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Ernest Hemingway.

El viejo y el Mar

Es inherente la búsqueda de la identidad y de valores heroicos en los


escritores que conformaron la Generación Perdida, ya que después de la
situación que vivió el mundo durante la Primera Guerra Mundial, parecían
inexistentes, dada la realidad y la atmósfera de desesperanza y destrucción de
la posguerra. (http://biblioteca.itesm.mx/nav/contenidos_salta2.php?col_id=eb) Los textos de
escritores como Fitzgerald, Stein y Hemingway se inclinan a la fascinación por
encontrar el significado de la vida y la lucha intrínseca del hombre que tiene
como trasfondo la ingravidez de sus propias acciones.
(http://biblioteca.itesm.mx/nav/contenidos_salta2.php?col_id=eb)

La cosmovisión de El viejo y el mar, está lejos de incidir en aquel


ambiente de tensión y desolación que vivía Europa y Estados Unidos después
de la guerra; pero la esencia del hombre en busca de sentido e identidad,
característica de los escritores de la Generación perdida, predomina en la
interacción del viejo con el mundo de Hemingway y la simbología que se
desprende del mismo. (http://biblioteca.itesm.mx/nav/contenidos_salta2.php?col_id=eb)

Hemingway dijo que El viejo y el mar carece de simbolismos: "Traté de


hacer un viejo real, un muchacho real, un mar real, un pez real y tiburones
reales"; pero también dijo que: “Cuando se escribe bien y con sinceridad de
una cosa, esa cosa significará después otras muchas cosas”. (Hemingway en Ugalde,

http://www.clubdelibros.com/archihemighey.htm). Simbolismo se refiere al “empleo de los


símbolos o conjuntos de símbolos y su influencia sobre el conocimiento (…),
como la peculiaridad inherente o atribuida a una cosa, fenómeno o realidad
para encarnar imaginaria, convencional y sensiblemente a otra” (Santillana, 1273).

En el viejo y el mar, el mundo que describe Hemingway, es aquel que


inspira el simbolismo de la obra. La recreación de un pueblo pesquero cubano
y la inopia en la que vive Santiago, el protagonista, confieren una referencia
más amplia del relato en el que la descripción (retrato, topografía,
prosopografía, etopeya, cronografía) que utiliza el autor es muy importante
dado que su usanza enriquece la cosmovisión de la obra, como en la siguiente
prosopopeya: “Todo en él era viejo, a excepción de los ojos, del mismo color
del mar, alegres y sin derrotas” (Hemingway, 8) en donde se compara incluso los
ojos con el mar, que es parte importante del mundo de Hemingway y es en
donde se desarrolla la mayor parte de la historia.

El mar, a parte de su simbolismo intrínseco (“...un mar contrincante, un


lugar o incluso un enemigo (…), algo femenino, que retiene o da grandes
favores” (Hemingway, 29)), es un factor muy importante en la construcción de la
cosmovisión de El viejo y el mar, ya que se muestra como símbolo de
identificación y pertenencia para los pescadores, el cual ha desarrollado un rico
misticismo: “Después se dará a vuelta y se lo va a tragar, pensó. No lo dijo
porque sabía que si se dice algo importante es probable que no suceda”
(Hemingway, 44); e incluso un lenguaje propio: “Los bonitos – los pescadores
llamaban bonitos a todos los peces de esa especie y sólo los distinguían con
sus nombres correctos al venderlos o cambiarlos por carnada” (Hemingway, 41).

En la descripción de los personajes, autores como Mario Vargas Llosa


han encontrado un simbolismo profundo; sobre todo porque el personaje
principal, que se encuentra en estado de ignominia y soledad, tiene la peor
suerte del mundo y se refugia en los sueños, símbolo de su juventud y de la
felicidad que le brinda su cama cubierta con periódicos que le informan del
béisbol; y por tanto, pretende, al pescar al pez más grande, encontrar un
sentido a su vida y recuperar aquellos valores que ya no evidencian en él con
los años, como el coraje; el cual, según Vargas Llosa “…no está hecho de
exhibicionismo ni alarde físico, es una discreta, estoica manera de enfrentar la
adversidad, sin rendirse ni ceder a la autocompasión…” (Llosa;
http://sololiteratura.com/var/laredencionpor.html)

