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de tal comunidad biomédica es

más dificultosa de lo que se supo-

✍ ne aprioristícamente a partir del,


también, modelo ideal de comu-
nidad científica.
Antes de entrar en materia no
está de sobra ofrecer alguna infor-
mación sobre la investigación lle-
La antropología de la ciencia: vada a cabo por una antropóloga y
una psicóloga sociales, empeñadas,

¿llegó para quedarse? como ellas dicen, en hacer “una


contribución a la sociología de la
ciencia en América Latina” (p. 11),
LUIS VÁZQUEZ LEÓN* declaración de principios que nos
pone sobre la pista de su concep-
ción teórica funcionalista de fondo.
Ello, por cierto, no desmerece la a-
La traducción al inglés de la obra es claro que la revisión bibliográfi-
firmación anterior. En efecto, los
de Jacqueline Fortes y Larissa A. ca provista no es del todo exhaus-
estudios de la socialización de
Lomnitz La formación del científico tiva (González, et al., 1995).
los científicos ha sido un aspecto
en México. Adquiriendo una nueva Aparte de algunas diferencias
largamente descuidado tanto por
identidad, originalmente publicada terminológicas, la traducción en
la sociología mertoniana como
en español en 1991 y ahora dispo- cuestión se diferencia de la versión
por sus revisores posteriores. Las
nible para un público más amplio original en que las autoras han
contribuciones más cercanas
bajo un título algo distinto,1 nos agregado una breve introducción
vienen de la sociología de la edu-
obliga a emprender esta reseña re- que obviamente está orientada a
cación sobre todo. Como tal, la in-
flexiva en torno de una obra que en mejorar la comprensión del lector
dagación fue realizada entre 1974
su momento pasamos por alto in- ajeno a la actividad científica en
y 1980, aunque las cifras de sus
excusablemente. En descargo de México. Las diferencias de título y
cuadros denotan una puesta al
tal falta conviene establecer de en- subtítulo en cambio son más que
día, al menos hasta 1990.3 Ope-
trada que acaso lo más significativo léxicas. De hecho, me inclino a
rativamente, la investigación echó
de su traducción sea que nos obli- pensar que el segundo nombre
mano tanto de procedimientos
gue a deplorar el hecho de que, en apunta con mayor claridad hacia
cualitativos (etnográficos y psico-
la antropología social mexicana, el problema central planteado,
lógicos) como cuantitativos. Por su
por tradición seamos decididos aunque éste sea de apariencia se-
magnitud, destaca la aplicación de
consumidores de literatura escri- cundaria: el reto de crear una co-
350 entrevistas abiertas hechas al
ta en otros idiomas, siendo raro el munidad científica en un país sub-
parejo de una serie de tests orien-
fenómeno contrario. Ligado a ello desarrollado. Adquirir la identidad
tados a un grupo de 17 estudiantes,
está el hecho sobresaliente de que científica mediante cierto proceso
si bien 31 maestros fueron asimis-
se trata de una contribución reali- de socialización (el Programa de Li-
mo observados. A lo largo de seis
zada por una destacada colega al cenciatura en Investigación Biomé-
años se estudió el proceso de asi-
incipiente campo de antropología dica Básica —IIB— en la Facultad
milación de los tres primeros
de la ciencia, un campo en pleno de Ciencias de la UNAM) viene a
cohortes de estudiantes que par-
crecimiento pero donde campea ser una sola de las maneras de res-
ticiparon en este programa expe-
la notoria ausencia de estudios ponder a tal reto. Qué tanto se lo-
rimental de formación de investi-
hechos en países subdesarrolla- gre es materia de reflexión, si bien
gadores desde las primeras fases
dos. Un trabajo panorámico re- las autoras se inclinan por darnos
de entrenamiento científico.4
ciente, por ejemplo, ha omitido citar una respuesta afirmativa. Con
Relacionado con este proceso,
la obra aquí reseñada a pesar de todo, trabajos previos de Lomnitz2
uno de los aportes más encomiables
estar disponible en inglés, si bien dejan entrever que la constitución
de ambas autoras es la postulación
weberiana de un tipo de científico
* Investigador, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología ideal, que en realidad piensan
Social (CIESAS), Occidente. que se trata de toda una ideología
La antropología de la ciencia: ¿llegó para quedarse?

