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1) Información Antecedente
Generalidades: El
Departamento de Santander
está ubicado en la región
centro oriental de Colombia,
limita al norte con los
departamentos de Cesar y
Norte de Santander, al este
con Norte de Santander y
Boyacá, al sur con Boyacá y
al oeste con Antioquia y
Bolívar.. Tiene una superficie
de 30.537 m2, y forma parte
de lo que se conoce como el
“sistema o región andina”
estando ubicado sobre la
Cordillera Oriental. Santander
está dividido en dos grandes
mitades: la montaña y el
valle; características físicas
que lo constituyen en una de
las regiones más particulares de Colombia en donde es posible encontrar todos los pisos climáticos. La
población total aproximada es de 2.086 millones de habitantes. Su capital es la ciudad de Bucaramanga con
aprox. 568 mil habitantes.
Fisiografía. En el relieve del territorio se distingue dos grandes unidades fisiográficas: Valle Medio del
Magdalena y la cordillera Oriental. El valle del Magdalena, al occidente del departamento, se caracteriza por un
modelado plano y suavemente ondulado, con predominio de acumulaciones fluviales del cuaternario y rocas
sedimentarias del terciario; en las márgenes del río Magdalena predomina la vegetación selvática y al oriente
de éstas, se encuentra una faja de bosque ecuatorial. La cordillera Oriental ocupa la mayor parte del
departamento en dirección general suroeste - noreste. La geología de este relieve está constituida por rocas
sedimentarias ricas en fósiles, pertenecientes al período secundario; hacia el oriente hay presencia de rocas
ígneas del precámbrico y paleozóico, al occidente del territorio. El relieve es quebrado y de pendientes fuertes
con alturas superiores a los 3.000 m sobre el nivel del mar, como en la cordillera de los Lloriquíes o de los
Cobardes (constituye la divisoria de aguas entre los ríos Suárez al oriente y Magdalena al occidente); otros
accidentes orográficos son los páramos, que le sirven de límite, por el oriente con Boyacá sobresalen los
páramos de Chontales, Consuelo y Cruz Colorada; por el norte, con Norte de Santander están los de Carcasí,
Almorzadero y Santurbán. Además, en el flanco occidental de la cordillera, se encuentra una serie de terrazas,
de ambiente muy seco, la más extensa e importante es la mesa de Los Santos o Jéridas; todas estas mesetas
se presentan en forma escalonada, muy erosionadas y cortadas abruptamente ante el cañón del Chicamocha;
éste último constituye uno de los rasgos morfológicos más notables del relieve santanderiano que se encuentra
en sentido oriente - occidente, por ser el cauce más profundo del país, a lo largo de abruptos desfiladeros
carentes de capa vegetal y en continuo proceso de erosión que configuran un espectacular paisaje.
Hidrografía. Numerosos ríos, quebradas y corrientes menores riegan sus tierras, destacándose por su
importancia los ríos Magdalena, Carare, Lebrija, Opón, Sogamoso (formado por la confluencia del Chicamocha y
del Suárez), Cáchira, Chucurí, Ermitaño, Fonce, Guaca, Guayabito, Horta, La Colorada, Nevado, Onzaga,
Paturia, San Juan y Servitá. Existen también varias ciénagas localizadas en las proximidades del río Magdalena;
entre ellas las más notables son Colorada, Doncella, El Llanito, Opón, Paredes, Rabón, Redonda, San Silvestre y
Yariquíes.
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Clima. La diversidad de altitud proporciona pisos térmicos y paisajes diferentes: en el valle del Magdalena,
bajo con temperaturas medias del orden de 29°C y lluvias abundantes, registrándose hasta 3.800 mm anuales;
en el flanco de la cordillera disminuye la temperatura, las lluvias son de 1.500 a 2.000 mm en promedio anual;
con excepción del sur y especialmente del cañón del Chicamocha donde la precipitación es menor de 500 mm,
y altas temperaturas que alcanzan valores hasta de 32°C; el área de los páramos registra temperaturas
inferiores a 7°C y escasa precipitación. Sus tierras se distribuyen en los piso térmicos cálido, templado y
bioclimático páramo
Vulnerabilidades: Dadas las condiciones fisiográficas, climáticas e hidrográficas del departamento, las
principales amenazas se constituyen por los fenómenos de remoción en masa y las inundaciones. Las fuertes
lluvias que se presentan en los meses de enero, febrero, octubre y noviembre, unido al hecho de que el
departamento tiene grandes asentamientos de población desplazada por la violencia en zonas de alto riesgo,
hacen que año tras año se presenten emergencias y desastres en las laderas de las montañas y las riveras de
los ríos.
