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1 .
La Aportación de James D'adamo
Alimentos Beneficiosos, Neutros o
Desaconsejados
Características Generales del Tipo 0
Características Generales del Tipo A
Características Generales del Tipo B
Características Generales del Tipo AB
Según los investigadores James y Peter
D'Adamo la buena o mala asimilación de los
alimentos está condicionada por nuestro grupo
sanguíneo.
a
Hasta el punto de que en cada grupo -A, B, AB y O- hay alimentos que son
perjudiciales, otros beneficiosos y otros neutros. Es más, aseguran que muchas
enfermedades pueden deberse al mero consumo de alimentos no adecuados para
nuestro grupo sanguíneo. Otros, en cambio, nos ayudarían a sanar. Incluso afirman
que en ello está la razón de que muchas personas no consigan adelgazar cuando se
ponen a dieta.
En suma, el doctor Landsteiner descubrió la razón de por qué unas personas fallecían
después de una transfusión de sangre y otras no: sus sangres no eran compatibles.
Desde entonces sabemos que:
Las personas con sangre del tipo 0 son "donadoras universales". Es decir,
pueden donar sangre a cualquiera de las que tienen otros tipos de sangre pero
sólo pueden recibir la suya propia.
Las personas del tipo AB son "receptoras universales", es decir, pueden recibir
sangre de todos los demás pero sólo pueden donar a los de su propio tipo.
Las personas del tipo A pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo 0
pero no de las de los tipos B y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a
las de tipo AB. Y,
-Las personas del tipo B pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo 0
pero no de las de los tipos A y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a
las de tipo AB.
Agregaré, por último, que los datos disponibles indican -de forma aproximada- que el
40% de los europeos posee sangre del tipo 0, otro 40% del tipo A, el 15% del tipo B y
alrededor del 5% del tipo AB. ç
Todas aquellas observaciones las recogería James D'Adamo en una obra titulada El
alimento de un hombre (One Man´s Food) que vería la luz en 1980.
Sería sin embargo su hijo Peter -quien estudiaría también Naturopatía si bien en el
John Bastar College de Seatle (EEUU)- el que establecería ya esa conexión. Y lo hizo
descubriendo en primer lugar que dos de las principales afecciones del estómago -la
úlcera séptica y el cáncer de estómago- se daba más en grupos sanguíneos concretos.
La úlcera en las personas del tipo 0 y el cáncer en las del tipo A.
Hasta que los datos acumulados le llevarían finalmente a concluir que el tipo de sangre
predispone a las personas a un tipo de alimentación concreto y distinto en buena
medida a las de otros tipos. E, incluso, que predispone más a unas enfermedades que
a otras. Y no sólo eso: también descubriría que la salud depende, en mucha mayor
medida de lo que la gente imagina, de la alimentación. Es decir, que hay alimentos que
actúan positivamente en los organismos de las personas con un determinado tipo de
sangre mientras en las personas de otros tipos son perjudiciales. Y no sólo eso: a su
juicio una alimentación no acorde con el tipo de sangre que se tiene es una de las
principales causas del sobrepeso u obesidad de muchas personas... y la causa de que
no logren adelgazar cuando lo intentan. Algo que sí conseguirían si dejaran de ingerir
los alimentos perjudiciales para su tipo de sangre (recuerde el lector que hemos
publicado ya en la revista varios reportajes sobre la dificultad que para adelgazar
supone ingerir alimentos a los que uno es sensible o intolerante y que hoy ello puede
determinarse con bastante exactitud mediante analíticas.
Dicho lo cual hay que aclarar desde ya que el propio autor deja claro que esas
conexiones no son radicales. Es decir, no todos los organismos de las personas del
mismo tipo son intolerantes a todos los alimentos ni el grado de sensibilidad es igual en
todos al alimento al que son intolerantes. Las pautas generales que ofrece tras sus
años de estudio clínico son pues sólo orientativas. Téngalo en cuenta. En todo caso, si
desea profundizar en este tema sepa que encontrará las conclusiones de Peter
D'Adamo publicadas en su obra Los grupos sanguíneos y la alimentación (Ed. J.
Vergara).
Padre e hijo, obviamente, se preguntarían por qué reacciona de forma tan diferente la
sangre de unas personas con respecto a la de otras y a qué se debe la
incompatibilidad manifiesta entre ellas en algunos casos. Su conclusión -que puede ser
discutida- es la de que cada grupo sanguíneo es el resultado de un momento de la
propia evolución humana. Según ellos, el grupo sanguíneo del tipo 0 -el más antiguo y
extendido- tendría más de 40.000 años de existencia y procedería de los hombres del
Cro-Magnon, cuya alimentación se basaba en la caza y, por ende, en las proteínas de
la carne.
El siguiente en aparecer habría sido el tipo A -entre 25.000 y 10.000 años- y apareció
con las primeras sociedades agrícolas cuya alimentación se basaba en el consumo de
cereales y vegetales, procediendo especialmente de Asia y Oriente Medio.
El tipo B procedería de las montañas del Himalaya surgiendo hace aproximadamente
entre 15.000 y 10.000 años siendo propio de los habitantes nómadas de las estepas
asiáticas.
