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Arqueólogos
Fundación Wulaia
El extremo sur del continente americano, presenta, a grandes rasgos, dos zonas
ecológicas longitudinales de marcado contraste entre el mundo montañoso y marítimo de
los archipiélagos —la vertiente Pacífica— y la zona pampeana, plana y continental, de la
vertiente Atlántica. Separados por barreras geográficas infranqueables como los grandes
campos de hielos, los Andes Patagónicos, y una muralla boscosa desde la Cordillera a la
Costa, sólo el Estrecho de Magallanes y más al Sur, el Canal Beagle y archi-piélago Cabo
de Hornos, rompen este panorama aparentemente dicotómico, comunicando ambos
extremos, el Pacífico y el Atlán-tico. Consistente con este paisaje, entre las poblaciones
que habitaron Patagonia, es posible distinguir dos grandes grupos, los cazadores
terrestres continentales y los grupos de nómadas marinos, cuyas diferencias, en ciertos
casos, se esfuman en aquellos sectores litorales-insulares de transición entre pampas y
mares interiores, donde encontramos una suerte de síntesis entre poblaciones terrestres y
marítimas; culturas costeras de origen terrestre que desarrollarían un modo de
subsistencia mixto.1
Los canales occidentales de la Patagonia o vertiente Pacífica, desde Chiloé hasta el Cabo
de Hornos y desde la cordillera al Océano Pacífico, constituyen, desde fines de la retirada
de los hielos del último avance glacial del Pleistoceno,2 aproximadamente hace diez mil
Geográficamente, su vigoroso relieve modelado por los hielos glaciales, presenta una
costa laberíntica recortada en un sinnúmero de fiordos y archipiélagos que se extienden
desde los 41 a los 55 grados de latitud sur; si a vuelo de pájaro comprende
aproximadamente 1.500 kilómetros, su verdadera extensión se multiplica varias veces al
recorrer las costas de cada una de las islas e islotes que lo conforman.
En este recorrido, el hábitat litoral occidental abarca una amplia gama de ambientes
La gran biodiversidad de estos ambientes marítimos una vez retirados los hielos del último
avance glacial, atrajo diversos tipos de poblaciones a estas costas, no sólo a grupos que
posteriormente se especializarían en la subsistencia marítima, sino también a cazadores
recolectores terrestres cuya estrategia de subsistencia estuvo basada fundamentalmente
en los recursos de interior (por ejemplo guanaco) y a grupos de economía mixta, la
mayoría de los cuales, en sus andanzas por la costa patagónica occidental, fueron
Según los antecedentes hasta ahora disponibles, la historia del poblamiento marítimo de
Patagonia occidental se remonta entre catorce y diez mil años antes del presente, cuando
una elevación de la temperatura ambiental tuvo como consecuencia el derretimiento y la
progresiva retirada, de norte a sur, de las masas de hielos que cubrían el sector occidental
de los Andes patagónicos, desde el Seno de Reloncaví al sur. Sólo una excepción a este
panorama la encontramos en la mitad noroeste de la Isla Grande de Chiloé, hasta donde
nunca alcanzaron los hielos del último avance glacial. Esta situación de recogida de las
masas de hielo hacia los Andes, de ocurrencia más temprana en el área septentrional
(Chiloé), va primero generando importantes lagos glaciales en el mar interior de Chiloé, en
los mares interiores de Seno Otway y Skyring, en el Estrecho de Magallanes y Canal
Beagle, no obstante, durante el Holoceno Temprano (hace diez mil años atrás), en el
sector meridional de los canales patagónicos, el nivel del mar era incluso más bajo que el
actual, y las aguas de estos lagos todavía se mantenían sin conexión con los océanos,
rodeadas hacia el este por hielos y por la estepa patagónica, la que tampoco fue cubierta
por hielos. El cambio de vegetación abierta a vegetación boscosa (cerca de 12.500 años
a.p.) probablemente representa el cambio climático más destacado del que se tiene
Justamente de esta época final del Pleistoceno datan las primeras evidencias
arqueológicas de ocupación humana en Patagonia. Grupos humanos de adaptación
terrestre, tanto en el sector septentrional (Monte Verde), como en el sector pampeano
continental de Magallanes (zona de Fell, Última Esperanza y Tierra del Fuego), hace trece
mil años antes del presente coexistían y aprovechaban no sólo fauna moderna, sino
también animales extintos tales como mastodontes, milodones, paleolamas y caballos
fósiles, entre otros.
