FICHA CONFIRMACIÓN

CURSO: PRIMERO
Fecha: 24.10.2010

TEMA:
LAS ALAS SON PARA VOLAR

OBJETIVOS/CONTENIDOS a presentar:
- ¿Porqué si y porqué no apuntarse a confirmación?
- Empezar a volar como grupo

DINÁMICA:

1. ¿Por qué si y por qué no apuntarse a confirmación?

Como es el primer año de confirmación para ellos queremos saber las expectativas que
tienen y la ilusión con la que se han apuntado. A cada niño le daremos dos postits, teniendo
que poner en uno las cosas que me gustan de las catequesis de confirmación y en el otro lo
que nos echa un poquito para atrás. Dichos postits los tendrán que pegar en un mural, para
que en un futuro podamos recordar como empezamos sintiéndonos. Además con esta
dinámica podemos quitarnos un poquito la vergüenza, ya que al final comentaríamos un
poquito en alto.

2. Les leeremos el cuento “Las Alas son para Volar” en el que se refleja la idea de no
limitarse a caminar cuando tengamos alas. Y aunque no las veamos maduras o
perfectas para ello, todo llega, hay que saber esperar. Y si esperamos con los 5
sentidos puestos en ello, llegaremos allá donde queramos. Porque los años de
preparación y lo que puedes llegar a entender durante los años de catequesis que estás
cursando tiene la misma importancia que la meta por lo que lo hacemos.

3. Por último, y para fortalecer y dar sentido a la palabra grupo, haremos el típico juego
de las mesas (“el tiburón”) donde los niños se deben subir a un numero contado de mesas,
TODOS juntos (Ej: si hay 28 niños poner 14 mesas) De manera que poco a poco se les irá
retirando mesas y deberán coordinarse y trabajar en grupo para no caer de ellas.
MATERIALES: Cuento LAS ALAS SON PARA VOLAR.

…Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:

- Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de
volar, me parece que sería penosos que te limitaras a caminar, teniendo las alas que
el buen Dios te ha dado.
- Pero yo no se volar – contestó el hijo.
- Es verdad… - dijo el padre y caminando lo llevó hasta el borde del abismo de una
montaña.
- Ves; hijo, este es el vacío. Cuando quieras volar vas a pararte aquí, vas a toma aire,
vas a saltar al abismo y extendiendo las alas, volarás.
El hijo dudó:
- ¿Y si me caigo?
- Aunque te caigas no morirás, sólo algunas magulladuras que te harán más fuerte
para el siguiente intento – contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, vio a sus amigos, a sus compañeros con los que había
caminado toda su vida y los más pequeños le dijeron:
- ¿Estás loco? ¿Para que? Tu padre está medio tarado… ¿qué vas a buscar volando?
¿Por qué no te dejas de tonterías? ¿quién necesita volar?
Pero otros le aconsejaron:
- ¿Y si fuera cierto? ¿No será peligroso? ¿Por qué no empiezas más despacio? Prueba
a tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol, pero… ¿desde la cima de
una montaña?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y, con
coraje, saltó… Desplegó las alas, las agitó en el aire con todas sus fuerzas, pero cayó a
la tierra…
Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre:
- ¡me mentiste! No puedo volar. Probé y ¡mira el golpe que me di! No soy como tú:
Mis alas son de adorno…
Hijo mío – dijo el padre – Para volar; hay que crear el espacio del aire libre necesario para
que las alas se desplieguen. Es como tirarse en paracaídas, necesitas cierta altura antes de
saltar. Para volar hay que empezar corriendo riesgos. Sino quieres, quizás lo mejor será
resignarse y seguir caminando para siempre.