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Mirando al futuro
LUIS RUBIO
rabajar para la comunidad, de- Cualquiera que crea que el mexicano es incompetente, terlo y explotarlo. tencia determina quién encabeza al
Ornette Habemos
J
usto ese libro tiene la fotografía
de noche nublada y flotando y
Caro Kann sentada en la cornisa
de mi octavo piso. Su voz de yellow
submarine, de macetas frondosas y
Y esas eran las preocupaciones de entonces. Jugándola
de oídas cual pedazos de barro controlados por cordeles
invisibles, nueve serpientes alineadas una detrás de otra, y
en las páginas del libro verde tu fotografía y las pequeñas
ombudsman
ale la pena preguntarse: ¿Con Recordemos que en la
regándolas… vamos al concierto en el
Sótano Zinc! –decías, pasándote como
siempre la mano por la cara, mejor a
notas “en la calle ludlow”, y la historia de la montaña que
subimos juntos, y el refugio de alfombras grises donde
descansamos entre ratones pereciendo, recorriéndonos
V qué rapidez cambiaría México
si existieran muchos informes
como el de la Comisión de Derechos
década de los noventa
el PRI se vio obligado
a ceder terreno
la bodega de la Avenida Américas… y amándonos frente al recuerdo rasposo de Dylan Humanos del Distrito Federal sobre
eh, qué te parece?, seguro y también el New’s Divine? Imagínese usted si simplemente para evitar
hoy improvisan… vamos?
destruyendo los toca-cintas, y ese recorte fotográfico tuviéramos un reporte equivalente o retrasar su derrumbe
Y esas eran las preocupaciones que nos impresionó a ambos -pero a ti más Caro-Kann-, sobre la Oaxaca de Ulises Ruiz y sus presidencial. En esa
de entonces. Jugándola de oídas porque ese hombre tenía la cara clavada en el lodo, los funcionarios, los abusos de los milita- coyuntura se abrió una
cual pedazos de barro controlados brazos abiertos, y a su lado un cocodrilo de fauces y de res, las irregularidades en la elección tibia oleada de procesos
por cordeles invisibles, nueve ser- uñas enormes, viéndonos con un ojo levantado y el muslo del PRD, los negocios de los Bribies-
de ciudadanización que
pientes alineadas una detrás de desparramado… ca Sahagún, o de la familia Mouriño
otra, y en las páginas del libro ver- y sus nexos con Pemex. concretaron en comisiones
de tu fotografía y las pequeñas no-
Tal vez fue esa imagen una premonición de lo latente, ¿Qué pasaría, por ejemplo, si de derechos humanos,
tas “en la calle ludlow”, y la historia sin que siquiera lo imagináramos... Emilio Álvarez Icaza fuese el secre- en un IFE ciudadano, en
de la montaña que subimos juntos, y Lo cierto es que entonces no planeábamos. tario de la Función Pública en lugar comités de regulación en
el refugio de alfombras grises donde de los empleados que el presidente
descansamos entre ratones pere- coloca allí para proteger a los su-
materia económica y
ciendo, recorriéndonos y amándo- de, ya cerca del sótano Zinc, comen- cuerno en la mano, mientras las ca- yos? ¿Qué sucedería en el país si to- hasta en una Secodam
nos frente al recuerdo rasposo de tarte algo, de la individualidad cita- bezas del público se agachaban so- do gobernador y secretario de Esta- que antes no existía.
