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El chocolate contiene phelanylethylamine PEA, sustancia natural antidepresiva q segrega

nuestro propio cuerpo en la acción de enamorarse

En promedio comemos el equivalente a 28 cerdos enteros a lo largo de la vida.

100 tazas de café tomadas en un lapso de cuatro horas pueden técnicamente causar la
muerte.

El precio de un kilo de patatas fritas es 200 veces el valor real de la patata

Las medidas de la Barbie si fuera humana serían de 99 - 56 – 84

Pedro y Luzia

La noche estiraba su manto de sombras, a través de la luna que luchaba por reemplazar
las penumbras por diáfanos rayos. Cada vez más débiles y fríos. Todo se iba tornando de
un color azulado cobalto, gélido. La escarcha se oía crujir bajo el peso mínimo de un
gnomo de barbas tan blancas como rojo su bonete, que caminaba ansioso por llegar al fin,
a su morada tibia. Aún cuando los gnomos, no sienten frío, ni temor, ni se enferman, ni
tosen, ni cuando pisan el suelo congelado se le enfrían los pies. Ellos son duendes y a los
duendes les está permitido vagar por el mundo, llevando alegría, cuentos, fantasías a
todos los chicos. Éste se llamaba Pedro, igual que las piedras, que pisaba.
En el río siempre hay piedras y al esquivarlas o saltar sobre ellas... Pedro se divertía tanto!
Que los demás duendes amigos le decían, que el era una piedra, también.
Miedo tampoco tenía, pero sí, estaba cansado. Había recorrido el bosque en busca de
frutos rojos y sabrosos que quería compartir con los suyos y la bolsa echada al hombro
pesaba mucho.

De pronto la noche le ganó a la luna y en extraño sortilegio desató una tormenta, rara,
para esa época del año. Los juncos que crecían al borde del río, se hamacaban hasta tocar
las aguas, cubiertas de hilachas heladas, que el viento hacía volar como un viejo sombrero
de alas muy anchas que se metían en los ojos de Pedro.

Éste apuró el paso y logró cruzar el río que roncaba caudaloso, debajo de la escarcha.
Comenzó a subir la cuesta con fatiga. Escuchaba a lo lejos el aullar de los lobos, junto al
rugir de la borrasca. Igual siguió su camino. No desconocía los peligros, tampoco los
ignoraba, pero era valiente nuestro pequeño héroe.

Cuando al pasar por unas matas vio a una luciérnaga que luchaba por sobrevivir al
vendaval. Bajó la bolsa y la invitó subir a ella. “Si quieres sube y entra en mi bolsa, te
llevaré a un lugar seguro”... encendió, ella su pequeña lucecita y sintió que si no aceptaba
la amabilidad de Pedro, moriría allí nomás, de un salto subió a la talega de Pedro y éste
volvió al camino. Mientras ella lo iluminaba, él cantó una hermosa canción, para que a
Luzia, se le pasara el susto. Esto pasó una noche, hace tiempo, ya.
Así nació una hermosa amistad, entre Pedro, el elfo, generoso y trabajador y Luzia, la
luciérnaga agradecida, que prestó su luz a cambio de abrigo en una noche de tormenta...

