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[Un sistema puede ser cualquier objeto, cualquier cantidad de materia, cualquier región del
espacio, etc., seleccionado para estudiarlo y aislarlo (mentalmente) de todo lo demás, lo
cual se convierte entonces en el entorno del sistema. (Abbott y Vanness, 1)]
[Llamamos sistema, o medio interior, la porción del espacio limitado por una superficie real
o ficticia, donde se sitúa la materia estudiada. El resto del universo es el medio exterior. La
distinción entre sistema y entorno es arbitraria: el sistema es lo que el observador ha
escogido para estudiar. (Thellier y Ripoll, 5)]
{Si la frontera permite la interacción entre el sistema y su entorno, tal interacción se realiza
a través de los canales existentes en la frontera. Los canales pueden ser inespecíficos para
interacciones fundamentales tales como el calor o la interacción mecánica o eléctrica
Un sistema es una parte del ambiente que nos rodea, por ejemplo el contenido de una
bañera
llena hasta la mitad ( una cantidad determinada de agua, a una temperatura), o el contenido
de un neumático lleno de aire (aire ocupando un volumen definido, a una determinada
presión).Podemos también considerar la bañera entera, o el neumático completo como
sistemas. Loque no forma parte del sistema en nuestra definición es el universo. Un sistema
pequeño es, por tanto, un componente de un sistema más grande. Así los sistemas antes
mencionados pertenecen al sistema tierra, que también forman parte del sistema solar, etc..
Algunos sistemas intercambian con el universo materia y energía, otros por el contrario, no.
Por esta razón se distinguen tres tipos de sistema.
Sistemas abiertos
Sistemas cerrados
En los sistemas cerrados es posible el intercambio de energía con el universo, pero no el
intercambio de materia.
El segundo ejemplo indicado anteriormente pertenece a esta clase de sistemas, por lo menos
en tanto en cuanto la válvula permanezca cerrada (es decir, no en el proceso de llenado,
puesto que en ese caso se está cambiando el aire contenido en la cámara). Durante la
conducción, se toma energía del universo por rozamiento, y al parar se pierde esta energía
por enfriamiento. El contenido de una olla a presión es también un sistema cerrado, puesto
que en condiciones normales de trabajo no se desprende ningún vapor, la olla toma energía
de la hornilla o la pierde hacia el ambiente, y la convierte también en trabajo, a través del
movimiento de la válvula. También puede incluirse la misma olla como parte del sistema,
puesto que también intercambia energía, pero no materia con el universo. Como un sistema
prácticamente cerrado puede considerarse la Tierra, puesto que se produce un intercambio
importante de energía con el universo (aportación de energía por el Sol, remisión de calor al
espacio), la aportación de materia por meteoritos o por el viento solar, así como la pérdida
de materia por los cohetes espaciales y satélites que se envían al espacio son pequeños
comparados con la masa total del sistema. No obstante, precisamente las partes más
importantes de la Tierra para el hombre, superficie y atmósfera, se influyen mucho por las
partículas aportadas por el viento solar, por lo que la Tierra se considera mejor como un
sistema abierto.
Sistemas aislados.
En los sistemas aislados no se producen intercambios de materia, ni de energía.
Un ejemplo típico de sistema de este tipo es el contenido de un termo (vaso de Dewar). El
termo mismo no puede incluirse como parte del sistema, puesto que la pared externa puede
intercambiar energía con el ambiente. En la práctica, los sistemas aislados sólo pueden
conseguirse durante un tiempo, ya que incluso en el caso de un buen aislamiento del
ambiente, se produce una paulatina transmisión de calor cuando la temperatura del sistema
aislado difiere de la temperatura del ambiente. El Universo puede considerarse como un
sistema aislado, si aceptamos que no hay ningún ambiente rodeando al Universo con el que
establecer un intercambio de materia o energía.
Sistema abierto es el sistema que puede intercambiar materia y energía con su entorno.
.
