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VELÁSQUEZ” – JULIACA.
ESCUELA DE POSTGRADO:
MAESTRÍA EN DERECHO:
MENCIÓN:
DERECHO
PRESENTACION
AJO Y QUE TODO ESTUDIANTE, PROFESIONAL Y PUBLICO EN GENERAL DEBE SABER, YA QUE EN LA ULTIMA DECADA, CON MAYOR
CONSTITUCIONAL Y PROCESAL CONSTITUCIONAL.
PRIMER SEMESTRE
SECCION: ÚNICA
JULIACA - PERU
2010
HISTORIA
La epistemología (del griego episteme, "conocimiento"; y logos, "teoría"),
es la doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico y ha
conocido un extraordinario desarrollo durante los siglos XIX y XX.
Contra estos dos elementos comunes habrá, a partir de 1970, una sólida
reacción que comienza con La estructura de las revoluciones científicas, del físico
Thomas S. Khun, continúa con Contra el método de Paul Feyerabend y sigue con la
llamada Escuela de Frankfurt, cuyas tesis van más allá de una epistemología y cuya
manifestación más elaborada es la Teoría de la acción comunicativa, de Jürgen
Habermas.
Feyerabend defiende una versión más radical, y afirma que, dado que no existe
el método, cada cual puede usar el que quiera (principio del "todo vale" y postulación
del "anarquismo epistemológico"). La Escuela de Frankfurt no es anti-racionalista,
aunque sí antianalítica y socio histórica, partiendo de los conceptos marxistas de
"dialéctica" y "materialismo histórico".
EPISTEMOLOGIA
1.- INTRODUCCIÓN:
Durante el desarrollo de la intelectualidad del hombre, han surgido varias
posiciones y diversas teorías en torno a lo que es el conocimiento. Para los
dogmáticos el conocimiento era exclusivamente una condición natural del hombre,
ignorando que el conocimiento implica una relación; el dogmático descuida al objeto y
su función, luego llegaron los escépticos, los pragmáticos, los realistas, los críticos
entre otros, que refutaban toda posición anterior a la de ellos planteados, en cuanto a
la posibilidad de la producción de conocimiento alguno.
Si bien es cierto, que el conocimiento como tal, está muy ligado a la filosofía y a
la ciencia representan pura especulaciones, es decir, representa la explicación e
interpretación del conocimiento humano, esto mantenía muy ocupados a los grandes
filósofos de la Grecia antigua quienes no escatimaron esfuerzo alguno en exponer y
defender sus planteamientos.
PAUL O`QUIST. Nos dice que "todos los pasos de la investigación deben ser
sistematizados y el desarrollo del mismo debe obedecer a una planificación
coherente y operacional de todo el sistema investigativo"
Podemos afirmar que hay conocimiento científico cuando a través del método
científico se ha logrado acumular nuevos conocimientos, nuevas experiencias. Por
tanto la ciencia avanza en la medida en que se logre plantearse y resolverse los
problemas, es decir, el progreso del conocimiento se da en la medida en que se
descubren y se resuelvan nuevas dificultades.
Es la forma general alrededor del cual oscilan las versiones individuales de los tipos de
conocimientos que se dan en el proceso de producción del conocimiento, es decir, es
un conjunto de rasgos que caracterizan al conocimiento de tipo vulgar y al
conocimiento de tipo científico.
Este conocimiento se logra por la aceptación a priori de los hechos, constatables por sí
mismas, a la verdad se llega de una manera natural. En algunos casos el surgimiento
es vago y es determinado por la subjetividad imaginativa, estableciendo
deformaciones a la realidad. Por esa subjetividad o superficialidad es que se desvirtúa
la realidad, que a la vez ésta realidad nos conduce a lo que es la verdad de los
hechos.
Pero aún así, nos conduce a los predios del camino de la realidad; más sin embargo,
siempre quedan dudas e inconformidad, que se hacen evidentes en la resolución de
los hechos o inconvenientes, en donde el hombre busca la realidad. Es decir, todo se
sustenta en el marco del conocimiento empírico.
La ciencia utiliza la racionalidad como arma esencial para llegar a los resultados. Los
planteamientos o juicios deben ser coherentes, objetivos, lógicos y sobre todo deben
tener una gran esencia de raciocinio. Para de tal forma, acercarnos más al lado de la
realidad.
El conocimiento científico es sistemático, es organizada en su búsqueda y en sus
resultados. Se preocupa por construir sistemas de ideas organizados coherentemente
y de incluir todo conocimiento parcial en un conjunto cada vez más amplio. La
preocupación científica no es tanto ahondar y completar el conocimiento de un solo
objeto, sino lograr que cada conocimiento parcial sirva como puente para alcanzar una
comprensión de mayor alcance.
Una de las grandes diferencias que debemos destacar, es la utilización del método
científico por parte del conocimiento científico, ya que éste es el único procedimiento
por medio del cual, se ejecutan los procesos de arduos análisis estableciéndose la
adopción de técnicas para constatar la veracidad de los hechos u objetos estudiados,
permitiéndonos así, establecer las formulaciones de enunciados de un modo
sistematizado, llegando a establecer las teorías.
5.- LA CIENCIA:
La ciencia, es el instrumento por medio del cual el hombre puede constatar o certificar
científicamente cualquier objeto de estudio o fenómeno natural, de una manera exacta
utilizando una serie de mecanismo e instrumentos por medio de los cuales se puede
obtener resultados certeros, el cual es llamado el método científico.
➢ DEFINICIÓN:
Para establecer una idea clara, para definir la ciencia como tal, se me hace necesario
mencionar las siguientes definiciones.
"La base y punto de partida del científico es la realidad, que mediante la investigación
le permite llegar a la ciencia."
Es decir, que la ciencia implica una relación organizada y paulatina entre la realidad, la
investigación y la misma ciencia; en pocas palabra la ciencia implica un proceso.
"La ciencia de ser vista como una de las actividades que el hombre realiza, como un
conjunto de acciones encaminadas y dirigidas hacia un determinado fin, que no es
otra, que el de obtener un conocimiento verificable sobre los hechos que nos rodean."
➢ SIGNIFICADO:
La palabra ciencia significa conocimiento cierto de las cosas por sus principios y
causa, diferenciados de la filosofía, que es la ciencia que estudia la esencia de las
cosas. Son dos tendencias paralelas, pero ambas trabajan juntas con el investigador,
esto implica, que la ciencia y la filosofía se fusionan; surgiendo de tal manera las
experimentaciones propias de la ciencia con las formulaciones de teoría, refutabilidad,
conjeturas, lo verdadero o falso, propio de la filosofía.
2. CIENCIAS SOCIALES:
Para ser mas especifico, debemos tener en cuenta que la psicología se concentra en
el comportamiento individual de los seres humanos, mientras que la sociología se
interesa en el saber ¿por qué? Y ¿cómo? interactuan las personas entre sí. La
antropología es una disciplina que en parte es biologica y en parte es social. El
antropólogo físico aborda la evolución biológica de seres humanos, mientras que el
antropólogo cultural aborda las formas de vida de los diferentes grupos sociales.
Todo lo anterior nos permite establecer que todas son grandes áreas de investigación
y cada una incluye una variedad de especialidades.
3. REFUTABILIDAD CIENTÍFICA:
La Refutabilidad Científica, es rebatir con argumentos científicamente consolidados
o fundamentados cualquier teoría o enunciado a cerca de cualquier hecho o suceso
natural.
3.- CONCLUSIONES.
La Epistemología es una parte de la filosofía que ha recibido "y recibe aún" varias
denominaciones, según las preferencias y perspectivas de trabajo sobre la
«problemática del conocimiento» de diversos autores de distintas escuelas a lo largo
del tiempo; así se la ha llamado: noética, criteriología, lógica mayor, crítica del
conocimiento, teoría del conocimiento, teoría de la ciencia, gnosceología,
fenomenología o epistemología.
Para los griegos la epistéme permite alcanzar sin engaño la verdad, que ellos
llamaban «aletheia».
Esta palabra proviene del griego lethos sombras, precedido de un prefijo de negación
«a»; así, acce- der a la verdad de lo-que-es una determinada cosa, será quitarla de las
sombras (a-lethos) en las que se encuentra para el entendimiento. El verbo griego
aletheuein que tiene la misma etimología, significa precisamente «poner de
manifiesto» (hacer cognoscible) alguna determinada cosa.
Epistéme por otra parte, es también un trabajo de «purificación» del intelecto (de la
gnosis: facultad de conocer): pues el desarrollo de un saber organizado y
fundamentado, lleva al intelecto a pasar del «caos» en que se encuentra "frente al
desorden de los estímulos sensibles que recibe", al «cosmos», que implica el orden
racional (Logo) que en ellos «des-cubre» (se a-sombra) quien los recibe.
El hecho del conocer cierto y erróneo es un hecho que no puede entrar en discusión,
porque es un dato de la experiencia cotidiana de cualquier ser humano. Por ello la
epistemología no se ocupa directamente del conocimiento en su génesis psicológica,
ni atiende a su formalidad lógica.
1. INTRODUCCIÓN
LOS SOFISTAS, fueron los primeros filósofos que señalaron el papel de las
diferencias individuales en el conocimiento de la realidad, el papel de las
condiciones perceptuales, etc. Así, afirmó Protágoras, el ser es para cada
quien diferente. De ahí concluyeron que no puede haber ningún saber
universalmente válido y, consecuentemente, tampoco un saber objetivo de la
substancia. Para ellos era válido que algo fuera como aparece, que el hombre
sea la medida de todas las cosas.
A FINALES DEL SIGLO XIX, aparecieron una serie de trabajos en los cuales
se analizó lógicamente los conceptos fundamentales de la física clásica,
destacan principalmente los trabajos de Ernst Mach. Mientras en la mecánica
de Newton se explicaba una serie de fenómenos físicos por su referencia con
el espacio absoluto, por su parte, Mach postuló un nuevo principio: todo lo que
sucede en el mundo tiene que explicarse por la acción recíproca de los
cuerpos. Para Mach los conceptos deben ser determinados necesariamente
por datos de la observación, esta afirmación lo condujo a pensar en la
existencia de elementos primarios que son "dados" sensorial e
inmediatamente, y que fundamentan todo conocimiento.
POR OTRA PARTE, RUBINSTEIN AFIRMA, que el objeto del saber como algo
cuyas propiedades son independientes de este o aquel "punto de vista" del
sujeto, independiente de cómo se le aparece al sujeto. En el proceso del
conocimiento esto se manifiesta en que el sujeto elabora relaciones del objeto
de cierta forma invariante, es decir estables, generales, independientes del
punto de vista cambiante del sujeto. En el pensamiento, éstas permiten unir a
un sistema único objetivo, las diferentes propiedades y relaciones del objeto, ya
que la existencia de las mismas es lo que posibilita diferentes nociones
subjetivas. En cambio, aquellas nociones sobre los aspectos del objeto que
dependen de los diferentes puntos de vista y sistemas de referencia del saber,
y que no se dejan integrar en un sistema de premisas objetivas, son
consideradas por el sujeto como subjetivas, ilusorias, como no conformes con
la realidad objetiva.
A pesar de las semejanzas superficiales, los movimientos desde los hechos hacia las
teorías no son los mismos en epistemología genética como los que sostiene, por
ejemplo, el empirismo lógico, porque lo real desde el punto de vista de Piaget no
permanece idéntico a sí mismo en el proceso, sino que es transformado
constantemente por este verdadero movimiento del conocimiento. Es, por lo tanto, una
epistemología de la relación. Pero ésta es una relación calificada. El movimiento del
conocimiento siempre va en aumento. Permite una mejor comprensión tanto de la
realidad como del sujeto cognoscente, si no ya del propio conocimiento. Se niega a
mantener invariable tanto a la realidad, al igual que el empirismo, como a las
estructuras cognoscitivas del sujeto, como en el innatismo. Postula un sistema del
cambio continuo de controles y equilibrios entre el sujeto cognoscente y la realidad, lo
que requiere un máximo de creatividad por parte del sujeto en la invención de nuevos
medios de coordinación entre él y la realidad o los instrumentos del conocimiento. De
allí conceptos tales como equilibración, autorregulación, interacción, retroacción. Para
Piaget, el conocimiento es interacción.
1) OBSTÁCULOS DIDÁCTICOS
De enseñanza: son los que surgen del modo como se enseñan los conocimientos de
acuerdo a un modelo educativo específico.
y en consecuencia
A lo que se añade el asunto del significado a elegir, ya que los problemas que
han motivado la introducción (el surgimiento) de tal o cual concepto, así como
los que han gobernado su evolución son constitutivos de la significación de
dicho concepto y el investigador, en su análisis, se confronta necesariamente al
problema de la significación del concepto que resolverá con el análisis
epistemológico.
Los errores persisten, resurgen a pesar del tiempo que tengan de haber
sido rechazados del sistema cognitivo consciente, no desaparecen
radicalmente de golpe.
A lo largo de este apartado se han esbozado de forma muy breve y sencilla las
aproximaciones teóricas que fundamentan a la Ingeniería Didáctica como una
metodología constructivista que intenta, desde el aula, captar la complejidad de la
clase.
Así mismo, se esbozó la forma en que se deben crear y desarrollar las situaciones
didácticas a fin de que el alumno construya un conocimiento nuevo a partir de la
superación de sus obstáculos, cuestión que alude a las situaciones didácticas.
En este contexto teórico "los problemas" serán considerados no como un medio para
dificultar el aprendizaje en los estudiantes, sino como la mejor alternativa para
ayudarlos a superar sus obstáculos y provocarlo, de ahí que se sugiere una nueva
forma de plantearlos.
Actividades del profesor que ciertamente son muy distintas a las que en general
desarrollan dentro del sistema tradicional, sin embargo, desde la perspectiva de la
Ingeniería Didáctica, esbozan ya los pasos para la aplicación o experimentación de
una secuencia didáctica.
LOS NÚMEROS REALES, para los estudiantes resultan poco claras las
relaciones existentes entre los diferentes conjuntos de números. Esto es, si
para los estudiantes R comprende categorías distintas de números (enteros,
fracciones, decimales, radicales y otros como Pi), todos estos tienden a
confundirse en la asociación entre sí.
(COPLESTON FREDERICK)
En ninguno de los diálogos de Platón se hallará una teoría del conocimiento
expuesta sistemáticamente. El Teeteto está dedicado, sí, al examen de los problemas
que plantea el conocimiento, pero su conclusión es negativa, pues en este diálogo
trata Platón de refutar algunas teorías del conocimiento falsas, especialmente la de
que el conocimiento consiste en la percepción sensible. Por lo demás, en la época en
que se puso a escribir el Teeteto, había elaborado ya su teoría de los grados del
conocer, correspondientes a los de la jerarquía del ser tal como los expone en la
República. Podemos decir, por tanto, que el estudio positivo precedió al negativo y
crítico, o que Platón, después de haberse hecho su propia opinión acerca del
conocimiento, volvió enseguida la atención hacia las dificultades, a fin de refutar
sistemáticamente las teorías que consideraba falsas. No obstante, en un libro como
éste, parece preferible tratar primero el lado negativo y crítico de la epistemología
platónico, antes de proceder al examen de su doctrina positiva.
En el Teeteto, lo que Platón se propone es ante todo refutar las teorías falsas.
Señálese, en consecuencia, la tarea de combatir la teoría de Protágoras sobre
el conocimiento como mera percepción [sensible] y su tesis de que lo que a
cada cual le parece verdadero eso es la verdad para él. El método de Platón
consiste aquí en procurar dialécticamente una clara exposición de la teoría del
conocimiento que resulta de la ontología heraclitiana y de la epistemología de
Protágoras, de modo que se manifiesten sus consecuencias y se vea que la
concepción del "conocer" así lograda no cumple en absoluto los requisitos del
verdadero conocimiento, pues éste, según Platón, debe: 1º) ser infalible, y 2º)
tener por objeto lo que es. Mas la percepción sensible no satisface ninguna de
estas exigencias.
Asentado esto, Sócrates propone analizar más a fondo la idea. Objeta que, si
el conocimiento es la percepción sensible, entonces ningún hombre será más
sabio que otro, puesto que cada uno es el mejor juez de su propia percepción
sensible en cuanto tal.
¿Dónde está la ignorancia que nos hace ir a sentarnos a sus pies? Porque? ? ?
Claro que, en cierto modo, los objetos de los sentidos son objetos
aprehensibles, pero engañan a la mente demasiado como para que sean
verdaderos objetos de conocimiento; recordémoslo: el conocimiento real y
propiamente dicho tiene que ser --como indicamos más arriba- infalible y de lo
que verdaderamente es.
Comprende Teeteto que no puede decir que el juicio por sí solo, sin más, sea el
conocimiento, porque también se pueden hacer juicios falsos. Sugiere, en
consecuencia, que se acepte, siquiera como definición provisional, que el
conocimiento es el juicio verdadero, hasta que su examen pruebe si es correcto o
falso. (Aquí tiene lugar una digresión, en la que Sócrates trata de averiguar cómo son
posibles los juicios equivocados y cómo se incurre en ellos.
No entraremos en esta discusión, pero sí que mencionaré una o dos
sugerencias que se hacen de pasada. Así, la de que algunos juicios erróneos
provienen de la confusión de dos objetos de diferentes clases, uno de los cuales es el
objeto actual de la percepción sensible y el otro una imagen mnemónica.
Alguien puede juzgar equivocadamente que está viendo a un amigo suyo que,
en realidad, se halla en otra parte. Allí, ante el que así juzga, hay efectivamente
alguien, pero éste no es su amigo. Nuestro juzgador tiene una imagen mnemónica de
su amigo, y algo que hay en la figura de aquel al que está viendo le recuerda esa
imagen mnemónica: por eso piensa, equivocándose, que es su amigo el que se
encuentra ante él.
Como hemos visto, el juicio verdadero no puede significar más que la creencia
verdadera, y ésta no es lo mismo que el conocimiento. Teeteto sugiere-, pues, que la
adición de una "razón" o explicación (lógos) convertiría la creencia verdadera en
conocimiento.
Sócrates; Empieza por señalar que, si el añadir una razón o explicación quiere
decir enumerar las partes componentes, entonces esas partes deben ser o conocidas
ya o cognoscibles: si no, se seguiría la absurda conclusión de que el conocimiento
consistiese en añadir a la creencia verdadera la reducción de lo complejo a elementos
desconocidos o incognoscibles.
1)
2)
3)
a).- Sócrates; Hace ver que, si sostenemos que conocer una cosa significa añadir a
una noción exacta de esa cosa algunas características distintivas, incurrimos en un
absurdo. Supóngase que yo tengo una noción correcta de Teeteto.
b).- Si, por otra parte, mi "noción correcta" de Teeteto; Contuviese ya sus
características distintivas, entonces sería también absurdo decir que para convertir tal
noción en conocimiento tendría yo que añadirle la differentia, pues esto equivaldría a
decir que yo convierto mi noción exacta de Teeteto en conocimiento, añadiéndole a
Teeteto; en cuanto aprehendido como distinto de los demás, lo que le distingue de los
demás.
c).- Nótese que Platón; No habla aquí de las diferencias específicas, sino de objetos
individuales, sensibles, según se ve claramente por los ejemplos que pone: el sol, y un
hombre particular, Teeteto. La conclusión que debe sacarse no es la de que ningún
conocimiento se alcanza con la definición hecha mediante una diferencia, sino más
bien la de que el objeto individual, sensible, es indefinible y no es, en realidad, el
objeto propio del conocimiento. Ésta es la genuina conclusión del Diálogo, a saber,
que el conocimiento verdadero de los objetos sensibles está fuera de nuestro alcance,
y que, por lo tanto, el verdadero conocimiento ha de versar sobre lo universal y
permanente.
1º) infalible.
"La bondad es......", mediante la cual exprese la mente la esencia de la bondad. Pero
la definición atañe al universal. De aquí que el verdadero conocimiento se a- el
conocimiento del universal. Las Constituciones particulares cambian, pero el concepto
de la bondad permanece el mismo, y por referencia a este concepto estable es como
juzgan los acerca de la bondad de las Constituciones particulares. Síguese, por tanto,
que es el concepto universal el que cumple los requisitos necesarios para ser objeto
del verdadero conocimiento. El conocimiento del universal supremo será el
conocimiento más elevado, mientras que el "conocimiento" de lo particular será el
grado más bajo del "conocer".
Ahora bien, ¿no supone tal doctrina que hay un abismo infranqueable entre el
verdadero conocimiento, por un lado, y, por otro, el mundo "real". mundo que consta
todo él -de cosas particulares?
Por lo que toca a la primera cuestión (a la del abismo que se interpone entre el
verdadero conocimiento y el mundo "real"), hemos de admitir que una de las
principales dificultades de Platón fue la de determinar la relación precisa entre lo
particular y lo universal; pero sobre esta cuestión tendremos que volver al estudiar la
teoría de las Ideas desde el punto de vista ontológico: de momento podemos
permitirnos pasarla por alto.
Sin embargo, la línea no está dividida simplemente en dos secciones: cada sección
se halla, a su vez, subdividida. Hay, así, dos grados de episteme, y dos grados de
doxa. ¿Cómo debe interpretárselos? Platón nos dice que el grado más bajo, el de la
eikasía, tiene por objeto, en primer lugar, las imágenes o "sombras", y, en segundo
lugar, "los reflejos en el agua y en los .sólidos, las sustancias lisas y brillantes, y todas
las cosas de esta clase"." Esto suena, desde luego, de un modo bastante raro, por lo
menos si se piensa que Platón quiere decir que cualquiera puede equivocarse
tomando la sombra y los reflejos en el agua por los originales. Pero el pensamiento de
Platón puede hacerse extensivo legítimamente, en general, a las imágenes de las
imágenes, a las imitaciones de segunda mano. Así, del hombre cuya única idea de la
justicia sea la justicia imperfecta de la Constitución ateniense o la encarnada en un
hombre particular decimos que se halla en un estado de doxa en general.
Platón nos dice que los objetos de la sección de la pístis, son los objetos reales
correspondientes a las imágenes de la sección de la eikasía, y menciona "los animales
que nos rodean y todo el universo de la naturaleza y del arte"." Esto implica, por
ejemplo, que el hombre cuya única idea del caballo es la que tiene a partir de los
caballos particulares de la realidad, y que no ve que los caballos particulares son
"imitaciones" imperfectas del caballo ideal, o sea, del tipo específico, universal, se
halla en un estado de pístis. No ha adquirido conocimiento del caballo, sino solamente
opinión. (Espinosa diría que ese hombre se halla en un estado de imaginación, de
conocimiento inadecuado).
Del mismo modo, quien juzga que la naturaleza exterior es la verdadera realidad y
no ve que es una copia más o menos "irreal" del mundo invisible (es decir, quien no ve
que los objetos sensibles son realizaciones imperfectas del tipo específico) tiene sólo
pístis. No se halla tan alejado como quien, soñando, piensa que las imágenes que ve
son el mundo real eikasía, pero no ha alcanzado la episteme: carece de conocimiento
científico propiamente dicho.
El hombre pintado es, pues, la imitación de otra imitación. Quien crea que el
hombre pintado es un hombre real (pensemos en quien tome al policía de cera que
hay a la entrada del Museo Tussaud por un policía de verdad) se hallará en estado de
eikasía, mientras que aquel cuya idea del hombre se limite a los hombres particulares
que él ha visto, o ha oído, o sobre los que ha leído algo, y que no posea de hecho
noción alguna del tipo específico, se halla en un estado de pístis.
Pero quien aprehende el hombre ideal, es decir, el tipo ideal del Hombre, la Forma
específica de la que los hombres particulares son imperfectas realizaciones, éste
posee la vóesis."
Ahora bien, ¿qué decir de la división más alta de la línea, de aquella que en cuanto
al objeto corresponde a los noetá y en cuanto al estado de la mente a la episteme?
En general, está vinculada, no con los oratá -, u objetos sensibles (parte inferior de
la línea), sino con los aoratá, con el mundo invisible, con los noetá. Y ¿qué decir de la
subdivisión? ¿ Cómo se diferencia la nóesis en sentido estricto de la diánoia?
Según Platón, el objeto de la diánoia es lo que el alma se siente impulsada a
investigar con ayuda de las imitaciones de los primeros segmentos, que ella emplea
como imágenes, partiendo de hipótesis y avanzando, no hacia un primer principio,sino
hacia una conclusión.
Quizás haya pensado alguien que los objetos matemáticos de esta clase deberían
enumerarse entre las Formas o arjai, y que Platón identificaba el conocimiento
científico del geómetra con la nóesis; propiamente dicha; pero lo cierto es que él
rehusó expresamente el hacerlo así, y es imposible suponer (como se ha hecho) que
Platón adaptase sus doctrinas epistemológicas a las exigencias de su símil de la línea,
con sus divisiones. Más bien se ha de suponer que lo que Platón pretendía era afirmar
la existencia de una clase de "intermediarios", o sea, de objetos que, siendo objetos de
la episteme son también, no obstante, inferiores a los arjai, por lo que son objetos de
la diánoia y no de la noesis. Resulta clarísimo, desde el final del libro VI de la
República, que los geómetras no han adquirido el nous o la nóesis, con respecto a sus
objetos; y ello porque no se elevan por encima de sus premisas hipotéticas, "aunque,
tomados en relación con un primer principio, tales objetos entran dentro del dominio de
la pura razón".
Estas últimas palabras muestran que la distinción entre los dos segmentos de la
parte superior de la línea debe referirse a la distinción de los estados de la mente y no
sólo a una distinción de los objetos. Y se afirma expresamente que la intelección o
diánoia es intermedia entre la opinión (doxa) -y la pura razón (nóesis).
Apóyase esto en la mención de las hipótesis. Nettleship pensaba que lo que quiso
decir Platón es que el matemático acepta sus postulados y sus axiomas como si
fuesen la verdad misma: él no los pone en cuestión y, si alguien lo hace, sólo puede
decirle que él es incapaz de discutir este problema. Platón no emplea la palabra
"hipótesis" en el sentido de tomar un juicio por verdadero cuando en realidad puede no
serlo, sino en el de un juicio que se trata como siendo él mismo su propia condición,
sin considerarlo en sus fundamentos ni en su necesaria conexión con el ser. En contra
de esto puede mostrarse que los ejemplos de "hipótesis" dados en el pasaje 510 c son
todos ellos ejemplos de entidades y no de juicios, y que Platón habla de destruir
hipótesis, más bien que de reducirlas a proposiciones condicionadas en sí mismas o
evidentes de por sí. Otra sugerencia sobre la misma cuestión se encontrará al final de
este apartado.
En la Metafísica, nos dice Aristóteles que Platón sostenía que las entidades
matemáticas son algo intermedio "entre las formas y las cosas sensibles", "Además de
las cosas sensibles y de las formas, dice [Platón] que hay los objetos de las
matemáticas, los cuales ocupan una posición intermedia, diferenciándose de las cosas
sensibles por cuanto son eternos e inmutables, y de las Formas por cuanto hay
muchos que son semejantes, mientras que la Forma misma es única en cada caso".
Por Ejemplo:
Por otra parte, las magnitudes espaciales ideales, los objetos que estudia el
geómetra, no son objetos sensibles, por lo que no pueden pertenecer a la esfera de
los oratá. Ocupan, por tanto, una posición intermedia entre los Números-Formas y las
cosas sensibles. Que esto es así tratándose de los objetos que estudia el geómetra
(círculos secantes, etcétera), lo admito gustoso; pero, ¿es justificado excluir de ta
mathematiká los objetos en que se interesa el aritmético? Después de todo, cuando
Platón trata de aquellos cuyo estado mental es el de diánoia sólo habla de los
estudiantes de geometría, sino también de quienes estudian la aritmética y las ciencias
afines. Ciertamente, no parece que esto dé pie para afirmar que Platón limitaba ta
mathematiká a las magnitudes espaciales. ideales Pensemos o no que Platón debería
haber limitado así la esfera de las entidades matemáticas, lo que tenemos que
considerar es no solamente lo que Platón debería haber dicho, sino también lo que de
hecho dijo.
Por otro lado, es cosa igualmente clara que nosotros adicionamos grupos o
clases de objetos, y que hablamos de la característica de una clase como número.
Nosotros sumamos estas cosas, pero ellas reemplazan a las clases de los objetos
individuales, aunque ellas mismas sean objeto no de los sentidos sino de la
inteligencia. Por consiguiente, se puede hablar de ellas como de particulares
inteligibles, y pertenecen a la esfera de ta mathematiká lo mismo que las ideales
magnitudes espaciales del geómetra. La teoría propia de Aristóteles acerca del
número tal vez fuese errónea y deformase, por ello, la teoría de Platón en algunos
aspectos; pero si afirmó explícitamente, como lo hizo, que Platón ponía una clase
intermedia de entidades matemáticas, cuesta suponer que se equivocara, ya que los
propios escritos de Platón no parecen dejar ninguna duda razonable, no ya sólo en
cuanto a que estableció realmente la referida clase, sino también en cuanto a que él
no la entendía como limitada a las magnitudes espaciales ideales.
(La tesis de Platón, según la cual las hipótesis de los matemáticos -él
menciona "lo par y lo impar, las figuras, tres clases de ángulos y todas las
cosas afines a éstas en las distintas ramas de la ciencia " cuando se las
considera en relación con un primer principio, son cognoscibles por la razón
superior, y su otra afirmación de que la razón superior versa sobre los primeros
principios, que son evidentes por sí mismos, indican que él daría buena
acogida a los intentos modernos de reducir la matemática pura a sus
fundamentos lógicos.)
