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Cursó sus estudios primarios en escuelas privadas en su ciudad natal. Los
secundarios en el Instituto Nacional de la ciudad de San José.
Su educación formal terminó a los catorce años, de ahí parte la forzosa carrera
de autodidacta. La probreza de su familia 10 obligó a trabajar desde muy joven
para el sostenimiento de su familia.
En 1889 viajó a Bogotá, Colombia, en donde vivió dos años y medio, donde
entró en relación con las figuras dominantes de la literatura colombiana,
estando en esta ciudad el gobierno de Costa Rica lo nombró vicecónsul. De
vuelta en Consta Rica, abre una oficina de procurador de asuntos judiciales y
adquiere renombre por lo convincente de sus alegatos.
a
EL CLIS DE SOL
(Magón)
Podría tal vez entrar en un análisis serio del asunto, pero me reservo para
cuando haya oído las opiniones de mis lectores. Va, pues, monda y lironda, la
consabida maravilla.
Señor Cornelio vino a verme y trajo consigo un par de niñas de dos años y
medio de edad, nacidas de una sola "camada" como él dice, llamadas María de
los Dolores y María del Pilar, ambas rubias como una espiga, blancas y
rosadas como durazno maduro y lindas como si fueran "imágenes", según la
expresión de ñor Cornelio. Contrastaba la belleza infantil de las gemelas con la
sincera incorrección de los rasgos fisonómicos de ñor Cornelio, feo si los hay,
moreno subido y tosco hasta lo sucio de las uñas y lo rajado de los talones.
Naturalmente se me ocurrió en acto preguntarle por el progenitor feliz de aquel
para de boquirrubias. El viejo se chilló de orgullo, retorció la jetaza de pejibaye
rayado, se limpió las barbas con el revés de la peluda mano y contestó:
±¡Pos yo soy el tata, más que sea feo el decilo! No se parecen a yo, pero es
que la mama no es tan pior, y pal gran poder de mi Dios no hay nada
imposible.
±Pero dígame, señor Cornelio, ¿su mujer es rubia, o alguno de los abuelos era
así como las chiquitas?
±Y entonces, ¿cómo se explica usted que las niñas hayan nacido con ese pelo
y esos colores?
±Por no había de rirme, don Magón, cuando veo que un pobre inorante como
yo, un campiruso pión, sabe más que un hombre como usté que todos dicen
qu¶es tan sabido, tan leído y que hasta hace leyes onde el Presidente con los
menistros?
señor Cornelio sacó de las alforjas un buen pedazo de sobado, dio un trozo a
cada chiquilla, arrimó un taburete, en el que se dejó caer satisfecho de su
próximo triunfo, se sonó estrepitosamente las narices, tapando cada una de las
ventanas con el índice respectivo, restregó con la planta de la pataza derecha
limpiando el piso, se enjugó con el revés de la chaqueta y principió su
explicación en estos términos:
±Usté sabe que hora en marzo hizo tres años que hubo un clis de sol en que
se oscureció el sol en todo el medio; bueno, pues, como unos veinte días antes
Lina, mi mujer, salió habelitada de esas chiquillas. Dende ese entonces le cogió
un desasosiego tan grande que aquello era cajeta: no había cómo atajala, se
salía de la casa de día y de noche, si empre ispiando pal cielo; se iba al solar, a
la quebrada, al charralillo del cerco, y siempre con aquel capricho y aquel mal
que no había descanso ni más remedio que dejala a gusto. Ella había sido
siempre muy antojada en todos los partos. Vea, cuando naci ó el mayor jue lo
mesmo; con que una noche me dispertó tarde de la noche y m¶hizo ir a
buscarle cojoyos de cirgüelo macho. Pior era que juera a nacer la criatura con
la boca abierta. Le truje los cojoyos; endespués otros antojos, pero nunca la
llegué a ver tan desasosegada como con estas chiquitas. Pos hora verá, como
l¶iba diciendo, le cogió por ver pal cielo día y noche, y el día del clis de solo,
qu¶estaba yo en la montaña apiando un palo pa un eleje, es qu¶estuvo ispiando
el sol en el breñalillo del cer co dende buena mañana.
Pa no cansalo con el cuento, así siguió hasta que nacieron las muchachitas
estas. No le niego que a yo se me hizo cuesta arriba el velas tan canelas y tan
gatas, pero dende entonces parece que hubieran traído la bendición de Dios.
