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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

ESCUELA PREPARATORIA No.2


TRABAJO FINAL DE FILOSOFIA
BIOTECNOLOGIA Y BIOETICA

ALUMNAS:
CORONADO MENDOZA LILIANA
GARCIA ORNELAS DIANA STEPHANIE
VILLASEÑOR LEGASPI KARLA PAULINA
GRADO: 6ºA
TURNO: MATUTINO
ASIGNATURA: FILOSOFIA 3
PROFESOR: DAVID AXEL RUVALCABA.
INDICE

Biotecnología:

1-Historia de la biotecnología

2-Biotecnologia moderna

3- Introducción y definiciones

4- Avances de la biotecnología moderna

5- La biotecnología moderna como asunto prioritario y


estratégico para México

BIOETICA:

2- Definición y dominios

3- Principios fundamentales de la bioética

4- Los cuatro principios definidos por Beauchamp y


Childress

5-Principio de autonomía
6- Principio de beneficencia

7- Principio de justicia

8- Ámbitos de la bioética

9- Energia biotica

10- Psicorragia
11- Orígenes, difusión y definición de la bioética

12-Los principales centros de bioética en el mundo

13-Los comités de bioética

14-De la ética médica a la Bioética

15-El primer cambio surgimiento de la bioética

.16-Novedad Terminología y conceptual

. 17-Factores en la génesis de la Bioética

18-Los criterios referenciales de la Bioetica

19-BIOETICA

20-Bioética y ética médica

21-Formación en bioética

22-División de la bioética

23-Origen e historia de la bioética

24-Alcance de la bioética

25-Papel de las cosmovisiones culturales y religiosas

26-Algunas aportaciones de la bioética al debate


filosófico

27-Fundamentaciones de la bioética
28-Valor absoluto de la persona

29-Los cuatro principios de la bioética

30-Principio de no maleficencia

31-Principio de beneficencia

31-Principio de justicia

32-Matizaciones al enfoque principialista de la bioética

33-Bioética y derecho

34-Algunos peligros asociados a la invocación de la


bioética
Biotecnología

A nivel básico la biotecnología se puede definir como una técnica que


utiliza células vivas, cultivos de tejidos o moléculas derivadas de un
organismo como las enzimas para obtener o modificar un producto,
mejorar una planta o animal o desarrollar un microorganismo para
utilizarlo con un propósito especifico . Según esta definición, la
fabricación entre otros de pan y cerveza que se basa en el empleo de
células de levaduras es un proceso biotecnológico. La diferencia
aportada por la biotecnología moderna es que actualmente el hambre
no solo sabe cómo usar las células u organismos que le ofrece la
naturaleza, sino q ha aprendido a modificarlos y manipularlos en
función de sus necesidades. La biotecnología tal como la conocemos
actualmente empezó en los años 50 con el descubrimiento por James
Watson y Francis Crick de la estructura de la molécula de ADN.
Biotecnología significa la aplicación de principios científicos y de
ingeniería por el proceso de materiales a través de agentes biológicos
para obtener bienes y servicios o también significa la aplicación de la
ciencia y de la ingeniería con el uso directo o indirecto de organismos
vivos o partes o productos de organismos. La biotecnología ofrece los
medios para producir alimentos de mejor calidad, en forma más
eficiente y segura para la salud y el medio ambiente. Desde el punto
de vista productivo el uso de estas nuevas tecnologías, permite
aumentar la competitividad de países agros exportadores , una de las
promesas de la biotecnología es generar innovaciones y mejoras en
los alimentos conduciendo a prácticas agrícolas mas ecológicas
contribuyendo a una agricultura sustentable que utilice con respeto los
recursos del medio ambiente y sin hipotecar generaciones futuras.
También es el empleo de organismos vivos para la obtención de un
bien o servicio útil para el hombre, así la biotecnología tiene una larga
historia que se remota a la fabricación del vino, el pan, el queso y el
yogurt, el descubrimiento de que el jugo de uva fermentado se
convierte en vino, que la leche puede convertirse en queso o yogurt, o
que se puede hacer cerveza fermentando soluciones de malta y lúpulo

fue el comienzo de la biotecnología hace miles de años. Estas


aplicaciones constituyen lo que se conoce como biotecnología
tradicional y se basa en la obtención y utilización de los productos del
metabolismo de ciertos microorganismos. La biotecnología moderna,
en cambio, surge en la década de los 80 y utiliza técnicas
denominadas en su conjunto ingeniería genética para modificar y
transferir genes de un organismo a otro. De esta manera es posible
producir insulina humana en bacterias a consecuentemente mejorar el
tratamiento, también se fabrica la quimosina enzima clave para la
fabricación del queso y que evita el empleo del cuajo en este proceso,
es posible transferir un gen proveniente de una bacteria a una planta,
como el maíz, en este caso los bacilos del suelo fabrican una proteína
que mata a las larvas de un insecto que normalmente destruyen los
cultivos de maíz, al transferirle el gen correspondiente, ahora el maíz
fabrica esta proteína y por lo tanto resulta refractora al ataque del
insecto, actualmente el concepto de tecnología se circunscribía al
campo de la ingeniería bioquímica de manera fundamental en el área
de la microbiología industrial y la tecnología enzimática, sin embargo
el termino a adquirido un significado más amplio e incluso los actuales
límites conceptuales de la biotecnología en ocasiones no son muy
claros se ha definido como la utilización de moléculas obtenidas
biológicamente estructuras, células u organismos para llevar acabo
procesos específicos. Es el uso de agentes biológicos simples como
las células vivas o muertas y componentes celulares, excluyendo las
aplicaciones de organismos complejos.

La biotecnología es la tecnología basada en la biología especialmente


usada en agricultura, farmacia, ciencia de los alimentos,
medioambiente y medicina. Se desarrolla en un enfoque
multidisciplinario que involucra varias disciplinas y ciencias como
biología, bioquímica, genética, virología, agronomía, ingeniería, física,
química, medicina y veterinaria entre otras. Tiene gran repercusión en
la farmacia, la medicina, la microbiología, la ciencia de los alimentos,
la minería y la agricultura entre otros campos.

Probablemente el primero que usó este término fue el ingeniero


húngaro Karl Ereki, en 1919, quien la introdujo en su libro
Biotecnología en la producción cárnica y láctea de una gran
explotación agropecuaria.Según el Convenio sobre Diversidad
Biológica de 1992, la biotecnología podría definirse como toda
aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos
vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o
procesos para usos específicos.

El Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del


Convenio sobre la Diversidad Biológica5 define la biotecnología
moderna como la aplicación de:Técnicas in vitro de ácido nucleico,
incluidos el ácido desoxirribonucleico (ADN) recombinante y la
inyección directa de ácido nucleico en células u orgánulos, o La fusión
de células más allá de la familia taxonómica que superan las barreras
fisiológicas naturales de la reproducción o de la recombinación y que
no son técnicas utilizadas en la reproducción y selección tradicional

Historia de la biotecnología

8000 a. C.: Recolección de semillas para replantación.6 Evidencias de


que en Mesopotamia se utilizaba crianza selectiva en ganadería.
6000 a. C.: Medio Oriente, utilización de levadura en la elaboración de
cerveza.

4000 a. C.: China, fabricación de yogur y queso por fermentación


láctica utilizando bacterias.

2300 a. C.: Egipto, producción de pan con levadura.

1590: Invención del microscopio por Zacarías Janssen

1665: Robert Hooke utiliza por primera vez la palabra célula en su libro
Micrographia.

1856: Gregor Mendel comienza un estudio de características


específicas que encontró en ciertas plantas, las que fueron pasadas a
las futuras generaciones.

1861: Louis Pasteur define el rol de los microorganismos y establece


la ciencia de la microbiología.

1880: Se descubren los microorganismos.

1919: Karl Ereky, ingeniero húngaro, utiliza por primera vez la palabra
biotecnología.

1953 James Watson y Francis Crick describen la estructura doble


hélice de la molécula de ADN.

1965: El biólogo estadounidense Robert W. Holley leyó por primera


vez la información total de un gen de levadura compuesta por 77
bases, lo que le valió el Premio Nobel.

1970: el científico estadounidense Har Gobind Khorana consiguió


reconstruir en el laboratorio un gen completo.
1973: Se desarrolla la tecnología de recombinación del ADN por
Stanley Cohen, de la Universidad de Stanford, y Herbert Boyer, de la
Universidad de California, San Francisco.

1976: Har Gobind Khorana sintetiza una molécula de ácido nucleico


compuesta por 206 bases.

1976: Robert Swanson y Herbert Boyer crean Genentech, la primera


compañía de biotecnología.

1982: Se produce insulina para humanos, la primera hormona


obtenida mediante la biotecnología. Su nombre comercial es
Humulina, de la compañía Eli-Lilly

1983: Se aprueban los alimentos transgénicos producidos por


Calgene. Es la primera vez que se autorizan alimentos transgénicos
en Estados Unidos.

2003 Cincuenta años después del descubrimiento de la estructura del


ADN, se completa la secuencia del genoma humano.

Lo que hoy se conoce como ingeniería genética o ADN recombinante,


fue parte del hallazgo en 1970 hecho por Hamilton Smith y Daniel
Nathans de la enzima restrictasa capaz de reconocer y cortar el ADN
en secuencias específicas, hallazgo que les valió el Premio Nobel de
fisiología y medicina, compartido con Werner Arber, en 1978. Este
descubrimiento consecuencia de un hallazgo accidental - Serendipia
dio origen al desarrollo de lo que hoy se conoce como Ingeniería
genética o Biotecnología, que permite clonar cualquier gen en un virus,
microorganismo, célula de planta o de animal.

Hoy en día, la moderna biotecnología es frecuentemente asociada con


el uso de microorganismos alterados genéticamente como el E. coli o
levaduras para producir sustancias como la insulina o algunos
antibióticos. El lanzamiento comercial de insulina recombinada para
humanos en 1982 marcó un hito en la evolución de la biotecnología
moderna. La biotecnología encuentra sus raíces en la biología
molecular, un campo de estudios que evoluciona rápidamente en los
años 1970, dando origen a la primera compañía de biotecnología,
Genentech, en 1976.

Desde los 70s hasta la actualidad, la lista de compañías


biotecnológicas ha aumentado y ha tenido importantes logros en
desarrollar nuevas drogas. En la actualidad existen más de 4.000
compañías que se concentran en Europa, Norteamérica y Asia-
Pacífico. La biotecnología nació en Norteamérica a fines de los 70s,
Europa se incorporó a su desarrollo en los años 1990.

Tradicionalmente las empresas biotecnológicas han debido asociarse


con farmacéuticas para obtener fondos de financiación, credibilidad y
posición estratégica. Sin embargo, en los últimos años se ha
intensificado la búsqueda de su propio rumbo. Una prueba de ello es
el aumento de asociaciones entre empresas biotecnológicas
excediendo al número de asociaciones entre empresas
biotecnológicas con empresas farmacéuticas.

Aplicaciones

La biotecnología tiene aplicaciones en importantes áreas industriales


como lo son la atención de la salud, con el desarrollo de nuevos
enfoques para el tratamiento de enfermedades; la agricultura con el
desarrollo de cultivos y alimentos mejorados; usos no alimentarios de
los cultivos, como por ejemplo plásticos biodegradables, aceites
vegetales y biocombustibles; y cuidado medioambiental a través de la
biorremediación, como el reciclaje, el tratamiento de residuos y la
limpieza de sitios contaminados por actividades industriales. A este
uso específico de plantas en la biotecnología se llama biotecnología
vegetal. Además se aplica en la genética para modificar ciertos
organismos.7

Las aplicaciones de la biotecnología son numerosas y se suelen


codificarse como:

Biotecnología roja: se aplica a la utilización de biotecnología en


procesos médicos. Algunos ejemplos son el diseño de organismos
para producir antibióticos, el desarrollo de vacunas más seguras y
nuevos fármacos, los diagnósticos moleculares, las terapias
regenerativas y el desarrollo de la ingeniería genética para curar
enfermedades a través de la manipulación génica.

Biotecnología blanca: también conocida como biotecnología industrial,


es aquella aplicada a procesos industriales. Un ejemplo de ello es el
diseño de microorganismos para producir un producto químico o el uso
de enzimas como catalizadores industriales, ya sea para producir
productos químicos valiosos o destruir contaminantes químicos
peligrosos por ejemplo utilizando oxidorreductasas. También se aplica
a los usos de la biotecnología en la industria textil, en la creación de
nuevos materiales, como plásticos biodegradables y en la producción
de biocombustibles. Su principal objetivo es la creación de productos
fácilmente degradables, que consuman menos energía y generen
menos desechos durante su producción. La biotecnología blanca
tiende a consumir menos recursosque los procesos tradicionales
utilizados para producir bienes industriales.

Biotecnología verde: es la biotecnología aplicada a procesos agrícolas.