Luego, cerca de ocho a siete mil años antes del presente, comenzando el Holoceno
Sólo durante el Holoceno Tardío, aproximadamente hace cinco mil años atrás, una nueva
baja en las temperaturas estabiliza la línea del mar en la cota actual, adoptando desde
entonces la costa patagónica una fisonomía similar a la de hoy; para esta época se
Pero, ¿cuáles son los orígenes y cómo tuvo lugar este proceso de adaptación marítima
especializada?
Sobre esta base, es que varias hipótesis y modelos de poblamiento surgen al respecto,
los que en ningún caso parecieran ser excluyentes, sino más bien proveen una conjunción
de interpretaciones alternativas que esclarecen la diversidad temprana detectada en los
grupos culturales conocidos. No obstante, las características de sus emplazamientos, en
torno a antiguos lagos glaciales en los tres casos y con depósitos asociados —directa e
indirectamente— de cazadores recolectores terrestres, han jugado un rol significativo en
el predominio de hipótesis que adhieren a lo que se ha llamado el “modelo transicional”,
es decir, grupos continentales que evolucionaron en poblaciones con mayor énfasis en las
estrategias de subsistencia marítima, una vez que los ambientes continentales entraron
en contacto con los océanos.
¿Dónde tuvo lugar dicho proceso? La creencia de que la región septentrional de los
canales (región de Chiloé) sea uno de los probables núcleos más tempranos de
poblamiento marítimo se fundamenta en la más temprana deglaciación o retirada de los
hielos en este sector, el que ya durante la transición Finipleistoceno – Holo-ceno
Temprano, estuvo disponible para el poblamiento marítimo, por lo menos dos milenios
antes que el sector central —(Estrecho de Magallanes/ Mares Interiores de Otway y
Skyring) y meridional (Canal Beagle)— entrara en contacto con los ambientes oceánicos.
Como dato anexo, como se señaló, el extremo noroeste de la Isla Grande de Chiloé, hacia
el Océano Pacífico, quedó fuera de los límites del área de cobertura de la última
glaciación.14
Junto a lo anterior, las fechas para las ocupaciones marítimas a que se pueda aspirar en
los canales del sector meridional, no debieran superar en mucho las ya obtenidas como
más tempranas, dado el conocido confinamiento de los glaciales en zonas de más alta
latitud. Arqueológicamente, para esta zona, hasta hace un par de años, el conocimiento
acumulado se remitía a unos pocos hallazgos fortuitos con sólo dos de ellos trabajados
según los estándares metodológicos actuales, sin que hayan existido estudios que
permitieran una caracterización sistemática del registro arqueológico regional ni menos
una aproximación al problema del poblamiento. No obstante, los únicos sitios fechados,
Puente Quilo 6.166 – 6.150 cal. a.p.15 y Piedra Azul 6.430 – 6.290 cal. a.p.16 con fechas
entre el sexto y séptimo milenio antes del presente, dieron una primera base empírica a
las hipótesis paleoambientales recién mencionadas.