La mestra me las quiere y les cuese la ropa, el Político les da sus cincos, el
Cura me las pide pa paralas con naguas de puros linoses y antejuelas en el
altar pal Corpus y, pa los días de la Semana Santa, las sacan en la procesión
arrimadas al Nazareno y al Santo Sepulcro; para la Nochebuena las mudan con
muy bonitos vestidos y las ponen en el portal junto a las Tres Divinas. Y todos
los costos son de bolsa de los mantenedores, y siempre les dan su medio
escudo, gu bien su papel de a peso, gu otra buena re galía. ¡Bendito sea mi
Dios que las jue a sacar pa su servicio de un tanta tan feo como yo...! Lina
hasta que está culeca con sus chiquillas, y dionde que aguanta que no se las
alabancén. Ya ha tenido sus buenos pelitos con curtidas del vecindario por las
malvadas gatas.
±¿Idilla qué? ¿Pos no ve que jue por haber ispiao la mama el clis de sol por lo
que son canelas? ¿Usté no sabía eso?
±No lo sabía, y me sorprende que usted lo hubiera adivinado sin tener ninguna
instrucción.
±Pa qué engañalo, don Magón. Yo no jui el que adevinó el busiles. ¿Usté
conoce a un mestro italiano que hizo la torre de la iglesia de la villa: un hombre
gato, pelo colorao, muy blanco y muy macizo que come en casa dende hace
cuatro años?
!
Nació el 5 de agosto de 1868 en uruguay, cenelones.
a
PUESTA DE SOL
Sinforoso y Candelario eran los dos peones más viejos de la Estancia. Debían
ser zonzos los dos, porque ya empezaban a envejecer, en una vejez que
atesoraba trabajos sin cuentos, y seguían tan pobres como cuando, jóvenes
ambos, entraron en el establecimiento para recoger la tropilla en las mañanas,
encerrar en la tarde los terneros de lecher as y hacer mandados a toda hora.
¿Qué podían decirse aquellos dos hombres? Nada. Pero hablaban, hablaban,
deciendo "nada", lo cual en ocasiones y para ciertas per sonas, resulta lo más
difícil de decir. Ellos lo ejecutaban por hábito.
±No, tuavía está güeno... ¡Pucha! Los bichos coloraos m'están comiendo!...
±Se m'acabao. Pue que mañana vaya a la pulpería, ansina le doy tempranito
un galope al pa ngaré pa bajarle la panza.
±Dejuro.
±No, murió hace como tres años... ¿Vamo arrimar los bancos, un poco p'ayá?
S'está haciendo escuro.
±Vamo.
±El mesmo.
±Yo también la vide antiyer... ¿Vamos arrimar los bancos más p'ayá?...
±Arrimemos...
±Yo se lo dije al patrón, que allí estaba caído... Pa mi qu'es Patricio que lo
voltea pa dir a visitar a la china Nicolasa... ¿Vos no hayas qu'es fiera la china
Nlcolasa?
±Arrimemo.
±Ta medio lavativa.
±Dale guelta.
En lo más lejano del oriente, unos pedazos de sol chispeando entre nubes
azules. Sobre la inmediata cuchilla, las lecheras, echadas, rumiaban. Silbando
lastimeramente, las perdices hembras trotaban, apresuradas, en busca de la
masiega, donde piaba la prole. A la puerta de las cuevas, las lechuzas abrían
sus grandes ojos noctámbulos, golpeaban el pico y gritaban, quien sabe por
qué, quien sabe a quién.
El overo del piquete, atado a soga, cerca de las casas, pacía filosóficamente,
sin imaginarse que en ese momento, su frente blanquecina, se habla
maquillado, ofreciendo una coloración verdirroja. De cuando en cuando, en su
atolondramiento de bohemio, grita ba un tero. A lo lejos relinchaba un caballo, y
allí cerca, oíase el ruido de las gallinas acomodándose en los barrotes del
gallinero. Desde el brete baló un ternero. Por delante de la puerta del galpón
pasó un perro con la cabeza gacha, la cola caída, per ezosos, cansada de no
haber hecho nada en todo el día.