Un ejemplo de ello es el diseño de plantas transgénicas capaces de
crecer en condiciones ambientales desfavorables o plantas resistentes
a plagas y enfermedades. Se espera que la biotecnología verde
produzca soluciones más amigables con el medio ambiente que los
métodos tradicionales de la agricultura industrial. Un ejemplo de esto
es la ingeniería genética en plantas para expresar plaguicidas, con lo
que se elimina la necesidad de la aplicación externa de los mismos,
como es el caso del maíz Bt. Si los productos de la biotecnología
verde como éste son más respetuosos con el medio ambiente o no, es
un tema de debate.

Biotecnología azul: también llamada biotecnología marina, es un


término utilizado para describir las aplicaciones de la biotecnología en
ambientes marinos y acuáticos. Aún en una fase temprana de
desarrollo sus aplicaciones son prometedoras para la acuicultura,
cuidados sanitarios, cosmética y productos alimentarios.

BIOTECNOLOGIA MODERNA
Ciencia y tecnología para el desarrollo del País. El desarrollo científico
y tecnológico es uno de los mas poderosos motores de cambio social
y progreso económico en el mundo actual el bienestar de las
sociedades contemporáneas está determinado cada vez más, por el
avance del conocimiento que se genera y domina, y por las
innovaciones tecnológicas que se consiguen implantar . este factor de
bienestar y progreso tendrá además una importancia creciente en el
futuro próximo.

En este nuevo escenario mundial resulta entonces vital reforzar el


México los espacios plurales para el análisis, la reflexión y la crítica y
flexibilizar los marcos jurídicos para reorganizar y optimizar nuestras
capacidades, en beneficio del desarrollo científico y social del país.

Introducción y definiciones

El papel que desempeña la biotecnología moderna en el mundo actual


es clave. El nuestro es un mundo contaminado y con ecosistemas
destruidos por los impactos de la industrialización. Un mundo con una
población en demanda creciente de alimentos, de agua, de recursos
energéticos, de servicios de salud y vivienda, cuya satisfacción
implicará consolidar y modernizar la industria y la producción
agropecuaria. Ante ésta realidad, si no mantenemos una conciencia
crítica y nos movemos hacia la búsqueda de alternativas tecnológicas
eficaces y limpias iremos irremediablemente hacia escenarios de
mayor contaminación y degradación.

Avances de la biotecnología moderna

La plataforma de despegue de la biotecnología moderna fue, como ya


se había mencionado, la capacidad de aislar, editar y manipular el
material de los organismos vivos, llegando al grado de crear
organismos transgénicos, muchos de los cuales producen proteínas
específicas etólogas.

Con el desarrollo de técnicas más complejas, en los años recientes se


han alcanzado avances muy importantes en diferentes áreas, ejemplo
de éste avance es la determinación de las secuencias nucleotídicas de
genomas completos de microorganismos, animales, plantas y del
hombre mismo.

La biotecnología moderna como asunto prioritario y estrategico


para México

México es la quinta región más rica en biodiversidad del planeta, esta


es una riqueza estratégica tan importante como el petróleo, el cual
finalmente no es renovable. Entre los recursos naturales biológicos
que conforman la biodiversidad mexicana, contamos con plantas,
animales, insectos y microbios únicos en el planeta, recursos
renovables a partir de los

cuales se podrían plantar estrategias para su uso racional y


sustentable, con la aplicación de la tecnología moderna. Con ello, se
podrían obtener beneficios importantes para nuestro país, a partir de
desarrollos de progresos o productos que permitan Una mayor
autosuficiencia en cuanto a la elaboración de productos básicos
alimentos, medicamentos, tratamiento de contaminantes, entre otros.
El desarrollo de dichos procesos o productos y su uso novedoso, nos
abrirá también las puertas hacia el ámbito internacional en términos de
la definición de nuestra estrategia así como la puesta en práctica de
políticas y planes de desarrollo originales y con ventajas para nuestro
país. Por otro lado, la necesidad de una sociedad bien informada es
fundamental para avanzar en la instrumentación de la biotecnología
como herramienta estratégica para el desarrollo del país. En la
controversia surgida obre el use de organismos transgénicos i su
impacto en la salud, la alimentación, y el medio ambiente se ha puesto
un énfasis desmedido de los riesgos sin presentar objetivamente los
beneficios actuales i potenciales. Abandonar esta opción sería un
terrible error, incluso desde el punto de vista de la ética. Para explicar
por qué basta imaginar la situación de las comunidades a las cuales
no ha llegado a un el beneficio de la biotecnología actual. Áreas
estratégicas para México en biotecnología moderna: criterios e
indicadores de selección. De lo anterior se desprende la necesidad de
seleccionar, en diferentes sectores, áreas estratégicas en las que
México, por sus recursos i condiciones particulares, debe invertir i
concentrar esfuerzos en esquemas sustentados en biotecnología
moderna. Así, este documento representa el trabajo de académicos y
profesionistas para identificar estas áreas estratégicas con base en un
conjunto de indicadores i criterios de selección, entre los cuales
resaltan:

tendencias y horizontes de la biotecnología moderna en el ámbito


internacional; capacidad i potencial de la investigación científica y del
desarrollo tecnológico mexicano; identificación de necesidades y
problemas reales, actuales y futuros de México; impacto social y
económico de las áreas seleccionada; potencial de mercado para la
biotecnología mexicana: vulnerabilidad o factibilidad de las areas;
recursos naturales estratégicos; objetivo primario de la investigación
en cada área capacidad de la investigación para coordinar diferentes
instituciones y esfuerzos nacionales; capacidad de apoyo al desarrollo
biotecnológico, vía la cooperación técnica internacional y por medio de
oportunidades de financiamiento.

Queremos mencionar que las áreas seleccionadas no son las únicas


que deben ser apoyadas, pero ciertamente son, a juicio de los autores
de este documento, áreas en las que México debería canalizar
esfuerzos concertados entre los diferentes actores que tienen bajo su
responsabilidad consolidar la biotecnología para propiciar el desarrollo
del país.

BIOETICA

La bioética no es un asunto de filósofos ni tampoco de médicos


exclusiva o particularmente por el contrario se trata de un campo de
confluencia de intereses, lenguajes, métodos, experiencias
provenientes de diferentes fuentes pero centradas en torno al
problema de frontera propio de la bioética. La bioética posee una
dimensión simbólica y debe ocuparse seriamente de la dimensión
simbólica de la existencia de la sociedad y de los desarrollos tecno
científicos, cabe decir que la bioética se rige como fuente entre la
salud y las ciencias sociales y humanas pero con ellas entonces
también y necesariamente entre las ciencias que se encuentran en la
base de las ciencias de la salud ciencias exactas básicas y naturales,
y las ciencias sociales y humanas.

En segundo lugar la bioética da lugar al mismo tiempo a un nuevo


lenguaje a la búsqueda de nuevos métodos y aproximaciones, en fin a
la búsqueda y construcción de herramientas. El termino bioética fue
utilizado por primera vez por V.R Potter hace poco mas de 30 años,
con este término aludía Potter a los problemas que el inaudito
desarrollo de la tecnología plantea a un mundo en plena crisis de
valores, urgía así superar la actual ruptura entre la ciencia y la
tecnología de una parte y las humanidades de otro, esta fisura hunde
sus raíces en la simetría existente entre el enorme desarrollo
tecnológico actual que otorgo el hombre el poder de manipular la
intimidad del ser humano y alterar el medio. La bioética surge por tanto
como un intento de establecer un puente entre ciencia experimental y
humanidades de ella espera una formulación de principios que permita
afrontar con responsabilidad también a nivel global las posibilidades
enormes impensable hacer solo unas años que hay nos ofrece la
tecnología, en ocasiones se habla de bioética clínica o toma de
decisiones en ella se examinan dilemas nacidos en el ejercicio
asistencial de la medicina analizándose los valores éticos en juego y
los medios concretos disponibles para resolver el conflicto de la mejor
manera. Si bien el caso particular presenta matices a considerar y
priorizar la conducta no debería entrar en contradicción con los valores
utilizados en la bioética en general. Podemos dividir la bioética en una
parte general lo fundamental y una parte especial o aplicada, la
bioética general se ocupa de los fundamentos éticos y la bioética
especial se ocupa de los específicos tanto del terreno medico y
biomédico.

La bioética es la rama de la ética que se dedica a proveer los


principios para la correcta conducta humana respecto a la vida, tanto
de la vida humana como de la vida no humana animal y vegetal, así
como del ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables
para la vida.

En su sentido más amplio, la bioética no se limita al ámbito médico,


sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la
vida en general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones
relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales.

La bioética es una disciplina relativamente nueva, y el origen del


término corresponde al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador
alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un
artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los
animales Más adelante, en 1970, el oncólogo norteamericano Van
Rensselaer Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre "la
ciencia de la supervivencia".

Definición y dominios

La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen


en las relaciones entre biología, nutrición, medicina, política, derecho,
filosofía, sociología, antropología, teología, etc. Existe un desacuerdo
acerca del dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas
biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a
lo relacionado con los tratamientos médicos o con la innovación
tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que la ética debe incluir lo
relativo a todas las acciones que puedan ayudar o dañar organismos
capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no sólo
hay que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de
sentir dolor o sin tal capacidad), sino también al ambiente en el que se
desarrolla la vida, por lo que también se relaciona con la ecología.

El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al


ser humano, a sus derechos inalienables, a su bien verdadero e
integral: la dignidad de la persona.

Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la


visión que de ésta se tenga condiciona y fundamenta la solución ética
de cada intervención técnica sobre el ser humano.

La bioética es con frecuencia asunto de discusión política, lo que


genera crudos enfrentamientos entre aquellos que defienden el
progreso tecnológico en forma incondicionada y aquellos que
consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que debe estar al
servicio de las personas y bajo el control de criterios éticos; o entre
quienes defienden los derechos para algunos animales y quienes no
consideran tales derechos como algo regulable por la ley; o entre
quienes están a favor o en contra del aborto o la eutanasia.

Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la


Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo se escandalizó tras el
descubrimiento de los experimentos médicos llevados a cabo por los
facultativos del régimen hitleriano sobre los prisioneros en los campos
de concentración. Esta situación, a la que se suma el dilema planteado
por el invento de la fístula para diálisis renal de Scribner (Seattle,
1960), las prácticas del Hospital Judío de Enfermedades Crónicas
(Brooklyn, 1963) o la Escuela de Willowbrook (Nueva York, 1963), van
configurando un panorama donde se hace necesaria la regulación, o al
menos, la declaración de principios a favor de las víctimas de estos
experimentos. Ello determina la publicación de diversas declaraciones
y documentos bioéticos a nivel mundial.

Principios fundamentales de la bioética

En 1979, los bioeticistas T. L. Beauchamp y J. F. Childress, definieron


los cuatro principios de la bioética: autonomía, no maleficencia,
beneficencia y justicia. En un primer momento definieron que estos
principios son prima facie, esto es, que vinculan siempre que no
colisionen entre ellos, en cuyo caso habrá que dar prioridad a uno u
otro, dependiendo del caso. Sin embargo, en 2003 Beauchamp
considera que los principios deben ser especificados para aplicarlos a
los análisis de los casos concretos, o sea, deben ser discutidos y
determinados por el caso concreto a nivel casuístico.

Los cuatro principios definidos por Beauchamp y Childress son:

Principio de autonomía:

La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno


mismo sin influencia de presiones externas o internas. El principio de
autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como
norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas
puedan ser no autónomas o presenten una autonomía disminuida
personas en estado vegetativo o con daño cerebral, etc. en cuyo caso
será necesario justificar por qué no existe autonomía o por qué ésta se
encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento
informado es la máxima expresión de este principio de autonomía,
constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico, pues las
preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde el punto
de vista ético y supone que el objetivo del médico es respetar esta
autonomía porque se trata de la salud del paciente.

Principio de beneficencia:

Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos


intereses y suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el mejor
interés del paciente pero sin tener en cuenta la opinión de éste.
Supone que el médico posee una formación y conocimientos de los
que el paciente carece, por lo que aquél sabe y por tanto, decide lo
más conveniente para éste. Es decir todo para el paciente pero sin
contar con él. Un primer obstáculo al analizar este principio es que
desestima la opinión del paciente, primer involucrado y afectado por la
situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de
conocimientos médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de
médicos y de pacientes pueden discrepar respecto a qué es perjuicio y
qué es beneficio. Por ello, es difícil defender la primacía de este
principio, pues si se toman decisiones médicas desde éste, se dejan
de lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia.
Principio de no maleficencia:

Abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan


causar daño o perjudicar a otros. Es un imperativo ético válido para
todos, no sólo en el ámbito biomédico sino en todos los sectores de la
vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe encontrar
una interpretación adecuada pues a veces las actuaciones médicas
dañan para obtener un bien.

Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a


otros. El análisis de este principio va de la mano con el de
beneficencia, para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio.

Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias:


tener una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada
permanentemente para dedicarse al ejercicio profesional, investigar
sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los
ya existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para
los pacientes; avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina
defensiva y, con ello, la multiplicación de procedimientos y/o
tratamientos innecesarios.