Por otra parte, prospecciones arqueológicas17 junto con identificar una serie de áreas que
cultural y paleoambientalmente representan los atributos potenciales de depósitos
finipleistocénicos, destacan el hallazgo de un depósito antrópico en el sector noroeste de
la Isla Grande de Chiloé, Golfo de Ancud, correspondiente a una estructura de cocción
con piedras termofracturadas, carbón y conchas con una data de 11.525 ± 90 a.p.18
Por otra parte, están las evidencias hacia el sur donde de hecho se presentan los sitios de
adaptación marítima con fechas más antiguas como aquellos en el sector de Otway
(Englefield 1, Bahía Colorada); los del sector del Estrecho al sur de Punta Arenas (Punta
Santa Ana y Bahía Buena) y en el sector más meridional Canal Beagle/ Isla Navarino:
Túnel I (segundo componente); Imiwaia, 136 Áridos de Guerrico, 169-B Caleta Segura,
Seno Grandi,19 todos con fechas que datan desde inicios del Holoceno Medio, a partir de
los 7.500 a.p., los que no registran el proceso de transición a la adaptación y tecnología
marítima requerida por el nuevo medio, sino que surgen estratigráficamente como culturas
especializadas. Esta mayor antigüedad detectada en el sector meridional y central ha
llevado a plantear “(...) que los cazadores adaptados a un modo de vida
fundamentalmente marítimo aparecieron originariamente en el sur, entre la zona de los
mares interiores y parte occidental del Estrecho de Magallanes y el Canal Beagle, y desde
Esto introduce la problemática sobre quiénes eran estos primeros hombres que poblaron
estas zonas marítimas, de acuerdo a sus particulares estrategias adaptativas.
Las investigaciones de la biología actual establecen, a través del estudio de los linajes
mitocondriales, que los fueguinos en general, tanto pedestres como canoeros e históricos
como tempranos, corresponden a linajes fundadores en el extremo sur, correspondientes
probablemente a una primera oleada migratoria, donde las diferencias entre las
El problema con estos modelos genéticos es que el patrón genético puede no ser el
resultado de ancestros comunes sino una consecuencia del contacto de poblaciones en el
período Arcaico o en época reciente. Algunas semejanzas pueden deberse a los
contactos a partir de la colonización europea. Para solucionar esto se necesita conocer el
pool genético de los primeros inmigrantes o de los fundadores, sus tierras de origen en el
El modelo transicional
tales supuestos. Por otra parte, las industrias líticas23 de los grupos marítimos más
tempranos de la zona del Beagle (Túnel I, segundo componente, Imiwaia I) y zona de los
Mares Interiores (Cultura Englefield), parecen distanciarse de aquellas de Patagonia
meridional continental. Estas últimas muestran mayor proximidad a aquellas ocupaciones
más tardías registradas en los sitios Ponsomby B y C, Lancha Packewaia, y aquellas de
los canales septentrionales, lo que complica el planteamiento de una transición de un
modo de vida cazador recolector terrestre a uno marítimo originado en la región media y
meridional de los canales, para las ocupaciones marítimas más tempranas de Englefield
y Túnel I (segundo componente).
“(...) se puede afirmar ahora que no son cazadores terrestres antiguos que se adaptan al
mar (y por lo tanto el origen de la adaptación marítima en la zona de los mares interiores);
no se trata tampoco de cazadores terrestres aprovechando una oportunidad. Se trataría
más bien de grupos de origen terrestre, perdurando como en Tierra del Fuego, en un
territorio que se transformó en insular desarrollando allí una cultura costera mixta, inspirada
en unos y en otros”.25
Por otra parte, también se presenta la hipótesis de un origen del poblamiento puramente
marítimo, desde el norte, a partir de Chiloé. Pequeños grupos aleutianos de gran
movilidad podrían haber descendido desde el norte a lo largo de la costa Pacífica, y a-
par-tir de Chiloé, atravesar rápidamente las zonas más inhospitas de los archipiélagos
para colonizar las regiones más acogedoras del Estrecho de Magallanes y del Canal
En este sentido, debe tenerse en cuenta que en el debate actual sobre el proceso de
poblamiento americano se ha retomado enérgicamente la hipótesis de poblamiento vía
marítima planteada a fines de la década de los setenta por Fladmark (1979). El desarrollo
de modelos para paleocostas de Norteamérica ha conducido al descubrimiento e
investigación de varios sitios arqueológicos del Holoceno Temprano, detectándose
paleocostas que durante el 13.000 a 9.500 a.p. estaban sumergidas profundamente,
mientras que aquellas que datan de 9.500 a 3.000 a.p. se encuentran en el bosque,
alcanzando hasta quince metros sobre el nivel moderno. Los perfiles costeros han
coincidido aproximadamente con la posición actual solamente en los últimos dos o tres
Diversidad temprana
Las similitudes entre los registros de algunos sitios tempranos han llevado a pensar en
orígenes similares para las poblaciones canoeras tempranas. Estas similitudes se
manifiestan en las industrias artefactuales óseas, principalmente, y líticas, de aquellos
sitios de la zona del mar de Otway y península de Brunswick (Complejo Englefield) con
aquellas de la zona norte del Canal Beagle, observándose también semejanzas entre las
industrias líticas de estas últimas con la zona de los canales septentrionales.
