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El desarrollo psiconeurológico

El desarrollo psiconeurológico genera la creación de


neuronas, las mismas que deberán interconectarse entre sí
para que el ser humano pueda realizar todas las
actividades, funciones y habilidades que va adquiriendo
durante su crecimiento físico. El sistema nervioso y
neurológico empieza su formación desde la mitad del
primer trimestre de gestación hasta los 5 primeros años de
vida, siendo una etapa crítica hasta los tres primeros años,
momento en el cual se producen el mayor número de
neuronas (células del cerebro) y cuando éstas son más
débiles a cualquier agente que pueda ocasionarles alguna
agresión que deriven en lesiones que generarán los
siguientes problemas:

• Impedir la formación de nuevas neuronas.


• Lesionar las neuronas existentes.
• Impedir la adecuada y progresiva comunicación entre
las neuronas.

La intercomunicación de las neuronas da lugar a la


formación de circuitos funcionales de las áreas del sistema
nervioso. Áreas que son la base estructural para la
adquisición de las habilidades motoras, sensitivas, órganos
de los sentidos, la compresión, el lenguaje, la formación del
pensamiento, etc.
Si observamos que el niño presenta un bajo desarrollo de
alguna área, conocido como trastornos del desarrollo,
será necesario realizarle una evaluación del sistema
nervioso para poder determinar cuál es el problema que
presenta, la evaluación del sistema nervioso del niño se
complementa con evaluaciones en tres áreas
fundamentales:

• Evaluación neurológica.
• Evaluación psicológica.
• Evaluación psicopedagógica.

Todas estas evaluaciones permitirán evaluar el nivel de


deficiencias del sistema nervioso en relación a su real
potencial personal, familiar o cronológico (de acuerdo a su
edad). Además evalúa el desempeño auditivo y visual, las
posturas inadecuadas y poder corregir alteraciones de las
áreas oftalmológica, auditiva y ortopédica; siendo de gran
ayuda para:

• Determinar el estado actual del niño, visualizar sus


posibles trastornos en el desarrollo y sus posibles
causas, pudiendo determinar un pronóstico de
acuerdo al tipo de trastorno (progresivo o secuela de
un proceso pasado).
• Determinar el potencial de adquisición de nuevas
habilidades.
• Evaluar un pronóstico, en el caso de niños que ya
iniciaron algún tipo de tratamiento.

De ser el caso, se podrán complementar dichas


evaluaciones con exámenes de laboratorio como:

• Estudio genético: que miden las alteraciones de los


genes del niño como de los padres, es utilizado para
confirmar enfermedades neurológicas hereditarias.
• Electroencefalograma: determina el grado de
maduración bioeléctrica cerebral del niño.
• Escanografía cerebral o tomografía axial
computarizada: determinando si existe una alteración
en la forma y desarrollo del cerebro, descartando
patologías asociadas progresivas.

Un niño que presente trastornos del desarrollo, necesitará


de un plan de intervención profesional (psicólogos,
neurólogos, terapeutas y/o especialistas) para ayudarlo a
desarrollar las áreas en problema, teniendo controles
periódicos de sus avances cada 6 ó 9 meses dependiendo
del caso. Dependiendo del caso el niño puede llegar a
lograr un desarrollo normal o si el caso es extremo se
puede aminorar o controlar para que logre una adaptación
en la sociedad.

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DESARROLLO PSICO-NEUROLOGICO

El sistema nervioso central aparece al comienzo de la


tercera semana del desarrollo como una placa alargada y
en forma de zapatilla del ectodermo engrosado llamado
placa neural, cuyos bordes formarán los pliegues neurales,
éstos se elevarán y se acercarán en la línea media y se
fusionarán formando el tubo neural. Luego de esta fusión
ocurre el cierre del neuropodo craneal (vigésimo quinto
día).

El tubo neural presenta tres dilataciones, las vesículas


encefálicas: a) Prosencéfalo, Mesencéfalo, c)
Romboencéfalo; ya en la 5ta semana la primera vesícula
tiene 2 porciones 1) Telencéfalo y 2) Diencéfalo; mientras
que el mesencéfalo y el romboencéfalo se separan por el
istmo de His. Al igual que el prosencéfalo.

El Romboencéfalo está compuesto por 2 partes a) El


Metencéfalo y b) Melencéfalo; además la luz de la médula
espinal se continúa con la cavidad de las vesículas
encefálicas. Debemos añadir que en este periodo
(embrionario) y el periodo fetal se elaboran más de 1 millón
de neuronas las cuales al momento del nacimiento
comienzan a morir.
Ya en la fase de neonato el ser humano posee un cerebro
que solo represente el 25% del peso del estado adulto y es
muy inmaduro, su actividad se centra en el tallo cerebral
por lo que las estructuras corticales son las mas
desarrolladas. Además el desarrollo y maduración de las
células nerviosas es continuo, en especial las dendritas,
cuando la persona pasa al estado lactante e infante su
cerebro es la mitad de la de un adulto, existe una mayor
maduración del tallo cerebral y las fibras nerviosas debido a
la mielenización acelerada la que se completara hasta los
20 años.

