“ SHIMI YIMI”

Como todo el mundo sabe, la juguetería más grande del mundo es

“SONRISAS JA, JA, JA”.

Un día Cosmo (jefe de la empresa) y su mujer Wanda decidieron que iban a

hacer un juguete nuevo.

– ¡Shimi Yimi! Se llamará nuestro nuevo juguete- dijo Cosmo.

– ¡Bien! - dijo Wanda ¿pero cómo será?
– Será: blandito, dulce y lo llevaremos a todas partes.

Tras una semana Shimi Yimi, era conocido en todas las jugueterías del
planeta.

El primer Shimi Yimi decidió viajar a Africa, concretamente a un poblado de

Mozambique.Allí conoció a una familia que tenía dos hijos, el mayor llamado
Boubou que trabajaba en el campo con su papá, y la más pequeña Ambe,
que tenía que ir a por agua andando dos kilómetros desde su cabaña al
pozo, una vez llenaba el agua en un cubo se lo ponía en la cabeza y volvía a
recorrer otros dos kilómetros hasta llegar a su cabaña.

Esa era la tarea de Ambe todos los días, hasta que un día de mucho sol,
Ambe vió en la carretera algo que brillaba mucho; al principio le dió miedo
acercarse pero después corrió hasta el brillo intenso y ahí lo vió, se sintió
felíz al ver que era el botón de Shimi Yimi el que brillaba con tanta intensidad,
cómo si la estuviera llamando desde lejos.

A continuación Ambe lo abrazó, se lo sujetó al trozo de cuerda que le

sujetaba el vestido y siguió su camino al pozo.

Al llegar a su casa, les cuenta a su familia que ha encontrado un juguete.

Anocheció y Shimi Yimi fingió dormir. Cuando Ambe se quedó a solas con él :

– ¡pst!,¡pst!,¡pst!, ¡aquí abajo! ¡soy tu nuevo amigo!.

Ambe se quedó con la mirada grande, pero pasados unos minutos
escuchó otra vez:

– ¡ey aquí abajo!

– ¿pero tú hablas?- preguntó Ambe.
– Sí, claro, me llamo Yimi, Shimi Yimi y soy tu nuevo amigo, no tengas
miedo de mí.
 – ¡pero tú eres un juguete!- dijo Ambe.
– Sí, pero tengo vida porque soy especial al igual que tú.- dijo Shimi Yimi.
– ¡Sí!, ¿especial?.- dijo Ambe.
– ¿Cómo te llamas?- preguntó Shimi Yimi.
– Yo me llamo Ambe, tengo siete años y vivo aquí, en ésta cabaña , junto
a mi familia- contestó Ambe.
– ¿Vas al cole Ambe?- preguntó Yimi.
– ¡No!- contestó Ambe.
– ¿pero por qué?- preguntó Yimi.
– Pues porque en mi poblado, no hay escuela. Además tengo que ir a
por agua para mi familia todos los días- explicó Ambe.
– No importa, yo te enseñaré a leer , escribir, y te contaré muchos
cuentos que te harán muy felíz- dijo Yimi.
– ¿Tú vas a hacer eso por mí? - preguntó Ambe.
– ¡Claro! Todos los niños deberían ir al colegio, aprender, conocer a
otros niños y lo más importante ser felices.

Ambe se puso muy contenta, pensó en la suerte que tenía, y abrazó muy
fuerte a su muñeco Shimi Yimi, hasta que quedó profundamente dormida con
una gran sonrisa en su cara.

FIN

BEATRIZ MOLINA HERNÁNDEZ

5º PRIMARIA C