!
nació en Guayaquil en 1911, en medio de una familia pobre, donde se formó
como intelectual de manera autodidacta. Escribió muchos cuentos que después
de su muerte fueron organizados en la novela Las cruces sobre el
agua,publicada en 1946, y otras dos que han permanecido inéditas: L os
guandos y La bruja.
Se dio a conocer en 1930 con el volumen de cuentos Los que se van, junto a
Demetrio Aguilera Malta y Enrique Gil Gilbert. Formó parte del "Grupo de
Guayaquil" (dentro del realismo social ecuatoriano) y mantuvo una activa
participación política en las filas de la izquierda.
Murió en 1947.
a
Joaquín Gallegos Lara
Real porque sucedió. Las crónicas de los periódicos de la época, los estudios y
los testimonios posteriores y las referencias históricas así lo confirman.
Diferencias de matices existen en cuanto a la magnitud del movimiento obrero
y popular y en cuanto al alcance de la represión gubernamental, las protestas
contra éste y al malestar que le siguió.
!
jorge Francisco Isidoro Luis Borges Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 ±
Ginebra, 14 de junio de 1986 fue un escritor argentino, uno de los autores más
destacados de la literatura del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y
poemas.
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Ahí está lo que fue: la ter ca espada
de la filosofía y de la historia,
Arrojado a la quietud
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José Agustín Ramírez Gómez.
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L a gran sorpresa en casa de Pascual fue que su familia salió de vacaciones y
él encontró las llaves del bar. Ya estaban ahí Ricardo, fumando como loco,
Hugo y Óscar: dos amigos de Pas-cual y conocidos míos. Tras los saludos de
rigor, Pascual esperó un instante de silencio para proceder solemnemente con
el saqueo. Todos estábamos entusiasmadísimos, porque aparte de las botellas
había varios cartones de Phillip Morris. Pero Pascual dijo que no tocáramos los
cigarros porque, de saberlo, su padre se pondría fu rioso. Eso nos descorazonó
un poco, pero volvimos a entusiasmarnos cuando Pascual sacó una botella de
brandy no malo porque dice solera. Luego meditó que su padre se daría cuenta
por lo mismo y buscó otra botella.
Un proceso similar aconteció con cuanto frasco to- maba y apuesto que estuvo
a punto de sugerir que mejor compráramos algo si no hubiésemos protestado.
Entonces, no de buena gana, sacó una de ron. Todos nos servimos tragos para
adulto, pero Pascual hacía trampa: se servía poco ron, mucho refresco y aun le
echaba agua. Sin embargo, fue el primero en marearse. Le siguió Ricardo, que
había estado secreteán- dose con Hugo y Óscar. El canalla se levantó para
decir:
²He decidido pelarme de casa, me iré tan pronto como sea posible. Él ²me
señaló, el canalla² está de acuerdo conmigo y piensa acompañarme.
Quise aclarar que era una mentira king size, pero Pascual gritó:
²Nada de eso, el chiste es que seamos varios, ¿por qué no vienen ustedes
también?
Súbito silencio.
²Pero tú...
²Antes que nada, otro chupe ²dijo y sirvió de nuevo. Con toda mi mala leche
intervine:
Pascual venía muy misterioso, con varias revistas a todas luces gringas dado lo
brillante del papel. Se colocó en el centro del sofá, y al mome nto, Hugo y Óscar
fueron a su lado. Me coloqué atrás, junto a Ricardo. Pascual ya estaba
diciendo, pero sin dejarnos ver las revistas.
Abrió una revista al azar. Fiu, silbaron todos al ver a una muchacha desnuda
cubriendo su sexo con las manos. Como los apretaba con los brazos, sus
senos se veían enormes. Pascual empezó a volver las hojas con excesiva
lentitud, regodeándose con los desnudos. Hugo, Ricardo y Óscar estaban en
perfecto silencio, sin despegar los ojos.
²Déjenlo, está loquito ²al fin graznó Pas-cual. Y entonces ellos iniciaron los
mira, uh, zas, qué bruto, bolas, rájale, guau, mamasota.
