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LECCIÓN 7 GC

¿Por qué no puedo terminar lo que empiezo?


¿Cuántas veces pospusiste cosas y nunca las terminaste?
Estudios, cursos, viajes, dietas, emprendimientos… hacer nuevos amigos, ir al dentista, pintar la casa, discipular a otros…
Hay mujeres que se pospusieron a sí mismas por sus hijos, o porque su marido tenía que terminar su carrera, o porque se
casaron y lo dejaron "para más adelante"… La cuestión es que hay cosas que quedaron inconclusas.

Tal vez fuiste criado en un entorno donde se acostumbraba posponer todo. En general la cultura en la que vivimos tiene este
hábito de postergar siempre. Escuchamos con frecuencia frases como: "lo hago mañana", "mañana veo", "después te llamo",
"después te digo", “cualquier cosa te aviso” y postergamos.

Pensamos que en el futuro se van a concretar las cosas, que en el futuro me encontraré con la felicidad.

"No hice el curso de computación pero de todos modos creo que aprenderé a manejarla porque voy al “cyber” seguido y algo
voy agarrando, eh…” Lo que en realidad debo hacer es ponerme las pilas y anotarme en el curso, ir al dentista, empezar el
discipulado, o sea, sentirme capaz de hacer lo que sea.

Cuando pensamos que la felicidad va a venir en el futuro y postergo, estoy matando el presente.

"No hago nada porque estoy esperando mi felicidad que venga mágicamente" “Que Dios haga el milagro, yo espero…”
Para todos aquellos que dejaron para después sus estudios, que pospusieron cosas, la pregunta es ¿alguna vez lo
terminaron?
Cuando me propongo algo, de inmediato debo actuar; porque si pospongo me sentiré fracasado.

La frustración que experimentamos al posponer cosas es grande y hay quienes tienen una cadena de cosas postergadas (una
tras otra) y su frustración es mayor.

Entonces ¿qué hacer?

I. Derrotá los mitos que hay en tu mente. (a continuación 2 mitos):

Mito I: “Si empiezo algo tiene que ser excelente, sino no hago nada”.

Muchas veces pensamos así, y aun se lo enseñamos a nuestros hijos: "Mirá nena, si hacés algo hacelo excelente o no lo
hagas". ¡Esto es un engaño! Cuando empezamos algo no siempre será perfecto de inmediato. No siempre veremos la
excelencia de inicio. Todo tiene su proceso y debemos aprender a pasar por las instancias en que las cosas “no se ven
excelentes”. (Zacarías 4:9,10)
Por otra parte, generalmente, cuando empezamos algo, lo hacemos con mucha alegría, se lo contamos a todo el mundo. Es
que es algo que decidimos y eso nos da felicidad. Arrancamos con muchas fuerzas. Pero a medida que pasa el tiempo el
entusiasmo se va perdiendo, la energía desaparece y entonces (como ya no se siente tan lindo, tan excelente), decimos: "Y
bueno..., lo hago más adelante".
Cuando ya no está la motivación del principio decís: "el año que viene", "Quizás ahora no es el momento de Dios" (excusas).

Mito II: (Como todavía no veo el resultado final, como todavía falta, entonces pienso: “sólo perdí tiempo”).

Si algo "no nos sale bien" lo abandonamos.


En las universidades argentinas hay un concepto que dice: "No sos nada hasta que no termines la carrera".
Si la carrera que elegiste tiene 37 materias, -y vas por las 20- no sos nada hasta que no las termines.
Esto es otra mentira, porque no somos iguales al comenzar la universidad, al cursar 1º, 2º, 3º, o 5º año, porque vamos
creciendo y aprendiendo cosas.

Cuando Pedro negó a Jesús -dice la Biblia- que salió afuera y lloró amargamente. ¿Cuántas veces hemos llorado
amargamente? Muchos conocemos muy bien la experiencia de Pedro, sabemos qué sintió.
Pedro no entendió que estaba pasando por un proceso al lado del Gran Maestro que lo estaba transformando en otra persona,
que estaba sacando el potencial que tenía adentro.
Pedro pensó: "Todo el tiempo que pasé con Jesús fue tiempo perdido; al final no era como yo pensaba, como me imaginaba".

Pero tenemos que entender que: El proceso NO es "tiempo perdido".

En medio del proceso de cada cosa que decidamos hacer, habrá momentos en los que caeremos, habrán problemas,
dificultades, pero te estarás formando en la persona que Dios quiere que seas. (Jer 18:6. Is 44:21)

Si no pasas por el proceso nunca llegarás al final deseado.

¿Comenzaste una dieta porque tu meta es bajar diez kilos?


