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Anotaciones




Colegio San Luis Gonzaga





COLEGIO SAN LUIS GONZAGA

Dirección de Bienestar Estudiantil


Año lectivo 2009-2010

Rector: Carlos Vargas Reyes


Directora Académica: Carmen Cañas M.
Director de Bienestar Estudiantil: Francisco Javier Robalino
Director de Pastoral: Jonny Cedeño
Directora Administrativo-Financiera: Ximena Navas

Preparación del material:


Carmen Cañas Martínez
Francisco Javier Robalino


I. Presentación

E n este año en el que celebramos el cincuentenario del Colegio


San Luis Gonzaga, este folleto, ANOTACIONES, espera ser una
ayuda en tu camino de estudiante de este Colegio de la
Compañía de Jesús. En él podrás encontrar algunas experiencias que
faciliten hacer del estudio una práctica agradable y significativa de
construcción de tu propia personalidad.

¡Qué mejor manera de celebrar!

La mejor recompensa que podamos tener todos quienes ayudamos


para tu formación será acompañarte en el proceso, descubrir que
acoges estas ANOTACIONES y que comienzas a empoderarte de tu
vida sin escatimar esfuerzos para desarrollarte integralmente.

Así esperamos a que en nuestro cincuentenario la familia Gonzaga


tenga más herramientas del conocimiento de este mundo que exige
cada vez más de nosotros.

Que disfrutes de esta experiencia de complementación de tus


técnicas de estudio.

¡Ah, por cierto, esperamos tus comentarios!

Quito, 31 de julio de 2009


II. LA FORMACIÓN INTEGRAL EN EL COLEGIO GONZAGA

OBJETIVOS

1. Acercar a los miembros de la comunidad educativa del colegio San Luis


Gonzaga la propuesta educativa de la Compañía de Jesús.

2. Re-definir la identidad del/de la estudiante Gonzaga.

CONTENIDOS

A. ¿Qué entendemos por formación integral?

B. Dimensiones de la formación integral.

C. Mapa de conjunto del proceso pedagógico ignaciano.

D. Medios instrumentales.
D. MEDIOS INSTRUMENTALES

La Ratio Studiorum (sistema unificado de educación jesuítica propuesto por Roma


en 1599 y que sirvió de modelo para todas las instituciones de educación de la
Compañía de Jesús durante casi dos siglos) formula un conjunto imprescindibles de
actitudes y acciones sin las cuales no podrá avanzar ni alcanzar el estudiante su
formación integral. Ellos son, “primero, saber escuchar, contestar, repetir y
discutir; segundo, saber interrogar y consultar; tercero, saber tomar notas o
apuntes; cuarto, saber preleer la lección y leer libros; quinto, saber hablar y
expresarse en público sexto, saber escribir, componer y redactar”2

Primero, saber escuchar, contestar, repetir y discutir

Escuchar y hablar, dos de las actividades más corrientes y en apariencia más


sencillas de cuanto aprendemos, pueden ser consideradas, de hecho, entre las
actividades humanas más complejas y sutiles.

Del total de la comunicación verbal humana, según los expertos, el 40% se realiza
mediante la escucha, el 35% mediante el lenguaje hablado, el 16% mediante la
lectura y el 9% se realiza mediante la escritura3.

La escucha eficaz es un proceso activo durante el cual la mente interactúa con la


información que recibe, la evalúa, la analiza y la vislumbra, y crea asociaciones
entre el conocimiento nuevo y los datos o sentimientos que ya están almacenados
en la memoria.

Supone escuchar activamente y prestar atención a los pensamientos y sentimientos


que no llegan a expresarse, así como a las palabras que se pronuncian. La escucha
activa o positiva es el equivalente auditivo de leer entre líneas y buscar significados
escondidos. No es difícil dominar esta habilidad que te permitirá comprender con
mucha más claridad tanto los contenidos como los sentimientos ajenos.

Para contestar, repetir y discutir es indispensable primero una escucha activa. Con
ello se asegura el haber no solo aprendido no sólo el objeto de la comunicación y su
contexto, sino también aprehendido (interiorizado) el conjunto de saberes que han
querido ser comunicados.

Ten en cuenta:

- Que has comprendido la pertinencia de las preguntas o de la discusión.


- El contexto en el que se desarrolla el encuentro.
- Nunca evadir el diálogo, la lección.
- Ser franco. Ir “al grano”, evitando rodeos que justifiquen la imposibilidad de
contestar, repetir o discutir. Concretar las ideas.
- Que rebatimos ideas en busca de una parte de la verdad. No confrontamos
personas. La realidad puede ser vista desde muchas perspectivas que deben
ser valoradas positivamente.