Principio de justicia:

Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las


situaciones de desigualdad ideológica, social, cultural, económica, etc.
En nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la igualdad entre
todos los hombres es sólo una aspiración, se pretende que todos sean
menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a
los iguales y desigual a los desiguales para disminuir las situaciones
de desigualdad.

El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal


tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales y un principio
material determinar las características relevantes para la distribución
de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad
económica, esfuerzo personal, etc.

Las políticas públicas se diseñan de acuerdo con ciertos principios


materiales de justicia. En España, por ejemplo, la asistencia sanitaria
es teóricamente universal y gratuita y está, por tanto, basada en el
principio de la necesidad. En cambio, en Estados Unidos la mayor
parte de la asistencia sanitaria de la población está basada en los
seguros individuales contratados con compañías privadas de
asistencia médica.

Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar


qué igualdades o desigualdades se van a tener en cuenta para
determinar el tratamiento que se va a dar a cada uno. El enfermo
espera que el médico haga todo lo posible en beneficio de su salud.
Pero también debe saber que las actuaciones médicas están limitadas
por una situación impuesta al médico, como intereses legítimos de
terceros.

La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los


principios de beneficencia y de autonomía, pero cuando estos
principios entran en conflicto, a menudo por la escasez de recursos, es
el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos. En
cambio, la política sanitaria se basa en el principio de justicia, y será
tanto más justa en cuanto que consiga una mayor igualdad de
oportunidades para compensar las desigualdades.

Ámbitos de la bioética

Problemas éticos derivados de las profesiones sanitarias:


transfusiones de sangre, eutanasia, trasplantes de órganos,
reproducción asistida o mediante fertilización in vitro, aborto,
todos los asuntos implicados en la relación médico-paciente.

Problemas de la investigación científica, en particular la investigación


biomédica, que tanto pueden transformar al hombre: manipulación
genética, tecnologías reproductivas como la fecundación in vitro o la
por ahora sólo hipotética clonación humana, etc.

Los problemas ecológicos, del medio ambiente y la biosfera:


necesidad de conservación del medio ambiente, como mantener el
equilibrio entre las especies y el respeto hacia los animales y la
naturaleza, impedir el uso de energía nuclear, controlar el crecimiento
de la población mundial y el incremento del hambre en los países
pobres, etc.

Influencia social y política de las cuestiones anteriores, en cuanto a


legislación, educación, políticas sanitarias, religión, etc.

La Dra. María Dolores Vila-Coro Barrachina, en su libro La vida


humana en la encrucijada, establece una clasificación de la bioética en
cuatro aspectos:
La bioética teórica, o meta-bioética, que trata los fundamentos
conceptuales de la bioética en el marco de las teorías morales y la
justificación de sus nociones básicas persona, dignidad, autonomía,
etc.

La bioética clínica, referida a las decisiones éticas que se toman en la


práctica profesional, vinculada a la deontología médica clásica y que
se focaliza en los casos individuales de los pacientes que plantean la
resolución de un problema ético.

La bioética normativa, conocida también como bioderecho, en la que


tienen una participación directa juristas y autoridades públicas y que
se orienta hacia la adopción de reglas generales en la política sanitaria
y el sistema jurídico. Centra su interés en la racionalidad de las
decisiones colectivas en las áreas donde confluyen la salud pública,
los derechos humanos y la regulación de los avances científicos.

La bioética cultural, que trata del esfuerzo sistemático en relacionar los


nuevos dilemas bioéticos con el contexto histórico y sociocultural en el
que se dan. Trata de evitar la imposición de determinadas visiones de
la bioética en sociedades que tienen valores distintos.

ENERGÍA BIÓTICA:

Se ha especulado mucho acerca del tipo de energía que pueda estar


compuesta la telergia, respecto a la cual, solo podemos decir por
ahora que es una energía biotica, al ser producida por el hombre.
Biótica significa Materia. Por tanto, energía biótica es un sinónimo de
telergía.

PSICORRAGIA:

Este término designa el desbordamiento incontrolado de energía


biótica telergía. Así cuando un sujeto Paranormal produce de forma
inconsciente una determinada fenomenología psicocinética e
incontrolada, decimos que nos hallamos ante un efecto de psicorragia.

Orígenes, difusión y definición de la bioética..

A veinte años casi de la aparición del termino bioética en un artículo


escrito por el oncólogo Van Rensselaer Potter en 1970 y titulado The
science of survilal que repitió el año siguiente en otro de sus libros,
Survival, bridge to the future creemos oportuno repasar el camino
recorrido por un movimiento de ideas que con este nombre tuvo de
inmediato una gran acogida. Como ya en otro lugar se ha trazado el
perfil histórico o histórico- filosófico de este desarrollo, digamos por
nuestra parte que, desde que aparecieron las anteriores ediciones de
este manual, se han multiplicado la documentación, las obras y las
publicaciones relativas a la nueva disciplina, siendo posible ahora ya
definirla mejor. Son estas razones las que hacían necesario revisar y
actualizar algunas partes de la presente obra.

Sin embargo no resulta fácil llevar a cabo esta revisión imprescindible


del gran trabajo efectuado anteriormente porque la ampliación de los
horizontes de reflexión y el crecimiento números de autores , de
centros de estudio y de libros publicados , corresponden también a
una creciente diferenciación de propuestas y a veces de enfoques
filosóficos contrapuestos, por lo cual habrá de tomar sus precauciones

Quien pretenda encontrar unas constantes y ciertos puntos de


contacto suficientemente significativos.

Por consiguiente, en la concepción de potter la bioética parte de una


situación de alarma y de una preocupación crítica ante el progreso de
la ciencia y de la sociedad, expresándose así teóricamente la duda
sobre la capacidad de supervivencia de la humanidad, pedagógica y
precisamente por efecto del progreso científico.

Los principales centros de bioética en el mundo


Su objetivo específico es considerar los aspectos éticos, sociales y
legales de las ciencias médico-sanitarias. Esto estudios despertaron
un interés tan grande que al principio no se reparó en los problemas
económicos y de logística. En 1988 el centro manejaba un
presupuesto de 1.6 millones de dólares.

De hecho este centro introdujo una amplia temática médica y médico-


social en el debate bioético. Los resultados de esos estudios se han
venido publicando en la revista Hastings Henter Report órgano oficial
del centro y en muchas otras monografías.

Desde Estados Unidos el interés por la bioética paso a Europa, pese a


que fue en e viejo continente donde se habían desarrollado los
sistemas filosóficos-morales más significativos, que durante siglos
inspiraron la vida social.

Por iniciativa de algunos profesores de la Universidad católica de


Lovaina se creó en Brúcelas en 1983 el Centre d Etudes Biothiques:
se trata de una asociación sin fines de lucro afiliada a la universidad
de Lovaina, dirijida en otro tiempo por el profesor de Filosofía y Ética
Medica J. F. Malherbe. Otros centros de interés bioético existen
también en Francia, entre los cuales recordamos sobre todo el Institute
National de la Sante et de la Recherche Medicale (INSERM) dirigido
por C. Ambroselli.

La enseñanza de la bioética en las universidades italianas la llevan a


cabo las universidades Pontificias desde una perspectiva teológica, y
entre las públicas –además de la universidad católica de Roma donde
existe una cátedra y se ha formalizado el instituto de bioética
perteneciente al centro de bioética-, recientemente se ha puesto en
marcha en Florencia una cátedra de 2do nivel, que imparte el Prof. P
Cattorini.

Los comités de bioética


La enseñanza de la bioética en las cátedras universitarias llevado a
cabo hasta ahora sobre todo en las facultades de medicina, ha
contribuido ciertamente a definir mejor esta disciplina mientras casi
todas las facultades de medicina de Estados Unidos ofrecen esta
enseñanza, en Europa apenas se inicia aunque se va difundiendo
cada vez más como hemos dicho respecto de Italia, otro tanto –y tal
vez con una mayor presencia- se puede decir de España, Francia,
Bélgica, Holanda o Alemania.

Amplia resonancia ha tenido asimismo el comité National Consultatif d


Ethique que el entonces presidente de la República Francesa F.
Mitterrand ordeno constituir a partir de 1984 i cuyos Avis no están
destinados solo a los poderes públicos sino también a la opinión
pública en general. El Consejo de Europa ha promovido también 2
conferencias internacionales: una en Estrasburgo, sobre la enseñanza
de bioética en Europa en diciembre de 1989,Y otra de los presidentes
de los comités nacionales e bioética, en mayo de 1992 en Madrid

De la ética médica a la Bioética

Al reconstruir el pensamiento ético occidental en el ámbito médico no


podemos pasar por alto a Hipócrates (460-370 a. C.) Y su juramento.

Según esta interpretación, el Juramento represente la expresión propia


de la cultura de la época, de carácter pre jurídico, peculiar de una
categoría de personas- los médicos- a la que se consideraba de
alguna manera por encima de la ley, la estructura del Juramento
comprende:

A) una invocación a la divinidad como introducción característica.,

b)la parte central que consta, a su vez, de 2 fragmentos: uno que se


refiere al compromiso de respetar al maestro , de transmitir de forma
gratuita la enseñanza a los hijos del maestro, i de enseñar en general
al que suscribe el juramento., la otra parte está dedicada más
propiamente a la terapia, que obliga al médico a excluir ciertas
acciones como la de administrar veneno incluso a quien se lo solicite.,
el “aborto provocado”., cualquier abuso sexual hacia la personas del
enfermo y de los familiares, y el respeto del secreto médico.,

c)y una conclusión, que invoca sanciones por parte de la divinidad en


sentido positivo “bendiciones” para quien lo observa y en sentido
punitivo “maldiciones” para quien lo transgrede.

El primer cambio surgimiento de la bioética

La bioética nació en los Estados Unidos, rápidamente paso a Europa


primero con Fco Abel médico-sacerdote quien funda en 1980 el centro
Borla de bioética en Barcelona, España ese mismo año en una
reunión del CIOMS, el Doctor José Kuty Potter inicia su preocupación
por los aspectos humanistas de la medicina y con el tiempo funda en
México el Instituto de Humanismo en Ciencias De La Salud, dentro d
la Universidad Anáhuac, en Sudamérica Médicos como José Alberto
Mainetti i Juan Carlos Tealdi en Argentina inician con este movimiento

que en los últimos año especialmente en Chile ha echado raíces, al


punto de que el Programa Regional De Bioética para América Latina y
el Caribe, dependiendo de la OPS-OMS, tiene su sede en Santiago de
Chile.

Hoy en México existen diversos focos donde se desarrolla la Bioética.


El primero como se señaló, fue el Instituto de Humanismo en Ciencias
de la Salud de la universidad Anahuac, el segundo fue el Centro de
Investigaciones en Bioética de la Universidad de Guanajuato. Después
nacieron el Centro de Estudios e Investigaciones en Bioética de
Guadalajara, el Instituto de Bioética de la Universidad Popular
Autónoma de Puebla, el Instituto de Humanismo de Ciencias de la
Salud, con sede en Monterrey. Pronto empezaron a funcionar algunos
otros en San Luis Potosí y Aguascalientes y con el tiempo seguirán
aumentando. Además, existe una comisión nacional de bioética
fundada y dirigida hasta ahora por el doctor Manuel Velasco Suárez.

Novedad Terminología y conceptual

El término bioética es de acuñación reciente. Nacido en ambiente


anglosajón, ha encontrado favorable acogida en las restantes áreas
lingüísticas. Por tratarse de una novedad terminológica y conceptual
es preciso iniciar la reflexión con un conjunto de aproximaciones al
mismo tiempo de limitativas y clarificadoras.

La composición de raíz griega alude a dos magnitudes de notable


significación: BIOS (vida) ethos (etica). Propósito general de la bioética
es lograr la adecuada composición entre esas dos realidades de la
vida y de la ética una composición, que no sea mera yuxtaposición
sino auténtica interacción.

Los hechos biológicos tienen una ineludible repercusión en los valores


éticos, los avances científicos, -técnicos de la biología han de ser
orientados para promocionar la calidad de vida, individual y social,
personal y ambiental, por otra parte , donde la vida humana se
encuentra decisivamente problematizada es en las situaciones

Sometidas a la práctica médica. De ahí que la bioética tenga que


asumir los problemas y los objetivos tanto de la ética de la naturaleza
como de la ética de la biomedicina.

Factores en la génesis de la Bioética


La bioética se ha constituido como una nueva rama del saber ético. En
cuanto tal, proporciona un ámbito teórico especial para abordar
problemas éticos antiguos y nuevos relacionados con la vida humana.
Además, se concreta en una disciplina que es impartida en diversas
carreras universitarias o que es objeto de cátedras y departamentos
creados expresamente con esa finalidad.

En la génesis de la bioética han influido y siguen influyendo, un


conjunto de factores que han dejado, y siguen dejando, su peculiar
impronta en la configuración de esta nueva área de la
interdisciplinaridad científica. Destacó a continuación tres dichos
factores.

La Ingeniería Genética.

Las técnicas de reproducción humana.

Las nuevas fronteras en el trasplante de órganos.

Los progresos técnicos en la práctica de la reanimación.

