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c , del francés antiguo Ô , «clérigo que llevaba vida irregular», a su
vez alteración del bajo latín Ô
, propiamente «gente del demonio», del
latín «el gigante Goliat», «el demonio».1 El término se utilizó durante la
Edad Media para referirse a cierto tipo de clérigos vagabundos y a los estudiantes
pobres pícaros que proliferaron en Europa con el auge de la vida urbana y el
surgimiento de las universidades en el siglo XIII. La mayor parte de ellos
estudiaron en las universidades de Francia, Alemania, Italia e Inglaterra.
No obstante, la figura del goliardo puede rastrearse hasta épocas muy anteriores.
Ya en el siglo IV, el concilio de Nicea condenaba a un cierto tipo de clérigos de
vida licenciosa que podrían equipararse al goliardo. En la Regla benedictina y en
otros textos canónicos posteriores se vuelve a mencionar a la figura del clérigo
vagabundo y ocioso.
Pero, más allá de su forma de vida, lo que más interesa de los goliardos es su
afición a la literatura. Muchos de ellos escribieron poesía satírica en latín, donde,
expresando su descontento, criticaban a la Iglesia, a la sociedad establecida y al
poder, así como composiciones líricas donde elogiaban el vino, la taberna, el
juego, las mujeres y el amor. La poesía goliardesca se cultivó por toda Europa
durante la Edad Media. Las composiciones, casi siempre anónimas, son muy
diversas: desde poemas sencillos hasta otros muy elaborados y retóricos.
VALORES SOCIOCULTURALES EN EL
MUNDO
LOS GOLIARDOS:
INTRODUCCIÓN
Dentro de la alejada Edad Media, se dieron algunos eventos que propiciaron a los
ciudadanos encontrar mejores oportunidades de vivir, es entonces cuando se da el
surgimiento de la burguesía. Por esas mismas épocas, aparece un grupo de
clérigos, decididos a cambiar sus estatutos y formas de vida, con la añoranza de
libertad de pensamiento y palabra, se revelan y comienzan a evolucionar las ideas
sobre las fuerzas divinas y lo corrupto. Comienzan a lanzar criticas a la sociedad
en general, que recrimina severamente su conducta, sin embargo el único
propósito que persiguen estos clérigos es: ·
Ô
Ô
.
Sin duda,
han dejado una gran herencia, en sus cantos que
reflejaban un panorama muy completo del espíritu de esa época, reflejando a
través de los himnos religiosos y de las cantinelas licenciosas, pariodas
imaginables llenas de extrema libertad.
* La poesía Goliarda del siglo XII puede ser considerada como un
destello de la modernidad inmersa en el oscurantismo medieval.
Más aún, las ciudades llegaron a ser verdaderos señoríos colectivos que
prestaban y recibían vasallaje, tenían derecho de paz y de guerra, poseían
ejércitos y ostentaban sus propios blasones, sus sellos y estandartes. Más tarde a
esta clase de ciudades fueron llamadas comunas.
, como uno de los grupos que ponen en entre dicho los fundamentos
mismos de propia sociedad.
: Clérigos errantes (vagantes) que toman su nombre de un ser mítico
de un apodo Ô (glotón y deslenguado). Mismo que se da de una
corrupción de
, personificación del diablo. Y que son identificados como
clérigos o estudiantes que andan errando como cantores ambulantes, poetas
irrespetuosos para con la sociedad y la religión de esa época.
Ô
Ô
Ô
Ô
La poesía de
fue parte de la vida literaria, de la baja Edad Media,
que se escribió en latín, lengua denominada de los ³nuevos homeros´. Se dice que
este tipo de poesía, fue una expresión más libre, y suponía la misma lengua de
letrados, sin embargo, se apartaba de la metáforas clásicas y aún más entonaba
con rima: Exorcismos, peticiones de limosna, reflexiones sobre el destino endeble
del hombre y por otro lado, también entonaba: la alegría, la gran euforia por la
embriaguez y el vino escarneciendo lo bello y lo bueno, lo sagrado y lo profano.