científica expresada en el ethos de Sería este modelo el que adquiri- crítica siempre me ha parecido una
los maestros del programa (todos rían los estudiantes como pasa- excelente defensa del programa
ellos investigadores de alto nivel porte de identidad a la comunidad funcionalista de la sociología de la
del IIB), esto es, un carácter com- biomédica. Mas si las autoras con- ciencia, pero se le ha subestima-
puesto de normas y valores que vierten al tipo ideal en ideología es do hasta entre sus propios prac-
sería traspasado a los científicos porque aprecian que los investi- ticantes.
en ciernes mediante el aprendi- gadores-docentes no se restringen En el estudio de Fortes y Lom-
zaje, más que en la enseñanza. La a comunicarlo sino que les sirve a nitz la ideología científica es total-
enseñanza de conocimientos, mé- ellos mismos para actuar el papel mente congruente con la institucio-
todo y técnicas es necesaria para de científicos plenos. Por alguna nalidad de socialización y presun-
crear al científico efectivo, pero razón desconocida, mucho de este tamente también de investigación.
ellas aducen que no es suficiente; comportamiento es soslayado por Sostener que todas las transgre-
se necesita compartir dicha ideo- las autoras. Pareciera como si el siones al código de conducta son,
logía prescriptiva. El reto en un tipo ideal les fuera sólo importante además de extrañas, siempre solu-
país como México es cómo, a pesar como artificio valorativo y norma- cionadas por mecanismos psico-
de sus crónicos problemas de finan- tivo, a lo más como auxiliar lógico, sociales, es una manera indirecta
ciamiento a la investigación básica, no así como recurso explicativo de de decir que Merton estaba en lo
se puede ser científico sin morir en la acción social, es decir, tal como correcto. En este caso, el modelo
el intento. Porque, sin una motiva- Weber lo utilizaba.6 Con todo, el de científico ideal es comunicado e
ción poderosa duramente interio- asunto trasciende su desapego a la interiorizado sin problemas.
rizada, difícilmente se puede ser sociología comprensiva. Lo que me Según explican, su adquisición
científico a pesar de todas sus in- interesa subrayar con Thuillier es ocurre completamente hacia el
conveniencias. Así vistas las cosas, que “Podría ocurrir que la ciencia cuarto año del programa, que es
la funcionalidad de tal ideología ideal sirviera de coartada para cuando el estudiante está plena-
parece garantizada. No obstante, sobrevalorar la ciencia efectiva”. Y, mente integrado a la comunidad
cabría dudar de tal consistencia en ese sentido, el tipo ideal podría del IIB. Si antes echamos en falta
entre lo real y lo ideal. Para iniciar iluminar tanto el ethos como el el estudio del comportamiento es
diré que el conceptuarle como ideo- pathos del investigador biomédi- justo porque se da por supuesta
logía puede no ser la manera más co. La idea no es nueva, y por su la adecuada interacción entre la
indicada de apreciar el fenómeno, origen no es nada sospechosa de fe organización de la investigación
pues se presta a confusiones con iconoclasta. Habrá que recordar —y el proceso mismo de investi-
la ideologización deveras cientifista que una estrategia similar fue gar— y su contraparte educativa.
(también conocida como cientismo sugerida por Norman W. Storer, A la vez, lo que sí se facilita al lector
o cientificismo) descrita por otros cuando en los setentas salió en son constructos psicológicos adi-
autores para referirse a la carga defensa de los imperativos institu- cionales como una “estructura de
prejuiciada de la ciencia en su con- cionales de la ciencia, tal como control” (responsable de forjar una
texto sociocultural, si bien es claro Merton los postulaba, y que eran disciplina mental y de restricción
que muchos científicos la compar- asimismo un ethos de prescrip- emocional) y, funcionalmente, una
ten por igual. Cabe advertir de ciones morales y técnicas. Enton- serie de “procesos liberadores” que
paso que el cientismo también su- ces se cuestionaba precisamente permiten disipar las tensiones de
pone una ciencia ideal y un proyecto qué tanto la conducta cotidiana de los controles. De esta manera dan
científico ideal. Pero los más lúci- los científicos era guiada por una cuenta de la “paradoja de Ravetz”,
dos de sus partidarios siguen estructura normativa semejante, que plantea cómo “una actividad
considerando que si la esencia de cuando abundaban pruebas de creativa, subjetiva, intensamente
la ciencia es la duda, la de la ideo- violaciones o desviaciones fre- personal como la ciencia” se con-
logía es la creencia.5 cuentes. Para Storer (1977: 23) era vierte en “un conocimiento imper-
Para postular el tipo ideal de pertinente una contrastación de la sonal, objetivo” (citado por Krohn,
científico biomédico, Fortes y ciencia ideal y la ciencia efectiva: 1980: viii). Pero tanta es la con-
Lomnitz dedujeron de sus copiosas “El problema teórico consiste en gruencia normativa aducida que
entrevistas las normas y valores identificar las condiciones en que inevitablemente crea la sensación
que modelan un científico fáusti- la conducta tiende a ajustarse a las de que tales “procesos liberadores”
co, imparcial, objetivo, metódico, normas o apartarse de ellas y son inclusive más coercitivos que
verdadero y bueno por añadidura. promover su cambio”. Su contra- los propios controles, pues son la