En cuanto al tipo AB habría surgido de la mezcla entre caucasianos (A) y mongoles
(B).
Pues bien, para los D'Adamo la reacción de cada uno de los tipos sanguíneos se
debería a que la sangre guarda una especie de "memoria celular" que "recuerda" su
ancestral tipo de alimentación.
Ahora bien, ¿por qué reacciona la sangre ante ciertos alimentos como si éstos fueran
peligrosos enemigos a batir? Peter D'Adamo asegura que se debe a las lectinas de los
alimentos. ¿Y qué son las lectinas? Pues un tipo de proteínas cuyos antígenos también
producen la activación del sistema inmune y, consecuentemente, el fenómeno de
aglutinación en sangre del que hemos hablado al principio. Algunas hasta pueden
producir la muerte instantánea en presencia de cantidades infinitesimales al convertir
los glóbulos rojos en coágulos que obstruyen las arterias. Es el caso de la ricina que
contienen las semillas de castor (Ricinus communis) aunque afortunadamente la
mayoría de las lectinas de nuestra dieta no son tan peligrosas.
En suma, ingerir alimentos que contienen lectinas incompatibles con nuestro grupo
sanguíneo puede ocasionar diversas dolencias e impedirnos reducir el peso en caso de
sobrepeso u obesidad. ¿Y cómo saber a qué alimentos somos intolerantes? Pues
mediante un test de intolerancia alimentaria (remito al lector a los artículos ya
publicados al respecto) o sometiéndose al denominado Test del Iindicán. Se trata de un
análisis que permite calcular la eliminación a través de la orina de indicán, una
sustancia del grupo químico de los índoles que se elimina por medio de las heces y la
orina cuando el aparato gastrointestinal y el hígado no consiguen digerir las lectinas de
un alimento. Como es obvio, cuando alguien consume alimentos ricos en lectinas
incompatibles con su grupo sanguíneo se constatará una mayor eliminación de indicán
al analizar la orina. Para Peter D'Adamo, si el test da un valor de 0 ó 1 no hay
problema, si marca 2 o 3 hay algún problema y si la cifra alcanza 3 o 4 la situación
puede considerarse crítica.
Alimentos Beneficiosos, Neutros o Desaconsejados
En suma, Peter D'Adamo clasifica los alimentos en relación con los cuatro grupos
sanguíneos en beneficiosos, neutros y desaconsejados. Los primeros son -en cada
grupo sanguíneo- los que desarrollan un papel nutricional óptimo asegurando además
una actividad antioxidante, antimutágena y anticancerígena. Podríamos decir que son
"alimentos medicinales". Los segundos llevan a cabo un papel meramente nutritivo. Y
los terceros son los que contienen sustancias no digeribles para los individuos de un
determinado grupo sanguíneo debido a sus lectinas específicas porque provocan la
reacción defensiva del sistema inmune que los aglutina para poder luego eliminarlos.
Según Peter D'Adamo las personas con sangre del tipo 0 presentan -siempre hablando
en general- un sistema inmunitario potente y muy activo, tendencia a una actividad
tiroidea lenta, dificultad de adaptación a nuevas condiciones ambientales y
nutricionales, bienestar con actividad física o deportiva regular e intensa y un aparato
digestivo muy eficiente capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas (carnes magras,
pescado y marisco). En cuanto a los alimentos que le son muy beneficiosos o
perjudiciales puede encontrarlos el lector en el recuadro. Los que no figuran son
considerados neutros pero, en general, las personas del tipo 0 deben:
2) Consumir carnes magras equilibrando esa aportación con verdura. Deben evitar sin
embargo la carne de cerdo, los embutidos, las carnes en conserva y los alimentos en
salazón.
5) Eliminar todo producto que contenga trigo y limitar los que llevan maíz y cereales.
7) Practicar alguna actividad física de forma regular. Les van mejor los deportes
competitivos que requieren intenso esfuerzo físico.
Cabe añadir que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del
tipo 0 son el gluten del trigo, el maíz, las judías, las lentejas y las crucíferas (coles,
coliflor y coles de Bruselas). Por el contrario, favorecen la pérdida de peso las algas
marinas, la sal yodada (de forma muy moderada), los pescados y mariscos, la carne de
hígado, las espinacas y el brócoli.
Las personas con sangre del tipo A presentan según D'Adamo -hablando en general,
insistimos- un sistema inmunitario vulnerable, una buena adaptación a condiciones
ambientales y nutritivas estables, bienestar con una actividad física o deportiva
relajante, un aparato digestivo frágil que tolera mal la carne, la harina de trigo, la leche
y los lácteos, y al que le va mejor una dieta vegetariana rica en cereales y legumbres.
3) Limitar o evitar el consumo de carne pero evitando los embutidos, las carnes
-especialmente si están en conserva- y los alimentos salados o ahumados (embutidos,
carnes en conserva, alimentos en salazón...).
6) Consumir de forma habitual semillas oleaginosas y frutos secos pero evitando las
nueces brasileñas y los pistachos.
