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PROFESOR: BACHILLER:
C.I: 17.395.655
TAXONOMÍA:
Actualmente ambas palabras se utilizan con el mismo sentido, y el objetivo inicial era el de
identificar, describir y delimitar especies. Actualmente los objetivos se ampliaron en gran
medida, incluyendo construir clasificaciones, reconstruir la filogenia o historia evolutiva,
realizar desarrollos metodológicos y elaborar proposiciones teóricas, proveer datos para
plantear hipótesis sobre el origen y evolución de los organismos, y proporcionar
información para aplicar en otras áreas de la biología, e incluso en medicina, agronomía,
etc.
CLASIFICACIÓN DE LA TAXONOMIA:
ESCUELAS TAXONÓMICAS:
1) Escuela fenética o de la taxonomía numérica.
2)Escuela cladística o sistemática filogenética.
3) Taxonomía evolutiva.
Escuela fenética:
Escuela cladística:
Taxonomía evolutiva:
CARÁCTER TAXONOMICO:
CATEGORIAS TAXONÓMICAS:
Para clasificar los organismos, la taxonomía utiliza desde Carlos Linneo un sistema
jerárquico. En este esquema organizativo, cada grupo de organismos en particular es un
taxón, y el nivel jerárquico en el que se lo sitúa es su categoría.
En relación al taxón especie, E. Mayr (1996) hace distinción entre "el taxón" y "la
categoría taxonómica":
La palabra taxón hace referencia a un objeto concreto, zoológico o botánico, que consiste
en una población de organismos (o un grupo de poblaciones) clasificable.
La categoría especie es la clase que contiene todos los taxones del rango especie. Articula
el concepto biológico de especie biológica y viene definida por la definición de especie. El
principal uso de la definición de especie es facilitar una decisión sobre el rango de las
poblaciones, es decir, responder a la pregunta que se nos plantea ante una población
aislada: "¿Se trata de una especie completa o de una subespecie?"
Las categorías taxonómicas a las que se asocian los diversos taxones:
• Reino
• Filo (animales o plantas) o División (plantas)
• Clase
• Orden
• Familia
• Género
• Especie
• Subespecie
Hay que notar, que la asociación de un taxón a un rango determinado (categoría), es algo
relativo y restringido al esquema particular usado (sistema). Tanto es así, que es probable
que un taxón ocupe categorías diferentes según los sistemas de clasificación (organizados
por diferentes autores, criterios, etc.); generalmente, ello ocurre en el ámbito de las
categorías más abarcativas (familia, orden, clase, etc.).
TIPOS DE TAXONES:
Taxones monotípicos:
Nomenclatura de taxones:
La nomenclatura establece una terminología consensuada que permite saber, a partir del
sufijo de un taxón cualquiera, cuál es su categoría taxonómica y dar cuenta de su posición
en la jerarquía sistemática. La siguiente tabla muestra esa nomenclatura:
Categoría Planta Alga Hongo Bacteria Animal
taxonómica \ Reino Plantae Protista Fungi Prokaryota Animalia
Superorden -anae
Orden -ales
Suborden -ineae
Infraorden -aria
Por debajo de la categoría de género, todos los nombres de taxones son llamados
"combinaciones". La mayoría reciben también una terminación latina más o menos
codificada en función de la disciplina. Se distinguen varias categorías de combinaciones:
• Entre género y especie (subgénero, sección, subsección, serie, subserie, etc.), las
combinaciones son infragenéricas y binomiales
• En la categoría de especie, las combinaciones son específicas y binomiales
• Por debajo de la especie, las combinaciones son infraespecíficas y trinomiales.
Historia de la taxonomía
Los orígenes de la taxonomía se remontan a los orígenes del lenguaje, cuando las personas
llamaban con los mismos nombres a organismos más o menos similares, sistema que
persiste hoy en día en lo que llamamos los "nombres vulgares" de los organismos.