Los objetos que corresponden a la nóesis son aí arjai, los primeros principios o
las Formas. No se trata de principios meramente episteinológicos, sino que son
también ontológicos, y más adelante los examinaremos en detalle; pero aquí conviene
señalar el siguiente hecho: Si sólo se tratara de ver los principios últimos de las
hipótesis de la sección correspondiente a la diánoia (como se hace, por ejemplo, en la
reducción moderna de las matemáticas puras a sus fundamentos lógicos), no habría
gran dificultad en comprender lo que Platón quería decir; pero él habla expresamente
de la dialéctica como "destruidora de las hipótesis", anairousa tas hipotéseis, cosa
difícil de comprender, puesto que, por más que la dialéctica pueda muy bien patentizar
que los postulados de los matemáticos necesitan revisión, no resulta tan fácil ver, al
menos a primera vista, cómo pueda decirse que destruye las hipótesis.
De hecho, lo que Platón entiende por tal se hace más claro si examinamos una
de las hipótesis concretas de las que menciona: la de lo par y lo impar. Parece ser que
Platón reconocía que hay números que no son ni pares ni impares, a saber, los
números irracionales, y que en el Epínomispide que se reconozcan como números los
cuadrados v los cubos "incalculables".
Si así es, la tarea del dialéctico consistiría en mostrar que las hipótesis
tradicionales del matemático, según las cuales no existen números irracionales, sino
sólo números enteros, pares o impares, son, en rigor, falsas. Además, Platón
rehusaba aceptar la idea pitagórica del punto-unidad, y hablaba del punto como del
"comienzo de una línea" de suerte que el punto-unidad, es decir, el punto dotado de
magnitud propia, sería "una ficción geométrica", una hipótesis del geómetra que habría
que "destruir".
X Fuego
Fila de Prisioneros
Por otro lado, si persevera y sale de la cueva a la luz del sol, verá el mundo de
los objetos claros e iluminados por el sol (que representan las realidades inteligibles),
y, finalmente, aunque sólo mediante un esfuerzo, se capacitará para ver el sol mismo,
que representa la Idea del Bien, la Forma más alta, "la Causa universal de todas las
cosas buenas y bellas... la fuente de la verdad y de la razón. Se hallará entonces en
estado de vóesis. (Sobre esta Idea del Bien, así como sobre las consideraciones
políticas de que se ocupa Platón en el diálogo República, volveré en posteriores
capítulos.)
Observa Platón que si alguien, después de haber subido a la luz del sol, vuelve
al interior de la caverna, será incapaz de ver bien, a causa de la oscuridad, y con ello
se hará "ridículo"; mientras que si tratase de liberar a algún otro y de guiarle hacia la
luz, los prisioneros, que aman la oscuridad y consideran que las sombras son la
verdadera realidad, darían muerte a tal importuno si pudiesen cogerlo. Es ésta, sin
duda, una alusión a Sócrates, que trató de iluminar a todos los que quisieron oírle y
procuró hacerles comprender la verdad y la razón, en vez de dejar que quedasen
sumidos en las sombras de los prejuicios y los sofismas.
Esta alegoría pone en claro que la "ascensión" de la línea era considerada por
Platón como un progreso, aunque tal progreso no es continuo y automático: requiere
esfuerzo y disciplina mental. De ahí su insistencia en la gran importancia de la
educación, por medio de la cual sea conducido gradualmente el joven a la
contemplación de las verdades y los valores eternos y absolutos, y, de este modo, se
libre a la juventud de pasar la vida en el sombrío mundo del error, la falsedad, el
prejuicio, la persuasión sofístico, la ceguera para los verdaderos valores, etcétera. Tal
educación es de primordial importancia para quienes han de ser hombres de Estado.
El hombre que no realiza el verdadero bien del hombre no vive ni puede vivir
una vida verdaderamente humana y buena, y el político que no realiza el verdadero
bien del Estado, que no ve la vida política a la luz de los principios eternos, lleva a su
pueblo a la ruina.
GUILLERMO FRAILE:
1) LA REALIDAD:
I. ACTITUD DE ARISTÓTELES.-
Aristóteles tiene, pues, que dar una triple respuesta: a) al monismo estático de
Parménides, b) al movilismo de Heráclito, y c) al idealismo de Platón.
Así resulta el conjunto de los seres dividido en tres grandes sectores, órdenes o
planos, ascendentes en perfección:
a. No Vivientes:
1. Principios (materia y forma).
b. Vivientes:
A éste pertenecen las esferas y los astros, que son sustancias móviles,
eternas, ingenerables, incorruptibles, compuestas de materia (éter o quinto
elemento) y dotadas de formas vivientes, inteligentes y perfectísimas. Se
escalonan en las 54 esferas que giran en torno a la Tierra con movimiento
circular, que no tiene contrario. En su extremo está la última esfera, informada
por el primer Motor inmóvil.
1) LA CIENCIA:
a).- INDUCCIÓN.-
I.º Sensación.
2.º Memoria.
En la memoria persisten y se conservan las impresiones
sensitivas. Los animales dotados de los sentidos de la vista y del
oído y además de memoria son capaces de aprender y de ser
educados. Pero el «conocimiento sensitivo es común a todos, es
fácil y no tiene nada de filosófico».
3.º Experiencia.
5.º Arte.
6.º Ciencia.
En Platón no cabe ciencia de las cosas mudables del mundo físico. El único
elemento fijo, estable y necesario de las cosas sensibles consistía en lo que tenían de
participación o de imitación de las Ideas del mundo trascendente (su «forma»).
El tránsito es de los seres particulares del mundo físico a los seres también
particulares del mundo de las Ideas. Su aspiración ascendente consiste en elevarse
por encima del mundo visible hasta las realidades del mundo suprasensible, en cuya
contemplación se halla el verdadero conocimiento científico, estable, fijo y necesario.
De este modo tenemos un material legítimo para constituir una ciencia realista,
organizando esos conceptos en un orden sistemático, que aspira a ser un reflejo, lo
más exacto posible, de la realidad de las cosas tal como son en sí mismas, dotadas,
en virtud de la abstracción, de los caracteres de fijeza, necesidad y universalidad de
que carecen los seres particulares del mundo físico.
Una vez constituido el concepto universal con los caracteres de unidad, fijeza e
inmutabilidad en el orden lógico, tenemos ya el material para la ciencia. Pero todavía
no tenemos ciencia. Porque el proceso psicológico de formación de los conceptos
universales es idéntico y común al conocimiento vulgar y al científico. La acción del
entendimiento agente termina en el momento mismo en que ha quedado constituido,
psicológicamente, el concepto universal. Pero desde el momento en que se trata de
comenzar a utilizar científicamente esos conceptos entra en funciones otra potencia,
que es el entendimiento posible o pasible, sin cuya intervención no sería posible pasar
de la simple posesión de ideas o de nociones universales, que no trascienden el orden
puramente psicológico.
LA CONTRIBUCION CONSTRUCTIVISTA
– JEAN PIAGET.
INTRODUCCIÓN
Es, por lo tanto, una epistemología de la relación. Pero ésta es una relación
calificada. El movimiento del conocimiento siempre va en aumento. Permite una mejor
comprensión tanto de la realidad como del sujeto cognoscente, si no ya del propio
conocimiento. Se niega a mantener invariable tanto a la realidad, como en el
empirismo, como a las estructuras cognoscitivas de sujeto, como en el innatismo.
Postula un sistema de cambio continuo de controles y equilibrios entre el sujeto
cognoscente y la realidad, lo que requiere un máximo de creatividad por parte del
sujeto en la invención de nuevos medios de coordinación entre él y la realidad o los
instrumentos del conocimiento. De allí conceptos tales como equilibración,
autorregulación, interacción y retroacción. Para Piaget, el conocimiento es interacción.
Aquí Piaget adelanta una nueva lógica que podría denominarse más
adecuadamente "lógica natural". Está caratulada como lógica de las significaciones.
Se basa en una idea de los psicólogos ginebrinos -al menos desde Claparéde-:
implicación. El concepto de implicación quiere decir que los significados preexisten a la
construcción de entidades lógicas tales como afirmaciones, conceptos, juicios e
inferencias, pero también los genera en ese orden.
LA CONSTRUCCIÓN CONSTRUCTIVISTA
El niño de 3 años pone los dados en determinada posición, por ejemplo, en tres
de las cuatro esquinas y, al preguntársela cómo puede colocarlo en otras formas,
negará que sea posible alguna otra posición. Aquí, como en otras experiencias, parece
que una vez que el niño ha creado una situación dada, esta situación toma la
apariencia de necesidad y que, en su mente, si la situación es lo que es, lo es porque
no puede ser de otra manera.
A nivel formal, se ha conseguido otro paso hacia adelante: los niños colocan el
dado al azar, diciendo que hay un sinfín de posibilidades (las palabras "sinfín" o
"infinito" son usadas espontáneamente, sin que el experimentador las incluya en el
cuestionario). Claramente, la idea de diferentes posibilidades y su número infinito no
es una característica observable de la realidad, y contradice la teoría empirista del
conocimiento; al mismo tiempo, la elaboración muy gradual de esta idea va en contra
de las teorías innatista o apriorística.
Y puede tener formas diferentes: puede unir dos propiedades que siempre
existen juntas (por ejemplo un objeto tiene cierta medida y una cierta forma) o puede
unir propiedades que no necesariamente existen conjuntamente (por forma y sonido).
(Rolando García)
Situaré de manera arbitraria el inicio de esta historia en las dos escuelas que
se iniciaron en la década de los veinte: la escuela de Berlín, bajo la guía de Hans
Reichenbach, y la escuela de Viena, con Schlick, Neurath, Carnap y otros. Hago esto
por una sola razón, La mayor parte de la filosofía anglosajona de la ciencia es todavía,
en su mayor parte, una consecuencia del tipo de discusiones que tuvieron su centro en
estas dos escuelas, Estas dominaron la filosofía de la ciencia durante al menos dos o
cuatro décadas, y en la actualidad están todavía vigentes, Si no de una manera
explícita, porque en los Análisis filosóficos rara vez se encontrará en la actualidad
alguien que mantenga estas posiciones tal como se expusieron inicialmente, sí en
general de manera implícita, porque están en la mente de un gran número de
científicos de la época actual.
La parte lógica de este sistema se vio reducida a expresar las reglas del
juego, las reglas internas del lenguaje que se utiliza para expresar la teoría.
– Muy pronto se vio que era necesario añadir un cuarto elemento a fin de
darle una base al sistema: las reglas de correspondencia.
En tercer lugar (un punto que a menudo se pasa por alto) estas reglas
de correspondencia especifican de una vez por todas los tipos admisibles de
experimentos por medio de los cuales la teoría se une a la realidad.
Empezó con una teoría de la ciencia, como una teoría de la teoría científica. Se
afirmaba que las teorías científicas deberían funcionar de esta manera.
Posteriormente, toda la escuela evolucionó de manera que esta especie de esquema
se convirtió también en la explicación normal para todo el conocimiento. Llegó a ser no
sólo una explicación de la ciencia, sino también una teoría de la significación cognitiva.
Cualquier cosa de la que podamos afirmar que posee un significado cognitivo debe
también de una u otra manera poseer un esquema implícito como el indicado. Si
utilizamos términos que no se relacionan directamente con la experiencia y la
observación, debemos disponer de algunas reglas de correspondencia que unan lo
que afirmamos con la experiencia. De no ser éste el caso, nos situamos en la
metafísica, y como bien se sabe, el objetivo de esta escuela era destruir la metafísica.
Pero los miembros de esta escuela fueron todavía más lejos. Desarrollaron
también una teoría del lenguaje que traspuso con mucho la teoría de la ciencia. Para
ellos, el lenguaje consiste en enunciados observacionales cuyos únicos términos no
lógicos son términos observacionales, y ciertas aserciones utilizan términos "teóricos",
definibles de manera explícita mediante términos observacionales. De esta manera,
para ser consistentes, tuvieron que desarrollar una teoría de cómo adquieren los seres
humanos el lenguaje. Dicha teoría sostuvo que el lenguaje se adquiere inicialmente
por medio de la denotación: señalando los datos de los sentidos, señalando los
objetos. Y todo lo demás debiera seguir por definición a partir de esta denotación que
es la piedra fundamental en la construcción del lenguaje.
De hecho, todos los términos de disposición, es decir, términos como "frágil" que
expresan propiedades de disposición, se definirían de la misma manera: "Si ustedes
hacen esto y esto, entonces este y este suceso tendrán lugar". Pero fue aquí donde la
escuela cayó en su propia trampa. La razón es la siguiente. La lógica utilizada fue,
como antes mencionamos, la lógica Frege-Whitehead-Russell. Según esta lógica, el
condicional:
Uno de los principales problemas que subsiste en la visión oficial de las teorías
científicas se refiere al concepto de "directamente observable". Ya sea que se crea
poseer definiciones directas de términos teóricos en términos de observables, o que se
dispone de definiciones parciales siempre relativas a la experiencia, o que se dé un
significado empírico a la teoría como un todo, y no a cada término en sí mismo, en
todos los casos se termina en el concepto de observaciones directas.
Por supuesto los defensores de las escuelas a las que nos estamos refiriendo
estuvieron dispuestos a aceptar que, cualquiera que fuera la definición adoptada de
los observables, era muy difícil demarcar una línea entre los observables y los no
observables. Una propiedad inferida de la medida tomada por un instrumento puede
ser considerada como un observable por un físico, mientras por el contrario, un filósofo
más estricto reservaría el término de observable para propiedades que son percibidas
en forma directa por los sentidos. Ya aquí se presenta un problema: ¿es Posible
realizar una distinción entre los términos observacionales y los términos teóricos? La
respuesta fue claramente negativa, pero aún subsiste un problema más grave.
Supongamos que fijamos en algún punto la línea. ¿Es posible mantener que existen al
menos algunos términos observables, es decir, algunos términos que pudieran
considerarse como directamente observables en.un sentido absoluto? La idea de que
la respuesta a este problema es también negativa, o sea, que todas las Ramadas
"observaciones directas" involucran algún tipo de construcción realizada por el
observador, surgió con mucha lentitud. Regresaremos a este problema a fin de
mostrar que la epistemología genética ha suministrado una respuesta definida a este
problema, una respuesta que por primera vez ubica tal problema filosófico en un
contexto experimental.
Supongamos que de hecho todos los problemas graves han sido resueltos.
¿Cuál es, por tanto, el status de esta teoría, de las teorías científicas? ¿Funcionan de
esta manera los científicos? Pues bien, como es bien sabido, si se analiza cualquier
presentación de las teorías científicas, la cantidad de axiomatización es muy pequeña.
Sólo se encontrarán axiomatizaciones parciales con diversos grados de formalización.
Más aun, se alcanza la axiomatización cuando la ciencia ha llegado a un nivel muy
avanzado de madurez. Es sabido que incluso en la mecánica de Newton existen serios
desacuerdos acerca de la manera apropiada de axiomatizarla. Por tanto, la visión
oficial no refleja la forma en que funcionan las teorías científicas, y mucho menos,
todavía, la manera como actúan los hombres de ciencia.
○ Con este agregado, vemos que el panorama final de la visión oficial es una
reconstrucción de una teoría basada en tres pilares que representan tres
dicotomías claramente definidas:
La respuesta que nos brinda en uno de los documentos más recientes que ha
publicado sobre este tema es la siguiente: "En particular, al verme confrontado al
problema de la elección de teoría, la estructura de mi respuesta es en términos
generales como sigue: tómese un grupo de las personas más capacitadas disponibles
con la motivación más apropiada; capacíteseles en alguna ciencia y en las
especialidades relacionadas con la elección que hay que hacer; inbúyaseles con el
sistema de valores, la ideología actualizada en sus disciplinas (y en gran medida en
otros campos científicos también) y por último, déjeselas realizar la elección. Si esa
técnica no da cuenta del desarrollo de la ciencia tal como la conocemos, ninguna otra
lo hará. No puede existir un conjunto de reglas de elección adecuadas para dictar la
conducta individualdeseada en los casos concretos que los científicos se ven
obligados a enfrentar en el curso de sus carreras. Cualquier progreso científico que se
alcance, debemos explicárnoslo mediante el examen de la naturaleza del grupo
científico, descubriendo aquéllo que valoriza, aquello que tolera, y lo que desdeña".
La segunda objeción de Popper contra Kuhn es que, para Popper, lo que Kuhn
denomina "ciencia normal" es solamente "ciencia mediocre". En relación con esto, él
afirma: "Según mi punto de vista, el científico 'normal' tal como lo describe Kuhn, es
una persona por la que debería sentirse compasión. (Según los criterios de Kuhn
acerca de la historia de la ciencia, muchos grandes científicos deben haber sido
'normales'; pero como no obstante no puedo experimentar compasión por ellos, no
creo que puedan ser correctos los conceptos de Kuhn). El científico 'normal' , según
pienso, ha recibido una enseñanza deficiente. Creo, y esa creencia la comparten
muchos más, que toda la enseñanza a nivel universitario (y si es posible en niveles
menos avanzados) debería capacitar y estimular el pensamiento crítico.
El, tal como afirma Kuhn, se siente satisfecho con resolver puzzles. La elección
de este término parece indicar que Kuhn desea recalcar que no se trata de un
problema verdaderamente fundamental aquél que el científico normal está preparado
para enfrentar; es más bien, un problema de rutina, un problema de aplicar lo que uno
ha aprendido: Kuhn lo describe como un problema en el cual se aplica una teoría
dominante (lo que Kuhn llama paradigma)"
Empecemos por hablar de lo que me parece ser la falla más importante en las
posiciones actuales en la filosofía de la ciencia. Cada teoría que intenta ofrecer una
explicación de cómo funciona la ciencia y cómo adquieren validez las aserciones
científicas, está de hecho ofreciendo una teoría de la validación pero no ofrece una
teoría de validación de la validación. ¿Cuál es el criterio por medio del cual adquiere
validez alguna aserción o alguna teoría? Es bastante claro que la pregunta es legítima
y que no debiera contestarse haciendo una regresión al infinito.
¿Cómo podrían las teorías de la validación adquirir validez? En 1as escuelas
que estamos criticando, los autores no han realizado ningún esfuerzo por validar lo
que afirman. Pero hay algo más serio que eso. En general, todas estas teorías se
refieren a sujetos, a seres humanos que son los sujetos en el acto de conocer. Si se
suma lo que de manera explícita o implícita se asume en las teorías actuales del
conocimiento, se encontrarán toda clase de aserciones o suposiciones contradictorias
acerca del sujeto real que está haciendo ciencia. En general, no existe indicación
acerca de si están hablando sobre un "sujeto natural', es decir, cualquier adulto que
por azar entra a la ciencia y por lo tanto posee una "manera natural" de pensar o
razonar -refinada por la ciencia, pero natural-, o si se refieren a una especie de sujeto
muy idealizada que pudiera ser el "hombre de ciencia", un hombre que entrará en
contacto con otros colegas de la comunidad y que posee una aptitud especial para
tomar decisiones y adoptar actitudes especiales acerca de esos temas. Ahora bien,
ellos tienen que escoger entre dos suposiciones. Si ellos se refieren a un sujeto ideal,
la pregunta que tienen que contestar es: ¿Cuál es la relación entre este sujeto ideal y
el sujeto real, el científico en la vida diaria? Pues fuera del laboratorio y de la
manifestación por escrito de ciertas aserciones científicas específicas, un científico se
comporta como cualquier otro hombre y no utiliza maneras especiales de expresar o
"encontrar" cosas o sucesos. Por otra parte, si se refieren al sujeto natural, no existe
tentativa de mostrar que el sujeto natural se comporta de la manera que ellos
describen o suponen.
La Epistemología Genética;
Existe un orden natural en el mundo con rocas abajo, agua encima aire sobre
el agua y fuego más arriba del aire. Si yo dejo caer una piedra, esto sucederá porque
está buscando su sitio natural. Una vez logrado su objetivo, el cuerpo se detendrá y
permanecerá en reposo. Dentro de esta concepción, dentro de esta Weltanschauung,
los griegos no necesitaban explicar el reposo, porque el reposo es el estado natural
para todo en el universo. Por otra parte, tenían que explicar el movimiento y que
encontrar sus causas. La causa es una fuerza, o sea, una violencia ejercida sobre el
cuerpo. Cuando cesa la violencia, la fuerza, el movimiento se detendrá a menos que el
cuerpo se encuentre fuera de su lugar natural porque, bajo esta circunstancia, el
cuerpo asumirá un movimiento directo que lo colocará, hacia arriba o hacia abajo, en
su sitio natural.
La concepción filosófica de los chinos era bastante diferente. Para el chino, el
mundo es un devenir, es un continuo proceso de cambio. El mundo está
evolucionando todo el tiempo y todo dentro de él está también evolucionando. Por lo
tanto, no necesita explicarse el movimiento. Lo que necesita explicación es el reposo.
Se necesita fuerza para mantener algo en reposo para evitar el devenir natural que de
ese algo en su desarrollo dentro del universo. Si no existe fuerza, el cuerpo continuará
su evolución natural.
d).- que estas estructuras son sólo etapas del cuasi equilibrio que
sufrirán modificaciones a través de nuevos procesos de asimilación y;
En otras palabras, que la física está mucho más cercana a los procesos
biológicos y cognoscitivos de lo que pensábamos hace algunos años.
El sistema que voy a exponer es el más simple que conozco que pertenece a la
categoría de lo que he llamado "constructores de estructuras". Consiste en lo
siguiente: tomemos dos cilindros, uno dentro de otro con un espacio entre ellos;
pongamos un líquido entre ellos (puede ser agua), y cerrémoslo de manera que no
existan ondas en la superficie de la parte superior. Ahora imprimamos una rotación a
los dos cilindros, pero a diferentes velocidades: uno gira dentro del otro, pero uno va
con más rapidez (por ejemplo, el cilindro exterior gira con más rapidez que el interior) .
Pongamos en el agua algunas partículas de aluminio o algo similar, e iluminémoslas
para que pueda verse el movimiento del líquido. Cuando la diferencia en rotación de
los dos cilindros es pequeña, el líquido que empieza a moverse por fricción adquirirá
un movimiento de rotación bastante uniforme. Podrán verse las líneas de flujo
extenderse por todo el líquido en una distribución por completo uniforme. Ahora
aumentemos la diferencia entre las dos rotaciones (por ejemplo, mantengamos la
velocidad de rotación del cilindro interno fija y aumentemos la del cilindro externo). En
un principio veremos solo pequeñas oscilaciones de las líneas del flujo. Sin embargo,
en un cierto momento, el movimiento sufrirá cambios como si el líquido hubiera sufrido
un trastorno y no supiera exactamente cómo comportarse.
Pero muy pronto encontraremos que aparecen algunos patrones en las líneas
de flujo; algunas de ellas se acercarán más e indicarán un movimiento del fluido con
una distribución no homogénea de la velocidad en sentido vertical. Se presentarán
flujos de chorro distribuidos a intervalos regulares. Si ahora aumentamos todavía más
la diferencia de velocidad entre los cilindros, las líneas de flujo oscilarán de nuevo,
pero después de un cierto umbral los círculos del movimiento sufrirán alteraciones y se
observará un movimiento ondulado de las partículas. Juguemos ahora con la
diferencia de velocidad entre los cilindros. Aumentemos de manera continua, y luego
dejémosla fija; aumentémosla de nuevo y dejémosla fija, y continuemos así; podrán
observarse saltos en la estructura de las líneas de flujo; el número de ondas de la ruta
señalada aumentará a intervalos discontinuos y, en un momento dado, las ondas que
fueron completamente simétricas empezarán a inclinarse y a deformarse adquiriendo
una asimetría característica. Si aumentamos la diferencia de velocidades aun más, se
traspasará un umbral después del cual desaparecen las ondas y el movimiento se
convierte en turbulento.
Para dar fin a esta conferencia introductoria, volvamos a nuestro punto inicial.
Afirmamos que la epistemología genética es no sólo una escuela epistemológica que
nos proporciona algunas respuestas acerca de cómo evolucionan los sistemas
conceptuales y teóricos de la infancia. Es una teoría que intenta dar un fundamento
sólido al conjunto de la teoría del conocimiento y por tanto una explicación del
desarrollo del conocimiento científico. Permanece por consiguiente como una filosofía
alternativa de la ciencia que, por primera vez, podría verse sujeta a una prueba
experimental.
¿QUÉ ES LA CIENCIA?
(Gustavo Bueno)
I. No hay una única idea de ciencia sino varias. Necesidad de una teoría
de la ciencia.
(por ejemplo, los hombres) establecen sobre todo aquello que incide sobre
ellas, y está en función, por lo tanto, del radio de acción que tales partes alcanzan en
cada momento. El Mundo no es algo previo, por tanto, al «estado del Mundo» que se
refleja en el mapamundi (que es una forma latina de expresar lo que los alemanes
designan como Weltanschauung de cada época). Un mapa del mundo desborda, por
ello, incluso cuando se le considera desde un punto de vista meramente geográfico,
las propias coordenadas geográficas, porque estas han de darse, a su vez, inmersas
forzosamente en una maraña de ideas, explícitas o implícitas, al margen de las cuales
las propias coordenadas geográficas perderían su significado: ideas relativas a los
límites del mundo, al lugar de las tierras y de los cielos representados, ideas sobre la
escala que el propio mapa utiliza, e ideas sobre la imposibilidad de que el mapa se
represente a sí mismo (un mapa no puede representarse a sí mismo y no ya tanto por
motivos gráficos cuanto por motivos lógicos: el mero intento de «representar el mapa
en el mapa» abriría un proceso infinito y absurdo). El mundo no es, en resumen, la
«totalidad de las cosas» —omnitudo rerum—; sólo es la totalidad de las cosas que nos
son accesibles en función del radio de acción de nuestro poder de con-formación de
las mismas. Para los sapos del cuento que vivían en el fondo de un pozo el mundo era
ese pozo; cuando regresó al pozo un sapo, que el día anterior había sido recogido sin
querer en el cubo por el sacristán que sacaba el agua para regar el huerto, pudo decir
a sus compañeros: «el mundo es mucho más grande de lo que pensáis: se extiende
hasta las tapias del huerto del señor cura.»
Los sapos, las ranas, las lechuzas, los leopardos y los hombres tienen, cada
uno, en función del «radio de su acción», un mundo propio, una organización
característica de las cosas y procesos que les rodean. Pero esto no quiere decir que
los «mundos entorno» de cada especie animal sean enteramente diversos y
mutuamente independientes, como algunos pensaron, siguiendo la concepción de von
Uesküll (su doctrina de los Umwelten de cada especie). Los mundos de los animales
no son «mundos entorno» que pudieran ser tratados como si fuesen círculos
megáricos, a la manera como, pocos años después, O. Spengler trató a estos
inmensos «superorganismos» que él denominó «culturas» y que constituyen también
los «mundos entorno», no ya de una supuesta Humanidad universal, inexistente, sino
de los diversos pueblos en los cuales ella está repartida. Pero ni las culturas (en el
sentido de Spengler: la «cultura antigua», la «cultura faustica») son independientes,
aunque no sea más que porque las una tratan de reabsorber a las otras en sus mallas,
ni los mundos entorno de cada especie animal son independientes de los de las otras
especies, aunque no sea más que porque en el mundo entorno de cada especie
animal han de figurar muchos componentes del mundo entorno de otros animales,
enemigos o aliados contra terceros en la lucha por la vida.
Cada vez más afectado por las acciones y operaciones de los animales que lo
organizan; el mundo entorno es, de modo progresivo, un mundo «cultural».
Esto no es ya una cuestión «opinable». Desde la formulación por Newton de
las leyes de la Mecánica sabemos que el planeta Tierra en el que viven los
hombres no es una plataforma inconmovible, ni es, en todo caso, una esfera
cuya trayectoria estuviese movida por designios absolutamente independientes
de las operaciones humanas: bastaría que quinientos millones de individuos
ejecutasen a la vez la operación de dar un paso al frente en la misma dirección
y sentido (lo que implica ya un desarrollo cultural y político suficiente para que
la orden pudiera ser transmitida y ejecutada simultáneamente) para que la
Tierra experimentase una sacudida en su órbita. Desde la mitad de nuestro
siglo sabemos ya que los hombres pueden destruir la vida en la Tierra
mediante una bomba atómica, y sabemos también, en los finales de siglo, que
la industria que se vale de los fluorclorocarbonados y otros «gases traza»
produce el efecto invernadero o destruye la capa de ozono. No se trata, por
tanto, de opiniones derivadas de arcanas concepciones sobre el «puesto del
hombre en el mundo»; se trata de evidencias prácticas relativas a la evaluación
del poder efectivo que los hombres tienen hoy, después de la revolución
científica e industrial, para modificar el Mundo, tal como nos es accesible,
desde la Tierra. Un poder que ha progresado en la escala tecnológica casi
ininterrumpidamente desde hace algunos miles de años hasta el presente.
