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I.- Fuentes.
1.- la Ley 489-08 sobre Arbitraje Comercial (LAC), de fecha 19 de diciembre
del 2008, introduce por primera vez en la República Dominicana, la acción en nulidad
contra los laudos arbitrales, en sus artículos 20.3 21.2 y 39:
“La decisión de los árbitros sólo puede impugnarse
mediante el ejercicio de la acción en nulidad de
laudo en el que se haya adoptado” (Art. 20.3 LAC)
3.- La Ley 181-09 del 6 de julio de 2009 que modificó los artículos 15, 16 y
17 de la Ley 50-87, del 4 de junio de 1987, sobre Cámaras Oficiales de Comercio y
Producción de la República y creó el Centro de Resolución Alternativa de Controversias
(CRC), contempla en su artículo 17 la acción en nulidad:
“Ellos son definitivos y no susceptible de recurso
alguno ordinario o extraordinario, salvo la acción
1
principal en nulidad del laudo por ante la Corte de
Apelación que corresponda al domicilio de la Cámara
de Comercio a la que pertenezca el centro en la cual se
dictó el laudo, siempre que las partes no hayan
renunciado a dicha acción en su convenio arbitral”
(Art.17 Párrafo III, Ley 181-09 del 6 de julio de 2009).
2
“PARRAFO VI. Diferendos Internacionales. El Centro
podrá también servir como institución dominicana
sede de diferendos internacionales, ya sea que las
partes directamente hayan acordado someterse a su
jurisdicción o como institución delegada en República
Dominicana de organismos internaciones de solución
de diferendos.” (Art. 15, Ley 181-09 del 6 de julio de 2009)
2.- LAC se aplica supletoriamente tanto a los arbitrajes que no tengan una
reglamentación especial, como a los que la tengan que no prevea algunos aspectos tal
como la acción en nulidad, no contemplada en el Reglamento (RA) vigente del CRC.
En caso de que RA colida con alguna disposición imperativa de LAC, de la cual las
partes no puedan apartarse o ésta disponga expresamente su inaplicabilidad,
prevalecerá LAC.
“La expresión autónoma de la voluntad de las partes
debe primar, salvo cuando es contraria a lo
reglamentado de forma exclusiva por la presente
ley” (Art. 4.5 LAC)
III.- Fundamento.
1.- La justificación de la acción en nulidad reside, por una parte, en la naturaleza
mixta del arbitraje: nace de un contrato (cláusula o compromiso arbitral) y termina con
un laudo dotado de efectos propiamente jurisdiccionales: cosa juzgada y ejecutoriedad,
previstos en los artículos 36.1 y 40.2 de LAC y 17 de la Ley 181-09 del 6 de julio de
2009:
“Salvo acuerdo en contrario de las partes, los árbitros
deciden la controversia en un solo laudo o en tantos
laudos parciales como estimen necesarios”. (Art. 36.1
LAC)
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estarán sujetos para su ejecutoriedad al proceso de
reconocimiento previsto en los artículos 41 y siguientes
de la Ley sobre arbitraje comercial No. 489-08 de fecha
19 de diciembre de 2008 y tendrán la misma fuerza
ejecutoria que las sentencias dictadas en segundo
grado de jurisdicción.” (Art. 17, Párrafo II, Ley 181-09 del 6
de julio de 2009)
1
Barona Villar, S., Comentarios a la Ley de Arbitraje 60/2004, Madrid, 2004, págs. 1340-1346; González-
Montes, José Luis, ob. cit., pág. 25.
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pretensiones, a dejar sin eficacia o privar de efectos el laudo arbitral, atacando su
fuerza de cosa juzgada, por medio de la alegación de unos motivos previamente
tasados, que en caso de ser estimados, provocan un efecto constitutivo, pues se crea
una situación jurídica distinta de la habida hasta ese momento: el laudo arbitral era
firme, válido y ejecutorio y ahora deja de serlo”2. González-Montes Sánchez corrobora
este criterio: “Estamos, por tanto, frente a un nuevo proceso, en este caso de carácter
judicial que no tiene su antecedente en otro proceso jurisdiccional sino arbitral, lo que le
hace ser un proceso autónomo de impugnación, donde el tribunal competente
desarrolla en este caso una función de control judicial del arbitraje y no de apoyo a
éste, como podría ocurrir en otros supuestos –adopción de medidas cautelares, auxilio
en materia de prueba o ejecución forzosa, entre otros-”3.
2
Fernández Ballesteros López, Comentarios a la Nueva Ley de Arbitraje 60/2003, Navarra, 2004, págs.
412 y 413.
