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Rojo y Negro Historia / Cultura

Los nombres propios nos dan una primera En las veladas artísticas y en los pic-nics los aire libre durante una jornada para compartir un
identidad de los escurridizos payadores payadores libertarios protagonizaban uno de los almuerzo, juegos, números artísticos y una parte
libertarios. Estos poetas populares amenizaron tantos números de un nutrido programa. oratoria. Actividades de este tipo eran frecuentes
con su poesía y con su voz las veladas y los pic- entre católicos, protestantes, sociedades
nics anarquistas de principios del siglo XX: En la velada de marzo de 1910 realizada en el recreativas y de beneficencia, gremios de
Francisco Betancourt, C. [¿Carlos?] Berisso, Juan Centro Internacional en conmemoración de la trabajadores y también patronales. Para el caso
B. Medina. Otros, como Martín Castro, venían de Comuna de París y organizada por el Comité pro- de los anarquistas, el pic-nic significaba un día de
la Argentina para confraternizar con sus presos, además de las payadas de Francisco convivencia armónica de las familias obreras. Era
compañeros uruguayos. Sin duda había más. Betancourt el público pudo escuchar las abierto con la ejecución de himnos
Pero estos son los nombres que aparecen en las conferencias de Francisco Corney, Juan P. revolucionarios a cargo de una banda de
crónicas que hemos podido leer en la prensa de Schiaffino, “el joven poeta Juan B. Medina”, músicos, a veces incluía las palabras de un líder,
la época. Leoncio Lasso de la Vega, Alberto Macció y también el recitado de poesías y una pieza
Máximo L. Silva. teatral. El público se entretenía con juegos
¿Qué cantaban? Décimas y coplas de estilo tradicionales y populares: carrera de embolsados,
criollo. Sobre este legendario formato poético- Betancourt amenizó con sus estilos criollos argollas, cinchadas, hamacas, trapecios,
musical introducían asuntos de índole social, revolucionarios la velada conmemorativa del 1º manubrios para gimnasia, juego de bochas, del
acicateaban a la autoridad, denunciaban la de Mayo del mismo año. Esta vez el programa sapo, fútbol, piñatas, palo enjabonado, enhebrar
miseria del hombre del campo y de la ciudad, incluyó el himno de los trabajadores, la la aguja, intercambio de flores, disparos de
reclamaban justicia, auguraban una “bombas y cohetes”, etc. Había servicio de
sociedad armónica. Su canto se engarzó buffet a bajo precio –el tan preciado
con la rica tradición del letrado o “asado de vaca y cordero al asador”-, rifa,
semiletrado que asumía la voz del gaucho tómbola y baile familiar. También, canto
analfabeto para brindar, solidario, un criollo.
diapasón a su cansina y silenciada queja.
En estos ámbitos se movían los payadores
En Montevideo, los payadores libertarios libertarios. El público que los recibía era
de hace un siglo actuaron con relativa mayormente obrero y de escasa o nula
frecuencia en los eventos artísticos cultura letrada, seguramente el mismo,
libertarios. más o menos heterogéneo y habitué de
los centros de estudios sociales, aunque
En 1910 el anarquista Francisco aquí podemos presuponer algo más
Betancourt deleitó al público del Centro extendido por tratarse de una actividad
Internacional de Estudios Sociales, cultural y social abierta y realizada en un
principal sede libertaria de entonces espacio no sectorial, si bien la
ubicada en Río Negro 274, luego convocatoria explicitaba la identidad de
renumerada 1180, con “canciones criollas sus promotores y el destino solidario (con
revolucionarias, acompañado de guitarra”. un periódico, con el comité Pro Presos,
etc.) de los fondos recaudados.
En el verano de 1916 los anarquistas
nucleados en el quincenario La Batalla, La poesía de los payadores libertarios
realizaron un pic-nic solidario con este redirige la mirada hacia una de las dos
periódico y contaron como estrella del grandes vetas de la cultura anarquista del
evento con “el popular payador libertario entorno de 1900: la cultura oral de origen
Martín Castro”. El poeta y cantor había rural. A su vez dialoga, no está ajena, a la
venido expresamente de Buenos Aires nueva o más contemporánea poesía
para la fiesta. Los organizadores modernista esteticista, urbana, practicada
anunciaron para la ocasión que Castro por elementos cultos y heredera del
“cantará acompañado de guitarra varias parnasianismo y el simbolismo europeos.
de sus mejores canciones e improvisará
otras, alusivas al acto”. Clara Rey en su artículo “Poesía popular
libertaria y estética anarquista en el Río
Una semanas más tarde, y dado el éxito de la Plata” (hay versión en Internet),
del anterior festival, los mismos libertarios entiende que la poesía popular admira el
convocaron a un segundo pic-nic y esta refinamiento de la poesía “culta” e intenta
vez contaron para el programa con los remedar sus recursos retóricos y sus
“cantos e improvisaciones” del “popular temas. De todas formas, la escasa
payador C. Berisso”. recepción de esta poesía popular de
representación del drama 1º de Mayo, de Pedro parte de las élites ilustradas hace pensar en una
En el verano del año siguiente los anarquistas de Gori, escuchó una conferencia de Corney y otra mayor dificultad para acceder con idéntica
La Batalla previeron que para el nuevo pic-nic se Silva, el diálogo de También la gente del facilidad a los regímenes de difusión y promoción,
hubiera entre los números artísticos “canciones pueblo, de Joaquín Dicenta, la comedia Parada y en especial el libro, si bien compartieron el más
con guitarra por renombrados payadores”. Fonda, de Vital Aza y “palabras del poeta Ángel efímero soporte del periódico e incluso la revista.
Falco”. La velada fue clausurada con una marcha Pero esta circunstancial y puntual dificultad no
En 1918 el pic-nic del mismo quincenario anunció triunfal. impidió que la poesía de los payadores libertarios
que los asistentes podrían disfrutar de los hasta se popularizara en amplios segmentos sociales.
hoy llamados “cantos de contra punto”. También en los pic-nics la payada libertaria se Claro que respecto a la poesía culta, más de
integró a un nutrido programa de actividades. salón, corría con ventaja: era cantada a voz en
En 1920 Juan Medina fue presentado en el Estos eventos tenían carácter familiar y se cuello. Todo indica que así como hubo payadores
Teatro Colón como “el gran estilista y cantor de realizaban en terrenos alejados del centro de la libertarios, es decir, creadores específicos de un
las baladas campestres”. Tuvo a su cargo la ciudad, generalmente en El Prado, en el bosque estilo poético-cantado, hubo un público
ejecución de “canciones criollas y revolucionarias, de eucaliptos de camino Pereyra. Eran específico, numeroso, y canales propios de
poniendo así broche de “arte popular a esta encuentros de esparcimiento que desde fines del circulación de esta poesía, en definitiva, un
velada educativa”. Ese mismo año pero en el siglo XIX practicaban con relativa asiduidad las sistema literario, tal como lo define Antonio
Teatro Apolo del Cerro, los libertarios de esta villa comunidades o grupos unidos por su origen Candido (Formaçao da literatura brasileira, 1959).
organizaron una velada artística que incluyó nacional o por su afinidad religiosa o política. Público numeroso, porque en los pic-nis
“cantos criollos”, esta vez sin especificar el o los anarquistas se vendían entre 500 y 800 entradas
artistas responsables de esta parte del programa. Eran realizados en chacras y espacios públicos al y a las veladas concurrían entre 200 y 500

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