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LA DIVISA TRÁGICA DEL DESEMPLEO Y LA INJUSTICIA

Por Delton Santamaría

Parece que el origen de la corrupción, del terror, la decadencia, el miedo, las


taras, el espanto y lo irracional tuvieron su origen aquí. Donde la desigualdad
tiene más vigencia y reconocimiento que la Justicia.

Obnubilados de tantas esperanzas frustradas, asfixiados por tantas mentiras y


tiránicas traiciones a la verdad, uno comienza a sospechar que toda la historia
de ésta humanidad es el hastío insoportable por tanta infamia, donde sólo la
muerte progresa y gana la irracionalidad de la injusticia. Y el resto no merece
comentario.

La concordia no logra salvarla nadie, mientras el egoísmo de la discordia y toda


su pestilente militancia conserven ese rostro castrense del poder, ese desprecio
hacia unos contra otros, y cada quien jala “agua para su molino”, mientras a
“río revuelto” otros hacen del ultraje, la bandera de la soberanía. La barbarie
secular y naciente de empresarios y políticos será más brutal con la Ley muerta.
La rapiña parece tener más futuro en las esferas altas del poder económico y
político que las pretensiones de las buenas intenciones. Y esto no es nada al
lado de lo que viene, o sea casi todo.

La brutalidad de los impostores (funcionarios políticos y empresarios) han


abatido a la dignidad humana, ha agobiado nuestro eterno desempleo, sin nada
que ganar, o en su defecto con un subempleo con miserables salarios, son
ofrenda que acaba en un estribillo de intolerancia: “¡Desconfiad, desconfiad de
todo!”

En esta sociedad despechada de traiciones, egoísmos rapaces y de solapados


crímenes, las intenciones por alcanzar la dignidad de los derechos queda en esa
plancha de la autopsia, donde la impunidad de los malditos, queda brillando
sobre las sombras de los humillados.

Dedicado al Silencio crítico del futuro histórico de los pueblos.

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