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“Las vendas de la identificación”.

En: El Caldero de la Escuela Nº 32, EOL,


junio 1993
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CONCEPTO DE IDENTIFICACIÓN EN LA OBRA DE FREUD


Flory Kruger

El concepto de identificación en la teoría freudiana está presente desde


épocas muy tempranas y fue adquiriendo progresivamente un valor central en
su obra. Sin embargo, es un concepto que por su complejidad, ha traído mucha
confusión, lo que justifica un recorrido que permita su reubicación.

El siguiente trabajo retoma los orígenes del término, sus modificaciones a lo


largo de la obra de Freud, valiéndose de la referencia directa a los textos.

La más temprana mención aparece en la correspondencia de Freud a Fliess.


En la carta n9 53, del año 1896, Freud describe el síntoma agorafóbico en la
mujer como un modo de identificación a las prostitutas. El deseo inconciente
sería el de colocarse en el lugar de la prostituta al identificarse con ella. Cito:

"Así por ejemplo, pude confirmar una antigua sospecha sobre el mecanismo
de la agorafobia en la mujer, tú mismo lo podrás adivinar si piensas en las
mujeres públicas, es la represión del impulso de ¡untarse con el primero que se
les cruce en la calle, envidia de la prostituta e identificación con ella".

En una carta escrita al año siguiente, la carta № 58, explica el espasmo


histérico como la identificación o imitación a la rigidez cadavérica de un muerto,
lo cual la hace permanecer en estado de inmovilidad rígida. Cito:

"Mi último resultado es la explicación del espasmo tónico histérico: es la


imitación de la muerte con rigidez cadavérica, es decir, la identificación con un
muerto".

Freud presenta aquí! la identificación como sinónimo de la imitación, más


adelante intentará separarlas.

En el "Manuscrito N", encontramos el antecedente de lo que veinte años


después será ampliado como dos tipos de identificación: la identificación
narcisista y la identificación histérica. Freud observa que los impulsos hostiles
contra los padres son reprimidos durante la enfermedad o muerte de éstos.
Parte del proceso de duelo consiste en el autorreproche (identificación
narcisista) o en el autocastigo por medio del mismo estado de enfermedad que
los aquejara (identificación histérica). Cito:

"Los impulsos hostiles contra los padres (el deseo de que mueran)
constituyen también elementos integrantes de las neurosis (...) estos impulsos
son reprimidos en aquellas ocasiones que reaniman la compasión por los
padres como las manifestaciones del duelo (...) consiste entonces, en
autoacusarse o autorreprocharse de esta muerte, o en castigarse de manera
histérica, afectándose con los mismos estados que ellos sufrían, de acuerdo
con el principio de la expiación.

La identificación que tiene lugar en dicho proceso no es, como se advierte,


sino un modo de pensamiento, y no nos exime de la necesidad de buscar la
motivación”.

Ubicar la identificación como un modo de pensamiento, es comenzar a


distinguirla de la pura imitación de conductas.

Vemos que en estos primeros años el modelo de la identificación era el de la


identificación histérica, proceso que se llevaba a cabo inconcientemente, a
través del cual el sujeto se identificaba con otra persona en base a un deseo. El
deseo era reprimido, pero eficaz y el mecanismo era patológico.

En "La interpretación de los sueños", año 1900, concibe la identificación, no


solamente vinculada a la formación de los síntomas histéricos, sino que la
ubica como uno de los mecanismos inconcientes que participan en la
elaboración de los sueños.

El esfuerzo de Freud por diferenciar la imitación de la identificación, tiene que


ver con el intento de superar una forma descriptiva para la explicación de los
síntomas, y ubicarla como un proceso intrapsíquico.

En estos primeros años no encontramos grandes diferencias respecto del


uso de este concepto, salvo en "Psicopatología de la vida cotidiana", año 1904,
en donde no está utilizada para la formación de síntomas sino que está referida
a la elección de una carrera, la medicina, en el ejemplo que toma Freud.

Señalamos un desplazamiento de la identificación vinculada a una conducta


transitoria, sintomática, a una elección permanente y duradera en la vida de un
sujeto.

El texto de viraje en relación al concepto es "Introducción del narcisismo"-


año 1914-, que si bien no nombra la identificación, todo el desarrollo alrededor
del narcisismo proporciona los rudimentos para lo que más tarde habría de
desarrollarse hacia una teoría estructural. En este artículo Freud afirma que el
yo es una unidad que no está dada de entrada, sino que tiene que constituirse
a partir de un nuevo acto psíquico. En la base de esta constitución hay que
ubicar la identificación.

La evidencia de la ampliación del concepto la tenemos en un agregado a los


"Tres ensayos" del año 1915, donde observa que el objetivo sexual de la fase
oral es la incorporación del objeto, prototipo de la identificación que luego
jugará un papel importante en el desarrollo. La identificación empieza a ser
vista desde una perspectiva desarrollista. Cito:
"La meta sexual consiste en la incorporación del objeto, el paradigma de lo
que más tarde, en calidad de identificación, desempeñará un papel psíquico tan
importante".
Freud asocia la identificación oral a la fase oral canibalística y quizá,
dependiente de ella. En "Tótem y Tabú" año 191 3 dice: "En el acto de
devorarlo, llevaron a cabo su identificación con él".

