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PROYECTO DE LEY

Artículo 1º.- Modifícase el artículo 3ro. de la Ley 1075, el que quedará redactado de la
siguiente manera:

“Para obtener el beneficio que se otorga en el artículo 1° de la presente Ley deben


cumplir los siguientes requisitos:

a) Ser nativo de la Ciudad de Buenos Aires o haber tenido domicilio real en la Ciudad a
la fecha de la convocatoria, mediante la documentación fehaciente que se fije por vía
reglamentaria.

b) Presentación de certificado actualizado expedido por la Fuerza correspondiente y


avalada por el Ministerio de Defensa de la Nación, determinando la condición de Ex
Combatiente de la Guerra, de acuerdo con los términos y alcances de lo dispuesto en el
artículo 1° de la presente Ley.

El certificado debe contener el detalle de las acciones de combate desempeñadas por e


solicitante en el conflicto armado. La Autoridad de Aplicación podrá realizar todos los
pedidos de informes y aclaraciones necesarias a fin de constatar la efectiva
participación en acciones bélicas, en los términos del artículo 1º.

La documentación requerida en los incisos a) y b), deberá ser presentada ante la


autoridad de aplicación”.

Artículo 2º.- Modificase el artículo 7º de la Ley 1075, que quedará redactado de la


siguiente manera:

"Artículo 7°.- Quedan excluidos del presente beneficio:

a) Quienes hubieran sido condenados como autores, partícipes en cualquier grado,


instigadores o encubridores por delitos considerados como imprescriptibles en
el ordenamiento jurídico vigente.
b) Las personas que hayan ocupado los cargos electivos a nivel nacional,
provincial o municipal en períodos de interrupción del orden institucional y
democrático.
c) Las personas que hayan ocupado el cargo de ministro, secretarios,
subsecretario o equivalentes en cualquier dependencia del Estado nacional,
provincial o municipal, en períodos de interrupción del orden institucional y
democrático.
d) Los condenados por delitos cometidos durante el conflicto bélico del Atlántico
Sur.
e) Los condenados por actos de incumplimiento de sus deberes durante la guerra
de Malvinas.
f) Los que se hubieren amparado en las Leyes N° 23.521 y N° 23.492.”

Artículo 3°.- Incorporase el artículo 7º bis a la Ley 1075, que quedará redactado de la
siguiente manera:

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"Articulo 7º Bis.- El beneficio será suspendido cuando el beneficiario se encuentre
procesado, con auto de procesamiento firme o situación procesal equivalente, por
cualquiera de los delitos detallados en el articulo 7º, hasta tanto se resuelva su
situación procesal. En caso de ser revocado el procesamiento, el beneficio será
restituido en forma retroactiva al momento de su suspensión. Cuando el procesamiento
se dicte respecto de un ex combatiente cuya solicitud se encuentre en trámite, se
procederá a suspender el mismo hasta tanto recaiga absolución o condena,
correspondiendo en el primer caso abonar el subsidio en forma retroactiva al inicio del
trámite"

Artículo 4º.- Incorporase el artículo 7º ter a la Ley 1075, que quedara redactado de la
siguiente manera:
"Articulo 7º ter.- A los efectos de verificar la concurrencia de las causales previstas en
el artículo 7º, incisos a) b) y c) y el articulo 7º bis, la autoridad de aplicación deberá
requerir un informe al Registro Nacional de Reincidencia y al Archivo Nacional de la
Memoria que funciona en el ámbito del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos
Humanos de la Nación.
En caso de que se no se registren antecedentes por condena o procesamiento pero se
refieran denuncias y antecedentes por violación a los derechos humanos conforme la
documentación obrante en el Archivo Nacional de la Memoria o cualquier otro
organismo o dependencia pública que pudiere sustituirlo en el futuro, la Autoridad de
Aplicación podrá solicitar los informes adicionales que considere pertinentes a los
organismos especializados antes de remitir el asunto a consideración de la Procuración
General de la Ciudad.”