Es realmente importante, tener muy claro cúal es el sistema que se está considerando en
cada caso. Así, la mayoría de los procesos con gases se realizan en sistemas cerrados,
mientras que las reacciones químicas ocurren en sistemas abiertos. Las relaciones
termodinámicas que se
materiales.
Sistemas homogéneos
Los sistemas que están constituidos por un sólo componente y una fase, como por ejemplo
agua o azúcar, son sistemas homogéneos. Sistemas de muchos componentes, como por
ejemplo agua salada, el aire o una aleación, forman también sistemas homogéneos. Así, por
ejemplo, los gases en el interior de un neumático forman un sistema homogéneo, si el aire
empleado para llenarlo estaba libre de partículas en suspensión, puesto que llenan el
espacio
completo de manera regular. Si no se emplean detergentes, también el agua en una bañera
forma un sistema homogéneo, incluso cuando en su interior hay sales y aire disueltos. Una
fase homogénea se forma también cuando mezclamos líquidos completamente miscibles,
como alcohol y agua. No sólo sustancias puras, también fases mixtas pueden formar
sistemas
homogéneos.
Sistemas heterogéneos.
Una sustancia puede presentarse en la naturaleza en tres formas: sólido, líquido o gas, por
ejemplo: hielo, agua o vapor de agua. Si aparecen dos o incluso más fases junto a otra, se
habla de sistemas multifásicos. También en el agua sucia junto con la fase acuosa aparece
una
fase sólida, distribuida finamente en el agua, como suspensión o como depósito en el fondo.
El sistema monofásico homogéneo, se convierte en un sistema multifásico heterogéneo por
adición de sustancias sólidas insolubles. El agua con gas, o el champán, especialmente
después de agitarse o de abrir la botella, son heterogéneos, puesto que entonces el dióxido
de
carbono no se encuentra ya disuelto homogéneamente. Al juntar dos fases de dos líquidos
no
miscibles se obtiene siempre un sistema bifásico. Durante un tiempo, se encuentra una de
las
fases líquidas finamente dividida y mezclada con la otra fase. Una emulsión de este tipo
(grasa o aceite en agua) es la leche, por ejemplo. Un ejemplo de sistema trifásico es una
mezcla de hielo y sal de mesa consistente en hielo, agua salada y sal. Si se considera
también
el vapor de agua sobre el sistema, entonces tenemos un sistema con cuatro fases. El número
de fases se incrementa si consideramos también el recipiente como parte del sistema.
En la Tabla.-1 se recogen algunas fases típicas. Es muy importante saber de qué estan
compuestas las fases. Así con un ligero cambio de las condiciones externas se puede
producir
un rápido cambio del número de fases en un sistema. Por ejemplo, en un día claro puede
producirse la formación de nubes, y posteriormente lluvia o nieve, es decir, a partir de un
sistema monofásico ( vapor de agua), se produce un sistema bifásico, o incluso trifásico
Parámetros de los sistemas.
Después de haber visto las definiciones de sistema generalizado, con el fin de poder
aplicarlo a cualquier espacio, ahora enfocaremos los conceptos de sistema a la ecología y el
ambiente.
Sistema Ecológico
Comprende elementos naturales y humanos vinculados por relaciones de dependencia mutua,
entre los cuales están el relieve, clima, ríos, suelos, seres humanos, plantas animales, ...En
este sistema las características de cada elementos se explican por causas naturales (físicas,
químicas, biológicas). El hombre interviene como un ser vivo especial porque depende de los
recursos naturales pero también tiene una capacidad para modificarlos rápidamente, sea con
efectos positivos o negativos. Todos lo elementos se observan integrados en el paisaje.
Sistemas ideales.
Un sistema conceptual o sistema ideal es un conjunto organizado de definiciones,
nombres, símbolos y otros instrumentos de pensamiento o comunicación, Ejemplo: la
nomenclatura que se le da a la clasificación taxonómica de los reinos.