Cabe agregar que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del
tipo A son las carnes, los alimentos lácteos, las habas y el exceso de trigo favoreciendo
el adelgazamiento los vegetales, los aceites vegetales, la soja y la piña.
Las personas con sangre del tipo B presentan según D'Adamo un sistema inmunitario
activo, facilidad de adaptación ambiental y nutricional, bienestar con actividades físicas
o deportivas moderadas y equilibradas, y un aparato digestivo eficiente que le permite
seguir una dieta variada y equilibrada con leche y lácteos pero que posee poca
tolerancia a los embutidos, la carne de cerdo, el marisco, las semillas y los frutos
secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo B serían:
3) Consumir carnes magras pero evitando las de pollo y cerdo así como los embutidos.
4) Consumir pescado pero evitar los mariscos. No se recomiendan las gambas, los
cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la
anguila y los caracoles.
5) Consumir huevos, leche y productos lácteos (es el único que los tolera bien).
En cuanto a los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo
B son el maíz, las lentejas, los cacahuetes, las semillas de sésamo, el trigo y el trigo
sarraceno favoreciendo el adelgazamiento los vegetales de hoja verde, el té de palo
dulce, la carne -especialmente la de hígado-, los huevos y los lácteos.
Las personas con sangre del tipo AB presentan según D'Adamo un sistema inmunitario
vulnerable, facilidad de adaptación a las condiciones de vida modernas, bienestar con
una actividad física o deportiva relajante que exija esfuerzos moderados y un aparato
digestivo frágil que precisa una dieta mixta moderada y tolera mal las carnes rojas, la
pasta, las alubias y los frutos secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo B serían:
1) Limitar el consumo de carnes rojas y evitar las carnes en conserva o ahumadas así
como los embutidos.
2) Consumir pescado y marisco pero evitando la langosta, las gambas, los cangrejos,
las ostras, las almejas, el pulpo, la lubina, las anchoas y la anguila.
5) Consumir frutas -especialmente ciruelas, uvas, piña y frutas del bosque- y hortalizas
en abundancia -sobre todo tomate-.
6) Preferir las grasas vegetales -primando el aceite de oliva- pero evitar el vinagre.
8) Preferir las actividades físicas y deportivas relajantes que exijan sólo esfuerzos
moderados.
Terminamos comentando que los alimentos que favorecen según Peter D'Adamo el
aumento de peso en las personas del tipo AB son las carnes rojas, el maíz, el trigo, el
trigo sarraceno, las alubias, las judías y las semillas de sésamo mientras favorecen el
adelgazamiento las verduras, las algas marinas, los pescados, los lácteos, la piña y el
tofu.
Conclusión
Hasta aquí un breve resumen de lo expuesto por los D'Adamo -padre e hijo-. Sólo nos
resta apuntar que a nuestro juicio la generalización propuesta es demasiado amplia y
probablemente no responda a la realidad individual aunque sí pueda reflejar las
"tendencias". Por otra parte, el Test Indicán permite saber si tenemos problemas con
los alimentos pero no conocer cuáles son concretamente los que nuestro organismo
rechaza activando las defensas del sistema inmune. Sin embargo, los actuales tests de
intolerancia o sensibilidad alimentaria sí los detectan por lo que lo más adecuado es
someterse a ellos. Una posibilidad, por cierto, a la que debería optar toda aquella
persona a la que se le ha diagnosticado una enfermedad autoinmune. Es muy posible
que mejoren simplemente eliminando los alimentos a los que su organismo reacciona
con virulencia.
Entre la multitud de dietas que existen para conservar el buen estado del
organismo se encuentra la del grupo sanguíneo.
Basada en las características que este rasgo confiere a las personas que lo
comparten, establece los alimentos que más se adecuan a cada grupo y de qué
manera priorizar unos sobre otros incrementa la salud.
Así, la variedad que hoy existe es fruto de los cambios en las actividades, los
hábitos y las costumbres del hombre, en su adaptación al entorno a lo largo de la
historia y en cómo, resultado de todo lo anterior, fue modificándose su
alimentación.
Todos los alimentos tienen proteínas más o menos completas, algunas de las cuales
tendrían un efecto destructor sobre esas defensas, si no son compatibles con las
características de las mismas. Por eso, según esta dieta, hay que adecuar el
consumo de alimentos al grupo sanguíneo.
Respecto a los alimentos animales es mejor que tome pescados y evite las carnes.
Como se puede ver algunos de los alimentos restringidos, menos en los grupos que
les son propios, son los cereales. Esto se debe a que son causa de un buen número
de intolerancias alimentarias precisamente por las características de su composición
proteica
y su capacidad destructora de las células del organismo.
Aunque la dieta del grupo sanguíneo puede ser eficaz y no tiene nada de perjudicial
si se realiza con cuidado y sin olvidar consumir de vez en cuando todo tipo de
alimentos, existen dudas sobre su base y, especialmente, sobre su desarrollo
científico y las conclusiones que se derivan del mismo.
