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MITOLOGÍA CLÁSICA GRIEGO I

INTRODUCCIÓN
Antes de la aparición de la ciencia, el hombre atribuía a los dioses la causa de todos aquellos fenómenos que
desconocía. Para ello construía a veces complejos relatos en que los seres divinos eran los responsables del
funcionamiento del mundo natural.
Estos relatos son lo que llamamos mitos. el pensamiento mítico fue la primera forma de explicación de la
realidad que el hombre se dio a sí mismo. Sólo cuando se empezó a utilizar la razón para buscar explicaciones
racionales a los fenómenos naturales -proceso que se produjo por primera vez en Grecia-, el pensamiento mítico fue
sustituido por el pensamiento racional.
mitos que explicaran el origen del mundo, los dioses y los hombres, los han tenido todos los pueblos. En las
líneas que siguen vamos a conocer los de los griegos. Estos relatos míticos, que estuvieron presentes en toda su
literatura y su arte, pasaron luego a los romanos, por lo que se han convertido en parte constitutiva de lo que hoy
llamamos Cultura Occidental; en definitiva, la nuestra.

1. LOS ORÍGENES MÍTICOS DEL MUNDO


Se da el nombre de cosmogonía ( del griego κόσμος’universo’ y γονή’nacimiento, origen’) a los relatos que
dan cuenta del origen del mundo.
EL RELATO DE HESÍODO
‘En primer lugar existió el Caos. Después Gea, la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los
inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo ( en el fondo de la tierra de muchos caminos existió el tenebroso
Tártaro ). Por último, Eros, el más hermoso de entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva a todos
los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos.
Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró
preñada en contacto amoroso con Érebo.
Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes
y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa
morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas
olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio’.
HESÍODO, Teogonía 116-132
2. EL ORIGEN DE LOS DIOSES
Se da el nombre de teogonía (θεός’dios’ y γονή’nacimiento, origen’) a los relatos míticos que da cuenta de la
creación de los dioses y sus diversas genealogías. En estos relatos los griegos ordenaban la aparición de sus dioses
en una sucesión cronológica, que culmina con los tres ocupantes sucesivos del trono del Olimpo: Urano, Cronos, que lo
destrona y Zeus, que destrona a Cronos.
NACIMIENTO DE LOS DIOSES PRINCIPALES SEGÚN APOLODORO
‘Urano fue el primero que dominó todo el universo. Uniéndose con Gea, engendró en primer lugar a los
Hecatonquiros llamados Briáreo, Gíes y Coto, quienes llegaron a ser insuperables en tamaño y fuerza, pues cada uno
tenía cien manos y cincuenta cabezas. Después de éstos, Gea le parió a los Cíclopes, Arges, Estéropes y Brontes,
provistos de un solo ojo en la frente. Pero Urano los ató y los arrojó al Tártaro (lugar tenebroso en el Hades tan distante
de la tierra como la tierra del cielo) y engendró de nuevo hijos en Grea, los denominados Titanes: Océano, Ceo,
Hiperión, Crío, Jápeto y, el más joven de todos, Cronos; e hijas, las llamadas Titánides: Tetis, Rea, Temis, Mnemosine,
Febe Dione, Tea.
Entonces Gea, afligida por la pérdida de los hijos confinados en el Tártaro, convence a los Titanes para que
ataquen al padre y proporciona a Cronos una hoz de acero. Ellos, todos excepto Océano, lo atacaron; Cronos cortó a
su padre los genitales y los arrojó al mar…Y después de destronar a Urano hicieron volver del Tártaro a sus hermanos
y entregaron el mando a Cronos.
Éste, sin embargo, los ató y encerró de nuevo en el Tártaro, y se desposó con su hermana Rea. Como Gea y
Urano le habían vaticinado que sería depuesto por un hijo suyo, devoraba su prole al nacer. Devoró a Hestia, la
primogénita, luego a Deméter y a Hera y tras ella a Hades y a Posidón. Irritada por ello, se dirige a Creta, estando
encinta de Zeus, lo da a luz en una cueva de Dicte y se lo entrega a los Curetes y a las ninfas Adrastea e Ida para que
lo críen. Éstas, alimentaban al niño con leche de Amaltea; los Curetes, armados, custodiaban al niño en la cueva y
golpeaban los escudos con las lanzas para que Cronos no oyera su voz. Rea dio a Cronos una piedra envuelta en
pañales para que se la tragase como si fuera el recién nacido. Cuando Zeus se hizo adulto, pidió ayuda a Metis, hija de
Océano, la cual con un bebedizo obligó a Cronos a vomitar primero la piedra y luego a los hijos que había devorado;
Zeus, auxiliado por ellos, hizo la guerra contra Cronos y los Titanes. Después de combatir diez años, Gea vaticinó a
Zeus la victoria si se aliaba con los arrojados al Tártaro. Él, tras matar a Campe, la guardiana, desató sus ligaduras.
Entonces los Cíclopes entregaron a Zeus el trueno, el relámpago y el rayo, a Hades el yelmo invisible y a Posidón el
tridente.