Dylan destruyendo los toca-cintas, dina que me aprisionaba, que me bre el cuello y parecían todos man- do supiera que detrás sus corrupte- Pero todos esos espacios
y ese recorte fotográfico que nos lastimaba…, y entonces sólo encon- tener el aliento, hasta que segundos las y violaciones sobrevendrá un in- se han ido cerrando.
impresionó a ambos —pero a ti más trar tu evasiva mirada de dar vuel- después los músicos volvían a inmis- forme tan preciso y claridoso como La partidocracia volvió
Caro-Kann—, porque ese hombre ta a la derecha por la calle, “otra vez cuirse en sus notas, y todo explota- el de esta semana?
tenía la cara clavada en el lodo, los tus ideas”, sacando del bolsillo una ba, Thelonious regresando al piano, Aprovechemos a este defensor a cooptar al IFE, los
brazos abiertos, y a su lado un coco- de esas plumas coloreadas que durando entonces instantes la noche del pueblo y su equipo antes de que gobernadores controlaron
drilo de fauces y de uñas enormes, siempre cargas “nada más impórta- del sótano Zinc, de música y de olor lo paren. La clase política, los tres a sus comités electorales
viéndonos con un ojo levantado y el te tú; nada más piensa en ti”, lo que a hierba, donde cerca de la mediano- partidos, han sido terriblemente per- y de derechos humanos,
muslo desparramado… me decías, y las yemas de los dedos che una larga fila de chaquetas se versos para tapiar las escasas venta- y los dos presidentes
Tal vez fue esa imagen una premo- encima del plumón, y tu silencio de enfilaba hacia la salida sacando len- nas que abrió la sociedad para parti-
nición de lo latente, sin que siquiera lo siempre que pinta dedos –la mirada guas puntiagudas en orgasmos que cipar en los asuntos públicos y para
panistas decidieron que
imagináramos... de saber siempre lo que haces-, y jaloneaban las solapas. propiciar la rendición de cuentas. la democracia sonaba
Lo cierto es que entonces no pla- que de pronto se convertía en un Y yo me quedaba callado, sin de- Recordemos que en la década mejor cuando eran
neábamos. La ciudad era sólo una cor- brillo de ojos al comienzo del con- cir nada, sin volver al tema; tal vez de los noventa el PRI se vio obliga- oposición y no Gobierno.
tina luminosa, detrás la madrugada cierto, en ese rincón, donde salpi- temor a perderte. Dejándome per- do a ceder terreno simplemente pa-
majestuosa y fría, y calurosa y nues- carnos de oscuridad era toda la his- dernos juntos por el barrio de las ra evitar o retrasar su derrumbe
tra, y la cornisa del ventanal del Octa- toria, porque ante la música olvidá- pu..., o cafetaleando con los árabes, presidencial. En esa coyuntura se gura que fuesen verdaderos; había
vo Piso dando al vacío, donde veíamos bamos cualquier clase de discusión, por allí con los colguijes y la alfom- abrió una tibia oleada de procesos mucha información distorsionada e
escurrirse los climas y las hojas y el de desacuerdo o intriga sobre su pa- bra, escupiendo el charco que veía de ciudadanización que concretaron inflada. Era imprescindible que una
invierno: frenéticos cambios de ciudad sado, sobre tu pasado de misterio, pasar nuestras horas, antes de cual- en comisiones de derechos huma- investigación oficial e imparcial, es-
y de nubes y de edificios, que traían para desfallecer sin remedio con ese quier cosa, de preguntarte si conti- nos, en un IFE ciudadano, en comi- tableciese paso a paso las violacio-
continuamente a mis dedos moviendo tipo del escenario hijo de pu... mago nuar en el bodegón de música de la tés de regulación en materia econó- nes y responsabilidades que en rea-
el diafragma de la Nikkon F2, buscan- para el saxo que recorría tu cuello avenida Américas o regresar al Octa- mica y hasta en una Secodam que lidad existieron.
