MANIFIESTO ZARAGOZA ANTITAURINA 2010

 
“Divertíos, zaragozanos” – nos dicen - “venid gentes de toda España a
celebrar las Fiestas del Pilar y disfrutad de un Pueblo que honra a su
Patrona y a todos invita a compartir su alegría…”  Nada cuentan, sin
embargo, de los que ajenos a las risas, a los bailes y a los brindis,
derramarán su vida entre hemorragias y espasmos en estas jornadas de
música, luz… y dolor.
Cada tarde se repetirá en la Misericordia la macabra representación, y seis
toros doblarán sus patas en la arena mientras nos explican que no es
crueldad, sino lances, que no es agonía, sino casta, que no es violencia, sino
expresión cultural y artística. Y tal vez, entretanto, piensen para sus
adentros que quienes les escuchamos no somos racionales, sino idiotas
fáciles de engañar.
Pues no, señores políticos. No, empresarios taurinos. No somos imbéciles
ni apetecemos del sadismo anunciado en sus carteles. Quizás haya quien
sea capaz de divertirse mientras unos toros sienten atravesados músculos y
vísceras, pero otros muchos experimentamos tal vergüenza y rabia ante
tamaña atrocidad, que a partir de ese momento las bandas se callan, las
luces se apagan, y lo que llaman festejos patronales para nosotros se
convierte en un escenario sombrío donde el ser humano demuestra su
capacidad para generar sufrimiento disfrazándola de valentía.
España, Zaragoza, 2010: 24 toros van a morir un año más en La
Misericordia, mientras las voces de repulsa se estrellan contra la necedad y
el egoísmo de aquellos que perpetuar pretenden un legado de violencia.
Pero no nos callaremos, no lo duden, no lo haremos hasta que entiendan
que no hay libertad ni respeto en sus tardes sangrientas. Sólo hay crimen y
dolor.
 
Julio Ortega Fraile