Artículo 5º.- Modifícase el artículo 19º de la Ley 472, que quedará redactado de la
siguiente forma:
“Serán afiliados titulares de la entidad con derecho a gozar de los servicios y
prestaciones que brinde:
a.- Los actuales afiliados al ex- I.M.O.S. que pasarán automáticamente al momento de
publicarse esta Ley, a ser afiliados de la nueva Obra Social, incluyendo los trabajadores
en relación de dependencia de la Obra Social de la Ciudad de Buenos Aires.
b.- Los agentes que se desempeñen en relación de dependencia en la administración
central, organismos descentralizados y autárquicos de la Ciudad de Buenos Aires, junto
a su grupo familiar.
c.- Los jubilados, pensionados y retirados que hubieran concluido su etapa activa en la
administración de esta Ciudad, junto a su grupo familiar.
d.- Los beneficiarios de la Ley Nº 1075 que se adhieran, a su cargo, en forma voluntaria
y que carezcan de Obra Social o prestación médica similar a la otorgada en la presente
normativa.”

CLÁUSULA TRANSITORIA: La Autoridad de Aplicación realizará una revisión de


los expedientes en trámite y otorgados a fin de verificar el cumplimiento de los

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requisitos de la presente ley. En caso de verificarse irregularidades, se podrá suspender
la tramitación o percepción del subsidio hasta tanto se subsanen las mismas.

CLÁUSULA TRANSITORIA SEGUNDA: Establécese en 180 (ciento ochenta) días


el plazo máximo para acogerse a los beneficios establecidos en la presente ley.

Artículo 6º.- De forma.

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FUNDAMENTOS

Sr. VicePresidente:

El presente proyecto de ley busca incorporar a la Ley Nº 1075 diversas


reformas tendientes a:

1.- Clarificar y transparentar los requisitos de acreditación de la participación


en efectivas acciones bélicas.
2.- Adecuar las exclusiones para percibir el subsidio al régimen de la Ley Nº
471, en relación a delitos cometidos durante la última dictadura militar o el ejercicio de
cargos electivos o de rango superior en dicho período.
3.- Permitir la incorporación de los ex combatientes al régimen de la ObSBA,
dando cuenta de la posibilidad de acceso a un régimen de cobertura de salud.
4.- Ordenar un relevamiento de los otorgamientos en trámite y ya concluídos
a fin de verificar el cumplimiento de los requisitos vigentes.
5.- Fijar una fecha límite para solicitar el beneficio

I.- Antecedentes Normativos:

a) Legislación Nacional:

El reconocimiento a los excombatientes se inicia con la Ley Nº 22.674, que


otorga subsidios a quienes, habiendo intervenido en el conflicto de las Islas o en la Zona
de Despliegue Continental, sufrieran alguna disminución psicofísica.

Con posterioridad, la Ley Nº 23.109 dispuso el otorgamiento de beneficios en


materia de salud, educación, trabajo y vivienda a ex soldados conscriptos que hubiesen
participado en acciones bélicas entre el 2 de Abril y el 14 de Junio.

La Ley Nº 23.118 considera a todos aquellos que participaron de las acciones


bélicas en las Islas y en la Zona Continental como combatientes y les otorga diploma de
honor.

Por su parte, la Ley Nº 24.517 creo una Comisión Investigadora de Crímenes


de Guerra que tuvieron lugar en el Atlántico Sur.

La Ley Nº 24.811 concede al ciudadano que acredite su calidad de ex


combatiente la posibilidad de hacer constar en su documento de identidad la leyenda “Ex
combatiente, héroe de la guerra de las Islas Malvinas”, sin hacer distinción entre los
escenarios de guerra. La Ley Nº 24.950, agrega un reconocimiento al declarar como
héroes nacionales a los combatientes argentinos fallecidos durante la Guerra de
Malvinas en el año 1982, en defensa de la soberanía nacional sobre las islas del
Atlántico Sur, incluyendo aquellos que murieron en la Zona de Despliegue Continental.

Finalmente, la Ley Nº 23.848 es la norma que otorga las pensiones


relacionadas con el conflicto bélico de Malvinas. Su redacción originaria, de 1990,
establecía en su art. 1: “Otorgase una pensión vitalicia, cuyo monto mensual será
equivalente al 100% del haber mínimo de jubilación ordinaria que perciban los
beneficiarios del régimen nacional de jubilaciones y pensiones para trabajadores en

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relación de dependencia, a los ex-soldados combatientes conscriptos que participaron en
efectivas acciones bélicas de combate, en el conflicto del Atlántico Sur y civiles que se
encontraban cumpliendo funciones en los lugares en los cuales se desarrollaron estas
acciones, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, debidamente certificado por la
autoridad competente que determine la reglamentación”.

