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de
historia
del arte.
Nombre: Franco Nicolás Marín Céspedes. Arquitectura
Asignatura: Historia del arte moderno.
en hierro.
LA ARQUITECTURA DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: S. XIX
El primer país que utilizó el hierro como material de construcción fue Inglaterra, que en el
S. XVIII estaba a la cabeza de la industrialización. Las condiciones materiales para dicho empleo se
produjeron cuando, hacia mediados del siglo, se comenzó la producción industrial del hierro.
Aunque en la primera mitad del S. XIX el hierro se utiliza sólo esporádicamente, y además
sin una finalidad claramente estética, su aplicación ocupa un lugar principal en los problemas
teórico-artísticos de los arquitectos. El sector más conservador juzga con abierto escepticismo sus
posibilidades en el dominio arquitectónico. El hecho de que la construcción de hierro esté deter
minada sólo por una idea utilitaria supone, en opinión de los críticos, su imperfección. (...)
Frente a esta duda sobre la fuerza de expresión poética de la construcción pura, planteada
en todas partes, que reprocha al hierro su brutal fealdad, pronto surgieron defensores
apasionados de las posibilidades del nuevo material. (...)
Los edificios surgidos hacia mediados de siglo ya dejan entrever las posibilidades y los
límites estructurales que el nuevo material proporciona al constructor. El hierro es más material
de construcción que de edificación; a sus propiedades materiales no corresponde, como en la
piedra, el volumen plástico cerrado, sino el elemento en forma de barra. (...) Las primeras
estructuras de hierro colado son aplicadas al interior de los edificios por lo que desaparecen los
muros de separación,... La preocupación por imponer el hierro también en el muro exterior,
teórica y formalmente, tenía que buscar el acompañamiento de un material cuya lisura
completara su carácter de armazón: el cristal. En combinación con éste, el hierro pudo conquistar
también el muro externo, con lo cual el puro principio constructivo se consiguió aplicar, asimismo,
al caparazón del edificio. (...)
(...) Una consecuencia más de esta manera de construir fue el cambio de los valores
tradicionales, es decir, la desvalorización estructural del muro externo del edificio en favor del
armazón interno sustentante. (...). La carga está sustentada por el esqueleto de hierro; el muro
exterior es “cortina” no sustentante, integrada por una red romboidal de barras férreas. Las zonas
de este retículo visible de superficie están rellenadas con ladrillos huecos de colores. (...) Las
primeras construcciones cuyos creadores se liberan totalmente del convencionalismo de la
fachada antepuesta y transfieren al hierro, junto al dominio estructural, también el
exclusivamente formal, sur gen en Inglaterra (...). Nuevas creaciones arquitectónicas como el
invernadero o la nave de exposición abrían el camino a otras posibilidades de expresión del hierro,
concretamente la pared exterior curvada. Posibilidades de construcción que la edificación por
volúmenes sólo había utilizado en el dominio de la cúpula, encuentran aplicación ahora en todo el
edificio.
En la segunda mitad del siglo Inglaterra cede a Francia el papel de vanguardia en la
construcción de hierro. (...). Las dos cumbres de la construcción en acero del S. XIX surgieron en el
recinto de la Exposición Mundial de París de 1889: la galería de las máquinas, de Dutert y
Contamin y la Torre de Eiffel.
La Torre Eiffel.
Situado en los Campos Elíseos y el VIII, en un entorno monumental formado también por el Petit
Palais y el Puente Alejandro III. Destacado por el estilo ecléctico de su arquitectura, el
acristalamiento de su cubierta y su estructura de hierro y acero vista, el Grand Palais comenzó a
construirse en 1897 para la Exposición universal celebrada en 1900, tras un complejo proceso de
gestación en el que participaron varios arquitectos. Se realizan diferentes eventos (encuentros
culturales, conciertos, desfiles de moda).
La Bolsa de Amsterdam de Petrus Berlage.
En París (1843-1850), fue el primer edificio público que utilizó una estructura metálica que iba
desde los cimientos hasta la cubierta. De planta longitudinal, la bóveda de cristal era sostenida por
arcos de hierro que descansaban sobre columnas de hierro, lo que permitía abrir grandes
ventanales laterales para conseguir una iluminación natural. Mientras que su interior deja ver la
estructura metálica, su aspecto exterior se enmascaró. Su arquitecto fue Labrouste, y aunque el
exterior es un revival renacentista, en el interior deja que podamos ver toda la estructura
metálica.
El palacio ha llegado a nuestros días tal y como su arquitecto, Enrique Repulles, lo realizo. Sus
salones más emblemáticos, su rica y curiosa decoración cargada de símbolos hacen que
generación tras generación conozca, comprenda y valore lo que realmente es la esencia de una
relación comercial especial, como es la bursátil.
EDIFICIO CHILQUINTA.
Después del terremoto de 1906, la familia Hucke decidió levantar su fábrica de chocolates, en un
edificio que perdurara. Es así como realizaron una construcción utilizando la entonces tecnología
del acero, para que de esta manera tuvieran una casa que protegiera para siempre el floreciente
quehacer de la industria familiar. La estructura de la construcción fue traída por la Hucke desde
Europa, era una especie de mecano que se trajo en buque por partes y luego se armó en su actual
ubicación, procedimiento que era común en esa época.
Actualmente y desde el año 1990, el edificio es ocupado y utilizado por Chilquinta, empresa que
distribuye el servicio de electricidad en la Región. Esta organización mejoró la estructura en
general del edificio de cinco pisos, se reforzaron los pisos y muros, y su interior fue sometido a
profundas transformaciones para adecuarlo a los requerimientos de Chilquinta, como es crear los
espacios para habilitar oficinas en un estilo moderno y funcional, además de la instalación de un
equipo de comunicaciones que incluye sistema computacional, de fax y central telefónica.
Construido por el arquitecto chileno Juan Sabbagh, este edificio de carácter educativo se ha
convertido en símbolo de la renovación del área portuaria de Valparaíso.
El edificio está concebido en tres bloques, dos paralelos de cuatro niveles y otro perpendicular de
tres, que generan una plaza cubierta de cristal liberada de los bordes, para mantener el contacto
directo con el exterior. Este patio central, eje del proyecto, se integra a la avenida Brasil a partir de
un balcón y una terraza.