La dieta 'come bien para tu tipo' se basa en la premisa de que, según nuestro
grupo sanguíneo, hay ciertos alimentos que son mejor tolerados que otros. Y que si
seguimos regularmente una dieta que nuestro organismo no asimila bien, esto
provocaría algunas enfermedades o problemas: desde una obesidad hasta un
cáncer.
a inicio
· Grupo A: evitar las carnes (todo tipo), lácteos, y trigo. Seguir una dieta
vegetariana.
· Grupo AB: evitar las carnes rojas, maíz, trigo y plátanos. Escoger alimentos tanto
del grupo A como del B.
a inicio
La dieta se pone un tanto peligrosa cuando se dan recomendaciones sin saber y sin
evaluar el estado de salud de la persona. Es decir, si alguien tiene deficiencias
proteicas, de vitamina B12 y/o vitamina D, y da la casualidad de que su grupo
sanguíneo es A -en el que se recomienda una dieta prácticamente vegetariana- esta
dieta podría aún más acentuar sus deficiencias.
Es sabido que el probar nuevas dietas nos encanta, y si lo hacemos por pocos días
no nos trae mayores problemas de salud. Sin embargo, no debemos olvidarnos de
que adelgazar no es cuestión de seguir la dieta de moda, sino de cambiar múltiples
aspectos de nuestra vida como la alimentación y la actividad física
INTRODUCCIÓN
La sangre ha sido llamada el líquido de la vida. Con ésta, vidas que han sido devastadas por
daños traumáticos pueden ser salvadas, mientras que en el lado opuesto del espectro, la
pérdida de sangre mantenida acarrea naturalmente como resultado la muerte. Es a través de
este líquido carmesí que el oxígeno es transportado a través del cuerpo humano. Por término
medio, los humanos adultos poseen aproximadamente cinco litros de este líquido vital, el
cual viaja de un lado al otro a través de más de 50,000 millas de arterias convolutas,
arteriolas, venas, vénulas y capilares. El volumen total de la sangre representa solamente el
8-9% del peso total de un humano. Sin embargo, este pequeño porcentaje no refleja el
principal rol que la sangre cumple en mantener apropiadamente todos los órganos del
cuerpo. Incluso los órganos que cumplen un rol activo en el sistema circulatorio—tales como
el corazón que es responsable de bombear la sangre, o el sistema endocrino que segrega
hormonas y sales en el sistema vascular—son en sí mismos dependientes de ésta. Los
evolucionistas tienen problemas al explicar cómo el corazón pudiera haber evolucionado para
servir como una “bomba” de sangre, ya que el corazón mismo requiere sangre oxigenada.
“Blood is thicker than water” [“la sangre es más espesa que el agua”—i.e., la sangre tira—
MP] es el grito de la sociedad en defensa de las acciones de los miembros de la familia.
Desde una perspectiva estrictamente fisiológica, esto es verdad. La sangre tiene una
viscosidad que oscila entre 4.5 y 5.5, mientras que el agua tiene una viscosidad de 1. Pero
¿qué más sabemos realmente acerca de este fluido rico en hierro que corre justo debajo de
la superficie de la piel? Los evolucionistas revenden la idea de que la sangre que corre a
través del sistema circulatorio humano es similar en naturaleza a la sangre que fluye a
través de las venas de los peces, osos, y aves. ¿Es la sangre solo otro producto de la
evolución como muchos quisieran que creamos? ¿Prueba el hecho de que los humanos
posean cuatro grupos sanguíneos que todos nosotros no podemos haber descendido de
Adán y Eva? El Señor, hablando a Moisés, dijo:
Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el
altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona (Levítico 17:11).
Es mi esperanza que este estudio le ayude a aprender más acerca de este precioso líquido
que fue seleccionado por el mismo Dios para lavar los pecados del hombre.
Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, la cual porta oxígeno a cada célula en el cuerpo.
La hemoglobina es una proteína compleja que tiene dos cadenas (referidas como alfa y
beta). Un origen evolutivo de la hemoglobina requiriera un mínimo de 120 mutaciones para
convertir un alfa a un beta. A lo menos 34 de esos cambios requieren cambios en 2 o 3
nucleótidos. Aunque, si un cambio nucleótido sencillo ocurriera a través de la mutación, el
resultado arruinaría la sangre y mataría al organismo.
La porción del elemento formado de la sangre también posee plaquetas y leucocitos. Las
plaquetas son mucho más pequeñas que los glóbulos rojos, y sirven para parar la pérdida de
sangre de las heridas (hemostasia). Los leucocitos sirven como la línea primaria de defensa
en el sistema vascular. Dos categorías, granulocitos y células linfáticas, circulan a través del
flujo sanguíneo en un esfuerzo por identificar y combatir patógenos ajenos tales como
bacterias, virus, etc.