Las tres Marías

Manuel Ibarra

Sentada en el corredor de la casa,Carmen Palacios observa a sus tres hijas jugar con las
muñecas, la mayor de cuatro años es María Luisa simpre callada y muy ordenada, la
segunda es María Victoria extrovertida y con una sonrisa a flor de labios y por último esta
María Magdalena pensativa y calculadora la más inteligente de todas. Aquellas niñas eran
la alegría de la casa tal y como lo expresaba con orgullo Luis Aristimuño el padre de las
menores y quien al regresar del trabajo acostumbraba pararse en la puerta y a plena voz
preguntaba: ¿Dónde esta María.....?. y ellas corrían a su encuentro ya que siempre les
traía regalos en sus bolsillos. Los amiguitos del colegio las llamaban cariñosamente las tres
Marías, ya que siempre se les veía juntas en todas partes. Estas inseparables hermanas
acordaron un día hacer un pacto o juramento el cual cumplirían cuando fueran grandes y
se casaran, les pondrían el nombre de María a sus hijas para mantener la tradición. Con el
transcurrir de los años la primera de las hermanas que se caso fue María Luisa y al tener a
su hija le puso por nombre María Esperanza. Paso el tiempo y se caso María Victoria y
como al año siguiente tuvo una hija y le puso por nombre María Consuelo. Continuaron
pasando los años y al fin se caso María Magdalena, pero sucedió un problema ya que su
primer hijo le nació varón y no podía ponerle por nombre María para continuar la
tradición, por lo que decidió esperar, al siguiente año nació su otro hijo, el cual resulto ser
otro varón y María Magdalena lloraba desesperada al punto que decidió llamar a su
segundo hijo José María, al enterarse su anciana madre Carmen Palacios le reprocho su
aptitud diciéndole las siguientes palabras: ¡Consuelate hija, mira que tienes la esperanza
de que uno de tus hijos te de una nieta y puedes si ellos aceptan, ponerle el nombre de
María!. La pobre María Magdalena vivió hasta los noventa años de edad y casi al final de
su vida, a uno de sus hijos le nació una preciosa niña, a la cual decidieron ponerle por
nombre María Magdalena, para complacer a la anciana madre y abuela.
De la luna caía agua.

Estrella

Erase una vez al principio de los tiempos, un pueblecito llamado Silasol.


Los habitantes de Silasol eran pobres y se dedicaban a cultivar la tierra, pero había un
problema, cuando sembraban la cosecha no daba fruto, pues no tenían luz solar. Pero
también había otro problema, siempre era de noche y de la luna ¡caía agua!
Se mantenían con fuego pero tenían muy poca leña porque la luna la mojaba.
Los habitantes de Silasol estaban desesperados, no tenían ni luz ni cosecha.
Al final decidieron rezar al cielo todos los días para esperar que ocurriera un milagro.
Nada, todo seguía igual.
Hasta que un día, después de mucha esperanza, apareció en el cielo una bola de luz y calor.
Los habitantes de Silasol pensaban que no les sevicia para nada tener aquella bola si no
secaba todo lo que la luna mojaba, y además se iría.
Al día siguiente se quedaron sorprendidos al ver un día con luz. Y la cosecha había
florecido, todas las personas bailaban y cantaban dando gracias al cielo.
Y después descubrieron que aquella bola de luz salía todas las mañanas y secaba lo que la
luna mojaba.
Un dia la luna dejo de tirar agua.
Los habitantes de Silasol estaban tan contentos que decidieron poner un nombre a aquella
bola de luz y calor.
Decidieron llamarla Sol.
Desde aquel dia los habitantes del pueblecito fueron felices para siempre.

Desde aquel momento el sol sale todos los días y lo vemos siempre y lo seguimos llamando
sol al igual que le pusieron los habitantes de Silasol.

La Carreta

Manuel Ibarra

Gruesas gotas de sudor, corrían por la arrugada frente de don Lorenzo Sarmiento, llevaba
varias horas empujando la carreta por el desolado camino. las pocas personas que a esa hora
de la tarde transitaban por la vía, le miraban con extrañeza, sin embargo continuaban su
marcha sin atreverse a preguntarle nada. Pero una anciana de nombre Carmen Julia, se
detuvo a su lado y le preguntó: ¿Disculpe señor pero me puede explicar por qué usted
empuja esa carreta tan pesada y con ese burro encima?. Don Lorenzo detuvo su marcha y
arrugando el entrecejo respondió: ¡Mí doña es usted la única persona que se ha atrevido a
preguntarme esa cosa, pero mí deber de buen ciudadano es responderle, mire yo empujo
esta carreta con este pesado burro encima, porque le estoy muy agradecido, ya que por más
de veinte años, este animal me ha cargado sobre su lomo sin nunca quejarse y yo en
agradecimiento ahora que esta viejo y enfermo, lo llevo a la sabana para que se alimente y
al río para que tome agua!. Al escuchar aquella respuesta tan honesta y sincera, doña
Carmen Julia abrió los labios de par en par y una exclamación salió de su boca: ¡Caramba
señor, lo felicito, de verdad que en este mundo hay poca gente tan agradecida como usted!.
La anciana continuó su camino mientras don Lorenzo aceleró el paso empujando con fuerza
la pesada carreta.