2
VÁSQUEZ, S.I., C. (2007), Manual del aula de clase. ACODESI. Manizales, citando a BERTRÁN-
QUERA, S.I., M. (1984), La Pedagogía de los Jesuitas en la Ratio Studiorum, San Cristóbal-Caracas.

 !    

     
Segundo, saber interrogar y consultar

Siempre ha sido importantísimo el saber interrogar y consultar, más ahora que


vivimos en la sociedad del conocimiento y la información.

En un primer nivel implica la habilidad de retroalimentación de contenidos


(mensajes a nivel cognoscitivo) en un escenario que cada vez cambia con mayor
velocidad: antes de la invención de la imprenta la mayoría de conocimientos se los
obtenía de los maestros, luego de los libros y ahora están siempre al alcance con
los medios electrónicos tales como el Internet.

Incluso técnicas sencillas como la búsqueda de contenidos en el mayor motor de


búsqueda del mundo como es Google implican una estrategia que debe ser
profundizada por aquellos que tienen más experiencia en la gestión de la
información4.

En un nivel más profundo implica no solo la habilidad de retroalimentación de


mensajes cognoscitivos sino incluso de sentimientos. Es sobretodo en ese momento
en el que cada uno puede construirse como persona humana: ser relacional,
comunitario, trascendente, político, comunicativo, corporal, ético y estético,
espiritual, inteligente y afectivo.

Ten en cuenta:

- Que la interrogación no implica fallo sino el camino correcto hacia el


descubrimiento de una realidad que se descubre cada vez más compleja.
- Que la consulta va más allá de los conocimientos hacia el camino de
construirse como persona.
- Perder el miedo a preguntar.
- Hacer preguntas adecuadas para que te ayuden a clarificar los contenidos y
en ninguna forma para entorpecer la prosecución de la clase. A veces, por
intentar impedir el avance en clase, puedes terminar confundiendo a otros e
incluso a ti mismo.
- Si tienes preguntas que se salen del tema de clase, pero que crees que
pueden ser importantes, anótalas en un papel y espera la clase comunitaria
o el momento oportuno para hacerlas sin hacer perder a tus compañeros el
hilo del proceso.
- Anotar las respuestas que dé el educador ante las preguntas. Generalmente
en esas respuestas se encuentran los conocimientos clave que debes
adquirir, sobretodo si enfatiza mucho en ello.

Tercero, saber tomar notas o apuntes

Un cerebro activo, un cerebro que esté preparado para escuchar y responder, es la


clave para tomar unas notas de primera.

De ellas (de las notas o apuntes) podrás repasar las lecciones, obtener material
para tus preguntas, buscar aquel contenido sobre el que desees profundizar, etc.,
es decir, construir tu propio conocimiento.


4
Criterios de búsqueda avanzada que ayudan a filtrar el contenido de la información: formato de los
resultados de archivos encontrados, idioma en el que está escrito, tamaño y exactitud con el texto
buscado, fechas, etc.
Ten en cuenta:

- Las notas o apuntes de clase no son accesorios en el proceso de


aprendizaje. Junto con una escucha activa son la base del desarrollo
cognitivo e incluso afectivo personal.
- Que tu actitud al tomar nota debe ser como aquel que está en las primeras
filas de la clase.
- Que la posición corporal ayuda a mantener tu atención y por tanto a tomar
apuntes.
- Las claves verbales (aquello que merece la pena ser escrito). Normalmente
los profesores lo recalcan de alguna manera.
- Las claves no verbales (aquello que el profesor enfatiza con su postura
corporal, con su gestáltica).
- Comparar tus notas con las de tus compañeros o con el material escrito
(libros), una vez que te encuentres en casa.
- El estilo de cada profesor. Eso te ayudará a discriminar y tomar las notas
adecuadas.
- Utiliza símbolos sólo cuando sepas que puedes descifrarlos al momento de
estudiar tus apuntes.
- Realiza organizadores de pensamiento para jerarquizar la clase y asegurarte
de que no solamente conoces las distintas técnicas adquiridas sino que
forman parte de un proceso de construcción de conocimiento.
- Una regla práctica: escribe siempre la fecha en la que tomas los apuntes.
Esto te ayudará a estructurar mejor tu materia.
- Que no debes tomar nota únicamente de lo que el educador escribe en el
pizarrón pues son sólo notas (casi palabras) clave que desprovistas del
contexto (explicaciones o respuestas) no se entienden completamente.
Anota frases enteras, subraya, encuadra, resalta.
- Cuanto más organizados se encuentren tus apuntes más fácil será para ti
estudiar después. No se trata solamente de una palabras y ya, tómalas
cariño ya que son producto de tu proceso; embellécelas, hazlas visualmente
agradables para que a ti mismo te dé gusto volverlas a estudiar en el futuro.