○ No cabe poner a «los hombres» (en su sentido zoológico, como homo sapiens)
en un tramo de escalones considerado superior y abrupto respecto de los
tramos correspondientes a escalones animales. Los escalones por los cuales
va «desarrollándose» el homo sapiens comienzan siendo muy próximos a los
escalones culturales que encontramos ya en los primates. La cultura del homo
habilis puede llamarse humana, pero es muy distinta de la cultura del
pitecantropo o de la cultura del hombre de las cavernas. Sin duda, la
intervención de las operaciones en la conformación de las líneas del mundo
entorno es cada vez mayor. El mundo entorno natural de los homínidos se
teñirá de caracteres culturales específicos y, mejor aún, de caracteres
culturales diversos entre sí, pero en interacción mutua inevitable. De estas
interacciones resultan necesariamente superposiciones, desajustes,
contradicciones, puesto que los mismos contenidos o partes originarias del
mundo de partida resultarán insertados en contextos diferentes. Si llamamos
conceptos prácticos (técnicos, sociales) a las configuraciones de los contenidos
considerados desde la perspectiva de cada cultura (un hacha, un martillo, un
espejo, una moneda, una forma de matrimonio), podremos llamar Ideas a los
intentos de establecer la coordinación entre conceptos diferentes respecto de
otros conceptos del mismo círculo cultural, o respecto de otros círculos
culturales. Veremos de este modo a las Ideas como figuras que fluyen, no ya
de algún lugar situado más allá, por encima o por debajo del proceso del
mundo, sino del seno de este mismo proceso, tanto si, mirado desde cierta
perspectiva, se nos muestra como un proceso tranquilo, como si se nos
aparece tumultuoso. El mundo entorno de los diferentes pueblos, de sus
culturas, se va conformando según mapas del mundo diferentes, constituidos
por líneas tomadas de ideas, de mitos, de relatos metafísicos. A partir de un
determinado desarrollo tecnológico y social, las mismas ideas, contrastadas
con otras versiones suyas, tendrán que organizarse en forma de teorías (ya
sean estas de índole ideológico, científico o filosófico).
(5) Las cuatro acepciones del término «ciencia» que hemos reseñado no
son simples «creaciones lingüísticas», sino que están determinadas por el propio
proceso de desarrollo de «materiales culturales» muy precisos. No son, por tanto,
como hemos dicho, acepciones caprichosas, «juegos aleatorios del lenguaje». Sin
perjuicio de ser acepciones de una palabra («ciencia») —de una parte del lenguaje—
nos inclinaremos a verlas como reflejos lingüísticos de procesos reales, materiales,
culturales, antes que como creaciones libres de una supuesta «facultad lingüística
mitopoiética».
Ahora bien, las acepciones del término ciencia, cuando se consideren en función de
sus correlatos materiales, dejarán de ser meras significaciones alternativas
(numerables, al modo de algunos diccionarios, como si fuesen términos autónomos)
para convertirse en momentos de una Idea que contiene a todas estas acepciones a
título de modulaciones suyas, a saber, las modulaciones de la Idea de ciencia. Una
Idea que no podría tener tampoco una figura unívoca, porque la coordinación de las
diferentes acepciones resultará estar llevada a efecto de modos diferentes en función
del peso relativo que se otorgue a las acepciones originarias. Y, a su vez, esta
coordinación estará en función de las relaciones que establezcamos entre tales
acepciones y otros diversos contenidos del mundo (por ejemplo: arte, filosofía,
mitología, política¼). Y como quiera que la exposición de cada uno de los sistemas
alternativos de relaciones que, sobre el particular, pudiéramos discernir, dada su
complejidad, no puede menos de cobrar muy pronto la forma de una teoría (que en
este caso será una teoría de la ciencia), podremos concluir que el análisis de las
diversas ideas de ciencia que hayan ido conformándose en los diferentes tiempos y
lugares, implicará, en realidad, una correspondiente teoría de la ciencia. Estas teorías,
a su vez, resultarán ser, en general, partes de otras teorías o disciplinas (digamos:
teorías genéricas de la ciencia) y sólo en alguna ocasión podrán ser reconocidas como
teorías de la ciencia con significado específico.
Por Ejemplo:
La teoría gnoseológica de la ciencia es, según lo que hemos dicho, una teoría
filosófica. No es una teoría científica (psicológica, sociológica, &c.), ni tampoco cabe
concebirla como una «ciencia de la ciencia», al menos cuando nos situamos en la
perspectiva de la teoría del cierre categorial. El conjunto de las ciencias no constituye
una categoría en torno a la cual pudiera establecerse un cierre categorial
característico. Volveremos sobre estas cuestiones en el último punto del presente
opúsculo.
Es, en efecto, por de pronto, una «cuestión de hecho», que no existe una única
ciencia sino muy diversas ciencias (Geometría, Química, Biología molecular¼) y
ciencias irreductibles las unas a las otras. Este «hecho» podrá resultar paradójico o
puramente aparente ante una concepción unitarista de la ciencia, que defienda la idea
cartesiana de una mathesis universalis o el movimiento de la ciencia unificada. Sin
embargo, a nuestro juicio, la concepción unitarista de la ciencia no puede anular el
hecho, en el terreno de la quaestio facti, incluso en el supuesto de que no se le
reconociese un fundamento en el terreno de la quaestio iuris. Hoy por hoy el proyecto
de una ciencia unitaria es sólo un proyecto, y lo único cierto es que existen múltiples
ciencias irreductibles, sin perjuicio de sus interrelaciones. La cuestión que, en cambio,
el proyecto para una ciencia unificada permite suscitar es la de si el hecho de la
pluralidad de las ciencias es un hecho contingente, que no afecta a la naturaleza de
las ciencias, o bien si es un hecho necesario, es decir, entrañado en la idea misma de
ciencia. Se trata, por tanto, de una cuestión filosófica de la mayor importancia, puesto
que, sin perjuicio de su planteamiento gnoseológico, está implicada con las cuestiones
ontológicas que tienen que ver con el monismo ontológico, con la cuestión de si el
mundo puede reducirse a una única categoría o si su estructura es multicategorial.
Cuestión ontológica que, por lo demás, no puede enjuiciarse al margen de la misma
teoría de la ciencia, al menos en tanto que mantengamos la estructura categorial de
las ciencias positivas y la efectiva intervención de estas en la conformación del
«estado del mundo» de nuestro presente.
De todos modos, dejaremos de lado, en este momento, la cuestión de la
contingencia o de la necesidad del «hecho de la pluralidad de las ciencias» (en función
de la idea misma de ciencia), y nos atendremos a la cuestión recíproca que podríamos
plantear de este modo: ¿hasta qué punto el hecho (fuera contingente, fuera necesario)
de la pluralidad de las ciencias puede considerarse constitutivo de la idea
gnoseológica misma de ciencia? Una cuestión particular, cuyas implicaciones para la
historia de la teoría gnoseológica de la ciencia son obvias: ¿hasta qué punto la idea
gnoseológica de la ciencia habría de ser distinta en el caso de que ella estuviese
constituida en función de una única ciencia positiva (diferenciada, eso si, de otras
formas de construcción proposicional) y en el caso en que ella pueda considerarse
constituida en función de diversas ciencias positivas y efectivas?
Desde luego daremos por supuesto que cada ciencia positiva o, si se quiere, el
cuerpo de cada ciencia positiva, es una individualidad definida, es decir, no es una
especie susceptible de manifestarse en individuaciones objetivas diversas. El cuerpo
de la Geometría, por ejemplo, es un cuerpo singular, desde el punto de vista de su
estructura global, sin perjuicio de que tal estructura pueda presentarse, desde algún
punto de vista, como «multiplicada distributivamente» en los libros de Geometría o en
los cerebros de los geómetras (y en este caso, la multiplicación distributiva no sería
tanto la multiplicación de una ciencia singular cuanto la de los sujetos operatorios
vinculados a ella). En todo caso, la singularidad de una ciencia no tiene nada que ver
con una supuesta simplicidad: la individualidad de cada ciencia es la que corresponde
a un individuo complejo, a una totalidad atributiva; las partes internas de la Geometría
no son partes distributivas de la misma, sino partes atributivas del sistema global.
Materia y forma son entendidas aquí, por tanto, como dos «funciones
holóticas», no como sustancias o componentes sustanciales. Aplicadas estas ideas a
nuestro caso lo que tendremos que determinar es qué sea la materia de una ciencia y
qué sea la forma gnoseológica de esa ciencia, y de qué modo intervengan esos dos
momentos en la conformación del cuerpo de la ciencia. Dejando para más tarde la
determinación de la naturaleza de la forma de una ciencia, comenzaremos declarando
que la materia de una ciencia no podría dejar de tener que ver con el campo mismo de
esa ciencia. Decimos campo, y no objeto, puesto que objeto presupone, de algún
modo, establecida la unidad de la ciencia; pero la unidad debe ser establecida por la
forma. No diremos, por tanto, que las ciencias tienen «objeto»; diremos que las
ciencias tienen «campo». La Biología no tiene a la vida como objeto suyo, sino que
son los ácidos nucleicos, las mitocondrias, las células, los tejidos o los órganos de las
diferentes especies orgánicas, los que constituyen su campo: estas partes y otras
análogas son los materiales que lo componen.
I. Descripcionismo (1,0)
Por Ejemplo:
La «ley de Hooke», por ejemplo, que enunciala relación constante k que liga los
estiramientos de un muelle por pesos variables que cuelgan de él (k=y/x) no habrá que
interpretarla tanto como una proposición cuanto como una función proposicional, que
habría que resolver extensionalmente en una colección de pares de valores puntuales
empíricos o «verificados», «constatados», tales como los que figuran en la siguiente
tabla:
Una forma que, obviamente, tal como ha sido presentada, será indisociable de
los contenidos materiales con-formados por ella. En efecto: la idea general de una
«forma de identidad sintética» sólo puede «derivar» del análisis de procesos
materiales de construcción científica efectiva (geométrica, termodinámica¼); y ello,
siempre que el análisis pueda ser llevado a cabo según líneas «transportables», y con
significado gnoseológico, a otros procesos materiales. Es imposible alcanzar la idea de
una forma gnoseológica de identidad sintética sin apoyarnos en algún «ejemplo»
particular.
«Ejemplo»
El alcance filosófico que cabe asignar a esta circunstancia (la de que una
ciencia no sólo se opone a otros saberes no científicos, sino también a otras ciencias)
es muy grande: si un cuerpo científico no tuviera, fuera de su campo, a otros cuerpos
científicos, sino sólo a otros campos o saberes no científicos, podría pensarse como
virtualmente infinito, puesto que los campos de su entorno se le presentarán siempre
como «espacios colonizables» en un futuro más o menos lejano. Pero cuando un
cuerpo científico (siempre que tengamos en cuenta que la «morfología del mundo»
pertenece a este cuerpo) reconoce, frente a él, la realidad de otros cuerpos científicos,
es porque ha renunciado a reabsorberlos; este es el modo por el cual constatará su
propia finitud, en tanto que admite la realidad de otros cuerpos científicos que se
mantienen en el ámbito de una esfera categorial irreducible a la propia.
2. Cuando Partimos de la Heterogeneidad de las Partes.
Consideremos, ante todo, las respuestas del primer tipo. La concepción subjetualista
de las ciencias suele ir asociada a una concepción, también subjetual, de la
racionalidad, del logos. Una concepción para la cual la razón se manifiesta como una
«facultad intelectual» (mental o cerebral) que, a lo sumo, se reflejará en el lenguaje
articulado, en el diálogo¼ Está muy extendida, en nuestros días Habermas, Rawls,
Appel, una idea pacifista (no violenta) que podría considerarse como propia de la fase
del «capitalismo triunfante» que tiende a identificar la racionalidad con el diálogo
(verbal o escrito, telefónico o telemático) entre los individuos o grupos enfrentados,
considerando, por tanto, como «irracional», toda conducta no verbal (sea gestual, sea
manual), que incluya algún tipo de manipulación violenta. Se instituye así una idea de
racionalidad metafísica que resulta estar muy cercana de la racionalidad que se
atribuye a la de las sociedades angélicas. Pero la racionalidad efectiva es la
racionalidad humana, propia de los sujetos corpóreos, dotados no sólo de laringe o de
oído, sino de manos, de conducta operatoria, una conducta que implica la intervención
de los músculos estriados; pero es totalmente gratuita la pretensión de reducir la razón
a la laringe (si no ya a la «mente»): si me encuentro delante de un individuo en el
mismo momento en el que se dispone a asestar una puñalada a un tercero, lo
«racional» no será dirigirle una interpelación filosófica sobre la naturaleza del
homicidio, sobre su ética o su estética, sino dar un empujón violento al agresor a fin de
desviar su puñal de la trayectoria iniciada y que suponemos fatal de no ser
interrumpida.
Las respuestas de este primer tipo se basan, en todo caso, en poner como
núcleo de cualquier cuerpo científico dado, al conjunto de los pensamientos o de las
proposiciones fundamentales que, en torno a un campo dado, habrán sido formuladas
por los científicos, en tanto los pensamientos o proposiciones fundamentales de ese
conjunto mantienen una unidad lógica sistemática entre sus partes. Cabría decir que,
para este primer tipo de respuestas, el núcleo de las ciencias reside en la mente o en
cerebro de los sujetos, de los científicos.
Pero las partes de un cuerpo científico, como las partes de cualquier entidad
totalizada, podrán trazarse según dos escalas, en principio bien diferenciadas: la
escala de las partes formales y la escala de las partes materiales. Partes formales, en
general, son las partes que conservan (o presuponen) la forma del todo al que
pertenecen, no ya porque se asemejen necesariamente a él (o lo reproduzcan, al
modo de fractales) sino porque están determinadas por él y, a su vez, lo determinan:
los fragmentos de un jarrón son partes formales si, a partir de ellos, el jarrón puede ser
reconstruido. Pero si el jarrón, al caer, se pulveriza, entonces las partes (supongamos:
las moléculas), aunque integrantes efectivamente del todo, ya no conservarán la forma
del jarrón, que debería ser moldeado de nuevo en un proyecto de reconstrucción. Las
partes materiales son, según esto, partes genéricas.
¿Sería posible determinar cual sea la escala de las partes formales mínimas de
una ciencia, la escala de sus átomos o, si se prefiere, de sus «moléculas
gnoseológicas»? Nos limitaremos a señalar aquí el concepto de teorema, entendido
como la unidad mínima de una teoría científica. «Unidad mínima» no significa, sin
embargo, que ella pueda darse aisladamente, como una sustancia. Que un átomo de
hidrógeno no se de aislado no quiere decir que no sea una unidad elemental en la
tabla de los elementos químicos.
como todo cuerpo efectivo, es una totalidad atributiva de partes materiales y de partes
formales. La heterogeneidad de estas partes impone, ante todo, una clasificación de
las mismas, y es evidente que los criterios de clasificación no son neutrales, es decir,
independientes de la concepción de la ciencia desde la que procedamos.
Recíprocamente, una concepción de la ciencia determinada orientará la búsqueda
hacia una dirección más o menos precisa de los criterios de clasificación de las partes
de los cuerpos científicos. Por ejemplo, la concepción adecuacionista de la ciencia
propiciará la clasificación de las partes de los cuerpos científicos según dos grandes
rúbricas, a saber, la de los «contenidos formales (o materiales) subjetuales» (propios e
instrumentales) y las de los «contenidos materiales objetuales» (hechos, &c.). Estos
criterios así expuestos resultan ser muy próximos a los criterios epistemológicos, en
tanto oponen el sujeto (y sus actos de conocimiento) y el objeto. La ciencia será
entendida entonces como el conocimiento (verdadero) que el sujeto logra alcanzar de
la realidad, del objeto. Objeto que, a su vez, corresponderá a múltiples contenidos (no
hay ciencia de objetos «simples») reclasificados a su vez en función del mismo criterio;
contenidos susceptibles de ser considerados como partes de la realidad, en sí misma
considerada (o, al menos, en cuanto puede ser conocida al margen de la ciencia de
referencia, es decir, prácticamente, en cuanto puede caer también bajo el cono de luz
de otras ciencias positivas) y contenidos que no son susceptibles de ser considerados
como partes de una realidad independiente, puesto que se supondrá que resultan
como tales al ser iluminados por los focos que enciende el sujeto que los contempla.
En suma, habría que distinguir el objeto material de una ciencia (que otros llamarán
«objeto de conocimiento») y su objeto formal (u «objeto conocido»). Objeto formal que,
a su vez, y siempre por reaplicación del mismo criterio (la oposición sujeto/objeto), se
«desdoblará» como objeto formal quod y objeto formal quo.
Los contenidos del cuerpo de una ciencia quedarán clasificados, según estos
criterios, en tres rúbricas: contenidos ordenados en la dirección subjetual (los múltiples
sujetos operatorios, los científicos, las comunidades científicas), contenidos ordenados
en la dirección objetual (también múltiples, puesto que la ciencia no tiene un objeto,
sino un campo) y contenidos signitivos o simbólicos. Sobre todo: el cuerpo de una
ciencia, en lugar de mostrársenos «descompuesto» en dos mitades (la parte subjetual
y la parte objetual) se nos dará como si estuviese inmerso en el espacio tridimensional
que llamamos espacio gnoseológico y que (cuando nos situamos in medias res, en la
ciencia misma) ya no podrá construirse sobre una supuesta distinción previa entre el
sujeto y el objeto.
(los términos, las relaciones y las operaciones), teniendo en cuenta que los
términos y las relaciones son contenidos intencionalmente objetuales, mientras
que las operaciones son, desde luego, contenidos subjetuales, si admitimos
que sólo los sujetos (humanos y acaso también animales) pueden operar (no
cabe atribuir operaciones, sin zoologismo, a las moléculas de una reacción, a
los astros interactuantes o a los árboles de un bosque).
Relaciones científicas son las que se establecen entre los términos del campo
de un modo característico. Estas relaciones van siempre asociadas a proposiciones, al
menos cuando interpretamos la relación como predicado y no como cópula, al modo
de Kant. En efecto: en el juicio «5+7=12», Kant interpretó «12» como predicado de una
proposición cuyo sujeto fuera «5+7». Ahora bien, desde una perspectiva gnoseológica,
tanto «5» como «7» y como «12» son términos, por lo que la proposición se hará
consistir en la interposición de una relación, en este caso, un predicado de igualdad,
entre el resultado «12» de la operación adición aplicada a dos términos del campo de
la aritmética, «7» y «5».
¿Qué entenderemos por fenómenos y por que decimos que los campos de las
ciencias, considerados en el eje semántico, se componen ante todo de fenómenos?
Los contenidos científicos objetuales, a saber, los términos y las relaciones, se nos
dan, en determinados momentos (y no sólo en los primeros) del proceso científico,
como fenómenos. Pero los fenómenos no son entendidos aquí tanto en el contexto
ontológico en el que los entendió Kant (al oponer fenómenos a noúmenos) sino desde
un contexto gnoseológico, más acorde con la tradición platónica, desde la cual los
fenómenos se oponen a las esencias o estructuras esenciales. Por ello, no diremos,
con el lenguaje del idealismo kantiano, que las ciencias se mantienen en el ámbito de
los fenómenos, sino que diremos, al modo materialista, que las ciencias rebasan los
fenómenos cuando logran determinar estructuras esenciales. Y, sin embargo, estas
estructuras esenciales sólo pueden ser determinadas a partir de los fenómenos que,
por consiguiente, no sólo habrá que considerar como contenidos de los «contextos de
descubrimiento» sino también como contenidos de los «contextos de justificación».
Las rayas coloreadas que forman el espectro de un elemento químico son, desde
luego, fenómenos; y también son fenómenos (es decir, relaciones entre fenómenos)
las medidas empíricas de sus longitudes de onda (por ejemplo, es un contenido
fenoménico la medida de la raya roja Ha del espectro del Hidrógeno, cuya longitud es
de 6.563 Angström). Incluso son estructuras fenoménicas, es decir, no esenciales, las
relaciones contenidas en la fórmula empírica de las longitudes de onda del espectro
óptico dadas en la formula l=3646,13´(n²/n²-2²). Desde el punto de vista gnoseológico
los fenómenos no son tampoco esos contenidos absolutos dados a la conciencia
fenomenológica de los que habló E. Husserl. Los fenómenos son contenidos
apotéticos, dotados de una morfología «organoléptica» característica, que constituye
el mundo entorno de los animales y del hombre. Los fenómenos son los marcos a
través de los cuales se nos ofrecen los referenciales intersubjetivos de los que hemos
hablado antes.
Ahora bien, una ciencia no puede reducirse a su trato con los fenómenos, por refinado
y útil que pueda resultar ese trato. Una ciencia sólo comienza a ser tal cuando logra
establecer estructuras esenciales «neutralizando» las operaciones ejercidas sobre los
fenómenos, y abriendo paso, a su vez, a operaciones de orden más complejo. Los
fenómenos del espectro del átomo de hidrógeno sólo comenzarán a formar parte de
una auténtica ciencia física cuando puedan ser considerados desde las estructuras
esenciales establecidas por la teoría del átomo de hidrógeno de Bohr y las teorías
sucesoras. Sólo entonces podremos advertir el verdadero alcance de la ciencia
moderna: mientras que el trato con los fenómenos, por refinado que sea, nos mantiene
en el frágil terreno de un mundo cuyas líneas morfológicas dependen enteramente de
las contingencias de nuestros neuronotransmisores, de nuestra subjetividad práctica
inmediata, el regressus hacia las esencias que puedan constituirse en el flujo mismo
de los fenómenos, nos abre el único camino posible hacia la constitución de nuestro
mundo real objetivo, de nuestro universo. Las esencias no forman parte, por tanto, de
un mundo transfísico, o de un «tercer mundo», para decirlo con Popper, puesto que no
son otra cosa sino relaciones del tercer género de materialidad entre los fenómenos
constitutivos del único mundo en el que vivimos y actuamos, de nuestro mundo (la
esencia del NaCl, que se nos da en el fenómeno de un cuerpo blanco, salado, &c.,
tiene que ver con la estructura de los enlaces iónicos de sus átomos cristalizados).
Esta es la razón por la cual las ciencias positivas contribuyen fundamentalmente a la
constitución del «estado del mundo» de nuestro presente.
8. Normas.
Dialogismos y autologismos son las figuras gnoseológicas que hemos
determinado en el eje pragmático.
Ante todo, según el modo de las normas, entendidas como normas que las
propias construcciones científicas imponen a los sujetos operatorios, en tanto que
artífices de las construcciones y de las reconstrucciones de las mismas. Identificamos
estas normas pragmáticas con las llamadas «leyes» o «reglas» de la Lógica formal.
Son estas normas lógico formales las que permiten, por ejemplo, establecer las
consecuencias que se derivan de determinadas relaciones establecidas. Relaciones
que, desconectadas de tales consecuencias, carecerían de significado científico.
Conviene advertir que las normas lógicas siguen actuando en las situaciones
«dialécticas» que se producirán en los casos en que las consecuencias sean
inaceptables, por estar en contradicción con otros contenidos o por cualquier otro
motivo.
Las normas gnoseológicas de las que hablamos son normas impuestas por los
mismos procesos de construcción objetiva científica; pero tales normas no tendrían por
qué actuar únicamente a través de los objetos individuales, puesto que su presión
puede también ejercerse a través de grupos o comunidades científicas. Las normas
que gobiernan (sin necesidad de ser explícitamente promulgadas) a las comunidades
científicas son por otra parte muy heterogéneas; muchas de ellas son cambiantes y
proceden de mecanismos «morales» (sectarismos, nacionalismos, &c.). Esto no
excluye la posibilidad de que algunas normas por las que se rigen de hecho las
comunidades científicas sean concreción de normas gnoseológicas, y en est sentido,
el avance científico podría entenderse como un producto del «cierre intelectual y
social» determinado por las normas más estrictas. Tal sería el caso, en principio, de
ciertas normas consideradas por los sociólogos funcionalistas (principalmente después
del enfoque que Robert Merton dio a estas cuestiones), las «normas mertonianas»,
tales como «comunalidad», «respeto a las propuestas individuales», «escepticismo
organizado»¼; aunque se discute mucho si tales normas funcionan de hecho (caso
Vehinovski, autor del libro Mundos en colisión, de 1950, o el caso Arp, Controversias
cosmológicas, de 1990) y, en el supuesto de que funcionen, si no son antes una
barrera al desarrollo de la ciencia que una condición para un desarrollo que se vería
favorecido por otras circunstancias que tienen poco que ver con las normas (por
ejemplo, la propagación de «paradigmas fértiles», en el sentido de Thomas S. Kuhn,
G. Holton, Michael Mulkay, &c.).
La teoría del cierre categorial apela, como única posibilidad abierta para lograr esta
constitución objetiva, a los procesos de construcción cerrada en virtud de los cuales
unos objetos, que mantienen relaciones dadas entre sí, compuestos o divididos con
otros de clases diferentes, puedan llegar a determinar terceros objetos capaces de
mantengan relaciones del mismo género con los objetos a partir de los cuales se
originaron. La construcción se llama «cerrada», por tanto, en sentido similar al que un
álgebra o una aritmética dan a sus operaciones cerradas (la operación aritmética
«5+7» es cerrada en el campo de los numeros naturales porque su resultado es un
término de ese mismo campo, a saber, el «12»; un término recombinable, además, en
este caso, con los anteriores, según operaciones también cerradas en N: «12+5»,
«12+7»). Ahora bien, una operación cerrada (respecto de una única clase dada, tal
como la clase N de los números naturales) aunque pueda dar lugar a «cierres
tecnológicos», no por ello tiene que abrir el paso, por sí misma, a un cierre categorial,
ni, por tanto, desencadenar la construcción de un teorema. Un cierre categorial va
referido a campos cuyos términos están organizados, según hemos dicho, en más de
una clase, y asociados a operaciones diferentes. Por ello un cierre categorial implica
un sistema de operaciones entretejidas: por ejemplo, y aun sin movernos del campo N,
si en este campo determinamos clases de términos n, como puedan serlo la clase de
los números impares y la clase de los números cuadrados, asociados a la serie natural
mediante las operaciones respectivas de adición (n+2) y producto (n´n), podremos ya
establecer teoremas resultantes de determinadas composiciones cerradas entre esas
dos clases de cardinal infinito, por ejemplo, el que establece la identidad sintética entre
la suma de k términos sucesivos de la primera clase y el término k correspondiente de
la segunda. La diferencia entre un cierre operatorio y el cierre de un sistema de
operaciones no estriba en que el primero nos conduzca a identidades analíticas y el
segundo a identidades sintéticas. La relación «7+5=12» no es analítica, por la sencilla
razón de que no existen las identidades analíticas; pero tampoco es sintética, en el
sentido que dio Kant a este concepto, según hemos dicho. La indistinción entre estos
dos tipos de cierre nos llevaría a confundir las proposiciones necesarias y universales
(a priori) que, sin embargo, no son generadoras de teoremas científicos, con las
proposiciones que generan teoremas científicos. La proposición «5+7=12» es
universal a todas las quintuplas, septuplas y docenas que puedan formarse, y es
necesaria. Según esto, las proposiciones sintéticas y a priori pueden ser
unioperatorias —y corresponden a las que algunos llaman analíticas— y pueden ser
multioperatorias. Estas son las que tienen que ver con el cierre categorial. Si sumo un
cuadrado de 3´3=9 cm² con otro de 4+4=16 cm² obtendré un cuadrado de 5´5=25 cm².
La operación es geométricamente cerrada, en el ámbito de la clase de las figuras
cuadradas. Pero este cierre es unioperatorio (analítico), como lo era, en aritmética, la
proposición «7+5=12». Ahora bien, si los cuadrados sumandos y el cuadrado suma se
consideran como términos de clases geométricamente diferentes, definidas en torno a
un contexto determinante (la clase de los catetos de 3 y 4 cms y la clase de las
hipotenusas de 5 cms de los triángulos rectángulos) entonces la construcción nos
pondrá delante de una situación mucho más compleja. Si se logra establecer el cierre
del sistema de las operaciones implicadas, podremos construir la identidad sintética
que conocemos como teorema de Pitágoras.
Desde la perspectiva del eje sintáctico, los principios dados en el eje semántico
podrán distinguirse como principios de los términos, principios de las relaciones y
principios de las operaciones.
Los principios de los términos son los mismos términos «primitivos» del campo
en tanto están enclasados y protocolizados. Los «principios de los términos» no son
meramente conceptos o definiciones nominales o símbolos algebraicos, sino los
términos mismos (los reactivos «titulados» de un laboratorio químico, los fenómenos
ópticos analizados y «coordenados» que se registran en el radiotelescopio, en cuanto
principios de la Astronomía). Los principios, en efecto, no tienen por qué presuponerse
como si estuvieran dados de modo previo a la ciencia. Ellos son algo interno y dado en
el campo de la ciencia, in medias res. De este modo el término «principio» alcanzará
un sentido similar al que tiene en Medicina, por ejemplo, donde se habla de un
«principio activo» («el acth es el principio activo de muchos fármacos destinados al
tratamiento de la enfermedad de Addison»); un principio que, por sí sólo, no actuaría ni
podría ser administrado. Un esquema material de identidad, en torno al cual cristalice
un contexto determinante, será también un principio (por ejemplo, la circunferencia
podrá considerarse como un principio de la Geometría).
Desde la perspectiva del eje pragmático habrá que distinguir principios que,
aun proyectados en el eje semántico, puedan decirse principios de los autologismos
(en cada categoría), principios de los dialogismos y principios normativos. Por ejemplo,
la sustituibilidad entre los sujetos operatorios (sustituibilidad que tiene definiciones
diferentes en Física, en Biología o en Ciencias Históricas), es un principio dialógico;
los principios de la Lógica formal (no contradicción, tercio excluido, &c.), que también
hay que aplicar a cada categoría (por ejemplo, el principio lógico «dos cosas iguales a
una tercera son iguales entre sí», en el campo termodinámico, cuando se aplica a las
temperaturas, equivale a la definición del termómetro), serían principios pragmáticos
normativos.