Añadiendo a esta complejidad se encuentran las numerosas sales que son requeridas en la
sangre. Estas sales son principalmente iones básicos, tales como el sodio, potasio, fosfato, y
el magnesio que ayudan a mantener un firme valor de pH para la sangre. Estos iones de
bicarbonato eliminan el dióxido de carbono de los tejidos y ayudan a mantener un pH
ligeramente alcalino de 7.4. Durante daños traumáticos o cirugías, una gran cantidad de
atención es dada a la disminución significante del pH de la sangre o la pérdida de esta
alcalinidad puede causar respiración rápida y violenta, con muerte probable para ocurrir en
un pH de 7.0 o más bajo. Contrariamente, si se permite que el pH de la sangre se eleve más
allá de 7.6, esto también puede resultar fatal.
Los evolucionistas aseveran que la vida evolucionó del mar, y son rápidos en señalar que el
cloruro de sodio y otras sales encontradas en la sangre probablemente se originaron del mar.
Sin embargo, por término medio la concentración de cloruro de sodio (sal) en el agua del
mar es de 2.7% (0.8% de otras sales, algunas de las cuales no están presentes en la sangre
y no beneficiarían al sistema cardiovascular). Si los evolucionistas tomaran el tiempo para
calcular las matemáticas, ellos encontrarían que el mar Báltico—una de las grandes masas
de agua “más fresca”—todavía es demasiado salado para haber cumplido alguna parte
fisiológica en la evolución de la sangre.
Se dice que el tipo “A” y “B” son co-dominantes. Esto quiere decir que ellos toman
precedencia sobre “O” si éste también está presente. Esto significa que ambos son
dominantes al tipo “O”, pero igual entre ellos. Así que, si una madre tiene sangre tipo AO, la
A es dominante y ella puede ser descrita como teniendo grupo sanguíneo A a pesar de que la
O también está presente (piense de la O como siendo el compañero silencioso). Así que si
una madre y un padre tienen grupos AO y BO, entonces el grupo sanguíneo de su
descendencia puede ser, A, B, AB, u O. Adán
A O
B AB BO
En el caso de Adán y Eva, si Adán hubiera sido tipo AO y Eva tipo BO, Eva
O AO OO
entonces todos los cuatro grupos sanguíneos serían posibles en su
descendencia (vea el diagrama siguiente). Cada hijo resultante 25% AB
tendría un 25% de oportunidad de ser A,B,O, o AB. Por ende cada 25% BO
Así que, obviamente, Adán y Eva pueden fácilmente dar cuenta por los cuatro grupos
sanguíneos que vemos hoy. Además, existieron ocho miembros de la familia de Noé a bordo
del arca cuando Dios destruyó a todas las criaturas vivientes por medio del diluvio. Estos
ocho individuos no tendrían problema en pasar todos los cuatro grupos sanguíneos a través
de su linaje.
Cuando Dios creó a todas las criaturas vivientes, Él lo hizo conociendo que todas tendrían
diferentes necesidades. Con esas necesidades venían requerimientos diferentes. Pablo,
escribiendo a los cristianos en Corinto, declaró: “No toda carne es la misma carne, sino que
una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de
las aves” (1 Corintios 15:39). Los evolucionistas no encuentran consuelo al saber que la
sangre humana es inmensamente diferente a la de los animales. La sangre humana no
necesita ser especializada para largos periodos de hibernación como la sangre de los osos de
Norteamérica. Adicionalmente, las necesidades de oxígeno de un hombre son diferentes a las
de los peces y las aves, y por consiguiente la composición de nuestra sangre también varía.
Los científicos clasifican a los animales en dos clases principales—de sangre caliente y de
sangre fría—de acuerdo a cómo los animales regulan sus temperaturas internas. Aunque, los
evolucionistas quisieran que creamos que la sangre de todas las criaturas vivas comparte un
origen común.
Los glóbulos rojos de todos los vertebrados no-mamíferos (i.e., peces, anfibios, reptiles, y
aves) son nucleados, aplanados, y elipsoidales. Si, en efecto, los humanos evolucionaran de
un antepasado común varios millones de años atrás, entonces tuviera sentido que los
glóbulos sean similares en todos los animales. No obstante, esto está lejos de ser el caso.
Los chimpancés tienen grupos sanguíneos A y mínimo O, pero nunca B. Los gorilas tienes
tipo B y mínimo O, pero nunca A. Además, no existe grupo sanguíneo AB en ninguno de
estos primates, mientras que algunos humanos poseen grupo sanguíneo AB. Actualmente,
ocho grupos sanguíneos son comúnmente encontrados en los perros, y son clasificados bajo
lo que es conocido como el sistema eritrocito antígeno del perro ( DEA). La tabla debajo
bosqueja los ocho grupos sanguíneos comunes del sistema DEA usado en los Estados Unidos.
Así que, mientras los seres humanos tienen grupos sanguíneos A,B y O, los perros poseen
ocho grupos diferentes. Y ya que sabemos que los grupos son hereditarios, surge la
pregunta, “¿De dónde heredaron los Nomenclatura Nomenclatura
Aunque todos disfrutamos un buen dormitar en la noche, ¿cuántos de nosotros dormimos por
varias semanas a la vez? Los animales de hibernación tienen un elemento en su sangre
conocido como el Activador de Inducción de Hibernación ( AIH). Los investigadores sugieren
que esto es una clase de opiato químicamente relacionado a la morfina. Cuando los días
llegan a ser más cortos, cuando la temperatura cambia, y cuando la comida llega a ser
escasa, el AIH provoca hibernación. Exactamente cómo y por qué esto pasa permanece
siendo un misterio, pero lo que sabemos es que los seres humanos no poseen AIH en su
sangre.