Cuarto, saber preleer la lección y leer libros

La prelección, en la tradición educativa ignaciana es una presentación previa de un


trabajo futuro. Es la preparación del estudio personal futuro por parte de cada
estudiante.

Tú, como protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje, debes saber desde el


principio, al comenzar a estudiar un tema, cuáles son exactamente las
competencias5 que debes dominar al terminarlo.

Ten en cuenta:

- Cómo se relaciona la lección futura con el conocimiento que ya has adquirido


antes, tanto de la materia como de otras áreas del conocimiento.
- Las ideas principales (puntos básicos) así como las ideas secundarias que
justifican o desarrollan el tema. Bien que las entiendas en la prelección o
como preguntas para el profesor cuando se desenvuelve la clase.


5
Competencia es el conjunto de habilidades, conocimientos y valores que en un contexto ayudan a
resolver problemas reales. En pedagogía se dice que responden al “saber hacer”, “saber conocer” y “saber
ser”.
- Cuando leas un libro, no olvides el leer (o hacer una pequeña investigación)
sobre el autor y su contexto. Saber esos datos te pueden ayudar mucho
para situar la obra y descubrir mensajes que de otra forma no serían visibles
a simple vista. Un buen comentario sobre el autor y su libro siempre serán
útiles también.
- Si lees textos científicos, toma cuidado especial de la terminología y
definiciones, aprende los términos fundamentales, determina la estructura y
organización del texto (contextualízalo), realiza una lectura analítica del
texto (pon atención en el desarrollo de fórmulas o clasificaciones) y
finalmente, una vez concluida tu lectura, repasa brevemente el contenido
del texto completo.
- Siempre es preferible hacer un trabajo proporcionado pero continuo. Nunca
esperes leer un libro “devorándolo” en un día (generalmente antes del
control de lectura…). Gestiona bien tu tiempo y planifícalo con calma.
- A menudo es necesario re-leer una obra para gustarla en profundidad. Con
una segunda lectura más pausada encontrarás pasajes que ni siquiera viste
la primera vez.

Quinto, saber hablar y expresarse en público

Desde hace muchos siglos atrás la humanidad ha reconocido a la expresión en


público como una herramienta imprescindible de las personas. Prácticamente el ser
humano es un ser comunicativo que necesita saber comunicar su experiencia, sus
emociones, sus pensamientos y sentimientos con los demás, ayudándolos también
a ellos a construirse en el complejo de las relaciones humanas.

Debido a eso, los antiguos griegos dieron tanta importancia a la oratoria, y en la


edad media, sobretodo los frailes, a la homilética.

Ya ahora, reconocemos la misma necesidad que no es accesoria. El ubicarse


delante de un auditorio y poder expresarse con soltura, con un tono adecuado y la
gestáltica necesaria sin deficiencia ni excesos. Es otro de los mínimos que es
necesario sepas manejar.

Ten en cuenta:

- Que aunque fueren ideas brillantes las que guardas en tu interior, si no


pueden ser expresadas o se las comunica mal, de poco servirán y no
cumplirán con su objetivo.
- Que es preciso que mantengas contacto ocular con las personas que se
encuentran en tu auditorio. Una mirada directa indica, a menudo, la
intensidad de un sentimiento; mientras que una mirada de soslayo se
vincula con la timidez, una fortuita superioridad o un cierto grado de
sumisión. De este modo se pueden comunicar mensajes de gran
importancia.
- La expresión facial también es un modo de comunicarte con los demás y
puede estar relatando una historia compatible o incompatible con tu
discurso. A menudo la expresión facial tensa de la persona ansiosa puede
ser interpretada mediante sentimientos muy distintos, como puede ser la
tristeza, la ira o la desaprobación.
- La postura puede darte también mucha información sobre los sentimientos
de una persona. Es evidente que cuando mantienes erguida la cabeza, recta
la espalda y los hombros ligeramente echados hacia atrás, muestras un
mayor grado de seguridad.
- Cuida la voz. El adecuar convenientemente su tono mejorará la calidad de tu
presentación. Para una correcta emisión de voz es esencial que se haga una
buena respiración. Además una correcta respiración ayuda a relajarte si te
encuentras algo nervioso.
- Maneja bien los tiempos y las entonaciones. Recuerda que una exposición no
es una carrera de la que debas salir lo antes posible. Utiliza todos los medios
a tu favor: en el momento en que te diriges al público eres la persona más
importante a la que todos prestan atención.
- Si vas a hacer una exposición revisa con anterioridad las ayudas
audiovisuales si las vas a utilizar. Recuerda siempre tener un plan B porque
no es extraño que pueda desaparecer el fluido eléctrico o quemarse un
parlante y tu exposición no puede depender exclusivamente de ello. Entre
más importante es la exposición más seguro debes estar de tus apoyaturas.
- El orador da un valor añadido a una exposición. Que el expresarte en público
nunca sea nada más que una lectura de diapositivas o de fichas que traigas
entre manos. Realmente ello aburre y dice muy mal del expositor.