Curso I:
Curso II:
Cada uno de los cursos, conduce pues, en resolución, a la misma S=pr². Cada
uno de los cursos establece ya una identidad sintética entre S y pr². Sintética, porque a
partir del círculo S (que incluye necesariamente un contenido fenoménico), no se
deriva analíticamente pr² (es precisa una descomposición «extrínseca» en figuras
auxiliares, con las cuales formaremos después triángulos o bandas). Teniendo esto en
cuenta se hace necesario, para el análisis, determinar la fórmula de este modo: S=tpr²
(o bien St=pr²) y S=bpr² (o bien Sb=pr²), significando, respectivamente: S es igual
«triangularmente» a pr², y S es igual «en bandas» a pr². Por consiguiente, la expresión
más exacta de las relaciones obtenidas sería la siguiente: (St=pr²) & (Sb=pr²) (St=Sb).
Para llegar a esta fórmula, ha sido necesario sumar tanto los triángulos como las
bandas; después ha sido preciso pasar al límite, reduciendo los triángulos a una base
cada vez más pequeña, y, correspondientemente, haciendo lo mismo con las bandas.
Hay una síntesis, aunque no sea más que porque pasamos de longitudes, o de
relaciones de longitudes (r, p), a áreas.
En cada curso que conduce a S=pr² hay, por tanto, una confluencia operatoria
múltiple. Por ejemplo, en el curso I, las operaciones de disminuir las bases de los
triángulos, de identificar estas bases mínimas con los puntos de la circunferencia y el
perímetro del polígono con 2pr; confluyen sintéticamente (a través de autologismos
respectivos) con la identificación de la apotema y del radio; en el conjunto de estas
operaciones aparece la composición de 2pr/2 y r, y, por cancelación algebraica, pr²
(sintetizado autológicamente con la denotación de S). Adviértase que al suponer a S
dado en un plano fenoménico y fisicalista, la construcción del teorema (tanto en el
curso I como en el curso II) no es meramente «ideal»; debe ser remitida a un contexto
empírico (Proclo diría: existencial), que comporta, de modo más o menos explícito, la
verificación de los números, es decir, el ajuste numérico de las medidas de las áreas
de diversos círculos. No se trata, por tanto, de que estemos ante una fórmula ideal a
priori de un modelo puro esencial, ulteriormente aplicable a materiales empíricos.
Admitirlo así, equivaldría a desconectarnos gratuitamente del proceso constructivo-
demostrativo, ateniéndonos a la fórmula como una mera regla. La fórmula sólo
funciona sobre materiales empíricos, sobre «redondeles» descompuestos y se
extiende de unos a otros por recurrencia. De manera que ni cabrá hablar de una
«sorpresa» en cada caso que realiza la fórmula (como si pudiera no verificarla) cada
caso no pertenece a otro mundo «real», distinto del supuesto mundo ideal apriorístico,
sino que pertenece al mismo mundo, ni tampoco cabe hablar de una monótona
repetición que nada añade a la verdad ya establecida.
Pero cuando los dos cursos I y II confluyen en una misma estructura (S=pr²),
entonces es cuando es posible neutralizar (o segregar) cada curso, desde el otro. La
neutralización será tanto más enérgica cuando ocurra, como ocurre aquí, que los
cursos son, desde el punto de vista algorítmico, totalmente distintos; que las mismas
cifras que aparecen como las «mismas» (esencialmente) en el resultado (por ejemplo,
el 2 de pr² y el 2 de 2p, que se cancela por otra mención de 2) proceden de fuentes
totalmente distintas: en el curso I, pr² toma el 2 exponente de la repetición de r en
2pr.r, es decir, de la circunstancia de que r aparece en la fórmula 2pr (límite del
polígono) como límite de la apotema a; pero en el curso II, pr² toma el 2 exponente del
algoritmo general de integración de funciones exponenciales x_ para el caso n=1.
Ahora bien:
Las operaciones por medio de las cuales tiene lugar la construcción científica
no ocupan en todos los casos el mismo lugar en esta construcción y las
diferencias que puedan ser definidas habrán de poder constituirse en los más
genuinos criterios de clasificación de las ciencias mismas y, lo que es
igualmente importante, de los estados gnoseológicos por los cuales puede
pasar una ciencia determinada. Una clasificación de las ciencias fundada en
estos criterios sería una clasificación interna porque atendería a la misma
cientificidad o, si se prefiere, a los «grados de cientificidad» de los cuales las
ciencias serían susceptibles. Esta clasificación dejaría de lado, por
consiguiente, aunque sin ignorarlas, a clasificaciones fundadas en otros
criterios (por ejemplo, la clasificación de las ciencias en «ciencias
demostrativas» y «ciencias taxonómicas», o bien, la clasificación en «ciencias
formales» y «ciencias reales»).
En este punto es donde se hace preciso distinguir dos situaciones, en general muy
bien definidas, dentro de los campos semánticos característicos de cada ciencia.
Situación primera (a):
Y, en efecto, así es. «Las ciencias humanas son aquellas que se ocupan del hombre».
La dificultad de esta definición puede cifrarse en que ella no reconoce la necesidad de
mostrar precisamente que «hombre» tiene significado gnoseológico. Desde la teoría
del cierre categorial, podríamos ensayar la sustitución de «hombre» por S.G. Porque
S.G. es, desde luego, humano (según algunos, lo único que es verdaderamente
humano). De este modo la fórmula considerada («las ciencias humanas son aquellas
que se ocupan del hombre») puede recuperar un alcance gnoseológico, ya que nos
pone delante de un caso particular sin duda lleno de significado gnoseológico. «En las
ciencias humanas, el sujeto se hace objeto»: también habrá que probar que esta
circunstancia gnoseológica tiene significado gnoseológico (Piaget, por ejemplo, desde
su teoría de la ciencia, no ve dificultades especiales en el hecho de que los «sujetos»
figuren, en su momento, como «objetos» de las ciencias psicológicas o sociales). Pero
cuando (desde la teoría del cierre categorial) el sujeto es el sujeto gnoseológico,
reconocer la posibilidad de aparecer (reflexivamente) el sujeto entre los términos del
campo, entre los objetos, es tanto como reconocer que el sujeto aparece, no como un
objeto más, sino, principalmente, como un sujeto operatorio (como una operación, o,
por lo menos, como un término que opera, que liga apotéticamente otros términos del
campo). Lo que equivale a decir: que actúa como un científico. Y esta peculiaridad ya
tiene indudable pertinencia gnoseológica, y aun de muy críticos efectos. ¿No
habíamos hablado del proceso de neutralización (o eliminación) de las operaciones
como del mecanismo regular del cierre categorial en el proceso de construcción de las
identidades sintéticas?
En efecto, las ciencias humanas, así definidas, es decir, aquellas ciencias que se
incluyen en una situación ß, podrían considerarse, desde luego, humanas, en virtud de
su concepto. Ahora bien, la teoría del cierre categorial prescribe la neutralización de
las operaciones (del sujeto operatorio, S.G.). La neutralización de las operaciones en
la situación de las ciencias humanas comportaría en principio su elevación al rango de
cientificidad más alto. Pero con esta elevación, simultáneamente, se perdería su
condición de ciencia humana, según lo definido.
Algunos dirán, que, por tanto, lo que procede es eliminar simplemente, la posibilidad
del concepto de ciencia humana así definido (a la manera como también se han
eliminado, por mitológicas, las operaciones del campo de la Física). Pero la conclusión
pediría el principio. Porque mientras en las ciencias naturales y formales las
operaciones son exteriores, no sólo a la verdad objetiva, sino también al campo, en las
ciencias humanas las operaciones no son externas a ese campo; por ello, la verdad
de, al menos, una gran porción de proposiciones científicas de las ciencias humanas
puede ser una verdad de tipo tarskiano (lo que no ocurre en las ciencias naturales). Y,
por ello también, la presencia de operaciones en las ciencias humanas, en sus
campos, lejos de constituir un acontecimiento precientífico o extracientífico, constituye
un episodio intracientífico que, desde la teoría del cierre, puede formularse con
precisión como, al menos, un acontecimiento propio del sector fenomenológico del
campo científico. Pues, por lo menos, las operaciones son fenómenos de los campos
etológicos y humanos: es preciso partir de ellos y volver a ellos. Esta consideración
nos permite, a su vez, introducir, en la estructura interna gnoseológica de las ciencias
humanas, así definidas, dos tendencias opuestas, por aplicación del mismo principio
gnoseológico general (que prescribe el regressus de los fenómenos a las esencias y el
progressus de las esencias a los fenómenos) al caso particular en el que los
fenómenos son operaciones.
Esta dialéctica nos inclina a forjar una imagen de las ciencias humanas que las
aproxima a sistemas internamente antinómicos e inestables, en oscilación perpetua —
lo que, traducido al sector dialógico del eje pragmático, significa: en polémica
permanente, en cuanto a los fundamentos mismos de su cientificidad—. Es indudable
que esta imagen corresponde muy puntualmente con el estado histórico y social de las
ciencias humanas, continuamente agitadas por polémicas metodológicas, por debates
«proemiales», por luchas entre escuelas que disputan, no ya en torno a alguna teoría
concreta, sino en torno a la concepción global de cada ciencia, y que niegan, no ya un
teorema, sino su misma cientificidad. Lo que nuestra perspectiva agrega a esta
descripción «empírica», no sólo es el «diagnóstico diferencial» respecto de situaciones
análogas que puedan adscribirse a las ciencias naturales y formales, sino la previsión
(«pronóstico») de la recurrencia de esa situación. La antinomia entre las metodologías
a y ß-operatorias de las ciencias humanas, no es episódica o casual ni cabe atribuirla
a su estado histórico de juventud (¿acaso la Química no es tan joven, o todavía más,
como la Economía política?); el conflicto es constitutivo. Y, lo que es más, no hay por
qué desear (en nombre de un oscuro armonismo) que se desvanezca, si no se quiere
que, con él, se desvanezca también la propia fisonomía de estas ciencias.
Estamos, pues, ante las situaciones consideradas por las ciencias de los
objetos artificiales, opera hominis, ciencias que saben de las estructuras formadas en
tales procesos, «sistemas automáticos» en el caso límite (independientes de la
voluntad humana, en sus fines operis). Desde la noria árabe del Guadalquivir, en su
paso por Córdoba, hasta un computador autorregulado, tenemos que regresar al
demiurgo que los fabricó, y, por tanto, tenemos que regresar a las operaciones que los
demiurgos determinarán. Pero siempre se diferenciarán tales obras (sistemas, o
estructuras artificiales) de los sistemas o estructuras naturales, en los cuales el
regressus al demiurgo está descartado. Lo que los distingue es la causa final, en su
sentido más fuerte, a saber, la del finis operantis.
No es posible hacer una Historia gnoseológica de la ciencia más que desde la ciencia
ya constituida (o justificada). Para las construcciones científicas, en particular, las
«justificaciones» de un mismo teorema llevadas a cabo desde plataformas cada vez
más complejas, se superponen las unas a las otras. Por ello, la Historia de una ciencia
habrá de hacerse desde la perspectiva que esa ciencia haya alcanzado en sus
penúltimos o en sus últimos estadios de desarrollo. No constituye un anacronismo
hacer la historia de los Elementos de Euclides desde la perspectiva de las geometrías
no euclidianas, o, lo que es lo mismo (para quien insista en considerar tal perspectiva
como anacrónica), sólo anacrónicamente es posible escribir la Historia de la ciencia.
Será externo, por tanto, en la Historia de una ciencia, todo aquello que forme parte de
otras categorías, más que de la propia categoría considerada. Esto es tanto como
decir que la Historia gnoseológica de la ciencia es, en primera instancia, Historia
particular (no generalista). No negamos con esto un sentido a una Historia general de
la ciencia; tan sólo se lo atribuimos en segunda instancia. En general, consideraremos
externo todo contenido de la historia (o de la psicología, o de la sociología) de las
ciencias que no pueda ser incorporado al cierre categorial de la ciencia de referencia.
Este criterio es muy útil para dirimir cuestiones de frontera con las cuales la Historia de
las ciencias no tiene más remedio que enfrentarse constantemente. ¿Donde comienza
la historia de la Química? ¿Acaso los alquimistas no colaboraron ya ampliamente en la
organización de su campo? ¿No habría que incluirlos, por tanto, en la historia interna
de la Química? Y antes aun, los metalúrgicos de la edad de los metales, ¿no deben
también mencionarse como episodios internos de la historia de la Química? Así lo
hacen algunos, como John D. Bernal, y con razón, hasta no disponer de algún criterio
restrictivo adecuado.
He aquí el criterio que se deriva de la teoría del cierre categorial: no será posible
hablar de «ciencia química» hasta que su campo no haya sido organizado a la misma
«escala» de los términos, relaciones y operaciones que condujeron a sus primeros
procesos de cierre. Los metalúrgicos del bronce, o los alquimistas, trabajaron en
«campos reales», pero que formalmente (gnoseológicamente) no estaban
«organizados químicamente». ¿Y como podrían estarlo antes de que los elementos
químicos, algunos al menos, hubieran sido identificados? Esto no ocurre hasta el siglo
xviii y principios del xix: el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno, el silicio, el circonio, el
sodio¼ no fueron «recortados» antes de Priestley, de Lavoisier, de Berzelius o de
Davy. Todo lo que precede no podría, por tanto, considerarse como contenido de la
Historia interna de la Química. A lo sumo, podrán considerarse como contenidos de su
prehistoria. La Historia de las técnicas que preceden a la constitución de una ciencia
tampoco podrá, según el mismo criterio, confundirse con una Historia interna de esa
misma ciencia. Otra cosa habrá que decir de las tecnologías que, surgidas en el seno
de un cuerpo científico «en marcha», han hecho posible la constitución de nuevos
contextos determinados. Por ejemplo, los tubos de vacío, que implican el control
tecnológico de la energía eléctrica, pertenecen a la Historia interna de la Física
nuclear, pues es por su mediación como pudieron ser «manipulados» los rayos x y los
primeros fenómenos radiactivos.
Muy confusa es también la opción, tantas veces propuesta, entre Historia y Sistema, o
entre orden histórico y orden sistemático, cuando se sobreentiende que el orden
histórico permanece fuera del orden sistemático (lo que llevará a entender, a su vez, a
la Historia de la ciencia como externa a una ciencia identificada con el sistema). Pero
«orden histórico» es un concepto muy ambiguo que no cabe aclarar hasta que no se
determine la escala de los términos ordenados. Sin duda, a una cierta escala (anual,
biográfica, por ejemplo) la ordenación histórica de los acontecimientos puede ser
externa al cuerpo de una ciencia. Sin embargo, cuando pasamos a utilizar una escala
secular, la ordenación histórica podrá alcanzar un significado interno (es imposible que
el modelo del átomo de Bohr hubiera sido formulado en el siglo xviii, ni siquiera en el
siglo xix). Una ordenación de las diversas capas del cuerpo de una ciencia que atienda
a las funciones imprescindibles que algunas de esas capas hayan podido desempeñar
para que, sobre ellas, puedan haberse constituido otras capas del mismo cuerpo (y
ello aun cuando, una vez consolidadas y adquiridos nuevos apoyos, las nuevas capas
puedan prescindir de aquellas que le sirvieron de base) podría ser denominada
«ordenación arquitectónica» de las capas científicas. Ahora bien, ¿cómo disponer el
orden histórico en contra del orden arquitectónico? Luego el orden histórico, en cuanto
intersecta con un orden arquitectónico, es interno a la ciencia. Y, sin embargo, no por
ser interno a la ciencia, el orden histórico-arquitectónico ha de identificarse con el
orden sistemático, en general, puesto que son posibles diversos modos de
«sistematización doctrinal». Algunos de estos modos sistemáticos, incluso los más
rigurosos (no los meramente didácticos), los modos axiomáticos, por ejemplo, no
siempre son superponibles al orden arquitectónico; a veces, incluso los subvierten.
Hay un orden arquitectónico en el desarrollo de la Física atómica en virtud del cual los
fenómenos espectroscópicos (rayas coloreadas del sodio, hidrógeno¼) han de
organizarse, en primer lugar, para que, sobre ellas, pueda constituirse la capa
estructural (o esencial) que corresponde a la ciencia de los orbitales electrónicos;
desde esta capa estructural, ¿cabrá segregar a los colores espectroscópicos iniciales
como meros contenidos psicológicos, exteriores a la Física atómica, por decisivos que
ellos hubieran sido en el «contexto de descubrimiento»? No, porque estos colores
espectroscópicos siguen reclamando un lugar interno en el cuerpo de la Física
atómica, a título de fenómenos. Otro ejemplo: hay un orden arquitectónico evidente
entre el teorema de Pitágoras, construido sobre un triángulo rectángulo isósceles, y el
teorema extendido a los triángulos rectángulos escalenos; hay también un orden
arquitectónico, aun más necesario, entre el teorema pitagórico generalizado a los
triángulos rectángulos (a²=b²+c²) y su extensión (transyección) a triángulos no
rectángulos, mediante el teorema a²=b²+c²-2ab cosJ (que contiene a los triángulos
rectángulos como una modulación específica suya, para el caso de J=90º). No podrá
decirse, en este caso, que el teorema generalizado haya podido segregar al teorema
clásico, que sigue sirviendo de soporte arquitectónico. Sin perjuicio de lo cual, y en
virtud de una dialéctica característica, el orden sistemático, entendido ahora como
ordenación de lo más general a lo menos general, se mantiene también intacto,
aunque sea un orden absurdo desde un punto de vista histórico. No es menos
problemática la situación que, en la Historia de la mecánica, se suscita a propósito de
las leyes de Kepler, en sus relaciones con las leyes de Newton. Según el orden
histórico es evidente que las leyes de Kepler antecedieron a los Principia de Newton.
Pero este orden histórico, ¿tiene también un significado arquitectónico (no meramente
axiomático formal)? Es frecuente presentar a los Principia de Newton como una
sistematización de orden superior tal que, desde ella, las leyes de Kepler se deducen
como corolarios suyos. Pero esta sistematización, ¿no es meramente abstracta-
formal?, ¿logra segregar el orden histórico, o bien esto es imposible, puesto que en
este orden histórico está actuando un componente arquitectónico (sólo a partir de las
leyes de Kepler pueden ser probadas las leyes de Newton)? Los mismos problemas se
reproducen cuando los Principia de Newton son reexpuestos en sistematizaciones
más potentes reorganizadas en torno al «principio de Hamilton». ¿Cabe «arrojar» a la
Historia externa de la Dinámica, como episodios segregables de su sistema cerrado,
no sólo a la obra de Kepler sino también a la de Newton?
Sean suficientes estas menciones para sugerir hasta que punto la teoría del cierre
categorial propicia la posibilidad de tratar el desarrollo de los cuerpos científicos de
suerte que en ellos puedan reconocerse ordenes históricos internos, arquitectónicos,
sin perjuicio de la posibilidad de organizar esos cuerpos según otras diferentes líneas
sistemáticas. En ningún caso, sin embargo, el desarrollo histórico de un cuerpo
científico, aunque sea interno, tiene por qué entenderse como un desarrollo lineal y
uniforme. Tampoco hay razones para mantener la perspectiva de una historia aleatoria
e irregular. El desenvolvimiento histórico de un cuerpo científico categorial, a partir de
un estadio determinado, se ajusta a un orden y a un ritmo que no dependen
exclusivamente de sus estadios precedentes, pero que tampoco tendrá por qué
entenderse como una sucesión de fases meramente empíricas, o determinadas por
circunstancias sociales (los consensos de los paradigmas). Por de pronto habrá que
atenerse al orden arquitectónico. Ahora bien, los «puntos de cristalización» pueden
aparecer en lugares diferentes del campo categorial, y los estímulos para esta
cristalización no siempre son internos al cuerpo que consideramos en proceso de
desenvolvimiento. Intereses tecnológicos o militares, intereses grupales o personales,
determinados, a su vez, en un contexto social y cultural poblado por «nebulosas
ideológicas» (pongamos por caso, la «nebulosa creacionista» judeo cristiano, respecto
de la Física moderna), explican la variedad de lugares del campo en los que pueden
determinarse esos «puntos de cristalización». En torno a esos puntos las ciencias
pueden crecer en el seno mismo de esas nebulosas ideológicas que los envuelven, sin
necesidad de un previo «corte epistemológico» con ellas.
¿Se dirá entonces que la historia de una ciencia está determinada desde su entorno
social o cultural y que sus líneas de desenvolvimiento sólo son un reflejo de ese
entorno social y cultural (lo que autorizaría a hablar, con sentido gnoseológico, por
ejemplo, tanto de «ciencia alemana» como de «ciencia romántica» o de «ciencia
barroca»)? El materialismo gnoseológico ofrece algunos criterios para enjuiciar tan
difíciles preguntas. Ante todo, y puesto que él no presupone (como el adecuacionismo
o el descripcionismo) un orden objetivo previamente dado a la ciencia misma, no
tendrá tampoco por qué considerar el orden histórico efectivo como si fuera, por serlo,
aleatorio. Por de pronto el orden histórico es un orden tal real y tan «legítimo» como
cualquier otro; ni siquiera cabrá calificar a sus ritmos como atrasos o como adelantos
(salvo que tomemos términos de referencia más o menos arbitrarios). Tampoco será
necesario conceptuar el desarrollo histórico de un cuerpo científico como un mero
resultado del azar de la acción de estímulos exteriores al propio cuerpo. Los cuerpos
de las ciencias hay que suponerlos organizados a partir de ciertas estructuras capaces
de «filtrar» los estímulos del entorno. Por ello, estos estímulos no podrán considerarse
siempre como enteramente externos, desde el momento en que suponemos que han
de ser asimilados y coordenados desde el interior del cuerpo científico. Por otro lado,
los cuerpos científicos desarrollarán mecanismos capaces de entretejerse con otros
sistemas procedentes de otros puntos de cristalización (a su vez determinados por
estímulos del entorno). Y así como carece de sentido hablar, por ejemplo, de «ciencia
maya» o de «ciencia egipcio-faraónica», puede tener sentido reconocer que un cuerpo
científico dado haya sido determinado por un entorno social y cultural preciso (la
«matemática barroca»), sin perjuicio de que ese cuerpo científico pueda
universalizarse, no tanto por segregación o desbordamiento de ese entorno (como si
se hubiera encontrado una puerta que daría el acceso a un mundo transfísico) sino por
universalización (por imposición a los demás) del entorno mismo.
Pero la novedad de esta situación (a partir, sobre todo, de la segunda mitad del siglo
que termina) no autoriza a considerar abolidas o borradas las categorías, figuras e
interacciones que reconocemos como características de los cuerpos científicos. La
interdisciplinariedad no borra las distancias categoriales ni lleva al proceso de
reabsorción de algunas ciencias en el seno de otras. Simplemente ocurre que los
«hombres de ciencia» han de desplegar conductas más versátiles en lo concerniente a
sus adaptaciones (parciales siempre) a los procedimientos característicos de otras
disciplinas.
V. Ciencia y Filosofía.
1.- El «problema de las relaciones entre ciencia y filosofía»; No lo
plantearemos aquí como un problema de relaciones entre dos géneros de saber
previamente presupuestos, cada uno definido en sus campos propios, sin perjuicio de
sus interrelaciones. El problema de las relaciones entre ciencia y filosofía lo
entenderemos, ante todo, como una ampliación (por regressus) del problema de las
relaciones que cada ciencia positiva mantiene con las otras ciencias, así como con la
realidad que envuelve a todas ellas, limitando sus respectivos «radios de acción».
Desde este punto de vista podemos afirmar que el interés por la filosofía, desde la
Teoría de la ciencia, no es tanto un interés suscitado como un «complemento
exterior», sino el interés suscitado desde el interior mismo de las ciencias, en tanto se
limitan las unas a las otras, y son limitadas por la realidad, y en tanto que el análisis de
tales limitaciones quiere llevarse a efecto por métodos racionales, aunque no sean
científicos.
Por lo demás, carece de sentido hablar, en abstracto, de las «relaciones entre ciencia
y filosofía», porque estas relaciones serán entendidas de diferente modo según lo que
se entienda por ciencia (concretamente, para mantenernos en el horizonte del
presente opúsculo, según la teoría de la ciencia escogida) y según lo que se entienda
por filosofía. Ahora bien: en la medida en que consideremos filosóficas a las distintas
teorías gnoseológicas de la ciencia a las que nos venimos refiriendo (la concepción
descripcionista, la concepción teoreticista, la concepción adecuacionista y la
concepción materialista) podremos concluir que la cuestión de las relaciones entre la
ciencia y la filosofía forma parte, en rigor, de la cuestión de las relaciones entre la
filosofía (gnoseológica) de la ciencia y la filosofía en general (incluyendo en esta
rúbrica, más precisamente, a la filosofía en cuanto concepción del mundo, en cuanto
Ontología, y a la peri-filosofía o meta-filosofía).
Una vez aceptada esta reformulación del enunciado titular podemos intentar el análisis
de las implicaciones que hemos de suponer que mantiene, al menos
preferencialmente, cada una de las concepciones gnoseológicas de la ciencia
consideradas (en tanto ella es, por sí misma, una filosofía de la ciencia) con
concepciones filosóficas más generales (ontológicas y metafilosóficas). De este modo
evitaremos, al menos en un primer análisis, entrar en el camino que habría de
llevarnos a plantear la cuestión de los diversos modos de entender la filosofía como
condición previa para establecer los tipos de relaciones posibles entre ciencia y
filosofía.
Es cierto que no tenemos por qué suponer que el regressus desde una determinada
filosofía de la ciencia (tomada como referencia) hasta la filosofía en general, deba ser
unívoco. Detrás de una determinada concepción gnoseológica de la ciencia podremos,
sin duda, encontrar concepciones filosóficas generales muy diversas (ontologías muy
diversas y concepciones de la propia filosofía también muy diferentes): detrás del
adecuacionismo puede estar alentando una ontología naturalista, pero también una
teología creacionista. A pesar de todo, mantendremos la suposición según la cual la
filosofía de la ciencia implica, preferencialmente al menos, un cierto tipo de filosofía
(de ontología y de metafilosofía). Por ejemplo, el adecuacionismo implicaría
preferencialmente, por motivos de coherencia lógica (aunque también por razones
más complejas), una ontología teológica creacionista (antes que una ontología
materialista) así como la concepción de la filosofía como «reina de las ciencias».
El peculiar género literario que reconocemos en las obras de los físicos que ofrecen su
«visión científica del mundo» es cada vez más cultivado; se admite que las diversas
ciencias categoriales, particularmente las ciencias físicas o biológicas, puedan y deban
ser utilizadas como instrumentos capaces de abordar la totalidad de los problemas
filosóficos. Ahora bien: lo que una ciencia positiva puede ofrecer es una visión
científica de su campo categorial, y no una visión científica del mundo. Sin embargo es
frecuente hablar de determinadas teorías físicas como si fueran «teorías del todo»
(TOE = Theory of everything). Un autor, por ejemplo, en un libro reciente (E. Laszlo,
Evolución, la gran síntesis, 1987), se atreve a escribir, apoyándose (dice) en los
resultados de las ciencias biológicas, físicas e históricas, lo que sigue: «Durante varios
miles de años, nosotros, los sapientes, nos hemos preguntado de donde venimos y
adonde vamos. Hoy, pasados unos veinte mil millones de años desde los orígenes del
universo, podemos estar a punto de averiguarlo.»
Y como, en nuestros días, la mayor parte de las Ideas se van configurando a través de
los conceptos tallados por las ciencias positivas, el materialismo filosófico no puede
aceptar la concepción de la filosofía como «madre de las ciencias». La filosofía
académica es decir, la filosofía de tradición platónica no antecede a las ciencias, sino
que presupone las ciencias ya en marcha («nadie entre aquí sin saber Geometría»).
Tampoco puede aceptar el materialismo la concepción de la filosofía como una
«ciencia primera», como una «reina de las ciencias». La filosofía no es una ciencia,
porque las Ideas, en su symploké, no constituyen una «categoría de categorías»
susceptible de ser reconstruida como un dominio cerrado. El entendimiento de la
filosofía como «geometría de las Ideas» es sólo una norma regulativa del racionalismo
materialista y no debiera ser interpretado como denominación de una supuesta
construcción efectiva.
Resumen:
El autor con su obra nos deja más preguntas que respuestas ante el impactante
cambio de las teorías y métodosde estudio de la ciencia y de la Educación que,
producto de esta lectura analítico crítica, se consideró como un recorrido a través del
proceso evolutivo de la Epistemología. Por ello podríamos concluir que el mayor valor
del trabajo de Ugas Fermín, consiste en ser una detallada y objetiva compilación de la
Epistemología del siglo pasado, lo que nos proporciona bases sólidas para emprender
nuevos enfoques para el estudio de la Epistemología de la Educación en el siglo XXI.
EPISTEMOLOGÍA, EDUCACIÓN, LECTURA ANALÍTICO-
CRÍTICA.
I.- INTRODUCCIÓN.
El presente ensayo tiene por objetivo, realizar una lectura analítico crítica de la
obra "Epistemología de la Educación y la Pedagogía" de Gabriel Ugas Fermín (2005).