La Aguja y el Hilo

Manuel Ibarra

Había una vez un gran mago, que vivìa en un apartado castillo en la montaña. Un día le
llegaron dos jóvenes muchachos que querían ser sus discìpulos y aprender los secretos de
su magia. Con el transcurrir de los años, el anciano mago se dio cuenta que los aprendices
tenían malas intenciones y sólo querían aprender los secretos mágicos para hacer maldades
a las personas. Entonces el gran mago decidió castigarlos, a uno de los jóvenes lo convirtió
en aguja y al otro en hilo y así estarían juntos para siempre, serían de gran utilidad para las
señoras de la casa, con ellos coserían la ropa, las sabanas y demás prendas de vestir. Una
cosa muy importante, el gran mago siempre los vigilaría, aunque de vez en cuando el
anciano mago se queda dormido y entonces la aguja aprovecha el descuido de las personas
y se clava en sus dedos provocándoles dolor mientras que el hilo es más dócil, sólo que con
el paso de los años se pone viejo y se rompe, por lo que las personas deciden entonces
cambiarlo y comprar un hilo nuevo. Desde aquellos tiempos remotos, la aguja y el hilo
viven juntos, haciendo el bien a las personas y todo gracias a la sabia decisiòn del gran
mago.

1. Si te bañas después de comer te dará un corte de digestión y


morirás
2. La Gran Muralla China es el único objeto construido por el
hombre visible desde el espacio
3. Leer con poca luz hace que te quedes ciego

5. Los camellos acumulan agua en las jorobas

6. Cuando un elefante está preparado para morir pone rumbo al


cementerio de elefantes

7. Walt Disney está criogenizado (congelado)

8. Te nace más pelo si te rapas la cabeza (y sigue creciendo


después de muerto)
10. Van Gogh cortó su oreja izquierda y se la envió por correo a
una prostituta

11. La goma de mascar permanece en el sistema digestivo durante


siete años

12. Los seres humanos solo usan un 10% del cerebro

13. Si no tomas leche te quedarás chico

14. si te tragas una se milla te crecerán ramas por las orejas y


oídos.

4. Hay que beber 2 litros de agua al día

Dichos

Frente al amor y la muerte no sirve de nada ser fuerte

El amor hace pasar el tiempo y el tiempo hace pasar el amor

El amor es ciego, pero ve a distancia

El amor más grande es el de una madre, a continuación el de un


perro y por último el de un amante

El amor es una flor demasiado preciosa para ser cortada

El amor habla incluso con los labios cerrados

Que el amor no imite las fuertes olas, numerosas pero efímeras; sea
en cambio como el agua escondida bajo la arena: parece imposible
encontrarla y se la encuentra

Ojos que no ven, corazón que no siente

El primer amor nunca se olvida

Mejor caminar con quien se ama que descansar con quien se odia
UN EJEMPLO DE MISERICORDIA
Una madre solicitó a Napoleón el perdón de su hijo. El emperador dijo que era el segundo
delito que cometía el hombre y que la justicia exigía su ejecución.
"No pido justicia", dijo la madre, "pido misericordia".
"Pero señora", respondió el emperador, "no merece misericordia alguna".
"Su excelencia", prosiguió la madre, "si se la mereciera, no sería misericordia, y
misericordia es todo lo que le pido".
"Muy bien", dijo el emperador, "tendré misericordia". Y así se salvó la vida de su hijo.

SIN PREJUICIOS
Sucedió que un presidiario de Darlington, Inglaterra, que acababa de ser puesto en
libertad, se cruzó con el alcalde John Morel en la calle. El hombre había pasado tres largos
años en la cárcel por malversación de fondos y estaba sumamente susceptible por el
ostracismo social que esperaba recibir por parte de la gente de su pueblo.
"¿Qué tal?", lo saludó el alcalde alegremente. "¡Qué gusto verlo! ¿Cómo le va?" El hombre
parecía sentirse incómodo y la conversación terminó abruptamente.
Años más tarde, por lo visto el alcalde Morel y el ex presidiario volvieron a encontrarse
por casualidad en otro pueblo, y este último le dijo:
"Quiero agradecerle lo que hizo por mí cuando salí de la cárcel".
"¿Y qué fue lo que hice?", preguntó el alcalde.
"Fue muy amable conmigo y eso transformó mi vida", respondió agradecido el hombre.