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Luis Vázquez León

piedra filosofal que convierte lo atribuible el que en numerosos pa- nitz, 1972: 53). Visto como totali-
emocional en racional y lo intui- sajes se citen problemas de adap- dad el fenómeno, uno no puede por
tivo en objetivo. La intolerancia, el tación de estos estudiantes a las menos que preguntarse si no hay
desorden y la envidia son a su vez instituciones extrauniversitarias, una relación de interdependencia
mutados en escepticismo, compe- lo que bien podría reinterpretarse entre la ciencia biomédica efectiva
tencia y disposición crítica. De ser como una socialización que co- y la ciencia biomédica ideal, al
completamente así, es dable afir- rresponde sólo a la organización menos no como lo sugieren ellas
mar que esta estructura normativa singular que la despliega. En ese sino como un ocultamiento del co-
de bases ideales es altamente ho- sentido, habría que preguntarse si mienzo de sus debilidades reales,
moestática. el proceso de identificación está al tiempo que se presenta una ima-
Empero, la etnografía que tam- tan ajustado al programa de licen- gen ideal de una disciplina digna
bién se trabajó a lo largo del amplio ciatura como se sugiere, ya que, del más profundo compromiso.
estudio parece brindar algunas evi- por sus propias cifras, da la im- Suena a engaño, pero a mí me pa-
dencias de falseación (popperiana). presión de que el modelo integral rece una estrategia óptima para
Ellas mencionan precisamente que del IIB ha tenido mayor eficacia en un juego muy serio, nada menos
hacia la fase terminal del entrena- sus programas de maestría y de que forjar una comunidad científi-
miento es cuando se permite al doctorado, que son los demográfi- ca realmente existente.
novel investigador conocer las de- camente más numerosos.8 Tenga razón o no, el reto sigue
bilidades e incongruencias de sus Esto nos lleva directo al IIB y a siendo cómo crear una comunidad
maestros, otrora encarnaciones del su constitución como “comunidad científica en un contexto compe-
modelo. Hasta entonces pueden orientada a la producción de co- titivo o no cooperativo de ciencia
compartir con ellos una misma nocimiento”, justo como ellas lo académica. Así las cosas, hubiese
condición humana que antes debió describen en la página 73. Empero, sido deseable que Fortes y Lomnitz
ser ocultada. Aceptar dicha discor- recuerdo que cuando Lomnitz co- hubieran dedicado la introducción
dancia sería signo de maduración. menzó sus indagaciones en 1972, de su segunda edición a contrastar
Así y todo, la asimilación del tipo fue porque se esperaba de ella un su investigación de catorce años
ideal habrá funcionado en su co- diagnóstico de un instituto frac- atrás con los resultados actuales
metido. Se habrá adquirido una cionado y pleno de problemas obtenidos por el programa, así
identidad inducida, incluso al alto (Lomnitz, 1984: 215). La metáfora como con la trayectoria activa de
costo de vivir en adelante presa de médica aplicada no era accidental los miembros de esas tres prime-
una disgregación interminable. puesto que en sus otros trabajos ras generaciones. Por lo que Lom-
“Esto implica —concluyen las au- Lomnitz deja ver con claridad que nitz ha apuntado en otros traba-
toras— vivir una tensión perma- el instituto está escindido en dos jos, el IIB deveras ha forjado masas
nente en la cual el individuo vive grupos antagónicos. Bajo esa sig- críticas y una visibilidad creciente
aspirando el logro y el miedo de nificativa condicionante política, en sus patrones de publicación.9
caer en el abismo de la imperfec- sus investigadores se comportaban Tan llamativo logro no se puede
ción” (p. 156). Semejante conclu- con una evidente falta de sentido negar. De hecho, podría tomársele
sión podrá ser todo lo cartesiana de cuerpo. Pero lo que es más tras- como confirmación de la funciona-
que se quiera, pero es una acepta- cendente es que la organización de lidad del modelo de biomédico ideal
ción de que las pasiones, lejos de la investigación —constituida por o de excelencia. Sin embargo, es
haber sido controladas y disipa- 71 investigadores y 46 grupos de justamente el mismo logro el que
das, se han avivado, aunque se les trabajo que semejan ser familias no concilia con la realidad de la
niegue y disimule de alguna ma- bajo un tutor— no sólo impedía la ciencia como mercancía. Hace
nera. Desde luego, convengo en cooperación horizontal entre co- poco, un analista se ocupó del pe-
que es harto difícil adentrarnos legas sino que éstos “no llegan a noso ejemplo de la revista Archivos
más allá en un fenómeno que po- constituir una comunidad (en el de Investigación Biomédica, luego
dría responder más bien a símbolos sentido que cada uno de ellos parti- convertida en Archives of Medical
y significados culturales adscri- cipe en alguna forma en el proceso Research. Gracias a su impresio-
tos a esta disciplina científica. 7 En de toma de decisiones)” (Lomnitz, nante comité editorial, CONACYT
cualquier caso, denota una disfun- 1985: 24), o que eventualmente se le dio el rango de excelencia. A
ción entre las normas y la actividad expresan en una “falta de sentido pesar de éste y otros méritos de
cotidiana, para ellas inexistente. de pertenencia a la institución y contenido, el Institute for Scien-
Creo, por el contrario, que a ello es a la comunidad académica” (Lom- tific Information (editor de los