La primera interrogante surge, al tratar de definir lo que es un ensayo, en este caso de
investigación, y en segundo lugar, en qué consiste una lectura analítico-crítica. Para
responder a la primera pregunta, podemos recurrir al trabajo de Jaramillo y Mendoza
"Guía para la elaboración de ensayos de investigación" y ante las múltiples
definiciones dadas al término, es decir todo lo que puede agruparse bajo el término
ensayo, podemos partir de lo que no es un ensayo:
Entre los autores presentados, el propio Ugas (2005) hace referencia preferencial a
Bachelard, Popper, Kunh y Bateson. Gastón Bachelard sostiene el desarrollo histórico
de la Epistemología, fundamentado en una "filosofía abierta a la complejidad y a las
transformaciones mediante la comprensión del detalle", dando origen a la historicidad
de la ciencia, la crítica del positivismo, el espiritualismo y la dialéctica. De su discurso
deben mencionarse su referencia a la Filosofía del No se escribe en clave de
revolución y no de evolución: interpretación, valoración y juicio; el Discurso del Método
Circunstancial (el hombre es él y sus circunstancias) y el Envolvimiento, que propone
la confrontación dialéctica por ruptura separándola del entendimiento común y por
envolvimiento, donde una teoría más amplia envuelve y delimita el alcance de una
particular.
LA CIENCIA JURIDICA
I. INTRODUCCION
De entre todas las acepciones que tiene la ciencia jurídica hay una que comprende tan
sólo a la dogmática jurídica y que viene ganando hasta el momento cierto sitial de
consenso y popularidad.
Ante ello la voz de protesta de ciertos juristas se ha dejado escuchar, pues dado que
el jurista estudia el sentido del hecho jurídico en un tiempo y espacio específicamente
determinados, la dogmática jurídica le brinda al mismo su materia prima primordial: el
derecho positivo de un determinado ordenamiento jurídico. En ese sentido, se reclama
que la dogmática jurídica viene a ser la ciencia del jurista.
1.2 Sistemas jurídicos.- En los trabajos del mismo Víktor Knapp, se destaca su
abordamiento sobre el papel de los sistemas jurídicos en la significancia de la
ciencia jurídica. El autor en mención hace una clara distinción entre la
concepción romano germánica y la del sistema anglosajón del llamado Common
Law sobre la ciencia jurídica. Al respecto es de anotar las certeras palabras del
autor: " … En los países de tradición "continental" la ciencia jurídica está
considerada como un dominio reservado a los eruditos juristas "profesionales"
(profesores de derecho, investigadores) mientras que los practicantes (jueces,
abogados, administradores) reciben los resultados de la investigación científica
"profesional" y se remiten, aceptándolos o, llegado el caso, rechazándolos, a las
opiniones publicadas en la literatura científica, la cual influye así en la práctica
(en la legislación y en la aplicación del derecho). Al contrario, en los países del
"Common Law" son en primer lugar los practicantes –jueces, abogados
(barristers), administradores- los que desarrollan el pensamiento jurídico y, por
tanto, la ciencia jurídica, siendo la vocación de los universitarios, además de la
enseñanza del derecho, ayudar a los practicantes mediante la crítica y
sugiriéndoles nuevos enfoques. El papel de los universitarios (academic lawyers)
en relación a los practicantes es entonces, en los países del Common Law, muy
diferente del que se encuentra en los países del derecho "continental", estando el
límite entre la ciencia y la práctica jurídicas, en los países de Common Law,
mucho menos marcado que en los países donde la ciencia jurídica se ha
desarrollado bajo la influencia de las tradiciones de la Europa continental" (4).
Las bondades del sistema anglo sajón son tales que nuestros países de tradición
romano germánica, para hacer menos insoportable la corrupción en los ámbitos
del Estado, han creído conveniente rescatar algunas de sus instituciones,
quedando pendiente, en el caso de nuestro país, la discusión sobre la
implantación de los jurados en la administración de justicia.
1.3 El Derecho como Ciencia o una Ciencia del Derecho.- Ante la infaltable
interrogante sobre si el derecho es o no ciencia, surge otra referida al
conocimiento científico de lo jurídico, del derecho en general. A manera de
reemplazo de pregunta, la cuestión sin embargo se torna más compleja a partir
de su comprensión gnoseológica y epistemológica, pues es un indicativo de
cambio de perspectiva para analizar el fenómeno jurídico.
1. La Ciencia Jurídica:
• La dogmática jurídica;
• El derecho comparado; y
Savigny, fundador por excelencia de la llamada escuela histórica del derecho, logró
comparar al derecho con la geometría, aplicando cierta metodología deductiva como
lógica formal en su obra "Tratado de la posesión". El posterior desarrollo del método
se perfiló concibiendo en la labor del jurista una operación de cálculo en la cual los
factores vienen a estar dados por los conceptos jurídicos. Pasado el tiempo, la
dogmática jurídica empieza a constituirse a manera de denominador común de la
ciencia jurídica contemporánea en los países en donde rige el sistema romano
germánico, al punto que su objeto de investigación es precisado en el conjunto de
normas jurídicas válidas en determinadas sociedades humanas, versando por tanto su
investigación sobre ese tipo de normas. En ese sentido, se manifiesta actualmente que
la misión de la dogmática jurídica consiste en realizar sistematizaciones de las normas
e interpretaciones de las mismas con el fin de esclarecer su contenido.
Mientras la filosofía indaga los fundamentos y las causas primeras del ordenamiento
jurídico en abstracto, la dogmática jurídica tiene como objeto al derecho positivo
reflejado en un ordenamiento jurídico determinado. Por último, es de considerar que el
contenido de la dogmática jurídica ha sido dividido en ciencia del derecho civil, ciencia
del derecho penal, ciencia del derecho constitucional, entre otros.
3.2.- Funciones.- Concebida la dogmática jurídica como uno de los tres niveles
de la ciencia jurídica en general, las funciones de aquélla han de ser vistas en relación
a ciertos tipos de actividad, que se identifican con las tareas que debe efectuar el
jurista, como los siguientes:
No está demás señalar que las tres funciones van a ser realizadas por la dogmática
jurídica en el marco de su carácter de disciplina normativa y valorativa.
Hay cierto clima pacífico en los ámbitos de la doctrina, respecto al carácter científico
de la dogmática jurídica, desde que Karl Larenz afirmara que el derecho es una
ciencia y no una mera técnica porque habría desarrollado métodos que apuntan a un
conocimiento comprobable de una manera racional, aún cuando no logre alcanzar la
exactitud de las ciencias naturales y matemáticas, y aún cuando muchos de aquellos
métodos sean solamente de validez temporalmente condicionada.
En ese contexto, en el año de 1847 el fiscal prusiano Julius Von Kirchmann negó la
dimensión científica del derecho en un célebre discurso titulado ""La falta da valor de
la jurisprudencia como ciencia", que luego fue llevado bajo la forma de un breve escrito
con el título "La jurisprudencia no es ciencia". Si bien Von Kirchmann se refería al
derecho en su conjunto, lo principal de su tesis se puede resumir en que, según el
autor alemán, el objeto de estudio del mismo (el derecho positivo) viene a ser un
objeto cambiante y contingente, y, por tanto, no susceptible de conocimiento científico,
puesto que debido al carácter variable de su objeto de estudio los resultados no
pueden ser permanentes, sino efímeros, temporales. He ahí la famosa frase del autor
alemán cuando dice que la obra del jurista depende del capricho del legislador, que
con tres palabras puede convertir bibliotecas enteras en basura.
Los aspectos centrales de las críticas hacia la cientificidad del derecho en basan en:
- Falta de objetividad;
Consiste en una crítica que se hace en general a todas las disciplinas del saber
cultural. La referencia de las ciencias naturales respecto a hechos pretende ser
generalizada a otras áreas del conocimiento, entre las cuales se encuentra el derecho,
porque la objetividad del conocimiento se concibe estrechamente relacionada con la
distinción y distanciamiento entre el sujeto y el objeto de la investigación. Como las
llamadas ciencias humanas o del espíritu tienen por objeto el estudio del
comportamiento o instituciones humanas, se produciría una proximidad entre el sujeto
y el objeto, puesto que el ser humano sería a la vez objeto y sujeto de la investigación,
con la consecuente problematización de la respectiva objetividad en el conocimiento,
lo cual a su vez determinaría que algunos consideren que las ciencias humanas tienen
un grado de cientificidad menor que el que se da en las ciencias naturales y formales.
Respecto a las posiciones que niegan la cientificidad del derecho, Mario Alzamora
Valdez indica que cometen dos errores, pues toma como modelo de ciencia a las
matemáticas y a las ciencias naturales, y considera que todo saber científico es saber
de lo general y saber por causas, cuando en el derecho, conjuntamente con factores
particulares y cambiantes, existen otros esenciales y permanentes que constituyen,
como su verdadero fundamento, el objeto de ciencia en el sentido clásico de este
concepto (10).
Esta crítica se dirige a los niveles de concreción del objeto de estudio del derecho;
esto es, el señalamiento de la existencia palpable de su objeto. Frente a esto, es de
reconocerse que el objeto del saber de los juristas progresivamente ha ido
precisándose con los aportes de doctrinarios como Kant, Savigny, Kelsen y otros. La
conducta que interesa al derecho es la que procede del fuero interno de los individuos,
pero es la que se plasma en los hechos de la vida práctica cotidiana. En ese sentido ,
el derecho es el regulador de las conducta externa de la persona humana, que se
constituye de ese modo como el objeto de estudio del mismo. Sin embargo, esa
regulación no es agota en ese contexto aislado, sino que se completa con el cuadro de
la vida humana en sociedad, y aquí surge la conexión del derecho con las ciencias
sociales, aunque, como dice Aníbal Torres Vásquez, el derecho no se agota en el
hecho social, puesto que sino que abarca también el valor, el sentimiento, como el
referido a la justicia, que todo ser humano tiene (11).
En ese sentido, el objeto de estudio del derecho comprende una naturaleza compleja
que no se agota unilateralmente ni en la norma ni en el hecho ni en el valor, sino que
conjuga e integra los mismos en una composición dialéctica que tiene, sin embargo, a
la norma como referente fundamental. Por eso la dogmática jurídica es eminentemente
normativa.
Aunque la norma jurídica sea lo característico del derecho, ella no se explica por sí
sola, pues recurre a los valores y a la ideología subyacente en el grueso de
determinadas sociedades, dirigiendo sus preceptos y prohibiciones a la misma
sociedad de la cual parte para hacer ejercicio de su regulación a nivel del fuero
externo de los individuos.
Del mismo modo, el concepto de ciencia que se maneja hoy en día tiene un alcance
mayor que el de la antigüedad. Con la superación del positivismo la ciencia
contemporánea se apoya sobre todo en su dimensión multidisciplinaria.
Asimismo, junto a las ciencias naturales y exactas, están las denominadas "ciencias
del espíritu", "ciencias de la cultura", "ciencias sociales", y "ciencias humanas", las
cuales tienen por objeto estudiar las acciones e instituciones humanas y sociales, los
hechos culturales del ser humano, regidos ya no por el principio de causalidad, que
caracteriza a los hechos naturales, sino por la intencionalidad y la referencia a valores,
que en el caso del derecho se ha de sumar su nota que lo caracteriza por excelencia:
la imputación.
En esa medida, dependiendo del concepto que se tenga sobre lo que es ciencia, se
podrá o no hablar del carácter científico del derecho. Es en este momento cuando
aparece el paradigma contemporáneo de lo científico como aquello que da un cierto
halo de respetabilidad intelectual, prestigio y aprobación, que según el mencionado
paradigma sólo puede ser brindado por lo científico. Esto es tan cierto como que el
derecho se basa en criterios de imputación, partiendo con fines generales de
ordenación de la sociedad.
Desarrollando su tesis, Manuel Atienza se apoya en Mario Bunge para sostener que
en la dogmática jurídica se presentan la mayor parte de los rasgos diferenciales de la
tecnología, partiendo por el hecho que la dogmática jurídica importa un conjunto de
actividades encaminadas en última instancia a la realización de una actividad práctica:
la que consiste en resolver problemas jurídicos concretos, aunque dichos problemas
revistan cierto carácter abstracto, dado que, al fin de cuentas, impera en la dogmática
jurídica la preocupación por encontrar soluciones a los problemas prácticos del
derecho. Eso sucede porque la dogmática jurídica tiene como objeto de estudio al
derecho positivo, y éste sólo se concibe alrededor de una concreta sociedad humana,
con concretos problemas que resolver.
La dogmática jurídica puede entenderse como el "saber que trata de describir las
normas jurídico – positivas". La función principal que se atribuye a este saber consiste
en explicar el contenido de las normas jurídicas. Lo que implica aclarar su significado,
descubrir cuál es el derecho vigente, resolver las contradicciones en las que
eventualmente pueden incurrir las normas que componen el ordenamiento jurídico.
Esta función se puede concebir como una actividad de carácter técnico, según la cual
el jurista debe utilizar únicamente el método jurídico, sin dejarse influir por sus
preferencias y por sus concepciones políticas.
Para el jurista, las normas son dogmas que debe aceptar sin más, su contenido es
indiscutible. Esto no impide que pueda criticarlas. Sin embargo, esta labor de crítica ya
no se considera estrictamente jurídica sino de carácter político. Así, la dogmática
dominante distingue claramente entre los argumentos de lege lata, es decir, las
interpretaciones del derecho vigente, y los argumentos de lege ferenda, que proponen
modificaciones legislativas de la normativa existente.
Las distinciones entre lege lata–lege ferenda, o entre aplicación del derecho–política
jurídica, tienen como finalidad dejar en claro que una cosa es hacer derecho y otra
muy diferente hacer política. La dogmática pretende así evitar que las doctrinas
jurídicas sean pervertidas por concepciones políticas (partidarias).
Esta imagen ideal no impide, sin embargo, que la dogmática pueda realizar
valoraciones, ni que la dogmática se defina como un conocimiento valorativo,
axiológico. Los valores que están implicados en la dogmática no son, sin embargo, los
valores, ideas y concepciones personales de cada jurista, sino que son los valores que
se desprenden del ordenamiento jurídico en su conjunto. De este modo, el jurista debe
limitarse a aplicar las pautas de valoración que establece el ordenamiento jurídico.
Esta imagen ideal de la dogmática es, en cierta medida, una imagen simplificada. Sin
embargo, coincide, en sus aspectos más importantes, con la comprensión que la
dogmática jurídica tiene de sí misma. Pero queda por ver si esta imagen ideal coincide
con la realidad, es decir con lo que hace la dogmática y con la forma en que lo hace o,
más bien, sirve para ocultar los condicionamientos políticos a los que se encuentra
sometida la dogmática jurídica.
El autor Eduardo Melero Alonso para ejemplificar lo último señala que la distinción
entre ley en sentido formal y ley en sentido material es obra de la doctrina alemana del
siglo XIX, que formulada originariamente por Paul Laband, y reformulada por Georg
Jellinek, surge debido al conflicto planteado sobre la aprobación del presupuesto
prusiano del año 1862, con el problema de fondo de la distribución de poder entre el
Rey y el Parlamento. Y es que el rey Guillermo I y Bismarck pretendían llevar a cabo la
ampliación y modernización del ejército prusiano, pero la reforma del ejército suponía
gastos que debían ser aprobados en el Parlamento y la mayoría parlamentaria liberal
rechazó el proyecto de presupuestos presentado por Birsmarck para la reforma militar.
Al considerarse doctrinalmente que la aprobación del presupuesto era un acto
administrativo ley en sentido formal, ya que se trataba de un mero cálculo de futuros
ingresos y gastos que, al no afectar a la libertad y propiedad de los ciudadanos, no era
una ley en sentido material, el gobierno podía aprobarlo sin necesidad de contar con el
apoyo del parlamento. En esa medida, el concepto material de ley surge en una
situación histórica concreta, como defensa de unos intereses materiales concretos. Lo
mismo sucedería con otras construcciones jurídicas, como la personalidad jurídica del
Estado. La atribución de una única personalidad jurídica al Estado suponía que el Rey,
hasta entonces situado jurídicamente fuera del Estado, se convertía en un órgano más
de éste. El príncipe quedaba sometido así a la personalidad del Estado. En este
sentido, se ha calificado a la doctrina de la personalidad jurídica del Estado como una
verdadera arma política.
De acuerdo con los ejemplos, se haría evidente que el contexto socio-político influye
en la dogmática jurídica y cómo la dogmática es uno más de los elementos que se
ponen en juego en los conflictos políticos. En conclusión, la imagen ideal de la
dogmática ha tenido importantes excepciones a lo largo de la historia.
Sin embargo, pese a que se puede catalogar de "duras" a las posiciones que reclaman
el carácter político de la dogmática jurídica, no podemos ignorar el hecho que el
mismo derecho en su conjunto parte de un sustrato político, al regular normativa y
legalmente una sociedad humana, con la consideración de objetivos públicos
resumidos por excelencia en el bien común. Pero una cosa es hablar del derecho en
su totalidad, y otra, el hablar solamente de la dogmática jurídica.
La discusión sobre si la dogmática jurídica es ciencia o técnica, es así interrumpida por
otro agregado: la cuestión de su carácter político. La dogmática como política aclara
algunas cuestiones histórico jurídicas de fondo, mas no soluciona totalmente lo
referente a la naturaleza de la misma cuando hay una reducción del derecho en
términos de dogmática jurídica. Asimismo, autores como Melero Alonso dan por
sentado la aceptación del carácter científico de la dogmática jurídica, mencionando a
su actividad como de carácter técnico, lo cual no hace sino confundir un poco más el
asunto en cuestión.
Para nosotros queda claro que el derecho tiene en la política su matriz, al modo de
una madre primigenia, sobre todo si tomamos como referencia a la civilización
occidental de raíces griegas. Para nosotros queda claro que es diferente hablar del
derecho en su conjunto, por un lado, y de la dogmática jurídica, por el otro, porque el
derecho vendría a ser al fin de cuentas la ciencia jurídica, así como la economía y la
sociología son ciencias sociales, y la dogmática jurídica vendría ser la actividad, a
manera de técnica, que tiene como referente máximo al derecho positivo vigente.
III. CONCLUSIONES:
10. La dogmática jurídica se identifica con la ciencia jurídica a partir del hecho de
destacar el ámbito estrictamente normativo que se deduce concretamente del derecho
positivo. Sin embargo, este último no tiene por qué entenderse como limitado
inexorablemente al positivismo de las normas, en cuanto la ciencia jurídica
estrictamente concebida como dogmática del derecho puede ser definida como la
ciencia que versa sobre el sentido objetivo del derecho positivo.
11. Las funciones de la dogmática jurídica han de ser vistas en relación a ciertos
tipos de actividad, que se identifican con las tareas que debe efectuar el jurista, como
el suministro de CRITERIOS para la INTERPRETACION Y APLICACIÓN del
DERECHO VIGENTE, en acatamiento y respeto al principio de legalidad,
reconstruyendo y reelaborando el sistema normativo; el suministro de CRITERIOS
PARA EL CAMBIO EN LA CIENCIA JURÍDICA, aunque dicha creación se daría de
forma indirecta, con el desempeño de funciones específicas, tales como descriptivas
(cognoscitivas); y prescriptivas, con lo cual se proporcionan criterios no solamente
de interpretación de la ley, sino también para modificar el derecho, lo cual implica
cierto cambio en el mismo. Finalmente, la dogmática lleva a cabo la ELABORACIÓN
DE UN SISTEMA CONCEPTUAL, como actividad encaminada a la realización de las
funciones de interpretación, aplicación y cambio del derecho positivo vigente,
sistematizando el derecho.
12. La posiciones que sustentan que la dogmática jurídica es una técnica se basan
en la falta de objetividad, la vaguedad o imprecisión de su objeto, y el carácter
contingente y variable de su objeto.
14. Pese a que se puede catalogar de "duras" a las posiciones que reclaman el
carácter político de la dogmática jurídica, no se puede ignorar el hecho que el mismo
derecho en su conjunto parte de un sustrato político, al regular normativa y legalmente
una sociedad humana, con la consideración de objetivos públicos resumidos por
excelencia en el bien común. Pero una cosa es hablar del derecho en su totalidad, y
otra, el hablar solamente de la dogmática jurídica.
16. El derecho tiene en la política su matriz, al modo de una madre primigenia. Sin
embargo, resulta diferente hablar del derecho en su conjunto, por un lado, y de la
dogmática jurídica, por el otro, porque el derecho vendría a ser al fin de cuentas la
ciencia jurídica, así como la economía y la sociología son ciencias sociales, y la
dogmática jurídica vendría ser la actividad, a manera de técnica, que tiene como
referente máximo al derecho positivo vigente.
LA ORTODOXIA EPISTEMICA UNIVERSITARIA
1. Luego surgen las relaciones sociales, apareciendo una construcción cognoscitiva
cuyo origen es diferente. Consolidar, preservar y perpetuar la incipiente sociedad
requiere de un cuerpo ideológico que le ofrezca coherencia, razones lógicas
pertinentes y de explicaciones que justifiquen el actuar de sus integrantes.
Se destaca en esta cita bibliográfica que las bases sobre las cuales se desarrolla
una sociedad, son reales y concretas, y se consolidan en el paso del tiempo, al
trasmitirse a la descendencia.
La mujer fue quien tuvo la necesidad y estuvo en posición real y concreta para
formular las primeras elaboraciones teóricas ideológicas que le asegurarán
alimento y protección, primero para solventar su necesidad pero luego para
adquirir una posición aventajada sobre el grupo. La mujer es quien con certeza
puede asegurar que sus hijos le "pertenecen". El hombre, en condiciones
naturales, y sin código de control moral, queda en desventaja para obtener para
apropiarse de los excedentes sociales de producción, por lo que las mujeres
pudieron tomar ventajas en la conformación de la sociedad matriarcal. Para ello,
tuvo que elaborar elementos teóricos - ideológicos que mantuvieran y
consolidaran la obligación para con ella.
Por otra parte, los conflictos generados entre los nuevos descubrimientos y los
dogmas oficiales generaron temor entre los señores feudales, de perder sus
privilegios, los cuales impusieron sus credos y doctrinas literalmente con sangre
y fuego.
Cada día más el hombre requiere explicaciones objetivas y concretas con las
cuales pueda solucionar sus múltiples problemas existenciales, organizacionales
y sociales, así como desarrollar su individualidad por encima del individualismo
que surge de la normalización, regulación y nivelación que imponen los
mecanismos de socialización.
"Admito que en cada momento somos prisioneros del marco de nuestras teorías,
nuestras expectativas, nuestras experiencias pasadas, nuestro lenguaje. Pero
somos prisioneros en un sentido muy particular: si lo procuramos, podemos
liberarnos de nuestro encierro en cualquier momento" (Popper, 1962:60)
Suponemos que cambiar un marco ideológico por otro, nos dará la libertad.
"Endiosamos" a quienes suponemos dueños de la verdad, o saben más que nosotros.
Quienes poseen poder económico o detentan una posición de autoridad, dominan la
voluntad de la masa, no por su supuesto poder, sino por que se asumen como
"dueños de la Verdad".
3. Como conformidad a una regla: Esta concepción fue enunciada por primera
ves por Platón "Tomando como fundamento el concepto que juzgó el más solidó"
(Kant)
Las evidencias concretas de la realidad hacia difícil sostener por la razón los
supuestos bíblicos. La imposición de la "verdad" condujo al exterminio de los "herejes",
personas que contradecían de alguna manera la versión oficial. La Inquisición quemó
a un grupo importante de pensadores disidentes, pero a pesar de ella, continuo
desarrollándose nuevos conocimientos.
"También Santo Tomás difiere de Alberto Magno (1200-1280). Admite dos caminos
para alcanzar la verdad: uno representado por la fe, el otro por la razón, pero el
primero es de orden sobrenatural, no está sujeto a error; el segundo, en cambio, por
su naturaleza, puede llevarnos a juicios ilusorios o equivocados. Por lo tanto es
necesario, siempre que esto sea posible, asumir la fe como criterio de verdad de la
razón. Si las conclusiones de la una coinciden con la de la otra, estamos segurosde
que nuestro razonamiento ha sido exacto; si están en desacuerdo estamos seguros
que nuestro razonamiento oculta alguna inexactitud, y por lo tanto tenemos el deber
de volver a serlo tantas veces como sea necesario, para lograr corregir el error
cometido " (Geymonat, 1998:185) (El subrayado es nuestro)
Muy poco fue el aporte de la edad media para enriquecer el campo de las ciencias
naturales, si exceptuamos a Alberto Magno, pues la "autoridad de los maestros" fue
siempre esgrimida como argumento de verdad y certeza (Ginés, 1993:52)
La educación se institucionalizó para convertirse en el medio de socialización más
efectivo. En el siglo XV se funda la Academia de Florencia por Marsilio de Ficino y
Cosme de Médicis.
"La evolución histórica nos lleva a Descartes (1596-1650) a quien se le conoce como
"el padre de la tradición subjetivista e idealista (como Bacon lo fuera de la objetiva y
realista) en la filosofía moderna" (Durant, 1980:189).
"Si echamos una ojeada sobre la evolución del hecho educativo a lo largo del
tiempo, comprobamos fácilmente que los progresos de la educación acompañan
a los de la economía y, en consecuencia, a la evolución de las técnicas de
producción, sin que sea siempre fácil distinguir las causalidades respectivas en
la complejidad de las interacciones…. La idea que consiste en presentar las
instituciones de enseñanza como fuerzas puramente conservadoras, incluso
represivas no es exacta. Sin duda, toda institución es por naturaleza
estabilizadora, y, por otra parte, la actividad misma de la enseñanza comporta
una tendencia a la repetición, una búsqueda y un culto de la forma, de la fórmula
y de la formulación, lo mismo que la actividad jurídica. Este doble rasgo deviene
más claro en épocas de mutación rápida: entonces la educación parece
contrariar el movimiento que ella provoca" (Faure, 1978,28)
Resaltamos que el ejercicio del poder a través del Estado evidencia, en lo político
ideológico, la dominación epistémica tanto en su contenido como en su acción
directa de presión sobre los individuos.
Desde el origen del Estado, la legitimidad y legalidad para ejercer dominio sobre
la sociedad, se invistió de divinidad, derivando el poder directamente de Dios. El
imperio de las doctrinas y del conocimiento oficial se impuso bajo preceptos
totalmente platónico.
La obra entró a formar parte del Índice de libros prohibidos por la Iglesia católica
en 1759.En este mismo año se les retiró a los impresores los permisos del
Estado para seguir publicando la obra y d´Alembert abandona el proyecto. Todo
esto no fue obstáculo para que se prosiguiese su elaboración de forma
semiclandestina hasta [[1772], bajo la vigilancia complaciente de determinadas
autoridades, y se completasen los diecisiete volúmenes de la obra. (Wikipedia,
2007)
Este pacto, crea la voluntad general que ni es arbitraria ni se confunde con las
con la suma de las voluntades egoístas de las voluntades individuales de los
particulares. Entonces aparece el concepto de soberanía, el soberano es la
voluntad general, la cual es inalienable (no se delega, el gobierno no es sino un
ejecutor de la ley que emana de la voluntad general, y puede ser siempre
substituido), es indivisible (no hay división de poderes, como postulan Locke y
Montesquieu.
Aún hoy en día, el control del Estado es una aspiración más que una realidad.
Quienes han detentado históricamente el poder económico y político, han
limitado el acceso de la mayoría a la toma de decisiones, creando ilusiones de
participación a través del sistema político y del mecanismo formal de elección.
Se han justificados guerras para civilizar, libertar, para llevar justicia, por la
verdad, por credos, por cualquier "buena" excusa que coloque al agresor en una
posición de libertador, de bueno, héroe o cualquier categoría superior, digna de
emulación, elogios y respeto. Aunque en realidad su discurso esconde intereses
económico, políticos de dominación, expansión territorial, o fortalecer su posición
geopolítica. Exponiendo su justificación como una "verdad ineludible",
creyéndosela y transfiriéndola a quienes padecen de "ingenuidad epistémica".
Gracias a la unión que hay entre nuestra Iglesia y nuestro Estado, los teólogos
católicos casi han conseguido mantener la instrucción pública a su mismo nivel.
Aún las ramas de la ciencia que parecen menos relacionadas con la religión, no
pueden escapar de la férula de los teólogos, y el mismo espíritu que hizo a
Galileo retractarse de rodillas de sus descubrimientos astronómicos todavía
obliga a nuestros profesores a enseñar el sistema de Copérnico como una
hipótesis.
Las universidades venezolanas al igual que las europeas tuvieron sus orígenes
en la religión católica, manteniendo la impronta epistémica que surge de los
seminarios.
3. La Universidad:
4. Epistemología Universitaria:
Esta antigua actitud y los preceptos filosóficos que la sostienen, aun prevalece en
nuestra institucionalidad educativa, que lejos de trasmitir un supuesto conocimiento
aséptico, tiene una altísima connotación y vinculación con la racionalidad económica,
política y cultural, así como, con la ideología que ofrece coherencia y subyace en toda
la estructura social. Todo ello, bajo preceptos epistémicos que labran el proceso lógico
explicativo, el se convierte en un mecanismo intrínseco de autolimitación interpretativa.
• ¿Las universidades nacionales tienen conciencia del peligro que para el desarrollo
nacional y la consolidación de la nación venezolana representa el viejo esquema
epistémico?
El temor a contrariar "lo establecido", limita a quienes de alguna manera osan elaborar
discursos que lo contraríen. Limitando la creatividad y la innovación en los centros de
educación superior.
La discusión académica sobre cualquier tema, más que enriquecer los conceptos,
métodos e instrumentos de la propuesta se realiza con cierta saña, propia de quienes
ven peligrar su posición en la comunidad. No se discute para enriquecer el tema en
cuestión sino por la defensa a ultranza de un prestigio académico-personal,
erróneamente concebido.