Es aquí cuando entramos a discutir una de las razones por las cuales
consideramos que
son un destello de la modernidad.
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Por esta razón comenzamos haciendo una comparación, entre los ³individuos
modernos´ y aquellos que desean una expresión más libre de reflexión sobre el
destino del hombre, que trataban de escarnecer todo lo establecido, cuestionar lo
sagrado o decoroso de la sociedad y de las letras , si:
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¿Qué diferencia existe entre uno y otro?, nosotros pensamos que el contexto, el
telón, es la única razón que diferencia a ambos, ya que se piensa y actúa de igual
forma, sin embargo, encontramos que las actitudes y pensamientos de los
individuos ³modernos´ son un precedente de las ideas de
.
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Ô
Ô
.
Y Más aún, en uno de los textos utilizados para la elaboración del presente
trabajo, se refieren a
como ³bandas de hippies´, ya que ambos viven
de la caridad pública.
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Los c eran unos pensadores cuya identidad estaba dada por
el interés hacia el conocimiento, las artes, la enseñanza y los
placeres de la vida. Surgieron en la alta edad media (Siglos XII y
XIII), heredando una época de decadencia en donde el clero era
poseedor absoluto del conocimiento. Se lanzan a las calles a enseñar
las ciencias y las artes, convirtiéndose en una parte escencial en la
fundación de las universidades como las conocemos en la actualidad.
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¿Quiénes
son esos Goliardos? Todo se combina para ocultarnos su figura. En el
anonimato que los cubre en su mayor parte, las leyendas que ellos
complacientemente hicieron correr sobre sí mismos, las leyendas !
!
que propagaron
sus enemigos, aquellas leyendas forjadas por eruditos e historiadores
modernos, desorientados por las falsas apariencias, enceguecidos por
los perjuicios.
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, a veces con temor y desprecio, pues
son turbadores del orden, y por lo tanto gente peligrosa. Otros, en
cambio, ven en los c una especie de
Ô
urbana, un
medio revolucionario que encarna todas las formas de oposición
declarada al feudalismo. ¿Donde está la verdad?
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los primeros c surgen de una necesidad
social, no fueron un grupo de personas que decidió crear un equipo
de futbol, una logia, una empresa o un partido político, lo cierto es,
llamarse c era más un mote despectivo que un orgullo. En
c queremos ser un tributo a aquellos, que
apodados c , dejaron la comodidad de los monasterios y en
algunos casos dierón su vida por decir lo que pensaban y vivir como
querian.
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*
Pero, más allá de su forma de vida, lo que más interesa de los goliardos es su
afición a la literatura. Muchos de ellos escribieron poesía satírica en latín, donde,
expresando su descontento, criticaban a la Iglesia, a la sociedad y al poder, así
como composiciones líricas donde elogiaban el vino, la taberna, el juego, las
mujeres y el amor. La poesía goliardesca se cultivó por toda Europa durante la
Edad Media. Las composiciones, casi siempre anónimas, son muy diversas: desde
poemas sencillos hasta otros muy elaborados y retóricos.