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La antropología de la ciencia: ¿llegó para quedarse?

famosos Science Citation Index) la res, 1991. A esta primera edición lización: el científico ideal” (p. 62)
eliminó de sus revisiones aducien- haremos referencia para facilitar su escribieron: “El hombre se guía por
do que a los miembros del comité consulta. imágenes y modelos ideales, que no
no se les citaba mucho. Cabe agre- 2
No voy a repasar aquí todos sus necesariamente se traducen en
gar que para entrar a sus bases de trabajos a propósito del Instituto conducta, y que algunas veces son
datos, una revista debe pagar una de Investigaciones Biomédicas y la transgredidos. Esto también suce-
suscripción de diez mil módicos Facultad de Ciencias de la UNAM, de entre los científicos, los cuales
dólares. Como hace notar este pero juzgo imprescindible mencio- han adoptado una serie de normas
autor, no fue la única revista ter- nar su todavía inédito informe de y valores a veces contradictorios en
cermundista que perdió visibilidad. 1972 Estructura de organización el curso del proceso dialéctico in-
Es el caso también de la Revista social de un instituto de investigación herente al quehacer de la ciencia”
Mexicana de Astronomía y Astro- [ms. facilitado por la autora]. (cursivas mías).
física. De hecho, desde 1981 la 3
A esa fase corresponden adelantos 7
En algún momento las autoras lo
proporción de revistas marginadas brindados por medio de artículos de presienten cuando refieren a Berger
fue de 40 por ciento,todas ellas ambas autoras, en especial, 1981: y Luckmann muy de pasada. Quie-
procedentes del sur (Wayt Gibbs, 41-64 y 1982: 259-276. nes consideramos necesario tomar
1995: 76-83). Se verá, pues, que la 4
Tómese muy en cuenta que la es- a las ciencias como creaciones so-
dualidad de conseguir logros o caer tructura social universitaria en ge- cioculturales sofisticadas hemos
en la imperfección de la realidad es neral está escindida en institutos avanzado hacia la descripción de
más, mucho más que un miedo de investigación por un lado y facul- culturas disciplinarias tales como
individual. Hasta donde veo es muy tades de profesionalización por otro. la cultura del secreto entre los físicos
factible que ya sea todo un dilema Ello responde a la herencia de una de las bombas nucleares, la cultura
institucional del IIB y de muchos concepción profesionalizadora muy belicosa entre los arqueólogos patri-
otros centros de investigación de arraigada en las instituciones de moniales, o la conducta de intencio-
primera línea en nuestro país. enseñanza superior, pero desfavo- nal invisibilidad del comportamien-
No puedo concluir este comen- rable a la expansión de la ciencia. to desviante entre los biólogos de la
tario sin destacar la grave demora Con este programa, los investiga- cristalografía. John Law, quien ha
con que los antropólogos mexica- dores del instituto, pretendieron estudiado este último grupo, admite
nos estamos abordando los estu- cerrar la brecha entre la enseñanza que su enfoque normativo inicial
dios de la ciencia. El mismo traba- y el aprendizaje con la experiencia era inadecuado para estudiar la
jo reseñado no escapa a esta consi- temprana de la vida del laboratorio, acción científica, por lo que había
deración. Por ello me pregunto si la en vez de ser ésta una decisión tar- asumido una “concepción sobreso-
antropología social de la ciencia ha día y fortuita, que dependiera de la cializada del científico”. Alternati-
llegado para quedarse sin padecer tutela personal. vamente entonces se podría sugerir
de un envejecimiento prematuro. 5
El historiador y epistemólogo Pierre que la socialización del biomédico
La renovación de sus enfoques y de Thuillier ha dedicado largas refle- es compartir una cultura dual, esto
sus observaciones empíricas pa- xiones a esta ideología que supone es, dueña de una imagen pública
rece ser la medida más recomen- una ciencia ideal cuyo saber es muy recia pero con costumbres sólo
dable de impedirlo en tanto ter- absoluto, capaz de dar respuesta reservadas a sus practicantes; véase
mina por constituirse en una espe- a todas las cuestiones teóricas y Law, 1976: 221-231; Gusterson,
pecialización por sus propios dere- prácticas y por lo tanto digna de 1992: 16-22; Vázquez León, 1995.
chos. dirigir todos los asuntos humanos. 8
Richard Whitley ha demostrado que
Thuillier muestra que esta ideolo- la variedad organizativa de las ins-
gía tiene su contraparte en otra tituciones genera prácticas de inves-
Notas ideología, la anticiencia, o mejor, el tigación características y, por ende,
anticientifismo. Aun Bunge reco- patrones de investigación diferen-
1
Becoming a Scientist in Mexico. The noce la existencia de esta ideología ciales. Se dirá que esto no es sino un
Challenge of Creating a Scientific científica como un posible estímulo truismo, pero es posible que a esas
Community in an Underdeveloped a la investigación científica, siendo particularidades correspondan las
Country, University Park, The antitéticas; véase Thuillier, 1983: normas y valores que damos en
Pennsylvania State University Press, 92-116; 1990: 7-44; s/f: 452-458 y suponer generalizados por nuestra
1994; la versión en español está Bunge, 1986. propia representación ideal de
6
hecha en México, Siglo XXI Edito- En su artículo “Ideología y socia- ciencia genérica. Desarrollar estos