En este periodo también se da la lateralización la que


determinará tareas y gustos específicos. El desarrollo de
todas las funciones corticales es el resultado de la
combinación de factores hereditarias y ambientales, ya que
la maduración va de la mano con la experiencia y la
practica; Lo que refuerza la afirmación de que la primera
área en madurar es la motora; seguida por el área sensorial
y finalmente las áreas asociativas.

Cuando se llega a la niñez el sistema nervioso crece de


manera constante y rápida al igual que se profundiza la
lateralización, aumentan las trayectorias nerviosas
aumentando las actividades motoras e intelectuales. Entre
los 3 y 6 años el lóbulo frontal esta implicando en la
planificación, organización y el mantenimiento de tareas
entre los 6 años y la pubertad, el mayor crecimiento del
cerebro se centra en los lóbulos temporales y parietales.

En la adolescencia el cerebro es distinto al de un niño pero


no deja de crecer, las diferentes áreas se interconectan a
menudo que crecemos, lo que origina desarrollar mejores y
mas fuertes conexiones en las distintas áreas del cerebro.
Este desarrollo se da desde la parte occipital hacia la
frontal, parte donde se originan los juicios racionales, lo
que explicaría el comportamiento riesgoso e inconciente de
estos. Las neuronas y dendritas no cambian en este
periodo pero los axones se siguen desarrollando. Se
fabrican el doble de conexiones sinápticas, las cuales se
polaran según su uso o desusó.

El cerebro humano adulto produce nuevas neuronas, en


concreto en el lóbulo olfativo, al igual que la coordinación y
el desarrollo máximo se logra entre los 20 y 30 años. A
medida que progresa el envejecimiento, el peso del cerebro
va disminuyendo al igual que la materia gris (disminución
solo del tamaño), las neuronas se encojen, las funciones
corporales se hacen mas lentas al igual que los impulsos
nerviosos, disminuye el equilibrio y dificultad de
movimientos finos.

Antes de entrar a conocer el desarrollo neurológico


humano en cada una de las etapas de vida, daremos a
conocer brevemente la anatomía y fisiologíadel sistema
nervioso.

Desarrollo Neurológico Infantil

Para algunos autores, bajo el concepto de desarrollo se


incluye el crecimiento (incremento en peso, talla y otros
parámetros físicos) y también el desarrollo propiamente
(maduración de funciones de diferentes órganos). Sin
embargo se prefiere reservar el término para este último
caso y en esta instancia nos referimos en particular al
desarrollo neurológico.
Existe una interacción entre crecimiento y desarrollo. Los
cambios cualitativos implican nuevas funciones que
requieren de nuevas estructuras y de estructuras más
complejas, con aumento del nº de neuronas, de las
sinapsis, de la vascularización etc. Todo esto lleva a un
aumento del volumen cerebral y como consecuencia lógica,
a un aumento del tamaño craneano.

El recién nacido normal nace con un perímetro craneano de


aproximadamente 35 cm y llega por ejemplo a los 3 años, a
aproximadamente 50 cm, en un período con grandes
cambios en el desarrollo neurológico.

La presencia de microcefalia (por ejemplo menos de 2


desviaciones estándar del promedio para una edad
determinada) puede significar un desarrollo retrasado o
alterado.

Los cambios que se van observando en las distintas


edades implican mayor complejidad funcional, que es
necesaria para una mayor adaptabilidad a los cambios
funcionales de las distintas áreas cerebrales y también para
los cambios madurativos de otros órganos. Esto lleva
también a mayor interacción entre distintas funciones.

Son múltiples los ejemplos, pero puede citarse el


perfeccionamiento de la motricidad de la cabeza y su
relación con la mayor exploración que experimenta el niño
en el primer año de vida.

Estos cambios funcionales implican una diferenciación de


neuronas o grupos neuronales, lo que es un cambio en un
sentido definido, con la consecuente pérdida de algún
número de funciones.

Características principales del desarrollo

Nos referiremos sólo a algunas características que son de


mayor relevancia clínica.

==> El desarrollo es continuo.


En cada etapa infantil siempre existen cambios que no
tienen detenciones, siempre existen funciones que están
cursando hacia una mayor complejidad. Incluso en niños
con alteraciones del desarrollo, se esperan cambios día a
día en una área o en otra.

==> El desarrollo es progresivo.


De no mediar patología, el sistema nervioso experimenta
cambios que generan mejoría de funciones que permiten
mayor adaptabilidad. En el desarrollo del tono por ejemplo,
se pasa de la hipertonía del recién nacido a un tono menor
que permita la posición sentado y a una optimización de la
motricidad de las extremidades.

==> El desarrollo es irreversible.


Los avances ya adquiridos no se pierden, lo que permiten
seguir instalando nuevas funciones sobre avances previos
ya consolidados. La adquisición de la palabra con intención
comunicativa alrededor del año, no se pierde aunque exista
una estimulación poco intensa. A causa de este fenómeno
es posible la aparición de la frase y formas más complejas
de comunicación.
En lo motor, habilidades como chutear una pelota o
pedalear en una bicicleta están presentes aún después de
largos períodos sin ejercitación.