En Biología un sistema es un conjunto de órganos que unen sus funciones para lograr un
objetivo en común y que es vital para un ser vivo. Un ejemplo de ello puede ser el sistema
digesitvo o el sistema cardiovascular.
Sistemas reales.
Un sistema real es una entidad material formada por partes organizadas (o sus
"componentes") que interactúan entre sí de manera que las propiedades del conjunto, sin
contradecirlas, no pueden deducirse por completo de las propiedades de las partes. Tales
propiedades se denominan propiedades emergentes.
Los sistemas reales intercambian con su entorno energía, información y, en la mayor parte
de los casos, también materia. Una célula, un ser vivo, la Biosfera o la Tierra entera son
ejemplos de sistemas naturales. El concepto se aplica también a sistemas humanos o
sociales, como una sociedad entera, la administración de un estado, un ejército o una
empresa. O a una lengua, que es un sistema conceptual complejo en cuya aparición y
evolución participan la biología y la cultura.
encontrar lo común a entidades muy diferentes. El esfuerzo por encontrar leyes generales
del comportamiento de los sistemas reales es el que funda la Teoría de sistemas y, más en
general, aquella tendencia de la investigación a la que se alude como pensamiento
sistémico o Sistémica, en cuyo marco se encuentran disciplinas y teorías como la
Cibernética, la Teoría de la información, la Teoría de juegos, la Teoría del caos y otras.
Un sistema cerrado, sólo intercambia energía con su entorno; un sistema aislado no tiene
ningún intercambio con el entorno.
Cuando un sistema tiene la organización necesaria para controlar su propio desarrollo,
asegurando la continuidad de su composición y estructura (homeostasis) y la del conjunto
de flujos y transformaciones con que funciona (homeorresis), mientras las perturbaciones
producidas desde su entorno no superen cierto grado, se denomina sistema autopoyético.
Elevar los niveles de conciencia de la población es una condición necesaria para el éxito de
cualquier gestión del desarrollo. Si no existe suficiente compresión acerca del papel que
desempeña la naturaleza en el bienestar de los individuos y la comunidad, las acciones
ambientales tenderán al fracaso.
Una conciencia social fuerte apura los consensos, compromete más a todos los agentes del
desarrollo, y favorece una mayor participación de la ciudadanía
Las políticas nacionales de inversión constituyen la base del equilibrio dinámico entre todas
las dogmas de capital que participan en el desarrollo.
Ellas promueven la generación de un cima que estimule la inversión privada y publica. Pero
para que esto ocurra, es imprescindible reconocer que los recursos naturales y ambientales
son formas de capital y que, como tales, son objeto de inversión.
III. Tecnología.
Bertalanffy criticaba la visión del mundo fraccionada en diferentes áreas como física,
química, biología, Psicología, sociología, etc. Estas son divisiones arbitrarias que presentan
fronteras sólidamente definidas, así como espacios vacíos (áreas blancas) entre ellas. La
naturaleza no esta dividida en ninguna de esas partes.
La teoría general de los sistemas afirma que las propiedades de los sistemas no pueden
describirse significativamente en término de sus elementos separados. La comprensión de
los sistemas sólo ocurre cuando se estudian globalmente, involucrando todas las
interdependencias de sus partes. El agua es diferente del hidrógeno y del oxigeno que la
constituyen. El bosque es diferente de cada uno de sus árboles.
La TGS se fundamenta en tres premisas básicas:
1. Los sistemas existen dentro de sistemas. Las moléculas existen dentro de células, las
células dentro de tejidos, los tejidos dentro de órganos, los órganos dentro de un
organismo y así sucesivamente.
2. Los sistemas son abiertos. Esta premisa es consecuencia de la anterior. Cada sistema
que se examine, excepto el menor o el mayor, recibe y descarga algo en los otros
sistemas, generalmente en los contiguos. Los sistemas abiertos se caracterizan por ser
un proceso de intercambio infinito con su ambiente, constituido por los demás
sistemas.
