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DE LA RELACIÓN DIÁDICA MADRE-HIJA A LA

INCLUSIÓN DEL PADRE EN LOS JUEGOS


FAMILIARES. UNA EVOCACIÓN A MARA SELVINI

Investigación sistémica: anorexia, familia y terapia


familiar

Por: Gino Cavani Grau

INTRODUCCIÓN

Si bien el porcentaje de adolescentes con anorexia que llegan a la consulta, ya


sea en el hospital o a través de la consulta privada, es bajo en comparación con
otras patologías o alteraciones psicológicas, esta enfermedad no está exenta de
llamar la atención sobre sus consecuencias y dinámica familiar.

La disminución de los casos presentados en consultorios externos no nos dice


nada sobre la cifra real de casos que pudieran existir. La falta de una red
interinstitucional y el trabajo en equipo con los agentes asistenciales más
representativos con respecto a esta enfermedad, nos hace entrever que la cifra
de casos sería realmente representativa. La forma en que se derivan estos casos
por los médicos internistas, desde emergencia o desde psiquiatría, para un
abordaje familiar, le resta contundencia a la necesidad de un afrontamiento
interdisciplinario. Además, hay una primacía del discurso medico-hegemónico,
en patología anoréxica, que se deja de prestar urgencia al contexto familiar,
enmarañado en las interacciones con la adolescente y el síntoma que se
manifiesta a través de la paciente designada.

En estos dos últimos años hemos sido partícipes de casos de adolescentes con
anorexia (entre 14 y 17 años de edad) que son derivados de psiquiatría y
pediatría, pero creemos que con el énfasis y los criterios de derivación de estos
casos, se incrementarían las posibilidades de una intervención familiar
sostenida como posibilidad de desenmarañar la trama familiar que mantienen
el síntoma anoréxico. Esta metodología de la terapia familiar no contradice ni
excluye la atención que los demás profesionales de la salud destacan los
aspectos biomédicos (medicina general, pediatría y nutrición).

Cuando estamos frente a la adolescente que padece tal patología; nuestra


resonancia, a través de nuestros sentidos, denota una imagen familiar que se
muestran como muy autosuficientes, como si tuvieran el control de la situación
con padres que cuando conversan en sesión parecen eruditos en el tema de la
parentalidad. Ya Andolfi (1990), resaltaba a propósito del caso Luciano –
capítulo VI de su libro “Terapia Familiar”–, la coalición rígida de los padres
como característica primordial de la dinámica parento-filial en que ellos, si bien
forman parte del juego familiar, no se implican en éste ni en el síntoma de la
hija o hijo.

Mara Selvini menciona que “hemos hablado de un error epistemológico; este


último resulta de la separación arbitraria de un patrón del comportamiento
dado del contexto pragmático de los patrones precedentes con los cuales forma
una serie infinita”.

Cuando hablo de “epistemología” no me estoy refiriendo a una disciplina


esotérica reservada para los filósofos profesionales. Todos nosotros, por “ser en
el mundo”, tenemos que compartir con otros, estableciéndose el límite del “vis-
à-vis” como el soporte de un modo particular de existencia, y por lo tanto para
adoptar cierta epistemología.

Mara Selvini y colaboradores, con una visión sistémica, propusieron un modelo


explicativo del síntoma de la anorexia y la dinámica familiar que sostiene tal
patología. En “Muchachas Anoréxicas y Bulímicas” (1990), elaboraron la
hipótesis del “juego familiar” más como una metáfora que como un modelo
teórico. Cuando recurre a la metáfora del juego es para sugerir intuitivamente
mediante la expresión “juego familiar”, aquello que sugieren las expresiones
juego político, juego financiero, juego de poderes, juego de equipo, etc. Se
trataría, por tanto, de un uso intuitivo e informal de la metáfora del juego, con
la finalidad de producir asociaciones, semejanzas y lenguajes aptos para
encuadrar de modo más inmediatamente inteligible los fenómenos que nos
interesan.

La triple polaridad síntomas-persona-familia, se basan en estudios previos con


una base relacional (véase por ejemplo las teoría de Bowlby sobre el apego, las
de Kohut sobre lasa necesidades de empatía en el desarrollo del yo infantil).
Entonces las conexiones que se extraen de la terapia serán la de entender la
relación entre persona y síntoma: su modo de estar en el mundo, la elección de
un determinado síntoma, coherente con la estructura familiar.