En 1996, con la sanción de la Ley Nº 24.652 -actualmente en vigencia-, se


modifica la cláusula mencionada la que queda redactada de la siguiente manera: Art. 1º--
“Otorgase una pensión de guerra, cuyo monto será equivalente al ciento por ciento (100
%) de la remuneración mensual, integrada por los rubros "sueldos y regas" que percibe
el grado de cabo del Ejército Argentino, a los ex soldados conscriptos de las fuerzas
armadas que hayan estado destinados en el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) o
entrado efectivamente en combate en el área del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur
(TOAS), y a los civiles que se encontraban cumpliendo funciones de servicio y/o apoyo
en los lugares antes mencionados, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982,
debidamente certificado según lo establecido en el dec. 2634/90. Dicha pensión sufrirá
anualmente las variaciones que resulten como consecuencia de los aumentos que la ley
de presupuesto general de la Nación introduzca en los sueldos y regas del grado de cabo
del Ejército Argentino”.

Las disposiciones transcriptas permiten comprobar el objetivo del legislador


y el espíritu puesto de manifiesto en la norma. En efecto, la modificación acentúa los
requisitos que debe reunir el eventual destinatario de la pensión. Así, se reemplaza la
voz combatiente por la necesaria participación de los ex soldados conscriptos ya sea en
su calidad de destinados al TOM o por su intervención efectiva en el TOAS. Asimismo,
se especifican con mayor detalle las actividades que han desempeñado los civiles para
poder acceder al beneficio. Es decir que la evolución legislativa plantea un mayor
esmero en la definición de los perfiles de los dos tipos de beneficiarios.

En tal sentido, la reglamentación aporta más luz sobre la cuestión, cuando a


los efectos de determinar la certificación necesaria, el decreto 2634/90 establece con
especial detalle:

Art. 1º - “El Ministerio de Defensa proporcionará a la Gerencia de Protección


Social del Instituto Nacional de Previsión Social el listado completo de las personas
comprendidas en el art. 1º de la ley 23.848, elaborado en base a la información que
suministrarán cada uno de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas y de
Seguridad y los organismos que hayan tenido funcionarios o agentes en las condiciones
previstas en dicha ley, con indicación del número de documento de identidad (Libreta de
Enrolamiento o Documento Nacional de Identidad) de los incluidos en dicho listado. El
listado de referencia deberá ser certificado por la autoridad que determine el Ministerio
de Defensa. Todo reclamo por falta de inclusión en el listado o de rectificación de los
datos consignados en el mismo, deberá formularse ante el citado Ministerio.”

Cabe agregar que mediante Ley Nº 24.892 se resolvió extender el beneficio


al personal de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que se
encuentren en situación de retiro o baja voluntaria u obligatoria y que hubieran estado
destinados en el Teatro de Operaciones Malvinas o entrado efectivamente en combate en
el área del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur.

De la simple exégesis de la normativa dictada surge que, a través del paso del
tiempo, se ha mantenido constante la exigencia de participación en combate, concepto
que se contrapone a consideraciones más difusas y abarcativas de los diferentes grados

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de participación en la guerra y no necesariamente ligados al combate o confrontación
directa e inmediata.

b) Normativa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el subsidio mensual y vitalicio está


contemplado en la Ley Nº 1.075 y -tal como se expresa en la exposición de motivos del
decreto reglamentario-, el redactor destaca que el beneficio constituye un
reconocimiento digno y justo por la actuación desempeñada durante el conflicto bélico
mencionado y es una reparación histórica frente a una guerra que tantas víctimas
ocasionó a nuestro país.

Así, el Art. 1° establece:


“Otorgase un subsidio mensual y vitalicio a los Ex Combatientes héroes de la
Guerra de las Islas Malvinas, Georgias, Sandwich e Islas del Atlántico Sur que hayan
participado en efectivas acciones bélicas llevadas a cabo en las jurisdicciones del Teatro
de Operaciones Malvinas (TOM) y del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur
(TOAS), todos desde el 2 de abril de 1982 hasta el 14 de junio de 1982” (el destacado es
nuestro).

A continuación el art. 2° dispone: “Serán beneficiarios los Ex Combatientes


héroes de la Guerra de Malvinas, Georgias, Sandwich e Islas del Atlántico Sur que
acrediten alguna de las siguientes condiciones: a) Haber integrado las Fuerzas Armadas
y de Seguridad en calidad de soldados conscriptos. b) Ser personal de Oficiales y
Suboficiales de las Fuerzas Armadas y de Seguridad y encontrarse en situación de retiro
sin haberes o baja voluntaria. c) Civiles que, cumpliendo funciones de servicio o de
apoyo a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, se encontraban en los lugares en los que se
desarrollaron las acciones bélicas entre las fechas citadas en el artículo 1°”.