3. Las funciones de un sistema dependen de su estructura para los sistemas biológicos y
mecánicos, esta afirmación es intuitiva. Los tejidos musculares, por ejemplo, se
contraen porque están constituidos por una estructura celular que permite
contracciones para funcionar.
La falta de éxito exige una revisión del sistema ya que no cumplen con los
objetivos propuestos para el mismo, de modo que se modifique dicho
sistema de forma tal que pueda alcanzar los objetivos determinados.
Limites de los sistemas
Los sistemas consisten en totalidades, por lo tanto, son indivisibles. Poseen partes y
componentes, en algunos de ellos sus fronteras o límites coinciden con discontinuidades
entre estos y sus ambientes, pero corrientemente la demarcación de los límites queda en
manos de un observador. En términos operacionales puede decirse que la frontera es aquella
línea que separa al sistema de su entorno y que define lo que le pertenece y lo que fuera de
él.
Cada sistema tiene algo interior y algo exterior así mismo lo que es externo al sistema,
forma parte del ambiente y no al propio sistema. Los límites estan íntimamente vinculados
con la cuestión del ambiente, lo podemos definir como la línea que forma un circulo
alrededor de variables seleccionadas tal que existe un menor intercambio con el medio.
Cada sistema mantiene ciertas fronteras que especifican los elementos que quedan incluidos
dentro del mismo, por eso dichos límites tienen por objetivo conservar la integración de los
sistemas, evitar que los intercambios con el medio lo destruyan o entorpezcan su actividad.
CICLOS BIOGEOQUIMICOS
Cualquier elemento que un organismo necesite para vivir, crecer y reproducirse se llama
nutrimento o nutriente. Los organismos vivos necesitan de 30 a 40 elementos químicos, aunque el
número y tipos de estos elementos pueden variar con los distintos organismos. En general, tales
nutrientes se encuentran en diversos compuestos.
Los elementos requeridos por los organismos en grandes cantidades se denominan
macronutrientes. Son ejemplos: el carbono, oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, fósforo, azufre, calcio,
magnesio y potasio. Estos elementos y sus compuestos constituyen el 97% de la masa del cuerpo
humano, y más de 95% de la masa de todos los organismos. Los 30 o más elementos requeridos por
los organismos en cantidades pequeñas, o trazas, se llaman micronutrientes. Son ejemplos el
hierro, cobre, zinc, cloro y yodo.
La mayor parte de las sustancias químicas de la tierra no ocurren en formas útiles para los
organismos que viven en el planeta. Afortunadamente, los elementos y sus compuestos necesarios
como nutrientes para la vida sobre la tierra, son ciclados continuamente en vías complejas a través
de las partes vivas y no vivas de la ecósfera, y convertidas en formas útiles por una combinación de
procesos biológicos, geológicos y químicos.
Este ciclamento de los nutrientes desde el ambiente no vivo (depósitos en la atmósfera, la hidrosfera
y la corteza de la tierra) hasta los organismos vivos, y de regreso al ambiente no vivo, tiene lugar en
los ciclos biogeoquímicos (literalmente, de la vida (bio) en la tierra (geo), estos ciclos, activados
directa o indirectamente por la energía que proviene del Sol, incluyen los del carbono, oxígeno,
nitrógeno, fósforo, azufre y del agua (hidrológicos).
De este modo, una sustancia química puede ser parte de un organismo en un momento y parte del
ambiente del organismo en otro momento. Por ejemplo, una de las moléculas de oxígeno que usted
acaba de inhalar, puede ser una inhalada anteriormente por usted, o su abuela, o por
un dinosaurio hace millones de años. En forma semejante, alguno de los átomos de carbono de la
piel que cubre su mano derecha puede haber sido parte de la hoja de una planta, la piel de un
dinosaurio o de una capa de roca caliza.
Estos elementos circulan a través del aire, el suelo, el agua y los seres vivos.
Gracias a los ciclos biogeoquímicos es posible que los elementos se encuentres disponibles para ser
usados una y otra vez por otros organismos; sin estos la vida se extinguiría.