En Europa, ya en 1583, el italiano Andreas Caesalpinus había delineado cuáles debían ser
las características de un sistema de clasificación: debía ser fácil de usar y de memorizar,
estable, predictivo y preciso. Por lo tanto existía la conciencia de que un sistema de
clasificación no sólo debía reflejar la naturaleza (lo que sea que eso significara para cada
investigador, teniendo en cuenta que no había conocimiento de la evolución en ese
momento), sino también servirle de utilidad a una comunidad de usuarios. Por un tiempo
los naturalistas hicieron algunos intentos de ordenar la información disponible sobre los
organismos y reglamentar sus nombres. Pero sin duda alguna fue en el siglo XVIII en que
la taxonomía recibió un empujón definitivo, gracias al naturalista sueco Carlos Linneo,
quien tenía la ambición de nombrar a todos los animales, plantas y minerales conocidos en
la época, agruparlos de forma que reflejen la naturaleza según sus características físicas
compartidas, y normalizar su denominación. Si bien ya había publicado trabajos más
modestos antes, fue en 1753 cuando publicó un gigantesco trabajo de dos volúmenes en que
almacenó y ordenó toda la información disponible sobre las plantas, y debido a su éxito,
terminó siendo el trabajo que definió las bases del sistema de clasificación que se utiliza
hoy en día. El libro se llamaba Species Plantarum ("Los tipos de plantas"), y estaba escrito
en latín, que era el idioma universal de la época. En ese libro las especies de plantas estaban
agrupadas en géneros (grupos de especies) según sus similitudes morfológicas. Linneo fue
uno de los primeros naturalistas en enfatizar el uso de similitudes entre organismos para
construir un sistema de clasificación. De esa forma y sin saberlo, estaba clasificando a los
organismos en virtud de sus similitudes genéticas, y por lo tanto también evolutivas. En su
libro, cada especie o "tipo de planta" era descripto con una frase en latín limitada a 12
palabras, en donde la primera de las 12 palabras siempre era el género al que pertenecía la
especie. Él propuso que esas pequeñas descripciones fueran el nombre utilizado en todo el
mundo para referirse a cada una de sus "especies". A estas pequeñas descripciones, o
polinomios, él las llamó "el nombre propio de cada especie", pero hizo un importante
agregado que había sido inventado en su momento por Caspar Bauhin (1560-1624): la
nomenclatura binominal o binomios, como el "nombre corto" de las especies. En los
márgenes de su Species Plantarum, seguido del nombre "apropiado" polinomial de cada
especie, escribió una sola palabra. Esta palabra, combinada con la primera palabra del
polinomio (todavía hoy llamada género), formaba un nombre más fácil de recordar y corto
para cada especie. Por ejemplo, la hierba de gato fue nombrada "apropiadamente" con el
polinomio: Nepeta floribus interrupte spicatus pedunculatis (en español, "Nepeta con flores
en una espiga interrumpida pedunculada"). Linneo escribió la palabra cataria en el margen
del nombre apropiado de la especie, que quiere decir "relacionada con los gatos", haciendo
referencia a un atributo familiar de la especie. Tanto él como sus contemporáneos
rápidamente empezaron a llamar a la planta con el nombre Nepeta cataria, que es el
nombre que persiste hoy en día.
Linneo también agrupó a los grupos naturales en órdenes y clases artificiales, sólo útiles
para ordenar los grupos naturales de forma que sean fáciles de encontrar en una lista o un
herbario. Los caracteres que utilizó para ello fueron el número de estambres y el número de
estilos y estigmas. Por ejemplo, en el orden Pentandria Monogyna ubicó a los géneros
Datura y Verbascum, que tienen 2 estigmas y 1 único estilo.
El éxito del libro de Linneo solventaba así los problemas de comunicación producidos por
la variedad de nombres y sistemas de clasificación locales. A partir de ese momento las
actualizaciones de la clasificación hechas por el mismo Linneo o por autores posteriores,
intentaron no abandonar la nomenclatura binominal ni el sistema de clasificación impuestos
por Species Plantarum.
La descripción exacta de cuáles eran los caracteres morfológicos que pertenecían a cada
taxón de cada categoría era fundamental para la utilidad del sistema de clasificación, lo cual
había generado profundas investigaciones de la morfología de las especies, descubriéndose
en muchos casos una variabilidad inesperada para Linneo y sus contemporáneos,
variabilidad encontrada incluso dentro de la misma especie. Desde la aparición del libro de
Linneo en 1753 hasta 1789, a varios autores, como a Michel Adanson (1763-1764), se les
hizo evidente que los caracteres variaban aún dentro de los grupos "naturales", concluyendo
que no hay caracteres esenciales para definir a un grupo, y que los grupos naturales deben
ser definidos sólo mediante un conjunto de caracteres, de los cuales la mayoría, pero no
necesariamente todos, estarán en cada especie del grupo. Esta visión obligó a modificar el
concepto de especie que había imperado hasta ese momento: para Linneo y muchos de sus
contemporáneos, todos los miembros de cada especie debían poseer ciertos caracteres
morfológicos que serían inamovibles, por lo que un único individuo de la especie bastaba
para conocer los caracteres de toda la especie. Las variaciones que eventualmente se
encontraban eran "deformaciones", desviaciones de este "tipo ideal" de la especie. Con el
aumento de información sobre la variabilidad de los caracteres se abandonó este concepto
de "especie tipo" y empezó a verse a las especies como una suma de individuos con una
variabilidad "esperable", "natural", de sus caracteres.