Los criterios referenciales de la Bioetica

El paradigma de la ética racional o civil se concreta en un conjunto de


orientaciones axiológicas, las cuales constituyen los criterios
referenciales de la bioética. Se puede constatar una serie de valores
que son generalmente admitidos como orientaciones básicas para el
juicio ético en el campo de la bioética. Así, por ejemplo: el principio de
buscar siempre el bien del sujeto o, en formulación negativa, o causar
daño al sujeto, el axioma priman non naceré es una expresión

Fundamental del ethos de la medicina desde el código hipocrático


hasta nuestros días. En el mismo nivel de éste criterio hay que situar
otros, como el principio de la libertad de todo sujeto racional, y el
derecho de todos a una justa distribución de los beneficios y de las
cargas en el ámbito del bienestar vital.

BIOETICA

¿Qué es la bioética y cuáles son sus contenidos? ¿Es lo mismo


“bioética” y “ética médica”? En un antiguo editorial, ACEB respondía a
estos interrogantes. En estas líneas respondemos de nuevo a la
cuestión.

Delimitando el concepto

El término “bioética” fue utilizado por primera vez por V. R. Potter hace
poco más de treinta años (Potter, 1970). Con este término aludía
Potter a los problemas que el inaudito desarrollo de la tecnología
plantea a un mundo en plena crisis de valores. Urgía así a superar la
actual ruptura entre la Ciencia y la Tecnología de una parte y las
Humanidades de otra.

Ésta fisura hunde sus raíces en la asimetría existente entre el enorme


desarrollo tecnológico actual que otorga al hombre el poder de
manipular la intimidad del ser humano y alterar el medio, y la ausencia
de un aumento correlativo en su sentido de responsabilidad por el que
habría de obligarse a sí mismo a orientar este nuevo poder en
beneficio del propio hombre y de su entorno natural.

La bioética surge por tanto como un intento de establecer un puente


entre ciencia experimental y humanidades (Potter, 1971) . De ella se
espera una formulación de principios que permita afrontar con
responsabilidad –también a nivel global- las posibilidades enormes,
impensables hace solo unos años, que hoy nos ofrece la tecnología.

Bioética y ética médica

¿Acaso esta nueva disciplina viene a sustituir a la ética médica,


disciplina que hasta hace poco ha venido guiando al profesional de la
salud? En absoluto. Por el contrario, la ética médica permanece como
matriz rectora y a la vez parte principal de la bioética. Así se deduce
de la definición de bioética de la “Encyclopaedia of Bioethics”: estudio
sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la
vida y de la salud, analizada a la luz de los valores y principios
morales" (Reich, 1978).

La ética médica no es sólo una parte de la bioética, sino que goza


además de especial relevancia en el conjunto de la nueva disciplina.
Por la riqueza de su tradición científica y humana - ausente en el resto
de la bioética- posee un especial valor que no puede ser ignorado. La
pretensión ilusoria de construir una “ética nueva” que habría de romper
con la ética tradicional no sólo carece de fundamento sino que deja
traslucir una notable ignorancia. Ciertamente la bioética – y con ella la
ética médica- afronta hoy problemas nuevos, pero cuenta con los
mismos medios de siempre para resolverlos: el uso juicioso de la
razón y la luz de los valores y principios coherentes con la específica
forma de ser del hombre. No puede ser de otra forma.

Por el contrario, sí resulta nuevo el talante dialogante, tolerante y


respetuoso que preside el ejercicio bioético. Así lo exige la diversidad
cultural e ideológica del mundo actual. Sin embargo, ser tolerante no
significa rebajar las exigencias de la realidad, ni el reconocimiento de
sus auténticas implicaciones éticas. Traduce en cambio la conciencia
de que sólo una actitud de diálogo abierto y honesto, respetuoso con
la legítima libertad de las conciencias, puede permitirnos avanzar
juntos hacia el reconocimiento de los valores y principios auténticos.

Formación en bioética

Los motivos que empujan a perfeccionar la preparación personal son


múltiples. Muchos profesionales sanitarios desean encontrar una
solución adecuada a los frecuentes dilemas éticos que se plantean en
la práctica clínica. Estos dilemas se plantean también a otros niveles:
en los comités de bioética, en la docencia de pre o postgrado en
ciencias de la salud o en disciplinas como el derecho, la política, la
gestión, periodismo sanitario, etc., o en el contexto de trabajos de
investigación con seres humanos. Por otro lado es cada vez mayor el
número de los que sienten la urgencia de afrontar con eficacia los
problemas bioéticos y desean colaborar en su resolución. Se plantea
así por una u otra vía la necesidad de adquirir una formación bioética
sólida, a nivel de un postgrado universitario.

Se comprende que sólo una formación pluridisciplinar a la vez teórica


y práctica permitirá adentrarse en esta disciplina si se quiere evitar la
frivolidad de confundir el diálogo bioético con un mercado de opiniones
livianas. Es éste un punto importante y si en algunos ambientes la
bioética no ha conseguido la reputación y autoridad que merece se
debe quizás a la falta de preparación y de prestigio de quienes
indebidamente se constituyen en "expertos" y maestros de bioética.

Por la importancia de sus fines, es necesario que quien pretenda


formarse opiniones sólidas es este campo profundice en el
conocimiento del ser humano y de los dilemas científicos y
tecnológicos actuales, especialmente en los propios de la medicina
asistencial y de la investigación clínica y biológica.

Esta preparación deberá ser exigente y continua y habrá de atender a


aspectos tanto teóricos (ética, antropología, historia del desarrollo
tecnológico, filosofía de la ciencia) como prácticos (pensamiento crítico
[1], adquisición del hábito de la honestidad intelectual [2] y la
capacidad de comunicación y diálogo, incluyendo el aprendizaje de
algún idioma y cierta familiaridad con los medios informáticos de
comunicación virtual).

La bioética nace además con pretensiones de globalidad. Desea


ayudar a resolver un conflicto que existe dentro de cualquier cultura
moderna: el conflicto entre las posibilidades que ofrece el desarrollo
tecnológico y las exigencias de una vida auténticamente humana.
Aunque el problema es universal, los actores se mueven en diversos
entornos culturales. Por ello, se requiere de los protagonistas de la
bioética que se hallen abiertos al diálogo intercultural con el fin de fijar
valores y principios de actuación universalmente válidos. Para ello
resulta de gran utilidad el poder acceder a los recursos de internet
(disponibles en buena parte en inglés), así como la posibilidad de
utilizar el correo electrónico.

División de la bioética

Podemos dividir la bioética en una parte general o fundamental y una


parte especial o aplicada. La bioética general se ocupa de los
fundamentos éticos, de los valores y principios que deben dirigir el
juicio ético y de las fuentes documentales de la bioética (códigos
médicos, derecho nacional e internacional, normas deontológicas y
otras fuentes que enriquecen e iluminan la discusión, como las
biográficas, literarias o religiosas).

La bioética especial se ocupa de dilemas específicos, tanto del terreno


médico y biomédico como referentes al ámbito político y social:
modelos de asistencia sanitaria y distribución de recursos, la relación
entre el profesional de la salud y el enfermo, prácticas de medicina
prenatal, el aborto, la ingeniería genética, eugenesia, eutanasia,
trasplantes, experimentos con seres humanos, etc.

Es claro que el enfoque que se dé a la fundamentación (bioética


general) condicionará las posibles soluciones que se ofrezcan a los
dilemas (bioética especial). Así ocurre con el rechazo de la eutanasia
en un modelo bioético basado en la búsqueda de la verdad sobre el
hombre y en el reconocimiento y respeto de su especial dignidad, o –
por el contrario- la entusiasta aceptación de la eutanasia en los
modelos relativistas basados en la autonomía absoluta de la libertad
individual.

En ocasiones se habla de bioética clínica o toma de decisiones. En


ella se examinan dilemas nacidos en el ejercicio asistencial de la
medicina, analizándose los valores éticos en juego y los medios
concretos disponibles para resolver el conflicto de la mejor manera. Si
bien el caso particular presenta matices a considerar y priorizar, la
conducta no debería entrar en contradicción con los valores utilizados
en la bioética en general.

. Origen e historia de la bioética

La ética es la reflexión crítica sobre los valores y principios que guían


nuestras decisiones y comportamientos.

La palabra bioética es un neologismo acuñado en 1971 por Van


Rensselaer Potter (en su libro Bioethics: bridge to the future), en el que
este autor englobaba la "disciplina que combina el conocimiento
biológico con el de los valores humanos".

La prestigiosa Encyclopedia of Bioethics (coordinada por Warren


Reich) define la bioética como "el estudio sistemático de la conducta
humana en el área de las ciencias de la vida y del cuidado sanitario,
en cuanto que tal conducta se examina a la luz de los valores y de los
principios morales". En la actualidad abarca no sólo los aspectos
tradicionales de la ética médica, sino que incluye la ética ambiental,
con los debates sobre los derechos de las futuras generaciones,
desarrollo sostenible, etc. (De hecho, el libro de Potter trataba las
cuestiones éticas en relación al medio ambiente con perspectivas
evolutivas, pero posteriormente el término bioética se ha usado sobre
todo para referirse a la nueva ética médica y a la ética de los nuevos
avances en biomedicina).

En 1972 André Hellegers crea el Instituto Kennedy de Bioética, en la


Universidad Georgetown (Washington DC), siendo esta la primera vez
que una institución académica recurre al nuevo término. Según
Warren Reich (1993), la palabra bioética ha tenido éxito en imponerse
porque es muy sugestiva y poderosa: "sugiere un nuevo foco, una
nueva reunión de disciplinas de una forma nueva y con un nuevo foro
que tendió a neutralizar el tinte ideológico que la gente asociaba con la
palabra ética".

El objetivo de la bioética, tal como la "fundaron" el Hastings Center


(1969) y el Instituto Kennedy (1972) era animar al debate y al diálogo
interdisciplinar entre la medicina, la filosofía y la ética, y supuso una
notable renovación de la ética médica tradicional.

Pero ¿qué acontecimientos intervinieron en este nacimiento de la


moderna bioética? Hoy está claro que un factor determinante fue el
surgimiento de una serie de "paradojas" creadas por el propio avance
de la medicina y la tendencia a extender las prestaciones sanitarias:

•Para muchos autores, el nacimiento de la bioética (aunque todavía no


se le daba ese nombre) ocurrió en 1962, cuando en Seattle (estado de
Washington) se decidió crear un comité de legos (no médicos) para
decidir qué pacientes tenían preferencia para beneficiarse de la
entonces reciente máquina de hemodiálisis. La pregunta subyacente
era ¿por qué un avance médico debería crear una nueva
discriminación médica? ¿Quién y cómo elegía a los candidatos? La
novedad estribaba precisamente en que la respuesta a estos
interrogantes no recaía sobre los médicos, sino sobre una
representación de la comunidad.

•Aunque el Código de Nuremberg (1948) había tratado por primera vez


el tema de la experimentación en humanos, en los años 60 se tomó
conciencia de que incluso en una sociedad democrática, la misma
investigación biomédica sobre sujetos humanos planteaba una gran
cantidad de problemas que había que encarar adecuadamente. En
1972 se divulga el llamado "caso Tuskegee", un estudio hasta
entonces secreto, en el que 400 individuos de raza negra habían
dejado de ser tratados contra la sífilis (a pesar de que ya existían
tratamientos eficaces) con objeto de estudiar la evolución "natural" de
la enfermedad. El congreso de los EE.UU. establece la "Comisión
Nacional para la Protección de los sujetos humanos en el campo de
las Ciencias Biomédicas y del Comportamiento". En 1978 esta
Comisión publica el llamado "Informe Belmont", con directrices para la
protección de los individuos que participen como sujetos de
experimentación en Biomedicina, basados en los principios de
autonomía, beneficencia y justicia.

•A partir de 1967, con los primeros trasplantes de corazón, se plantea


el problema de cómo definir la muerte clínica. En 1968 la facultad de
medicina de la Universidad de Harvard publica un artículo donde
plantea el nuevo criterio basado en la muerte cerebral.

•A su vez esto conectaba con algunos dramáticos casos de coma


irreversible, lo que animó el debate sobre la eutanasia y el "derecho a
la propia muerte". En 1975 Karen Ann Quinlan entra en coma
irreversible y queda en estado vegetativo persistente. Los padres
piden que la desconecten del respirador artificial para que pueda morir
en paz. Tras una denegación judicial, hay un recurso, en el que el
Tribunal Supremo de Nueva Jersey autoriza la desconexión sobre la
base del "derecho a una muerte digna y en paz". Se reconocía por
primera vez que la propia tecnología de soporte vital planteaba la
cuestión sobre la eticidad o no de mantener en estado vegetativo a
individuos que nunca volverían a tener una vida consciente.

•Una de las recomendaciones del Tribunal Supremo que intervino en


el caso Quinlan fue la de que los hospitales creasen "Comités de ética"
capaces de enfrentarse a este tipo de conflictos. Surgieron directrices
sobre la reanimación, sobre el empleo o no de tratamientos costosos
para mantener con vida recién nacidos con graves anomalías, etc.