Algunos autores como de la vega, Lucero, Faus y Lopez –miembros del equipo
profesional de terapia familiar del Hospital Sant Pau de Barcelona– incluyen la
anorexia dentro de los trastornos alimentarios (TA). En términos genéricos los
TA son considerados como una enfermedad psicosomática (Gómez, 1996) y la
anorexia puede ser entendida como un trastorno del comportamiento
alimentario, multicausados y de naturaleza compleja (Onnis, 1994). Hay una
discusión sobre la cronicidad y los índices de fracaso en el tratamiento. Onnis
(1990), plantea claramente que “(…) la intratabilidad de la perturbación es el
resultado de un tratamiento equivocado o parcial, y la incurabilidad se
transforma a menudo en falta de tratamiento o en tratamiento inadecuado”.
Resultados referenciales para el análisis sistémico de las cuatro familias

Cuadro Nro.1

Nro. De Nro. de Parejas en edades Resultado


casos sesiones conflicto de terapia
recaídas
1 6 Ausencia 14 0 bien
del padre
2 12 si 14 0 bien
3 4 Ausencia 16 0 bien
del padre
4 5 si 17 1 abandono

ANÁLISIS DEL CUADRO Nro. 1

Si bien las recaídas son un criterio de éxito terapéutico, no nos dice mucho sobre
el concepto de cambio 2, que es el manejamos en el proceso de restructuración
relacional de las interacciones familiares.

La relatividad de las conclusiones son características de los diseños cualitativos


de investigaciones donde se resaltan procesos de cambios complejos.

En tres de los cuatro casos tenemos información suficiente para connotar que
las tres jovencitas están hoy en día logrando procesos adaptativos-
emancipatorios. Dos de ellas están finalizando el colegio de manera eficiente y
una de ellas ingresó a la universidad a estudiar medicina.

No tenemos información de la joven del cuarto caso, pero en la última sesión


con los padres nos informaron que estaba trabajando como apoyo en un colegio
de niños. Perdió el año escolar.

Cuadro Nro. 2

Nro. De caso Interacciones Parento- Secuencias


filiales desconfirmatorias
1 Madre distante-desamor- Abuela-tio-paciente

2 Padre distante-desamor- Padre desconfirmatorio-


Madre “puente” Madre victimizadora
3 Padre distante-desamor- Padre-pareja
pareja en conflicto abierto. desconfirmantes-Madre
victimizadora

4 Pareja disimulada-coalicion Padres desconfirmatorios


rígida-desamor

ANÁLISIS DEL CUADRO NRO. 2

Secuencias recursivas de situaciones anecdóticas donde se hace implícito el


juego familiar. No solo los padres ingresan en este “juego familiar”, también lo
hacen otros miembros de la familia, he incluso la influencia de amigas de
colegio en los momentos iníciales a la decisión de “enflaquecer”.

Vemos triangulaciones desconfirmatorias por procesos de alienación del self de


la joven anoréxica. Por ejemplo:

Abuela-tío contra la madre a través de la desconfirmacion-descalificacion de la


hija. Hipótesis: “¿Quien te mando meterte con ese hombre?”.

En el segundo caso, la decisión de victimizarse de la niña para que la madre


deje de ser el “puente” hacia su padre. Hipótesis: “Hija tu padre está ausente,
hay que justificarlo.

En el tercer caso: “El padre y la pareja (amates desde que se mantenía la


relación con la madre de la joven), entran en un juego de descalificacion-
desconfirmacion: Al descalificar la presencia de la joven, desconfirman la
historia biológica de ella en relación a su padre: no eres mi hija; y a la vez
descalifican a la madre de la niña desde la relación de infidelidad”.

En el cuarto caso: Los padres disimulan una “armónica relación” con


inconsecuencias, pelean pero están juntos. La madre “llama” a la joven para que
aprecie su victimización; la hija descubre infidelidad del padre; la madre la
traiciona y traiciona su lealtad convocada por ella misma. Triangulación
desconfirmatoria.

Por consiguiente en todos los casos se establecen embrollo-instigación.

Pero no es la joven-víctima la que cae en la anorexia. Ellas intentan demostrar


que ahora tienen el poder para controlar la situación. Pero no tienen el poder.
La familia se deja llevar por este juego de instigación, y la victimiza.

HIPÓTESIS GENERAL
En todos los casos se establecen embrollos e instigaciones.

No es la joven-víctima la que cae en la anorexia.

Ellas intentan demostrar que ahora tienen el poder para controlar la situación.
Pero no tienen un real poder. La familia se deja llevar por este juego de
instigación de la joven anoréxica, y la victimiza.

A su vez las interacciones familiares disfuncionales generan en el juego del


“viene y va”, la disimulación de un amor relacional complejo falso. Por ejemplo
en el cuarto caso, los padres se “esfuerzan” por declara su “lealtad” a la hija, a
pesar de que se descubre la traición del padre. La joven termina doblemente
traicionada: por el padre y la madre con respecto a su lealtad con la hija.

ANEXO

Esta investigación es abierta, conforme se adhieran más familias de hijas/hijos


con problemática alimenticia, se ira incrementando la casuística. Seria
interesante si se desarrolla una red de resultados sistémicos sobre este
padecimiento, con colegas, terapeutas de familia que aborden familias con esta
problemática.

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