3
González-Montes, José Luis, ob. cit., pág. 27 (en contra, Hinojosa Segovia, Comentario a la Ley de
Arbitraje, Madrid, 2006, pgs. 513-514).
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c) Parciales: Corrigen errores, aclaran puntos oscuros o ambiguos, interpretan
conceptos y completan el laudo respecto de peticiones formuladas y no resueltas en él,
indicados en los artículos 36.1 y 38.1, respectivamente, de LAC. El Párrafo VI del
artículo 17 de la Ley 181-09 del 6 de julio de 2009 prevé dichos laudos. El artículo 37
del RA del CRC rige los mismos.
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1.- El artículo 7 de LAC consagra la presunción de renuncia tácita al derecho de
accionar en nulidad contra el laudo, de la parte que no objetó el vicio o violación al
enterarse de éstos, durante el arbitraje, en virtud de la doctrina de los actos propios:
“Si una parte, conociendo la infracción de alguna norma
dispositiva de ésta ley, de la cual pueda apartarse o de
algún requisito del convenio arbitral, no formulare su
objeción dentro del plazo o momento previsto en cada
caso, se considerará que renuncia a sus facultades de
impugnación, salvo que se trate de una formalidad
sustancia y sea probado el agravio o se trate de una
violación al orden público”. (Art. 7 LAC)
7
Corte apoderada, la cual puede decretarla aún de oficio, conforme lo dispone
expresamente el numeral 4 del artículo 39 de LAC. (Ver Infra No. VIII.1)
3.- ¿Cuál es el “plazo o momento previsto en cada caso” para objetar las
infracciones subsanables susceptibles de renuncia tácita, a que alude el citado artículo
7? Veamos:
a) En cuanto a las excepciones relativas a la existencia o validez del acuerdo de
arbitraje. Del estudio combinado de los artículos 20.1 y 20.3 de LAC, se infiere que la
parte debe objetar in limini litis, antes de discutir el fondo:
“1) El tribunal arbitral estará facultado para decidir
acerca de su propia competencia, incluso sobre las
excepciones relativas a la existencia o validez del
acuerdo de arbitraje o cualesquiera otras cuya
estructuración impida entrar en el fondo de la
controversia.” (Art. 20.1 LAC)
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c) En cuanto a que el Tribunal arbitral ha excedido su mandato. El artículo 20.2
requiere que la parte “deberá oponerse tan pronto como se plantee durante las
actuaciones arbitrales, la materia en que supuestamente exceda su mandato”.
Por consiguiente, entendemos que ésta excepción también debe ser planteada
tan pronto la parte se percate de ella en el curso del arbitraje. El artículo 9.1 del RA del
CRC prevé esta excepción de manera implícita.
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conserva su derecho de accionar posteriormente en nulidad contra el laudo ante la
Corte apoderada. Finalmente, en caso de que se haya hecho la denuncia previa de la
infracción durante el arbitraje, es importante anexar a la demanda en anulación, la
certificación del tribunal arbitral haciéndola constar.
2.- Por el contrario, aquellos laudos que entrañen violación a una formalidad
sustancial que agravie, o al debido proceso causante de indefensión, o cuando los
árbitros han resuelto sobre cuestiones no susceptibles de arbitraje, no pueden ser
objeto de renuncia anticipada a la acción en nulidad correspondiente, por simple
aplicación mutatis mutandi de lo dispuesto en el artículo 7 de LAC (ver supra No. VII.2) y
del artículo 48 de la Constitución. En España y en Francia, la situación es similar.
“Nunca, sin embargo, puede existir atisbo de
renuncia anticipada a la acción de anulación por los
motivos expresados en el artículo 41.1 LA, pues ello
haría resentirse el derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva del artículo 24.1 CE, como ya señaló
la STS del 10 de marzo del 1986. Si se puede, obvio es
decirlo, no impugnar el laudo dejando pasar el plazo
establecido para hacerlo. Pero esto no es técnicamente
una renuncia sino un decaimiento de derechos.” (Merino
Merchán, J. y Chillón Medina, J., ob. cit. pág. 476, No. 1057)
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“El recurso de anulación puede por tanto ser interpuesto
sin posibilidad para las partes de renunciar a este
con anterioridad al pronunciamiento de la
sentencia.” (Encyclopédie Dalloz, Commercial, I, A-B, arbitrage
comercial, pág. 15, No. 260)
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en virtud tanto del artículo 6 del Código Civil como
del artículo 48 de la Constitución de la República.