El 09 de febrero del presente año, tras 12 horas de lluvias fuertes y constantes se presentó el desbordamiento
de los Ríos Frío y De Oro a la altura del municipio de Girón y la ciudad de Bucaramanga, además de la
Quebrada la Iglesia, que afectaron a un gran número de la población asentada a las riveras de estos afluentes,
principalmente desplazados por la violencia de las zonas rurales del departamento.
Las lluvias continuaron en todo el oriente del país, principalmente sobre los Santanderes debido a la
persistencia de un frente frío. Las lluvias alcanzaron niveles de hasta 100 mm en un día, ocasionando
desbordamiento de ríos y deslizamientos en las zonas de ladera.
Cuando se estaba iniciando un plan de acción en ambos municipios para el manejo de la postemergencia del
evento ocurrido el 09 de febrero, sucedió un segundo evento catastrófico: lluvias fuertes y constantes entre las
6 p.m. del viernes, 11 de febrero, y las 11 a.m. del día sábado, 12 de febrero de 2005, que causaron una
creciente tipo avalancha de mucha mayor magnitud que la del 9 de febrero. La avalancha afectó una zona
mucho mayor que la inicial. Adicionalmente, se presentaron deslizamientos de tierra en las zonas de escarpa y
ladera que destruyeron y sepultaron casas, además de bloquear las vías de acceso a Bucaramanga y Girón.
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Fuente: Cálculos de Fedesarrollo con datos del DANE. Exportaciones per capita en Santander calculadas sin café y petróleo y sus derivados,
sectores que el DANE no clasifica según departamento de origen. El promedio nacional sí incluye estos dos sectores.
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Estos registros de precipitaciones permiten establecer que, las
lluvias presentadas durante los días 9 y 11 de febrero de
2005, fueron las precipitaciones de agua más fuertes
registradas durante los últimos 30 años en Santander. Así
mismo, puede concluirse que las lluvias de estos días tuvieron
un comportamiento similar, ligeramente más intenso y con un
cubrimiento más amplio el día 11 de febrero. En la figura No.
1 se puede observar la clasificación de los municipios
afectados, por número de viviendas damnificadas y una
distribución de densidad de puntos por número de víctimas
fatales.
Antecedentes Y Normatividad:
Mediante la Ley 9 del 24 de Enero de
1979 se estableció la creación del
Comité Nacional de Emergencias
redefiniendo el Ministerio de Salud y el
sector en su conjunto y es donde
aparece la primera reglamentación
sobre el manejo de los desastres.
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facultades extraordinarias, y se revivió el Fondo Nacional de Calamidades -FNC.
En el año 1989 con el Decreto Ley 919 del 1 de Mayo, se reglamentó La ley 46/88 y se creó la Oficina
Nacional para la Prevención y Atención de Desastres como respuesta a la urgente necesidad que tenía el
Gobierno Nacional de afrontar mediante una organización adecuada, los innumerables problemas sociales y
económicos generados por los distintos factores de calamidad pública y desastres de origen natural y antrópico
que durante las últimas décadas del siglo XX habían sufrido la sociedad y el país en general. Dos años más
tarde, por medio del Decreto 1680 del 3 de julio de 1991, se reorganizó el Departamento Administrativo de la
Presidencia de la República y se trasladó la ONPAD al Ministerio de Gobierno. En el mismo año de 1991, por
medio del Decreto 2035 de Julio 3, se reestructuró el Ministerio de Gobierno y se cambió el nombre de
Oficina Nacional por el de Dirección Nacional, quedando establecidas las funciones de la DNPAD dentro del
Ministerio, y codificada con el código 2.10 dependiendo del despacho del Viceministro. Con el Decreto 0372 de
Febrero 26 de l996, se reformó el Ministerio de Gobierno pasando a ser Ministerio del Interior, se estableció su
estructura interna, y se organizó la Dirección General Unidad Administrativa Especial para la Prevención y
Atención de Desastres y luego mediante el Decreto 2546 del 23 de Diciembre de 1999, se modificó el nombre
a Dirección General para la Prevención y Atención de Desastres, nombre que actualmente se mantiene.