Al poco rato, Ricardo, mareado del todo, acabó durmiendo casi sobre Pascual,
que seguía atentísimo viendo los cuerazos. Hugo y Óscar, tras tomar sendas
revistas, fueron a los sillones para gozarlas. Pascual bebía cada vez más
rápido, estaba muy colorado; después se levantó, siempre con su revista, y se
fue por el pasillo. Supuse que iba a vomitar. Ricardo dormía en el sofá, con
sonoridades aparatosas. Hugo se había quedado quieto, viendo el vacío, un
poco triste. Óscar dejó su revista, y entre eructos, inconscientemente se
exprimía los barros. Siempre me ha causado repulsión ver a alguien en esos
menesteres y sobre todo a Óscar: es un barro andante.
²Quihubo.
Despertar esta mañana fue una pesadilla: nunca me había sentido tan mal.
Ayer en la noche corrí con verdadera suerte: Humberto y Violeta habían salido
y mi hermano no se dio cuenta de nada, por estar viendo la tele. Cené como
cosaco, porque oí decir que con la barriga llena la cruda es menos. Además,
bebí dos alka seltzers, pero con todo y eso hoy tenía ganas de quedarme
botado todo el día. Hum- berto me despertó, y tras desayunar, pidió que lo
acompañara.
Tuve que hacer reales prodigios de actuación para que no se diera cuenta de
nada. Antes de salir, dije que si telefoneaba Ricardo o cualquiera de ellos,
dejaran recado. Me muero de curiosidad por conocer el desenlace del lío de
ayer.
²A comprar cosas.
²Sí.
²Pues ni sé.
²Fíjate.
²¿Ya te decidiste?
²¿Eh?
²¿No te enojas?
²Sí, claro, pero todavía falta la prepa. Dicen que ahí orientan.
²Sí, claro.
²Bueno, sí, pero no me gusta que seas tan, indiferente, digamos, a este
asunto; después de todo, de ahí depende tu futuro.
Humberto sonrió, quizá porque comprendía que eso era falso, por dos razones:
a, él es siquiatra; y b, nunca le digo papá. Claro que no se enoja, al contrario,
fue él quien nos acostumbró a que le dijé - ramos Humberto y sanseacabó. Mi
madre, al parecer, está muy de acuerdo con que le digamos Violeta.
²Además, cada vez que se entra en tu cuar -to, apesta a cigarro. ¿Te gusta
mucho fumar?
²¿Qué? ²insistió.
²No sé.
Sin darme cuenta, yo estaba sonriendo también. No sé, se me fueron los pies,
lo imaginé mi cómplice, creí que nos detendríamos en u na tabaquería para
comprar un cartón de cigarros. Para mí. Cínicamente, musité ráleigh. Humberto
frunció el entrecejo al comentar:
²Son caros, ¿eh? ²y después, brutalmente², lástima que así sea; estoy
dispuesto a darte un castigo preciosito si llego a ent erarme de que fumas sin
ganar dinero para cigarros.
Me transó, pensé, tendré que conseguir chamba; linda forma tiene Humberto
para pescarme. A pesar de mi disgusto, sentí algo simpático por Humberto. En
forma parecida me ha hecho confesar cosas que de otr a manera no saldrían de
mi bocota. De regreso, este asunto, y el hecho de no tener más cigarros, me
exasperó bastante. Durante un rato estuve merodeando por la casa, buscando
algún cigarro. La maldita discusión con Humberto me despertó vivos deseos de
fumar. Por fin logré robar dos cigarros de una cajetilla olvidada por Violeta en la
cocina.
Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, conocida por su
seudónimo Gabriela Mistral (Vicuña, 7 de abril de 1889 ± Nueva York, 10 de
enero de 1957), fue una destacada poetisa, diplomática y pedagoga chilena.
De niña sufrió al parecer una violación que la marcó de por vida: "almacenó en
su inconsciente todas las pruebas de que en cualquier momento el mundo, es
decir el hombre, podía agredirla en forma salvaje" .
Desde entonces utilizó el seudónimo literario Gabriela Mistral en casi todos sus
escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele
D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral. En el año 1917 Julio Molina Núñez y
Juan Agustín Araya publican una de las más importantes antologías poéticas
de Chile, Selva Lírica, donde Lucila Godoy aparece ya como una de las
grandes poetisas chilenas. Esta publicación es una de las últimas en que utiliza
su nombre verdadero.
:
En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción.
decía tu voz:
o exageración
ella, sueño y el
alucinación.
No te digas solo
ni pida tu voz
al albergador.