==> El desarrollo tiene una secuencia fija.


Para que aparezca una función determinada se requiere la
adquisición previa de una función de base. Esto es lo que
genera una secuencia fija. Así, en el área motora aparece
primero la posición sentada sin apoyo, el pivoteo sobre la
pelvis, luego la postura de pie con apoyo, la postura sin
apoyo y al final, la marcha. Las inconsistencias al tomar
datos anamnésticos sólo tienen que interpretarse como
olvido de las madres de los detalles de la maduración de
funciones determinadas. Es posible detectar diferentes
velocidades de las etapas de la secuencia, pero la
secuencia es la misma de un niño a otro.

==> Las características del desarrollo persisten por una


generación.
En cada niño, en cada individuo, existen características
propias de un desarrollo. Son variables la velocidad, la
intensidad la cualidad, la persistencia de funciones
determinadas en un sujeto. En las generaciones siguientes
no necesariamente persisten las características previas.
Así por ejemplo, una especial musicalidad o el desarrollo
de algunas habilidades cognitivos no tienen
necesariamente que aparecer en hijos o nietos.

Etapa prenatal
 Abarca desde la concepción hasta el nacimiento.
 Se forman los órganos y la estructura básica del
cuerpo.
 El crecimiento físico es el más rápido de toda la vida.
 Es muy vulnerable a las influencias del medio
ambiente.

Infancia y etapa de los primeros pasos


 Abarca el nacimiento hasta los tres años.
 Todos los sentidos funcionan al nacer.
 El crecimiento físico y el desarrollo de las habilidades
motrices es rápido.
 La habilidad para aprender y recordar está presente
desde las primeras semanas de vida.
 Los vínculos con los padres y otras personas se
forman hacia el final del primer año.
 El sentido de conciencia de sí mismo se desarrolla en
el segundo año.
 La comprensión y el habla se desarrollan con rapidez.
 Aumenta el interés en otros niños.
Niñez temprana
 De los 3 a los 6 años.
 La familia sigue siendo el punto central de sus vidas,
aunque otros niños adquieren mayor importancia.
 Mejoran la motricidad fina, la motricidad gruesa y la
resistencia.
 Aumentan el sentido de independencia, el autocontrol
y el cuidado personal.
 El juego, la creatividad y la imaginación se vuelven
más elaborados.
 La inmadurez cognitiva lleva a los niños a tener
muchas ideas ilógicas acerca del mundo.
 El comportamiento es principalmente egocéntrico,
aunque crece la comprensión del punto de vista de otras
personas.

Niñez intermedia
 De los 6 a los 12 años.
 Los compañeros adquieren gran importancia.
 Empiezan a pensar con lógica, aunque en términos
concretos.
 El egocentrismo disminuye.
 Las habilidades de memoria y lenguaje aumentan.
 Mejora la capacidad para beneficiarse de la educación
escolar, lo cual produce un crecimiento cognitivo.
 Se desarrolla el autoconcepto, se afecta la autoestima.
 El crecimiento físico se hace más lento.
 Mejoran las destrezas atléticas y la resistencia.

Adolescencia
 Abarca de los 12 a los 20 años.
 Los cambios físicos son rápidos y marcados.
 Se alcanza la madurez sexual.
 La búsqueda de la propia identidad es una meta
central.
 Los compañeros son muy importantes; ayudan a
desarrollar y probar el autoconcepto.
 Se desarrolla la capacidad para pensar el términos
abstractos y utilizar el razonamiento científico.
 El egocentrismo persiste en algunos comportamientos
 En general, las relaciones con los padres son buenas.

Principios del desarrollo

Cuando se evalúa el desarrollo de un niño en situación de


normalidad o de enfermedad es conveniente tener en
cuenta algunos principios de la maduración del sistema
nervioso como:

a) la velocidad cambia en etapas


b) la velocidad del desarrollo normal es diferente de un
niño a otro
c) la velocidad es diferente de un área a otra en una
etapa dada del desarrollo
d) el desarrollo progresa en dirección céfalo caudal
e) el desarrollo tiene como base la maduración del
sistema nervioso
f) el desarrollo no es paralelo al crecimiento

Existen etapas del desarrollo donde se producen grandes


cambios en diferentes funciones, alrededor del año de vida.
Así, aparecen el lenguaje y la marcha y se inician los
primeros procesos cognitivos.

También, en la adolescencia, el desarrollo avanza con gran


velocidad en lo social en lo cognitivo y en lo afectivo. Por
otro lado, en el período preescolar la velocidad es menor y
existe a veces la dificultad para discriminar entre un niño
con leve retraso y un niño con velocidad normal de
desarrollo.

Siempre hay que tener en cuenta una variabilidad del


desarrollo entre un niño y otro, aun con estimulación
similar, como ocurre en el caso de hermanos. Lo
importante es que alcancen metas finales parecidas,
considerando que pueden hacerlo a velocidades distintas.