En si eran monjes y aprendices de monjes que usaban sus conocimientos del latín
y de la escritura para mofarse de las practicas religiosas que predominaban en
aquel entonces. A cambio de sus poemas amorosos y sus cantos jocoso-
burlescos estos estudiantes recibían como pago unas monedas, vino o una sopa
caliente en los conventos. Conservaron sus distintivos clericales, es decir: la
tonsura, que es el rapado circular de la coronilla del cráneo y los hábitos que
vestían. Se reunían en "hermandades" con el fin de protegerse, lo que aunado a
los distintivos que portaban les permitía sistematizar sus engaños, de los cuales
se valían para subsistir. Las constantes persecuciones emprendidas en su contra
los orillaron a asociarse con los integrantes del bajo mundo: juglares,
saltimbanquis, facinerosos, artesanos, todos ellos organizados en "razones de
seguridad. Sus canciones, que con frecuencia atacaban la riqueza del alto clero y
su corrupción con ironía, escarnio y transgresión de toda norma moral y conducta
social vigente, ocasionó denuncias y demandas y fueron violentamente
marginados, pero a pesar de sufrir continuas persecuciones y soportar leyes,
decretos y toda clase de edictos en su contra, el movimiento continuó alimentado
por lo mismo que cantaban y protegido por la parte más liberal y menos integrista
y romanista de la iglesia. La mayoría eran clérigos pobres o sin parroquia, monjes
ociosos o estudiantes de las scholae catedralicias, los estudios generales y las
universidades medievales.
Los Carmina Burana, acaso los poemas goliardescos más célebres, se deben
traducir como "Cantos de Beuren", a causa del nombre con el que Johann
Andreas Schmeller publicó en 1847 la primera edición del manuscrito de la obra.
Los poemas goliardescos que integran la colección se sabe que fue reunida hacia
1225 y se encontró en el monasterio de Benediktbeuren en Baviera, región
alemana ubicada entre los Alpes y la frontera con Checoslovaquia. Hoy se
conserva en Munich. Los poemas están en lenguas latina y bajo-alemán y de ellos
Orff tomó selecciones de los temas más representativos de la poesía de los
clérigos vagantes: lo inconstante de la suerte, la primavera y sus múltiples
manifestaciones de vida; la embriaguez, el sarcasmo, la ridiculización y los
placeres sensuales, a los cuales fueron tan aficionados.
El término procede del latín cármĕn carminis, µcanto¶ o µcántico¶ (no confundir con
la palabra árabe carmén µjardín¶), y burana es el adjetivo gentilicio que indica la
procedencia: µde Bura¶ (el nombre latino de la ciudad alemana de Beuern). El
significado del nombre es, por tanto, µCanciones de Beuern¶.
El original Carmina burana es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que
se han conservado en un único códice encontrado en 1803 por Johann Christoph
von Aretin en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Benediktbeuern), en Baviera; en
el transcurso de la secularización llegaron a la Biblioteca Estatal Bávara en
Munich, donde se conservan (Signatura: clm 4660/4660a).
En estos poemas se hace gala del gozo por vivir y del interés por los placeres
terrenales, por el amor carnal y por el goce de la naturaleza, y con su crítica
satírica a los estamentos sociales y eclesiásticos, nos dan una visión contrapuesta
a la que se desarrolló en los siglos XVIII y segunda parte del XIX acerca de la
Edad Media como una ³época oscura´.
De todo esto Carl Orft tomó los textos de Carmina burana para componer una cantata
escénica con el mismo nombre en 1937, cuyo fragmento más conocido es el O Fortuna,
que constituye la primera parte del preludio y que se repite al final de la obra. Orff subtituló
la composición: Cantiones profánae cantóribus et choris cantándae comitántibus
instrumentis atqüe imáginibus mágicis (en español: µcanciones laicas para cantantes y
coreutas para ser cantadas junto a instrumentos e imágenes mágicas¶).
La versión de Orff forma parte de una trilogía junto a Catulli Cármina y Trionfo di Afrodita.
En la cantata, además de la orquesta y coros, intervienen solistas (soprano, tenor, bajo),
destacando su abundante y espléndida percusión.
De la colección completa de los Carmina burana, Orff escogió 25 canciones y las ordenó
de modo que pudieran ser representadas en un escenario. En cuanto a la música, se
amoldó a la sencillez de los textos. Aproximadamente la mitad de las piezas son
canciones cuya melodía se repite en cada estrofa casi sin variantes, limitándose algunas
veces a realizar simples escalas mayores o menores.