La ley ha sido reglamentada por el decreto 90/2004 que estableció las pautas
de procedimiento tendientes a la tramitación del subsidio.

Establece, en su Art. 1°: “Créase el Registro de Ex Combatientes Héroes de


la Guerra de las Islas Malvinas, Georgias, Sandwich e Islas del Atlántico Sur de la
Ciudad de Buenos Aires, en el cual se inscribirán todos aquellos que reúnan las
condiciones y los requisitos contemplados en los artículos 1°, 2° y 3° de la Ley N° 1.075
y que no se encuentren alcanzados por las previsiones del artículo 7° de la citada Ley.
En dicho Registro se dejará constancia del otorgamiento del subsidio a que refiere la Ley
N° 1.075, para los casos que no se encuentren comprendidos en el artículo 8° de dicha
Ley”.

Por su parte, el artículo 2° establece que los aspirantes a integrar el Registro


deberán presentar ante la autoridad de aplicación certificación pertinente extendida por
las Jefaturas de los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas y de Seguridad,
debidamente certificada por el Ministerio de Defensa de la Nación, que acredite
fehacientemente su participación en efectivas acciones bélicas llevadas a cabo en las
jurisdicciones del Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) y del Teatro de Operaciones
del Atlántico Sur (TOAS), durante el período comprendido entre el 2 de abril de 1982 al
14 de junio de 1982 y su condición de revista de conformidad a los supuestos previstos
en los artículos 1° y 2° de la Ley N° 1.075, como así también de la inexistencia de
antecedentes de condena por los delitos mencionados en el artículo 7° de la Ley N°
1.075.

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En cumplimiento de las mencionadas exigencias, el Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires, delega en las Jefaturas de los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas
y de Seguridad la expedición de la certificación pertinente, la cual también deberá contar
con el aval del Ministerio de Defensa de la Nación.

Ahora bien, también surge de manera explícita de la legislación local que


dicha certificación debe acreditar fehacientemente la participación del solicitante en
efectivas acciones bélicas llevadas a cabo en las jurisdicciones del Teatro de
Operaciones Malvinas (TOM) y del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS),
durante el período comprendido entre el 2 de abril de 1982 al 14 de junio de 1982 y su
condición de revista de conformidad a los supuestos previstos en los artículos 1° y 2° de
la Ley N° 1.075.

Tal como puede observarse, el requisito legal presente en las normas es el de


haber entrado en combate (efectivas acciones bélicas). Por ende, si bien se delega en las
fuerzas armadas la certificación del beneficiario como ex combatiente, tal
documentación debe resultar conteste con la finalidad de la norma en cuanto a
acreditarse y fundarse debidamente la participación requerida.

II.- El proyecto de ley

a.- Acreditar el requisito de haber participado en Acciones Bélicas:

Conforme la normativa reseñada y tal como se desprende de la frase, la


exigencia es clara en cuanto a participar de un modo directo de acciones bélicas, aún en
el caso de las denominadas acciones de apoyo, que deben resultar relacionadas en forma
directa e inmediata con ellas y con el lugar en que se desarrollaron los combates.

Esta distinción, basada en los hechos bélicos de 1982, no resulta tan conteste
en la aplicación histórica de la normativa subsidio. Ello obedece a que, en virtud del
mecanismo de certificación, se ha prácticamente delegado la interpretación de tal
participación a las fuerzas armadas, constituyéndose en la aplicación un abuso y
apartamiento de los fines previstos por el legislador al crear la norma, generándose
lineamientos más amplios y difusos.

Tal como hemos venido señalando, la Ley Nº 1075, como fue creada en el
ultimo tramo del año 2003, tiene como finalidad otorgar el merecido reconocimiento de
la Ciudad de Buenos Aires a quienes han participado como combatientes en las acciones
bélicas de la Guerra de las Islas Malvinas, Georgias, Sándwich e Islas del Atlántico Sur.