Así, armados, vencieron a los Titanes y los encerraron en el Tártaro, dejando como guardianes a los
Hecatonquiros. Echaron a suertes el poder y Zeus obtuvo el dominio del cielo, Posidón el del mar y Hades el de los
infiernos.
APOLODORO, Biblioteca I 1-2
3. EL ORIGEN DEL HOMBRE
Denominamos antropogonia ( del griego ἃνθρωπος’hombre’ y γονή’nacimiento, origen’ ) a los relatos míticos
que nos explican el origen del hombre y de la mujer. He aquí los mitos clásicos más representativos al respecto.
PROMETEO: EL CREADOR DEL HOMBRE Y GRAN BENEFACTOR DE LA RAZA HUMANA
‘Prometeo modeló a los hombres con agua y les dio además el fuego, oculto en una férula, sin conocimiento de
Zeus. Pero cuando éste lo supo, ordenó a Hefesto que sujetara su cuerpo con clavos en el Caúcaso; éste es un monte
de Escitia.
Prometeo estuvo allí encadenado muchos años; cada día un águila abatiéndose sobre él devoraba los lóbulos
de su hígado, que se rehacía durante la noche.
Prometeo sufrió este castigo por robar el fuego, hasta que más tarde Heracles lo liberó…’
APOLODORO, Biblioteca I 7
MITO DE PANDORA
Prometeo, hijo del Titán Jápeto, creó al hombre y les dio el fuego. Cuando los hombres y los dioses sellaron su
separación en Mecona, Prometeo quiso engañar a Zeus. Durante el sacrificio de un buey hizo dos partes; de un lado
puso la carne y las entrañas cubiertas de piel, de otro hueso cubierto con grasa.
Les dio a elegir a Zeus y éste elige la grasa. Cuando descubrió el engaño quiso castigar a Prometeo, privando
a los hombres del fuego, pero Prometeo se lo robó escondiéndolo en una cañaheja. Entonces Zeus va a castigar a los
hombres y a Prometeo. A éste atándolo con cables de acero a una roca; un águila se comía su hígado que se
regeneraba constantemente. A los hombres, creándoles la primera mujer.
Mandó a Hefesto modelar una doncella, las diosas ataviaron y los dioses le concedieron algunos ‘dones’:
Atenea la instruyó en el arte de tejer, Afrodita le dio sensualidad y gracia, y Hermes una mente cínica y un carácter
voluble.
Zeus envió a Hermes con ella y una jarra donde estaban contenidos todos los males y la esperanza a la tierra,
a Epimeteo, hermano de Prometeo.
Éste la aceptó como esposa, olvidando el consejo de su hermano de no aceptar ningún regalo que viniese de Zeus.
Pandora abrió la jarra y todos los males se esparcieron entre los hombres.
Sólo la esperanza no pudo escapar, pues Pandora cerró antes la jarra.
4. EL MITO DE LAS EDADES
Igual que dividimos la historia en períodos - Edad de los Metales, Edad Antigua, Edad Media, etc -, el mito
antiguo también dividía la historia mítica del hombre en una serie de etapas denominadas ‘edades’, aunque otros
hablan de ‘razas humanas’. Aunque su número varía según el autor antiguo consultado, nosotros vamos a fijarlo en
cuatro.
LA EDAD DE ORO
‘Al principio los Inmortales que habitan mansiones olímpicas crearon una dorada estirpe de hombres mortales.
Existieron aquéllos en tiempos de Cronos, cuando reinaba el cielo; vivían como dioses, con el corazón libre de
preocupaciones, sin fatiga ni miseria; y no se cernía sobre ellos la vejez despreciable, sino que, siempre con igual
vitalidad en piernas y brazos, se recreaban con fiestas ajenos a todo tipo de males. Morían como sumidos en un sueño;
poseían toda clase de alegrías, y el campo fértil producía espontáneamente abundantes y excelentes frutos. Ellos
contentos y tranquilos alternaban sus faenas con numerosos deleites. Eran ricos en rebaños y entrañables a los dioses
inmortales’.
HESÍODO, Trabajos y Días, 109-119
LA EDAD DE PLATA
‘En su lugar, una segunda estirpe mucho peor, de plata, crearon después los que habitan las mansiones
olímpicas, no comparable a la de oro ni en aspecto ni en inteligencia. Durante cien años, el niño se criaba junto a su
solícita madre pasando la flor de la vida, muy infantil, en su casa; y cuando ya se hacía hombre y alcanzaba la edad de
la juventud, vivían poco tiempo llenos de sufrimientos a causa de su ignorancia, pues no podían apartar de entre ellos
una violencia desorbitada ni querían dar culto a los Inmortales, ni hacer sacrificios en los sagrados altares de los
Bienaventurados, como es norma para los hombres por tradición. A éstos más tarde los hundió Zeus Cronida irritado
porque no daban las honras debida a los dioses bienaventurados que habitan el Olimpo’.
HESIODO, Trabajos y Días 127-139
LA EDAD DE BRONCE
‘Otra tercera estirpe de hombres de voz articulada creó Zeus padre, de bronce, en nada semejante a la de
plata, nacida de los fresnos, terrible y vigorosa. Sólo le interesaban las luctuosas obras de Ares y los actos de soberbia;
o comían pan y en cambio tenían un aguerrido corazón de metal. Eran terribles; una gran fuerza y unas manos
invencibles nacían de sus hombros sobre robustos miembros. De bronce eran sus armas, sus casas y con bronce
trabajaban; no existía el negro hierro’.
HESIODO, Trabajos y Días 143-151