En enero 13 de 1998, mediante el Decreto 093, se adoptó el Plan Nacional para la Prevención y
Atención de Desastres (PNPAD) incluyendo los objetivos, principios, estrategias, programas y
subprogramas que deben regir las actividades del Sistema.
Como se puede apreciar la política general del Estado Colombiano ha sido, desde 1986, la de consolidar la
incorporación de la mitigación de riesgos y la prevención de desastres en el proceso de desarrollo
socioeconómico del país, con el fin de eliminar o reducir pérdidas de vidas y de bienes materiales y
ambientales, mediante el fortalecimiento de las competencias institucionales, la organización, la participación
de la población y la aplicación de medidas para el cambio de los factores generadores de riesgos, tales como
las amenazas o peligros potenciales de origen natural o antrópico y la vulnerabilidad del contexto social y
material de los asentamientos humanos y de los ecosistemas frágiles expuestos.
Administración: El enfoque del SNPAE es vertical, "de arriba hacia abajo", ya que el gobierno tiene una
participación activa en la creación, implementación, administración y toma de decisiones, tanto a nivel Nacional
como Departamental y municipal. La mayor parte del Sistema está compuesta por entidades públicas, la Cruz
Roja Colombiana es prácticamente la única ONG que tiene una participación activa importante en todos los
niveles del SDPAE.
Responsabilidades:
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− Ejercer la ordenación del gasto del Fondo Nacional de Calamidades, de conformidad con lo previsto en el
artículo 5 del decreto 2378 de 1997.
Estructura Organizacional
Así mismo, ante la necesidad urgente de la reubicación de las familias el Gobierno Nacional anunció, el 12 de
marzo de 2005, el desembolso de 72 mil millones de pesos en subsidios de vivienda de interés social (VIS),
para dotar con casa propia a 10 mil familias afectadas por el invierno en Santander, Norte de Santander, Huila
y Tolima. Igualmente, anunció que el propósito del Gobierno es no permitir que más familias vivan en las
zonas de riesgo afectadas por el invierno, la titular del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial
de Colombia, dijo: “no queremos que vuelva a pasar que se supere esta emergencia y que dentro de un año o
dentro de un tiempo con otro invierno, tengamos el mismo problema”. Y agregó: “no podemos emprender la
construcción de unos proyectos de vivienda dejando las viviendas que hoy están en riesgo, porque vuelven y
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las ocupan. Lo que hay que hacer es recuperar ese espacio, generar zonas de espacio público, de espacio
protector. Ahí hay una responsabilidad muy grande de las autoridades municipales de no permitir que esos
sitios sean nuevamente invadidos, para evitar las pérdidas humanas y económicas que se han presentado”.
El presidente Uribe se unió al llamado de la Ministra y solicitó a la Policía intervenir donde las administraciones
locales no lo hagan: “ese tema debe quedar muy claro. Que no vuelvan a construir sobre las zonas donde se ha
presentado esa inundación. Ese es un esfuerzo que implica fundamentalmente el compromiso de alcaldes. Le
pediría a la Policía que ustedes asumieran la responsabilidad de apoyar a los alcaldes en eso”. “Y voy a ir más
allá –agregó–: esto es tan grave para el país, han sufrido tantas familias, que si hay negligencia en alguna
alcaldía, ruego que sea la Policía la que tome la iniciativa. Vamos a procurar reubicar las familias, pero hay que
impedir, administrativa y policivamente, que se vuelva a construir sobre esos sitios, porque es crear nuevos
riesgos”.