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Luis Vázquez León

sistemas socioculturales puede ser Bibliografía gía y sus sujetos de estu-


dio, México, Centro de In-
crucial para la reproducción de cier-
BUNGE, MARIO vestigaciones y Estudios
tos campos y disciplinas científicas. 1986 Seudociencia e ideología , Superiores en Antropología
Adicionalmente, este estudioso ha México, Alianza Editorial. Social.
hecho notar que las fases iniciales 1985 “La antropología de la in-
FORTES, JACQUELINE vestigación científica en la
de socialización son menos relevan- Y LARISSA A. LOMNITZ UNAM”, en La ciencia en
tes que las terminales, pues si en 1981 “Ideología y socialización: México, México, Fondo de
las primeras se adquieren las habi- el científico ideal”, en Rela- Cultura Económica.
ciones, núm. 6, pp. 41-64.
lidades y cometidos más generales 1982 “La educación del cien- LOMNITZ, LARISSA A.,
del campo, es en el doctorado donde tífico”, en La enseñanza de MARTHA W. REES Y LEON CAMEO
se cultivan los campos de interés la física. Un enfoque inter- 1987 “Publication and Referen-
disciplinario, Secretaría de cing Patterns in a Mexican
prioritario de la investigación insti-
Educación Pública, pp. 259- Research Institute”, en
tucional. John Ziman ha sugerido 276. Social Studies of Science,
algo similar, pues admite que cierta 1994 Becoming a Scientist in núm. 17, pp. 115-133.
Mexico. The Challenge of
dosis cientifista ha de utilizarse en
Creating a Scientific Com- STORER, NORMAN W.
la educación de la ciencia académica munity in an Underdeve- 1977 “Introducción”, en Robert
en sus etapas iniciales, en que debe loped Country, University K. Merton, La sociología de
simularse y anticiparse la experien- Park, The Pennsylvania la ciencia I. Investigaciones
State University Press teóricas y empíricas, Ma-
cia de investigación. Ese cientifismo (versión en español, 1991, drid, Alianza Editorial.
forma parte de un conocimiento México, Siglo XXI Editores).
esquemático e idealizado que luego THUILLIER, PIERRE
GONZÁLEZ, ROBERTO J., 1983 “Posfacio. Contra el cien-
habrá de superarse, si bien no es
LAURA NADER Y C. JAY OU tismo”, en La trastienda del
del todo incongruente, excepto que 1995 “Between Two Poles: Bro- sabio, Barcelona, Editorial
ello depende de la comunidad es- nislaw Malinowski, Ludwik Fontalba, pp. 92-116.
Fleck, and the Anthropo- 1990 “Introducción”, en De Arquí-
pecífica que lo proyecta. En el caso
logy of Science”, en Current medes a Einstein. Las caras
