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ACERCA DE…

La Generación Comprometida fue una generación literaria surgida en El Salvador durante la


década de 1950. La denominación de "comprometida" fue acuñada por el poeta Italo López
Vallecillos, influenciado por el pensamiento sartreano. Tuvo dos etapas: la primera, con el
núcleo fundacional compuesto por el propio López Vallecillos, Irma Lanzas, Waldo Chávez
Velasco, Álvaro Menen Desleal, Eugenio Martínez Orantes y otros. La segunda, con el
surgimiento en 1956 del Círculo Literario Universitario, fundado en la Facultad de Derecho de
la Universidad de El Salvador. El Círculo integró a los poetas Roque Dalton, Roberto Armijo,
José Roberto Cea, Manlio Argueta y Tirso Canales. Armijo, Cea, Argueta, Canales y el poeta
Alfonso Kijadurías dirigieron, durante la década de los 60 hasta 1979 la revista cultural titulada
La Pájara Pinta.

Rpresentantes de la Generación Comprometida:

 Álvaro Menéndez Leal (también conocido como Menen Desleal)


 Oswaldo Escobar Velado
 Italo López Vallecillos
 Waldo Chávez Velasco
 Irma Lanzas
 Eugenio Martínez Orantes
 Ricardo Bogrand
 Armando López Muñoz
 Mercedes Durand
 Roque Dalton
 Manlio Argueta
 José Roberto Cea
 Roberto Armijo
 Tirso Canales
ANEXO

TESTIMONIO… orígenes de la generación comprometida..

Carlos Sandoval*
Sábado, 18 de Agosto de 2007
Por un capricho de la vida, por un absurdo de la historia, surgió en El Salvador por el
año de 1956 la mal llamada "Generación comprometida". Como tengo alguna
responsabilidad en su gestación, creo conveniente relatar, una vez más, las
circunstancias que determinaron su nacimiento. Pues se trata de uno de los tantos mitos
que irrumpen en nuestra cultura.

Cuando regresé de México en 1956, tras cursar estudios de filosofía y derecho en la


UNAM, traje varias cajas de cartón repletas de libros, y entre estos venía ¿Qué es la
literatura?, de Jean Paul Sartre. En un cuarto situado sobre la Calle Concepción, cerca
de la llamada Esquina de la Muerte, le comenté a Ítalo López Vallecillos sobre el
impacto que había causado dicho libro en el mundo literario. En el expone su autor,
desdoblado en tres preguntas ¿Qué es escribir? ¿Por qué escribir? y ¿Para quién se
escribe?, la doctrina de la literatura comprometida. La lectura se circunscribió, única y
exclusivamente, a la Presentación en donde Sartre enuncia las siguientes tesis: el
escritor vive en situación y, por consiguiente, es responsable de su tiempo y la literatura
comprometida debe volver a ser lo que nunca debió dejar de ser: una función social.

Cuál fue mi sorpresa cuando meses después apareció en la revista Hoja, un artículo de
Ítalo López Vallecillos titulado: "La generación comprometida", de clara tónica
sartreana. Como la revista era de escasa circulación --unos 200 ejemplares-- es posible
que dicho artículo no hubiera trascendido. Pero quiso la casualidad que Juan Felipe
Toruño informara en su libro Desarrollo Literario de El Salvador (1957), sobre el
nacimiento de la "nueva generación literaria". Esto fue suficiente para que trascendiera
a la historia de la literatura nacional.

En la revista Hoja --de efímera vida-- colaboraban, entre muchos otros, René Arteaga,
Eugenio Martínez Orantes, Roque Dalton, Álvaro Menéndez Leal, José Enrique Silva,
Camilo Minero, Ricardo Bogrand, Ítalo López Vallecillos y quien esto escribe. Las
reuniones las efectuábamos en el Café Izalco, pero no para hablar de literatura, sino para
comentar los sucesos cotidianos entre la espuma de cerveza cruda y el humo de los
cigarrillos "Embajadores". Nunca faltaba en esa reunión el cuentista y novelista
colombiano Manuel Mejía Vallejo. El mantuvo la columna literaria CONTRAPUNTO
en El Diario de Hoy, bajo el pseudónimo de Naután. Lamentablemente cuando llegué a
Bogota hace un año, me enteré de su fallecimiento en Medellín. En los paliques del
Café Izalco nunca se habló ni de manifiestos literarios, ni de doctrinas estéticas, ni de
generaciones comprometidas.

Ítalo, Roque y yo trabajábamos por esa época en el diario El Independiente de Jorge


Pinto. Roque como columnista bajo el pseudónimo de Sukarno, Italo como gerente y yo
como editorialista. Pero el diario quebró e Ítalo se fue a la UES como director de la
Dirección de Publicaciones, en donde ya existía el Círculo Literario Universitario,
integrado por Roque, Argueta y Cea. Posteriormente estos dos últimos se apropiaron del
nombre "Generación comprometida", gracias al espaldarazo que le había dado Toruño.
Pero sus miembros nunca conocieron ni la filosofía de Sartre ni su obra literaria, como
lo reconocería Roque en su novela Pobrecito poeta que era yo. "Ni siquiera hemos leído
El Muro", confiesa.

En verdad, el ícono de los "comprometidos" era el Neruda de "España en el corazón"


(1936) y la doctrina del realismo socialista, una estética fundada por Zhdánov en 1934,
en donde los poetas debían cantarle al trabajo, a la fábrica, al koljós y al comunismo. Lo
demás era arte burgués.

El creador de la generación comprometida fue Toruño, por un lamentable error de


crítica literaria.

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