En este sentido se han expresado los legisladores en los fundamentos de su


sanción: “… es importante resaltar que este subsidio es de gran importancia no sólo para
los Ex Combatientes sino para todos los vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, dado que según los datos aportados por los vecinos de la Asociación Casa de
Veteranos de Guerra de la República Argentina, casi el 75% de los sobrevivientes se
encuentran desocupados, o realizan trabajos en negro, changas y venta en la vía pública.
Un 56% de ellos presentan secuelas de diferentes patologías, “traumas de guerra”, y
revelan también una estadística de 367 decesos por suicidios, de los que se tiene
conocimiento.” (Conf. Considerandos Ley Nº 1.075, disponible en www.
Legislatura.gov.ar, 17ª sesión ordinaria VT-26 del 18/09/2003).-

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Asimismo, cabe reiterar, ha seguido la misma dirección que originalmente
instaurara el Congreso Nacional, direccionando dicho reconocimiento a nuestros héroes
participantes en dicho conflicto distinguiendo de entre ellos a los “excombatientes”, esto
es, a quienes “hayan participado en efectivas acciones bélicas llevadas a cabo en las
jurisdicciones del Teatro de Operaciones Malvinas (TOM) y del Teatro de Operaciones
del Atlántico Sur (TOAS), todos desde el 02 de abril de 1982 hasta el 14 de Junio de
1982”, conforme el claro sentido que le otorga el artículo 1º de la norma local referida.

De allí surge la exigencia natural del inciso b) del artículo 3º de la misma, en


orden a la necesidad de acreditar tal condición mediante la presentación de certificado
actualizado expedido por la Fuerza correspondiente y avalada por el Ministerio de
Defensa de la Nación, determinando la condición de Ex Combatiente de la Guerra, de
acuerdo con los términos y alcances de lo dispuesto en el artículo 1º de la ley.

No obstante la razonabilidad de la exigencia en cuestión, lo cierto es que ha


dejado librado al criterio de un organismo Nacional externo a la Ciudad (Ministerio de
Defensa de la Nación - Estados Mayores de las FFAA) la determinación fáctica acerca
de quienes han revestido el carácter exigido por la legislación local, habiendo tal
circunstancia traído aparejada la existencia de diversas interpretaciones a lo largo de los
años por parte del mismo órgano emisor de la certificación antes citada.

De allí que, cualquier modificación en los criterios interpretativos que se


produjeran por parte de la autoridad certificante en el orden nacional sería susceptible de
tener una incidencia directa en la aplicación de la normativa local, circunstancia que
efectivamente se ha producido a lo largo del tiempo.

En efecto, de la simple observancia de la aplicación de la normativa se


advierte que, a través del paso del tiempo, se ha producido una mutación desde el
original concepto de “excombatiente”, receptado por la legislación local y asociado a la
participación efectiva en el “combate”-, a un concepto más abarcativo de los diferentes
grados de participación en la guerra, que no necesariamente implicaron la participación
en combate o confrontación directa e inmediata.

Desde nuestro criterio, corresponde realizar las acciones necesarias (sea por
revisión de criterios de implementación o reforma normativa) para constatar el efectivo
cumplimiento de las exigencias que surgen del marco jurídico analizado.

Cabe resaltar nuevamente que consideramos que si bien se delega en las


fuerzas armadas la certificación del beneficiario como ex combatiente, tal certificación
debe acreditar fundadamente cumplir con la finalidad de la norma.

Deben por ende quedar excluidos aquellos individuos que no hayan actuado
en calidad de combatientes dentro de las jurisdicciones del TOM y TOAS entre el 2 de
abril de 1982 y el 14 de junio de 1982. Es decir, todas las personas que por sus funciones
o destino no tomaron parte directa, con sus vicistudes y riesgos, de las acciones bélicas
que se desarrollaron dentro de alguno de los teatros de operaciones, aún cuando
ejecutaran tareas importantes de apoyo y/o prestaran servicios contribuyentes al mejor
éxito de la misión donde no se desarrollaron las acciones.

Es importante agregar que en función de la aplicación de dichos criterios más


difusos en la certificación por parte de las fuerzas armadas, no se acredita de forma
fundada la participación en efectivas acciones de combate. No debe olvidarse que
actualmente, en el certificado de las Fuerzas Armadas no consta el detalle de las

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funciones desempeñadas por el ex combatiente en el conflicto armado por las Islas
Malvinas. Asimismo, no se informa si fue Prisionero de Guerra, herido en combate o
condecorado por acción en combate.