Finalmente en este aspecto es preciso señalar que
cuando se trata de la violación de un derecho
fundamental consagrado en la Constitución de la
República, bajo ninguna circunstancia un acuerdo
de arbitraje puede descartar previamente la
posibilidad de que se invoque por ante un órgano
de la constitucionalidad competente la nulidad de
ese acuerdo, porque tal y como se establecido
tratándose del debido proceso éste compromete
reglas y normas de orden público constitucional,
razón por la cual tanto su defensa como su control
son irrenunciables, y con las mismas no se puede
transigir” (Subero Isa, Jorge, La asistencia judicial, requisito
esencial de un régimen favorable al arbitraje, pgs. 22, 23 y 24,
Seminario Arbitraje en América Latina, 28 agosto 2009,
www.suprema.gov.do)
2.- Para tener una idea del problema planteado por el carácter rigurosamente
limitativo de las causas de anulación, basta con señalar que sería inadmisible una
acción en nulidad contra un laudo que decretó la validez de un convenio arbitral a pesar
de que el contrato del cual formaba parte había sido anulado completamente por una
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sentencia judicial con autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada, si el demandante
en nulidad basara su petición en que se vulneró el artículo 11.3 de LAC que dispone en
ese caso “el convenio arbitral no subsistirá” y no, en que el laudo es contrario al orden
público por irrespetar la autoridad irrevocable de la cosa juzgada previsto taxativamente
en el literal f) del artículo 39.2 de LAC.
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4.- Examinemos en detalle cada uno de ellos:
- Incapacidad de una de las partes en el convenio arbitral.
La parte que ha suscrito el convenio debe tener la capacidad de obrar y disponer
necesaria para asumir la obligación y ejecutarla y haber otorgado su consentimiento en
forma inequívoca, libre de coacción, sin que medie error, dolo o cualquier otro vicio. Si
el firmante del convenio es un apoderado o mandatario, debe tener un poder especial
expreso para someterse al arbitraje dentro de los límites de la controversia.
“Finalmente, que la sumisión a arbitraje sea no solo
inequívoca sino también indiscutible puede ser
considerada como una exigencia constitucional y en
caso de ser infringida podría dar lugar a una
vulneración de un derecho fundamental, en concreto, a
la tutela judicial efectiva” (González Sánchez, ob. cit. pag. 50)
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- Inobservancia del debido proceso causante de indefensión.
El legislador ibérico no incluyó como causal de anulación (Ver supra VII.2) la
inobservancia del debido proceso causante de indefensión, por considerarla contenida
en otra que protege a la parte que: “… no ha podido, por cualquier razón hacer valer
sus derechos…” (Art. 41.6, LAC).
El tribunal constitucional español, cuyas pautas en este aspecto han seguido pari
passu los tribunales encargados del control jurisdiccional de la actividad arbitral4, ha
definido la “indefensión constitucionalmente relevante” como:
“…la que, normalmente con infracción de una norma
procesal el órgano judicial en el curso del proceso,
impide a una parte el ejercicio el ejercicio del derecho
de defensa, privando o limitando, bien su facultad de
alegar o justificar sus derechos o intereses para que le
sean reconocidos, bien para replicar dialécticamente
las posiciones contrarias en el ejercicio indispensable
del principio de contradicción, produciendo un efecto y
real menoscabo del derecho de defensa…” (SSTC
35/1989, 14 de febrero; 52/1989, 22 de febrero; 91/2000, 30 de
marzo) (STC 681/2002, de 21 de marzo).”
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consagrado en el Art. 22.1 de LAC. Los artículos 39.2.c) y 39.4 de LAC prevén la
posibilidad de separar, cuando sea posible, la parte extra petita o la no sometida a los
árbitros, para fines de anulación de las demás disposiciones del fallo no afectadas de
tal vicio. El artículo 24.1 del RA del CRC prohíbe nuevas demandas o introducir
pretensiones nuevas, principales o reconvencionales, diferentes de las estipuladas en el
acta de misión, después de la aprobación y la firma de ésta.
Cuando los árbitros omiten pronunciarse respecto de algunas pretensiones de
las partes contenidas en el acta de misión, lo procedente es solicitar el laudo previsto
en el artículo 38.1.c) de LAC:
“El complemento del laudo respecto de peticiones
formuladas y no resueltas en él”.
Los artículos 37.4 y 37.5 del RA del CRC contemplan también esta situación,
confiriendo a las partes la potestad de solicitar al tribunal arbitral que “dicte un laudo
adicional respecto a reclamaciones formuladas en el procedimiento arbitral pero
omitidas en el laudo”.
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alojamiento y vestidos, separaciones entre marido y
mujer, tutelas, menores y sujetos a interdicción o
ausentes.
2) Causas que conciernen al orden público.
3) En general, todos aquellos conflictos que no sean
susceptibles de transacción.”
