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Internet: ¿Es tan bonito como nos lo han pintado?

El uso del internet con propósitos comunicativos ha proliferado mucho alrededor


del mundo y ciertamente los peruanos no somos la excepción. Alguna propaganda
televisiva vendía hace algunos años la idea de que hay tantos chifas como cabinas de
internet. Sea como sea, lo cierto es que el acceso a una conexión de internet no solo
implica un problema técnico como puede ser la instalación de parabólicas en lugares
remotos, sino que trae consigo problemas más gruesos como el aumento de la
desigualdad, el decremento de las relaciones interpersonales e incluso una nueva forma
de adicción. Y según parece, ninguna de estas preguntas se las han hecho en serio los
dueños de las empresas que ofrecen el servicio, los legisladores ni los comunicadores
sociales. Esta actitud es irresponsable porque administran un producto sin saber si tiene
o no efectos perjudiciales.
El estudio científico de este tema se viene recogiendo en no más de media
docena de revistas. Por ejemplo, el volumen 280 del mes de abril de 1998 de la
prestigiosa revista Science trae el trabajo realizado por los doctores Hoffman y Novak.
¿Y qué dice? Bueno, que en los Estados Unidos el internet ha abierto más la brecha
existente entre negros y blancos, entre los que tienen y los que no tienen una conexión,
entre los que están on-line y los que están off-line. Asimismo, que mientras más son los
ingresos familiares y el nivel educativo, el acceso a la WWW se acrecienta. Es decir, el
internet esta más cerca de los que más tienen y no de gran parte de la población que vive
por debajo de la línea de pobreza, esto es porque para tener acceso hace falta un
computador, una conexión y cierto aprendizaje en el uso de este artefacto y aún
teniendo todo esto nada asegura que el navegante tenga la perspicacia y habilidad para
visitar sitios relevantes que acrecienten su cultura.
Por otro lado, la comunicación mediada por internet cuando es usada como un
sustituto de las relaciones interpersonales tiene efectos negativos como el ostracismo
pero cuando se usa como un complemento de la interacción cara a cara, este medio
facilita el mantenimiento los lazos sociales (Kraut et al. 2002. J.Soc. Issues 58(1)). Así
por ejemplo, la permanencia de algunos visitantes del Facebook y el MySpace es
debido a que buscan comunicarse con ayuda de una pantalla mas que cara a cara
(Kujath. 2010. CyberPsychol. Behav.0). Normalmente, estos cibernautas buscan hacer
amigos así como echar un vistazo al catálogo personal de otros. Según un estudio
fisiológico, ellos sienten más placer buscando amigos que viendo catálogos ajenos
(Wise et al. 2010. CyberPsychol. Behav.0).
El uso adictivo del internet cuenta con evidencias. La Dra. Kimberly Young, de
la Universidad de Pittsburgh, ha publicado una serie de artículos sobre este tópico, sus
resultados muestran que el estar sentado muchas horas frente a un computador ocasiona
problemas familiares, académicos y ocupacionales, como pueden ser: la interferencia
con las responsabilidades y las obligaciones en la casa, el decremento de la práctica de
hábitos de estudio, y el uso del tiempo de trabajo para enlazarse con las salas de chat.
Con todo, internet y en especial las redes sociales, las salas de chat y los juegos
en línea son un arma de doble filo, que algunas veces ayudan a complementar nuestras
relaciones interpersonales y otras tantas socaban clandestinamente nuestra vida en
sociedad. Siendo así es mejor alertar al vulgo. Y no se me ocurrió mejor idea que
extraer un fragmento de un texto que leí hace algunos meses y que adjunto en la parte
final de este documento que queda a juicio del lector.
Salim Bravo.
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