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Artículo 1º.- Modifícase el artículo 3ro. de la Ley 1075, el que quedará redactado de la
siguiente manera:
a) Ser nativo de la Ciudad de Buenos Aires o haber tenido domicilio real en la Ciudad a
la fecha de la convocatoria, mediante la documentación fehaciente que se fije por vía
reglamentaria.
Artículo 3°.- Incorporase el artículo 7º bis a la Ley 1075, que quedará redactado de la
siguiente manera:
Artículo 4º.- Incorporase el artículo 7º ter a la Ley 1075, que quedara redactado de la
siguiente manera:
"Articulo 7º ter.- A los efectos de verificar la concurrencia de las causales previstas en
el artículo 7º, incisos a) b) y c) y el articulo 7º bis, la autoridad de aplicación deberá
requerir un informe al Registro Nacional de Reincidencia y al Archivo Nacional de la
Memoria que funciona en el ámbito del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos
Humanos de la Nación.
En caso de que se no se registren antecedentes por condena o procesamiento pero se
refieran denuncias y antecedentes por violación a los derechos humanos conforme la
documentación obrante en el Archivo Nacional de la Memoria o cualquier otro
organismo o dependencia pública que pudiere sustituirlo en el futuro, la Autoridad de
Aplicación podrá solicitar los informes adicionales que considere pertinentes a los
organismos especializados antes de remitir el asunto a consideración de la Procuración
General de la Ciudad.”
Artículo 5º.- Modifícase el artículo 19º de la Ley 472, que quedará redactado de la
siguiente forma:
“Serán afiliados titulares de la entidad con derecho a gozar de los servicios y
prestaciones que brinde:
a.- Los actuales afiliados al ex- I.M.O.S. que pasarán automáticamente al momento de
publicarse esta Ley, a ser afiliados de la nueva Obra Social, incluyendo los trabajadores
en relación de dependencia de la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires.
b.- Los agentes que se desempeñen en relación de dependencia en la administración
central, organismos descentralizados y autárquicos de la Ciudad de Buenos Aires, junto
a su grupo familiar.
c.- Los jubilados, pensionados y retirados que hubieran concluido su etapa activa en la
administración de esta Ciudad, junto a su grupo familiar.
d.- Los beneficiarios de la Ley Nº 1075 que se adhieran, a su cargo, en forma voluntaria
y que carezcan de Obra Social o prestación médica similar a la otorgada en la presente
normativa.”
Sr. VicePresidente:
a) Legislación Nacional:
De la simple exégesis de la normativa dictada surge que, a través del paso del
tiempo, se ha mantenido constante la exigencia de participación en combate, concepto
que se contrapone a consideraciones más difusas y abarcativas de los diferentes grados
La ley ha sido reglamentada por el decreto 90/2004 que estableció las pautas
de procedimiento tendientes a la tramitación del subsidio.
Esta distinción, basada en los hechos bélicos de 1982, no resulta tan conteste
en la aplicación histórica de la normativa subsidio. Ello obedece a que, en virtud del
mecanismo de certificación, se ha prácticamente delegado la interpretación de tal
participación a las fuerzas armadas, constituyéndose en la aplicación un abuso y
apartamiento de los fines previstos por el legislador al crear la norma, generándose
lineamientos más amplios y difusos.
Tal como hemos venido señalando, la Ley Nº 1075, como fue creada en el
ultimo tramo del año 2003, tiene como finalidad otorgar el merecido reconocimiento de
la Ciudad de Buenos Aires a quienes han participado como combatientes en las acciones
bélicas de la Guerra de las Islas Malvinas, Georgias, Sándwich e Islas del Atlántico Sur.
Desde nuestro criterio, corresponde realizar las acciones necesarias (sea por
revisión de criterios de implementación o reforma normativa) para constatar el efectivo
cumplimiento de las exigencias que surgen del marco jurídico analizado.
Deben por ende quedar excluidos aquellos individuos que no hayan actuado
en calidad de combatientes dentro de las jurisdicciones del TOM y TOAS entre el 2 de
abril de 1982 y el 14 de junio de 1982. Es decir, todas las personas que por sus funciones
o destino no tomaron parte directa, con sus vicistudes y riesgos, de las acciones bélicas
que se desarrollaron dentro de alguno de los teatros de operaciones, aún cuando
ejecutaran tareas importantes de apoyo y/o prestaran servicios contribuyentes al mejor
éxito de la misión donde no se desarrollaron las acciones.
Las llamadas Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y más tarde los
indultos, fueron las herramientas legales utilizadas, yendo en contra a toda la legislación
nacional e internacional. Durante muchos años esto permitió ocupar lugares de
relevancia en distintos sectores del Estado a nivel nacional, provincial y municipal a
sujetos implicados en delitos de lesa humanidad.
Sin embargo con la sanción de la Ley 25.779 que declaró nulas las leyes
23.492 y 23.521, más conocidas como Punto Final y Obediencia Debida, a comenzado
un proceso que tiene como fin esclarecer y hacer llegar justicia a todos los implicados en
estos delitos.
Ahora bien, debemos mencionar que la dictadura militar argentina trató a los
jóvenes civiles bajo bandera, en el escenario bélico de las Islas Malvinas, en pleno
combate y frente a la agresión enemiga, de las misma manera en que trataron como
gobierno dictatorial a los ciudadanos en territorio continental, con cárcel ilegítima,
torturas, vejámenes, abuso de poder y muerte. El camino de verdad y justicia debe
profundizarse también en relación a la guerra de Malvinas.
De esta forma se dispone un plazo de 180 días para el inicio de los trámites
de subsidio que se encontraren pendientes.
III.- Conclusión