•Uno de los factores principales en la transición hacia la bioética fue la


crisis del concepto paternalista de beneficencia médica heredado de la
tradición hipocrática. El médico ya no puede imponerse (siquiera
benevolentemente) al paciente, sino que éste ha de ser informado,
para que pueda ejercer sus irrenunciables derechos de autonomía y
pueda conceder el consentimiento a los tratamientos. En 1972 se
promulga en EE.UU. la Carta de los Derechos de los Enfermos. Las
necesidades y preferencias de los pacientes tenían que ser defendidas
con fuerza, sobre todo ante una poderosa tecnología mirada a veces
con suspicacia, y ante las instituciones.

•La universalización de los servicios sanitarios en gran parte de los


países occidentales ha obligado a plantearse cómo financiar y
distribuir equitativamente unos recursos limitados, y cómo regular el
acceso a distintas tecnologías por parte de los ciudadanos.

¿Cómo se atienden las necesidades básicas sanitarias de todos los


ciudadanos? Pero ¿qué son necesidades básicas? ¿Cómo se
diferencia entre lo necesario y lo accesorio?
En los años recientes, los avances en Genética y el desarrollo del
Proyecto Genoma Humano, en conjunción con las tecnologías
reproductivas, están ampliando aún más el campo de la Bioética,
obligando a buscar respuestas a retos nuevos:

•cuestiones sobre reproducción humana asistida. Estatuto ético del


embrión y del feto. ¿Existe un derecho individual a procrear?

•sondeos genéticos y sus posibles aplicaciones discriminatorias:


derechos a la intimidad genética y a no saber predisposiciones a
enfermedades incurables

•modificación genética de la línea germinal: ¿es moral "mejorar" la


naturaleza humana?

°clonación y el concepto de singularidad individual; derechos a no ser


producto del diseño de otros

•cuestiones derivadas de la mercantilización de la vida (p. ej., patentes


biotecnológicas)

El desarrollo de la bioética fue en sus primeros años un fenómeno casi


exclusivamente americano. Daniel Callahan, fundador del Hastings
Center ha resumido (1993) los factores que contribuyeron a la
aceptación de los estudios bioéticos en los EE.UU.:

•Aunque algunos de los más importantes bioeticistas eran teólogos o


creyentes, enseguida los análisis dejaron de lado a la religión, para
centrarse en una bioética laica que pudiera ser operativa en un mundo
pluralista. El discurso bioético se sustentaba principalmente en los
derechos cívicos, el pluralismo ideológico y se buscaba un consenso y
unas estrategias ante esa diversidad cultural.

•Ello supuso que la bioética americana hablara un lenguaje de


"regulaciones" y "directrices" capaz de enfrentarse a temas complejos.
No se trataba tanto de buscar una fundamentación común, sino que
partiendo de distintas tradiciones, se llegara a consensos sobre temas
concretos, conforme estos se iban planteando. Esto se ha reflejado en
Comités de revisión institucionales, en Comisiones asesoras al
Presidente o al Congreso.

•La bioética americana conectó muy bien con la ola de liberalismo


político dominante en las elites educadas, que reconocían como propio
el lenguaje de derechos y libertades individuales en una economía de
mercado.

Sin embargo, recientemente la propia bioética americana está


tomando consciencia de los límites y aporías de un enfoque
demasiado escorado hacia los derechos individuales, y está
intentando introducir las cuestiones de la justicia distributiva, así como
el no olvidar que su finalidad no es estrictamente de llevar a la
armonía, sino que también ha de poseer una dimensión "profética", de
plantear dudas a ciertos presupuestos no debidamente elaborados de
las sociedades avanzadas.

Alcance de la bioética

La bioética no sólo trata las cuestiones morales en el ámbito de la


biomedicina, sino que además incluye:

•cuestiones epistemológicas: modelos explicativos sobre la conducta


humana (p.ej. debate entre el determinismo biológico y la influencia
ambiental), metáforas y modelos sobre el papel de los genes, etc.

•Cuestiones ontológicas (estatuto de lo humano al comienzo y al final


de la vida; estado vegetativo persistente; relación entre la dotación
genética y la identidad del individuo, etc.).
La bioética se desarrolla en el contexto de una sociedad pluralista,
ajena a los grandes relatos unificadores de tipo religioso o ideológico.
Por lo tanto, la bioética es una ética civil que se sustenta en la
racionalidad humana secularizada, capaz de ser compartida por todos,
en un terreno filosófico neutro. Como dice Marciano Vidal (1989) "más
allá de un ordenamiento jurídico y deontológico, y más acá de las
convicciones religiosas".

•Es una ética laica, racional, que formula la dimensión moral de la vida
humana en cuanto ésta tiene de repercusión para la convivencia
ciudadana en general. Pero con la consciencia de las limitaciones de
la razón, es decir, evitando el racionalismo ingenuo.

•Es una ética pluralista: acepta la diversidad de enfoques, desde los


que se intenta construir un acuerdo moral en una unidad superior.

•Es una ética "mínima" (Adela Cortina), es decir, el mínimo común


denominador moral de una sociedad pluralista, que garantiza al mismo
tiempo la diversidad de proyectos humanos (culturales, religiosos,
etc.). En esta línea se situarían igualmente los intentos del teólogo
Hans Küng de una Ética Mundial por medio del diálogo de las distintas
religiones, que pudiera llegar a unos acuerdos sobre valores y fines
vinculantes. En cuanto ética mínima, no puede aspirar a ser
totalizadora, y por lo tanto no se identifica con la visión de ninguna
religión, que plantea cosmovisiones opcionales. En cuanto ética
común, sus contenidos no pueden depender de simples preferencias
personales, sino que reflejarían cierto grado de consenso social
derivado de la racionalidad.

•Sus contenidos se van descubriendo tras evaluación y discusión


crítica, por sucesivas convergencias surgidas de la común racionalidad
humana. Se trata, pues, de una ética dinámica y enraizada en la
historia, que acepta moverse provisionalmente en la duda y en la
perplejidad, pero que avanza hacia niveles cada vez mayores de
búsqueda del bien y de la justicia para toda la humanidad,
contrastando sus conclusiones continuamente con la realidad de cada
momento y de cada cultura.

En resumen, la actual bioética pretende ser universal, alejada de los


puros convencionalismos o preferencias personales, consciente de las
limitaciones de la razón humana y atenta a los contextos culturales
concretos.

Prudencia y riesgo en la decisión ética (Masiá, 1998)

Este autor plantea que entre los extremos de un normativismo ético


inflexible y del mero capricho personal, quizá debiéramos
acostumbrarnos a una moral interrogativa y dinámica, que ilumine las
decisiones concretas con sabiduría práctica. Según Ricoeur (1990) "la
sabiduría práctica consiste en inventar las conductas que satisfarán
mejor las excepciones exigidas por nuestra solicitud para con las
personas, traicionando lo menos posible las normas...Consiste en
inventar los comportamientos justos y apropiados a la singularidad de
cada caso. Pero esto no significa que haya que dejar el juicio en
manos de la arbitrariedad". No se trata de aplicar deductivamente las
reglas generales al caso particular, ni se trata de formular simplemente
una excepción. Según Masiá, se trata de "deliberar sobre el caso
concreto bajo una doble luz: la luz de la situación concreta y la luz de
unos criterios, fines o valores que orientan la vida humana". De este
modo, ante situaciones parecidas, la sabiduría práctica puede dar
respuestas diferentes que son igualmente correctas. Según Ricoeur,
existen tres características de esta sabiduría práctica:
•es prudente asegurarse que posturas distintas se apoyen en un
mismo criterio de respeto;

•la búsqueda del justo medio no debe degenerar en una especie de


vía media de compromiso;

•los juicios pueden evitar la arbitrariedad si se busca la ayuda de otras


personas.

Papel de las cosmovisiones culturales y religiosas

El encumbramiento de la ética secular se ha basado demasiado a


menudo en una imagen ingenua sobre una supuesta neutralidad y
universalidad de la razón, olvidando el aspecto cultural de los
problemas bioéticos, con pérdida de las riquezas de las tradiciones
culturales y religiosas. Para Misiá, muchos de los problemas bioéticos
son en realidad problemas culturales, "porque nuestra manera de
percibir cuáles son y dónde están los valores que consideramos
básicos viene configurada por nuestra manera de ver el mundo". En
este sentido, por ejemplo, la sociedad de consumo individualista
puede tender a ver como "mal adaptados" a los deficientes, a los
ancianos, etc. Sin embargo, lo que está mal adaptado es el entorno,
incapaz de acoger e integrar a esas personas. Precisamente las
tradiciones culturales, como por ejemplo el cristianismo, con su
peculiar sensibilidad procedente de la fe, puede suponer un referente
"profético" capaz de influir en la sociedad para que ésta reconozca
estos valores y humanice el cuidado de los miembros más débiles. La
teología tendrá mucho que aportar a la visión sobre la vida y la muerte,
no dando "recetas prefabricadas", sino una cosmovisión suscitadora
de valores, que se ofrecen, sin imponerse, a la sociedad, unas
propuestas utópicas que "sacudan" ciertas creencias y prejuicios
enquistados, que permitan buscar, con los demás, alternativas sobre
las prioridades para un desarrollo auténticamente humanizante.
Algunas aportaciones de la bioética al debate filosófico

Según Miguel Moreno (1996), las principales aportaciones de la


bioética al debate filosófico son:

•Clarificación conceptual y epistemológica, suministrando elementos


(siquiera parciales y provisionales) que ayudan a resolver ciertos
problemas o a arrinconar ciertos pseudoproblemas o polémicas como
triviales o irrelevantes.

•Justificación de propuestas y alternativas, proponiendo


procedimientos y métodos de discusión racional e intersubjetiva,
dando argumentos válidos al menos en determinados contextos
culturales y momentos históricos.

•Plantear nuevas cuestiones filosóficas (como p.ej., el rediseño


tecnológico de la naturaleza humana o la dirección de nuestra propia
evolución).

•Aportar nueva luz o perspectivas renovadas a viejos problemas (como


p.ej., el debate determinismo-libertad, el valor de la vida humana, valor
y uso de la naturaleza).

Fundamentaciones de la bioética

Véanse los textos de:

•Diego Gracia (1989)

•Beauchamp & Childress (1999)

•Goikoetxea (1999)

•Jonsen et al. (1998)


Valor absoluto de la persona

Deriva de la idea kantiana de que las personas no son meros medios,


sino fines en sí mismas. Sin embargo, nos encontramos con
problemas que no se han resuelto de modo unánime: dependiendo del
estatuto ontológico que se conceda a los no nacidos (embrión, feto),
se hace necesaria o no la misma consideración que a la vida humana
nacida. La determinación del estatuto del embrión no depende
solamente de datos biológicos, sino de consideraciones sociales y
culturales no compartidas por todos, aunque ello no debe dar pie al
relativismo, sino que debe animar a seguir buscando y debatiendo.

El valor de la persona humana es una intución o "a priori" que sirve de


marco referencial para elaborar la bioética. Por lo tanto, el ser humano
tiene dignidad, y no precio. De aquí se deriva el que todas las
personas merecen la misma y absoluta consideración y respeto.

Los cuatro principios de la bioética

Pretenden dar contenido al esbozo moral que supone la declaración


del valor y dignidad de la persona. (Véase también Beauchamp &
Childress 1999).

Principio de no maleficencia

Este principio ya se formuló en la medicina hipocrática: Primum non


nocere, es decir, ante todo, no hacer daño al paciente. Se trata de
respetar la integridad física y psicológica de la vida humana. Es
relevante ante el avance de la ciencia y la tecnología, porque muchas
técnicas pueden acarrear daños o riesgos. En la evaluación del
equilibrio entre daños-beneficios, se puede cometer la falacia de creer
que ambas magnitudes son equivalentes o reducibles a análisis
cuantitativo. Un ejemplo actual sería evaluar el posible daño que
pudieran ocasionar organismos genéticamente manipulados, o el
intento de una terapia génica que acarreara consecuencias negativas
para el individuo.
Principio de beneficencia

Se trata de la obligación de hacer el bien. Es otro de los principios


clásicos hipocráticos. El problema es que hasta hace poco, el médico
podía imponer su propia manera de hacer el bien sin contar con el
consentimiento del paciente (modelo paternalista de relación médico-
paciente). Por lo tanto, actualmente este principio viene matizado por
el respeto a la autonomía del paciente, a sus valores, cosmovisiones y
deseos. No es lícito imponer a otro nuestra propia idea del bien.

Este principio positivo de beneficencia no es tan fuerte como el


negativo de evitar hacer daño. No se puede buscar hacer un bien a
costa de originar daños: por ejemplo, el "bien" de la experimentación
en humanos (para hacer avanzar la medicina) no se puede hacer sin
contar con el consentimiento de los sujetos, y menos sometiéndolos a
riesgos desmedidos o infligiéndoles daños. Como dice Hans Jonas
(1997 edición española), aunque la humanidad tiene un interés en el
avance de la ciencia, nadie puede imponer a otros que se sacrifiquen
para tal fin. Matizado de esta manera, el principio de beneficencia
apoya el concepto de innovar y experimentar para lograr beneficios
futuros para la humanidad, y el de ayudar a otros (especialmente a los
más desprotegidos) a alcanzar mayores cotas de bienestar, salud,
cultura, etc., según sus propios intereses y valores.

