El control de blancos se basa en la regla del cambio de "lo limpio por
lo sucio".
Las formas más usuales de este intercambio son:
El intercambio se realiza directamente sobre el mostrador.
La entrega de blancos sucios hechos bulto con su lista correspondiente son llevados a una hora determinada del día y los artículos limpios se recogen más tarde. La ropa sucia es despachada por medio de un canal deslizador y la ropa limpia es preparada por el encargado del departamento de blancos.
Para el control y la inspección de blancos se debe tomar en cuenta
que:
La ropa sucia sea enviada lo más pronto posible al cuarto de
blancos, o a la lavandería, ya que es muy frecuente que se haga mal uso de ella y si está húmeda se puede oxidar o enmohecerse. Los artículos seriamente manchados deben enviarse a la lavandería por separado. Todos los artículos similares deben colocarse en una canasta, cuidando que no queden colgando cintas o esquinas para evitar roturas o daños serios. Junto con la ropa sucia entregar una lista con los artículos que van incluidos, conservando un duplicado. Mantener separadas las canastas que contienen ropa sucia de las que contienen ropa limpia, ya que se pueden confundir fácilmente. A la entrega de la ropa limpia, los artículos deben ser contados sobre la mesa de inspección. Los faltantes se anotan y se registran en la lista de lavandería del día siguiente.
Lo ideal sería que la ropa limpia, después de haber sido contada y
antes de que sea colocada en sus estanterías, fuera inspeccionada para ver si necesita:
reparaciones desmanchar que se planchen bien que no haya artículos que pertenezcan a otros establecimientos.
Los blancos muy desgastados se registran en el libro de "bajas", para
ser descontados de las existencias y sustituidos por otros nuevos. La inspección debe ser minuciosa para mantener los blancos en excelentes condiciones, haciendo menos probable que el huésped encuentre una servilleta manchada o una sábana rota, además los blancos atendidos a tiempo duran más, pues "una puntada a tiempo evita daños mayores".
La ropa de los huéspedes para lavandería o tintorería, se recolecta en
las habitaciones por las camaristas o los mozos, en alguna bolsa especial para ropa sucia y con su lista correspondiente, en la que el huésped anota qué tipo de servicio solicita (normal o urgente) y el número de piezas que desea lavar.
La encargada de blancos, anota los datos en el libro de registro para
la ropa de los huéspedes y la envía a la lavandería. Al regresar la ropa limpia, el paquete se envía al cuarto del huésped por medio de la camarista o el mozo y se pasa a la recepción una nota con el cargo que debe hacerse a su cuenta. Los uniformes del personal se tratan como ropa personal y se envían en paquetes individuales a la lavandería.
Razones por las cuales los blancos pueden resultar dañados:
Mal uso por meseros y camaristas.
Cuidado insuficiente de blancos manchados y húmedos. Descuido al quitar las sábanas. Uso excesivo de blanqueadores en la lavandería. Falta de protección adecuada durante su almacenamiento. Falta de inspección, usando artículos rotos y provocando que se agranden los daños. Existencias escasas y rotación deficiente. Manejo descuidado resultando en suciedad, dobleces marcados, etc