El término ciclo biogeoquímico se deriva del movimiento cíclico de los elementos que forman los
organismos biológicos (bio) y el ambiente geológico (geo) e intervienen en un cambio químico.
Hay tres tipos de ciclos biogeoquímicos interconectados.
En los ciclos gaseosos, los nutrientes circulan principalmente entre la atmósfera (agua) y los
organismos vivos. En la mayoría de estos ciclos los elementos son reciclados rápidamente, con
frecuencia en horas o días. Los principales ciclos gaseosos son los del carbono, oxígeno y
nitrógeno.
En los ciclos sedimentarios, los nutrientes circulan principalmente en la corteza terrestre (suelo,
rocas y sedimentos) la hidrosfera y los organismos vivos. Los elementos en estos ciclos,
generalmente reciclados mucho más lentamente que en los ciclos atmosféricos, porque los
elementos son retenidos en las rocas sedimentarias durante largo tiempo, con frecuencia de miles a
millones de años y no tienen una fase gaseosa. El fósforo y el azufre son dos de los 36 elementos
reciclados de esta manera.
En el ciclo hidrológico; el agua circula entre el océano, el aire, la tierra y los organismos vivos, este
ciclo también distribuye el calor solar sobre la superficie del planeta.
Todos los seres vivos requieren de átomos de nitrógeno para la síntesis de proteínas de una variedad
de otras moléculas orgánicas esenciales. El aire, que contiene 79% de nitrógeno, se utiliza como el
reservorio de esta sustancia. A pesar del gran tamaño del patrimonio de nitrógeno, a menudo es uno
de los ingredientes limitantes de los seres vivos. Esto se debe a que la mayoría de los organismos no
puede utilizar nitrógeno en forma elemental, es decir: como gas N2. Para que las plantas puedan
sintetizar proteína tienen que obtener el nitrógeno en forma "fijada", es decir: incorporado en
compuestos. La forma más comúnmente utilizada es la de iones de nitrato, NO 3-. Sin embargo, otras
sustancias tales como el amoníaco NH3 y la urea (NH2) 2CO, se utilizan con éxito tanto en los
sistemas naturales como en forma de fertilizantes en la agricultura.
Fijación del Nitrógeno. La molécula de nitrógeno, N2, es bastante inerte. Para separar los átomos,
de tal manera que puedan combinarse con otros átomos, se necesita el suministro de grandes
cantidades de energía. Tres procesos desempeñan un papel importante en la fijación del nitrógeno
en la biosfera. Uno de estos es el relámpago. La energía enorme de un relámpago rompe las
moléculas de nitrógeno y permite que se combinen con el oxígeno del aire. Los óxidos de nitrógeno
formados se disuelven en el agua de lluvia y forman nitratos. En esta forma pueden ser
transportados a la tierra. La fijación atmosférica del nitrógeno probablemente representa un 5-8%
del total.
La necesidad de nitratos para la fabricación de explosivos condujo al desarrollo de un proceso
industrial de fijación del nitrógeno. En este proceso, el hidrógeno (derivado generalmente del gas
natural o del petróleo) y el nitrógeno reaccionan para formar amoníaco, NH3. Para que la reacción
pueda desarrollarse eficientemente, tiene que efectuarse a elevadas temperaturas (600ºC), bajo gran
presión y en la presencia de un catalizador. Hoy en día, la mayor parte del nitrógeno fijado
industrialmente se utiliza como fertilizante. Quizás un tercio de toda la fijación del nitrógeno que
hoy en día tiene lugar en la biosfera se efectúa industrialmente.
Las bacterias son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico tanto para su huésped como para sí
mismas. En efecto, la capacidad para fijar nitrógeno parece ser exclusiva de los procariotes.
Otras bacterias fijadoras del nitrógeno viven libremente en el suelo. También algunas algas verde-
azules son capaces de fijar en nitrógeno y desempeñan un papel importante en el mantenimiento de
la fertilidad en medios semiacuáticos como campos de arroz.