También se puede usar este principio (junto con el de justicia) para


reforzar la obligación moral de transferir tecnologías a países
desfavorecidos con objeto de salvar vidas humanas y satistacer sus
necesidades básicas.

Principio de autonomía o de libertad de decisión

Se puede definir como la obligación de respetar los valores y opciones


personales de cada individuo en aquellas decisiones básicas que le
atañen vitalmente. Supone el derecho incluso a equivocarse a la hora
de hacer uno mismo su propia elección. De aquí se deriva el
consentimiento libre e informado de la ética médica actual.
Principio de justicia

Consiste en el reparto equitativo de cargas y beneficios en el ámbito


del bienestar vital, evitando la discriminación en el acceso a los
recursos sanitarios. Este principio impone límites al de autonomía, ya
que pretende que la autonomía de cada individuo no atente a la vida,
libertad y demás derechos básicos de las otras personas.

Se pueden plantear conflictos no sólo entre miembros coetáneos de


un mismo país, sino entre miembros de países diferentes (p. ej.,
acceso desigual a recursos naturales básicos), e incluso se habla de
justicia para con las generaciones futuras.

Nuestra cultura ha sido más sensible al principio de autonomía, a


costa del principio de justicia, pero es posible que la misma crisis
ecológica nos obligue a cambiar este énfasis. La justicia e igualdad de
los derechos de los seres humanos actuales y la preservación de
condiciones viables y sostenibles para las generaciones futuras
pueden hacer aconsejable, e incluso obligatoria, una cierta limitación
del principio de autonomía, sobre todo en una sociedad de mercado
que espolea el deseo desmedido de nuevos servicios y bienes, y en la
que el individuo atomizado reclama ilimitadamente "derechos" de
modo narcisista (H. Jonas: El principio de responsabilidad).

Los países industrializados, con menos población que los paises


pobres, contaminan más y derrochan más recursos. Las sociedades
opulentas deberían bajar del pedestal la autonomía desmedida que va
en detrimento del desarrollo justo y viable para todos.
Matizaciones al enfoque principialista de la bioética

A.R. Jonsen y S. Toulmin, en The abuse of casuistry (1988) proponen


que frente a la tiranía de los principios se rehabilite la casuística, sobre
todo allí donde hay que tomar decisiones concretas (medicina, ética
aplicada, derecho, administración pública). Las característas de esta
propuesta son:

•las decisiones se hacen caso a caso

•las conclusiones son provisionales, atendiendo a la aparición de


nuevas circunstancias que ayuden a matizar las opciones anteriores

•enfoque no deductivista, sino analógico. Se recurre a máximas y


valores generales que hay que ir comprendiendo al intentar estudiarlos
y aplicarlos caso por caso

•taxonomía de casos, según sus semejanzas y diferencias.

Este planteamiento queda perfectamente reflejado en un texto de gran


influencia en los EEUU: A.R. Jonsen, M. Siegler & W.J. Winslade
(1998) Clinical Ethics (4ª edición). La ética médica americana, como
dice James Drane (en Gafo, 1988) "se desenvuelve en un contexto
relativista y plurarista, pero se inspira en la ciencia y se apoya
decididamente en el postulado científico que exige someter toda
propuesta a su operatividad en la vida real".

Dentro de la tradición americana, uno de los textos más influyentes es


el de Tom L. Beauchamp y James F. Childress (1999) Principios de
Ética Biomédica. (La primera edición americana es de 1979), que se
basa en los cuatro principios antes enunciados. En caso de conflictos
entre algunos de estos principios, habrá que ver cuál de ellos tiene
prioridad, lo cual se suele decidir en función de las consecuencias. Al
contrario que la tradición europea, la americana no busca tanto una
fundamentación en principios filosóficos cuanto en valores
ampliamente compartidos culturalmente.
El principio de beneficencia va unido al de autonomía, matizado por el
principio de justicia, para compensar las desigualdades introducidas
por los dos anteriores. De esta manera, la tradición utilitarista centrada
en los derechos individuales establece la preeminencia de la
autonomía individual. Los conflictos tienden a ser resueltos recurriendo
al método del "observador ideal" desarrollado por John Rawls en A
Theory of Justice (1971).

En cambio, la tradición europea (continental) ha estado más influida


por los intentos de fundamentación sobre principios absolutos, como
es el caso del imperativo categórico kantiano, que generarían
obligaciones morales absolutas: no maleficencia y justicia. Estos dos
principios regulan el bien común y jerárquicamente son superiores (en
caso de conflicto) al de autonomía, que se refiere al bien particular de
cada individuo.

Entonces, según Diego Gracia (1992), los cuatro principios se ordenan


en dos niveles:

•nivel 1: no maleficencia y justicia. Es el nivel que podemos llamar de


"ética de mínimos", en el que se nos puede obligar desde fuera,
porque regula el bien común. Se refiere a las obligaciones "perfectas"
que generan deberes negativos transitivos (lo que no se debe hacer a
otros). Socialmente vendría regulado por el Derecho.

•nivel 2: autonomía y beneficencia. Es el nivel de "ética de máximos",


relacionado con el proyecto vital que cada persona libremente escoge
en la búsqueda de la felicidad y de la plasmación de sus propios
valores. Se refiera a las llamadas obligaciones "imperfectas", que me
puedo exigir a mí, pero no que no puedo imponer a los demás. Este
nivel sería el correspondiente al estudio de la Moral.
La bioética puede ser un procedimiento fundamentado o fundamento
procedimental para tomar decisiones en los ámbitos conflictivos de la
Biomedicina. Se basa en buena parte en principios éticos generales y
en Declaraciones de Derechos Humanos, que al ser ampliamente
compartidos, suministran un marco sólido de referencia para discutir
racionalmente la rica casuística que plantean los avances tecnológicos
en su interacción con la vida.

Para Diego Gracia la nueva casuística, al estilo de Jonsen tiene


importancia, pero debe conectarse con una adecuada
fundamentación. En el jucio moral hay un momento de razonamiento
deontológico o a priori (atento a los principios generales), y otro
teleológico o a posteriori (una fase "experiencial", en la que se ponen a
prueba los principios en cada caso concreto). Su esquema ético
incluye varias fases:

1. Sistema de referencia moral

a. premisa ontológica: el hombre, en cuanto persona, tiene dignidad y


no precio

Premisa ética: todos los hombres son iguales y merecen igual


consideración y respeto

2. El momento deontológico del juicio moral

a. Nivel 1 (público): no maleficencia y justicia

nivel 2 (privado): autonomía y beneficencia

3. El momento teleológico del juicio moral

a. Evaluación de las consecuencias objetivas del nivel 1

evaluación de las consecuencias subjetivas del nivel 2


4. El juicio moral

a. Se contrasta la regla en el caso particular

b. Se evalúan las consecuencias del acto, para ver si se puede hacer


una excepción a la regla

contraste de la decisión tomada con el sistema de referencia

D. Toma de decisión final

La fase 2) constituye el llamado "esbozo moral", que nos permite dar


contenidos materiales a la intuición fundamental de la fase 1). Estos
principios son puestos a prueba en la fase 3) sobre la base de las
consecuencias. Debido a que los principios se elaboran y descubren
históricamente, no son absolutos (aunque sí universales), sino que son
deberes prima facie, que pueden admitir excepciones. Precisamente la
fase 4) está dirigida al análisis de efectos y circunstancias de cada
caso particular, con objeto de argumentar si se puede admitir una
excepción. Pero las excepciones se basan precisamente en la
calibración de las consecuencias, de modo que la admisión de la
excepción garantice la consideración y respeto de los seres humanos.
Por ejemplo, todos hemos recurrido alguna vez a la "mentira piadosa":
se trata de una excepción al principio (no absoluto) de que hay que
decir la verdad, que se justifica porque en determinadas circunstancias
seguir al pie de la letra ese principio puede tener consecuencias
negativas para otras personas y atentar contra principios y valores de
orden superior.

Manuel Atienza ha realizado una crítica a algunos de los postulados


de Diego Gracia, centrada en que la jerarquización de principios
implicaría una petición de principio. Igualmente critica la supuesta
conexión del Derecho con la ética de mínimos. Atienza propone usar
el Derecho como una prolongación de la moral, como un mecanismo
para positivizar la ética (juridificar metodológicamente la bioética).
En Derecho existen conflictos cuya resolución consiste precisamente
en ponderar principios contrapuestos, y por ello existe una
metodología que podría resultar útil a casos concretos de los principios
de la bioética.

Propone recurrir a principios secundarios, que surgen en casos


difíciles, y que matizarían los principios primarios. En un comité de
ética, quien pretenda recurrir a estos principios secundarios asume la
carga de la prueba: ha de demostrar que se dan las circunstancias
para la aplicación de tales principios.

Para aplicar estos principios hay que pasar a las reglas. Hay que
construir un conjunto de pautas específicas que resulten coherentes
entre sí, y que sean capaces de resolver los problemas prácticos.

¿Por qué no usar el "modelo judicial" de resolución de casos en los


comités de ética como un sistema aceptable de racionalidad práctica?
Esto tendría además la ventaja de que se iría creando una
"jurisprudencia bioética" que permitiría que la reflexión siguiera
avanzando.

Fines y medios en la bioética

Un punto relativamente descuidado del debate bioético, pero esencial


a la hora de discutir los aspectos de justicia en el acceso a los
servicios biomédicos, es el de la conexión entre los fines de la
biomedicina y los medios técnicos disponibles. Para Daniel Callahan
(1996) hay dos factores que inciden sobre esta cuestión:

•Tendencia de la medicina a introducir nuevas tecnologías, a menudo


muy caras, y previstas para el beneficio individual y no tanto para el
beneficio de la población general.
•Las tecnologías biomédicas están modificando continuamente la
imagen tradicional de lo que es "funcionamiento normal de nuestra
especie". Se está redefiniendo la noción estadística de "normalidad",
de modo que nos estamos deslizando hacia unos fines de
optimización e incluso "mejora" de nuestra naturaleza.

¿Es legítimo emplear inmensos recursos económicos del entramado


clínico e investigador en seguir ampliando los límites normales sobre
todo si esto es a costa de descuidar atención más básica para mayor
número de personas? A estos interrogantes no se puede responder si
previamente no se ha discutido cuales son los fines y los bienes que
pretendemos obtener de la Medicina. El no haber abordado esto
explica en parte la ya vieja dificultad para:

1. definir lo que debe ser un "paquete básico" de servicios sanitarios


para todos (un problema sobre todo en los EEUU, que a diferencia de
Europa, carece de un sistema público universal y gratuito de salud)

2. incapacidad de llegar a un acuerdo sobre la "futilidad" en


tratamientos médicos (sobre todo en enfermos terminales)

3. determinar qué clase de salud debemos lograr para los ancianos, y


cómo hacerlo

4. qué clase de cuidados sanitarios proporcionar a aquellos pacientes


en los que las únicas opciones aplicables son extraordinariamente
costosas.

La bioética ha oscilado entre la insistencia en criterios formales a


menudo inflexibles pero carentes de contenido, y los criterios de
procedimiento, pero no ha encarado la cuestión central sobre lo que
entendemos como bienes humanos o los fines de la medicina.
Y mientras esto no se haga, corremos el riesgo de no llegar a ninguna
solución significativa en muchos de los debates abiertos. Norman
Daniels (1996) ha intentado responder a este desafío conectando su
teoría de la justicia con el interés por los fines. Aboga por
procedimientos públicos y justos que establezcan la legitimidad de
crear límites para ciertos servicios médicos. Pero hay que salvar la
tentación de pretender realizar esto meramente por agregación de
preferencias en un proceso formalmente democrático. No se trata
solamente (ni principalmente) de maximizar la satisfacción de
preferencias, sino que la clave es la deliberación sobre buenos
razonamientos, al menos sobre razones que todos los ciudadanos
puedan aceptar (a pesar del legítimo pluralismo de intereses). El
proceso deliberativo debería dar razones aceptables por todos como
base para hacer decisiones sobre cómo proteger la funcionalidad
biológica normal de la población, habida cuenta de los límites
presupuestarios. Esto es muy importante en relación con nuevas
tecnologías (de soporte vital, de trasplantes, servicios reproductivos y
genéticos). Si se hacen explícitas las razones para adoptar ciertas
tecnologías, entonces habría una base para un diálogo social más
amplio y para una deliberación sobre los fines de la medicina. Con el
tiempo las entidades de servicios sanitarios podrían articular una
concepción más calibrada de cómo proporcionar servicios de alta
calidad a la población con presupuestos que irremediablemente son
limitados.