Si consideramos a un lactante, éste evoluciona con gran


velocidad en el área motora hasta alcanzar la marcha y la
pinza madura. La velocidad de los logros cognitivos es
menor si se le considera comparativamente con el área
motora. En la edad escolar, el área cognitiva avanza
rápidamente y, con menor velocidad, el área motora.

Funciones precoces y complejas como la visión, la


audición, la succión y la deglución se desarrollan en el
cráneo en un momento en que a distal existen sólo
movimientos gruesos con poca coordinación.

La evolución clínica del desarrollo se asienta en procesos


que van ocurriendo en el encéfalo: la migración neuronal, el
aumento de la arborización dendrítica, la mielinización y la
mayor complejidad de las capas de la corteza cerebral.

Así, se pueden afirmar que, si se encuentran alteraciones


anatómicas en los exámenes de imágenes con TAC o
RNM, se pueden esperar alteraciones del desarrollo,
aunque existen excepciones para esta hipótesis, basadas
en mecanismos compensatorios diversos.
Crecimiento y desarrollo son dos procesos diferentes.
Dentro de ciertos rangos es posible que el crecimiento
evolucione lentamente sin afectar la velocidad del
desarrollo funcional y anatómico del sistema nervioso. En
casos de desnutrición grave puede verse afectado el
desarrollo, aunque en estas situaciones es habitual que
exista también una deficiente estimulación en varias áreas,
producto de marginalidad cultural, social y económica.

Factores que afectan el desarrollo

Clínicamente se pueden distinguir dos, factores biológicos y


ambientales. Estos tipos de factores se deben tener en
cuenta al evaluar cualquier situación de desarrollo (normal
o retraso del desarrollo) antes de planificar largos y
costosos estudios diagnósticos.

a) Factores biológicos: se dividen en los siguientes:

➢ Factores genéticos: En cada evaluación debe tenerse


en cuenta el patrón genético familiar. Existen ciertos
características de la maduración que son propias de la
carga genética, como pequeñas demoras en la aparición
del lenguaje, cierto grado de hiperactividad o ciertas
habilidades cognitivas. También es importante considerar el
patrón genético individual, existen niños que se apartan de
las características básicas del desarrollo de sus hermanos
sin que ello constituya una anormalidad.

Uno de los aspectos más controvertidos es la influencia del


género en las características del desarrollo infantil.
Clásicamente se dice que las mujeres tendrían un mejor
desarrollo del lenguaje y que los niños tendrían un mejor
desarrollo motor. La controversia sigue cuando existen
trabajos que demuestran la influencia de los roles
asignados precozmente a niños o niñas, que generan
estimulación preferencial de ciertas área y no así de otras.

En relación a las características especiales del desarrollo


de algunos grupos étnicos, también se ha planteado que
ellas se deben a la interacción entre factores genéticos y
factores ambientales.

➢ Factores prenatales: Es posible que las variaciones


del desarrollo estén influenciados por características
fisiológicas de la madre (edad, no. de la gestación, estado
emocional, etc.) Se desconoce la influencia sutil de algunas
patologías leves durante el embarazo (cuadros virales,
traumatismos, clima, tipo de alimentación en relación a
macro y micronutrientes, etc.) La gemelaridad y la
prematuridad (sin patologías agregadas) determinan
variaciones en el desarrollo al menos durante los primeros
años de vida.

 Edad : Es un tópico muy asociado con el bienestar del


feto. Por ejemplo, las madres adolescentes tienen mayor
probabilidad de abortos, nacimientos prematuros y muertes
nenonatales, que las madres en sus veinte años. Mujeres
mayores de 35 años corren riesgos progresivamente
mayores durante el embarazo, entre ellos, aborto,
complicaciones durante el embarazo y/o parto, mayor
posibilidad de tener gemelos y anormalidades en el
desarrollo.
 Enfermedades : Las mujeres embarazadas que tienen
rubéola, toxoplasmosis, diabetes, sífilis, gonorrea y algunas
otras enfermedades, tienen mayor probabilidad de dar a luz
niños con defectos de nacimiento, incluyendo deficiencias
visuales y auditivas (Algunas de estas se contagian al
pasar por el canal de parto), retraso mental, daño cerebral
y retardo en el crecimiento.

 Incompatibilidad del tipo de sangre : un problema


causado por la interacción del ambiente prenatal con la
herencia es la incompatibilidad del tipo de sangre entre la
madre y el bebé, más comúnmente debida al factor Rh.
Cuando la sangre del bebé contiene esta sustancia
proteínica, pero la sangre de la madre no, los anticuerpos
en la sangre de la madre pueden atacar al feto y llegar a
provocar el aborto espontáneo, que el niño nazca muerto,
ictericia, anemia, defectos cardíacos, retraso mental o,
incluso la muerte.

 Contaminación y radiación : Dentro de este aspecto


encontramos principalmente sustancias químicas, metales
pesados, contaminantes ambientales y efectos radiactivos.