LUCHA HASTA VENCER


En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito
tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego
y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.
Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño
inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad
inferior de su cuerpo y lo llevaron de urgencia al hospital del condado.
En su cama, horriblemente quemado y semi-inconsciente, el niño oía al médico que
hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría - que era lo mejor que
podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría. De alguna manera, para
gran sorpresa del médico, sobrevivió. Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a
su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran
manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría
sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la
posibilidad de usar sus piernas.
Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido; ¡caminaría! Pero
desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas
piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta. Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no
había sensación, ni control, nada. No obstante, su determinación de caminar era más
fuerte que nunca.
Cuando no estaba en la cama, estaba confinado a una silla de ruedas. Una mañana
soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco. Ese día en lugar de
quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.
Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran
esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a
caminar. Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto
al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.
Por fin, gracias a los fervientes masajes diarios de su madre, su persistencia férrea y su
resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar
tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.
Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más
adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.
Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de que
sobreviviera, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibiulidad de correr, este joven
determinado, el Dr. Glenn Cunningham, ¡corrió el kilómetro más veloz del mundo!

TÁCTICA

Dicen que una vez, había un ciego sentado en un parque, con una gorra a sus pies y un
cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO". Un
creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en
la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro
anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. Por la tarde
el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de
billetes y monedas. El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido él quien re-
escribió su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí. El publicista le
contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".

Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:

"ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO PUEDO VERLA"

Cambiemos de TÁCTICA cuando algo no nos sale, y verás que puede que resulte mejor de
esa manera.

LA FELICIDAD DE NO DEPENDER

La historia se refiere a un individuo que se mudó de aldea, en la India, y se encontró con lo


que allí llaman un sennyasi. Este es un mendicante errante, una persona que, tras haber
alcanzado la iluminación, comprende que el mundo entero es su hogar, el cielo su techo y
Dios su Padre, que cuidará de él. Entonces se traslada de un lugar al otro. Tal como tú y yo
nos trasladaríamos de una habitación a otra de nuestro hogar.
Al encontrarse con el sennyasi, el aldeano dijo:
"¡No lo puedo creer!

Anoche soñé con usted. Soñé que el Señor me decía:

-Mañana por la mañana abandonarás la aldea, hacia las once, y te encontrarás con este
sennyasi errante- y aquí me encontré con usted."

"¿Qué más le dijo el Señor?" Preguntó el sennyasi.

Me dijo: "Si el hombre te da una piedra preciosa que posée, serás el hombre más rico del
mundo ... ¿Me daría usted la piedra?"

Entonces el sennyasi revolvió en un pequeño zurrón que llevaba y dijo:


"¿Será ésta la piedra de la cual usted hablaba?"

El aldeano no podía dar crédito a sus ojos, porque era un diamante, el diamante más
grande del mundo. "¿Podría quedármelo?"

"Por supuesto, puede conservarlo; lo encontré en un bosque. Es para usted."

Siguió su camino y se sentó bajo un árbol, en las afueras de la aldea. El aldeano tomó el
diamante y ¡qué inmensa fue su dicha! Como lo es la nuestra el día en que obtenemos
algo que realmente deseamos.

El aldeano en vez de ir a su hogar, se sentó bajo un árbol y permaneció todo el día


sentado, sumido en meditación.

Al caer la tarde, se dirigió al árbol bajo el cual estaba sentado el sennyasi, le devolvió a
éste el diamante y dijo: "¿Podría hacerme un favor?"

"¿Cuál?" le pregunto el sennyasi.

"Podría darme la riqueza que le permite a usted deshacerse de esta piedra preciosa tan
fácilmente?"

El Mercado Común del Sur (Mercosur)

Triángulo del Norte Centroamericano

Nombre con el que se conoce a tres países de Centroamérica en función de su integración


económica, a saber, Guatemala, Honduras y El Salvador. Tienen firmados acuerdos
comerciales tanto con México como con los Estados Unidos. El acuerdo con México tiene
además el antecedente del Plan Puebla Panamá.

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