Con respecto a los animales, en 1758 Linneo publicó la décima edición de su Systema
Naturae, en el que listó todos los animales conocidos por él en ese momento y por primera
vez los clasificó como había hecho previamente con las plantas, adoptando la nomenclatura
binominal. Linneo nombró unas 4.400 especies de animales, incluyendo Homo sapiens, a
pesar de la reticencia existente en la época a considerar al hombre un animal.
En 1778 Lamarck sugirió que los caracteres utilizados por los científicos para dividir los
taxones no necesariamente tenían que ser los mismos que la gente utilizaba para
diagnosticarlos. Él promovió el uso de claves de identificación, libros que permitían a los
usuarios no expertos identificar un organismo dado mediante caracteres fácilmente visibles.
De esta forma mitigó el conflicto entre los creadores de los sistemas de clasificación, que a
medida que aumentaba el conocimiento agrupaban a los organismos en grupos cada vez
menos intuitivos, y los usuarios de esos sistemas, que estaban más interesados en su
utilidad que en la "naturalidad" de sus grupos.
El término "Taxonomía" (Taxonomie, en francés) fue empleado por primera vez por el
biólogo suizo Augustin Pyrame de Candolle a comienzos del siglo XIX. En términos
etimológicos estrictos, debe considerarse quizá preferible la forma «Taxinomia», pero tiene
un uso muy limitado, casi siempre en traducciones del francés.
Durante varias décadas después de la edición de los libros de Linneo proliferaron los
nombres para animales y plantas y muchas veces hubo más de un nombre para una especie
dada (diferentes nombres para el mismo taxón son llamados "sinónimos"). Cuando así era,
el nombre de uso común era normalmente el más descriptivo, o simplemente el utilizado
por la autoridad más eminente del momento. A esto se sumaba que algunos nombres de
géneros y algunos epítetos específicos eran compuestos por más de una palabra. Esta falta
de estabilidad nomenclatural hizo peligrar el logro de Linneo de una única clasificación
para la comunicación, y eso llevó a, en 1813, la adopción de un código para nombrar a las
plantas, llamado Théorie Elémentaire de la Botanique ("Teoría Elemental de la Botánica")
donde se reglamentaba cuál era el nombre válido para cada taxón. Por lo mismo y para los
animales, en 1842, se adoptó un código de reglas formuladas bajo el auspicio de la British
Association for the Advancement of Science ("Asociación Británica para el Avance de la
Ciencia"), llamado el Strickland Code ("Código de Strickland"). Los dos códigos definirían
las primeras reglas de nomenclatura con el objetivo de obtener un solo nombre válido para
cada taxón. La razón por la que fueron realizados dos códigos en lugar de uno solo es que
los expertos en Botánica y los expertos en Zoología trabajaban con poco conocimiento los
unos de los otros, por lo que resultaba difícil que se reunieran para la creación de un único
código.
De esta forma nacieron las reglas de nomenclatura del sistema de clasificación "natural"
que se utiliza hoy en día, pero no todos estaban de acuerdo en utilizarlo. Los sistemas de
clasificación pueden ser "arbitrarios" o "artificiales", si sólo tratan de agrupar los
organismos para facilitar su determinación de manera artificiosa (por ejemplo, de acuerdo a
su utilidad para los humanos), o "naturales", cuando las jerarquías se establecen en función
de sus afinidades en la Naturaleza. La palabra "natural" nunca fue definida científicamente,
y en la época de Linneo sólo quería decir que las especies habían sido creadas
"naturalmente" parecidas a algunas y disímiles de otras (de hecho, cada científico poseía su
propia definición de "sistema natural", que tenía que ver principalmente con cada
concepción filosófica del mundo). En esa época había mucha gente que no estaba de
acuerdo con que existían las agrupaciones "naturales" de organismos (ya que nadie podía
dar una razón convincente de que existieran) y se negaban a clasificarlos de esa forma,
apoyando los sistemas artificiales de clasificación
La Taxonomía y la evolución:
Antes de que existiera la teoría de la evolución, se entendían las relaciones entre los
organismos de una forma muy parecida a las relaciones entre los países en un mapa.