➢ Factores perinatales: Son conocidos los factores


perinatales que determinan retraso o anormalidades del
desarrollo. En el plano de pequeñas variaciones del
desarrollo tienen también influencia los fenómenos de
hipoxia leve, hipoglicemias traumáticas, hiperbilirrubinemias
tratadas, etc. ya que existen una gradiente de secuelas
desde las que producen variaciones de lo normal hasta las
que determinan patologías severas.

➢ Factores postnatales: Diversos factores fisiológicos


como la alimentación, las inmunizaciones, ciertas
patologías de poca gravedad pueden modular el desarrollo
postnatal, dentro de un plano normal. Sin embargo, se
sabe poco en relación a eventos biológicos de poca
intensidad que afectan el desarrollo. La mayor parte de la
literatura apunta a secuelas severas de noxas que afectan
intensamente el desarrollo.

b) Factores ambientales: Tanto o más importante que los


factores biológicos, son los factores ambientales en la
determinación de un desarrollo normal. Todos los factores
que se analizarán interactúan entre si y con factores de tipo
biológico.

➢ Estimulación: Este factor condiciona variaciones de lo


normal y también causa alteraciones del desarrollo en
grado variable. Es posible que el mayor desarrollo
específico de determinadas áreas en un niño determinado
esté dado por factores culturales que generan mayor
estímulo en ciertos aspectos. El lenguaje, la socialización,
el desarrollo de hábitos, son áreas donde la estimulación
tiene efecto muy importante.

➢ Afectividad: Es un factor omitido (por lo general) en las


anamnesis del desarrollo. Su importancia es indiscutible en
el desarrollo de un niño equilibrado, en sus aspectos
emocionales, sociales y laborales. Las alteraciones del
vínculo con los padres o con la familia, pueden afectar el
desarrollo.

➢ Normas de crianza: Aunque las normas de crianza


pueden incluirse en estimulación, vale la pena comentarlas
aparte. El desarrollo de hábitos, la interacción con
hermanos, el grado de independencia y variados aspectos
valóricos caen bajo las normas de crianza que afectan el
desarrollo normal y sus variantes.

➢ Factores culturales y socioeconómicos: El desarrollo


de cada niño está influenciado por la cultura del grupo
humano al que pertenece (por ej. localidad rural o urbana)
y por la cultura de su familia. Así, existen determinados
factores de estimulación, promoción de ciertos intereses;
modelos conductuales específicos; valores sociales,
religiosos, etc. A pesar de ser conocido, debe destacarse la
influencia que tiene sobre el desarrollo el nivel socio
económico al cual pertenece el niño. Este nivel determina
distintas oportunidades de estimulación, de educación,
valores sociales diferentes que se pueden reflejar en las
variaciones del desarrollo normal.

➢ Condiciones de la familia: Debemos destacar la


importancia de las características de la familia sobre el
desarrollo del niño. Vale la pena enumerar las
características de la familia que favorecen un desarrollo
normal:

- Cercanía afectiva: Un adecuado afecto entre los


distintos miembros de una familia favorece el desarrollo del
niño. Una calidez adecuada entre padre e hijo y entre
hermanos determina un desarrollo normal.

- Acuerdo relacional: Deben existir reglas sobre los


distintos miembros de la familia. Estas reglas deberán ser
comunes para todos.

- Equilibrio en la cercanía parental: El niño debería estar


cercano afectivamente tanto con sus padres como con sus
hermanos u otros parientes. Un acercamiento excesivo a
uno de los padres genera conflictos en el desarrollo.

- Jerarquía parento-filial definida: Esta jerarquía


superior de los padres permite establecer una relación
adecuada en cuanto a normas, hábitos, valores, etc., lo que
genera un comportamiento infantil sin conflictos.

- Normas claras y flexibles: Como consecuencia del


párrafo anterior se deduce que deben existir normas claras
sobre los que se asienta la conducta del niño. La existencia
de reglas claras no impide que ellas se flexibilicen en
ciertas situaciones.

- Interacción autonóma con iguales: Los padres deben


permitir que los hermanos resuelvan solos algunos
conflictos, permitiendo así acuerdos relacionales del
subsistema hijos. Una intromisión excesiva de los padres
sobre los hermanos no favorece el desarrollo de éstos.

- Límites claros de los subsistemas familiares: Existen


problemas que son de exclusiva incumbencia de los padres
y otros que lo son sólo de los hijos.

Trastornos Neurológicos

Los trastornos neurológicos son enfermedades del sistema


nervioso central y periférico, es decir, del cerebro, la
médula espinal, los nervios craneales y periféricos, las
raíces nerviosas, el sistema nervioso autónomo, la placa
neuromuscular, y los músculos.
Entre esos trastornos se cuentan la epilepsia, la
enfermedad de Alzheimer y otras demencias,
enfermedades cerebrovasculares tales como los accidentes
cerebrovasculares, la migraña y otras cefalalgias, la
esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, las
infecciones neurológicas, los tumores cerebrales, las
afecciones traumáticas del sistema nervioso tales como los
traumatismos craneoencefálicos, y los trastornos
neurológicos causado por la desnutrición.

