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AÑO 4
Andrés Manuel López Obrador afirmó esta semana que jamás calificaría a Felipe Calderón de ser un peligro para México,
pese a que durante su administración han muerto más de 30 mil mexicanos debido a su irresponsabilidad e ineptitud.
Durante la presentación de su último libro, en la Feria Alternativa que se realiza en la Alameda Central, López Obrador dijo
que en vez de pedir perdón por el desastre actual, Calderón opta por la mentira, la ofensa y la confrontación.
Al reiniciar su gira por el Estado de México, López Obrador declaró que Calderón tiene un problema de conciencia, porque
renunció a los principios, ideales y valores que le inculcaron en su familia y se entregó a la mentira. “Cuando un hombre
se entrega por entero a la mentira, pierde la imaginación, el talento y la dignidad, y ese es el problema de
Calderón”. También afirmó que espera más ataques de la mafia del poder y del dinero, porque están muy nerviosos y
preocupados al ver que el Movimiento de Transformación crece, y porque el tiempo y la realidad nos han dado la razón.
Ante miles de asistentes a los mítines que realizó en la entidad mexiquense, propuso que se construya una alianza
electoral con el pueblo, con los militantes y simpatizantes del PRD, PT y Convergencia para ganarle al PRI, al PAN, a los
paleros dirigentes del PRD, a Carlos Salinas y a Enrique Peña Nieto. Ante la posibilidad de que el PRD vaya en alianza con
el PAN, López Obrador advirtió que pedirá licencia al Sol Azteca como militante y buscará el respaldo del PT y de
Convergencia para postular a un candidato ciudadano; aseguró que no habrá fractura porque abajo, los militantes del PRD,
PT y Convergencia están unidos. También informó que envió una carta a los 44 mil trabajadores electricistas, al cumplirse
un año de haber sido despedidos infamemente por el presidente pelele con la intención de privatizar la industria eléctrica.
En la misiva expresó su apoyo y explicó que propuso a los legisladores del PRD, PT y Convergencia presentar una iniciativa
de ley para crear una nueva empresa que recontrate a los trabajadores del SME despojados de su empleo.
Los dos partidos están como aquella ínclita prima que medio se embarazó porque medio le gustaba, oficialmente.
De tal suerte que ahora asistimos a una tragicomedia de proporciones gigantescas. Ni las celebérrimas Novelas
Cachondas o El Libro Vaquero están generando tantas ventas y rating como este enredo de equivocaciones mentirosas y
cínicas en que se han metido el partido en el poder federal y el mayoritario en el DF. Para empezar, ¿qué es eso de que
nos acostamos nomás hasta el próximo año? Y ya después, “cada quien con su nombre, por su lado, sin cruzar a la
otra acera para hablarnos”, qué diría el poeta. Porque para el 2012 volveremos a ser enemigos irreconciliables. Eso sí,
con varios bebecitos que ya para entonces estarán en el kínder. Vámonos por partes. A ver: no me digan que no es
absolutamente hipócrita que al aprobar por abrumadora mayoría la posibilidad de alianza con los perredistas, los
dirigentes del PAN mexiquense digan que es para sacar al Estado de México del “régimen autoritario y retrógrado en que
lo mantiene el priísmo”. Que no se hagan. Enrique Peña Nieto puede ser todo lo limitado que se quiera y compensarlo
con cantidades monstruosas de dinero mediático, pero no es ni Ulises Ruiz ni Mario Marín (a los que el PAN les permitió
terminar su mandato sin tocarlos ni con el pétalo de una rosa). Así que de lo que se trata es de descarrilarlo con una
derrota local e impedir que llegue a la Presidencia de la República. Por el lado de la dirigencia perredista, la hipocresía es
todavía mayor porque, además de la discutible praxis en Sinaloa, Puebla y Oaxaca, donde se aliaron con el PAN para
“ganar” con ex priístas, ahora se ayuntarán una vez más con aquellos a los que acusaron de haberles robado la
presidencia en el 2006. Con una pequeña diferencia, aquí no hay unanimidad. Por lo menos una parte del PRD y algunos
aliados pelearán con uñas y dientes contra la alianza. Y en el mejor de los casos, el partido que supuestamente era el
más representativo de la izquierda mexicana quedará fracturado. O más bien desgarrado. Y peor aún, con la presunta
virginidad perdida, querrá volver a vestirse de blanco para el 2012. Un arreglo tan hojaldra que no sería capaz de firmarlo
ni un autor de vodeviles. Vámonos respetando. Lo que no reconoce ninguno de estos dos farsantes son las netas del
planeta: el PAN, su fracaso como gobierno, que le impide reafirmarse, y el PRD, su incapacidad y cobardía para
presentar una propuesta de cambio profundo en México. Así que, ¿por qué no se arrejuntan de tiempo completo y fuera
máscaras? Ricardo Rocha. Los únicos vencidos son los que no luchan.