A pesar de la amplia investigación desarrollada, todavía no es claro de que manera los fijadores del
nitrógeno son capaces de vencer las barreras de alta energía inherentes al proceso. Ellos requieren
de una enzima, llamada nitrogenasa, y un alto consumo de ATP. Aunque el primer producto estable
del proceso es el amoníaco, este es incorporado rápidamente en las proteínas y en otros compuestos
orgánicos que contienen nitrógeno. Podemos decir, entonces, que la fijación del nitrógeno en las
proteínas de la planta (y de los microbios). Las plantas carentes de los beneficios de la asociación
con fijadores del nitrógeno, sintetizan sus proteínas con fijadores de nitrógeno absorbido del suelo,
generalmente en forma de nitratos.
Descomposición. Las proteínas sintetizadas por las plantas entran y atraviesan redes alimentarias al
igual que los carbohidratos. En cada nivel trófico se producen desprendimientos hacia el ambiente,
principalmente en forma de excreciones. Los beneficiarios terminales de los compuestos
nitrogenados orgánicos son microorganismos de descomposición. Mediante sus actividades, las
moléculas nitrogenadas orgánicas de las excreciones y de los cadáveres son descompuestas y
transformadas en amoniaco.
Nitrificación. El amoniaco puede ser absorbido directamente por las plantas a través de sus raíces
y, como se ha demostrado en algunas especies, a través de sus hojas. (Estas últimas, cuando se
exponen a gas de amoniaco previamente marcado con isótopos radiactivos, incorporan amoniaco en
sus proteínas). Sin embargo, la mayor parte del amoníaco producido por descomposición se
convierte en nitratos. Este proceso se cumple en dos pasos. Las bacterias del género nitrosomonas
oxidizan el NH3 y lo convierten en nitritos (NO2-). Los nitritos son luego oxidados y se convierten
en nitratos (NO3-) mediante bacterias del género Nitrobacter. Estos dos grupos de bacterias
quimioautotróficas se denominan bacterias nitrificantes. A través de sus actividades (que les
suministran toda la energía requerida para sus necesidades), el nitrógeno es puesto a disposición de
las raíces de las plantas.
Desnitrificación. Si el proceso descrito antes comprendiera el ciclo completo del nitrógeno,
estaríamos ante el problema de la reducción permanente del patrimonio de nitrógeno atmosférico
libre, a medida que es fijado comienza el ciclaje a través de diversos ecosistemas. Otro proceso, la
desnitrificación, reduce los nitratos a nitrógeno, el cual se incorpora nuevamente a la atmósfera. Así,
otra vez, las bacterias son los agentes implicados. Estos microorganismos viven a cierta
profundidad en el suelo y en los sedimentos acuáticos donde existe escasez de oxígeno. Las
bacterias utilizan los nitratos para sustituir al oxígeno como aceptor final de los electrones que se
desprenden durante la respiración. Al hacerlo así, las bacterias cierran el ciclo del nitrógeno.
4. CICLO DEL AZUFRE.
El azufre esta incorporado prácticamente en todas las proteínas y de esta manera es un elemento
absolutamente esencial para todos los seres vivos. Se desplaza a través de la biosfera en dos ciclos,
uno interior y otro exterior. El ciclo interior comprende el paso desde el suelo (o desde el agua en
los ambientes acuáticos) a las plantas, a los animales, y de regreso nuevamente al suelo o al agua.
Sin embargo, existen vacíos en este ciclo interno. Algunos de los compuestos sulfúricos presentes
en la tierra (por ejemplo, el suelo) son llevados al mar por los ríos. Este azufre se perdería y
escaparía del ciclo terrestre si no fuera por un mecanismo que lo devuelve a la tierra. Tal
mecanismo consiste en convertirlo en compuestos gaseosos tales como el ácido sulfhidrico (H 2S) y
el bióxido de azufre (SO2). Estos penetran en la atmósfera y son llevados a tierra firme.