Los trastornos mentales, en cambio, son «enfermedades


psiquiátricas», es decir, enfermedades que se manifiestan
principalmente como trastornos del pensamiento, las
emociones o el comportamiento, y que causan malestar o
una deficiencia funcional.

Cientos de millones de personas en todo el mundo sufren


algún trastorno neurológico: por ejemplo, 50 millones tienen
epilepsia; 62 millones padecen enfermedades
cerebrovasculares; 326 millones sufren migraña; y 24
millones tienen la enfermedad de Alzheimer u otras
demencias.

Existen muchos trastornos del sistema nervioso que


requieren el cuidado clínico de un médico o de otro
profesional del cuidado de la salud. A continuación se
enmeran algunos de dichos trastornos.

 Las Lesiones Agudas de la Médula Espinal


 La Enfermedad de Alzheimer
 La Esclerosis Lateral Amiotrófica (su sigla en inglés es
ALS)
 La Ataxia
 La Parálisis de Bell
 Los Tumores Cerebrales
 La Aneurisma Cerebral
 La Epilepsia y Las Convulsiones
 El Síndrome de Guillain-Barré
 Los Dolores de Cabeza
 Cefalea en Racimos
 Dolores de Cabeza Tensionales
 Dolores de Cabeza Migrañas
 Cómo se Produce una Migraña
 Diagnóstico y Tratamiento de Migrañas
 Las Lesiones de la Cabeza
 La Enfermedad del Disco Lumbar (Hernia de Disco)
 La Meningitis
 La Encefalitis
 La Septicemia
 La Esclerosis Múltiple
 La Distrofia Muscular
 Los Tipos de Distrofia Muscular y Las Enfermedades
Neuromusculares
 Miastenia Grave
 Los Síndromes Neurocutáneos
 La Enfermedad de Parkinson
 El Derrame Cerebral (Ataque Cerebral)
 Historia del Derrame Cerebral
 Visión General del Derrame Cerebral
 Las Señales y Los Síntomas del Derrame Cerebral
 Factores de Riesgo para el Derrame Cerebral
 Estadísticas del Derrame Cerebral
 Tipos de Derrame Cerebral
 Los Efectos del Derrame Cerebral
 Procedimientos de Evaluación del Derrame Cerebral
 El Tratamiento del Derrame Cerebral
 La Rehabilitación del Derrame Cerebral

Neurología Evolutiva

Se encarga de estudiar el desarrollo del sistema nervioso


en los primeros años de vida. Compara los resultados del
examen neurológico con el patrón de evolución normal
esquematizado por trimestres de edad del niño.

En el momento de nacer se pueden explorar al menos 70


signos neurológicos, este examen progresivo se irá
enriqueciendo con los datos aportados por el seguimiento
posterior. El seguimiento neurológico, junto con los
resultados de una valoración de reacciones afectiva, de
sociabilidad psicomotora, etc. diagnostica la normalidad del
niño. En esta exploración básicamente se valora:

• el tono muscular activo y pasivo


• los reflejos y/o reacciones posturales
• el desarrollo psicomotor

El Tono Muscular

a. Tono muscular activo. Es el que se refiere al


desarrollo de las adquisiciones motoras: control de la
cabeza, sedestación y mantenimiento en bipedestación
principalmente.

b. Tono muscular pasivo. Su valoración se basa en la


extensibilidad de los segmentos corporales y, de forma
complementaria, en el movimiento de las extremidades
(ángulo de aductores, talón-oreja, postura de muslos en
hiperextensión, ángulo poplíteo, ángulo de dorsiflexión del
pie, maniobra de la bufanda, etc.).

Las fluctuaciones del tono muscular son muy marcadas


durante el primer año de vida. En el primer trimestre el nivel
de tonicidad es muy elevado. El bebé permanece con los
brazos y piernas flexionados, las manos cerradas con el
pulgar fuera del puño y la cabeza rotada hacia un lado.

Durante el segundo trimestre esta actitud en tensión va


cediendo y sustituyéndose por otra en la que el bebé
aparece mucho más flexible y sereno en sus movimientos.
Las manos se abren con frecuencia, la cabeza permanece
largos períodos en la línea media y cuesta poco extender
brazos y piernas.
Durante el tercer y cuarto trimestre estas característica se
hacen aún más acusadas ya que la flexibilidad muscular
aumenta hasta tal punto que el niño es capaz de llevarse
los pies a la boca con facilidad.

Entre los 12 y 16 meses, la flexibilidad se estabiliza,


proporcionando al niño el tono adecuado para las
adquisiciones motoras de este período y de etapas
venideras.

El tono muscular varia en diversas circunstancias, por


ejemplo cuando el niño duerme el tono disminuye al
máximo, cuando se exalta con el llanto o cuando siente
emociones intensas habrá variaciones.