No es propio del ambiente universitario actual, que las ideas, opiniones y los
resultados de investigaciones sean sometidas a análisis y discusión interna que
incentive el desarrollo de la producción científica, a menos que sean presentadas en
eventos de carácter científicos, donde la presentación y el debate tienen un tiempo
muy limitado.
De ser sometidos lo aportes investigativos a análisis y discusión de grupos de
personas interesadas, se generaría además una sana competencia que incentivaría la
producción y la creatividad. Pero la competencia por antonomasia está execrada del
ámbito académico. Es más conveniente reprimir, desacreditar, relegar, cualquier
trabajo o propuesta científica que contrarié el conocimiento aceptado.
La competencia es una aptitud y actitud, que por más que este presente en la
naturaleza humana, es moralmente inaceptable por la religión católica. El hombre es
considerado una "creación divina", por lo tanto, no debe mostrar una conducta animal
que contraríe tal creencia. Aun en nuestra sociedad la conducta competitiva se
enmaraña en un tejido ideológico de excusas y suposiciones, que encubre cualquier
acción de irrespeto y menosprecio, como "viveza del venezolano".
Por ejemplo, la bombilla eléctrica inventada por Thomas Alva Edison no ocurrió ni por
la conexión de piezas ni por azar, el inventor sabia exactamente lo que buscaba.
Probo diferentes elementos, y ensayando logro combinar los adecuados, teniendo
siempre como horizonte lograr alumbrar de manara eficiente, efectiva y menos
peligrosa.
La universidad que asuma un rol protagónico en este sentido, tomara las riendas en la
construcción de una nueva institucionalidad. Abriendo camino para avanzar de manera
armónica y coherente con la Venezuela que emerge, potenciando la soberanía social,
territorial, económica y política.
hans
Rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean la teoría
del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los
conceptos relacionados, de las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible
y el grado con el que cada uno resulta cierto; así como la relación exacta entre el que
conoce y el objeto conocido.
INTRODUCCIÓN.
Como dice Dilthey: ¨Lo primero que debemos intentar es descubrir un objetivo
común contenido en todos aquellos sistemas a cuya vista se constituyen todos
aquellos sistemas de la filosofía".
Es verdad que Kant en su primera manifestación surge como una teoría del
conocimiento o como base críticadel estudio científico. Pero no se detiene en el ámbito
teórico sino que avanza a formular la base crítica de todos los campos conocibles. Al
lado de la Crítica de la razón pura, se encuentra la Crítica de la razón práctica, que
aborda el tema de la valorización moral, y la Crítica del juicio, cuyo objetivo son las
investigaciones críticas de los valores estéticos. Así pues, en Kant aparece la filosofía
como una reflexión universal del pensamiento sobre sí mismo, como una reflexión del
hombre estudioso sobre los valores de su conducta.
Éste breve repaso de toda la evolución histórica del pensamiento filosófico, nos
permite determinar otros dos elementos del concepto esencial de la filosofía. Al
primero se conoce con la expresión "concepción del yo"; al segundo se le llama
"concepción del universo". La filosofía es ambas cosas: una concepción del yo y una
concepción del universo.
• El objeto conocido.
Dicho de otra manera: el sujeto se pone en contacto con el objeto y obtiene una
información acerca del mismo. Cuando existe congruencia o adecuación entre el
objeto y la representación interna correspondiente, decimos que estamos en posesión
de una verdad.
1.- Racionalismo.
2.- El Empirismo.
Los racionalistas casi siempre surgen de la matemática; los defensores del empirismo,
según lo prueba su historia, frecuentemente vienen de las ciencias naturales. Esto se
entiende sin esfuerzo. La experiencia es el factor determinante en las ciencias
naturales.
3.- Apriorismo.
1.- El dogmatismo.
2.-El Escepticismo.
El dogmatismo frecuentemente se transforma en su opuesto, en
el escepticismo. Mientras que el dogmatismo considera que la
posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto es
comprensible en sí misma, el escepticismo niega tal posibilidad.
El sujeto no puede aprehender al objeto, afirma el escepticismo.
Por tanto, el conocimiento, considerado como la aprehensión
real de un objeto, es imposible. Según esto, no podemos
externar ningún juicio, y debemos abstenernos totalmente de
juzgar.
4.- El pragmatismo.
5.- El Criticismo.
Desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX la cuestión principal en
epistemología contrastó la razón contra el sentido de percepción como medio para
adquirir el conocimiento. Para los racionalistas, entre los más destacados el francés
René Descartes, el holandés Baruch Spinoza y el alemán, Gottfried Wilhelm Leibniz, la
principal fuente y prueba final del conocimiento era el razonamiento deductivo basado
en principios evidentes o axiomas. Para los empiristas, empezando por los filósofos
ingleses Francis Bacon y John Locke, la fuente principal y prueba última del
conocimiento era la percepción.
Bacon inauguró la nueva era de la ciencia moderna criticando la confianza
medieval en la tradición y la autoridad y aportando nuevas normas para articular el
método científico, entre las que se incluyen el primer grupo de reglas de lógica
inductiva formuladas. Locke criticó la creencia racionalista de que los principios del
conocimiento son evidentes por una vía intuitiva, y argumentó que todo conocimiento
deriva de la experiencia, ya sea de la procedente del mundo externo, que imprime
sensaciones en la mente, ya sea de la experiencia interna, cuando la mente refleja sus
propias actividades. Afirmó que el conocimiento humano de los objetos físicos
externos está siempre sujeto a los errores de los sentidos y concluyó que no se puede
tener un conocimiento certero del mundo físico que resulte absoluto.
El filósofo alemán Immanuel Kant intentó resolver la crisis provocada por Locke
y llevada a su punto más alto por las teorías de Hume; propuso una solución en la que
combinaba elementos del racionalismo con algunas tesis procedentes del empirismo.
Coincidió con los racionalistas en que se puede tener conocimiento exacto y certero,
pero siguió a los empiristas en mantener que dicho conocimiento es más informativo
sobre la estructura del pensamiento que sobre el mundo que se halla al margen del
mismo. Distinguió tres tipos de conocimiento: analítico a priori, que es exacto y certero
pero no informativo, porque sólo aclara lo que está contenido en las definiciones;
sintético a posteriori, que transmite información sobre el mundo aprendido a partir de
la experiencia, pero está sujeto a los errores de los sentidos, y sintético a priori, que se
descubre por la intuición y es a la vez exacto y certero, ya que expresa las condiciones
necesarias que la mente impone a todos los objetos de la experiencia. Las
matemáticas y la filosofía, de acuerdo con Kant, aportan este último tipo de
conocimiento. Desde los tiempos de Kant, una de las cuestiones sobre las que más se
ha debatido en filosofía ha sido si existe o no el conocimiento sintético a priori.
Durante el siglo XIX, el filósofo alemán George Wilhelm Friedrich Hegel retomó
la afirmación racionalista de que el conocimiento certero de la realidad puede
alcanzarse con carácter absoluto equiparando los procesos del pensamiento, de la
naturaleza y de la historia. Hegel provocó un interés por la historia y el enfoque
histórico del conocimiento que más tarde fue realzado por Herbert Spencer en Gran
Bretaña y la escuela alemana del historicismo. Spencer y el filósofo francés Auguste
Comte llamaron la atención sobre la importancia de la sociología como una rama del
conocimiento y ambos aplicaron los principios del empirismo al estudio de la sociedad.
El primer gran filósofo que abordó el estudio del conocimiento fué el francés
René Descartes, en el siglo XVII. Descartes intentó descubrir un fundamento del
conocimiento que fuera independiente de límites y supuestos. Para él, conocer es
partir de una proposición evidente, que se apoya en una intuición primaria. Descartes
formuló tal proposición en su célebre sentencia: "pienso, luego existo".
Kant negó que la realidad pudiera ser explicada mediante los solos conceptos y
se propuso conseguir el mismo objetivo, pero intentando determinar los límites y
capacidades de la razón. Si bien existen, efectivamente, juicios sintéticos apriori, que
son la condición necesaria de toda comprehensión de la naturaleza (trascendentales),
el ámbito del conocimiento de limita, sin embargo en el pensamiento de Kant, al reino
de la experiencia.
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
CONCLUSIÓN:
1. Introducción:
Podemos decir con Hessen (1) que la filosofía es un intento del espíritu
humano para llegar a una concepción del universo mediante la autorreflexión sobre
sus funciones valorativas teóricas y practicas. La Epistemología es una parte de la
Filosofía, a saber, la teoría del conocimiento científico, diferenciable de la filosofía
como teoría de los valores y la filosofía como teoría del universo.
Tesis 2: Toda sustancia compuesta del mundo se compone de partes simples y nada
hay que no sea simple o lo compuesto de lo simple
Tesis 4: El mundo requiere algo que, como parte suya o como su causa, es un ser
absolutamente necesario
Kant estima que al establecer cualquier división principal entre los intereses humanos
o los ideas deductivas, e incluso entre los elementos racionales y animales (o
mecánicos) de la conducta humana, el principio de la división debe ser establecido de
la manera más tajante y más extrema posible, como si pudiera haber (aunque en
realidad no haya) conducta totalmente racional o conocimiento totalmente desprovisto
de contenido sensible. Una vez que el principio de división ha sido establecido de una
manera inequívoca, ya pueden considerarse todos los factores que parezcan
modificarlo en casos particulares ( 4 )
4) "De ahí que, como en la guerra cada parte trate de dominar a la otra,
sobrevenga una acción recíproca que debe aumentar en extremo". Y, por este
motivo,
8)Las guerras deben diferir en carácter, según los motivos y las circunstancias
a los que obedecen".
El principal biógrafo en inglés (que tradujo a este idioma por primera vez Vom
Kriege) el Coronel J.J. Graham, afirma que Karl von Clausewitz asistió a las
conferencias sobre Kant dadas por el Profesor Kiese wetter, mientras se
hallaba en la Escuela de Guerra de Berlín. La idea de Guerra Absoluta aparece
de hecho explicada (aunque no nombrada así) en un ensayo que escribe en
1804, Estrategia. Sus biógrafos señalan sus particulares gustos juveniles por la
lectura, que lo proveyeron de un nivel cultural poco común para su edad, lo que
habría constituído una ayuda para su paso de Gefreikorporal de la Infantería
Prusiana a oficial cadete de la nueva Escuela de Guerra de Berlín.
5.- Conclusión
– BREVE RESUMEN:
Para ello el trabajo que tiene usted en sus manos le ofrece en el primer capítulo
1 los fundamentos epistemológicos: ontológicos, gnoseológicos y axiológicos utilizados
en la construcción de las ciencias naturales y sociales durante la modernidad y la post-
modernidad. Este conocimiento le ayuda a reconocer las fronteras originarias, medias
y actuales por las que ha pasado y pasa la ciencia de modo que podrá ubicar y
clasificar cualquier trabajo escrito que capture por las redes virtuales o en las
bibliotecas. En el capítulo 2, se presentan todas las recomendaciones debidamente
sustentadas para analizar el discurso científico, de manera que el investigador pueda
reconstruirlo para ubicarlo en el desarrollo de la ciencia, al tiempo que generará
criterios para superarlo y así elaborar su propia tesis. Y si todavía cree que necesita
ganar mas habilidades y destrezas para manejar información y estar preparado para
elaborar una investigación científica., el libro le ofrece en el capítulo 3, aquí se
delimitan los niveles de profundidad de las tesis de grado según sea de pre-grado,
maestría o doctorado y cómo debe abordarse con criterios epistemológicos la
investigación, según sea el método o modelo de la misma. El propósito del libro es
proporcionarle conocimiento y herramientas para que usted no naufrague en la era de
la información, y se convierta en un excelente, competitivo y exitoso investigador
– Introducción
Este trabajo lo entregamos con mucho gusto a todos los internautas que estén
no solo interesados en la epistemología sino que compartan la responsabilidad para
con la sociedad de investigar para producir un conocimiento que nos libere de tanto
problemas y necesidades que tenemos en pleno siglo XXI
– Como se ha desarrollado la ciencia
Los diferentes autores abarcan el estudio de la ciencia desde una visión lógica
y evolucionista hasta una visión social e histórica de la misma. Existe la llamada
epistemología moderna y postmoderna, y dentro de ésta también encontramos varios
enfoques, siendo unos de las últimas la llamada epistemología feminista. La
epistemología aborda la ciencia desde varias perspectivas. Unas similares, otras
encontradas. Otras complementarias o integrales.
-Explicar
- comprender
-Predecir
- multidisciplinariedad,
- pluridisciplinariedad,
- interdisciplinariedad,
- transdisciplinariedad
-Ciencia y filosofía,
-Ciencia y religión,
-Ciencia y arte,
7.- Delimitación con respecto a las propias ciencias particulares afines y diferentes.
Estas áreas aun cuando se pueden estudiar por separado constituyen una unidad del
saber epistemológico.
Este triple enfoque tiene que darse no solo con respecto a cada ciencia o con respecto
a la ciencia en general, sino que se deben establecer sus vinculaciones con el
contexto económico, social, cultural y político donde se constituye dicha ciencia. De
acuerdo con esta perspectiva la epistemología da cuenta del reconocimiento de los
límites o linderos de la ciencia actual a nivel mundial. En este sentido el desarrollo de
la ciencia en general se ha dado en términos de continuidad y discontinuidad histórica,
teórica, epistemológica, metodológica y técnica.
El estudio de estructura de la Teoría científica. Tiene que ver con la lógica del producto
de la ciencia como lo es la teoría. La misma se concreta en el discurso científico que
aparece como tesis de grado, libros, artículos, etc.
Hay que dejar claro que una cuestión es la lógica de la investigación y la otra, la
estructura de la teoría. La primera tiene que ver con la forma cómo se va construyendo
el conocimiento científico, si va desde una perspectiva lineal, por pasos y etapas
necesarias o como proceso de construcción, donde se combina la racionalidad, la
creatividad, y el espíritu científico. La segunda se refiere a la exposición sistemática y
coherente del conocimiento científico. Es decir, la ciencia como producto.
Como producto, la ciencia se define, siguiendo a Mario Bunge (1979, 1983) como un
conocimiento racional, sistemático, verificable y falible. Representa la acumulación o
capital científico de una sociedad.
Para cada problema se van conformando las ciencias particulares como medicina, la
biología, la química, la física y hasta la psicología o la psiquiatría. A nivel de las
ciencias sociales, por ejemplo, la pobreza o la falta de legitimidad de un gobierno, se
partiría de los mismos principios. Supone el investigador, que existen factores dentro
de la misma realidad social o política o económica o de cualquier dimensión de lo real
que explique cada uno de esos problemas.
Como praxis social, la ciencia es realizada por actores determinados, por científicos
que de manera personal e institucional organizan su acción para producir este tipo de
conocimiento. Así mismo se refiere a las formas de intervención en los procesos de
cambio social, como la planificación social, los programas sociales, el trabajo
comunitario y opinión pública
1) Descubrimiento el problema,
4) Tentativa de solución.
Bunge por su parte concluye diciendo que "donde no hay método científico no hay
ciencia". (Bunge.1983: 29). Esta posición es parcial e inclusive extraña en un
pensador que se ha dedicado a explicar la filosofía de la ciencia, considero que
obviando este error, ya que la ciencia no solo es método sino fundamentos, principios,
Bunge proporciona aportes considerables a esta temática). Al declarar que la única vía
es el método también sería sumamente radical, siendo característico del absolutismo
científico que defendió la modernidad. Además esa visión ha llevado a una retórica y a
un círculo vicioso que justifica la ciencia por el método científico y el método científico
por la ciencia. Hay un reduccionismo de los fundamentos gnoseológicos a la lógica de
la investigación. El círculo vicioso dio pie inclusive a cancelar la discusión
epistemológica en los establecimientos educativos que promueven la ciencia,
reduciéndolo todo a la metodología de la investigación como veremos más adelante.
En la misma dirección, y bajo una aparente oposición ideológica, cuando éste tema
estaba en su punto más álgido, en la década de los sesenta, en el siglo pasado,
cuando se daba un enfrentamiento entre el mundo capitalista y el socialista, los
profesores Kedrov y Spirkin (1968) señalaban que la ciencia es una forma superior de
los conocimientos, que trata de las leyes del mundo externo, los cuales se obtienen
mediante métodos cognoscitivos que se reflejan en conceptos exactos.
Después de estas propuestas del método, brotaron como abrojo miles de libros sobre
cómo investigar, cómo hacer ciencia. Se constituyó una especie de libro o Biblia donde
todo científico debería acudir para aprender el método y ser entonces excelente o
genio. Esta especie de Biblia, exigía pureza ya que revelaba la forma correcta, exacta
y válida de generar conocimiento. Esta Biblia conminó al científico a vestirse de
blanco. De objetividad, de neutralidad. Igual como las religionesoficiales que piden
ceñirse a los preceptos de sus viejos o nuevos testamentos, donde el Dios revelaba el
secreto de la existencia, en la ciencia oficial se pide seguir el método científico como
revelador de la única verdad. Sin pretender desconocer los aportes de la Biblia, véase
cómo la ciencia comete un error en su reduccionismo metodológico. Por ello,
nuevamente la importancia de la Epistemología, en tanto que, siguiendo a Bachelard,
nos permite estar vigilantes ante los obstáculos internos que se presentan en la
construcción del conocimiento..
Resulta sumamente preocupante que en las famosas revistas científicas, todos los
artículos incluidos pasan por el mismo esquema de: introducción, materiales y
métodos y resultados. Véase por ejemplo el Acta Científica Venezolana, editado por
La Asovac, en la última década. Es preocupante porque se observa claramente la
reducción de la investigación a la metodología y ésta a las técnicas de investigación.
Dejan de lado la discusión de los fundamentos epistemológicos. Es como construir un
edificio sin planos, sin diseño arquitectónico.
Beltrand Russell señala que " casi todo lo que distingue al mundo moderno de los
siglos anteriores es atribuible a la ciencia, que logró sus triunfos más espectaculares
en el siglo XVII" (Russell, 1978, tomo II, p 146) Intelectuales como Descartes
sistematizan la ciencia moderna, desde su origen y esencia desde la razón pura como
razonamiento y demostración teórica, donde la objetividad era la carta que garantizaba
la aplicación del método científico. Descartes establecía que dedicaría toda la vida a
"cultivar la razón siguiendo el método que se había propuesto". Todo esto para lograr
la autonomía de La ciencia. El programa de Descartes concretado en la expresión
"Pienso y luego existo"( Descartes. 1975: 69) , constituye la tesis central del
racionalismo moderno, unido a las reglas del método y la duda que se tiene
previamente acerca saber acumulado. El racionalismo se fundamentó en las
matemáticas. Delimitando como objetos o problemas de la ciencia las dimensiones
cuantificables de la realidad. Todo había que medirlo, pesarlo. Esto lo asumió
originalmente la física, luego las demás ciencias. Este planteamiento que podemos
sintetizar como racionalista, se opuso aparentemente al planteamiento empiristas, al
darle preeminencia a la observación y la experimentación. En ese sentido Francis
Bacon, en Inglaterra, fundamentó la ciencia a partir del empirismo. Este postulaba que
el origen del conocimiento estaba en la experiencia del investigador y la esencia última
del conocimiento estaba en el objeto de estudio, por ello el método científico debe ser
el inductivo./(Navarro y Calvo. 1980: 173). Sin embargo Galileo complemento ambos
criterios. Introdujo, ciertamente, el criterio de la razón experimental en la ciencia
moderna, pero lo complementó con el fundamento matemático de la medición de la
realidad.
KANT Y HEGEL
COMITE Y LA MODERNIDAD:
Darwin a mediados del siglo XIX y todo el movimiento que se originó con él
denominado darwinismo, consolida la modernidad al descartar el origen divino del
hombre al insertarlo en su teoría evolucionista. Darwin descubrió que el mecanismo de
la seleccionan natural de los individuos mas aptos, es el mecanismo que permite la
evolución. (Darwin 1979, 1985).
Al asumir la ciencia como pasos seguros que hay que aprenderse trae como
consecuencia que muchos jóvenes científicos o aspirantes a obtener títulos de
pregrado y postgrado se "parten la cabeza" tratando de realizar ciencia con ese
esquema, sin obtener algún resultado positivo. Al darse cuenta de esto, la frustración,
la salud y estado físico y emocional se disparan de manera negativa para luego
terminar abandonando el trabajo de investigación. O simplemente se les terminó la
prórroga que establecen las universidades para terminar y discutir la tesis. Por eso
aparece el síndrome "todo menos tesis": TMT. Por ello en definitiva, no hay pasos, ni
fases sino procesos de construcción de conocimiento unido a otros procesos no
necesariamente lógicos o racionales como anota Feyerabend (1984) cuando explica el
carácter no lógico de la ciencia.
La ciencia como proceso
Descartes aplicó esta teoría incluso al cuerpo humano. (Asimov, 1973, p 96) Esta
filosofía mecanicista presenta al definir la naturaleza tan solo como materia en
movimiento, presenta mecanismos de funcionamiento automáticos, (Runes, 1994, p
244) de allí que "todos los fenómenos se pueden explicar con principios mecánicos, a
partir del principio de causalidad. Es decir que existe un comportamiento de un
fenómeno determinado que genera el comportamiento de otro fenómeno, el primero
antecede a éste en el tiempo y en el espacio, es decir, uno constituye la causa y el
otro, la consecuencia o el efecto. Este principio causal era definido por Newton en sus
principios.
Según Rosenblueth, (1982) Newton señalaba que "no debemos aceptar mas causas
para los eventos naturales, que aquellas que son verdaderas como suficientes para
explicar su aparición, por lo tanto debemos asignar las mismas causas a los mismos
efectos"(43). Por su parte Kant sostenía que la causalidad era una ley natural.
El científico debe analizar los hechos y luego inferirlos, o insertarlos en una explicación
universal, según los positivistas. Estamos de acuerdo con la búsqueda de significados
que trasciendan lo meramente fenoménico, pero esto debe considerarse en su
contexto histórico. Desde que se asume la universalidad per se, entonces, todo es
homogéneo. Los epistemólogos y científicos de la modernidad concluían que la
realidad en verdad es simple, predecible de manera absoluta, siguiendo la flecha del
tiempo, del tiempo lineal. Pasado, presente, futuro. Donde existe un tiempo y un
espacio absoluto. Las coordenadas cartesianas se convirtieron en el marco de análisis
de los fenómenos. Esta concepción de la realidad es lo que hizo que Newton, con su
física mecánica durara más de doscientos años, y un Comte con el positivismo pasara
como el paradigma predominante a nivel oficial e institucional también. Si se hubiera
quedado dicha concepción solo en los círculos intelectuales, no hubiera generado un
impacto profundo en el devenir de la humanidad, pero se expandió como cultura y
como lecciones permanentes en las escuelas de todos los niveles, y en todo el mundo
occidental, hasta el sentido común cree vivir ilustrado con esos principios. Por ejemplo,
todavía el sol sale para muchos por el este y se esconde por el oeste, usando como
postulado el hecho de considerar la tierra como centro del universo, proclamado cerca
de dos mil años por Tolomeo. Se usa este postulado cuando hace mas de
cuatrocientos cincuenta años que se cuestionó al darle una nueva explicación al
movimiento planetario, primero explicado matemáticamente por Copérnico y luego por
Galileo cuando verificó, con el telescopio, que el centro del universo era el sol.
La axiología de la ciencia tiene que ver con los valores que los científicos o la
comunidad científica asumen y practican. Existe una axiología interna y una externa.
La primera tiene que ver con una posición de auto responsabilidad de estos actores al
interior de la construcción del conocimiento o de la investigación. La segunda tiene
que ver con la posición que van a asumir frente a la problemática de la sociedad
donde viven.
En el primer caso, la ética científica significa que se tiene que buscar la verdad de los
problemas que se estudian, no se puede tergiversar fuentes, ni datos, ni estadísticas
solo porque les conviene por razones personales o políticas.
La ética del científico debería estar orientada al compromiso social de modo que se
puedan utilizar los resultados de la ciencia a favor de las grandes mayorías.
Aunque previamente la ciencia oficial había sido cuestionada desde el punto de vista
ideológico por el marxismo, pero sin ningún efecto concreto al interior de las practicas
investigativas y docentes oficiales, encontramos que desde su interior si lo hubo
cambios cuando aparecieron nuevas formas de entender su desarrollo. En efecto la
concepción determinista de la ciencia fue cuestionada. (Geymonat. 1977: 54 y ss), ya
a finales del siglo XIX, a partir de ese momento comenzó un movimiento orientado al
conocimiento aproximado, plausible o verosímil, frente a la certeza absoluta de la
ciencia. En el campo de la física y la matemática se llegó a demostrar que el
conocimiento científico necesitaba de nuevos postulados, siendo ahora la verdad
considerada como probable y no absoluta. Consolidándose este gran movimiento en la
constitución de la Teoría de la Relatividad de Einstein, a principios del siglo XX, en la
teoría cuántica de Bohm y en la teoría o principio de la incertidumbre de Heisenberg
en el siglo XX. Einstein terminó con el paradigma mecanicista de Newton al demostrar
que el tiempo y el espacio no son lineales ni absolutos. El movimiento de un objeto no
es absoluto, sino que tiene que explicarse según el contexto de referencia y la posición
que ejerza el observador. Son en realidad dimensiones. Se explicó también que la luz
tiene una naturaleza dual en un caso se comporta como partícula y en otro como
onda. A nivel de la mecánica cuántica se demostró que no hay certezas sino
probabilidades.(Buss.1998: 77-80). Desde el punto de vista ontológico se criticó e
incluso se supero la concepción causalista fenoménica de la realidad. . Se retomó el
planteamiento inicial de Hume, cuando señaló que era imposible la existencia óntica
de la causalidad. (Hume. 1984: 171 y ss) Luego la crítica del filósofo ingles Bertrand
Russell en principio del siglo XX. "La palabra causa está tan inextricablemente
enlazada con asociaciones engañosas que resulta deseable eliminarla del vocabulario
filosófico" (Russell.1975: 499) Se demostró que la causalidad no es un principio que
pueda utilizar la ciencia, pues la realidad no tiene un comportamiento lineal sino
múltiple como lo señala Nicol. ( 1965: 175).
Casi simultáneamente, en la década de los años treinta del siglo XX, aparece
Karl Popper, (epistemólogo nacido en Viena), cuestionando la lógica inductiva y
probabilística y el criterio de verificación como criterio de verdad, y como fundamento
de las ciencias empíricas. La lógica inductiva no tenía criterios para justificar y
fundamentar, el pase de lo particular a lo universal, igual pasaba con la probabilidad,
ambas se justifican a partir de una especie de regresión infinita de pruebas tras
pruebas, de muestras, tras muestras. La verificación terminaba siendo una auto-
trampa por parte del investigador, al seleccionar solo las pruebas y evidencias que
favorecieran una hipótesis previa. Frente a esto, Popper propone una nueva
fundamentación epistemológica a la ciencia, la lógica debe darse a partir del método
hipotético deductivo como una metodología que parte de la formulación de la teoría
para que sea contrastada vía refutación tanto en el plano lógico teórico como en el
plano real empírico. Si una teoría resiste las críticas entonces queda corroborada
momentáneamente (Popper. 1979, 1980). Este planteamiento fue ampliado por
Lakatos al introducir la noción de programas de investigación. "El programa consiste
en reglas metodológicas: algunas nos dicen las rutas de investigación que deben ser
evitadas (heurística negativa) y otras, los caminos que deben seguirse (heurística
positiva)".(Lakatos, 1998, 65).Este autor introduce el concepto de falsacionismo
sofisticado, frente al falsacionismo ingenuo de Popper. Lakatos "sostiene que sustituye
del concepto de teoría, como concepto básico de la lógica de la investigación, por el
concepto de serie de teorías"(p 65)
Cuadro 01:
La esencia y el
origen del
conocimiento es la Inductivo
Realidad conjunto Datos
de Variables Experiencia y el Encuestas
EMPIRISMO objeto de estudio EMPIRISMO
Fenómenos Indicadores Entrevistas
Experimentación,
causalidad Índices Muestras
Comparación.
Verificación
INSTITUCIONES La esencia y el
Realidad conjunto origen del
de SOLIDARIDAD conocimiento es la Inductivo
integración Demostración
La esencia y el
Sistemas
Entrada, proceso formales, origen del Deducción
La esencia y el
Construir Seleccionar o
CRITICO construir
Principios según Construir nuevos Relación dialéctica
CRITICO
INTEGRAL la naturaleza del conceptos Sujeto – objeto El mejor
problema método
Las crisis periódicas del capitalismo en el siglo XIX y las del XX, fueron
demostrando poco a poco que el progreso ininterrumpido, ofrecido entre otros por la
ciencia, era en un solo sentido: la civilización tecno-científica y a favor de
determinados sectores o clases sociales. Se planteó el modelo socialista para
demostrar, final y lamentablemente, que tampoco el progreso era para todos. La última
guerra mundial fue el final de la pretendida racionalidad del sistema, que viene
justificándose desde los iluministas del siglo XVIII. La guerra y las bombas nucleares
revelan que lo racional es un proyecto político de la clase gobernante, pero en cuanto
a las otras clases se han salido de esa racionalidad expresada en normas jurídicas,
entonces aparece la irracionalidad del que manda, para imponerse. En ese sentido el
viejo análisis de Max Weber (1975) sigue vigente, al establecer la distinción entre
dominación y poder. Es decir que el orden social se impone a través del poder, de la
imposición de un sector hacia otro sector, hasta que finalmente obedezca, si es
posible con la fuerza. Pero tener el orden mundial fue tentador para las elites
gobernantes, hasta el punto que llegaron a enfrentarse para tenerlo en absoluto. La
primera y segunda guerra mundial, son demostraciones de ese enfrentamiento, el cual
terminó con la muerte de millones de habitantes y con la hegemonía de EEUU y sus
aliados. Es decir, de un solo poder en el planeta tierra. Einstein, el científico más
notable del siglo veinte, junto con otros eminentes científicos no pudieron detener que
se usara la bomba tal como se efectuó. Ni con su prestigio, ni su moral, ni sus
conocimientos. No podía haber más que un orden, mas que un control. Tanto los
alemanes como los rusos pretendían un solo imperio. Por si sola la ciencia tiene pocos
efecto sociales. Todo depende de la visión que las elites políticas tengan. Lo cierto es
que la promesa de desarrollar una ciencia a favor del hombre, solo se ha cumplido en
parte, solo ha generado para un minoría de la población el bienestar y el progreso,
quedan muchos excluidos. Se impone en esta coyuntura una reflexión y una re-
estructuración del papel de la ciencia de modo que favorezca al hombre como ser
integral.