Así, en la mayor parte de los estudios recientes, en lugar de agrupar en una misma
unidad cultural todos estos componentes marítimos antiguos, se reconoce para las
ocupaciones litorales de los canales patagónicos la presencia de grupos diferentes, al
interior de los que se postula un parentesco significativo en sus contextos de cultura
material y estrategia de subsistencia no siempre asociados a su ubicación geográfica.
Entre estos se reconocen tres grupos principales de sitios u ocupaciones en lo que a
estrategias de subsistencia se refiere.
Grupos Terrestres que acceden ocasional o estacionalmente a la costa, y entre los que se
puede mencionar principalmente al sitio Ponsomby y al primer componente de Túnel I,
con un énfasis predominante en los recursos de interior complementados con los recursos
ecotonales del intermareal y que habrían dado origen a los grupos mixtos.
Grupos Mixtos, que representan una síntesis entre poblaciones terrestres y marítimas,
constituyéndose como una cultura costera, provista de embarcación y cuyo énfasis en la
subsistencia está dado en los recursos ecotonales tanto terrestres como marítimos; no
obstante para su susbsistencia excederían los límites ecotonales de la costa,
internándose hacia el interior del continente como hacia el mar.
Entre estos últimos, nuevamente se observan tres conjuntos tempranos cuyas similitudes
y diferencias se expresan no sólo en la subsistencia, sino en el ámbito tecnológico y en el
sistema de asentamiento. Zona del Beagle/ Isla Navarino (Sector Meridional); Complejo o
Cultura Englefield (Sector Central Estrecho de Magallanes); y Conjunto Septentrional, con
fechas un milenio más tarde para los sitios Puente Quilo 1 (Ancud 031) y Piedra Azul; los
que muestran notables semejanzas con aquellas industrias líticas de las ocupaciones
Ponsomby B y Lancha Packewaia componente antiguo, ambas, a su vez, un milenio más
tarde que en la zona septentrional.
Estas diferencias ¿se fueron generando con el tiempo?, o por el contrario, ¿vienen de
orígenes y procesos diferentes que se fueron asimilando con el tiempo?
Características de los sitios
Los conchales de Navarino presentan formas anulares cuyos fondos de habitación han
sido obtenidos mediante un leve rebaje de la superficie en profundidades variables que
promedian los treinta centímetros, y en torno a los que se depositan los montículos de
desechos conchíferos y basuras en general, que se elevan perimetralmente como muros
constituyendo un estilo arquitectónico, en donde el material constructivo está
representado principalmente por las conchas de moluscos. Asimismo, en el caso de los
sitios de Navarino, los fondos de habitación más antiguos corresponden generalmente a
los espacios interfondos de la topografía actual, al irse desplazando la ubicación de este
con el tiempo, y al irse ordenando el depósito de conchas en las distintas épocas
registradas.