Finalmente el director de la Oficina de Atención y Prevención de Desastres, Eduardo José González, informó
que en Bucaramanga y Girón se entregaron subsidios de arrendamiento por 1.300 millones de pesos, en
beneficio de 1.700 familias afectadas. Este subsidio de emergencia, que asciende a 100 mil pesos mensuales
por familia y se entrega durante 6 meses, permite a los hogares pagar su arrendamiento mientras acceden a
vivienda propia.
Como se puede observar, el Sistema funcionó bien en cuanto a la atención de la emergencia, movilizando todos
los recursos económicos, humanos y logísticos requeridos, igualmente la atención post desastre en cuanto a la
rehabilitación se está adelantando de manera adecuada a través de los programas de Reubicación de Familias y
los Subsidios de Arriendos y Vivienda. Así mismo, se prestó ayuda psicológica a los afectados y están
trabajando conjuntamente el gobierno central y los locales para prevenir los asentamientos humanos en zonas
de alto riesgo.
Sin embargo, como en la mayoría de los casos, nuestro SDPAE falló en la gestión de riesgos: la identificación, la
reducción y la transferencia del riesgo, se habían identificado los riesgos que existían en las poblaciones que
finalmente resultaron afectadas, sin embargo no se hizo nada para prevenir y mitigarlo. Existiendo el programa
de Reubicación, no se recurrió a tiempo a él como medida de prevención, solo se utilizó después de presentada
la situación de calamidad. Además, no se tenía un sistema de alerta temprana para prevenir a la población
sobre las posibles inundaciones y avalanchas. En cuanto a la transferencia del riesgo en Colombia, es un tema
que no ha sido tomado en consideración en la mayoría de los planes de Prevención y Atención de Emergencias,
éste sólo ha sido considerado en ciudades que tienen bienes muebles con patrimonio histórico.
Por otra parte, a pesar de no tener una preparación establecida para mejorar la capacidad de atención rápida y
eficaz, reducir el sufrimiento ocasionado por éste desastre, la atención de la emergencia fue efectiva y
eficiente, se proporcionaron los suministros básicos a las personas afectadas, se llevaron a cabo operaciones de
búsqueda y rescate, evacuación, se establecieron albergues, se prestó atención médica de emergencia y se
restauraron temporalmente el transporte y las comunicaciones en las zonas afectadas.
En cuanto a la etapa de Rehabilitación, ésta se hizo a través de los programas de Reasentamiento de Familias,
subsidios de vivienda y arriendo para las personas afectadas, se movilizaron y asignaron recursos a través del
Fondo Nacional de Calamidades y del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, adicionalmente
de los que se canalizaron a través de ONG´s y entidades privadas.
Finalmente, en la etapa de Reconstrucción, el gobierno nacional está adelantando planes y programas que
permitan evitar desastres similares, coordinando, junto con los gobiernos locales, la prohibición de ocupación
de zonas de riesgo y controlando el crecimiento de las poblaciones hacia las riveras de los ríos y las zonas de
ladera. Por otra parte, la población santandereana que resultó afectada por el desastre son, en su mayoría,
desplazados por la violencia presentada en las franjas rurales, situación que solo se puede solucionar a largo
plazo en el país con acuerdos de paz, aumento de las opciones de trabajo, entre otras consideraciones. (El
cómo la violencia en Colombia a contribuido al aumento de las poblaciones vulnerables a riesgos de desastres
naturales es un tema de larga discusión y discernimiento)
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5) Recomendaciones para Mejorar
Son varios los puntos que se pueden mejorar en el Sistema colombiano para la prevención y atención de
emergencias y desastres:
1. Uno de los principales inconvenientes del SNPAE actual es que la que la organización es de “arriba hacia
abajo”, lo que conlleva que las entidades privadas (académicas, científicas, financieras e industriales),
comunidades locales y ONG´s tengan poca participación en la elaboración de planes y en la toma de
decisiones.