LA EDAD DE HIERRO
‘Y luego, ya no hubiera querido estar yo entre los hombres de la quinta generación, sino haber muerto antes o
haber nacido después; pues ahora existe una estirpe de hierro. Nunca durante el día se verán libres de fatigas y
miseria ni dejarán de consumirse durante la noche, y los dioses les procurarán ásperas inquietudes; pero no obstante,
también se mezclarán alegrías con sus males.
Zeus destruirá igualmente esta estirpe de hombres de voz articulada, cuando al nacer sean de blancas sienes.
El padre no se parecerá a los hijos ni los hijos al padre; el anfitrión no apreciará a sus huéspedes ni el amigo a su
amigo y no se querrá al hermano como antes. Despreciarán a sus padres apenas se hagan viejos y les insultarán con
duras palabras…ningún reconocimiento habrá para el que cumpla su palabra ni para el justo ni el honrado, sino que
tendrán en más consideración al malhechor y al hombre violento. La justicia estará en la fuerza de las manos y no
existirá pudor.
Es, entonces, cuando Aidos ( el Honor ) y Némesis ( la Justicia Distributiva ), cubiertos sus ellos cuerpos con
blancos mantos, irán desde la tierra de anchos caminos hasta el Olimpo para vivir en la tribu de los Inmortales,
abandonando a los hombres; a los hombres mortales sólo les quedarán amargos sufrimientos y ya no existirá remedio
para el mal’.
HESIODO, Trabajos y Días 174-201

La Justicia, horrorizada, emigró al cielo y ocupó allí el signo zodiacal de Virgo.

5. EL DILUVIO
Aunque ya los mesopotámicos (con su poema de Gilgamesh) trataron este tema, en la mitología griega
Decaulión y Pirra fueron los elegidos por Zeus cuando, en la edad de bronce, decide castigar a la humanidad
mandándoles un diluvio. A estos elegidos les permite introducir en una barca todo cuanto deseen salvar. Durante 9
días y 9 noches vagan hasta llegar al Parnaso.
Zeus les concede un deseo y Decaulión y Pirra eligen que haya hombres en la tierra. El dios les dice que arrojen sobre
sus hombros los huesos de la tierra y, aunque en principio Pirra no logra entender las palabras de Zeus, ambos arrojan
piedras: de las que arroja Decaulión nacen hombres y de las que lanza Pirra, mujeres.

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