Evandro Agazzi, en El bien, el mal y la ciencia (Madrid: Ed.Tecnos,


1996) ha escrito profundas páginas sobre los conflictos que el sistema
de ciencia-tecnología plantea a las exigencias de la vida, conectando
con la cuestión de los fines. La extensión de las categorías del
discurso científico ligadas a su carácter empírico y antimetafísico a
todas las áreas de la vida ha cortado la posibilidad de atribuir sentidos
precisos a conceptos como bien, mal y deber.
La primera consecuencia es que la esfera de lo moral se relegó a la
intimidad de la persona (juicios subjetivos), pero enseguida esa esfera
dejó de ser respetada y fue directamente atacada con los criterios de
la ciencia (tendencia al cientifismo). De ello ha derivado un
vaciamiento del contenido ético y la falta de responsabilidad del
hombre contemporáneo.

Pero aunque el sistema tecnológico no tuviera fines en sí mismos, en


la práctica, al ser el entorno en que vivimos, nos impone
continuamente modificar nuestros fines para adaptarlos a la técnica. El
hombre contemporáneo acaba aceptando los criterios tecnológicos
como patrones de admisibilidad de sus propias acciones, vaciando con
ello el ámbito de competencias de la moral respecto de sus propias
acciones. La tecnología no sólo no se detiene ante el juicio moral, sino
que pretende en cierta manera juzgar a la moral, invalidando
propuestas morales que no concuerden y se amolden al sistema
tecnológico. El sistema tecno científico modifica todas las formas de
vida, crea nuevas creencias, comportamientos, ideologías, etc., y en
este sentido no es neutral. Como máximo podríamos permanecer
neutrales nosotros, cerrando los ojos a la realidad, pensando que tal
estado de cosas es bueno.

Aunque el sistema tecno científico tiende a seguir su propio curso, se


puede y se debe emitir un juicio de valor sobre él, y podemos influir (si
queremos y nos dotamos de las instituciones adecuadas) en cambiar
su estructura y dirección. El problema es que para hacer tal cosa
hacen falta referencias externas fuertes. Pero en una sociedad
postmodernista y altamente relativista, incapaz de dialogar sobre fines
(más allá de la sacrosanta autonomía personal), esto va a ser
extremadamente difícil. Más que acusar a la ciencia y a la tecnología,
deberíamos preguntarnos si este estado de cosas se ha debido al
abandono del compromiso e investigación en valores que guiaran los
fines.
Bioética y derecho

En las relaciones entre bioética y derecho hay dos posibles tendencias


(Moreno, 1995):

•legalista y rigurosa: pretender elaborar leyes muy detalladas


adaptadas a los diversos casos que se piensa pueden surgir (pero con
el riesgo, como se ha visto con algunas, de que los avances técnicos
permitan encontrar huecos legales o creen determinadas paradojas, o
que permitan soluciones no previstas por el espíritu de la ley).

•Abierta e indicativita: se reconoce que no se pueden prever todos los


avances y todas las situaciones posibles creadas por una tecnología
que avanza a un ritmo tan rápido. Pero queda la necesidad de leyes
generales que reconozcan principios claros, pero sin descender a
demasiados detalles. Queda lugar para que la jurisprudencia vaya
incorporando el espíritu de la ley en función de los nuevos contextos
científicos y sociales.

Para Adela Cortina (1994) el ethos de una sociedad viene configurado


por el diálogo entre la moral cívica (conjunto de valores que una
sociedad democrática comparte), derecho positivo e instituciones
políticas. La tarea de la bioética sería inspirar formas de vida
respetuosas con las exigencias vitales básicas y llegar a plasmaciones
jurídicas sólo cuando sea inevitable. Una dificultad es delimitar lo que
son exigencias básicas (derechos exigibles) de lo que son deseos o
preferencias subjetivas (que no pueden reclamar su satisfacción
jurídica). Esto conduce a preguntar quién puede acceder a
determinados servicios sanitarios, y a qué servicios básicos se tiene
derecho. Por ejemplo, ¿está obligada la sociedad a ayudar a cualquier
individuo a recurrir a técnicas de reproducción artificial?

Daniel Callahan (1996b) ha planteado los dilemas específicos en la


sociedad norteamericana en cuanto a las relaciones del derecho con
la bioética: "Es como si al público se le presentara una simple y cruda
disyuntiva: si piensas que algo realmente es moralmente importante,
llévalo a los tribunales o aprueba una ley sobre ello; pero si piensas
que hay que dejar aparte a los tribunales o que no debería haber leyes
sobre eso, entonces, cállate y deja el tema en el campo de la elección
privada. Y cuando decimos "elección privada" en este país, queremos
decir una cosa: que no debemos emitir juicios morales sobre las
elecciones de los demás, y mucho menos condenas de moral pública
de las prácticas de diferentes grupos". El caso es que el tabú a discutir
seriamente sobre los usos morales de la libertad y sobre la diferencia
entre opciones morales responsables e irresponsables ha conducido
mientras tanto a que gran parte de la moral sea elaborada en las
cortes de justicia y enraizada en deciciones legales. Para Callahan es
sorprendente, por ejemplo, que decisiones judiciales (con amplia
repercusión mediática, configuradora del pensamiento de muchos
ciudadanos) declaren que "si mi vida termina en una situación de
dependencia, debilidad y desorganización mental como de niño, habré
perdido mi dignidad" (de persona). Por lo tanto, el legalismo se puede
definir como la conversión de problemas morales en problemas
legales; la inhibición del debate moral por temor de que sea convertido
de esa forma; y la elevación de los jucios morales de los tribunales al
estatuto de estándares morales. Callahan no culpa a los jueces, sino a
las Iglesias (que o son demasiado sectarias o son demasiado
complacientes), a las universidades (demasiado atrapadas por el
profesionalismo o por las guerras culturales), a la prensa de opinión (la
de izquierdas aburridamente ocupada en atacar a la derecha religiosa,
y la de derechas al asalto de los liberales políticamente correctos), y a
la vida política (interesada sólo en atacar a los oponentes).

Aceptando el reto de Callahan, Gilbert Meilaender (1996) reconoce


que un punto clave estriba en que se tiende a pensar que las leyes
están para promocionar las elecciones que cada uno hace. Se ha
creado "un ideal del yo que está vacío de contenido, salvo el de la
elección" (Callahan). Para Meilaender el problema no está sólo en el
legalismo, sino en el hecho de que pensamos que la ley debe
garantizar nuestras elecciones privadas, eliminándose con ello de la
Consideración pública una amplia gama de cuestiones morales. Y
pone los siguientes ejemplos:

• ¿Se tiene en cuenta el bien del feto como parte del bien común?

• ¿Se acepta que un ciudadano conceda el derecho a otro de quitarle


a él la vida?

• ¿Eliminar al que sufre es un buen método de eliminar el sufrimiento?

Todas estas son cuestiones tanto morales como legales. Pero su


respuesta dependerá del valor que queremos dar a las garantías
jurídicas para el ejercicio de nuestra autonomía respecto de otros
enfoques que podemos haber colocado en el "punto ciego" de
nuestros debates. Lo que necesitamos es una comprensión de la ley
que considere a los seres humanos como algo más que entidades
aisladas de deseo y elección. Hay que tener claro (y someter a crítica)
una antropología de base que arroja una visión del hombre como
sujeto de deseos, aislado respecto de los demás, supuestamente
capaz de una libertad ilimitada que sólo atiende a su propio narcisismo
y a la plasmación de su voluntad. Pero ¿de dónde salen los deseos?
¿Cómo se ha decidido que la satisfacción de deseos es el máximo
bien? ¿Qué fuerzas generan y manipulan los deseos supuestamente
autónomos y "neutros" de los individuos? ¿No está al cabo la
satisfacción de deseos y voluntades al servicio de un determinado
sistema de intereses económicos espoleados mediáticamente? ¿Se
puede obviar todo este cúmulo de factores reales concretos para
seguir creyendo en la ficción del individuo autónomo abstracto?

•Es difícil imaginar que la ley deba permanecer silenciosa sobre ciertos
temas, como el aborto y la eutanasia, ya que ellos conllevan
implicaciones sobre el significado de ser miembro de una comunidad.
•Hay otros asuntos que parecerían caer (casi) totalmente dentro del
ámbito privado, pero sobre los que se necesita al menos una
comprensión compartida: ahora que tenemos a mano FIV y
tecnologías reproductivas y genéticas (incluyendo la clonación), ¿se
puede mantener que es de incumbencia exclusivamente privada el
modo de traer hijos al mundo? ¿no tendría la sociedad nada que decir
si elijo tener un clon de mí mismo, o si elijo "mejorarlo" genéticamente,
determinando con mi voluntad algunos de sus rasgos? ¿No tendrá
ninguna consecuencia el que empecemos a considerar los hijos como
bienes de consumo y de diseño, cuando "produzcamos" nuestra
descendencia en lugar de procrear en un contexto de acogida
diferente? ¿La ley no tendría nada que decir?

Algunos peligros asociados a la invocación de la bioética

Miguel Moreno (1995) ha resumido algunas de las "trampas" que


pueden jalonar el curso de la bioética:

1. Considerar la bioética como un mero cálculo de posibilidades


técnicas y de relación costes/beneficios. Se asume que los problemas
éticos suelen estar asociados a técnicas aún no maduras que
presentan problemas de seguridad, pero una vez que tales problemas
se solventen, desaparecen los obstáculos éticos para su aplicación.
(Algo de esto se está viendo ya con la perspectiva de la clonación en
humanos, y sobre la intervención genética en la línea germinal).

2. Invocación a la ética sólo cuando el conocimiento científico y técnico


llega a afectar a la sociedad. En este caso se puede tener la tentación
de usar la bioética de un modo reactivo, como "amortiguador de
impactos sociales" y no como reflexión previa y crítica sobre medios y
fines.
3. Invocación al prestigio de la bioética para pedir atención y recursos
de investigación. Los científicos y gestores públicos saben que la
investigación requiere grandes inversiones, para lo cual pretenden
ganar un amplio apoyo social. Esto favorece el surgimiento de una
ética informal en los proyectos de investigación, cuyo peligro es el de
ser instrumentalizadora, el de "hacer tragar" la irrupción masiva de
nuevas tecnologías que favorecen a ciertas capas o sectores. Se trata
de una ética domesticada, como trámite publicitario, para cubrir el
expediente y acallar conciencias. Este es el peligro de la ética
"institucionalizada" en comités oficiales, que intentan cerrar el debate
de modo prematuro. También es el recurso de comités ligados a
empresas o a grupos profesionales (p.ej., en los servicios de FIV,
análisis genéticos, etc.).

Daniel Callahan ha hablado igualmente del riesgo que él llama "de


nuestra pandilla" (Bioethics, our crowd, and ideology, Hastings Center
Report, nov.-dic. 1996, pp. 3-4), por el que los bioéticos tienden a
mimetizar las "guerras culturales" tan características de los entornos
académicos de los EEUU: se puede predecir lo que va a decir un
bioético conociendo su edad, creencias religiosas (o falta de ellas),
educación previa y clase social. Callahan emite varios deseos:

1. Que los expertos no se impliquen en ninguna comisión donde haya


una razonable certeza de que su propósito político sea dar legitimidad
a una investigación o propuesta política controvertidas. (Esto se
relaciona con el punto 3 de las advertencias de Moreno arriba citadas).

2. La bioética debe respetar las distintas posturas que surjan en el


debate. El bioético debe defender sus posiciones, pero para ello no
debe escamotear el debate, y por lo tanto, sus propuestas deben
entrar a dialogar (sin deformarlas ni ridiculizarlas) con propuestas
diferentes.
3.Evitar que los foros académicos sean homogéneos, a base de gente
de la propia pandilla. Por ejemplo, los biotecnologías deberían invitar a
ecologistas críticos con la ingeniería genética; las revistas "liberales"
favorables al aborto deberían invitar a oponentes, (y viceversa), etc.

Albert Jonsen (1996) rompe una lanza en favor de tolerar la riqueza de


la perplejidad y ambigüedad que acompaña al debate bioético. Es
mejor no cerrar el debate prematuramente, y dejar que durante un
tiempo la "zozobra" nos invada, porque ello es garantía de que
seguiremos buscando soluciones que no sean simplistas e inflexibles.
Para Renée Fox (1996) la prioridad que la bioética americana ha
concedido al individualismo le ha apartado de varias clases de temas
sociales, especialmente de los que afectan a los más desfavorecidos,
y ha levantado una barrera entre entre los temas sociales y los temas
éticos.

Bioética y percepción pública de la Biotecnología

El interés público por la biotecnología se debe a varios factores (Luján


et al., 1996):

•Desde los años 60, debido a las polémicas sobre la energía nuclear y
a la crisis ecológica, la tecnología ha sido arrojada al centro del debate
público.

•La biotecnología presenta un carácter horizontal, afectando a


numerosos sectores de las actividades humanas.

•La biotecnología, al permitir la manipulación racional de la base de la


vida, toca una importante dimensión simbólica, entroncada en todas
las culturas.

