de Elmúdesi Movimiento Familiar Cristiano Instituto de la Familia
MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO
46 AÑOS TRABAJANDO CON Y POR LA FAMILIA DOMINICANA
Hoy es un gran día para el Movimiento Familiar Cristiano en República Dominicana.
Estamos de cumpleaños. Pues a pesar de que desde el 1962 recibimos al Rev. Padre Pedro Richards, (Q.E.P.D) y a la pareja uruguaya Federico y Hortensia Soneira, y se comenzó a hablar de la importancia que tiene la familia, por ser la primera célula de la sociedad, y ser agente de cambio de esa misma sociedad, no es hasta el 1964 cuando nuestra Iglesia nos reconoce como movimiento apostólico en nuestro País. El MFC, ha sido pionero de la Pastoral Familiar y estamos felices de haber renacido como el Ave Fénix después de un breve letargo, por una serie de factores, que no vienen al caso. La verdad es que tenemos presencia en cinco Diócesis del País, y esperamos que para el año que viene, en que celebramos los 500 años de la Arquidiócesis de Santo Domingo, y de la Diócesis de La Vega, estemos en las demás Diócesis. Nuestra Visión es ser: Familia Comunidad de Vida y Amor. Nuestra Misión es Capacitar a las familias (directamente a las que integran el Movimiento, indirectamente a otras) para que realicen sus valores esenciales; es decir, para que sean en medio de la sociedad una comunidad de amor, signo sacramental, la cual forma personas, educa en la fe y promueve el desarrollo integral de sus miembros. Es decir, tiene como misión, educar para el amor y para que la familia lo asuma como compromiso. Su Carisma, es la valoración del concepto del amor conyugal, por tanto, la espiritualidad de los casados o su camino de santidad. Redescubrir la vocación matrimonial y su llamada a la salvación en el estado propio de los casados. El trabajar en pareja de casados en un Movimiento de laicos fue una nueva modalidad en el apostolado. Esto trajo además la valoración de la mujer como persona, pues en el MFC siempre fue esencial la conciencia de igualdad de hombre y mujer y por esto los cargos y responsabilidades son compartidos. El Movimiento Familiar Cristiano adquirió personalidad jurídica por decreto No. 1260 del Presidente de la República en el 1971, y somos reconocidos por El Pontificio Consejo para los Laicos como Asociación Internacional de Fieles de Derecho Privado, según los cánones 298 a 312 y 321 a 330 del Código de Derecho Canónico en el 1989. El Movimiento Familiar Cristiano, no es un movimiento de masas, es una Escuela de Formación de familias para vivir su objetivo general: La Evangelización y Promoción de la Familia, desarrollando sus valores humanos y cristianos, a fin de capacitarla para cumplir su Misión. Ayuda a las parejas de novios en su adecuada preparación para el Matrimonio Sacramento, promoviendo sus actividades apostólicas. Suministra a la juventud servicios de orientación para la vida, especialmente en el orden vocacional, familiar y recreativo. Promueve a las familias incompletas la vida cristiana, ayudándolas en la educación de sus miembros y promoviendo sus valores humanos y cristianos. Hoy gracias a Dios, parejas que han salido de esta escuela están trabajando en parroquias, otros movimientos y en otros ambientes de nuestra sociedad. El MFC fundó el Instituto de la Familia, a través de un equipo de formación que ya llevaba reuniéndose por más de 20 años, que ha sido un instrumento maravilloso en nuestra sociedad, siendo el primero en detectar el abuso infantil en nuestro país, por lo que continúa trabajando en la prevención de todo tipo de abuso, en niños, niñas y adolescentes, y en la prevención de la violencia intrafamiliar, con varios programas que ya son conocidos por toda la sociedad. En el MFC sus fundadores aprendieron a asumir un compromiso de servicio a la persona y a la familia en el contexto actual, desde la fe, y de ver la importancia de poner en acción, la fe. El MFC involucra a la pareja en su trabajo apostólico, actuando al unísono, aunque respetándose como personas únicas e irrepetibles. Es el matrimonio formado por un hombre y una mujer, el que asume la misión evangelizadora de las demás familias, asegurando su vitalidad y comprometiéndola a ser generadora de cambios de estructura en nuestra sociedad. Es la pareja la que comprende lo que es ser Iglesia Doméstica “llamada a santificarse y a santificar a la comunidad eclesial y al mundo”. (Familiaris Consortio No. 55) Es un movimiento que nos enseña a ser sujeto de nuestro propio desarrollo educando a nuestros hijos con amor para que a su vez éstos practiquen los valores humanos y cristianos de toda relación interpersonal, con un sentido de justicia y de solidaridad hacía los más necesitados. Es decir, los dos “deben” estar en una “misma onda”. Ahí está la mayor dificultad. Aprender a crecer juntos en una misma fe, cuando lo que abunda es el individualismo. Hoy damos gracias a Dios por este maravilloso instrumento de evangelización que ha ayudado a tantas familias a asumir su misión de ser fermento de una sociedad que cada día necesita más de familias que sean testimonio de vida y reflejen el Amor de Dios, que continúa actuando en la tierra. Amén