Echarás la sombra
morderás la duna
ni hombre ni dios,
ni viento errador,
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
y el que da la agonía,
el de alas tremolantes
si el de color de llama
o el color de ceniza,
a la ola, contrita.
el de la Epifanía.
y anudaron el nudo
de la muerte y la vida!
V
El flexómetro o cinta métrica es un instrumento de medición, con la
particularidad de que está construido en chapa metálica flexible debido su
escaso espesor, dividida en unidades de medición, y que se enrolla en espiral
dentro de una carcasa metálica o de plástico. Al gunas de estas carcasas
disponen de un sistema de freno o anclaje para impedir el enrollado automático
de la cinta, y mantener fija alguna medida precisa de esta forma.
Las más pequeñas están centimetradas e incluso algunas milimetradas, con las
marcas y los números pintados o grabados sobre la superficie de la cinta,
mientras que las de agrimensor están marcadas mediante remaches de cobre
o bronce fijos a la cinta cada 2 dm, utilizando un remache algo mayor para los
números impares y un pequeño óvalo numerado para los números pares.
a
El cronómetro es un reloj o una función de reloj utilizada para medir fraccio nes
temporales, normalmente breves y precisas. La palabra cronómetro es un
neologismo de etimología griega: ȋȡȩȞȠȢ Cronos es el dios del tiempo, ȝİIJȡȠȞ
-metron es hoy un sufijo que significa '[aparato] para medir'.1
El funcionamiento usual de un cronómetr o, consiste en empezar a contar desde
cero al pulsarse el mismo botón que lo detiene. Además habitualmente puedan
medirse varios tiempos con el mismo comienzo y distinto final. Para ello se
congela los sucesivos tiempos con un botón distinto, normalmente c on el de
reinicio, mientras sigue contando en segundo plano hasta que se pulsa el botón
de comienzo.
La báscula (del francés bascule) es un aparato que sirve para pesar;1 esto es
para determinar el peso, o más apropiadamente la masa de los cuerpos.2
En el caso de las básculas mecánicas, las mismas pueden ser por contrapeso
o con muelle elástico.
Básculas con muelle elástico. Los avances en las técnicas de pesado, han
hecho desaparecer prácticamente las básculas de palanca co n contrapeso, y
ahora se usan básculas con muelle elástico, basadas en la deformación
elástica de un resorte que soporta la acción gravitatoria del peso del objeto a
medir, en lugar de realizar una comparación de masas. Por esta razón,
actualmente el nombre báscula se aplica también a toda una serie de sistemas
de pesada basados en la gravedad, del tipo dinamómetro.
Al funcionar por muelle elástico, estas básculas miden la fuerza ejercida por un
objeto sujeto a la fuerza de gravedad, es decir, el peso. Sin embargo, el peso
(P) y la masa (m) están relacionados por la siguiente relación: donde P es el
peso, m es la masa y g es la intensidad del campo gravitatorio o aceleración de
la gravedad. Esta relación permite calcular la masa, ya que si la intensidad
gravitatoria es constante, entonces la masa es directamente proporcional al
peso.
El nonio o vernier es una segunda escala auxiliar que tienen algunos
instrumentos de medición, que permite apreciar una medición con mayor
precisión al complementar las divisiones de la regla o escala principal del
instrumento de medida.
El sistema consiste en una regla sobre la que se han grabado una serie de
divisiones según el sistema de unidades empleado, y una corredera o carro
móvil, con un fiel o punto de medida, que se mueve a lo largo de la regla. En
una escala de medida, podemos apre ciar hasta su unidad de división más
pequeña, siendo esta la apreciación con la que se puede dar la medición; es
fácil percatarse que entre una división y la siguiente hay más medidas, que
unas veces está más próxima a la primera de ellas y otras a la sigu iente.
x
El termómetro (del griego șİȡȝȩȢ (termo) el cuál si gnifica "caliente" y metro,
"medir") es un instrumento de medición de temperatura. Desde su invención ha
evolucionado mucho, principalmente a partir del desarrollo de los termómetros
electrónicos digitales.
El creador del primer termoscopio fue Galileo Galilei; éste podría considerarse
el predecesor del termómetro. Consistía en un tubo de vidrio terminado en una
esfera cerrada; el extremo abierto se sumergía boca abajo dentro de una
mezcla de alcohol y agua, mientras la esfera quedaba en la parte superior. Al
calentar el líquido, éste subía por el tubo.