estudiado por Fortes y Lomnitz, Anthropology, vol. 5, núm. ocultas de la invención cien-
queda por ver si esas normas y va- 36, pp. 866-869. tífica, México, CNCA-Alian-
lores coinciden con los tópicos de za Editorial, pp. 7-44.
GUSTERSON, HUGH s/f “Los orígenes de la anticien-
investigación dominantes. Sería 1992 “Coming of Age in a cia”, en Mundo Científico,
aquí donde podría revelarse que el Weapons Lab. Culture, vol. 57, núm. 6, pp. 452-
científico ideal es del todo consis- Tradition and Change in 458.
the House of the Bomb”, en
tente con la organización que lo
The Sciences, mayo-junio, VÁZQUEZ LEÓN, LUIS
prohija; véase Whitley, 1980: 297- pp. 16-22. 1995 El Leviatán Arqueológico.
321 y Ziman, 1985. Antropología de una tradi-
9 KROHN, ROGER ción científica en México ,
Lomnitz, Rees y Cameo, 1987. En
1980 “Toward the Empirical Guadalajara, Tesis docto-
este texto se adelanta la idea de Study of Scientific Practi- ral Centro de Investigacio-
que, conforme se desarrolla una ce”, en The Social Process nes y Estudios Superiores
masa crítica, crece la colaboración of Scientific Investigation , en Antropología Social-
Dordrecht, Reidel Publish- Universidad de Guadalaja-
horizontal. Es sintomático que este ing Co. ra.
progreso se dé a lo largo de colegios
invisibles o redes informales de in- LAW, JOHN WAYT GIBBS, W.
1976 “Theories and Methods in 1995 “Lost Science in the Third
dividuos que pudieran estar más the Sociology of Science: an World”, en Scientific Ame-
bien compitiendo que cooperando. Interpretative Approach”, rican, vol. 2, núm. 273, pp.
O compitiendo aprovechando la coo- en Perspectives on the Emer- 76-83.
gence of Scientific Discipli-
peración. Quizás llegó el momento
nes, La Haya, Mouton Pu- WHITLEY, RICHARD
en que debamos ponernos a discu- blishers/Aldine Publishing 1980 “The Context of Scientific
tir si la comunidad científica (que Co., pp. 221-231. Investigation”, en The Social
Polanyi definía en 1942 como “co- Process of Scientific Inves-
LOMNITZ, LARISSA A. tigation, pp. 297-321.
lectividad que elabora sus propias 1972 Estructura de organización
normas y cursos de acción”) es to- social de un instituto de in- ZIMAN, JOHN
davía una estructura social adecua- vestigación, México, ma- 1985 Enseñanza y aprendizaje
nuscrito, 58 pp. sobre la ciencia y la socie-
da al contexto actual de las ciencias, 1984 “Estudiando la comunidad dad, México, Fondo de Cul-
tal como lo fue en el siglo XVII. científica”, en La antropolo- tura Económica.

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