You are on page 1of 3

Planificar el curso

Para alcanzar el éxito escolar, es necesaria una buena


organización del tiempo de estudio y ocio durante el
año académico
Clases, deportes, estudio, trabajos, excursiones... Con el inicio del curso, la agenda de
los estudiantes se llena de actividades escolares y extraescolares que ocupan la mayor
parte de su jornada y que contribuyen a su formación integral. Sin embargo, para que
todas estas tareas sean beneficiosas para el alumno y el resultado académico sea
satisfactorio, es preciso que se planifiquen de forma coherente y estructurada en función
de las necesidades y particularidades de cada uno. Evitar la sobrecarga de actividades y
ceder parte del tiempo al descanso es uno de los puntos claves para el éxito.

 Por MARTA VÁZQUEZ-REINA


 15 de septiembre de 2010

- Imagen: sanja gjenero -

Aprovechar el tiempo al máximo. Ésta es la premisa de muchos padres que se enfrentan


cada año a la ardua tarea de organizar la agenda escolar y extraescolar de sus hijos.
Pero, como apuntan la mayoría de especialistas educativos, este aprovechamiento no
debe ser sinónimo de una agenda sobrecargada, ni de jornadas maratonianas que originen
situaciones de estrés tanto en los estudiantes, como en sus progenitores.

Ni todos los niños son iguales, ni todos los padres cuentan con la misma disponibilidad de
tiempo para atenderles. Por eso, en el momento de planificar el curso, los adultos deben
atender primero las características particulares y necesidades individuales de sus hijos,
así como sus propios recursos para cumplir con la agenda que se organice.
El tiempo de estudio

Las actividades académicas en el hogar deben


planearse de forma conjunta con los docentes
Según los indicadores estatales de la educación (2009) del Instituto Nacional de Calidad y
Evaluación (INCE), un 98% de los alumnos de educación primaria y un 93% de los
estudiantes de secundaria dedican algún tiempo diario a la realización de tareas
escolares en casa. Esta extensión de las actividades académicas en el hogar debe
planearse de forma conjunta con los docentes, puesto que esta figura puede orientar de
manera adecuada a los padres sobre las necesidades del alumno y los aspectos que se
deben reforzar en el estudio. Para una buena organización, los padres deben tener en
cuenta los siguientes criterios:

 Plantear un horario realista: el tiempo de estudio debe adaptarse a la edad del


niño y a su perfil. Hay que valorar que la capacidad de concentración de un
alumno de primaria no es la misma que la de uno de secundaria y, por lo tanto,
someterles a un ritmo de trabajo muy fuerte puede resultar frustrante para ellos.

 Crear una rutina: se debe establecer el mismo horario cada día para dedicarlo a
los deberes. Hay que buscar el mejor momento de la jornada para estas tareas,
con cierta flexibilidad ante imprevistos, y cumplirlo de forma constante para que
el alumno lo adquiera como un hábito y una rutina más de su día a día.

 Reservar un lugar de estudio: para favorecer la concentración y evitar las


distracciones, es preciso crear un ambiente de estudio adecuado. El alumno debe
contar con una mesa adaptada a su altura y tener siempre a mano los materiales
de trabajo que necesitará utilizar para hacer los deberes.

 Supervisión: en función de la edad del alumno, los padres deberán supervisar en


mayor o menor medida el tiempo de estudio. Con los más pequeños, es
recomendable sentarse a su lado durante las tareas y prestarles ayuda para
superar las posibles dificultades. Con los mayores, hay que verificar que han
cumplido con todas las tareas asignadas.

 Seguimiento con el tutor: la orientación de los docentes es fundamental para


valorar si el trabajo de los estudiantes en casa resulta efectivo. Es conveniente
reunirse de forma periódica con el tutor para obtener su evaluación, plantearle
las dudas que puedan surgir con los deberes y atender a sus recomendaciones
sobre las necesidades académicas de los alumnos.

Las actividades extraescolares

Si las actividades extraescolares están bien


organizadas y estructuradas, pueden beneficiar el
rendimiento académico
El alumnado de enseñanza obligatoria realiza actividades extraescolares de una manera
organizada y permanente fuera del horario escolar. La gran mayoría (un 73%, según los
datos del INCE) opta por la práctica deportiva, mientras que otros se decantan por la
música, la danza, la pintura o los idiomas. Los estudios realizados sobre la repercusión de
estas actividades en los alumnos indican que si están bien organizadas y estructuradas
pueden beneficiar el rendimiento académico y favorecer el desarrollo de la madurez y de
distintas competencias interpersonales y sociales.

Por otra parte, la organización de un horario estructurado para otras actividades fuera
del entorno académico es para muchos padres un factor protector, puesto que evita
algunas de las situaciones de riesgo que pueden ocurrir durante el tiempo libre de los
estudiantes que transcurre sin la supervisión de otros adultos.

Una agenda sobrecargada acentuará el cansancio


del estudiante y la falta de concentración
No obstante, los excesos no son beneficiosos. Ocupar todas las horas que transcurren
desde que los niños abandonan la escuela hasta que finaliza el día implica una difícil
labor de conciliación de horarios para los padres y puede repercutir de forma negativa en
los alumnos. Una agenda sobrecargada acentuará el cansancio del estudiante y la falta de
concentración para cumplir con su horario de estudio y puede ser origen de situaciones
de estrés.

Al planificar las actividades extraescolares, los padres deben considerar dos aspectos
esenciales: compaginarlas con un tiempo dedicado al descanso, ocio, juego y a
situaciones de esparcimiento con la familia, y elegir las más idóneas según la edad, las
capacidades del niño, sus gustos y preferencias.

You might also like