You are on page 1of 3

ANEXO VI. Desarrollo y cambio estructural.

A. Desindustrialización.
En el sendero del desarrollo económico, algunos autores han defendido (Solow,
refiriéndose al crecimiento económico) que se podría concretar el desempeño de la
economía en varias etapas. Lo que parece indudable es que, según el desarrollo se
consolida, el peso de la agricultura en el empleo nacional cae y tiende a repetirse en
todos los casos un rápido incremento en la proporción del empleo industrial de la
economía. A este proceso se le llama industrialización.
Sin embargo, llega un momento en que la proporción en la economía de empleo
industrial se estabiliza, para luego comenzar a caer. El empleo en el sector secundario se
va viendo sustituido por un incremento en el empleo en el sector servicios (terciario)
dentro de la economía. Este proceso es bautizado como desindustrialización.
Hay que tener en cuenta que estamos hablando en términos relativos; por lo que, si el
empleo total crece lo suficientemente rápido, la proporción del empleo industrial puede
decrecer rápidamente, incluso cuando el número absoluto de trabajadores en el sector se
esté viendo incrementado. Esta parece haber sido la situación de España en los últimos
años (Rowthorn,2004).
Otro elemento importante es el diferenciar el empleo de la producción; en muchas
economías avanzadas, la productividad industrial se ve incrementada dramáticamente,,
hasta el punto en que la producción no deja de crecer, aun cuando el empleo en el sector
sea menor. En conclusión, la desindustrialización en el empleo no determina por sí
misma caídas en la producción.
La mayoría de los estudiosos reconocen la inevitabilidad y los beneficios en potencia
del cambio estructural; pero también reconocen que alguna de las consecuencias de este
cambio para el sector de la manufactura pueden ser tanto indeseables como evitables.
Hay varias razones que pueden explicar la caída de la participación del empleo
industrial en las economías avanzadas:

o La especialización: se van generando procesos de externalización de


determinadas actividades; pasando a ser estas actividades clasificadas
como servicios. Por lo que una parte, aunque no sea relevante, de la
caída de empleo puede ser debida a este trasvase estadístico desde el
sector industrial al servicios de las actividades externalizadas.
o Consumo: la caída de las cifras de consumo de bienes industriales bien
puede ser reflejo de una rápida caída de los precios relativos de estos
bienes, provocada tanto por un incremento en las importaciones
provenientes de países con bajos costes salariales, junto con grandes
incrementos de la productividad doméstica.
o Productividad: la tasa de crecimiento de la productividad se puede
explicar como la diferencia entre la tasa de crecimiento del output y la
tasa de crecimiento del empleo. Para mantener similares tasas de
crecimiento de dicho output durante los últimos años, el sector industrial
ha tenido una tasa de crecimiento del empleo negativa, mientras que en
los servicios positiva; lo que ha supuesto, según el enunciado previo de
la productividad, un mayor incremento de la productividad en el sector
industrial que en el servicios.
o Comercio Internacional: Se ha tratado en otras partes de este trabajo las
implicaciones del comercio exterior en la economía.
o Inversión: la proporción de formación bruta de capital fijo en el gasto
total tiene una gran influencia en el sector industrial; ya que genera
demanda de bienes manufacturados (maquinaria, material de
construcción…), por lo que el incremento de la tasa de inversión
aumentará la proporción de bienes industriales en la demanda total y por
tanto la proporción de la industria en la producción total y el empleo.
B.Cuantificación.
Existen diversos estudios cuantitativos (Rowthorn & Ramaswamy,1999; Rowthorn &
Coutts, 2004) que por medio de regresiones y el uso de distintos indicadores han tratado
de dilucidar qué factores están detrás del proceso actual de desindustrialización en las
economías avanzadas. Sus resultados parecen consistentes al situar al comercio con
economías de bajos costes salariales como un factor determinante.
Aunque en la mayoría de los casos este factor ha tenido menor importancia que factores
internos tales como el crecimiento de la productividad y los cambiantes patrones de la
demanda.
A. La Balanza Corriente.
Ha habido también una serie de estudios que, para distintas realidades nacionales, han
estudiado el progresivo adelgazamiento de la Balanza Comercial y su significado. Así
había autores que lo veían como un síntoma de cercanas debacles económicas (Ajit
Singh, 1977); mientras que otros (Rowthorn & Wells, 1987) explicaban esta tendencia
como un síntoma de cambios estructurales progresivos que variaban la morfología y las
relaciones de la economía objeto de estudio con el resto del mundo. Esta segunda
interpretación parece ser hoy la más aceptada. Hay distintos países con déficit comercial
quasi crónico y nadie parece preocuparse demasiado, estando esto causado últimamente
por la importancia de las exportaciones en servicios como regulador en algunas
economías de la Balanza Corriente.
Sin embargo, estos mismos autores (Rowthorn, 2004) se plantean si el proceso
desindustrializador no habrá ido demasiado lejos; si una incapacidad en desarrollar o
mantener un sector industrial dinámico podría, eventualmente, tener consecuencias
serias para la Balanza de Pagos y la prosperidad general del país.
Un área donde las predicciones son muy sensibles a la suma de indicadores agregados,
donde pequeñas desigualdades pueden generar escenarios completamente distintos;
resulta por lo menos de gran riesgo para el ejercicio de la predicción.

• Conclusiones:
A. Sin tratar de ser catastrofistas, parece tener poco sentido el abandonar uno de los
principales instrumentos de regulación de la Balanza Corriente (la Balanza
Comercial) y por tanto de la Balanza de Pagos, centrando toda la capacidad de la
economía de prevenir déficits exteriores no manejables en partidas tan a priori
volátiles como las correspondientes a las exportaciones de servicios o las
transferencias.

Por tanto, defender la vigencia de la importancia de mantener una Balanza


Comercial saneada (sector industrial dinámico que genere un ritmo suficiente de
exportaciones), lo más próxima posible a una situación de superávit, como base
para mantener una Balanza de Corriente que no suponga una rémora al
crecimiento y desarrollo económico del país resulta como mínimo una medida a
tener en cuenta por cualquier gobierno.
B. Más concretamente, en el caso español. Existen estudios cuantitativos (J.A.
Alonso,1999) que tratan de determinar el rol de la Balanza de Pagos en el
crecimiento de la economía española; en este caso concreto desde 1960 hasta
1994.

También se pretende estudiar importancia de introducir variables en la


modelización relacionadas con las ganancias de competitividad generadas en
mejoras de la calidad de los bienes y servicios dentro de la función de
exportaciones.

Sus principales conclusiones son:

1. Las restricciones externas (comportamiento de la Balanza de Pagos)


han condicionado la dinámica de crecimiento de la economía española.
2. Es importante incluir en los modelos explicativos variables que reflejen
el cambio estructural a la hora de estudiar la influencia en las
exportaciones durante dicho cambio estructural.
3. No conviene caer en la inadecuada simplificación de eliminar de los
modelos los precios relativos dentro de la ecuación de equilibrio
exterior.

You might also like