Las recreaciones que hace Hemingway en el personaje de Santiago en


su valiente lucha primero con el pez y con los tiburones en el clímax, y su
trágica destrucción, invitan a pensar en un simbolismo externo, que Mario
Vargas Llosa describe como “una descripción de algo más constante y
universal” (Llosa; http://sololiteratura.com/var/laredencionpor.html) , que transfiere trascendencia a
la obra de Hemingway y se refiere al enfrentamiento constante del ser humano
con la vida, en donde el hombre y por tanto el viejo, pueden “alcanzar una
grandeza moral”, es decir, “una justificación para su existencia” (Llosa;

http://sololiteratura.com/var/laredencionpor.html) , el que Santiago adquiera respeto, admiración


y dignidad; y ya no es visto como un ser humano viejo y derrotado, si no como
alguien que ha luchado con coraje, sin llegar a ser un héroe, y que demuestra
que siempre hay esperanza presente en contra de las adversidades, porque
finalmente el protagonista no muere, aunque tiene un final trágico. La derrota
del pez, por ejemplo, resulta de la subordinación de la fuerza ante el ingenio
(Llosa; http://sololiteratura.com/var/laredencionpor.html) . Así Hemingway trasmite el trasfondo de
esta primicia: “Pero los hombres no están hechos para la derrota – dijo -. Se les
puede destruir pero no derrotar” (Hemingway; 110).

En tono que maneja El viejo y el mar, es triste, más no fatalista; ya


Santiago no logra regresar a la playa como el héroe que iba a alimentar a
mucha gente, como pensó ser mientras se debatía en el mar al atrapar al pez;
sin embargo regresa, está vivo, el pez no, y ahora la aguja desesperanzadora
que cuelga de su barco le confiere respeto y admiración digna de el más
grande pescador. El tono muestra parte de la simbología de la cosmovisión de
E viejo y el mar; ya que, Hemingway coincide en este aspecto de su narrativa,
con el estilo de la Generación Perdida: en la penumbra de la guerra todo
parece destruido, pero la esperanza de un nuevo mundo constituye el saber
que no todo está perdido.

El lenguaje que emplea Hemingway también revela muchos aspectos de


él mismo y de la historia; ya que demuestra la identificación del autor con el
contexto en el que la historia se desarrolla. El viejo muchas veces confiere
características vitales a seres sólo él puede dar vida, como el océano, o sus
manos. El hecho de que el autor evidencie la sencillez y la elocuencia
abiertamente de los pensamientos de Santiago, hace el lenguaje y el tono de la
historia se entremezcle con la cosmovisión en sí y nos presenta a El viejo y el
mar como una obra de simbología simple y universal.

Es interesante describir otras claves simbólicas que Hemingway usa en


El viejo y el mar; como el hecho de que el niño y el viejo finjan tener una
guadaña y un plato de arroz con pescado cuando ambos saben que no los
tienen y utilizan este recurso para evitar el pesimismo de la pobreza.

La simbiosis del hombre y del pez, adquiere una fuerza impresionante en


la historia ya que Santiago considera al pez un hermano, sobre todo durante el
clímax; y es por medio de esta lucha que Hemingway humaniza la historia (Llosa;

http://sololiteratura.com/var/laredencionpor.html) , en medida que el viejo ama al pez y desea


matarlo o que el pez lo mate a él.

El viejo y el mar es una obra llena de simbolismos, los cuales le


confieren un carácter universal y a la vez auténtico a la obra de Hemingway,
debido a que los símbolos reflejan al autor que escribe la obra y al contexto
histórico y social en el que la historia es creada.

Fuentes Consultadas

“Diccionario de las Ciencias Sociales”. Santillana, 1999.

“El viejo y el mar”.


<http://biblioteca.itesm.mx/nav/contenidos_salta2.php?col_id=eb> Fecha
de acceso: 1ro de octubre de 2005.

Hemingway, Ernest. “El viejo y el mar”. Ediciones Leyenda. México, 1997.

Ugalde. “Ernest Hemingway: El viejo y el mar”.


<http://www.clubdelibros.com/archihemighey.htm>
Fecha de acceso: 30 de septiembre de 2005.

Vargas Llosa, Mario. “La redención por el coraje”. Letras libres no. 15 mayo
del 2000 en Sóloliteratura.com.
<http://sololiteratura.com/var/laredencionpor.html> Fecha de acceso: 1ro
de octubre de 2005.

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