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X.- Efectos del ejercicio de la acción en nulidad.
a) Respecto del laudo incidental sobre competencia:
1.- La interposición de la demanda en nulidad contra el laudo incidental que versa
sobre excepción de incompetencia basada en la incapacidad de una de las partes en el
acuerdo de arbitraje, la inexistencia o invalidez de éste, dictado antes de discutir el
fondo (ver Infra V.1) no suspende el procedimiento arbitral, cuando los árbitros han
rechazado esta excepción, según lo dispone el artículo 20.3 de LAC.
“El tribunal arbitral podrá decidir las excepciones a que
se hace referencia en el presente artículo con carácter
previo antes de decidir el fondo. La decisión de los
árbitros sólo puede impugnarse mediante el ejercicio de
la acción en nulidad del laudo en el que se haya
adoptado. Si la decisión fuese desestimatoria de las
excepciones, el ejercicio de la acción en nulidad no
suspende el procedimiento arbitral”.
Importa señalar aquí, que éste texto legal es aplicable a los laudos incidentales
dictados en el curso del arbitraje, puesto que señala expresamente que “En todo caso,
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el procedimiento arbitral continuará.”, lo cual significa que todavía no se ha dictado el
laudo final que necesariamente desapodera a los árbitros de la controversia.
Cabe agregar además, que únicamente los laudos dictados por CRC con motivo
de los arbitrajes iniciados con posterioridad a la entrada en vigencia de LAC, a partir del
20 de diciembre de 2008, son susceptibles de ser suspendidos por el Presidente de la
Corte en Referimiento, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 46 de LAC:
“No se regirán por las disposiciones de la presente ley,
los procedimientos de arbitraje iniciados con
anterioridad a su entrada en vigor”.
3.- LAC no prevé una acción en nulidad contra el laudo arbitral que acoge la
excepción de incompetencia, probablemente en razón de que los árbitros quedan
desapoderados de la controversia o en todo caso, el arbitraje no puede proseguir.
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Por último, importa señalar que las ordenanzas dictadas por el presidente de la
Corte de Apelación competente, en materia de suspensión de ejecución de laudo, no
son objeto de recurso de casación, según lo consagra el artículo 40.4 de LAC.
XI.- Recurso contra la sentencia que versa sobre la nulidad del laudo.
1.- El artículo 40.4 de LAC prevé que la sentencia dictada por la Corte de
Apelación competente, apoderada de una acción en nulidad contra un laudo arbitral, ya
sea incidental, provisional, parcial o de fondo, es susceptible de ser recurrida en
casación.
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XIII.- Efectos del recurso de casación.
1.- El artículo 12 de la citada ley 491-08, consagra el efecto suspensivo de la
ejecución de la sentencia, excepto que la controversia sea de naturaleza laboral.
XIV.- Envío.
1.- En caso de que la sentencia sea anulada, la Suprema Corte de Justicia
enviará el asunto ante otra Corte de Apelación. En caso de que la sentencia que dicte
dicha Corte sea casada por igual motivo que la primera, ésta deberá conformarse
estrictamente con la decisión de la Suprema Corte de Justicia, en el punto de derecho
juzgado por ésta, salvo las excepciones establecidas por la ley, según lo dispone el
artículo 20 de la ley 491-08, ya indicada.
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2.- La apelación sería inadmisible si el arbitraje fué celebrado conforme al
Reglamento del Consejo de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio y
Producción de Santo Domingo, Inc., vigente a partir del 6 de mayo de 2005, cuyos
artículos 1.4 y 36.3 disponen:
“Las partes que decidan someter sus diferencias al
arbitraje institucional regido por este Reglamento,
se obligan a cumplir sin demora cualquier laudo
dictado o acuerdo que se logre. Se reputará que
tal decisión de someterse al arbitraje implica
renuncia a cualquiera de las vías de recurso a
las que puedan renunciar válidamente. Los
laudos emitidos son ejecutorios, de
cumplimiento inmediato y dictados en única y
última instancia” (Art. 1.4 RA)
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una vez ejercido el recurso de apelación en los
asuntos que proceda, la vía de la nulidad queda
descartada; que, “mutatis mutandi”, como en el
presente caso la hoy recurrente introdujo un
recurso de apelación contra el laudo arbitral y una
acción principal en nulidad del mismo, cuyos
objetivos y sustentación obviamente coinciden, es
preciso admitir que dichas acciones procesales no
pueden coexistir, por estar a riesgo y peligro de
fallos contradictorios…” (SCJ, 11 marzo 2009,
www.suprema.gov.do/.../SmithEnronVs.HoteleradelAtlantico.p
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