Las aves tienen un sistema circulatorio que es muy similar a los mamíferos. La sangre de las
aves es similar a la nuestra en que contiene tanto glóbulos rojos y leucocitos. No obstante,
a diferencia de los humanos, ¡los glóbulos rojos de un ave son nucleados! Esto,
desde luego, plantea la pregunta de cuál fue el glóbulo original—¿el nucleado o el anucleado?
Adicionalmente, los requerimientos de oxígeno de las aves son mucho más grandes que la de
los humanos, y por tanto la composición de la sangre en las aves es diferente a la de los
humanos.
¿Está su sangre lista para un buen baño largo? La mayoría de nosotros raramente
consideramos la complejidad implicada de vivir en un ambiente acuático donde incluso la
sangre es diferente. La sangre del pez es más espesa que la sangre humana y tiene una
presión más baja porque es bombeada por un corazón con solamente dos cámaras. Por
consiguiente, el flujo de la sangre a través del cuerpo de un pez es lento. Ya que la sangre
fluye lentamente a través de las agallas donde éste recoge oxígeno, y ya que el agua
contiene menos oxigeno que el aíre, la sangre del pez no es tan rica en oxígeno como la
sangre humana. También, como resultado del flujo lento de la sangre a través de las agallas,
la sangre se enfría y se aproxima a la temperatura del agua alrededor del pez. Si la sangre
humana hiciera lo mismo, habría una carrera a la muerte—a la muerte por hipotermia, o a la
muerte por falta de oxígeno.
CONCLUSIÓN
Cuando usted toma en cuenta tales cosas como: (a) la naturaleza heredada de la sangre
humana; (b) su osmolalidad (la osmolalidad es una medida de la concentración de solutos
por litro de solución); (c) la cantidad específica de iones, proteínas, y moléculas orgánicas
que contiene; (d) el hecho de que debe ser mantenida a un volumen específico; y (e) el
factor que debe ser mantenida a un pH específico, rápidamente llega a ser aparente que
debe haber existido un Diseñador detrás de este increíble líquido dador de vida.
(A manera de fuente, usted querrá leer de Dorothy A. Miller, en la revista Science magazine,
Vol. 198, Pág. 1116.)
El estudio de la sangre (humana) se llama hematología.
Igual de interesante como los cromosomas es un examen de los tipos de sangre, los alelos
ABO llamada y los alelos MN. La mayoría de nosotros, por ejemplo, conocer nuestro tipo de
sangre en el sistema ABO, es decir, un positivo, A-negativo, B positivo, B negativo, O-positivo,
O-negativo, AB positivo, AB-negativo. (El positivas o negativas se refieren al factor de los
llamados Rhesus).
Las personas con sangre tipo O son llamados donantes universales, ya que puede dar sangre
a cualquier persona que tenga cualquiera de los tipos de sangre A, B, O y AB. Las personas
con sangre del tipo AB en el otro lado, puede dar sangre solamente a las personas con
sangre del tipo AB. Una persona con sangre del tipo A no puede dar sangre a una persona
con sangre del tipo B, y viceversa.
Esto significa que un keniano con sangre del tipo A puede donar sangre a un noruego con un
tipo de sangre A, pero un noruego pariente cercano con sangre del tipo B no puede.
ABO Orígenes
Teniendo en cuenta los hechos anteriores, el tipo sanguíneo AB y O parecen haber alguna
forma de combinación de A + A, A + B o B + B (AB como exclusiva y O inclusive) - mientras
que A y B en sí mismos, grupos originales deberán estar separadas . Sólo si el padre y la
madre son A y B o B y un tipo de sangre puede el niño presenta alguno de los grupos
sanguíneos humanos A, B, AB y O.
Esto niega la teoría actual de que O es el tipo de sangre original, sobre todo porque los
hombre-mono tienen poco o ningún tipo de sangre O y no el tipo de sangre AB. Es muy
probable que A y B sean los originales.
El hombre-mono
28 estudios independientes muestran que los chimpancés tienen los grupos
sanguíneos A y mínimo O, pero nunca B.
8 estudios independientes muestran que los gorilas tienen el tipo de sangre B y O
mínimo, pero nunca A.
No existe ningún tipo de sangre AB en ninguno de los hombres-monos!
(Jakob Schmitt, Pruebas Immunbiológicas en Primates; S. Karger, Nueva York y Basilea, 1968).
Pero el hombre tiene tanto A y B y el grupo sanguíneo AB, así como mucho O.
Lo mismo es válido para el tipo de sangre de MN, que es un antígeno de sangre diferente. El
hombre es ambos, M y N, o el tipo de sangre MN mientras que los chimpancés y los gorilas
reaccionan exclusivamente a estos tipos. (Según Schmitt, las reacciones de los chimpancés
son 00.16 a la mucosa humana Anti-M, y 10.00 al Anti-N, mientras que las cifras de los gorilas
son exactamente al revés, con 10,00 a Anti-M y 00,64 a Anti-N).