Generalmente son lavados por las lluvias, aunque parte del bióxido de azufre puede ser
directamente absorbido por las plantas desde la atmósfera.
Las bacterias desempeñan un papel crucial en el ciclaje del azufre. Cuando está presente en el aire,
la descomposición de los compuestos del azufre (incluyendo la descomposición de las proteínas)
produce sulfato (SO4=). Bajo condiciones anaeróbicas, el ácido sulfhidrico (gas de olor a huevos
podridos) y el sulfuro de dimetilo (CH3SCH3) son los productos principales. Cuando estos dos
últimos gases llegan a la atmósfera, son oxidadas y se convierten en bióxido de azufre. La oxidación
ulterior del bióxido de azufre y su disolución en el agua lluvia produce ácido sulfhidrico y sulfatos,
formas principales bajo las cuales regresa el azufre a los ecosistemas terrestres.
El carbón mineral y el petróleo contienen también azufre y su combustión libera bióxido de azufre
en la atmósfera.
5. EL CICLO DEL FOSFORO.
Aunque la proporción de fósforo en la materia viva es relativamente pequeña, el papel que
desempeña es absolutamente indispensable. Los ácidos nucleicos, sustancias que almacenan y
traducen el código genético, son ricos en fósforo. Muchas sustancias intermedias en la fotosíntesis y
en la respiración celular están combinadas con fósforo, y los átomos de fósforo proporcionan la
base para la formación de los enlaces de alto contenido de energía del ATP, que a su vez desempeña
el papel de intercambiador de la energía, tanto en la fotosíntesis como en la respiración celular.
El fósforo es un elemento más bien escaso del mundo no viviente. La productividad de la mayoría
de los ecosistemas terrestres pueden aumentarse si se aumenta la cantidad de fósforo disponible en
el suelo. Como los rendimientos agrícolas están también limitados por la disponibilidad de
nitrógeno y potasio, los programas de fertilización incluyen estos nutrientes. En efecto, la
composición de la mayoría de los fertilizantes se expresa mediante tres cifras. La primera expresa el
porcentaje de nitrógeno en el fertilizante; la segunda, el contenido de fósforo (como sí estuviese
presente en forma de P2O5); y la tercera, el contenido de potasio (expresada sí estuviera en forma de
óxido K2O).
El fósforo, al igual que el nitrógeno y el azufre, participa en un ciclo interno, como también en un
ciclo global, geológico. En el ciclo menor, la materia orgánica que contiene fósforo (por ejemplo:
restos de vegetales, excrementos animales) es descompuesta y el fósforo queda disponible para ser
absorbido por las raíces de la planta, en donde se unirá a compuestos orgánicos. Después de
atravesar las cadenas alimentarias, vuelve otra vez a los descomponedores, con lo cual se cierra el
ciclo. Hay algunos vacíos entre el ciclo interno y el ciclo externo. El agua lava el fósforo no
solamente de las rocas que contienen fosfato sino también del suelo. Parte de este fósforo es
interceptado por los organismos acuáticos, pero finalmente sale hacia el mar.
El ciclaje global del fósforo difiere con respecto de los del carbón, del nitrógeno y del azufre en un
aspecto principal. El fósforo no forma compuestos volátiles que le permitan pasar de los océanos a
la atmósfera y desde allí retornar a tierra firme. Una vez en el mar, solo existen dos mecanismos
para el reciclaje del fósforo desde el océano hacia los ecosistemas terrestres. El uno es mediante las
aves marinas que recogen el fósforo que pasa a través de las cadenas alimentarias marinas y que
pueden devolverlo a la tierra firme en sus excrementos. Además de la actividad de estos animales,
hay la posibilidad del levantamiento geológico lento de los sedimentos del océano para formar tierra
firme, un proceso medido en millones de años.
El hombre moviliza el ciclaje del fósforo cuando explota rocas que contienen fosfato.
