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En En este pueblo no hay ladronesà Dámasoà joven y pobreà con su mujer mayor que él y
encintaà para conseguir algo de dinero roba en el bar de don Roque. Sólo encuentra unos
pocos centavos y decide robar las bolas de billar. Al día siguienteà don Roque declara queÃ
además de las bolasà el ladrón se llevó 200 pesos. El aburrimiento en el barà donde sin bolas
no se puede jugarà y los remordimientos (un negro forastero fue acusado del robo) hacen
que Dámaso decida devolverlas. Sorprendido por don Roque en el momento de hacerloà éste
le reclama los 200 pesos; "usted sabe que no había nada"à protesta Dámasoà y don Roque le
responde: "Te los van a sacar del pellejoà no tanto por ratero como por bruto".