La observación del tono muscular del bebé es muy


importante dentro del campo de la estimulación temprana
no sólo por su aportación diagnóstica, sino porque a partir
de estas observaciones puede ejercitarse para conseguir
patrones de pasividad o extensibilidad próximos a la
normalidad, también puede aportar datos con respecto a
posibles desviaciones que, con tratamiento neurológico y
estimulación pudieran corregir anormalidades.

El examen neurológico y el seguimiento posterior debe ser


realizado por el Pediatra o bien por el Neurólogo. La
función del padre al respecto será la de observador que
aplica sus conocimientos a la correcta aplicación del
programa de estimulación.

Los reflejos.
En el momento de nacer el bebé dispone de respuestas
automáticas ante determinados estímulos que favorecen la
adecuación al nuevo ambiente. A estas respuestas las
denominamos reflejos. Podemos distinguir los reflejos
primarios o arcaicos y los secundarios o respuestas
posturales.

a. Los reflejos arcaicos o primarios, están presentes


durante los primeros meses de vida. La fecha en que
desaparecen puede ser variable, aunque su persistencia
después de los cinco meses debe ser motivo de una
exploración más profunda por parte del Neurólogo. Estos
son algunos de los reflejos primarios habitualmente
explorados:

 Reflejo de succión. Al colocar cualquier objeto rozando


los labios, el bebé succiona repetidamente.

 Reflejo de deglución. Completa al anterior y permite la


correcta alimentación del niño.

 Reflejo de los cuatro puntos cardinales. Se encuentra


relacionado con los dos anteriores y persiste hasta los dos
meses. Al tocar la mejilla, el recién nacido desplaza la boca
hacia el lado presionado. Del mismo modo flexiona la
cabeza al tocarle la barbilla o la frente.

 Reflejo de marcha automática. Con el niño en posición


vertical, cogido por las axilas, con los pies en contacto con
una superficie dura, se le inclina ligeramente hacia delante.
En esta posición el bebé adelanta alternativamente los
pies, como si caminase.
Algunas investigaciones mantienen que la marcha
desencadenada por este acto reflejo tiene un grado de
adaptación muy sofisticado, ya que si en la marcha el bebé
encuentra un pequeño obstáculo, adapta su paso y lo
franquea. También es capaz de desencadenar unos pasos
sobre una pendiente ascendente. Este reflejo suele
desaparecer entre los dos o tres meses de edad.

 Reflejo de prensión palmar. Al colocar cualquier objeto


pequeño en la mano, se provoca una fuerte reacción de
prensión en los dedos (grasping). Esta prensión suele
desaparece entre los dos y los cuatro meses.

 Reflejo de respuesta a la tracción. Cuando se obtiene


la prensión de los dedos de ambas manos antes descrita
sobre los dedos índice del adulto, o sobre una barra del
mismo grosor, el niño es capaz de mantenerse suspendido
en todo, o parte de su peso.

En el segundo trimestre el reflejo de prensión es sustituido


por la prensión voluntaria, de modo que al colocar el adulto
sus dedos el bebé los tomará como punto de apoyo para
intentar llegar a la postura de sentado.

 Reflejo tónico-asimétrico del cuello. El niño, echado


sobre su espalda, gira la cabeza hacia un lado y mantiene
los brazos en la postura de un “espadachín”, esto es, el
brazo del lado hacia el que gira la cabeza extendido, y el
otro tónicamente flexionado a la altura del hombro. Las
piernas suelen estar cruzadas.Este reflejo se observa
durante el primer trimestre de vida. La posición favorece la
fijación visual del bebé, ya que durante largos períodos de
tiempo observa como su mano se abre cierra, o bien
experimenta las sensaciones cuando roza con ella la ropa,
los barrotes de la cuna, etc. Posteriormente observa los
movimientos que realiza voluntariamente con la mano.

 Reflejo de moro. Consiste en una flexión del tronco,


hombros, caderas, manos y pies, a la vez que se extienden
codos, rodillas y dedos; todo ello seguido de llanto. Esta
reacción se obtiene al fingir una caída hacia atrás del niño.
Durante el primer trimestre el reflejo es completo, a lo largo
del segundo la respuesta se limita a abrir las manos y
posterior llanto. Más tarde desaparece.

 Reflejo de prensión plantar. Cuando un objeto fino, por


ejemplo un lápiz, roza la parte posterior del dedo pulgar del
pie, provoca que los dedos se flexionen, llegando incluso a
retener el objeto. Este reflejo desaparece más tarde,
aproximadamente a los nueve meses.

 Reflejos oculares, principalmente:


Cleopalpebral. Los párpados de los ojos se cierran si
aparece bruscamente una luz intensa o un ruido fuerte
cerca del niño.
Cleopalpebral.. Se manifiesta a lo largo del primer mes.
Cuando se desplaza la cabeza del bebé hacia un lado, los
ojos parecen moverse hacia el lado contrario. El reflejo
desaparece cuando el niño establece la fijación visual.

b. Reflejos secundarios o respuestas posturales.