Por lo tanto, sospecho que aquí podemos adivinar quienes eran Adán y Eva, es decir, tal vez
el hombre se desarrolló en dos líneas separadas desde los hombres- simios o que
evolucionaron a partir de una combinación de estas dos líneas separadas, en algún lugar del
camino.
A + B = Usted y yo
Hay pruebas convincentes en la distribución mundial de sangre para dos grupos separados en
la evolución humana, representados tal vez por el hombre Cro-Magnon, por un lado y por el
hombre de Neanderthal en el otro lado.
Como ha sido señalado por Lars Beckman (Una contribución a la antropología física y
genética de poblaciones de Suecia: Lund, 1959, Pág. 21):
"La primera raza europea se caracteriza por un alto por entaje de Rh-negativos, una muy baja
frecuencia-B y una frecuencia relativamente alta de A2… probablemente alguna conexión con
el Hombre Cro-Magnon postglacial… La raza asiática se caracteriza por una alta frecuencia
de A1 y B y una baja frecuencia de Rh negativos..." (es decir, tal vez alguna conexión con el
hombre de Neanderthal).
Por favor Observe: Como ha sido señalado por Herberdt Wendt, (En busca de Adán, Houghton-Mifflin: Boston, 1956)
a pesar de la históricamente infundada y falsa mala reputación del hombre de Neanderthal, su capacidad craneal ",
era increíblemente grande, 1300-1650 cc. en comparación con un rango de 1100-1700 para los hombres varones
modernos europeos ".
Teniendo en cuenta esto, nuestra visión de los zurdos, especialmente en Europa continental,
es superstición.
Gigantes y enanos
En términos del tamaño de nuestros predecesores, también hay evidencia de dos grupos de
seres humanos en la antigüedad.
Como J. Bronowski escribió en su maravilloso libro, El ascenso del hombre (Little, Brown &
Co.: Boston, 1973, Pág. 38),
"Un primo del hombre" supuestamente "no en línea directa hacia nosotros, es un fuertemente
construido Australopithecus robustus, que es vegetariano .... Su primo en la línea hacia el
hombre es más liviana - de manera visible en la mandíbula - y probablemente un carnívoro ...
una criatura pequeña, que estando de pie mide sólo cuatro metros de altura. "
(Australopithecus africanus)
Herberdt Wendt, en su libro En busca de Adán - In Search of Adam (1956. Notas 17, p. 362,
p. 487) escribe a este respecto:
"Parece que en el último período glacial al menos dos razas culturalmente creativas habían
vivido en Europa... Gigantes y enanos... Parece que han vivido en el mismo tiempo y en los
mismos lugares. ¿Cuál de ellos fue el Adán real?"
En términos de cultura, Philip Van Doren Stern en la Europa Prehistoria - Prehistoric
Europe (1969) escribe que,
"También hay una excelente posibilidad de que la temprana Europa estuviera poblada, por
tiempos, no sólo por los constructores de hachas de mano, sino que también por un pueblo
diferente y más primitivo, los fabricantes de herramientas tajadas y de tajar, quienes astillaban
piedras y accidentalmente produjeron hojuelas en lugar de hojuelas cuidadosamente hechas
de piedras.”
Otro investigador escribe que se dice que el registro cultural del Pleistoceno, en definitiva,
muestra "dos tradiciones culturales", Jacquette Hawkes en la Europa Prehistórica (Volumen I
de la Historia de la Humanidad de la UNESCO: Londres, 1963).
Se parecían al hombre de Neanderthal, pero por un lado, sus cráneos eran mucho más
primitivos y por el otro sus miembros eran mucho más modernos. Una mujer... de sólo cuatro
pies nueve pulgadas de largo, mientras que un hombre... era un pie más alto. Además de los
cráneos de Neanderthal se encontraron otros tipos, con la frente alta, occipital bien
redondeado, y barbillas pronunciadas. "
Espectaculares hallazgos de cráneos humanos de lo que parecían ser gigantes fueron
encontrados en Java, lo que condujo a Franz Weidenreich a publicar una teoría de que una
raza de gigantes prehistóricos existió una vez ... y que estos gigantes parecían representar
una etapa de transición de gorila a hombre (Informe del 9 de mayo de 1944 a la Sociedad
Etnológica Americana: Monos, Gigantes y el Hombre, Chicago, 1946).
Las teorías sobre las antiguas culturas y el debate sobre las migraciones de los pueblos
antiguos, cada vez más tendrán que ajustarse a los datos de sangre provistos por las ciencias
físicas. Nosotros, que vivimos en este mundo del ADN sabemos que nuestra VERDADERA
historia está grabada de forma indeleble en nuestros genes - y en esta era tecnológica,
estamos cada vez más en condiciones de leer nuestro pasado, simplemente en la química de
nuestro cuerpo. O, para decirlo en otras palabras, llevamos las respuestas a viejas preguntas
sobre los orígenes del hombre DENTRO DE NOSOTROS.
