LAS TRIBULACIONES DE MECHE ARÁOZ

De culpas y de ensueños
Por: Fernando Vivas Periodista
Martes 9 de Noviembre del 2010
Si algo confirman las sarcásticas reacciones de los rivales del Apra a la candidatura de
Mercedes Aráoz es que tienen bien identificada a la herida más sensible del Gobierno
todavía inflamada: el ‘baguazo’, que es a la legitimidad popular del aprismo lo que los
‘petroaudios’ son a su moralidad.

Pero cuando le dan la lata con todo esto, Meche Aráoz replica: “¿Y yo qué tengo que
ver?”. Y tiene razón, porque ningún ‘petroaudio’ la roza y los muertos de Bagua (los varios
policías y algunos civiles hoy hermanados en su trágico final) no son achacables, del lado
del régimen, a la cartera de Comercio Exterior que entonces manejaba, sino a los aparatos
represivo y de prevención de conflictos. La tesis del perro del hortelano de Alan García
echó más leña al fuego amazónico que la prédica del TLC con EE.UU. en boca de la
ministra.
Por lo que ella sí tiene que responder es por el ‘posbaguazo’. A pesar del horror del
5/6/2009, el Gobierno no quiso ceder al reclamo indígena para derogar los decretos
legislativos 1090 y 1064. Entonces, el primer ministro Yehude Simon, acompañado por su
colega Aráoz, se reunió con miembros de las bancadas fujimorista y de UN en casa de
Lourdes Flores Nano. El objetivo era convencer a sus aliados coyunturales de una tercera
alternativa, suspender temporalmente y no derogar los decretos, como exigía la Aidesep
indígena y la bancada nacionalista, que se había atrincherado en huelga de hambre en
pleno Congreso.

La candidata asegura que nunca sostuvo que sin esos decretos se vendría abajo el TLC,
pero, con la venia de Simon, fue suficientemente elocuente para convencer a la mayoría
congresal hacia la suspensión.
Fue un craso error y no porque yo lo diga, sino porque lo admitieron las propias bancadas
cuando, tras ver la reacción indígena que hacía temer otros ‘baguazos’, se echaron atrás y
derogaron los decretos.

En lugar de oír a Meche Aráoz rechazar, por enésima vez, su relación con el ‘baguazo’
quiero oírla sacar lecciones de su participación protagónica en el ‘posbaguazo’. Queremos
saber cuánta capacidad de aprendizaje, de reflexión sobre sus culpas y sus ensueños
políticos, tiene la primera candidatura nacional surgida de las filas de la tecnocracia pura y
dura. Antes de que salgan las primeras encuestas que midan su impacto electoral (las de
Datum y la PUCP no valen en su caso), que sea ella y no las estadísticas quien nos
persuada de tomarla muy en serio.