Más allá de nuestra opinión sobre el punto, lo cierto es que la normativa es


clara y no ha seguido dicha dirección, manteniendo el reconocimiento acotado
solamente hacia quienes formaron parte directa y efectiva de las acciones bélicas.

Actualmente, -a 27 años del conflicto- se halla aún abierta la posibilidad de


emisión de nuevas certificaciones por parte de los organismos nacionales habilitados al
efecto. La práctica referida ha motivado un cambio interpretativo de las fuerzas armadas
que, por vía de la actualización de su doctrina militar han producido un aumento
sustantivo del número de beneficiarios alcanzados por la normativa que casi duplican el
número originalmente certificado por las mismas autoridades.

Un análisis de la progresión indica que en el orden nacional el número de ex


combatientes reconocidos por las Fuerzas Armadas ha ido creciendo desde 12.418
(1982), a 16964 (1983 –Ministerio de Defensa-), 22.181 (1997) y actualmente cerca de
25.000.

De lo expuesto surge claramente por un lado que para acceder al beneficio se


debe haber participado de efectivas acciones bélicas o prestar apoyo en el mismo lugar
donde las acciones bélicas se desarrollaban y, por el otro, que las certificaciones no
acreditan fehacientemente cumplir con tales preceptos.

Ello no implica de modo alguno sostener la falta de reconocimiento al


enorme valor y patriotismo de quienes prestaron apoyo a las acciones pero no formaron
parte de efectivas acciones bélicas. De lo que se trata es de observar que el concepto de
ex combatiente ha sido elastizado hacia otras formas de participación y colaboración no
relacionadas con la efectiva participación en combate.

En este sentido, puede por ende considerarse un reconocimiento a los


veteranos de guerra, inclusive a nivel nacional, y viabilizarse otro tipo de
reconocimiento que no resulta el de la Ley Nº 1075 que se circunscribe a quien,
precisamente, combatió, participó de efectivas acciones bélicas. No se vislumbra por
otro lado como equitativa, la postura de brindar igual solución a situaciones
diferenciadas, -como por ejemplo quienes estuvieron en combate en las islas y quienes
se encontraban en el continente-, sin perjuicio del necesario reconocimiento que es dable
otorgar a todos y cada uno de los argentinos que de una u otra forma colaboraron en
momentos tan difíciles para nuestra Patria.

Por último, es también menester considerar los impactos presupuestarios de


no aplicar tal criterio con el rigor legal correspondiente. Más allá de nuestra opinión
sobre el punto desde el punto de vista de cumplimiento normativo y posición ética y
moral sobre igualdad de reconocimientos existe también una diferencia en cuanto a la
correcta ejecución de fondos públicos que implicaría que se rechacen o revisen subsidios
que no cumplen con un criterio legal.

Como resumen de todo lo expuesto, cabe señalar que si bien la ley y el


decreto reglamentario prevén la posibilidad de que el subsidio se otorgue sobre la base
de un certificado de las fuerzas armadas, atender a la finalidad de la ley y por ende
dotar de causalidad al otorgamiento exigen un rigor legal sobre la efectiva
participación en acciones bélicas. De otro modo, se estaría concluyendo que un

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certificado administrativo tiene mayor valor que la exigencia de la finalidad de la
norma.

En este sentido, se ha propuesto incorporar entre los requisitos del


certificado de ex combatiente el detalle de las efectivas acciones de combate durante el
conflicto. En función de ello, la Autoridad de Aplicación estará facultada para solicitar
todos los informes y aclaraciones que estime necesarios para acreditar debidamente el
requisito legal incorporado.

b.- Sujetos excluidos del beneficio:

Desde la recuperación de la democracia en 1983, el pueblo argentino, junto a


los organismos de derechos humanos ha trabajando por la Verdad y Justicia de los
crímenes de lesa humanidad llevados acabo por la dictadura militar desde el 24 de marzo
de 1976.

Las llamadas Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y más tarde los
indultos, fueron las herramientas legales utilizadas, yendo en contra a toda la legislación
nacional e internacional. Durante muchos años esto permitió ocupar lugares de
relevancia en distintos sectores del Estado a nivel nacional, provincial y municipal a
sujetos implicados en delitos de lesa humanidad.

Sin embargo con la sanción de la Ley 25.779 que declaró nulas las leyes
23.492 y 23.521, más conocidas como Punto Final y Obediencia Debida, a comenzado
un proceso que tiene como fin esclarecer y hacer llegar justicia a todos los implicados en
estos delitos.