Bárbaro, pero no te rindas al llegar a los 4 y ver que te cuesta y que no era como pensaste… tenés que llegar al final.
Si estás en una dieta, el día que tengas una caída no la abandones, porque la caída es parte del proceso y si no pasás por la
caída y te levantás, nunca llegarás al final.
A veces pareciera que no soportamos el proceso: nos cuesta cuando vamos al médico, nos da un diagnóstico y dice que
tomemos medicamentos y hagamos reposo. No podemos vernos en la cama, (estoy perdiendo tiempo). Lo que queremos es
el resultado final ¡YA!; pero no queremos el proceso.

Todo proceso te forma para alcanzar la misión que te propusiste.

Aprendé a levantarte de cualquier dificultad. (Eso se aprende en el proceso). Aprendé a aprender. En vez de aguantar el
proceso, disfrutá el proceso.

Muchas veces uno ve (sobre todo en las mujeres) que: todas quieren ser perfectas, hacer todo bien en la vida, y -dicen- "si algo
no me sale bien me pongo loca". Desterrá este concepto. Es un mito.

En la vida hay crisis y uno aprende de los errores. No es “todo o nada” en la vida. Como no nos podemos perdonar las
equivocaciones no terminamos lo que comenzamos; pero Dios te dice: "Estoy contigo en el proceso".

Disfrutá del proceso.

Jesús vino a la tierra con una misión: la cruz. Sabía su meta final, pero disfruto del proceso de sanar a los enfermos, de hacer
milagros, de estar con los discípulos, de enseñar a la gente, de disfrutar de la mesa en casa de Lázaro, María y Marta
(amigos).
Disfrutá del proceso aunque las cosas no salgan como imaginás.
¿Empezaste la carrera y no te fue bien en alguna materia o tal vez no te gustaron, te aburriste, te molestaron?
Seguí adelante a pesar de la circunstancias, no abortes lo que ibas a hacer, porque sino nunca verás el final y la frustración
será más grande.
Es preferible caerse, levantarse otra vez y saber que tuviste las fuerzas de seguir adelante y estar de pie.

II. No te detengas, no postergues más tu felicidad. (Job 22:28)


"Lo que pasa es que me casé y tuve muchos hijos, ¿cuándo quiere que estudie?
Si son 43 materias, hacé una por año, ¿qué problema hay? ¿Quién te apura? Lo importante es que logres lo que Dios te
prometió y si El te dijo que lo harías, lo vas a lograr.
Cuando Dios encuentra una persona que le cree, Él se pone en acción con esa persona.
Ahora bien, aquí sería importante hacerse esta Pregunta:
¿El curso que querés comenzar o que dejaste, tiene que ver con tu sueño o lo estás haciendo para tapar un agujero emocional,
porque tenés una depresión impresionante y estás todo el día comiendo? ¿El curso no tiene nada que ver con tu sueño? Si es
así entonces nada te motivará a terminarlo. (Sería importante que te replantees esto). Emprendé lo que tenga que ver con tu sueño.

Todo curso, todo emprendimiento, por pequeño que parezca al principio, al final será grande porque tiene que ver con
el gran sueño de Dios para tu vida.

Lo que tiene que ver con el sueño nunca lo abandonarás, pase lo que pase, aunque vengan cosas difíciles, porque está
formando tu carácter. No permitas que tu mente diga que abandones. Mantenete firme en tu espíritu. Firme en lo q determinaste

III. No intentes, HAZLO (1Crón 28:20)


Cuando "intentas hacer algo en la vida" terminas haciendo nada.
¡Sé una persona osada!
Si aun no tenés el negocio que soñaste es porque lo estas "intentando", dejá de intentar y determinate a HACERLO.

a. Transformate en una persona de acción.


b. Luchá con las voces exteriores e interiores.
(Todo el tiempo oirás voces que te dirán: "qué vas a hacer ese cursito, vos…", "no vayas hoy, el día está tan lindo,
podemos quedarnos comiendo helados".
Por ejemplo estas intentando una dieta y quieren que comas lo que te daña: - "y... es un permitido"; y te das veinte
permitidos.

c. Cuidate de la mayor de las voces internas: la tuya.


"No sé por qué"; "No sé si lo que estoy haciendo vale la pena"; "No sé si es tan importante"; "¿Será lo que Dios
quiere?"; "¿No será pecado?"
Tenés tantas preguntas que abandonás, posponés tu futuro, tu felicidad.

LECTURA FINAL: Josué 1:9. Fil 4:13.

Explicar a nuevos que sólo con Jesucristo podemos concretar el propósito de nuestras vidas, sólo con Cristo
salimos de la depresión, sólo con Cristo puede cambiar nuestra vida, nuestra flía.

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