La investigación cualitativa
La conciencia
La vida cotidiana,
El mundo de vida,
La cultura
Los valores,
La entrevista no estructurada
Las biografías,
Los relatos,
Autores como Schwartz, H y Jacobs, 1984; Ritzer, 1993; Martínez, 1996; Aguirre,
1997; Velasco y Díaz, 1997, Rusque 1999, Hurtado 2000, Fernández 2000 vienen
tratando y exponiendo los alcances de estas metodologías cualitativas.
Las teorías y metodologías cualitativas en realidad no son nuevas tal como lo expone
Schwartz y Jacobs (1994), pero ocupaban un papel secundario o marginal en la
investigación social oficial En la actualidad buscan su implantación o reconocimiento
institucional como paradigmas cualitativos. Ya están adscritas a departamentos
universitarios, poseen revistas internacionales, realizan congresos y seminarios.
Estas son tendencias que subyacen en las relaciones sociales estudiadas, las
mismas se han confirmado y se han mantenido a lo largo de la investigación. Es decir
el autor también acepta el postulado de la regularidad de los acontecimientos para
poder inferir el comportamiento constante o universal de los fenómenos de la realidad.
Una marca guía es el equivalente de las famosas leyes universales de la
epistemología de la modernidad. Pero establece si una gran diferencia. Las marcas
guías presentan una universalidad contextualizada, propia de las circunstancias
estudiadas, pero que poco a poco a medida que se van realizando nuevas
investigaciones se van presentando en realidades comunes para Venezuela y América
Latina El autor señala que "destacamos a continuación, entre dichos significados ( de
las marcas guía) los que nos parecen más generales, más abarcantes y más
fecundamente heurístico, esto es, más capaces de producir comprensión y de abrir
nuevas puertas al conocimiento" (Moreno, Luna y Equipo de Investigaciones del
Centro de Investigaciones Populares, 2002, p 339). No habla de experimentación,
como vía para la confirmación y búsqueda de pruebas y evidencias de las hipó tesis
como lo hacen los investigadores positivistas y empiristas. Pero habla de convivencia.
"Todo es convivencia ". Aquí es el sujeto de la historia quien formula la situación de la
investigación en términos de convivencia y no de observación o manipulación. Se
produce una transmutación al cambiarse las relaciones formales propias de los
investigadores a una convivencia relacional afectiva-convivial. "Aquí surge de una vez
la historia de vida y la investigación como historia e investigación convividas por
exigencia de la misma situación" (p 339). Es desde la convivencia intersubjetiva de
donde se infiere las relaciones estructurales que explican los problemas de la realidad.
Credibilidad,
Transferibilidad,
Formalidad
Y confirmabilidad.
Verosimilitud,
Emocionalidad,
Responsabilidad personal,
Práctica política,
Sandín, (2003, p 194) analizando a Lincoln sintetiza los llamados criterios emergentes
de calidad de la investigación tales como:
Tanto Eulalia Pérez como Hellen Longino en González y Otros (Edit) (1997) introducen
los criterios de verdad de la investigación postmoderna, a partir de una perspectiva
feminista. En primer lugar cuestionan los criterios de la ciencia de la modernidad al
señalar que fueron elaborados por los hombres, pero que, los mismos no son ni los
únicos criterios, ni los mejores para fundamentar la ciencia. No son tales criterios
duros de la ciencia. " La tradición empirista utiliza un sentido de experiencia sensorial
empobrecido, que deja de lado el hecho de que la ciencia implica toda una comunidad
de investigadores complejamente interrelacionados" (P 20) En esta discusión intentan
superar la epistemología de la modernidad sintetizada por Kuhn en términos de los
criterios de precisión o adecuación empírica, coherencia interna y externa , amplitud,
simplicidad y fecundidad proponiendo los criterios de adecuación empírica, la
novedad, la heterogeneidad ontológica, la interacción mutua, la aplicabilidad a las
necesidades humanas y la difusión ( o expansión) del poder (p 20)
RACIONALIDAD Y ESPIRITUALIDAD
Hay autores que presentan una integración entre los valores que conducen a una
mejor calidad de vida, estableciendo todo un proceso de convivencia humana.. Entre
otros, tenemos a Gandhi, desde la India, quien fue un ejemplo de lograr la
independencia de su nación bajo el signo de la no violencia, y en la actualidad Sai
Baba ( 1995), maestro y guía y para muchos el nuevo avatar, y quien ha venido
trabajando en la propuesta de una educación basada en los valores de la verdad, la
paz, el amor, la rectitud y la no violencia. Igualmente hay que reconocer el esfuerzo
realizado por el Papa Juan Pablo II, al generar encuentros para la paz, en todo el
mundo.
El PLANO DE LA SUSTENTACION:
El primer plano del discurso científico se encuentran tanto la tesis central como
las proposiciones o argumentos que la sustentan.
Por ejemplo.
Por ejemplo.
El PLANO DE LA FUNDAMENTACION:
Gráfico 1
TESIS CENTRAL
PLANO DE LA SUSTENTACION
ARGUMENTOS
PLANO DE LA FUNDAMENTACION
ARGUMENTOS
- Coherencia,
- Completitud:
- Alcance explicativo
_ Pertinencia
En segundo lugar, busca superar dicha teoría o las teorías previas o analizadas
mediante a la producción y/o creación de una nueva con sustentos y fundamentos más
sólidos. Para que el lector visualice estos momentos, véase por ejemplo los trabajos
clásicos de Merton, en sociología, Marx en economía y política y Keynes en economía,
y de Kliksberg en Administración.
Tanto los momentos críticos o reconstructivos como los creativos o generativos del
conocimiento, el investigador trata de determinar en cada caso las propiedades de la
teoría: la coherencia, la completitud, la consistencia, el alcance explicativo y la
pertinencia social histórica de la misma.
LA COHERENCIA:
LA COMPLETITUD:
LA CONSISTENCIA PARADIGMATICA:
LA CONSISTENCIA EPISTEMOLÓGICA:
ALCANCE EXPLICATIVO
LA PERTINENCIA
PROCEDIMIENTOS DE ANÁLISIS:
Por ejemplo:
"El estudio efectuado a partir de una muestra y una encuesta, confirma que las
huelgas obreras son una consecuencia de los bajos salarios ".
Esta proposición representa una teoría y por lo corta que es, solo tiene tesis
central, que explica un problema como lo es la huelga a partir de los salarios. Esa tesis
solo tiene explícitamente el plano de la sustentación. Observemos el carácter
fenoménico del estudio, tanto la huelga como los salarios son fenómenos, es decir
todas aquellas características de la realidad susceptibles de observar, de modo que el
carácter fenoménico de la realidad es un principio de carácter ontológico Luego se
constata cómo el autor de la tesis vincula el fenómeno huelga, con otro fenómeno,
bajos salarios, a través de la expresión: " son consecuencia". Aquí detectamos el
principio ontológico causal. Tenemos entonces que hay dos principios utilizados que
aparecen implícitos como el principio fenoménico y el causal. . Si observamos las
palabras muestra y encuesta nos damos cuenta que son instrumentos de
investigación, luego entonces inferimos que el fundamento gnoseológico fue el
principio según el cual la verdad es un reflejo del objeto de estudio y que la esencia del
conocimiento científico es el propio objeto de estudio y no sujeto, y la vía utilizada es la
muestra y la encuesta, de modo que el fundamento utilizado es el empírico en este
caso. Todos estos principios van configurando un paradigma explicativo utilizado tanto
en las ciencias naturales como sociales. El propósito no es solo encontrar el
paradigma, sino el de determinar la fortaleza y la debilidad del mismo para explicar el
problema en estudio. Sin embargo, la expresión es incompleta, y se refiere a una tesis
central que no posee ni elementos de sustentación ni de fundamentación explícitos.
Esto va revelando una teoría débil al interior de la ciencia. Por lo tanto a pesar de la
coherencia, el discurso es incompleto e inconsistente o muy débil.
Por ejemplo, un discurso presenta una explicación sistémica sobre el problema del
rendimiento estudiantil. Si es consistente y completo deberá contemplar en alguna
parte del discurso porqué utilizó el principio de sistema para darle fundamento
epistemológico, luego deberá seguir la metodología sistémica. Deberá entonces
identificar el microsistema (la sociedad) que impacta e incide en el problema del
rendimiento. Después deberá analizar a su interior el sistema problema, en este caso
el sistema educativo, y dentro de él, los subsistemas de docencia, investigación,
extensión, departamentos, jerarquía, etc., y finalmente deberá explicar el impacto de
ese sistema en el macro sistema.
10- Vacíos con respecto a los componentes de la realidad misma. Por ejemplo,
un discurso científico que estudie la globalización, si no incluye los factores que
aparecieron después del 11 de septiembre del 2001, presentará grandes vacíos de
comprensión de fenómeno que está analizando
En todos los casos es necesario redefinir la arquitectura, los planos, las fronteras del
conocimiento acumulado, si uno logra llenar los vacíos o lograr rearticular la red
conceptual del autor analizado, o lograr armar una nueva red conceptual. Es posible,
inclusive crear o inventar una nueva frontera de la ciencia. En realidad existe siempre
una dialéctica, una tensión dinámica entre el investigador, la teoría existente, la
dinámica de la realidad estudiada y la nueva teoría propuesta por el investigador.
A nivel doctoral se aspira a la producción de una nueva teoría, se busca entonces una
ruptura epistemológica al estilo que lo propone un Gastón Bachelard. Es decir, generar
un nuevo paradigma al interior de la ciencia. Pero no solo se puede alcanzar esta
frontera límite, sino que existirían opciones intermedias también, ampliando o abriendo
nuevas fronteras. Así tenemos las tesis por continuidad. Esta tesis puede establecer
una explicación más clara respecto a la tesis fundamentadora o previa. Por ejemplo,
se explicita o se aclaran conceptos y proposiciones de una paradigma reconocido, o
puede se una aplicación a nuevas situaciones problemáticas.
Lo que caracteriza y define una tesis doctoral no es que estudie un tema o problema
original, ya que puede hacerlo desde un paradigma reconocido y en verdad no
agregue nada, ni tampoco impide que se estudie un tema o problema ya estudiado, ya
que puede hacerlo igualmente desde un paradigma reconocido.
JUSTIFICACIÓN
Los argumentos negativos son proposiciones que critican o niegan otras tesis de otros
autores que igualmente pretenden explicar el problema en estudio, pero que carecen
de fundamentos o de fortalezas teóricas, metodológicas o técnicas.
Encadenamiento causal
Sincronía.
Diacronía.
El conocimiento depende.
Constructivismo
Verificación
Experimentación
Inferencia inductiva.
Validez de expertos
Racionalista Estadística:
Descriptiva
Probabilística.
- universo, población
muestra
-Validez
- Confiabilidad
Racionalista lógico
- Demostración matemática
- Demostración lógica
-Contrastación y refutación
Racionalistas Cualitativos: -Argumentación cualitativa
- Triangulación
-Credibilidad
-Formalidad
- confirmabilidad
-Otros
-Inducción. Empiristas
-Deducción. Racionalistas
Hermenéutico
-Construcción de Modelos.
- Lógicos,
-matemáticos,
-computarizados, simulados
6- Lógica del método
-Combinado, uso de varios modelos de
investigación de manera indistinta
Objetividad vs subjetividad
- Disciplinariedad
- Interdisciplinariedad
- Multidisciplinariedad
- Transdisciplinariedad
Objetividad Vs subjetividad
Homogeneidad Vs Diversidad
Simplicidad Vs Complejidad
Determinismo Vs Indeterminismo
Estructura Vs Conciencia
8- LLEGE A UNA CONCLUSION Y A UNA PROPUESTA EXPLICATIVA DE TODO
EL ANALISIS EFECTUADO
Recuerde que durante el análisis de todos los puntos anteriores deberá estar
determinando la coherencia, la completitud, la pertinencia del discurso.
1- Continuidad
2- Complementariedad
4 - Ruptura.
Para hacer una tesis de grado, en el estadio actual del conocimiento, no basta
aplicar las reglas de la metodología de la investigación. Es necesario aprender
primero, para aplicar después los principios constitutivos de la ciencia, por ello es tan
necesaria la formación epistemológica del investigador o del estudiante, ya que la
misma le permite en primer lugar conocer el estadio evolutivo que ha tenido la ciencia
hasta nuestros días, tal como quedó explicado en el capitulo uno. En segundo lugar le
permite tomar decisiones en torno a cuál de los criterios epistemológicos existentes,
deberá seleccionar para poder aplicarlo al estudio de un problema o problemática de la
realidad. Esto en aquellos casos donde se puedan aplicar, de lo contrario se tendrá
que construir nuevos principios o criterios epistemológicos. Esto se refiere a la
construcción de una estrategia epistemológica para abordar el problema. Desde el
mismo momento en que comienza una investigación, de manea consciente o
inconscientemente el investigador aplica una determinada epistemología. Porque
jamás se comienza desde cero, tal como lo señala Crombie en su libro Historia de la
Ciencia (1979) citado en el epígrafe de este capítulo. Tampoco es de ingenuos
plantearse un problema de investigación. En el planteamiento de las preguntas al inicio
de la investigación ya está operando una determinada visión de la ciencia, por ello
entendemos la metodología de la investigación como la epistemología aplicada, como
la epistemología en acto.
Cap. 1: El problema,
La tesis doctoral es la tesis que realmente cubre todos los requisitos del
conocimiento científico, por ser precisamente el grado más alto del conocimiento
institucional, en la medida que contiene una explicación, o una interpretación o una
predicción, o una combinación de estos objetivos, debidamente sustentada y
fundamentada, esto supone todo un trabajo de investigación que pase por los
procesos de reconstrucción crítica y construcción del conocimiento. Procesos que
pueden ser en línea de continuidad, paralelos, simultáneos y críticos. Críticos en
cuanto que se debe demostrar que el conocimiento acumulado es insuficiente o
inconsistente o incompleto, o incoherente y poco pertinente. En otras palabras, el
aspirante a doctor debe situarse en los límites explicativos, interpretativos o predictivos
de las teorías, paradigmas, metodologías y campos disciplinarios existentes en torno
al problema o problemática estudiada para que pueda superarlos generándose saltos
cualitativos en el conocimiento científico. Creando así nuevo conocimiento
debidamente sustentado y fundamentado. Esos límites, esas fronteras deben abarcar
los niveles de abstracción de la ciencia que conlleve a unos de sus principios de
universalización, o confirmación de la teoría propuesta, y no quedarse en el mero
estudio de un caso. Contiene una fortaleza tanto en el plano del contenido como en el
plano epistemológico. Ambos se entrecruzan para generar una nueva teoría de la
realidad. Se busca reestructurar toda una ciencia o la ciencia en general a partir de
una problemática determinada.
Una tesis doctoral en los actuales momentos necesita ser abordada en equipo
de trabajo y no de manera individual. El equipo permite manejar con mas precisión y
recursos las problemáticas estudiadas, el tiempo, las finanzas, mientras que el trabajo
individual es mas lento y mas costoso a la hora de elaborar una tesis. El trabajo en
equipo permite el estudio inter, multi y transdisciplinario, mientras que el trabajo
individual solo tendría la posibilidad de mantenerse en los límites disciplinarios. Esto
sin subestimar en ningún momento las capacidades individuales.
Mientras que una tesis de maestría presenta una fortaleza a nivel de contenido
con una clara sustentación teórica y una fundamentación epistemológica clara y
precisa del paradigma que está utilizando en la explicación, interpretación o en la
predicción. Es decir, a nivel de la maestría o bien se ensaya una explicación,
interpretación o predicción de un problema o de una realidad, a partir de un paradigma
previamente seleccionado o bien se aplica éste o una metodología ya conocida a un
caso determinado de la realidad. No busca reconstruir ni refundamentar la ciencia
como lo debería hacer la tesis doctoral. Generalmente una tesis de magíster está
planteada para resolver problemas específicos de un área o sector de la realidad,
como por ejemplo, estudiar la productividad o calidad en el sector metalmecánica.
Para ello se estudia el paradigma de la calidad, se analizan sus fortalezas teóricas y
las condiciones de aplicabilidad en el área.
LA EXPLICACION
- o el significado
o el por qué
o las causas
por las cuales un problema o una problemática se origina o se constituye como tal.
Puede ser uno o varios de los puntos anteriores. Esto ha sido un ideal de la ciencia.
No era suficiente con contemplar el objeto o problema, o caracterizarlo. Se buscaba ir
a fondo. En ese sentido la historia de la ciencia es la historia de la búsqueda de una
explicación verdadera de la realidad, que supere las anteriores, por ello siempre ha
sido como -lo señala Bunge- un sistema abierto, y falible. Siempre se busca la mejor
explicación posible.
- su evolución o desarrollo
En su aplicación las dos últimas modalidades tienen sus peligros al asumir como
verdaderos los paradigmas ya formulados para otras circunstancias. Pueden ser útiles
pero podrían dejar de lado situaciones inéditas del problema o de la realidad a
estudiar, de modo que los resultados no tendrían un alcance explicativo completo, sino
parcial: Y lo que podría ser peor, se recomendarían soluciones que no se
corresponden a la realidad en estudio, por lo que podrían llegar a fracaso contundente.
LA INTERPRETACION
LA PREDICCION
LA EXPLORACION Y LA DESCRIPCION
Por el desarrollo que ha tenido la ciencia, tenemos que advertir que la misma
debe superar los tipos de investigación exploratorias donde se va delimitando un área
o problemática de estudio, a menos que sea un campo de la realidad totalmente
nuevo. O que se defina respecto al que investiga, al desconocer totalmente el
fenómeno, o que sea dirigida para estudiantes de bachillerato o de pregrado con el
propósito de irlos capacitando en el ámbito de la investigación científica. Pero no es un
objetivo para la maestría o el doctorado. Así mismo, en este nivel se deben superar las
investigaciones descriptivas donde se enumeran las características o variables de los
fenómenos, o donde se establecen clasificaciones o tendencias de un grupos de ellas
o donde se establece el cómo se estructura una realidad
. Un huelga cobra varios significados según sea el contexto de referencia que se tome
para su delimitación. Esto conduce ya a establecer el campo disciplinario de la
investigación. Es decir ya estamos aplicando la epistemología. El problema puede ser
abordado desde una disciplina, o desde la interdisciplinariedad o la
transdisciplinariedad. Por ejemplo, si contextualizamos las huelgas obreras como un
factor que paraliza la dimensión productividad de las empresas ( entes) involucradas.,
no estamos identificando con un campo disciplinario de carácter gerencial, pero si lo
hacemos en función de la paz laboral, de los actores involucrados, como el empresario
y los obreros, lo delimitamos dentro de un campo sociológico. Y si consideramos
ambos contextos pasamos a una investigación inter, o transdisciplinaria.
Como se puede observar hay una relación dinámica y/o dialéctica entre el
objeto y el sujeto del conocimiento científico. La fuente de los problemas está en la
propia realidad y en los valores y en la perspectiva epistemológica que asume el
científico o la institución donde se efectúa la investigación.
En la delimitación de la problemática va el germen de la explicación o
interpretación del problema a investigar.
Concluida la fase anterior se puede confrontar la nueva teoría con la propia realidad
utilizando los criterios de la epistemología empírica, con la debida fundamentación. Se
supone que faltan elementos de sustentación y fundamentación de la teoría, de modo
que el camino que le queda al investigador es trabajar directamente con los datos o
información que proporciona la realidad. Pero deberá trascenderlo mediante
inferencias inductivas o estadísticas que den con una teoría general que explique la
problemática y/o problema seleccionado. Así como hay una lógica de la inferencia
deductiva, así mismo existe una lógica de la inferencia inductiva.
Se debe aclarar que la fundamentación racional así como la empírica toman siempre
como punto de partida y como punto de llegada la realidad investigada, solo se
diferencian los fundamentos utilizados para validar o confirmarla o contrastada.
Por ello hay que diferenciar el proceso de la investigación, lleno de múltiples detalles y
procedimientos y el producto de la investigación que contiene en forma directa y
orgánica una explicación, o una interpretación o una predicción de la problemática
estudiada. Y no hay porque reproducir la historia del proceso de la investigación a la
hora de su presentación ante un jurado o para la misma publicación. Basta con
presentar la tesis central con su respectiva sustentación y fundamentación. Esto
representa un esfuerzo de síntesis como la teoría de la relatividad de Einstein,
publicada en 1905, que solo tiene 22 páginas editadas incluyendo la bibliografía
utilizada.
La primera, a partir de la no formación previa a nivel del postgrado del aspirante. Para
ello, el primer año podría ser la de la especialización, luego la maestría en el segundo
año hasta llegar al doctorado con una duración de dos o tres años. El ciclo completo
tiene una duración mínima de cinco años y de siete años como máximo.
Por otro lado, hay estudios doctorales que se dan por ciclos de aprendizaje sin solicitar
una formación previa de post grado. Un primer ciclo es de formación en seminarios
básicos, el segundo se inicia con un proyecto doctoral unido a investigaciones libres y
el tercer ciclo para terminar la tesis doctoral. Esto tiene sus ventajas como las de ir
llevando poco a poco al aspirante, pero trae muchas desventajas como la de impedir la
producción progresiva de la tesis doctoral tal como la estamos sugiriendo que se
construya.
Para realizar con éxito la tesis doctoral es necesario un apoyo sustancial del postgrado
en términos de tutores, espacio para las reuniones, una biblioteca y hemeroteca
actualizada y con un servicio eficiente en la búsqueda de la información. (Internet)
Conclusiones generales
• 11- A nivel interno desde finales del siglo XIX se discuten todos los fundamentos
científicos y se colocan otros nuevos, así a nivel ontológico empieza a
fundamentarse la ciencia a partir del principio probabilístico, a partir del principio del
lenguaje, de la refutación y a partir del principio sistémico. Este último exige
explicar y solucionar los problemas que investigan en el contexto donde aparecen.
13- Las nuevos problemas sociales generados en la segunda guerramundial, mas los
nuevos avances en ciencia tecnología, unido a una concepción deshumanizada del
hombre aceleró una nueva concepción de la realidad y de la ciencia que se ha
denominado postmoderna. Se retoman principios del último período de la modernidad
de la ciencia pero se da un desarrollo profundo en cuanto a las visiones de mundo. Se
lleva a sus últimas consecuencias la teoría de sistemas y se fundamenta la realidad a
partir de la complejidad, y la incertidumbre. Donde el caos y el orden se intercambian,
a esto se le ha denominado visión holística de la realidad.
15- Finalmente la ciencia abre un dialogo con todos los saberes culturales, como la
filosofía, la religión, el sentido común y la estética.
17- Toda tesis científica debe contener una explicación o una interpretación o una
predicción de una problemática determinada, seguida de una sustentación y de una
fundamentación epistemológica.
Recomendaciones
1. INTRODUCCIÓN
Si bien es cierto, que el conocimiento como tal, esta muy ligado a la filosofía y a
la ciencia representan pura especulaciones, es decir, representa la explicación e
interpretación del conocimiento humano, esto mantenía muy ocupados a los grandes
filósofos de la Grecia antigua quienes no escatimaron esfuerzo alguno en exponer y
defender sus planteamientos.
El proceso de la producción del conocimiento tiende a reunir al sujeto
cognoscente y al objeto cognoscible, ambos no pueden actuar por separado debido a
que el primero depende del segundo para que surja la posibilidad de algún
conocimiento, es por ello su dualidad.
Paul O`Quist nos dice que "todos los pasos de la investigación deben ser
sistematizados y el desarrollo del mismo debe obedecer a una planificación
coherente y operacional de todo el sistema investigativo" 1. Es decir que el
proceso de producción del conocimiento basado en la ciencia, no se puede
reducir a una colección de hechos, es por ello necesario seleccionar los hechos
y organizarlos de una manera sistemática.
Podemos afirmar que hay conocimiento científico cuando a través del método
científico se ha logrado acumular nuevos conocimientos, nuevas experiencias.
Por tanto la ciencia avanza en la medida en que se logre plantearse y
resolverse los problemas, es decir, el progreso del conocimiento se da en la
medida en que se descubren y se resuelvan nuevas dificultades.
También se entiende como un conjunto de conocimiento organizados, a fin de
conocer la verdad de los hechos, y debe comprenderse que ella es un proceso
continuo de búsqueda de conocimiento.
Es la forma general alrededor del cual oscilan las versiones individuales de los
tipos de conocimientos que se dan en el proceso de producción del
conocimiento, es decir, es un conjunto de rasgos que caracterizan al
conocimiento de tipo vulgar y al conocimiento de tipo científico.
CONOCIMIENTO VULGAR:
Pero aún así, nos conduce a los predios del camino de la realidad; más sin
embargo, siempre quedan dudas e inconformidad, que se hacen evidentes en la
resolución de los hechos o inconvenientes, en donde el hombre busca la realidad. Es
decir, todo se sustenta en el marco del conocimiento empírico.
CONOCIMIENTO CIENTÍFICO:
2. LA CIENCIA:
La ciencia, es el instrumento por medio del cual el hombre puede constatar o
certificar científicamente cualquier objeto de estudio o fenómeno natural, de
una manera exacta utilizando una serie de mecanismo e instrumentos por
medio de los cuales se puede obtener resultados certeros, el cual es llamado el
método científico.
DEFINICIÓN:
Para establecer una idea clara, para definir la ciencia como tal, se me hace
necesario mencionar las siguientes definiciones.
1.- "La base y punto de partida del científico es la realidad, que mediante la
investigación le permite llegar a la ciencia."
2.- Es decir, que la ciencia implica una relación organizada y paulatina entre la
realidad, la investigación y la misma ciencia; en pocas palabra la ciencia implica un
proceso.
3.- "La ciencia de ser vista como una de las actividades que el hombre realiza,
como un conjunto de acciones encaminadas y dirigidas hacia un determinado fin,
que no es otra, que el de obtener un conocimiento vrificable sobre los hechos que
nos rodean."
SIGNIFICADO:
La palabra ciencia significa conocimiento cierto de las cosas por sus principios y
causa, diferenciados de la filosofía, que es la ciencia que estudia la esencia de las
cosas. Son dos tendencias paralelas, pero ambas trabajan juntas con el investigador,
esto implica, que la ciencia y la filosofía se fusionan; surgiendo de tal manera las
experimentaciones propias de la ciencia con las formulaciones de teoría, refutabilidad,
conjeturas, lo verdadero o falso, propio de la filosofía.
CIENCIAS SOCIALES:
REFUTABILIDAD CIENTÍFICA:
La refutabilidad científica, es rebatir con argumentos científicamente
consolidados o fundamentados cualquier teoría o enunciado a cerca de cualquier
hecho o suceso natural.
3. CONCLUSIONES.
En cuanto a este discurso histórico del orden del logos, valga la redundancia,
del orden del discurso de la filosofía, lo primero que quiero señalar es un elemento,
que todavía no he mencionado, de aquellas ascesis, místicas o filosóficas, inherentes
a la constitución lógica de la razón. Su reino de lo sublime, el principio de la identidad y
de la unión con el Ser coinciden, en un sentido a la vez moral y político, con la
constitución del poder. Esto es válido tanto para el misticismo como para la filosofía
científica. Estableceré, por lo pronto, una analogía, a fin de aclarar este aspecto. En la
descripción del Yo absoluto, del matrimonio resultante del yo determinado y la
representación del Ser absoluto, se encuentra la institución y el poder político y militar
de la Iglesia católica. Está presente ese poder bajo las más variadas formas, desde la
censura de la Inquisición y las torturas de los confesionarios, hasta la idea de una
identidad universal de la cristiandad. En un sentido semejante el Yo cartesiano, el
sujeto racional, está profundamente vinculado a una estructura de poder. El dominio
racional apodíctico y absoluto, como lo adjetivó el mismo Descartes del mundo a
través de su conocimiento científico estiliza, en abstractas palabras, el dominio real de
los hombres o las instituciones sobre las cosas y los seres humanos. Y el sujeto
racional, el agente de este conocimiento, se comporta epistemológicamente como un
etéreo déspota cósmico, como en aquella orgullosa comparación que estableció
Descartes entre un filósofo y un demiurgo arquimédico que movía el firmamento con
unas cuantas palancas. Algunas veces se ha analizado en este sentido la relación
histórica entre la constitución epistemológica del sujeto racional y la constitución
político-económíca del sujeto burgués: el portador social de la empresa civilizadora de
dominación destructiva del universo. Y esta relación, evidentemente, existe: son dos
aspectos de un mismo nexo lógico.