3. Mejorar las bases de datos de información SIG y estadística. Solamente en las grandes ciudades,
principalmente en Bogotá y Medellín, se cuenta con sistemas de información medianamente eficientes y
completos, e invierten constantemente en su mejoramiento. Las entidades públicas de orden nacional que
tienen información que puede servir en un momento dado para el monitoreo, prevención y atención de
zonas de riesgo y poblaciones vulnerables, tienen información centralizada, de difícil acceso y en la mayoría
de los casos desactualizada o atrasada, lo que complica aún más la elaboración de planes de emergencia y
la toma de decisiones en un momento dado. La informática de la administración local y de las funciones de
planeación requiere una estructura más clara que abarque las obligaciones formales, la adopción de nuevas
tecnologías y las reglas para la economía en la gestión. Se debe promover la inversión de recursos en
sistemas de información que permitan el acceso rápido y eficiente a los datos.
4. Cumplir con los objetivos de los planes de ordenamiento territorial en cuanto al tema de protección de
zonas de riesgo y/o vulnerables. Este es otro de los puntos álgidos en nuestro país, el proteger zonas de
riesgo es complicado cuando existen intereses políticos y económicos implicados.
5. Reforzar y perfeccionar los sistemas de alerta temprana. Desde la tragedia de Armero en 1.985, el
gobierno nacional ha ido identificando los sitios donde se requieren los sistemas de alertas tempranas, sin
embargo su efectividad no es la óptima. La administración y mantenimiento funcional y operativo implican
costos que muchos de los gobiernos locales no están en condiciones de asumir, por lo que se requieren
estrategias claras e inversión permanente para el diseño, montaje y operación de dichos sistemas.
6. Por último, la inversión y el apoyo constante en investigación. Uno de los pilares de la gestión del riesgo,
tal y como se menciona en la Estrategia Internacional de Reducción de Riesgos de Desastres (EIRD), es la
investigación de la relación entre los fenómenos climáticos, los peligros naturales, los factores
socioculturales, económicos y medioambientales, la recopilación y análisis de datos por géneros, edades,
grupos étnicos, entre otros. De allí radica la importancia de vincular más activamente a los grupos
académicos y científicos del país en el tema del riesgo.
BIBLIOGRAFIA
− Observatorio de Salud Pública de Santander, boletín inundación, febrero 2005
− Presidencia de la República, SNE – Servicio de Noticias del Estado, Boletín Febrero y Marzo de 2005.
− DGPAD, Decreto 2546 del 23 de Diciembre de 1999.
− Gobernación de Santander
− Documento “La Reducción de Desastres y el Desarrollo Sostenible”, World Bank Institute Distance Learning
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FIGURA No. 3. Detallado organigrama funcional del SDPAE
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CUADRO No. 1: RESUMEN AFECTACION. DGPAD. FEBRERO 2005
DESCRIPCION DEL EVENTO AFECTACIÓN APOYO FONDO NACIONAL DE CALAMIDADES
MUNICIPIO EVENTO MUERTO HERIDO DESAPA. PERSONAS FAMILIAS VIV.DESTR VIV.AVE VIAS PTES.VEHI PTES.PEA ACUED. C.EDUCA OTROS FECHA DE MENAJES AP.ALIMENT. ECONOM. VALOR TOTAL
S S U. R. C. T. T. APOYO
GIRON INUNDACION 11 324 5 16.430 3.286 2.214 83 2 19 DAÑOS EN VIAS Y 23-Feb-05 $248.868.000 $54.000.000 $273.600.000 $576.468.000
PUENTES
URBANOS.
BUCARAMANGA INUNDACION 8 45 2 15.500 3.100 3.067 4 GRAVE AFECTACION 23-Feb-05 $151.350.000 $152.724.000 $1.104.100.000 $1.408.174.000
VIAL., EN SERVICIO
PUBLICOS E
INFRAESTRUCTURA
PRODUCTIVA.
GUACAMAYO INUNDACION 25 5 5 $0 $0 $0
EL CARMEN INUNDACION 250 50 48 $0 $0 $0
BARRANCABERME INUNDACION 1 1.590 318 32 177 1 $0 $0 $0
JA
SOCORRO INUNDACION 100 20 2 18 $0 $0 $0
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