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Hace muchos años, cuando los dioses que habitaban en el Olimpo bajaban a la
tierra para vivir cerca de los mortales, Atenea diosas de la guerra y la sabiduría,
decidió bajar a la ciudad la cual había sido erigida en su honor, tomó la forma de la
sierva del rey Egeo, gobernante de Atenas, quien al ver la belleza de esta mujer
se enamoro de ella, desconociendo de quien se trataba en realidad y viendo la
diosa que los sentimientos de Egeo eran sinceros tuvieron amoríos quedando
esta embarazada pero sin que él se diera cuenta de ello, Atenea despareció sin
que el rey pudiera hallarla dando a luz un hijo a quien puso por nombre Teseo.
Cuando el poderoso Zeus, padre de Atenea se dio cuenta de lo que su hija había
hecho y le ordeno abandonar al niño y regresar al Olimpo para recibir su castigo,
sabiendo la diosa que si dejaba al niño en manos del rey, seria presa fácil para
que la cólera del señor del cielo lo alcanzara, así que dejo al niño al cuidado de
una leona quien se encargaría de protegerlo y alimentarlo, además junto a ella
crecería fuerte y sabría como enfrentar toda clase de peligros.
Cuando Atenea volvió al monte sagrado Zeus la esperaba junto con hades, para
que este la encerrara en el infierno del Cocito, el cual estaba resguardado por
Cerbero y un candado cerraba la puerta cuya llave estaba en manos del dios de
infierno y la otra manera de abrirlo era con la espada de Heracles capaz de
romper todo a su paso y estaba resguardada en el laberinto del Minotauro.
Para realizar tan difícil tarea, Apolo le sugirió que fuera de prisa al puerto, donde
hallaría a un hombre llamado Telémaco y con su ayuda podría llegar a la ciudad
perteneciente al rey Minos, padrastro del Minotauro.
Al interior del laberinto Teseo fue encontrando los cráneos y huesos de esos
pobres desagraciados que el Minotauro se había comido, lo cual le hizo sentir
miedo, pero su naturaleza de héroe lo obligaba a continuar con su misión.
Después de haber vagado por el laberinto durante una hora llegó a una gran sala
donde se encontraba la bestia se encontraba durmiendo la bestia y cerca de ella
se encontraba la espada de Heracles rodeada de un gran circulo de fuego.
Ahora deberían hacer el viaje hasta la gran montaña de fuego, en donde había
una entrada que permitía llegar al rio Aqueronte, el cual para cruzarlo había que
montar sobre una barca conducida por Caronte quien se encarga de llevar las
almas al inframundo, pero para eso debía morir, así que debía ingeniarse la forma
de engañar al barquero, Telémaco recordando como una vez Ulises cambio su
apariencia al regresar de Ítaca gracias a un yelmo que Atenea le regalo, viajaron
hasta su casa y pidió prestado a su padre el casco y se lo llevaron consigo, para
utilizarlo solo debía pensar que apariencia quería tener.
Al llegar a la entrada Teseo recordó que la única que la única persona que tenia
permitido entrar allí sin estar muerto era Orfeo que con su lira deleitaba a Hades,
colocándose el yelmo tomo la figura de Orfeo, despidiéndose de Telémaco se
adentro en la montaña y llego hasta donde estaba Caronte y este al verlo lo invito
a subir y mientras viajaba Teseo tocaba la lira para que no sospechara nada el
barquero, después de dejar la barca se dirigió a las puertas de Cocito, las cuales
estaban custodiadas por Cerbero, y antes que lo viera comenzó a tocar una
melodía con el fin de dormir al perro de las tres cabezas, el cual cayó como piedra
en pozo al escuchar las dulces notas.
Al llegar allá Zeus abrazo a Atenea y le dijo que ahora si podía aceptar a Teseo
como un semi dios por haber actuado con valentía y ahora era aceptado allí.