Sexto, saber escribir, componer y redactar

A veces se da por sentado que basta que un estudiante sepa unir unas grafías
(dibujar las letras) para que automáticamente, como por encanto, sepa redactar,
escribir cuentos, elaborar informes, ensayos o realizar proyectos. Nada tan falso.

Todo aquello requiere una técnica y algo de arte: conocer su teoría, practicarlo
hasta aprender a dejarse guiar por la intuición.

Ten en cuenta:

- Comienza por recordar (si son trabajos que debes presentar para el Colegio)
como normas generales: seguir al pie de la letra las instrucciones del
profesor (en cuanto a normas, tipos, etc.), entregar siempre a tiempo una
copia clara y limpia, conservar al menos una copia de tu trabajo y, por
último no permitas ni un solo error gramatical u ortográfico.
- Utiliza la lógica para realizar tu trabajo, es decir, no comiences jamás por las
conclusiones.
- Antes de escribir analiza el tema propuesto: sus implicaciones, materias que
están relacionadas, lo que llamamos el contexto. Escribe en un papel esas
primeras ideas. Ordénalas, revisa sus vinculaciones y jerarquízalas de
acuerdo a su importancia y a la manera en cómo se plasmaría en tu trabajo.
- Ve a las fuentes: anda a la biblioteca, consulta en Internet, pregunta a
profesores, amigos, padres, especialistas…
- Prepara un esquema general (un esqueleto de tu obra).
- Investiga más a fondo el tema: lee con detenimiento lo que encontraste en
la biblioteca o lo que bajaste de Internet. Toma nota de las ideas principales
y secundarias de cada texto consultado.
- Elabora un esquema más detallado de tu trabajo.
- Escribe un primer borrador.
- Si crees necesario investiga aquello que te parezca importante o lo que esté
difuso.
- Escribe un segundo borrador con todos estos materiales.
- Comprueba la ortografía y haz una revisión general del texto buscando
posibles errores gramaticales y de contenido.
- Dáselo a otra persona para que lo lea (o a tu profesor, antes de la fecha
señalada para que le eche un vistazo y te haga recomendaciones).
- Redacta el texto final.
- Revísalo por última vez
- Entrégalo. Ahora verás el resultado de tu esfuerzo.
Aquí haremos un alto para enunciar sobre el cómo citar referencias bibliográficas.

Recuerda que todo trabajo bien realizado tiene ideas o expresiones que no son
tuyas. Por eso es importantísimo que cites a sus autores.

Utilizaremos tres tipos de referencias: las notas al pie de página, las notas entre
paréntesis y los libros consultados.

Las notas al pie de página son aquellas que se escriben con una secuencia
ordenada (numerada con un superíndice) al final de cada página. La información
que se debe incluir es: nombre del autor, título del libro o del artículo, información
sobre su publicación (lugar de publicación, editorial, año), el número de la página
donde aparecía la información6. Si es un libro anónimo sólo debes escribir el título y
la página.

Cuando deseas incluir la referencia bibliográfica en el cuerpo de tu trabajo, es


mejor utilizar las notas entre paréntesis. Por lo general, aquí sólo se incluye el
apellido del autor, la inicial de su nombre y las páginas en donde se encuentra la
información (Fry, R. 104). Normalmente la referencia completa del libro se la
expone al final en los libros consultados7. En una sección posterior de este mismo
folleto se incluye un apartado que te ilustrará mejor sobre la manera correcta de
citar fuentes de información.

A lo largo de este mismo trabajo puedes encontrar distintas formas de citar


bibliografía incluyendo páginas web. Asegúrate estar de acuerdo con tu profesor
por si requiere alguna manera exacta de citar fuentes.


6
FRY, Ron. Cómo redactar y presentar tus trabajos. Círculo de Lectores. Bogotá, 2004. 97-103.
7
Te recomiendo ver, por ejemplo, las obras consultadas al final de este folleto.

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