Todavía en muchos sectores tecnológicos y de política científica se


piensa que la oposición a la biotecnología se puede "curar" con más
información técnica. Este modelo del "déficit cognitivo" ha demostrado
ser inoperante, puesto que se ha detectado una mayor oposición en
algunos países muy informados de los avances en biomedicina.
Los modernos estudios de percepción pública de riesgos asociados
con tecnologías se centran en los modos en que los individuos
aprenden sobre su entorno a través de la experiencia. Se pueden
distinguir cuatro enfoques:

•cognitivista

•psicosocial

•cultural

•sociológico

Desde los enfoques culturales se plantea que las creencias sobre la


naturaleza y sobre el riesgo están socialmente construidos, de modo
que cada grupo tiende a percibir distintos tipos de riesgos.Desde los
enfoques sociológicos el riesgo se define en función de amenazas a
modos de vida y estructuraciones sociales. Está más relacionado con
la identidad sociocultural, los valores morales o las relaciones
socioeconómicas. En estos enfoques se tiene en cuenta la valoración
de los distintos grupos, y no sólo el papel de los expertos.

La bioética puede desempeñar un papel importante en la evaluación


de riesgos, ponderando el principio de no maleficencia (evitar daños)
con el de beneficencia (hacer el bien).

Sin embargo, uno de los puntos donde tropiezan muchas discusiones


es la ambigüedad y polisemia del término "riesgo". No es lo mismo el
riesgo como simple potencial de cambiar algo (una idea sin
implicaciones morales a priori) que el riesgo como posibilidad de hacer
daño. El problema es que a menudo se confunden y mezclan ambos
significados. El primero se relaciona (en el ámbito de la biotecnología)
con temores más o menos vagos de cambiar lo natural. Pero hay que
decir que toda tecnología cambia de una u otra forma nuestras
relaciones con lo natural. No es posible que Homo sapiens vuelva a un
supuesto estado de naturaleza primigenia.
Para bien y para mal, nuestra naturaleza nos ha dotado con la
capacidad de usar y adaptar nuestro entorno.

Se puede hacer un intento de taxonomía de los tipos de riesgos:

•riesgos como interferencia con la naturaleza. Ciertos grupos religiosos


plasman esta idea ligándola a la metáfora de que no deberíamos
"jugar a ser Dios".(Pero hay que decir que el concepto de natural no es
inmutable, sino que está construido socialmente, que cambia con el
tiempo, las culturas y las religiones).

•Riesgos asociados al mal uso de la tecnología (p. ej., discriminación


genética, eugenesia obligatoria...)

•Preocupaciones vagas de miedo, sentimientos de peligro ante lo


desconocido.

•Preocupaciones concretas sobre impactos negativos sobre la salud o


el medio ambiente.

Una cualidad de la bioética en su reflexión sobre la ingeniería genética


es que nos ha obligado a pensar de nuevo nuestras ideas sobre

•la evaluación de riesgos

•el impacto de la tecno ciencia en la sociedad

•el control social en la tecno ciencia

•la finalidad de nuestras sociedades. Este es quizá el punto más


importante, aunque seguramente el más difícil de implantar
políticamente, ya que supone realizar una crítica social acerca de los
valores explícitos e implícitos que nos guían, incluyendo la imagen del
hombre y sus necesidades y deseos en un sistema donde se han
enquistado numerosos prejuicios que a menudo sirven a intereses
minoritarios (pero controlados por poderosas fuerzas políticas y
económicas).
Langdon Winner habla al respecto de que debemos reevaluar el
"contrato social implícito" que hemos realizado con el entramado
tecnocientífico y económico.

Una dificultad, acentuada por la sociedad posmoderna alejada de


relatos unitarios dotadores de sentido, es la aparente heterogeneidad
de valores de los individuos, grupos y naciones. Sin embargo, ciertos
estudios de opinión multiculturales pueden suministrar materiales para
diseñar una ética descriptiva común. Una de las conclusiones de estos
estudios es que no hay tantas diferencias en las opiniones éticas entre
distintos países y culturas en relación a los valores fundamentales.
Ello quizá tenga que ver con el hecho de que los distintos países se
están acercando a estrategias educativas y culturales parecidas. La
conclusión es que quizá sea más fácil de lo que se pensaba un
acercamiento universal por acuerdo a la regulación de las tecnologías
biológicas.

La evaluación de riesgos no se puede dejar en manos exclusivamente


de "expertos", ya que incluye no sólo valoraciones técnicas y
económicas, sino percepciones éticas, estéticas, religiosas, etc., que
aunque a menudo sean vagas, no pueden ser pasadas por alto, al ser
expresión de profundos y legítimos sentimientos culturales.

La evaluación de riesgos no debe basarse exclusivamente en análisis


de costes/beneficios, ya que frecuentemente hay valores "intangibles"
no cuantificables. Sin embargo, también habría que aceptar que en
todas las intervenciones del hombre sobre la naturaleza hay
incertidumbres que no se pueden prever a priori. La ética de la
responsabilidad nos obliga a la cautela, pero no a quedarnos
inmovilizados.
Una cuestión central es la de los fines. No es lo mismo una
biotecnología aplicada prefencialmente a resolver problemas de
amplias capas de la población (p.ej., cabe imaginar que la Ingeniería
Genética pudiera abordar resolver suministro alimentario al Tercer
Mundo) que una biotecnología centrada exclusivamente en aumentar
la productividad y el beneficio económico privado, a costa de un mejor
reparto de la riqueza y del equilibrio ecológico.

BIOTECNOLOGIA

¿Qué es la Biotecnología?

A nivel básico la biotecnología se puede definir como una técnica que


utiliza células vivas, cultivo de tejidos o moléculas derivadas de un
organismo como las enzimas para obtener o modificar un producto,
mejorar una planta o animal o desarrollar un microorganismo para
utilizarlo con un propósito específico.

Según esta definición, la fabricación, entre otros, de pan y cerveza que


se basa en el empleo de células de levadura es un proceso
biotecnológico.

La diferencia aportada por la biotecnología moderna es que


actualmente el hombre no sólo sabe cómo usar las células u
organismos que le ofrece la naturaleza, sino que ha aprendido a
modificarlos y manipularlos en función de sus necesidades. La
biotecnología tal como la conocemos actualmente empezó en los años
50 con el descubrimiento por James Watson y Francis Crick de la
estructura de la molécula de ADN* (ácido desoxirribonucleico) que es
donde se almacena la información genética (la herencia) en todos los
seres vivos.

En contra de lo que pueda parecer, la Biotecnología no es un campo


nuevo de actividad empresarial, su desarrollo puede remontarse a
varios miles de años atrás cuando el hombre aprendió a producir pan y
otros productos como el queso, la cerveza y el vino.

El hombre lleva varios miles de años modificando los vegetales que


utiliza como alimento. Por ejemplo, las repollitos de Bruselas, la coliflor
y el brócoli son variedades artificiales de la misma planta (aunque no
lo parezcan). Lo mismo se puede decir de las decenas de variedades
de manzanas, maíz, papas, trigo, entre otros. Los antecedentes
salvajes de muchas de estas plantas, cuando existen, son tan poco
parecidas que no serían reconocidos como tales por alguien que no
fuera experto.

En cuanto a la "mezcla de especies", el triticale, un híbrido de trigo y


centeno, lleva décadas prosperando en terrenos de mala calidad
(útiles para centeno, pero no para trigo), pero con algunas buenas
propiedades del trigo, lo que lo hace mucho más valioso para
alimentación humana.

Sin embargo, la ingeniería genética permite ahora llevar a cabo, en


pocos años y de forma controlada, lo que antes podía costar décadas
o siglos, o conseguir efectos que sólo estaban en los sueños de los
agricultores, pero que eran imposibles con las viejas técnicas de cruce
y selección.

La ingeniería genética se utilizó inicialmente (por su alto coste) para


producir sustancias de usos farmacéutico, como la insulina,
modificando genéticamente microorganismos. Con los posteriores
desarrollos, se obtuvieron también enzimas para uso industrial, como
la quimosina recombinante, utilizada, al igual que la obtenida de
estómagos de terneros jóvenes (su fuente original, el "cuajo"), para
elaborar el queso. Posteriormente se han obtenido vegetales (y
animales) modificados genéticamente para mejorar sus
propiedades.Los productos de la biotecnología están alrededor

nuestro. El yogurt, la cerveza, el vino y el queso de nuestra heladera


son productos de la biotecnología. Los pickles, el pan, y el vinagre de
nuestra cocina también lo son.Cientos de años atrás, la gente fue
descubriendo, casi por accidente, cómo hacer uso de los procesos
biológicos que ocurren dentro de las células vivientes. Sin entender los
procesos, podían ver los resultados. Descubrieron, por ejemplo, que
ciertos microorganismos, como las bacterias y los hongos podían
producir vinagre, cerveza o vino cuando crecían en grandes tinas.
Estos procesos fueron llamados fermentación. A través de prueba y
error, aprendieron el control de estos procesos y a producir grandes
cantidades de un amplio rango de productos.

Los científicos actualmente comprenden muchos de estos procesos


biológicos y cómo estos ocurren. Esto les ha permitido desarrollar
nuevas técnicas para alterar o copiar algunos de estos procesos
naturales y por lo tanto lograr una amplia variedad de productos.
Algunos, como el queso, son los mismos productos hechos utilizando
la biotecnología tradicional, pero con los nuevos métodos son más
rápidos, económicos y más confiables. Otros, como algunos de los
nuevos productos farmacéuticos no pueden ser fabricados con los
métodos antiguos.

Muchas definiciones de biotecnología han sido discutidas a lo largo de


estos años. Algunas de las que se han mantenido a través de los años
son:"Biotecnología significa la aplicación de principios científicos y de
ingeniería para el proceso de materiales a través de agentes
biológicos para obtener bienes y servicios. Estos principios cubren una
amplia variedad de disciplinas pero se basa principalmente en
microbiología, bioquímica, genética e ingeniería genética". OECD
1982, "Biotecnología, Perspectivas y Tendencias
Internacionales"."Biotecnología significa la aplicación de la ciencia y de
la ingeniería con el uso directo o indirecto de organismos vivos o
partes o productos de organismos vivos en su forma natural o
modificada". Canadian Environmental Protection Act, 1985.

¿Cuáles son los beneficios de la Biotecnología?


La biotecnología ofrece los medios para producir alimentos de mejor
calidad, en forma más eficiente y segura para la salud y el medio
ambiente. Desde el punto de vista productivo, el uso de estas nuevas
tecnologías, permite aumentar la competitividad de países
agroexportadores como la Argentina, aumentando los rendimientos,
disminuyendo los costos y aumentando la seguridad de la cosecha.
Una de las promesas de la biotecnología es generar innovaciones y
mejoras en los alimentos conduciendo a prácticas agrícolas más
ecológicas, contribuyendo a una agricultura sustentable, que utiliza
con respeto los recursos del medio ambiente y sin hipotecar
generaciones futuras.

¿Cómo se diferencia la Biotecnología de las Técnicas


tradicionales de cruzamiento?

La biotecnología es un método científico de mejoramiento de las


cosechas. Durante siglos, los agricultores, panaderos, vinicultores,
cerveceros, productores de quesos, etc., han producido híbridos (es
decir, mezclado los genes) de diferentes plantas, intentando producir
más y mejores alimentos. Mediante la utilización de métodos
científicos avanzados, la biotecnología moderna, representa una
mejora eficiente de esta práctica de larga data.Las técnicas
tradicionales de hibridación mezclaron durante varios años miles y
miles de genes y muchas generaciones de plantas con el fin de
obtener una característica deseada. La biotecnología acelera este
largo proceso permitiendo a los científicos tomar solamente los genes
deseados de una planta, logrando de ese modo los resultados
deseados en tan sólo una generación.
La biotecnología es una herramienta más segura y eficiente para el
mejoramiento de especies respecto de las técnicas tradicionales,
puesto que elimina gran parte del azar presente en el mejoramiento
tradicional. Por otro lado, la biotecnología moderna es una nueva
tecnología, en la medida que puede modificar los atributos de los
organismos vivientes mediante la introducción de material genético
que ha sido trabajado "in vitro" (fuera del organismo)

CONCLUSION DE EQUIPO
Bueno pues para nosotras el tema al principio no nos gusto para nada
pero después al comenzar a investigarlo detenidamente nos precio un
tema muy interesante y ademas habia bastante información. Fuimos a
diferentes lugares para conseguir la información a diferentes
bibliotecas i pues varios autores muy interesantes.Bueno pues lo que
nosotras comprendimos de la bioetica es que no es un asunto de
filosofos ni tampoco de medicos exclusiva o particularmente por el
contrario se trata de un campo de confluencia de intereses lenguajes
metodos experiencias provenientes de diferentes fuentes pero
centradas en torno al problema de frontera propio de la bioetica. Y de
la biotecnologia se puede definir como una tecnica que utiliza celulas
vivas, cultivo de tejidos o moleculas derivadas de un organismo como
las enzimas para obtener modificar un producto, mejorar una planta o
animal o desarrollar un microorganismo para utilizarlo con un proposito
especifico. Nos gusto mucho trabajar en este tema ya que aprendimos
bastante porque al principio el tema no era de nuestro agrado i al final
aprendimos mucho i comprendimos el tema casi en su totalidad.
http://www.casafe.org/biotecnologia.html#anchor2

http://techlosofy.com/biotecnologia-2/

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