Aparecen con posterioridad a los reflejos primarios. Son de
relevante importancia en e seguimiento de la evolución
neurológica y se incluyen como automatismos en la
conducta del ser humano a lo largo de toda su vida.
Destacan entre todos los siguientes:

 Reacción de propulsión lateral y posterior. Cuando el


niño se sitúa en sedestación independiente, se le empuja
de forma lateral, a la altura del hombro, extiende entonces
el brazo del lado opuesto intentando parar la caída. Del
mismo modo, cuando se empuja al niño hacia atrás, las
manos buscan el apoyo para mantener el equilibrio.

 Reflejo de paracaídas. Se mantiene al niño en


suspensión ventral, sujeto por los costados y se le inclina
bruscamente hacia delante. El niño realiza un movimiento
brusco para protegerse de la caída, con extensión de los
brazos y abertura de las manos.
Este reflejo aparece entre los seis y nueve meses y, como
en los anteriores, su ausencia puede ser indicativa de
alguna lesión neurológica. De ahí la importancia de su
exploración.
El seguimiento de la aparición o ausencia de los reflejos
que han sido descritos no presenta grandes dificultades
para el educador. Debe tenerse en cuenta, a la hora de
realizar una programación de actividades, e incluso una
serie de ejercicios encaminados a estimular estos reflejos
en el período adecuado.

El desarrollo psicomotor

La evolución del desarrollo psicomotor es otro índice a


tener en cuenta para la comprobación de la maduración
progresiva del sistema neurológico. En el momento de
nacer, los órganos sensoriales presentan un adecuado
grado de perfección, sin embargo, el sistema
neuromuscular está poco desarrollado. El recién nacido
presenta una motricidad no coordinada, generalizada y sin
finalidad alguna. La actividad refleja primaria o arcaica, que
incluye todos los reflejos que persisten hasta los tres o
cuatro meses, le ayudan en su adaptación al nuevo medio.

La maduración que sigue la motricidad, al igual que la del


sistema nervioso, es céfalo-caudal, se inicia en los
músculos que mantienen la cabeza erguida hacia abajo, y
proximodistal, se extiende del centro del cuerpo a las
extremidades.

Alrededor de los tres meses, el bebé sostiene la cabeza


erguida cuando está sentado y, al ponerle boca abajo, se
apoya en los antebrazos levantando la cabeza y los
hombros.
La hipertonía del recién nacido se convierte, de los tres a
los nueve meses, en hipotonía que apenas se apreciará
después de los 18 meses.

A los seis meses, el niño mantiene la sedestación en


breves períodos de tiempo que aumenta progresivamente.
En esta edad se voltea con facilidad y se inicia en la
reptación. A los siete meses, cuando está sentado, se
ayuda apoyando los brazos delante del cuerpo, y a los
ocho meses mantiene un buen equilibrio sentado.
La etapa de gateo se muestra más irregular, algunos niños
comienzan a gatear a los ocho meses y otros gatean
después de caminar.

Entre los ocho y nueve meses, se inicia la posibilidad de


mantenerse en pie sin apoyo durante unos segundos. De
los diez a los doce meses, puede estar en bipedestación
sin ayuda.

La marcha se consolida alrededor de los doce meses.


Comienza con desplazamientos cortos y próximos a las
paredes, muebles o a las manos del adulto. Camina
agarrado de una mano al adulto y después lo hace solo.

No hay una edad exacta para que el niño comience a


caminar, al igual que en el resto de adquisiciones motoras,
lo que es invariable es el orden de adquisición. Un niño no
podrá caminar si antes no se mantiene en pie sin ayuda, no
obtendrá este logro sin sentarse solo y no mantendrá la
sedestación independiente sin buen control cefálico.

Con una correcta estimulación. Pueden adelantarse las


fechas de dominio de habilidades motoras, pero no el
orden. Igualmente, un niño puede comenzar a caminar a
los nueve meses y otro a los trece sin que consideremos
anormal al segundo.

A partir del año, el niño adquiere y domina diferentes


destrezas motoras que le permiten alcanzar mayor
autonomía: subir y bajar escaleras, dominar diferentes
desplazamientos, sentarse en sillas pequeñas, montar en
triciclo, coordinar movimientos, doblar la cintura al
agacharse, etc.
La coordinación de los dedos y manos también progresa
rápidamente en los tres primeros años.

Durante las primeras semanas, el bebé mantiene los puños


cerrados, a los dos meses pasa largos ratos tratando de
coordinar los movimientos de las manos, y hacia los cuatro
o cinco meses ya tiene control voluntario de las manos,
comenzando la manipulación de objetos. Con medio año
sostiene objetos, primero con las dos manos y después con
una. Entre los nueve y diez meses ya ha aprendido a
utilizar pinza digital, es decir, utiliza el pulgar y el índice
para coger objetos.

A los dos años, el niño se mueve continuamente, manipula


y explora su entorno cada vez con más eficacia. Progresa
en el control de sus movimientos y, antes de cumplir los
tres años, come solo y realiza muchas tareas de modo
autónomo. La integración corporal es cada vez más
patente.

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