El ciclo del agua o ciclo hidrológico, que colecta, purifica y distribuye el abasto fijo del agua de la
tierra. El ciclo hidrológico está enlazado con los otros ciclos biogeoquímicos, porque el agua es un
medio importante para el movimiento de los nutrientes dentro y fuera de los ecosistemas.
La energía solar y la gravedad convierten continuamente el agua de un estado físico a otro, y la
desplazan entre el océano, el aire, la tierra y los organismos vivos. Los procesos principales en este
reciclamiento y ciclo purificador del agua, son la evaporación (conversión del agua en vapor
acuoso), condensación (conversión del vapor de agua en gotículas de agua líquida), transpiración
(proceso en el cual es absorbida por los sistemas de raíces de las plantas y pasa a través de los poros
(estomas) de sus hojas u otras partes, para evaporarse luego en la atmósfera, precipitación (rocío,
lluvia, aguanieve, granizo, nieve) y escurrimiento de regreso al mar para empezar el ciclo de nuevo.
La energía solar incidente evapora el agua de los mares y océanos, corrientes fluviales, lagos, suelo
y vegetación, hacia la atmósfera. Los vientos y masas de aire transportan este vapor acuoso sobre
varias partes de la superficie terrestre. La disminución de la temperatura en partes de la atmósfera
hacen que el vapor de agua se condense y forme gotículas de agua que se aglomeran como nubes o
niebla. Eventualmente, tales gotículas se combinan y llegan a ser lo suficientemente pesadas para
caer a la tierra y a masas de agua, como precipitación.
Parte del agua dulce que regresa a la superficie de la tierra como precipitación atmosférica queda
detenida en los glaciares. Gran parte de ella se colecta en charcos y arroyos, y es descargada en
lagos y en ríos, que llevan el agua de regreso a los mares, completando el ciclo. Este escurrimiento
de agua superficial desde la tierra reabastece corrientes y lagos, y también causa erosión del suelo lo
cual impulsa a varias sustancias químicas a través de porciones de otros ciclos biogeoquímicos.
Una gran parte del agua que regresa a la tierra penetra o se infiltra en las capas superficiales del
suelo, y parte se resume en el terreno. Allí, es almacenada como agua freática o subterránea en los
poros y grietas de las rocas. Esta agua, como el agua superficial, fluye cuesta abajo y se vierte en
corrientes y lagos, o aflora en manantiales. Eventualmente, dicha agua, como el agua de superficies,
se evapora o llega al mar para iniciar el ciclo de nuevo. La intensidad media de circulación del agua
subterránea en el ciclo hidrológico es extremadamente lenta (en cientos de años), comparada con la
de la superficie (10 a 120 días) y la de la atmósfera (10 a 12 días).
En algunos casos, los nutientes son transportados cuando se disuelven en el agua corriente, en otros
casos, los compuestos nutrientes ligeramente solubles o insolubles del suelo o del fondo del mar,
son desplazados de un lugar a otro por el flujo del agua.
La energía como sistema.
La energía no es un ente físico real, ni una "sustancia intangible" sino sólo un número
escalar que se le asigna al estado del sistema físico, es decir, la energía es una herramienta o
abstracción matemática de una propiedad de los sistemas físicos. Por ejemplo se puede
decir que un sistema con energía cinética nula está en reposo. En resumen, la energía es la
capacidad de los cuerpos para producir cambios en su alrededor.
El uso de la magnitud energía en términos prácticos se justifica porque es mucho más fácil
trabajar con magnitudes escalares, como lo es la energía, que con magnitudes vectoriales
como la velocidad y la posición. Así, se puede describir completamente la dinámica de un
sistema en función de las energías cinética, potencial y de otros tipos de sus componentes.
En sistemas aislados además la energía total tiene la propiedad de "conservarse" es decir ser
invariante en el tiempo. Matemáticamente la conservación de la energía para un sistema es
una consecuencia directa de que las ecuaciones de evolución de ese sistema sean
independientes del instante de tiempo considerado, de acuerdo con el teorema de Noether.
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