Nuestra cultura trabaja en favor de la muerte. Niega la vida bajo las exigencias
de la sublimación, y afirma la muerte en la conciencia de su separación irremisible de
la naturaleza y la vida. La cultura se vive como la más honda crisis. Se adivinan los
factores de su fin.
A esta concepción de la genealogía de la razón y de los conflictos de la
civilización se le podrá llamar pesimista. De hecho se ha calificado de pesimista la
visión que de la historia tenía Freud. Pero en realidad eso solamente fue, y es así,
porque es más fácil conformarse con el lado resignado de las cosas, en lugar de
extraer sus últimas y radicales consecuencias y cambiar en consonancia con esto
nuestras voluntades y nuestras formas de pensamiento dominantes. En realidad estas
perspectivas teóricas perfilan un horizonte muy distinto. A través de él, se traza,
aunque de manera teórica, un límite a la historia de la cultura moderna y a sus
fundamentos filosóficos, artísticos y religiosos. He tratado de relatar la historia de la
conflictiva condición del hombre moderno, lo he intentado buscando algunos rastros de
la genealogía de su principio lógico, es decir, la idea de razón. He mostrado, a través
de algunos ejemplos de la psicología, del arte y la filosofía, el fundamento negativo
que subyace en esta conflictividad: la autoanihilación ascética que subyace al principio
de la razón; y he señalado, con otras menciones, la tendencia profunda hacia la
destrucción y hacia la guerra que necesaria, aunque falsamente, genera aquella
conflictividad y tensión interiores al sujeto humano y a nuestra cultura objetivamente
considerada.
PROPÓSITO
OBJETIVO GENERAL
Analizar los fundamentos epistemológicos de las Ciencias Sociales y de la Sociología
en particular, tanto en el contexto de la modernidad como de la postmodernidad.
COMPETENCIA
Estrategias instruccionales
• Exposición del docente: Exposición teórica conceptual por parte del o los
facilitadotes, utilizando recursos didácticos como el Video Beam, Computadora,
láminas. Se complementará con películas y reportajes sobre la investigación
cinética.
• Exposición de los alumnos. Tanto en forma individual como grupal los alumnos
expondrán temas o puntos del programa seleccionados y preparados previamente.
Evaluación
Tema 1 20
Tema 2 25
Tema 3 25
Tema 4 30
Total 100
Ahora bien: damos también por supuesto que la disyuntiva filosófica, y el dilema
consecutivo, entre el realismo y el idealismo dependen del análisis de la
experiencia en términos de sujeto y de objeto. Pues la experiencia, así analizada,
comporta, por un lado, la organización apotética y discreta de los objetos
constitutivos del mundo (árboles, Luna,...) y, desde luego, de los otros sujetos,
sobre todo animales; y, por otro lado, la necesidad (postulada contra cualquier
pretensión «mágica» de acción a distancia) de un contacto (de naturaleza
electromagnética o de cualquier otro tipo) de los objetos apotéticos en el sujeto
corpóreo, por tanto, la necesidad de que los objetos del mundo afecten a los
órganos de los sentidos. (El «empirismo», desde esta perspectiva, se nos impone
como una exigencia ontológico-causal, antes que como una premisa
espitemológica). De donde la distinción entre un objeto-en-el-sujeto (objeto
intencional, objeto de conocimiento, re-presentación) y un objeto-fuera-del-sujeto
(objeto real, objeto conocido, presencia absoluta de la cosa).
INTRODUCCIÓN.
El estudio del hecho social, ha sido tema de profunda preocupación, en
estos últimos tiempos, generando nuevos interrogantes acerca de la condición social
del hombre y el fenómeno de la cultura.
El origen de la sociedad, el lenguaje como medio natural de comunicación, el
conocimiento como eje del proceso de socialización, las nuevas y cambiantes formas
de organización social (la política y la economía), las instituciones, las tradiciones, los
métodos, etc. son todos aspectos relevantes de un solo hecho, como es la sociabilidad
en el hombre, abordado desde posicionamientos filosóficos, sociológicos, psicológicos,
históricos, económicos de los más variados matices.
La propuesta de aprendizaje pretende presentar al alumno la manera con
que se ha ido construyendo el conocimiento sobre el hecho social, principalmente en
estos últimos dos siglos, en coincidencia con el despliegue, en éstos dos últimos
siglos, del saber científico y tecnológico, bases de la cultura moderna.
OBJETIVO GENERAL
1. Conocer diferentes aspectos de la crítica epistemológicas
moderna.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
1. Analizar el "conocimiento del hecho social" dentro de las coordenadas de espacio y
tiempo de la modernidad.
2. Reconocer los diferentes posicionamientos filosóficos y socilógicos desde los que se
analiza el hecho social.
3. Adquirir actitud crítica sobre los diferentes aspectos que hacen a la vida social.
4. Establecer la relación entre la práctica profesional y su contexto social propio.
5. Valorar el conocimiento del "hecho social".
TEMARIO
1. Contexto histórico del surgimiento del conocimiento del hechos social. A. Comte y
el sociologismo. La Revolución Industrial.
2. Definición del hecho social. Hermenéutica.
E. Durkheim. Encuadre conceptual del hecho social.
3. Descripción de las variables teóricas que intervienen
en la dinámica del hecho social.
Positivismo y Hermenéutica
4. Crítica sobre el lenguaje. Planteos semióticos
5. Crítica sobre el conocimiento.
Análisis de los modernos: Descartes, Hume, Kant.
6. Crítica sobre el método.
La inducción y su critica: Popper, Kuhn, Lakatos,
Feyerabend.
7. Crítica sobre el sujeto de la historia.
Nueva mirada al antropocentrismo moderno
I- Un legado evanescente.
La vida y la obra de don Santiago Ramón y Cajal, ilustre histólogo aragonés, al menos
para las minorías intelectuales cuyo interés gira en torno a la historia de la ciencia en
el mundo hispano, son de amplio conocimiento, si bien es de lamentar la escasa
atención que recibe Cajal en Hispanoamérica, según sugiere el uso de la Red, esto es,
la información existente en lengua castellana acerca de la máxima gloria científica de
tal mundo suele proceder de la Península Ibérica, hecho que insinúa una conciencia
precaria en cuanto al carácter hispano de Cajal en el sentido amplio del término. Por lo
demás, en lengua inglesa, cabe hallar información a granel al respecto. Baste señalar
aquí que el estadounidense MIT ha publicado, hacia los últimos años, Los tónicos de
la voluntad, Recuerdos de mi vida, y Nuevas ideas sobre la estructura del sistema
nervioso del hombre y los vertebrados, tres textos claves de la rica producción
cajaliana 1.
Don Santiago Ramón y Cajal.
II - El Cajal epistemólogo.
Ahora bien, si el proceso civil tiene como finalidad la paz social en justicia al
resolver conflictos de intereses y aclarar incertidumbres jurídicas, mientras el
proceso penal se da en base a la protección de bienes jurídicos a través de la
imposición de penas, el proceso de ejecución penal busca la resocialización de
los penados; entonces ¿Cuál es la esencia del proceso constitucional?
Antes que todo, debemos remarcar que la esencia también constituye en este
caso una causa fin del proceso constitucional, y se encuentra en el velar por el
"funcionamiento normal del orden constitucional".
En primer lugar no nos dice en que consiste esta "la defectuosa comprensión de
la esencia del Derecho Procesal Constitucional" que tanto crítica solo dice que
existe una y que él tiene la respuesta para esclarecerla. Simplemente no dice
nada, solo descalifica a todo lo anterior con la única prueba de su propia palabra.
Nada serio para ser un escritor de estos temas.
Existe un breve párrafo sobre el tema, escrito por Alarcón Flores (UNFV) que
dice así: "[la esencia del derecho procesal constitucional] es cuando se dictan
normas que regulan los procesos, cuya finalidad es la solución de conflictos
constitucionales, la protección de los derechos fundamentales de la persona y el
cumplimiento de normas o de actos administrativos se basa en la constitución"
(Alarcón: 2005).
Pero casi paralelamente a esto surge otro fenómeno, los procesos cuya
pretensión lo constituyen la impugnación de normas de alcance general. Estos
procesos no pueden reponer las cosas a su estado anterior, pues eso sería llegar
al extremo de volver retroactiva la sentencia en caso de ser la demanda
declarada fundada.
Lo que pueden hacer es, según sea el caso, declarar inconstitucional y/o ilegal la
norma impugnada –según sea el caso- después de lo cual esta orden tendrá
efectos vinculantes en toda la republica, es decir, declarará fenecida la norma
para cuestiones posteriores a la orden de inconstitucionalidad.
¿Dejan de ser procesos constitucionales por esto? Pues no. Existe en todo
sistema jurídico el principio de presunción de la regularidad normativa según la
cual una norma se basa en otra de superior jerarquía, así una norma
administrativa se basa en una legal y esta en una constitucional.
Cabe señalar que el tránsito de una relación jurídica sustancial a una relación
jurídica procesal ocurre como consecuencia del ejercicio del derecho de acción
(derecho público, subjetivo, abstracto y autónomo) de uno de los litigantes, en
mérito del cual ésta solicita al Estado tutela jurídica para un caso particular y
específico.
Este es un criterio propio del derecho general, ahora bien, lo que se tutela no es
el caso especifico, sino el derecho que se desea hacer valer; el caso particular y
específico en verdad es conocido por el juez y el derecho, tutelado.
Esto nos hace llegar al origen de estas imprecisiones. Estas las podemos hallar
en una deformación de la concepción difundida sobre la naturalezajurídica del
proceso constitucional. En el I Congreso Nacional de Derecho Procesal
organizado por la PUCP se presento una ponencia por un alumno de cuarto año
de la UNMSM, aquí se expuso que: "El proceso constitucional es una relación
jurídico procesal. Es relación de derecho formal, autónoma y, por lo mismo,
diversa e independiente de la relación jurídica sustancial, que constituye el objeto
del proceso" (Villota: 1996, 238) Esta frase de la ponencia que el autor colocaba
como suya tiene una referencia al libro de Ugo Rocco donde esta escrito
textualmente (ROCCO: 1944, 181) y después modificado en la parte que debe
decir civil se ha escrito constitucional (prefiero pensar que fue un error del
ponente no colocar las comillas y que en la evaluación no se percataron de ello),
pero el profesor Rocco se estaba refiriendo con esto al hecho de evolucionar las
sociedades políticas hacia la justicia pública dejando de lado el hecho de
conseguir justicia por su propia mano.
Además afirma que esta relación material "se discute jurídicamente, adquiriendo
la denominación de proceso o relación jurídica procesal". Aquí se ha hecho una
confusión de las categorías, la litis no es otra cosa que un "conflicto de intereses
regulado por el derecho" (CALAMANDREI: 1945, 266), básicamente es el
conflicto de intereses que contiene un elemento formal (CARNELUTTI: 1933,
127): el ser un conflicto jurídicamente calificado (CARNELUTTI: 1944, 4). El
discutir jurídicamente la relación sustancial no origina un cambio de nombre de
esta, simplemente como acabamos de ver anteriormente, la califica para ser
susceptible de ser conocida en un proceso, anteriormente el TC expresa que
ambas relaciones jurídicas la formal y la material son independientes la una de la
otra y ahora dice que la primera cambia de nombre a la segunda, como hemos
explicado, no sucede así, ambas son relaciones diferentes pero
complementarias, la relación formal depende de la material para su existencia
(caso contrario devendría en sustracción de la materia) y la material depende de
la formal para encontrar una solución jurídica al conflicto. La relación material o
sustancial, como quiera llamársele consiste justamente en los factores necesario
para configurar una amenaza, violencia o contravención sobre el bien jurídico
constitucional. La materia de esta relación no es lo que se protege; es la
infracción contra el bien protegido. Existe una confusión de categorías que hacen
de la terminología constitucional una torre de babel, donde nadie se pone de
acuerdo en el lenguaje que se va utilizar al momento de realizar investigaciones.
A ello el gran error del TC.
Otro tema a parte lo merecen la cuestión de los derechos difusos en las acciones
de amparo y de cumplimiento. Aquí se establecen casos en los cuales cualquier
persona puede interponer una demanda. El problema esta en la concepción
existente entre derechos difusos y colectivos, esto no ha sido definido en el
código, aunque debiera estarlo. Puede darse como si fueran sinónimos. El hecho
es que en existe una diferencia: mientras los derechos difusos no necesitan de
un vinculo preexistente, los derechos colectivos si (GIDI: 2004, cap 4, 59) . Pero
la sentencia del TC 518-2004-AA/TC no hace caso a esa distinción. Preferimos
pensar que la razón puedan ser "motivos prácticos". En todo caso en estas
acciones que fueron destinadas originariamente en el Perú para tutelar intereses
eminentemente privados, la apertura parece darse en vista de la necesidad de la
protección contra infracciones a los intereses públicos de las personas que se
presuponen pudieran aún afectar a su esfera privada. Aunque también otra
explicación mas razonable seria que la titularidad del accionante estaría
vinculada a su condición de miembro de la comunidad, por ello la extensión
"persona humana".
2.2. EL LEGITIMADO PASIVO: EL INFRACTOR CONSTITUCIONAL.
Sucede algo muy distinto con la acción de cumplimiento, en el Reino Unido los
propios particulares pueden ser legitimados pasivos de este tipo de procesos. Es
en el Perú, donde las personas pueden llegar a ser infractores sólo con relación a
su estatus de autoridad o funcionario publico. Es mas la norma expresa bien
claro que la demanda se ha interponer contra esta persona en especifico.
Los conflictos competenciales son muy especiales en este punto, como hemos
vistos anteriormente tanto los legitimados activos como los pasivos gozan del
mismo estatus jurídico, se podría decir que se rigen por normas de la misma
naturaleza estatutaria.
El problema fue que este tipo de proceso solo se ha realizado con claros criterios
políticos sectarios y para nada cabalmente "constitucionales". La acusación
constitucional contra el Presidente Gamarra no prosperó (SIVIRICHI: 1955, 249-
256), es más cuando se debate en 1855 el balance de este instituto se deja claro
que el presidente anterior fue el único acusado.
En el caso del hábeas corpus estos derechos fundamentales son los que
conforman la libertad individual. Cuando se trata del proceso de amparo estos
derechos son algo más que "todos los que faltan". El amparo abarca derechos
que nacen de la interacción social de la persona, propiedad, salud, educación,
asociación, credos; etc y el hecho de que exista legitimidad plena y radical en la
protección de intereses difusos no significa que esta se haga en calidad de
ciudadano, sino como una persona miembro de la sociedad, de acorde a los
nuevos derechos de última generación.
El caso del hábeas data es algo especial: aúnque también protege derechos
fundamentales, en específico el derecho a la información, también extiende su
protección contra todos los demás derechos fundamentales en tanto estos estén
relacionados con el suministro de datos e información. Así mientras el uso de la
información es un derecho fundamental exigible, también se convierte en
determinadas ocasiones en un instrumento para infringir bienes jurídicos
identificados con derechos fundamentales.
Esta afirmación es sumamente interesante, solo hay que tomar en cuenta, que la
pretensión es en realidad sólo el vinculo entre el proceso y la denominada litis
constitucional, la pretensión de la parte afectada no es la materia objeto de la
infracción constitucional, sino del proceso, de la relación formal. Lo que sucede
es que se ha tomado del proceso constitucional el tratamiento de un proceso
civil, donde existe una controversia de intereses uno de los cuales constituye la
pretensión.
El juez tiene para este caso dos medios con los cuales puede hacer lograr su
finalidad jurisdiccional: la fuerza pública y la potestad derogatoria normativa de
las decisiones infractoras.
III. LA RELACIÓN JURÍDICA MATERIAL DEL PROCESO CONSTITUCIONAL
I. CONCLUSIONES
II. RECOMENDACIONES
VI. BIBLIOGRAFÍA
• (2006) 100 Ideas. El libro para pensar y discutir en el café. Buenos Aires,
Sudamericana. (Compendio de artículos periodísticos.)
• (2002) Filosofía de la psicología (en colaboración con el doctor Rubén Ardila) 2º ed.
México, Siglo XXI Editores.
• (2002) Epistemología. Curso de actualización. 3º ed. Barcelona, Ariel.
• (1999) Buscar la filosofía en las ciencias sociales. Madrid, Siglo XXI Editores.
• (2006) Chasing Reality. Strife over Realism. Toronto, University of Toronto Press.
• (2003) Emergence and Convergence. Qualitative Novelty and the Unity of Science.
Toronto, University of Toronto Press.
• (2001) Philosophy in Crisis. The Need for Reconstruction. New York, Prometheus
Books.
Algunos de estos libros han sido traducidos al alemán, francés, húngaro, italiano,
japonés, polaco, portugués y ruso. Incluso algunos fueron pirateados en varios países
latinoamericanos.
1. Trabajos sobre la obra de Mario Bunge:
Su Historiade vida :
En 1940 contrajo matrimonio con la arquitecta Julia Molina y Vedia, bastante mayor
que él, madre de sus dos hijos mayores Mario (matemático) y Carlos (físico). La
vocación de Mario por la técnica se frustró durante el gobierno peronista cuando un
clérigo le impidió ingresar en el industrial Otto Krause por considerar a ese destino
inaceptable "para el hijo de una familia aristocrática".
En esta década intentó sin suerte toda clase de negocios para poder sobrevivir. El
gobierno peronista le negó el pasaporte, motivo por el cual no pudo viajar al exterior,
obstaculizando sus posibilidades de progreso académico.
Durante este periodo, Bunge fue un poco mas vivo que sus colegas y dejo el país en
1963, sospechando que habría un golpe (luego este se cumpliría en 1966 cuando
Juan Carlos Ongania derroco el gobierno democrático de Arturo Illia) . Se fue en
febrero decidido a no volver. También advirtió de esto a sus amigos, pero ellos no le
hicieron caso. Pero hubo indicios que lo llevaron a pensar que habría un golpe, uno de
ellos fue la guerracivil entre dos fracciones del ejército: el episodio de los Azules y
Colorados que fue realmente monstruoso, con un montón de muertos como
consecuencia de los enfrentamientos. Otro indicio fue el derrocamiento del presidente
Arturo Frondizi con ayuda del Departamento de Estado. En este tiempo, Bunge
enseñó filosofía de la ciencia en Argentina. En 1962 acostumbraba viajar al Uruguay
para dar cursos y a la vuela revisaban sus papeles personales para saber si traía
propaganda subversiva. La mano venía muy dura, y junto con su mujerdecidieron
aceptar la primera invitación académica que les hicieron, desde la Universidad de
Delaware, en los Estados Unidos, pero allí se encuentra con un ambiente intolerante:
los universitarios están virulentamente a favor de la intervención en Vietnam,
descubriendo con perplejidad que sólo comienzan a oponerse cuando -años más
tarde- el gobierno recluta estudiantes. Otras consideraciones también lo impulsan:
sabe que los hijos de su segundo matrimonio, de nacer en el Norte, pueden llegar a
ser reclutados. Entonces, acepta una invitación de una universidad alemana. Allí
permaneció más de un año hasta que recibió una invitación de la Universidad McGill,
el centro académico anglófono más importante del Québec, Canadá.
Bunge se instaló en Montreal en 1966, y allí nacen sus dos hijos de su segundo
matrimonio: en 1966 Eric (actualmente arquitecto) y en 1974 Silvia (neurofisióloga.)
Desde entonces ocupa la cátedra Frothingham de Fundamentos y Filosofía de la
Ciencia, donde convergen estudiantes de diversas disciplinas. Enemigo declarado de
los exámenes, promueve la formación de equipos y la realización de trabajos de
investigación. Allí publica a un ritmo febril (su obra suma centenares de volúmenes),
que incluye la elaboración de su monumental "Tratado de Filosofía Básica",
compuesto por ocho libros repartidos en nueve tomos que aparecen entre 1974 y
1989, cubriendo desde Ontología hasta Ética. Durante este tiempo interviene en
importantes debates científicos, como el del mecanismo de aprendizaje, donde con
Hebb y Bindra adhiere a la hipótesis de la plasticidad sináptica. Como lo hacía desde
los 18 años, ataca al psicoanálisis. Escribe "Filosofía de la Economía", donde intenta
axiomatizar la economía e identificar sus principales problemas. Aunque es atacado
por algunos economistas, entre ellos también se gana partidarios. Un gran publicista
de esta obra es su amigo, el fallecido economista Raúl Prebisch, cofundador de la
CEPAL.
Su reciente "Diccionario de Filosofía" (Ed. Siglo XXI, México, 2001) horrorizó a los
filósofos serios porque no sólo pontifica sin atenuantes desde su personal punto de
vista sobre las más diversas cuestiones, sino que se toma en solfa temas a menudos
tratados con aridez. Entre las primeras entradas, por ejemplo, leemos "Académico
[trabajo]: Una obra intelectual de interés muy limitado, que probablemente sirve más
para el progreso en la carrera de su autor que para el conocimiento humano. Cuando
un número significativo de eruditos se dedica a un trabajo de este tipo, se tiene una
industria académica". En el diario Página/12, el crítico cultural Daniel Link destacó, con
el mismo sarcasmo que le cuestiona -o no...-, que esta obra es un "compendio de
caprichos", desvalorizando su utilidad en relación con el diccionario del mismo título de
José Ferrater Mora. "Pero el Diccionario racioempirista de Bunge agrega es
infinitamente más inteligente y, sobre todo, mucho más estimulante."
Anécdotas:
Mario Bunge paso la mitad de su vida en Canadá, pero sigue extrañando a los pocos
amigos que le quedan y las caminatas nocturnas con alumnos y colegas después de
las clases, un deleite que redescubre cada vez que vuelve a Buenos Aires a visitar a
Mario, su segundo hijo, que enseña Matemáticas en la UBA. Su descendencia suma 7
nietos y media docena de bisnietos de pasaportes diversos.
Otra anécdota es que a Mario le interesa la políticay siempre ha tenido simpatía con la
izquierda, pero admite que nunca actuó para ella porque no sirve para eso. Le
interesaban las ideas políticas e incluso ha escrito bastante sobre ellas, pero participar
activamente, dice que no es para él. En lo que se refiere a las elecciones, únicamente
ha apoyado con su voto al gobierno de Frondizi. Además fue unos de los responsables
de que Frondizi se dedicara a la política . Durante la Guerra Civil española el era
abogado de su padre, y Mario lo fue a ver para que hablara en un acto del sindicato de
los empleados astronómicos en honor a España. Le respondió que el jamás había
hablado en publico, pero le insistió y al final participo del acto y lo hizo muy bien. Mas
Tarde Mario lo nombro profesor de legislación obrera en la Universidad Obrera
Argentina y así comenzó su carrera.
Finalmente podríamos agregar algo de su actualidad. Bunge, a pesar de su edad,
trabaja como profesor universitario en Montreal. Expresa que le gusta hacerlo y que
necesita el dinero. Además le estimula mucho el contacto con los jóvenes. Él describe
su estudio como su lugar en el mundo "Tengo aquí todo lo que necesito. Mi casa
queda en la ladera de una pequeña montaña, a pocas cuadras de la universidad, y
ahora que se ha ido la nieve empiezan a brotar narcisos silvestres y lilas. Desde esta
ventana miro el verde de los parques, los dos puentes que cruzan el río San Lorenzo
y, en la lontananza, a los Estados Unidos. Es una vista hermosa, llena de luz".
Mario Bunge no siente que sea famoso en la Argentina. Dice que es escuchado, pero
obviamente por los filósofos no, pero si por algunos científicos con los que mantiene
relación.
CONTEXTUALIZACIÓN:
Provincia: Québec
Ciudad: Montreal
Los Primeros 6 años en que Bunge desarrolla su trabajo científico mas importante, el
gobierno canadiense estaba bajo un sistema de Monarquía Parlamentaria su soberana
era la Reina Isabel II ( quien es la jefa del estado canadiense).
Pierre Elliot Trudeau consolidó su posición al llevar a su partido a una victoria decisiva
en las elecciones de 1974.
Creo que su Sistema Filosofico pudo ser Publicado ya que no era una epoca donde se
desarrollaron grandes transformaciones, ni hubo grandes crisis, solo leves cambios
que no modificaron las políticas del area de investigación.
4. Rechaza la crítica, mata yuyos normal en la actividad científica, alegando que está
motivada por dogmatismo o por resistencia psicológica. Recurre pues al argumento ad
hominem en lugar del argumento honesto.
6. Sus principios son incompatibles con algunos de los principios más seguros de la
ciencia. Por ejemplo, la telequinesia contradice el principio de conservación de la
energía. Y el concepto de memoria colectiva contradice la perogrullada de que sólo un
cerebro individual puede recordar.
Su Crítica Al Psicoanálisis:
Las razones metodológicas que el Prof. Bunge ofrece pueden resumirse así:
1-El psicoanálisis contiene hipótesis irrefutables: La ciencia intenta describir y explicar
cómo es el mundo y lo hace a través de datos, hipótesis, modelos y teorías. Los
científicos ponen a prueba sus ideas (hipótesis, modelos y teorías) acerca de la
realidad utilizando dos tipos principales de control: el más conocido de ellos es el
control empírico. Para poder ser sometida a contrastación empírica una idea debe ser
refutable. Pues bien, una de las críticas al psicoanálisis más difundidas (que Bunge
comparte)es que gran parte de sus hipótesis son irrefutables. El problema con estas
hipótesis es que están formuladas de tal modo que, por principio, no puede haber
datos que las pongan en entredicho. Bunge provee el ejemplo de la hipótesis del
contenido sexual manifiesto o latente de los sueños. Esta hipótesis es irrefutable
porque si un sueño determinado contiene elementos sexuales está claro que la
hipótesis se confirma. Pero también ocurre que cuando el sueño no contiene ningún
elemento sexual ostensible, el psicoanalista lo da por supuesto y justifica su actitud
recurriendo al supuesto de que el contenido sexual está latente.
Otro ejemplo es el de la atracción sexual de los niños por los padres del sexo opuesto
y la correspondiente represión. Para el psicoanálisis, sostiene Bunge, tanto da que uno
haga A o B. Si hace A, es prueba de que se siente atraído sexualmente por, digamos,
su madre. Si hace B, no significa que la atracción no exista, simplemente está
reprimida. Claramente, la latencia y la represión funcionan inmunizando contra la
experiencia a las hipótesis del contenido sexual de los sueños y la atracción por el
padre del sexo opuesto respectivamente. O sea, no hay ningún dato imaginable que
pueda refutar estas hipótesis psicoanalíticas.
El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata de una disciplina
aislada del resto del conocimiento (no interactúa con disciplinas obviamente
pertinentes, tales como la psicología experimental y la neurociencia cognitiva). El
psicoanálisis no es congruente con las ideas desarrolladas por estas disciplinas.
Según Bunge, la biopsicología (término con el que engloba las disciplinas científicas
mencionadas) no ha hallado nada que pueda apoyar al psicoanálisis, sino que más
bien ha provisto información que lo contradice (por ejemplo, que los niños no tienen su
órgano sexual más importante el cerebro lo suficientemente desarrollado como para
experimentar los deseos que el psicoanálisis les atribuye).
3- Dualismo mente-cerebro: Esta tesis ontológica afirma que cerebro y mente son
cosas separadas y está presupuesta por los estudios psicoanalíticos y la práctica
psicoterapéutica. Tal presuposición sale a la luz al analizar cómo investigan los
psicoanalistas y descubrir que no se interesan por estudiar los mecanismos cerebrales
que subyacen a la conducta humana (y que, en cambio, están siendo estudiados con
gran éxito por las neurociencias). De igual modo, el intento de la psicoterapia de tratar
las enfermedades mentales sólo mediante palabras traiciona el mencionado dualismo.
Desde luego, para Bunge la mente no es algo separado del cerebro. Más
precisamente, la tesis que defiende es la de la identidad psiconeural, la cual es, según
el autor, uno de los presupuestos de la investigación científica de la mente humana;
eso que llamamos mente no es una sustancia sino que se trata de una propiedad que
emerge cuando se "encienden" ciertos subsistemas neuronales. O sea, la mente es
una propiedad emergente del cerebro de ciertos animales "superiores", entre ellos el
animal humano. No es que el cerebro cause la mente (en cuyo caso serían dos cosas
diferentes), sino que la mente ES el cerebro en funcionamiento.
Graciela Fernández Meijide: Tengo entendido que es una persona muy decente que
no tiene experiencia de gobierno, lo que puede ser una ventaja.
Raúl Alfonsín: Lo quiero mucho. Es decente. Hizo todo lo que pudo aunque no todo lo
que quiso.
Ramón "Palito" Ortega: Es un personaje pintoresco. Por supuesto no creo que sea una
persona seria.
Ernesto Sábato: Fui alumno de él y lo quiero mucho, además de por lo que es en sí,
porque me puso en contacto con Guido Beck. Además es un gran novelista y tuvo la
gran valentía de dejar la ciencia para dedicarse al arte.
CONCLUSIÓN:
Mario Bunge desde muy chico se ha interesado por la filosofia de la física, hizo la
Licenciatura en ciencias fisicomatemáticas en la Universidad de La Plata, luego
estudio filosofia a la que aprendio leyendo libros y revistas especializadas por su
cuenta y hasta con tan solo 18 años, fundo la Universidad Obrera Argentina.
Esto quiere decir que gran parte de su vida la dedico a la física y a la filosofia, gracias
a eso y a su larga trayectoria, es uno de los filosofos de la ciencia mas reconocidos del
mundo.