Cuando irrumpió la teoría de la evolución a mediados del siglo XIX pronto se admitió, tal
como formuló el propio Darwin, que el grado de parentesco entre los taxones (filogenia)
debía ser el criterio para la formación de los grupos. La publicación de su libro El origen de
las especies en 1859 estimuló la incorporación de teorías evolutivas en la clasificación,
proceso que hoy en día aún no está terminado (de Queiroz y Gauthier 1992 ).
Hoy en día, el desarrollo de nuevas técnicas (como el análisis del ADN) y las nuevas
formas de análisis filogenético (que permiten analizar matrices con una cantidad enorme de
datos) están produciendo cambios sustanciales en las clasificaciones al uso, obligando a
deshacer grupos de larga tradición y definir otros nuevos. Los aportes más significativos
proceden de la comparación directa de los genes y de los genomas. El "boom" de los
análisis genéticos de los diferentes organismos y su comparación ha invertido el papel de la
morfología especialmente en la Taxonomía de plantas: cuando fue creada y durante muchos
años, la Taxonomía era la ciencia que agrupaba a los organismos según sus afinidades
morfológicas (y luego también anatómicas, fisiológicas, etc.). Pero hoy en día, cada vez
más los organismos son agrupados según las similitudes en su ADN (y recientemente, en
segundo lugar, con apoyo del registro fósil y la morfología); la evolución de los caracteres
morfológicos es "interpretada" una vez el árbol filogenético está consensuado. Esta
situación ha enriquecido el campo de la Biología Sistemática y ha conseguido establecer
una relación íntima de esta última con la ciencia de la Evolución, relación que antes había
sido desatendida por los científicos debido a la cantidad de imprecisiones existentes en los
sistemas de clasificación antes del desarrollo de los análisis de ADN . En muchas porciones
del árbol filogenético, la Taxonomía pasó a ser sólo la subdisciplina de la Biología
Sistemática que se ocupa de crear el sistema de clasificación según las reglas, y la "estrella"
pasó a ser el árbol filogenético en sí. Los sistemas de clasificación se hacen en
colaboración, según el árbol filogenético más consensuado, y hoy en día se utilizan
métodos estadísticos para consensuar los nodos del árbol filogenético.
ESPECIES:
Concepto Biológico:
Las especies son grupos de poblaciones naturales con cruzamiento entre sí que están
aisladas reproductivamente de otros grupos.(MAYR, 1991)
NOMENCLATURA ZOOLÓGICA:
uso de la nomenclatura:
Sin embargo, a pesar de las reglas que dictan el carácter único del nombre binario para una
especie, en la práctica, es común que existan sinónimos, es decir, que haya varios nombres
científicos en circulación para una misma especie (en general dependientes del punto de
vista del sistema taxonómico particular en uso, y en última instancia, del autor).
HISTORIA:
Desde mediados del s.XIX, se hizo cada vez más notoria la necesidad de un cuerpo de
normas que reglaran la conformación de los nombres científicos. Con el correr del tiempo,
estos cánones conocidos como Códigos de Nomenclatura, dictaron la denominación de:
Generalmente, al lado del nombre binominal consta el apellido del autor (abreviado en
botánica) que primero publicó oficialmente ese nombre. Si la especie en cuestión
actualmente pertenece a un género diferente del original descripto, se hace constar el
nombre del autor original entre paréntesis anexado al nombre actual de la especie. A veces
también se adjunta la fecha en la que se realizó la descripción de la especie. Por ejemplo:
Passer domesticus (Linnaeus, 1758) originalmente descripto como miembro del género
Fringilla.
El nombre del género (nombre genérico) siempre debe tener la inicial mayúscula, mientras
que el epíteto específico no la lleva nunca. [1] La norma incluye la obligación de resaltar el
nombre, lo que en manuscritos y textos mecanografiados se hace subrayándolo (Homo
sapiens), y en textos de imprenta o de ordenador se hace por medio de la cursiva (Homo
sapiens), aunque —con menos frecuencia— también podría resaltarse en negrita (Homo
sapiens).
Cuando se usan nombres vulgares y científicos, generalmente estos últimos entre paréntesis
acompañan a los vulgares. Por ejemplo, "La achicoria (Cichorium intybus) pertenece a la
familia..."
NOMENCLATURA TRINOMIAL:
• La variedad o raza, muy poco definida para considerarse una subespecie, que se
identifica escribiendo a continuación del nombre de la especie o subespecie la
abreviatura var. seguida del nombre de la variedad en sí. Por ejemplo, la acelga es
una variedad de remolacha (Beta vulgaris) y recibe el nombre científico de Beta
vulgaris var. cicla.