Hoja parroquial - JESUCRISTO, REY
Finalizamos el afio litargico, celebrando Ia fiesta de
Jesucristo, Rey del Universo. En realidad
celebramos lo mismo que todos los domingos en
la eucaristia: la muerte y resurreccién del Seftor.
Pues por su resurreccién esté a la diestra del
Padre y es Rey del Universo. Pero esta fiesta no
significa que celebremos nada que tenga que ver
con reinos de este mundo, con poder, grandeza,
dominacién: Todo lo contrario, es una fiesta de
fraternidad, de solidaridad, de amor. Jesis es la
verdad y no se impone por la fuerza, sino por
amor, libremente.
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fun-
dar todas las cosas en tu Hijo amado, Rey de! Uni-
verso, haz que toda la creacién, liberada de la es-
clavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glori-
fique sin fin. Por nuestro Sefior.
Primera lectura. En Israel, el rey da cohesién y di-
rije la comunidad nacional. En la Iglesia, es el Espiritu
de Jesiis quien cumple este papel.
2 SAMUEL 5,1-3; En aquellos dias, todas las tribus de Israel
fueron a Hebron a ver a David y le cijeron:
ald de ltee Ader, el Ser te ha prometido: «Tu serss
el pastor de mi pueblo, israel, tu seras el jefe de Israel».
Pa ra lal lee se i RTI
yi ‘David hizo con ellos un pacto, en Hebron, en presencia
tal Sshor,yelos ungieron a David como rey de lack
Salmo responsorial Qué alegria cuando me dijeron:
« Vamos a la casa del Seftor»
Segunda lectura. El reino de Dios no es un mero
organizar con justicia este mundo. Va mucho mis alla.
Vencido el pecado, llega hasta la plena felicidad de todo
hombre.
COLOSENSES 1,12-20
Eles anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Eles también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Eles el principio, el prmogénito de entre los muertos, y asi
es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él guiso Dios reconciliar consigo todos los seres:
os del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la
sangre de su cruz.
SU REINO NO TENDRA FIN
Evangelio. La aparente derrota del crucificado pro-
voca la burla de los violentos. Pero el camino de la
salvacién queda abierto a todos los hombres
LUCAS 23, 35-43
En aquel tiempo, las autoridades y el pueblo hacian
muecas a Jesus, diciendo: