You are on page 1of 8

Violencia Institucional y abuso policial: una propuesta de intervención social y

comunitaria desde XUMEK y el Movimiento Popular (MP) “La Dignidad”

PABLO GARCIARENA

Para quienes tenemos, desde la experiencia laboral o desde el activismo, la posibilidad


de trabajar o colaborar con la agenda cotidiana de las organizaciones sociales y
territoriales, advertimos que hace años el planteo central de las mismas gira en torno a
tres reivindicaciones: vivienda digna, soberanía alimentaria y acceso al trabajo “tierra,
techo y trabajo”. No obstante, de estas vulneraciones estructurales que limitan el acceso
a derechos fundamentales, surge otra triada que permea todo aquello y que irradia,
como estigma, sobre esa condición: la pobreza, el desoído reclamo por los derechos y la
criminalización de un sector específico de la sociedad.
Actualmente, en nuestro país, y especialmente en Mendoza, se observa una ampliación
del poder punitivo ejercido por las fuerzas de seguridad en el espacio público, más bien,
en determinado espacio público. Circunstancia que viene enunciada e implementada
por una política criminal basada en paradigmas criminológicos claramente identifica-
dos, que resultan propios de experiencias políticas neoliberales y de profundas crisis
socio-económicas.
Así, el programa político y económico viene inexorablemente acompañado de
mecanismos punitivos de control social y disciplinamiento. Esto se expresa en dos
niveles, en los procesos de criminalización primaria1, al sancionarse normas que
acuden al derecho sancionatorio como respuesta estatal frente al conflicto social
(ejemplifican esta situación el artículo 11 de la ley Nº 6.722 y la reciente modificación

1 El catedrático y actual Juez de la Corte IDH, Raúl Zaffaroni entiende por criminalización primaria el acto
formal de hacer leyes, que ejercen las agencias políticas (parlamentos y ejecutivos). Mientras que la
criminalización secundaria, la acción punitiva ejercida sobre personas concretas, que en general ejercen las
agencias policiales. Zaffaroni, Eugenio Raúl /ALAGIA, Alejandro/ SLOKAR, Alejandro (2002). Derecho
Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial Ediar. págs. 7 y 8.

83
al Código contravencional de la provincia por ley Nº 9.099), y en los procesos de
criminalización secundaria, tanto por la actuación de los operadores judiciales, pero
principalmente, por la intervención de las fuerzas de seguridad. En este último caso,
nuestra experiencia nos permite afirmar que tanto agentes policiales como oficiales
superiores, tienen pleno conocimiento de estas circunstancias, generando un relaja-
miento y flexibilidad en la interpretación y/o aplicación de las normas que habilitan el
uso de la fuerza y la violencia en el espacio público.
En otras palabras, como XUMEK ha advertido en informes anteriores2, las agencias
policiales aplican cotidiana y arbitrariamente la violencia de hecho contra sectores
determinados de la ciudadanía, amparadas -supuestamente- no sólo por las normas que
amplifican sus facultades, sino por cierta garantía de impunidad que reconocen
preexistente, concretamente en el caso de “situaciones abusivas colaterales”, inevita-
bles -según se sostiene- para mantener el orden y la paz social.
El caso del código contravencional mendocino es paradigmático. Dicha norma tiene un
claro sesgo punitivo orientado a criminalizar la pobreza, la exclusión, la precariedad
laboral y la movilización o protesta social. Asimismo, establece tipos de faltas y
procedimientos que contrarían los principios básicos de todo sistema sancionatorio
contravencional, tales como amplias y discrecionales facultades a las agencias de
seguridad, extensos plazos en los arrestos y/o detenciones, vulneración al principio de
proporcionalidad, al debido proceso y defensa en juicio o sancionar conductas
consideradas “peligrosas” sin lesión a bien jurídico alguno3.
A un año ya de su vigencia, resulta interesante analizar algunos aspectos de su
implementación. Así, la estadística oficial indica que hubo un aumento del 30 por ciento
en la cantidad de contravenciones aplicadas en relación al año anterior, donde aún regía
el código sancionado por la Ley 3.365. Desagregado por tipo de contravención, se
observa que el 50 por ciento de las contravenciones se refieren a faltas contra el orden
público y la seguridad pública. Específicamente, se aplicaron 577 faltas relacionadas a
“actos turbatorios y desórdenes”. También resulta relevante la aplicación del Código
de Faltas en los casos de los “cuida coches o trapitos”, donde fueron 145 intervencio-
nes4.
Surge de los datos anteriores el claro sesgo selectivo de dicha aplicación dirigida a
grupos en condición de vulnerabilidad (trabajadores/as precarios/as o informales) y por
otra parte, la respuesta punitiva frente al reclamo o protesta social, política, sindical,
etc.
Un hecho, ocurrido recientemente, expresa cabalmente lo que venimos desarrollando,
y refiere a la violenta intervención policial dispuesta ante una manifestación pública en
apoyo al pueblo chileno que se llevó a cabo frente al consulado de dicho país el 22 de

2 XUMEK. Informe Anual de XUMEK (2015), pág. 87 y ss.; y el Informe Anual del año 2016, pág. 85 y
ss. Disponibles en: http://xumek.org.ar/informes-anuales/
3 Un análisis en profundidad de la norma es posible encontrarla en la Acción de Inconstitucionalidad
presentada por XUMEK. Disponible en:
http://xumek.org.ar/wp-content/uploads/2018/11/Acci%C3%B3n-de-Inconstitucionalidad.pdf
4 Torrez, Juan Manuel (20 de octubre de 2019). Código de faltas, los incidentes callejeros lideran las
denuncias. Los Andes. Disponible en: (consultado el 25/10/2019)

84
octubre del presente año. Allí, se observa al Jefe de la Policía interviniendo directamen-
te en los hechos. Dicha intervención policial arrojó un saldo de 24 detenidos, los cuales
fueron imputados de los delitos de resistencia a la autoridad y entorpecimiento de
servicios públicos5.
Otro hecho significativo que ratifica esta política criminal, se vincula con criminaliza-
ción de la protesta social o el reclamo sindical. En agosto de 2018 se realizaron
asambleas permanentes de deliberación en institutos educativos terciarios de la
provincia, en las que participaban docentes y estudiantes. En esas instancias se
discutían medidas y acciones a realizar ante la sanción de normativas emitidas por la
Dirección General de Escuela, que reformulaban y restringían la oferta académica de
dichos institutos. Frente a este conflicto, la respuesta de las autoridades y funcionarios
del poder ejecutivo provincial fue realizar la denuncia ante la justicia penal (Correccio-
nal), optando así, por el abordaje del conflicto desde el sistema penal6. Resulta
relevante el dictamen realizado por la Dirección de Derechos Humanos y Acceso a la
Justicia de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza en dicha causa penal.
La mencionada opinión refiere en su conclusión, lo siguiente:
“(...) Cuando el derecho a la protesta es garantizado y protegido, se convierte en la
herramienta por excelencia de las sociedades democráticas, permite canalizar las
demandas de modo pacífico y participativo, fomenta el diálogo y el pluralismo, alienta
la construcción de ciudadanía y favorece el desarrollo y fortalecimiento de la
democracia.
El Estado argentino está obligado internacionalmente a respetar y garantizar los
derechos a la libertad de expresión y opinión, reunión pacífica, asociación y participa-
ción, para lo cual no solamente tiene un deber de abstención, sino también la obliga-
ción de generar medidas positivas que garanticen tales derechos. Las restricciones a
estos derechos deben ser excepcionales, proporcionales y coherentes con la vida
democrática.
Como hemos opinado en otros conflictos, el sistema jurídico penal debe interpretarse
en armonía con el resto del ordenamiento jurídico. Analizar exclusivamente un hecho
puntual sin considerar el contexto y los valores comprometidos, podría vulnerar los
derechos humanos de un colectivo determinado en general y de las personas que
resultaron imputadas en particular, y generar responsabilidad internacional del
Estado por el incumplimiento de sus obligaciones”7 .
En definitiva, en épocas donde los criterios en materia de derechos humanos pretenden
avanzar en un mayor control y limitación al ejercicio del poder punitivo de Estado,

5 Albornoz, Juan Carlos. (25 de octubre de 2019). Munives dijo que intervino para “defender derechos de
los ciudadanos. MDZ Online. Disponible en: https://www.mdzol.com/politica/munives-dijo-que-intervino-
para-defender-derechos-de-los-ciudadanos-20191022-49333.html (consultado el 26/qo/2019)
6 El 30 de octubre de 2019, los tres profesores imputados fueron sobreseídos, ya que la jueza interviniente
entendió que no existió delito.
7 Expte. P-68125/18 “F. c/ Boulet, Díaz, Sarmiento p/ Desobediencia” que tramita ante la Unidad
Correccional de la Fiscalía de Instrucción de la Primera Circunscripción Judicial de Mendoza. Dictamen
emitido por la Dirección de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia dependiente de la Suprema Corte de
Justicia de Mendoza.

85
utilizando mecanismos alternativos de resolución de conflictos y entendiendo que el
castigo debe ser la última ratio de la intervención estatal, la Provincia de Mendoza
legitima un accionar de sus fuerzas de seguridad y sanciona normas a contramano del
fortalecimiento de la convivencia democrática, propia de un Estado de Derecho.
Frente a esta situación que, como decimos, se agrava cotidianamente desde hace ya
algunos años, se propuso elaborar -desde XUMEK y en conjunto con el MP La
Dignidad- un protocolo de intervención y de abordaje frente a situaciones de abuso
policial, especialmente pensado como herramienta a disponibilidad de dirigen-
tes/referentes territoriales, barriales, sociales sindicales, estudiantiles, etc., como así
también para los y las ciudadanas que residen en barrios populares en los cuales la
situación de abuso es una cotidiana realidad.

Así, en líneas generales, dicho dispositivo se estructura de la siguiente manera:

Objetivo general:
Generar un dispositivo de protección e intervención en situaciones de abuso policial.
Destinatarios:
Militantes y/o referentes barriales, sociales, gremiales, etc. Personas que residen y/o
habitan en espacios urbanos vulnerables y/o marginales.
Instrumento y herramientas de intervención:
Se plantean dos estrategias de abordaje, una preventiva y otra que actúe sobre la
ejecución o consumación del abuso policial.
-Preventivo:
Información y Capacitación. Resulta prioritario que los y las referentes, responsables
de cada organización y las/los jóvenes en general, tengan conocimiento y acceso a la
normativa vigente (tanto nacional como provincial) a fin de que dicha circunstancia
sea la primera resistencia frente al potencial abuso. Conocer en qué casos deben
identificarse ante autoridad policial, conocer que la tenencia del DNI no es obligatoria,
cómo y en qué circunstancias puede la policía realizar la requisa personal o de los
objetos que llevan consigo (celulares, bolsos, mochilas), cómo actuar en caso de que
sean jóvenes menores de edad, etc.
Elaborar y tener disponible un mapa de las comisarías y/o destacamentos policiales de
la zona, conocer el nombre de los oficiales a cargo, asimismo los nombres, teléfonos y
datos de contacto y turno de los ayudantes fiscales que tienen asiento en las distintas
comisarías.
Propiciar el contacto previo y formal con la autoridad policial a cargo de la zona,
propiciar también que dichas autoridades tengan conocimiento de las actividades
políticas, sociales y/o gremiales que realicen las distintas organizaciones. No es
necesario informar detalles, (días y horas de reuniones, nombres de integrantes, etc.)
pero esta relación formal e institucional previa, en muchos casos, previene potenciales
abusos, demoras y detenciones arbitrarias.
Elaborar una red de abogadas y abogados disponibles para realizar consultas, solicitar
asesoramiento y en casos graves, tomar intervención. Esta red debería contar con uno

86
o dos profesionales por cada zona, previamente definidos y tener disponibles sus datos
de contacto.
Promover la realización de talleres de información y/o capacitación que puedan
replicarse periódicamente en la mayor extensión de territorio posible, a fin de
posibilitar la circulación de información y visibilizar la herramienta disponible.
Elaboración y distribución de afiches o material informativo con contenido básico en
relación al tema y principalmente los datos de contacto de los profesionales de la red.
-Frente a casos de abuso policial:
Desde este abordaje, entendemos que resulta fundamental la actitud asumida por
quien es intervenido por personal policial. Allí, debemos aportar a reducir, mitigar y
evitar que se produzca el potencial conflicto.
De acuerdo a lo desarrollado precedentemente, la fuerza de seguridad es quien detenta
el poder legal y puede ejercer la fuerza regularmente o abusar de ella. Esta frontera es
sumamente lábil y en numerosos casos hay agentes policiales que asumen una
posición provocadora que promueve el conflicto, con la certeza previa del resultado
del mismo a su favor. Por ello, la actitud asumida suele ser relevante.
Es fundamental plantear estrategias actitudinales, que pueden variar según el caso. El
presente dispositivo propone desarrollar, sin ser exhaustivos, -ya que la casuística
puede asumir infinidad de variables- varias recomendaciones o consejos que pueden
ser de utilidad.
Si una persona es víctima de abuso policial, ya sea demorado ilegalmente o detenido, o
bien se requisan sus objetos personales o es trasladado a un establecimiento policial, o
es víctima de malos tratos o tormentos; lo fundamental es poner en conocimiento
inmediatamente de esta situación a alguna persona (familiar, amigo/a, conocido/a,
referente, responsable, abogado/a etc.) a fin de que active o recurra al presente
protocolo. Poner en conocimiento inmediato al abogado/a que integra la red es el
principal objetivo de esta instancia. Allí el profesional recurrirá por las vías legales
correspondientes, primero a fin de garantizar la integridad física de quien es víctima
del abuso y luego las acciones necesarias para denunciar la situación ilegal.

Herramientas a tener en cuenta en casos de abuso policial8:


El marco legal vigente que faculta al personal policial a realizar detencio-
nes/aprehensiones se encuentra regulado en las leyes 6.722, 9.099 y el Código Procesal
Penal.
Así, los supuestos de detención son:
·Cuando hubiese motivo bastante para sospechar que la persona participó de un
delito o contravención y la policía tenga una orden fiscal.
·En casos de delito en flagrancia, es decir cuando una persona es sorprendida en la
comisión de un delito o contravención.
·La detención por averiguación de antecedentes.
Identificación de personas:
A pesar de que no exista norma que obligue a las personas a circular con DNI, la policía

8 Información elaborada por el área de Violencia Institucional de XUMEK.

87
no tiene prohibido pedirlo. No obstante en la mayoría de los casos lo hace y su negativa
comúnmente es causal de una demora y/o aprehensión. Es importante saber que el
control de la documentación y antecedentes no necesita el traslado a la comisaría, ya
que puede realizarse en el mismo lugar, por vía telefónica o bien mediante el sistema
electrónico con que cuentan actualmente la mayoría de los móviles policiales.
Pedido de DNI:
En caso de que se solicite el DNI, lo recomendable es mostrarlo sin entregarlo. La
policía no puede retenerlo.
Circular sin el DNI u olvidárselo no es una falta ni un delito, por lo que tampoco es
motivo para aprehender a la persona y trasladarla a una comisaría.
Traslado a la comisaría:
Si el personal policial decide el traslado a la comisaría para averiguar la identidad o
antecedentes, no es necesario que sea en un móvil policial. La persona podría trasladar-
se caminando o en su vehículo. Si es trasladada en el móvil policial, no puede ser
esposada ni taparle la cabeza.
Requisas:
Para requisar personas o sus bienes personales (bolsos, mochilas, automóviles) es
necesaria una orden judicial. Solo excepcionalmente pueden ser requisados, en lugares
públicos y con la finalidad de identificar la existencia de armas, explosivos de cualquier
tipo o de elementos que pudieren ser utilizados para la comisión de un delito.
Actas:
En la comisaría deben ingresar todos los datos personales y registrar la detención en el
libro de novedades que lleva la dependencia Además se debe elaborar un acta que
registra el ingreso, datos, circunstancias y motivos de la detención, personal actuante,
etc.
Al momento de ordenar la libertad, también deberá ser registrado en un acta que precise
las actuaciones policiales o judiciales llevadas a cabo durante la detención, el tiempo de
detención, etc. Estas actas contienen información que puede ser utilidad en caso de
denunciar que la detención fue ilegítima. En caso de requerirla, el personal de la
dependencia policial debe entregar copia de las actas confeccionadas.
Derechos al ser detenidos:
Si la persona es trasladada a la comisaría, deben informar los derechos que le asisten de
forma que sea comprensible:
Que informen la razón concreta de la privación de libertad.
A guardar silencio y a no contestar preguntas.
Efectuar una llamada telefónica a fin de informar del hecho de la detención y el lugar de
custodia.
Que durante el procedimiento se respete la identidad de género y participe personal
policial acorde a ello.
Designar abogado o abogada de confianza o un representante de la defensa pública y a
solicitar su presencia inmediata para asistencia en las diligencias policiales o judiciales
que correspondieren.
Que se realice un reconocimiento médico que verifique el estado psicofísico y, en caso

88

You might also like