó todos los bienes de su padre y los despilfarró. Por la
ley era juzgado y enjuiciado. Pero el padre no lo miraba con esos ojos. Lo miraba
con ojos de amor y misericordia. Todos conocen la historia del hijo pródigo. Un
agricultor tenía dos hijos, y el segundo llegó un dia a eĺ pidiendole la parte de su
herencia; el mismo se fué a un lejano pais y lo despilfarró todo en placeres. Luego
cuando le vino el hambre, tuvo que trabajar cuidando cerdos, y hasta comer de sus
comidas. Un día agotado, cansado y enfermo desidió volver a casa de su padre.
Con el cabello despeinado, desnudo y con señas de estar enfermo, volvió a casa.
Su hermano mayor que aun estaba en casa, lo miró con ojos fríos y de desprecio.
Dijo: Aqui viene el desgraciado!! le reclamó a su padre diciendo: No es correcto
que recibas a quien despilfarró todos tus bienes. Lucas 15;30. El padre le dijo que
era necesario hacer fiesta y regocijarse porque este su hermano era muerto y ha
revivido, estaba perdido y es hallado. El mayor le dijo: ¿Cómo puedes hacer esto?
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Él lo miraba con ojos diferentes, con ojos de amor, y perdón, pensaba que había
que celebrar su regreso. Su actitud tambien
́ era diferente. Ante los ojos de la ley
no se le podía dar ninguna bienvenida, pero a los ojos de la gracia, se lo debía
recibir en los brazos con perdón y alegría. Y nuestro Dios tiene los mismos ojos. El
Salmo 103;12-14 dice que cuanto está lejos el oriente del occidente hizo alejar de
nosotros nuestras reveliones, como el padre se compadece de sus hijos se
compadece Dios de los que lo temen, porque eĺ conoce nuestra condición y se
acuerda que somos polvo.
[Conclusión)
Si persistimos en estar fuera de la gracia, la ley nos condenara.́ Sólo en Jesús hay
perdón, justicia y la gloria de Dios. Debemos sostenernos siempre en Jesús, el
autor de la gracia. Si lo hacemos tenemos la potestad de ir al cielo. Pero si
estamos fuera de eĺ viviremos bajo condenación y al final caeremos en la eterna
perdición.
[Oración)
Amoroso Padre Dios!
Todos nacimos dentro de la ley, fuimos juzgados por ella, y sólo nos quedaba ir al
infierno. Era insolucionable; ni con el esfuerzo, ni con las fuerzas. Pero Jesús vino
y derramó su sangre, y fue encarnecido en la cruz, mediante esa sangre fuimos
perdonados declarados justos, y podemos entrar en la gloria de Dios. Gracias
Señor! Todo por gracia. Es una bendición demasiado grande. Ayudanos a creer en
Jesús que nos ha dado esta gracia, a que le sirvamos con fidelidad, y a que
llevemos esta noticia por todo el mundo. En el nombre de Jesús. Amen.
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