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Madres contra el paco

A través del Programa Madres en Red frente a las Adicciones, puesto en marcha por el
ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Claudio Mate, la Subsecretaría de
Atención a las Adicciones bonaerense capacita a madres de jóvenes consumidores de
paco para prevenir el consumo de esa droga en los barrios más humildes del Gran Buenos
Aires.

Ese programa apunta a recuperar y fortalecer los lazos familiares y comunitarios, mediante
la generación de redes barriales promotoras de espacios de contención, intercambio y
encuentro, orientados hacia la búsqueda de líneas de acción frente al gravísimo problema
de las adicciones que afecta a nuestros jóvenes.

En realidad, Madres del Paco, también conocidas como Mujeres por la Vida, es una
agrupación surgida formalmente hace ya algunos años en la villa Ciudad Oculta ante la
falta de respuesta del Estado para combatir el consumo de pasta base de cocaína, droga
barata con efectos graves y devastadores para la salud de quienes los consumen. El
grupo, de más de 150 mujeres, es liderado por una vecina de la Villa 15, María Rosa
González, quien entregó en mayo último un petitorio dirigido al presidente Kirchner para
que abriera centros de atención especializados en adicciones de esa droga.

El consumo de pasta base de cocaína, de marihuana y drogas inhalantes por lo menos se


triplicó en la ciudad de Buenos Aires y en el primer cordón del conurbano bonaerense
desde 2005 hasta la actualidad. En especial, la frecuentan adolescentes de bajos recursos
como droga de iniciación. El paco está compuesto casi en su totalidad por químicos o
elementos adulterantes, lo cual refuerza el carácter adictivo y el efecto rápido, intenso y de
corta duración de cada dosis. En poco tiempo, la droga deja secuelas neurológicas
irreversibles por la inhabilitación permanente de los centros nerviosos, pérdida de reflejos,
motricidad, inteligencia y hasta memoria.

La explosión casi descontrolada del consumo de paco no es sólo un fenómeno propio de la


Argentina: otros países de la región están enfrentando situaciones parecidas. Ello ha
provocado que mujeres argentinas, uruguayas y de otras nacionalidades se reuniesen en
Montevideo con el exclusivo objetivo de luchar contra el paco, que está matando o mató a
sus hijos, y pedirle al resto de la sociedad que las ayuden a hacerlo. El encuentro,
organizado con gran esfuerzo por Madres de la Plaza, de Uruguay, y Madres en Lucha, de
la Argentina, es el primero de esa clase en la región.

El consumo de paco tiene muy distintas aristas: está ligada con la salud, con la educación
y con la seguridad. De hecho, la formación de los movimientos maternales de ambas
orillas del Río de la Plata tuvo como origen esos temas. Juntas, ahora ambas
organizaciones quieren sensibilizar al resto de la población para que comience a
considerar enfermos a los adictos y no delincuentes por el hecho de que la mayoría de
ellos delinque para poder adquirir la droga. También pretenden terminar con el miedo,
tratando de que la gente se anime a denunciar a los vendedores de paco, y exhortan al
Estado para que combata el tráfico ilegal de drogas.

Es de esperar que el compromiso social y el coraje cívico que han demostrado tener esos
grupos de mujeres sirvan de elemento movilizador apto para lograr un mayor grado de
participación y toma de conciencia de la sociedad en cuanto se refiere a prevención de
adicciones desde la familia, la escuela, las organizaciones no gubernamentales y el
Estado. Las autoridades gubernamentales en general y las responsables de la lucha y el
control de las adicciones en particular deben elaborar y poner en vigencia sin dilaciones
las medidas más eficaces para combatir el tráfico ilícito de estupefacientes, al igual que
aquellas otras apropiadas para revertir los factores de riesgo que llevan a los jóvenes a
caer en submundo de las drogas, en el cual se ingresa fácilmente y del que, en la mayor
parte de los casos, no se sale indemne.

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