do las sombras de la calle segunda. (había pausas), que con algunos si- vo Piso, y tú siempre con el que pu... antes no existía. Pero todos esos es- Lo más importante es que hasta
Y fue justo allí. En el centro de lencios nos mantenía por un tiempo importa llevándome a tu torrente. pacios se han ido cerrando. La par- ahora nadie ha puesto en duda la ve-
esa amalgama de gozo y de sufri- volando entre los candiles... hasta ¡Sólo vamos! –decías arengando tidocracia volvió a cooptar al IFE, racidad del reporte o su independen-
miento, donde nuestros cuerpos se que por allí mis labios tropezaban como futbolera cualquiera, con el los gobernadores controlaron a sus cia. Y eso no es poca cosa en un país
aislaron en una burbuja propia. con tus dedos que ofrecían un vesti- comentario de Dylan bajo el brazo, comités electorales y de derechos en el que la simulación y la impuni-
Éramos sólo nosotros y no podía gio de filtro apenas más grande que en la punta de la lengua, con tus to- humanos, y los dos presidentes pa- dad han ocasionado la pérdida de cre-
ser de otra forma. El entorno de la tus uñas, y que en conjunto parecía billos amarrados con correas multi- nistas decidieron que la democracia dibilidad del tejido institucional.
Ciudad demandaba el resguardo de una flor, a la que yo llenaba la cara colores (aún ahora no me acostum- sonaba mejor cuando eran oposi- No se trata de glorificar a Emilio
nuestros dedos unidos, justo allí, de humo mientras tú te carcajeabas bro a no estar contigo), con faroles ción y no Gobierno. La decisión de Álvarez Icaza y a su equipo. Simple-
porque pensar en el vecino era pér- risotadamente, al ritmo de Ornette nocturnos que nos observaban des- Zedillo de entregar la Procuraduría mente han hecho lo que les exige su
dida de tiempo, y porque nos lanzá- que detenía sus soplidos de angus- de lejos cuando tarareabas Joker- a la oposición resulta hoy en día en tarea como defensores de los defe-
bamos a los adoquines sin ver otros tia, haciendo el cuerno a un lado, y man, y el elevador descompuesto absoluto impensable, justamente ños. Justamente ese es el fondo de la
ojos, crear la burbuja, tan sólo la dejando a las otras piezas del cuar- del Octavo Piso, de nueva cuenta, y por esa cerrazón. La trayectoria de cuestión. Nos hemos acostumbrado
preocupación de que no se levantara teto enfrascadas en sus solos, iba tu espalda subiendo los peldaños la Comisión de Derechos Humanos a que estas comisiones sean paleras.
de pronto una alcantarilla, por detrás de las cortinas, a escupir o a frente a mi respiración detenida, sa- de José Luis Soberanes es particu- Bastaría con que estos espacios co-
aquello de los del ayuntamiento patear la pared, en una soledad per- biendo sin aceptarlo que no habría larmente triste, pues terminó sien- menzaran a funcionar para resque-
arreglando unos cables, o comer, y fecta de ojos cerrados, de maniquí remedio, mirándote interminable do una aliada de los políticos, un brajar el edificio de la impunidad que
esa noche justamente intenté ha- inmóvil en peligroso callejón, de os- rozar con los dedos el metal azul del Defensor del Poder. domina al país. Ésa debe ser una exi-
blarte de eso, ignoro de qué, mas curidad desbordándose hasta el fon- barandal, subiendo cada vez más Alguien ha dicho que todo lo re- gencia de todos, independientemen-
necesitaba liberar alguna angustia do del sitio, oscuridad que asemeja- despacio, más quieta e inalcanzable portado por esta CDHDF sobre la te del partido con el que simpatice
carcomida, allí, mientras nos recar- ba una gran llanura, y Ornette re- en las alturas, hasta que el perderte tragedia de los jóvenes ya se cono- cada quien. Esto no mejorará hasta
gábamos en los fríos pilares del sub- cargado en la sombra parecía el por la puerta era resquicio de ago- cía. No es así: léase el informe. Por que todos seamos un poco “Ombuds-
terráneo nocturno, e intentaba de- hombre de lentes, el cafetalero pri- nía antes de volverse sueño. otro lado muchos detalles habían man, o defensores, de los demás”.
círtelo de nuevo, después, más tar- merizo, el gorila del todo con su http://ciudadalfabetos.blogspot.com salido a la prensa, pero eso no ase- www.jorgezepeda.net