En su lugar, los sitios del área central del Estrecho, y en especial aquellos identificados
como la Cultura Englefield,29 están formados por una sola concentración de conchal de
baja densidad y aparentemente depositado durante una única ocupación de duración
relativa, donde no se pueden distinguir fases diferenciales, sin ordenamiento monticular,
aspectos que han sido interpretados como indicadores de una menor importancia de los
recursos malacológicos en la dieta de estos grupos. Su extensión es igualmente limitada,
no excediendo una centena de metros y con sólo una habitación y una estructuración del
tanto en el sitio de Puente Quilo 1 como en Piedra Azul, 31 donde el conchal adquiere
forma de un enorme montículo único de grandes proporciones. En el primer caso se
detectan usos del espacio claramente diferenciados, por lo menos a partir del 5.500 a.p.;
adyacentes al montículo de conchal se presenta un sector de entierros y otro de
campamento taller lítico.
Como se aprecia, hay una marcada diferencia en el estilo de habitar entre los tres
grandes grupos referidos de los distintos sectores latitudinales de los canales de la
Patagonia, lo que sin duda hace referencia a patrones culturales y estrategias de
subsistencia diferenciados de estos grupos.
Características tecnológicas
En cuanto a la industria ósea, tenemos que los sitios de la Cultura Englefield comparten
con aquellos de la costa norte del Canal Beagle, los arpones monodentados de base
cruciforme decorados, las armas de hueso multibarbadas, los punzones sobre hueso de
ave y espátulas sobre ulnas de otaria; los retocadores en metapodio de mamíferos
terrestres.
Por su parte, en la zona de los canales septentrionales, en el sitio Piedra Azul32 se han
registrado arpones o armas de hueso fusiformes multibarbados de características
En cuanto a la industria lítica, es aquí donde junto con encontrarse la mayor unidad en el
complejo Englefield, se encuentran las mayores diferencias con la zona del Beagle, y más
aún con cada sitio en particular. Lo más notorio de la Cultura Englefield es la industria
bifacial con retoque a presión sobre nódulos o lascas realizada en obsidiana verde, de
origen desconocido, la que sólo está mínimamente representada en las ocupaciones
marítimas tempranas del Canal Beagle (Túnel I, segundo componente). Es decir, difiere
en tecnología y en materias primas, esta última careciendo de una industria bifacial.
En Lancha Packewaia (5.564 – 3.892 a.p. cal. a.p.) Componente Antiguo,34 en la costa
norte del Beagle, casi dos milenios más tarde que Túnel I, segundo componente, se
registra una intensa reducción bifacial sobre preformas de núcleo, se intensifica la
presencia de guanaco y no se encuentra obsidiana. Esto mismo con fechas levemente
anteriores el sitio Ponsomby de la zona central del Estrecho, el que muestra marcadas
semejanzas culturales con Lancha Packewaia Componente Antiguo.
Los sitios tempranos de los canales septentrionales poseen una industria unifacial y
bifacial muy variada, con bifaces de doble punta, puntas foliáceas, lanceoladas,
subtriangulares, entre otras, de obsidiana negra grisácea, riolita, madera petrificada,
calcedonias y andesitas sobre preformas derivadas de núcleo. La mayor parte de los
artefactos tallados presentan fractura transversal en ángulo recto, y se encuentran en
distintos estadios del proceso de reducción, lo que estaría denotando una alta tasa de
descarte durante la fabricación, predominando el porcentaje de preformas en relación a
Este material muestra semejanzas significativas con el material de otros sitios de Chiloé y
áreas vecinas o de más al norte (Chepu,36 Conchal Gamboa,37 Piedra Azul,38 Chan
Chan,39 todos con fechas similares, y con las industrias bifaciales de Lancha Packewaia,
en la costa norte del Beagle, y Ponsomby B40 en el canal Fitz Roy, zona media del
Estrecho, ambos con fechas algo más tardías, pero dentro de rango similar, al mismo
tiempo que se aleja de aquellas de la zona patagónica continental meridional. No
obstante, la principal diferencia la constituye el uso, además de materias primas
andesíticas y riolíticas, de la obsidiana para la confección de sus armas en los canales
septentrionales, materia prima ausente en Ponsomby y Lancha Packewaia.