Por lo tanto, he aquí una gráfica que presenta hechos inevitables. No son las opiniones de
académicos bien intencionados ni son objeto de desafío o de cambio. Simplemente existen.
Por lo tanto, las teorías sobre las antiguas culturas y lenguas que no se ajusten a estos
hechos no pueden ser verdad, y sólo aquellos que se ajusten a estos hechos pueden ser
ciertos, aunque un acuerdo no garantiza que sean verdaderas.
La respuesta correcta se encuentra en el texto de la página Web de abajo.
¿Ha intentado conseguir la solución correcta? ¿Cómo leer los números de arriba a abajo? Las
probabilidades de acertar en todos son astronómicas - a menos que sea un especialista en el
campo de los grupos sanguíneos.
La solución correcta es, correr de arriba hacia abajo en el cuadro anterior: 10-1-11-3-9-6-8-2-
5-4-7
Los peores resultados fueron probablemente obtenidos por los lingüistas y arqueólogos -
cuyas teorías prevalecientes simplemente NO COINCIDEN con la evidencia de las ciencias
físicas. La razón de esto es clara. La arqueología formas sus teorías basadas en lo que cavan
y esta es una empresa bastante casual, que se basa mucho en el azar.
La lingüística, hasta ahora, está todavía en sus zapatos de bebé, y muchas de las llamadas
"reglas" que han desarrollado algún día serán puestas a prueba en equipos - utilizando las
hipótesis derivadas - y yo, por una parte, dudo de que muchos de ellos funcionen - al menos
no en el sentido histórico.
La dendrita completa nos dice claramente cómo el hombre desarrolló y cómo se dispersó por
toda la Tierra, comenzando en África, desplazándose hacia el norte y luego ramificándose
hacia el Este y Oeste.
De hecho, esto se ajusta con los datos topográficos, ya que los Alpes y las montañas de Asia
presentaban obstáculos insuperables en los tiempos antiguos. Es decir, la dirección de la
dispersión corrió básicamente a través del antiguo camino Amber, a través de las llanuras del
Mar Negro hasta el Báltico y desde allí en todas las direcciones.
Esto también se ajusta al hecho de que las lenguas bálticas son las lenguas indo-europeas
más antiguas - y, puesto que BALT en letón significa "blanco" (las antiguas inscripciones
BALT en fenicio antiguo están mal transcritas como BA’AL), vemos que aquí la línea básica
entre las razas más blancas de piel pálida del norte y sus vecinos de piel más oscura en el
sur.
El eje se encuentra en el camino de África hacia el mar NEGRO y desde allí hasta el mar
BÁLTICO ( "mar de los blancos"). Los árabes, como lo demuestran los datos de sangre,
entonces, deben ser una mezcla de tribus blancas y africanos - (como tal vez narrado en la
Biblia - es decir, Abraham y su 2 ª esposa).
Los estudiosos orientales y egiptólogos eventualmente tendrán que tomar estas distribuciones
de los grupos sanguíneos en cuenta, sobre todo porque los grupos sanguíneos de los
egipcios y los hebreos simplemente desafían todas las teorías actuales académicas sobre los
orígenes de los faraones y los hebreos, también en la lingüística, la arqueología, la religión y
la etnología.
Nada podría ser más claro de estos datos, que los hebreos y los egipcios tienen un origen
sanguíneo casi común y que sus orígenes geográficos se encuentran en las amplias
extensiones del norte de Euroasia, entre una población lingüísticamente cercana y pariente de
sangre de los letones y los pueblos vecinos y dialectos.
Nos encontramos a finales del siglo XIX, y una nueva ciencia está naciendo, la
inmunología, interesada en sus inicios por los sueros y las vacunas. Las
investigaciones llevadas a cabo por Ehrlich, Bordet, Behring y otros
inmunólogos, sientan las bases para el conocimiento de las reacciones
inmunológicas, responsables de los accidentes postransfusionales. Karl
Landsteiner, médico austriaco (1868-1943), enseñaba entonces anatomía
patológica en la Universidad de Viena. Uno de sus campos de investigación fue
la genética de la sangre humana que comparó con la de los simios.
Landsteiner observó que al mezclar la sangre de dos personas había
ocasiones en que los glóbulos rojos se aglutinaban formando grumos visibles.
Analizó la sangre de un total de 22 personas, incluyendo la suya y la de cinco
colaboradores de su laboratorio, para lo cual procedía a separar el suero de la
sangre total, lavaba después los glóbulos rojos y los sumergía en una solución
de suero salino fisiológico. A continuación ensayaba cada suero con los
diferentes glóbulos rojos obtenidos y tabulaba los resultados. Llegó así a
descubrir tres tipos distintos de hematíes, denominados A, B y O, que daban
lugar a reacciones de aglutinación. Estos hallazgos los realizó en Viena hacia
1901. Dos años más tarde, dos discípulos suyos, Alfredo de Castello y Adriano
Sturli, analizando 155 muestras (de 121 pacientes y 34 controles sanos),
descubren un cuarto grupo, al que llaman AB, sin poder aglutinante.