Así llegamos al año 1917, "Duelo y melancolía", donde aparece la famosa


frase "La sombra del objeto cae sobre el yo", para explicar cómo la pérdida de
un objeto se transforma en una pérdida del yo.
La ruptura del vínculo libidinal con el objeto produce una retracción de la
libido hacia el yo, y la relación con el objeto de la realidad pasa a ser una
relación del yo y esa parte del yo que ha sufrido la identificación. El conflicto del
yo con el objeto se ha trasladado a un conflicto entre el yo y la instancia crítica
del yo. Esta instancia crítica del yo será lo que en "El yo y el ello" Freud
llamará Superyó.

El dato importante en "Duelo y melancolía" es la emergencia de la


identificación como una etapa previa a la elección de objeto. La identificación
es en realidad, la forma más primitiva de elección de objeto derivándose del
desarrollo de la fase oral.

Freud distingue la identificación narcisista de la identificación histérica. En la


primera, la investidura de objeto es abandonada por la identificación, mientras
que en la segunda, coexiste la investidura de objeto junto con la identificación.

Llegamos así al año 1920, "Psicología de las masas y análisis del yo" donde
encontramos un capítulo dedicado a la identificación. Freud la ubica como la
manifestación más temprana de un enlace afectivo a otra persona. La
identificación es central para la prehistoria del Complejo de Edipo. La
identificación al padre y la elección de objeto de amor en la madre, conviven en
el varón hasta desembocar en el Complejo de Edipo. La identificación con el
padre adopta una tonalidad hostil, al querer sustituirlo en relación con el objeto
amado.

Freud presenta una serie de ejemplos para pensar este modo de la


identificación en la formación de síntomas histéricos. Una niña toma la tos de
su madre como su síntoma y de este modo cumple con su deseo de
reemplazarla en la situación edípica. Cito: "Quisiste ponerte en el lugar de tu
madre, ahora lo eres en su sufrimiento".

La particularidad de la identificación antedicha es que se trata de un rasgo


del objeto con el cual existe una relación de objeto previa; es pues, una
identificación parcial al rasgo.

El otro ejemplo que menciona Freud, es el del internado. La muchacha que


frente a la carta de su novio hace un ataque histérico delante de sus
compañeras, que por la vía de la afección psíquica se identifican con ella. Aquí
no hay una relación de objeto previa. La empatía surge a consecuencia de la
identificación y no previamente a ella.
Hay que destacar que la identificación en la formación de síntomas, está
precedida por el sentimiento inconciente de culpa, quizá por eso el síntoma
conlleva una cuota de sufrimiento necesaria para su expiación.

Pero lo central de "Psicología de las masas..." son las tres fuentes de la


identificación que Freud describe:

1)La identificación es la forma más primitiva, originaria, de ligazón afectiva


con un objeto. Freud pone en primera instancia, la identificación previa a
cualquier relación de objeto. Esta es la identificación primaria.

2)La identificación pasa a sustituir a una ligazón libidinosa de objeto por vía
regresiva, mediante la introyección del objeto en el yo. Perdido el objeto, por
regresión se vuelve a una identificación. Esta es la identificación narcisista, es
una identificación parcial, característica del Complejo de Edipo y de la
formación de síntomas. Se trata de la identificación a un rasgo único de la
persona deseada.

3)La identificación puede nacer siempre que el sujeto descubre en sí un


rasgo común con otra persona, que no es objeto de sus pulsiones sexuales.

Es la identificación que toma Freud para explicar la formación de las masas.


Freud intenta usar la identificación con un nuevo sentido, que no es ni histérico,
ni narcisista, ni regresivo y que no necesita de una relación de objeto
precedente. Compara la identificación con el enamoramiento. En la primera, el
yo se enriquece al introyectar al objeto y adquirir así las propiedades del
mismo. En el segundo, el yo, empobrecido por su sometimiento al objeto, lo
sustituye por su propio ideal del yo.

El último texto que vamos a citar es "El yo y el ello", año 1 923. En este trabajo
Freud retoma lo trabajado en "Duelo y Melancolía" ampliando sus
consideraciones mas allá de esta última. El modelo de la identificación le sirve
ahora para explicar la formación tanto del yo como del superyó. Retoma
ampliamente identificación vinculada al Complejo de Edipo y menciona por
primera vez, la identificación primaria referida al padre de la prehistoria. Cito:

"Los efectos de las primeras identificaciones, las producidas a la edad más


temprana, serán universales y duraderos, esto nos reconduce a la génesis del
Ideal del yo, que tras éste se esconde la identificación primera y de mayor
valencia del individuo, la identificación con el padre de la prehistoria personal".

Esta identificación es constitutiva del sujeto humano y es previa a toda


investidura de objeto.

Con este recorrido hemos intentado volver a puntuar las modificaciones hechas
por Freud, respecto de un concepto que comienza trabajando a partir de lo
observable clínico - la clínica de las histéricas- para concluir presentándolo
como un momento constitutivo del sujeto humano.

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