En suma, encontramos que los sitios marítimos más tempranos de los canales
meridionales carecen de una industria bifacial y de obsidiana verde, con presencia
excepcional de estas en sus contextos, a diferencia de aquellos de los canales de la parte
central del Estrecho y mares interiores, y los de los canales septentrionales. Dos mil años
más tarde se registra industria bifacial en Lancha Packewaia (área meridional),
contemporáneo a Ponsomby (Otway) y probablemente ambas tecnológicamente
emparentadas con las tradiciones artefactuales, algo anteriores, de los canales
septentrionales.
representado por la Cultura Englefield41 y otro representado por los contextos tempranos
del área septentrional (Quilo, Chepu, Gamboa, Piedra Azul, entre otros) junto a los sitios
Ponsomby y Lancha Packewaia, en la zona central y sur respectivamente. El parentesco
entre estos dos últimos se traduce en el plano tipológico: las piezas bifaciales de
Ponsomby son, en efecto, las únicas que sostienen la comparación con las de Lancha
Packewaia, tales como las raederas de retoque cubriente. Esta se traduce igualmente en
el plano de la gestión de los soportes y de los procedimientos. Y por fin, en el de las
materias primas explotadas. Una tercera red se extiende igualmente del norte al sur, en el
mundo marítimo, pero se distingue totalmente de la Cultura Englefield. Lo ilustran las
industrias de largas puntas foliáceas en lutita y vulcanita de Ponsomby y Lancha
Respecto del tercero, los sitios más tempranos de adaptación marítima del Beagle (Túnel
I, segundo componente; Imiwaia I) hasta lo conocido, estaría ausente la reducción
bifacial,43 tratándose más bien de una industria de tipo expeditivo, artefactos de piedra
piqueteada sobre cantos rodados, con presencia excepcional de artefactos bifaciales e
instrumentos formatizados.
Conclusiones
No ocurre lo mismo con la industria lítica, que podría estar sugiriendo orígenes distintos
para los diferentes grupos identificados; por una parte, la Cultura Englefield, por otra los
grupos de la Zona del Beagle y finalmente los grupos de la Zona Septentrional, los que
podrían estar emparentados con Lancha Packewaia y Ponsomby B. En este último caso
podría tratarse de grupos marítimos diferentes que desarrollaron su modo particular en la
zona norte de los canales por el año 6.500 a.p. y que de allí habrían bajado, algo más
tarde, a la región austral y media, generando registros relacionados probablemente con
los de Lancha Packewaia y Ponsomby, con fechas entre uno y dos milenios más tardías
que aquellas tempranas del mar de Otway y del Beagle. No obstante el carácter terrestre
que se atribuye a todas las ocupaciones del sitio Ponsomby, se vuelve a enfrentar el
problema de la relación entre la ocupación B con sus anteriores C y D, con Lancha
Packewaia y las ocupaciones del área septentrional, a la vez que llaman la atención sobre
la complejidad del tema y las dificultades que resultan de un agrupamiento simplista de
estos contextos en una sola unidad cultural.
1 Legoupil 2003.
6 Por paisaje social se entiende un conjunto de relaciones entre la gente y los lugares
que provee el contexto para la conducta cotidiana. El espacio es transformado en un lugar
a través de una intervención humana (Thomas 2002).
7 Los conchales son sitios arqueológicos formados por acumulaciones de una alta
densidad de conchas de fauna marítima invertebrada mezclados con huesos animales,
fogones, cenizas, sedimentos, herramientas desechadas, entre otros, depositados por los
grupos humanos que habitan en ambientes litorales. Por su parte, los sitios arqueológicos
son lugares que presentan vestigios de actividades humanas que se desarrollaron en el
pasado, y, generalmente, son el resultado de un uso intensivo de un mismo sector del
espacio.
8 Villagrán 1998.
10 Borrero 2001.
22 Dillehay 2000.
24 Legoupil 2003.
28 Dillehay 2000.
29 Legoupil 1997.
30 Legoupil 1997.
39 Navarro 1995.
40 Schidlowsky 2000.
41 Legoupil 1997.
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