En sentido coincidente, numerosos fallos judiciales de tribunales nacionales y


extranjeros, han señalado que, durante el período de ruptura institucional comprendido
entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, han ocurrido en nuestro país
violaciones a los derechos humanos, preparados y ejecutados desde el Estado, que
presentan características comunes a todo delito de lesa humanidad.

Por esto, consideramos que es necesaria la aprobación de una norma que


impida que los autores, partícipes, quienes de cualquier manera hayan tenido
participación en violaciones a los derechos humanos y hayan sido condenados, puedan
recibir el beneficio previsto en la Ley 1075 para Ex Combatientes de Malvinas.

La violación de los Derechos Humanos agravia a la humanidad toda y


exigen, por lo tanto, la instrumentación de mecanismos legales idóneos para evitar su
impunidad a los ojos de la comunidad de naciones. En esa búsqueda se enmarca la
presente, que tiene en mira, no sólo el pasado, sino las generaciones que vendrán. Pues
ellas sabrán con certeza que nadie que sea capaz de violar los Derechos Humanos podrá
luego, aspirar a recibir un beneficio por parte del Estado.

En ese sentido, para hacer plenamente operativos todos los instrumentos


internacionales ratificados por nuestro país, y que hoy integran el plexo jurídico
constitucional, así como los principios generales del derecho, que son fuente de derecho
internacional de los derechos humanos, es nuestro deber adecuar la legislación local y
considerar excluidos para recibir el beneficio previsto en la Ley 1075 a quienes hayan
sido condenados por delitos que detalla este proyecto de Ley.

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En el año 2003, con el dictado de la Ley 1075, la Ciudad de Buenos Aires
saldó una deuda histórica con los Ex Combatientes de Malvinas que fueron tratados de
forma deshonrosa por las mismas Fuerzas Armadas. Con dicha ley se creó el subsidio
que actualmente reciben.

Ahora bien, debemos mencionar que la dictadura militar argentina trató a los
jóvenes civiles bajo bandera, en el escenario bélico de las Islas Malvinas, en pleno
combate y frente a la agresión enemiga, de las misma manera en que trataron como
gobierno dictatorial a los ciudadanos en territorio continental, con cárcel ilegítima,
torturas, vejámenes, abuso de poder y muerte. El camino de verdad y justicia debe
profundizarse también en relación a la guerra de Malvinas.

Por ello, las personas involucradas en estos hechos no deben ser


beneficiarios de un subsidio ideado para otros fines.

c.- Incorporación a la ObSBA:

Por otro lado, un pedido histórico de algunos ex combatientes es la


posibilidad de incorporación de los beneficiarios del subsidio al régimen de la ObSBA.

Tal incorporación, sujeta a quienes no tengan acceso a otra Obra Social, es


voluntaria y a cargo del solicitante.

d.- Posibilidad de revisar expedientes en trámite u otorgados:

En forma conteste, la ley incorpora la potestad de la autoridad de aplicación


de revisar los expedientes en trámite o subsidios otorgados, a fin de verificar el
cumplimiento de lo establecido por la Ley Nº 1075.

e.- Cierre del Padrón:

Por último, tal como ha ocurrido en otras jurisdicciones, es menester


incorporar una fecha de cierre del padrón de beneficiarios.

De lo contrario, a más de 25 años del conflicto militar se seguirán


incorporando solicitudes, como sucede en la actualidad, de acuerdo a modificación del
padrón de las fuerzas.

De esta forma se dispone un plazo de 180 días para el inicio de los trámites
de subsidio que se encontraren pendientes.

III.- Conclusión

El proyecto apunta a clarificar los requisitos para obtener el subsidio a fin de


poder cumplir cabalmente con el objeto de la norma.

Asimismo, incorpora diversos lineamientos legales que actualizan la ley en lo


que hace al período de la última dictadura militar y las consecuentes inhabilidades en
función de actos cometidos en tal época.

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Se permite también la adhesión voluntaria al régimen de la ObSBA, dando
acceso a un régimen de cobertura de salud a los ex combatientes del cual actualmente
carecen.

Por ultimo, se establece la revisión de los casos en trámite y otorgados a fin


de verificar el cumplimiento de los requisitos previstos, a la vez que se establece un
plazo máximo para la presentación de solicitudes.

Por todo lo antedicho, se promueve la sanción del presente proyecto.

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